Por: Anelio Merry López
28 de octubre/2003
Este mes de
noviembre, iniciando el día 3 los panameños celebramos
los 100 años de la creación de la República. Como parte
de este tierra me regocijo junto a todos por este magno
evento conmemorativo. Porque creo en la libertad,
identidad, autonomía o la independencia de los pueblos.
No obstante, si
revisamos rápidamente el devenir histórico en estos cien
años de la República de Panamá, sin duda alguna nos
tropezamos con una serie de hechos que han impactado
nuestros pueblos indígenas. La balanza caería más hacia
los impactos negativos que hacia el positivo, quizás por
eso nuestros pueblos para estas fechas no han tenido
participación oficial, que han preferido guardar
distancia y silencio. Si hubo participación de los
indígenas, en caso de los kunas, no es precisamente una
representación oficial de los pueblos indígenas, sino
participación estudiantil, de grupo o otra naturaleza.
Tal como ha sido en la Comarca Kuna Yala, los centros
educativos por su naturaleza han organizado actos
conmemorativos en esta fechas.
No faltará alguien
que diga, - no es momento para eso-, sino que es el
momento de celebrar y brindar. Quizás tenga razón, pero
no podemos obviar que en estos precisos momentos una
mujer ngobe junto a su hijo tiende la mano en las calles
y avenidas de nuestras ciudades. La generación
contemporánea de nuestros pueblos sigue viendo negársele
el derecho de educarse desde la cosmovisión e identidad
de su pueblo.
Desde que se creó la
República, los pueblos indígenas no han tenido buenas
experiencias, por ejemplo el pueblo kuna, desde los
primeros años tuvo que enfrentar y vivir experiencias
muy amargas, donde los primeros gobernantes a punto del
puñal y escopeta quisieron terminar con el pueblo kuna.
Si no fuera por el valor de líderes de la época,
hubiesen acabado con la riqueza cultural de nuestros
pueblos. Que hoy a pesar que las cosas han cambiado,
desde el centro de los gobiernos se sigue fraguando
planes, muchos de los cuales, constituyen la simple
indiferencia, de no reconocer los derechos de los
pueblos indígenas, a su tierra, la tierra que muchos
antes de ser República los pueblos indígenas mantenido;
a la identidad definir su futuro desde sus raíces,
donde como indígenas podemos sentir orgullosos de esta
tierra que nos vio nacer.
Falta mucho para que
nosotros los pueblos indígenas podamos celebrar con
júbilo una República nueva donde realmente se reconozca
y se valore los derechos de nuestros pueblos indígenas,
el respeto a la diversidad.
Anelio
Merry L.
Edición: 28 de
octubre/03
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