Durante la partida que jugué en la convención de rol organizada por El Dragón Verde en 1999, nos hallábamos en un túnel, cuando fuimos atacados por un grupo de zombies. Afortunadamente, el túnel estaba semiinundado y eso mantenía a los zombies a distancia, pero nos arrojaban todo lo que podían, hasta un brazo, que uno de ellos se arrancó y nos lo lanzó. Entre las cosas que nos arrojaron, vino una incendiaria. No recuerdo si era una flecha, lanza, o qué, pero la cuestión es que un gnomo (PJ) que formaba parte del grupo acabó en llamas. Nuestro primer impulso fue apagarlo en el agua que nos rodeaba (el lugar donde nosotros nos hallábamos estaba en seco), pero uno de los jugadores recordó que había aceite en el agua, lo que la hacía poco apropiada para nuestras intenciones. Así que, dado que no podíamos apagar al pobre gnomo, decidimos que fuera útil para algo. Lo agarramos y, así envuelto en llamas, se lo lanzamos a los zombies. Puso un poco en apuros al master el determinar cuántos puntos de daño infligía una "bola de fuego de gnomo", pero se resolvió enseguida y, para nuestra satisfacción (no del gnomo, que quedó bastante maltrecho luego del evento), resultó muy efectiva. Desde ese momento, el chamuscado gnomo se mantuvo a prudencial distancia, temiendo que se nos diera por repetir la hazaña. Antes de que terminara la jornada, las otras mesas ya se habían enterado de la "bola de fuego de gnomo".

En ocasión de una partida jugada en La Cofradía del Sur, armé el personaje de un enano. Declaro solemnemente que no dibujé las tiradas. La cuestión es que al hacer la tirada de belleza saco... ¡16! Aún con el modificador -2 por ser enano, era una cosa de locos. ¡Un enano de belleza 14! No digo la hilaridad que provocó cuando fue presentado a la mesa. El master casi se cae de la risa y, alzando los brazos llamó la atención de los jugadores y declaró el extraordinario suceso de tener en el grupo al enano más hermoso que se hubiera visto. Uno de los jugadores acotó que debía hacerse trencitas en la barba y otros, cosas por el estilo. No he vuelto a jugar con el "enano bonito", dado que fue creado especialmente para aventuras que requiriesen personajes de nivel muy alto (era nivel 11), pero estoy seguro de que si lo hago, volveré a tirar por el piso a toda la mesa.

Durante la misma partida que referí en "El enano bonito", íbamos acompañados por una sanadora (PnJ). Se trataba de una clériga de nivel alto, cuya función era mantener vivos lo más posible a nuestro ejército (sí, íbamos con ejército y todo) y, por sobre todas las cosas, a los guerreros PJs. Dado que era la única mujer del grupo, tuvimos interés en conocer su belleza. Luego de que el master lanzó sus dados y dió a conocer los resultados, decidimos dejar el romance para otra aventura. Era la sanadora en cuestión una vieja gorda y desdentada a cuyo lado una orco hembra era miss Universo. Pero debido a sus codiciados hechizos de curación, la gorda no tardó en ganarse el cariño de todos (algo interesado, en verdad). Pero la cosa tuvo un final trágico. Nos acercamos a una barrera mágica que impedía que viéramos lo que estaba detrás de ella. Nos dimos cuenta de la presencia de la barrera, pero tuvimos la desgracia de que mientras nosotros mirábamos la barrera, alguien más tuvo la idea de mirar a través de ella: un basilisco. Los dados nos fueron benévolos y todos los PJs logramos eludir la mirada fatal. Algunos PnJs no lo lograron. Y entre ellos ¡la gorda sanadora! ¡La mesa entera puso el grito en el cielo! ¡La gorda había quedado convertida en una gran roca redonda! El único que no tenía ganas de ponerse a llorar era el master, no sé por qué. Todos arremetimos furiosos contra el maldito basilisco. Por esas cuestiones de los d10 que se empecinan en tirar números altos, mi enano bonito tuvo que atacar último. Recordemos que eran guerreros de nivel 10-11, así que pegaban duro. Para cuando mi enano atacó, ya el basilisco estaba más que muerto. Para más, el enano era especialista en hacha de batalla y no erró ninguno de los dos golpes. Según la descripción del master, todos saltaron sobre el basilisco y en medio del tumulto comenzaron a saltar pedazos de carne. Cuando todos se abrieron, el enano brincó sobre los restos sanguinolentos y asestó dos hachazos a lo poco que quedaba del monstruo. Lamenté enormemente que el bicho no tuviera más puntos de golpe, ya que así los puntos de experiencia hubieran sido para mi enano.

Cuentas la leyenda que cierto elfo mago-guerrero se las ingeniaba para tirar siempre una bola de fuego en casi cualquier circunstancia. Dicen que en realidad el fascinado era el jugador que se las ingenio para hacerlo con un guerrero humano; como ya contamos en la primera anécdota del gnomo de fuego.

Algunas de estas situaciones inusuales fuero en orden de aparición: Cuando acosado por un numeroso grupo de 2 ladrones encima no tuvo mejor idea que lanzarles una bola de fuego, centrada casi en sí mismo y en un pasillo cerrado de una taberna de madera. Sobreviviendo esto apenas tuvo otro inconveniente cuando lanzando un golpe de rayo (a los que también es muy afecto este mago) golpea un demonio con gran resistencia mágica. La cuestión es que estando en una cueva el rayo atraviesa el demonio pega en la roca detrás atraviesa denuevo el demonio y alcanza al propio lanzador que así se vio víctima de su propio golpe de rayo. Para concluir una especial cuando sin saberlo se vio reducido al tamaño de un insecto por un error mágico (de otro en este caso) al enfrentarse a un enemigo lanza su bola de fuego. Pero sin calcular que el enemigo en realidad no estaba a unos metros sino a unos centímetros, como resultado y para sorpresa de todos a una distancia aparente de un par de kilómetros se produjo una explosión tipo arma nuclear. El mago sabiendo que eso era el resultado de su bola de fuego pero no sabiendo porque solo dice: Que eso te sirva de advertencia.

Esta es la historia de una noche en la casa de una amigo y su desafortunada mala suerte. Eran ya las 4 de la mañana y se habia agotado la cerbeza cuando nos disponimos a jugar, como es usual yo siendo master y 5 amigos (pj) nos dispusimos a jugar al vampiros. en la sala teniamos un brujah un gangrel un toreador un malkavian y un singular ja, resulta ke por esas cosas de la vida masg(malkavian) termina en una alcantarilla(snif snif) cosa ke aprobeche. en eso estaba el baboso cuando aparece un singular cocodrilo mutante el cual era muy debil y calcule ke lo hiva a superar muy facilmente. el pj confiado no pudo eskivar y su tirada de resistencia fue desastroza(le vino 3 existos y cinco 1,jajja) resulta ke termina sin un brazo. ya pasa el tiempo el soketus usa su celeridad para escapar de unos guardaespaldas de un magnate vampirico y termina con una contucion en la cabeza gracias a un jarron, logra llegar hasta el magnate y el toreador tira una granada de mano, el cual causa una explosion radiacal ke no daña a nadie mas ke al pobre masg, ya casi terminada la historia los jugadores se separan y masg no tiene mejor idea ke revisar una habitacion la cual habia 5 prostitutas el confiado y dando gracias las hiba a vampirizar pero valla sorpresa eran super prostitutas toreadoras el pobre ya superado(y matado a las 5 pero las mato directamente y no pudo rellenar su sangre) es echado de la camarilla.

Estaba yo con otros tres amigos en Expocomic 2001 (Madrid) dispuestos a jugar una partida de Mago: la ascensión. Yo llevaba un cura que parecía franquista (coro celestial), otro uno de la orden akásica (se escribe así, no), y otro llevaba un éxtasis (un porreta que jugó de puta madre). Aparece un tío que no conociamos de nada, y al final coge un hermético.

Bien. Todo comienza con una llamada de nuestro mentor, que nos espera en un bar de carretera. Salimos a la calle con sotana, kimono, y ropa de los 60. Llegamos al bar. Un bar abandonado y quemado totalmente. Empezamos a buscar formas de vida, magia, mentes, etc. Como forma de vida yo detecto algo con las tripas descolocadas. El hermético obtiene chorrocientosmil éxitos y el narrador le dice directamente: es un demonio. Los otros estábamos fuera. Abre la furgoneta y grita: ¡Tíos todos pa dentro! Entramos y oimos un golpecito detrás. Vemos un bicho humanoide y anaranjado que viste un peto vaquero y esta sonriendo. Estaba hasta dibujado. Un demonio de dibujos animados. Me bajo y empiezo: ¡Engendro del Averno, vuelve al infecto lugar del que provienes! coge el hijoputa y empieza a jugar con mi crucifijo de plata. Nos dice que si queremos tomar algo. El porreta entra y yo le sigo. El porreta se toma algo y empieza a marearse. Yo no tomo nada y empieza a tirarme botellas. Cojo una botella rota y me tiro hacia el de cabeza. No le doy, pero el porreta le da una colleja. El bicho empieza a crecer. El porreta cae al suelo inconsciente por la bebida. El demonio ya no es tan gracioso y mide unos 3 metros de alto. Los otros oyen ruidos y entran. Le quito el machete al porreta y cargo contra el demonio. Se lo clavo en la barriga, y me agarra. Acabo inconsciente en el suelo. Llega el chino y me saca a rastras. El demonio coge al hermetico.

El hermetico dice: vale, voy a hacer algo tan bestia que dispare la paradoja, y con un poco de suerte se desata una tormenta que dañe a todas las criaturas sobrenaturales. Si el tio tenia 3 de areté, va y saca dos 10 y un 8. La bola de fuego mas grande que hayamos visto en nuestra vida. Si el bar ya estaba quemado... ahora mas. El akashico por el suelo (conmigo encima), el hermetico achicharrado... Luego aparecemos en una cueva muy rara, y despues de resolver muchos enigmas, nos dimos cuenta de que estabamos en un mundo de la paradoja y acabamos liberando el demonio por el mundo... Bah, no pasa nada, solo teniamos que volver a encerrarlo...

En una jornada, unos amigos y yo preparamos una partida conjunta, cada uno en un mundo diferente (Reinos, Dark Sun, Dragonlance, etc). La partida se desarrollaba cada una por su parte, hasta que los jugadores se daban cuenta de que había cosas que tenían que hacer que ya estaban hechas (las habían hecho sus colegas de la mesa de al lado). El punto culminante de la aventura no estuvo, como se puede sospechar, al final. Estuvo en la parte intermedia, cuando se encontraron al budín más extraño nuncavisto, el BUDÍN DORADO.

Era un monstruo creado durante una noche en la que los másters nos habíamos reunido para salir a dar una vuelta, y comentando algunas características inusuales que podría tener un monstruo, concebimos el susdicho. La gracia estuvo cuando lo jugaron los jugadores que estaban en la mesa de Dragonlance, y fue así:

Vais caminando por el laberinto, buscando el templo que habéis visto que hay en el centro, y os encontráis, de repente, con una especie de cieno mohoso de color dorado (instantáneamente todo el mundo hace el paralelismo con un budín y toma precauciones). Los jugadores comienzan a lanzarle bolas de fuego, conos de frío, Némesis reptante y varios espadazos muy curiosos, y sólo obtienen un budín dividido en varios, de forma que ahora se enfrentaban a unos 15 de ellos. Con tanto rayo zumbando, el mago se ve, literalmente, sepultado por los budines, y casi no tiene aire, por lo que el jugador declara que trate de subir a la "superficie" boqueando. Al hacerlo, uno de los budines se mete, accidentalmente, en su boca, y el mago nota que sabe a vainilla. De hecho, el mago se dedica a comerse los budines, con el resultado de terminar con un empacho, y con los monstruos.

El budín dorado es un monstruo creado de tal forma que es inmune a todo, cualquier tipo de magia o armas físicas, y todo lo que podría hacerle daño sólo lo divide en dos (no veas cuando le lanzaban las bolas de fuego, de dos pasaba a cuatro, de cuatro a ocho). En fin, la única forma de matarlo era gracias a un tipo de ácidos muy concretos que se segregaban sólo en el estómago de la gente, y además sabía a vainilla.

El resultado fue un desastre cuando los jugadores se enteraron. Habían gastado un 90% de su arsenal en conjuros, así como los correspondientes espadazos, nada más que para matar a un bicho que no podía hacerles nada de nada. Las risas fueron clamorosas durante las jornadas.