Oye a todas las criaturas que, como San Agustín, te dicen: ama a tu Dios.
Dios mío, que las criaturas todas me sirvan para unirme a Ti.
Todo cuanto hay en el cielo y en la
tierra lo ha creado el Señor para tu necesidad, utilidad, salud,
recreo, comodidad y regalo.
Todas las cosas son vuestras, dice
el Apóstol; vosotros de Cristo y Cristo es de Dios...
¡Qué bueno es Dios contigo!
¿Ves toda la multitud, variedad y hermosura de las criaturas?...
Pues todas son limosnitas de amor
de tu Creador, que pensaba en ti desde la eternidad al ordenarlas...
Pero no pueden ser estas cosas tu
último fin porque lo terreno y mezquino no puede satisfacer las
aspiraciones de tu alma, que es espíritu inmortal... Son medios
que pueden ayudarte para conseguir tu último fin.
¿Cómo se halla tu corazón
respecto a las criaturas?... ¿Son escalones que te ayudan a subir
al cielo, o cadena que te arrastra al infierno?... ¿Amas alguna
cosa con amor desordenado?... De aquí provienen todos los pecados...
En tanto debes amar una cosa en cuanto
te ayude a conseguir tu último fin... y debes aborrecerla, en cuanto
de él te separe... Cualquier cosa, por querida que te sea, aunque
sea tu ojo, tu pie o mano, si te es obstáculo para conseguir tu
ultimo fin, te dice Jesucristo, arráncalos y arrójalos de
ti...... Y si no son cosas que te apartan de tu ultimo fin, deja la elección
al Señor, o escoge lo que más te asemeje a Jesús,
que vino al mundo para ser tu camino y tu modelo.
¡Dios mío! nada me separará de tu amor... No quiero ser esclavo de las criaturas que han sido creadas para servirme; Tú solo serás el amor de mi alma, El Rey de todos mis afectos, el Dios de mi corazón... Atrás, criaturas que no podéis llenar mi corazón. Todo por Dios, con Dios y para mi Dios.
En
el uso de las criaturas me preguntare a menudo:
¿Qué tiene que ver esto con la eternidad?,
¿Es cosa que me ayudas a conseguir mi último
fin?.
A.M.G.D.