4. DOS DIÁLOGOS DE PLATÓN, EL TIMEO Y EL KRITIAS, CONTIENEN DATOS SOBRE UNA IMPORTANTE CULTURA ATLÁNTICA DE LA ANTIGÜEDAD, LOS CUALES HAN LLEGADO AL FUTURO GRACIAS A UN INTERPOLADOR GRIEGO DEL SIGLO I a.C.

Siempre que en la Historia hubo sistemas políticos opresores, surgieron hombres valientes que se enfrentaron a ellos con todos los medios a su alcance. No podía ser la excepción que confirma la regla el caso del Imperio Romano, que es el paradigma del Fascismo en su estado más puro.

El Imperio Romano tuvo que soportar Movimientos de Resistencia en todos los países que ocupó, hasta que se derrumbó. Lo de la Pax Romana fue pura falacia propagandística para consumo interno de los Romanos y sus colaboracionistas.

En el Timeo y el Kritias, como veremos a continuación, desde hace más de 2.000 años nos habla todavía la voz de la Resistencia contra el Imperio Romano.

4.1 La Posibilidad de que los Diálogos de Platón, el Timeo y el Kritias, Hayan Sido Manipulados por la Censura del Imperio Romano.

En dos de los Diálogos de Platón (427 – 347 a.C.), el Timeo y el Kritias, se narra la extraña historia de los Atlantes, habitantes de un Imperio Atlántico Europeo desaparecido a causa de un cataclismo geológico ocurrido unos 9.000 años antes de la época de Solón (634? – 560? a.C.) —Kritias, 108e.

Basándose en tal datación, y en las evidencias arqueológicas disponibles, muchos estudiosos consideraron esta historia como una fabulación de Platón, realizada con propósitos didácticos.

Otros, juzgando que se trata de una historia real, dedicaron sus esfuerzos a la localización de los restos de la capital del imperio de los Atlantes —la mayoría espoleados por los descubrimientos de Troya y Micenas por Schliemann, el cual se había guiado por datos contenidos en los textos de la Ilíada, obra del Poeta Homero (800? – 700? a.C.). Todavía hay investigadores que continúan trabajando en esa línea.

Para la búsqueda del emplazamiento de la capital Atlante se propusieron —y se proponen— los más diversos lugares del mundo. Incluso se investigaron sobre el terreno algunas de las propuestas(1), pero nunca se obtuvieron resultados positivos.

Nuestra hipótesis de que el Imperio Romano decidió borrar de la Historia una importante Cultura Atlántica Europea —por orden de César Augusto—, en un principio nos sitúa en el grupo de los que suponen que el relato de la Atlántida puede tener como fondo una historia real.

Pero, los textos de los Diálogos de Platón que han llegado hasta nosotros provienen de los que circularon por el Imperio Romano, tras ser filtrados por su Censura. Por lo tanto, si el Timeo y el Kritias trataban sobre la descripción histórica, geográfica y política de una Cultura Atlántica real, sus textos tuvieron que ser fuertemente manipulados y expurgados hasta dejarlos tal y como ahora los conocemos.

De lo anterior se seguiría que la búsqueda de la Atlántida es una auténtica quimera, si para ello se toman como referencia los textos de estos diálogos considerados al pie de la letra.

4.2 La Posición del Timeo y el Kritias en los Diálogos de Platón, y Sus Consecuencias.

La posición del Timeo y del Kritias en los Diálogos de Platón ha sido ampliamente analizada y debatida por los estudiosos, dando como resultado una singular controversia. Unos proponen una datación temprana para estos textos, basándose en sus contenidos(2)(3), mientras que otros proponen una datación tardía(4)(5)(6) —la opción más aceptada en la actualidad— basándose en los resultados de los análisis estilométricos de los textos.

¿No será la causa de tal disparidad de conclusiones el efecto causado por la Censura del Imperio Romano? ¿Estaremos ante unas obras tempranas de Platón que presentan un aspecto tardío, tras haber sido manipuladas en ejecución de la orden de César Augusto?

Tanto el Timeo como el Kritias, el uno por sus contenidos y el otro por ser la aparente continuación del primero, parecen encajar mejor al comienzo de los Diálogos que al final de éstos. Leamos con atención lo que dice Kritias en el siguiente párrafo del Timeo:

... Déjame explicarte, Sócrates, el orden en que hemos dispuesto nuestro espectáculo. Nuestra intención es que Timeo, que es el que más astronomía sabe de nosotros y se ha especializado en el conocimiento de la naturaleza del Universo, "HABLE PRIMERO", comenzando por la creación del mundo y continuando hasta la creación del hombre. "A CONTINUACIÓN, YO" tomaré a los hombres que él ha creado —de los cuales algunos se habrán beneficiado de la excelente educación que les habrás dado— y entonces, de acuerdo con la historia de Solón [la historia de la Atlántida], y también con su ley, los traeremos a juicio y los haremos ciudadanos, como si ellos fuesen los Atenienses que los registros sagrados egipcios han rescatado del olvido ... (Timeo, 27a,b)

Es posible que los Diálogos de Platón comenzasen con las exposiciones que se hacen en el Timeo sobre la creación del mundo; del cosmos; del hombre; de los animales, etc., y prosiguiesen, a partir del Kritias, con una descripción de las diferentes épocas históricas de Atenas.

El recorrido histórico se iniciaría en la época más antigua de Atenas y continuaría progresivamente en el tiempo hasta llegar a la época de Platón. Para cada época, además de hacer un análisis del sistema político vigente en Atenas, se hablaría de los pueblos más relevantes que habrían tenido algún tipo de relación con la ciudad, fuese comercial, bélica o de cooperación. La organización de los primeros Diálogos de Platón tendría un orden similar al utilizado en La Biblia.

Por otra parte, la apariencia tardía del Timeo y del Kritias —delatada por los análisis estilométricos— podría estar causada por la manipulación de los textos originales a finales del siglo I a.C., con el fin de hacerlos publicables para un Imperio Romano dirigido por César Augusto. La acción de la Censura sería debida a que en los Diálogos de Platón se describía con detalle la Cultura Atlántica, y la orden a cumplir consistiría en eliminar de sus textos cualquier referencia a la misma.

Cuando leemos el Timeo y el Kritias desde el punto de vista que proporciona la hipótesis de que sus textos fueron censurados, no podemos evitar la sensación de que el hipotético manipulador que realizó la adaptación de estos diálogos estaba en profundo desacuerdo con la censura de los textos.

En nuestra opinión, el interpolador —un filósofo griego cuyo estilo sería la causa del aspecto tardío de ambas obras— burla la Censura con su dominio de la retórica, y deja pistas para que nos demos cuenta de que estos diálogos de Platón han sido manipulados.

Para nosotros, este hombre se arriesgó a ser acusado de traición, un delito que en el Imperio Romano era castigado con gravísimas condenas.

Hemos confrontado nuestra lectura de los textos del Timeo y del Kritias de la traducción de Benjamin Jowett, Dialogues of Plato (1.871), con varias traducciones(7)(8)(9), y encontrado discrepancias con ellas —y entre ellas— en ciertos detalles que señalaremos porque podrían ser de relevancia. No obstante, con mayor o menor grado de coincidencia todas vienen a decir prácticamente lo mismo, permitiendo que quien lo desee pueda cotejar con ellas nuestra interpretación de los textos de estos diálogos.

Las diferentes variantes se deberían, seguramente, a la existencia de varias versiones de estos diálogos en la tradición manuscrita, antes que al descuido de los traductores. Esto ya sería una primera prueba de que los textos originales de los Diálogos han sido manipulados por lo menos en una ocasión —con la finalidad que sospechamos—, aunque, muy probablemente, nunca sabremos decir quién fue el autor de la manipulación.

A lo largo de nuestra lectura del Timeo y del Kritias comentaremos algunos de los recursos retóricos utilizados por el interpolador para transmitirnos información prohibida en sus textos. Procuraremos no ser exhaustivos con el fin de no aburrir al lector, pero señalaremos entrecomillados y en letra negrita cursiva, como ya hicimos antes, todos los que nos parezcan relevantes. Nuestros comentarios dentro de los textos los colocaremos entre corchetes.

4.3 El Cuarto Diálogo de Platón.

Al iniciar la lectura del Timeo nos encontramos con su extraño comienzo, el cual siempre ha causado perplejidad a todos los investigadores:

SÓCRATES.- "Uno, dos, tres ...", pero, ¿dónde, "querido Timeo", está "el cuarto" de "los que ayer fueron mis huéspedes" y hoy me agasajarán? (Timeo, 17a)

La expresión de Sócrates es absurda. NADIE tiene necesidad de contar de forma numérica a cuatro amigos, tras haber estado conversando con ellos el día anterior en una reunión de varias horas de duración. Además, si al día siguiente alguno de los reunidos le pregunta a otro por un tercer miembro del grupo, siempre hará la referencia a éste último pronunciando su nombre.

El familiar trato de Sócrates a Timeo indica que conoce muy bien a sus huéspedes. Según lo anterior, la expresión de Sócrates no debería ser muy diferente a ésta:

SÓCRATES.- Por cierto, querido Timeo, ¿dónde está XXXX?

La obra de Platón ha llegado a nosotros con la peculiaridad de que cada uno de los Diálogos se designa con el nombre del personaje a quien se atribuyen sus textos. Esto complica las referencias a los diálogos y a los personajes. En este trabajo los nombres de los diálogos están en letra itálica para diferenciarlos de los nombres de los personajes, con el fin de evitar confusiones al lector.

Desde el mismo comienzo del Timeo el interpolador llama la atención del lector para que note que "algo raro está pasando". Aprovechando la dificultad que hemos comentado antes, burla la Censura haciendo que expresión de Sócrates sea polisémica (de varios posibles significados). No obstante, aporta los datos necesarios para que encontremos la interpretación correcta de la misma —como siempre hará cuando utilice esta figura retórica.

Haciendo que Sócrates haga una absurda cuenta numérica de los "huéspedes", el interpolador nos sugiere que se están contando COSAS, no personas.

Sócrates ha comenzado a contar los Diálogos de Platón. La cuenta se inicia por el primero de los diálogos, y se detiene porque "falta el cuarto diálogo". Por lo tanto, en clara prosopopeya (representación como personas de seres inanimados o entidades abstractas), Sócrates se dirige "al primero" de los Diálogos —el Timeo—, preguntándole "dónde se encuentra el cuarto", pues nota su falta.

Con esta interpretación se infiere que el Kritias no sería una "obra tardía inacabada" de Platón, porque se trataría del "segundo" de sus Diálogos. Su brusca interrupción indicaría que los restantes textos del diálogo fueron amputados. En nuestra opinión, debemos entender que los textos de los Diálogos estaban íntegros antes de las manipulaciones del interpolador.

La respuesta del Timeo, que entonces daría comienzo con una perífrasis eufemística (no llamar por su nombre a hechos desagradables o dolorosos: destrucción, muerte, etc.), nos confirma que el cuarto diálogo ha sido eliminado por fuerza mayor:

TIMEO.- "Se ha puesto enfermo", Sócrates, puesto que "no habría faltado a esta reunión de modo voluntario". (Timeo, 17a)

Según Sócrates, los personajes reúnen al mismo tiempo la doble cualidad de ser filósofos y políticos (Timeo, 19e), y los presenta del siguiente modo:

... Aquí está Timeo, de Lócride, Italia una ciudad que tiene leyes admirables, el cual es igual en riqueza y rango a cualquiera de sus conciudadanos. En su Estado ha ostentado los cargos más importantes y honoríficos, y, en mi opinión, ha alcanzado las cimas de la filosofía. Aquí está Kritias, de quien cualquier Ateniense sabe que no es un principiante en los temas de los que estamos hablando. En cuanto a Hermócrates, muchos testimonios me aseguran que su genio y educación le cualifican para tomar parte en cualquier formulación teórica de esta clase … (Timeo, 20a)

Se nos informa que Timeo es natural de Lócride, Italia. Se trata de un hombre de abolengo, rico, importante político y gran filósofo. Se puede deducir que Kritias —de su misma competencia filosófica y política— es Ateniense, puesto que cualquier ciudadano de Atenas le conoce, y porque en su diálogo desarrollará la historia de la ciudad. Finalmente, a Hermócrates se le considera al mismo nivel que Timeo y Kritias en ambas disciplinas, debido a su gran fama, talento y formación. Pero, sospechosamente, su nacionalidad no se aclara. No se puede deducir que se trate de un ciudadano Ateniense.

Si volvemos ahora a la expresión de Sócrates que da comienzo al Timeo, vemos que se nos está indicando —implícitamente— que el cuarto personaje es también un hombre importante, de un prestigio político y una talla intelectual equivalentes a las de Timeo, Kritias o Hermócrates, puesto que "ha participado en la reunión del día anterior".

Está claro que al interpolador le ha sido terminantemente prohibido mencionar su nombre y su nacionalidad, puesto que no parece que haya motivo alguno para omitirlos.

Probablemente, el propósito primario de la Censura del Imperio Romano consistía en eliminar de la obra de Platón el diálogo del innominable cuarto personaje. Sea como fuere, parece que el interpolador convenció a la Censura de que, si el expurgo se ejecutaba sin contemplaciones, perderían sentido por lo menos el Kritias y el Hermócrates, puesto que en ellos se haría referencia a datos contenidos en el cuarto diálogo.

Nuestro interpolador quiere mantener en lo posible la coherencia de esos diálogos, puesto que hace que Sócrates establezca que tanto el Timeo como sus "compañeros" "se repartan" el diálogo del "cuarto" Personaje. Observemos que en esta ocasión tampoco lo cita por su nombre:

SÓCRATES.- Entonces, "si no va a venir", "tú y los otros dos debéis ocupar su lugar". (Timeo, 17a)

En realidad, nos está advirtiendo que se van a interpolar fragmentos del cuarto diálogo en los textos del Timeo, del Kritias y del Hermócrates, los cuales se han salvado del expurgo realizado por la Censura.

Evidentemente, los fragmentos que se van a interpolar tendrán que ser censurados durante el proceso. Por eso nos advierte, por boca del eufemístico Timeo, que el cuarto diálogo no podrá conservarse íntegro:

TIMEO.- Desde luego, y "haremos todo lo que podamos". Habiendo sido generosamente agasajados ayer por ti, "los que quedamos" estaríamos muy contentos de recompensar tu hospitalidad. (Timeo, 17b)

Para mantener de algún modo la coherencia de los otros diálogos con la manipulación que va a realizar, nuestro hombre nos indica que va a replantear el plan de estos diálogos:

SÓCRATES.- ¿"Recordáis" cuáles eran los temas de los que os pedí que hablarais?

TIMEO.- "Recordamos algunos", y tú estarás aquí para recordarnos cualquier cosa que hayamos olvidado. Mejor dicho, si no te molesta, "¿harás un breve resumen de todos, y entonces los detalles se fijarán con más firmeza en nuestras memorias?". (Timeo, 17a,b)

Ante la pregunta de Sócrates, el interpolador hace que "Timeo" diga que tanto él como los demás reunidos "no recuerdan muy bien los temas que se van a tratar"; es decir, los supuestos temas de los que les había encomendado hablar "el día anterior".

Esto es de nuevo absurdo, ya que, si ninguno recuerda bien las instrucciones recibidas, eso quiere decir que unos hombres de tan gran talento y prestigio intelectual se han presentado a la reunión sin haber preparado adecuadamente los temas que se les habían asignado, "por haber sido incapaces de recordar cuáles eran". Valiéndose de este artificio, el interpolador podrá trazar de nuevo el plan de estos Diálogos.

Viendo como han llegado hasta nosotros los Diálogos de Platón, parece que nuestro manipulador convenció a la Censura de que se cumplían los objetivos perseguidos con las acciones que llevó a cabo.

Consiguió una aparente continuidad entre el Timeo y el Kritias al interpolar fragmentos del cuarto diálogo —la historia de la Atlántida— en ambos, e hizo desaparecer de la obra de Platón dicho diálogo, junto con el nombre del personaje que lo exponía —tal vez un importante filósofo y político de la Cultura Atlántica.

En el caso del Hermócrates se dan por perdidos tanto los textos interpolados como su propio diálogo. Hasta la fecha no se ha podido recuperar ningún ejemplar del mismo.

Con esta manipulación de los Diálogos, la Censura del Imperio Romano consiguió su objetivo irrenunciable de eliminar el cuarto diálogo y el personaje maldito que lo exponía. Nunca sabremos con certeza quién era, ni su nacionalidad.

Sin embargo, la Censura cometió un tremendo error aceptando la deformación y conservación parcial del diálogo, en lugar de proceder a la destrucción del mismo.

Sin darse cuenta, permitió que nuestro interpolador, un maestro en Retórica, pudiese transmitir a la posteridad noticias acerca de la Cultura Atlántica, las cuales se habrían perdido irremediablemente si el cuarto diálogo hubiera sido destruido.

Como tenemos al interpolador de nuestra parte, en el Timeo y el Kritias no serán muy difíciles de adivinar las manipulaciones hechas a los textos interpolados del cuarto diálogo. Tal vez pretendió que pareciesen un ejercicio de fabulación de Platón, realizado únicamente con propósitos didácticos.

El motivo oculto de dar al relato una apariencia de fábula sería el tratar de evitar una acción más drástica por parte de los censores. Podría decirse que el interpolador les lanzó una retórica cortina de humo. Sin embargo, entre los datos fabulosos, nos proporcionará datos reales que ayudarán a que podamos formarnos una cierta idea de lo que Platón decía en su cuarto diálogo sobre la geografía, la historia, la economía y la organización político-militar de la Cultura Atlántica.

Durante nuestra lectura trataremos de recuperar los datos que a nuestro juicio puedan ser contrastables, y obviaremos los que, aún siendo asumibles, planteen justificaciones imposibles de demostrar actualmente, debido a que no disponemos de datos arqueológicos.

Además, tendremos siempre en mente que los habitantes de la Cultura Atlántica no se llamaban Atlantes, ni su patria la Atlántida, puesto que sus verdaderos nombres está prohibido mencionarlos en el Imperio Romano. No obstante, usaremos estos nombres para referirnos a ellos porque no conocemos los verdaderos; y porque, en un principio, son válidos para referenciar de modo genérico a los habitantes de una Cultura Atlántica Europea.

4.4 Una Breve Descripción del Imperio de los Atlantes.

La parte del cuarto diálogo que se interpoló en el Timeo la expone Kritias, poniendo en boca de su bisabuelo, cuyo nombre también era Kritias, la narración de la gesta realizada por los habitantes de la Atenas más antigua, quienes vencieron a los invasores del Imperio Atlántico.

Por su parte, el bisabuelo afirma que esta historia se la contó el propio Solón, quien a su vez le dijo que le fue contada a él por los sacerdotes Egipcios de Sais, durante un viaje que hizo a Egipto.

Finalmente, son los sacerdotes Egipcios quienes hacen una exposición resumida de la epopeya de Atenas.

Conviene que nos fijemos en este planteamiento narrativo. Lo que el interpolador nos quiere comunicar es que se trata de unos hechos históricos internacionalmente conocidos, puesto que siendo la narración de la victoria sobre los Atlantes motivo de alabanza para Atenas, no es expuesta por los propios Atenienses —los cuales estarían orgullosos de contar las hazañas de sus antepasados—, sino por los Egipcios, quienes también conocen a la perfección la epopeya ateniense, y "se felicitan" por los "beneficios" que les trajo la victoria de Atenas.

Éste pudo ser uno de los argumentos que usó el interpolador para justificar ante la Censura romana la necesidad de conservar de algún modo los textos del cuarto diálogo de Platón.

Tal vez deseaba, por patriotismo, que no cayese en el olvido una gesta ateniense que tuvo repercusiones internacionales de tan gran trascendencia. Sin embargo, para poder contar la guerra, algo tendría que decir sobre la potencia enemiga.

Además, no podía decir que se trataba de un enemigo pequeño, puesto que tuvo capacidad para atacar simultáneamente Egipto y Atenas.

¿Cómo podrían contar los historiadores españoles la victoria de España en la Guerra de la Independencia, en el caso de que España hubiera sido ocupada por una potencia opresora que les prohibiese hablar de la existencia de Francia? ¿Contra quién habrían luchado entonces los Españoles?

Los sacerdotes Egipcios "cuentan" a Solón que la gesta ateniense sucedió realmente, y que la consideran memorable porque:

... "una gran potencia", sin mediar provocación, "hizo una expedición contra toda Europa y Asia", a la cual tu ciudad puso fin. "Esta potencia vino desde el Océano Atlántico" ... (Timeo, 24e)

... "en aquella época, el Océano Atlántico era navegable" ... (Timeo, 24e)

... y había una "isla" ... … "mayor que Libia y Asia juntas" … (Timeo, 24e)

... "desde donde se podía pasar a otras islas, y desde éstas se podía pasar al continente opuesto que rodeaba al Océano auténtico" ... (Timeo, 24 e, 25a)

... En esta "isla", Atlántida, "había un Imperio grande" y maravilloso "que gobernaba la totalidad de la "isla" y otras varias, y sobre partes del continente. Además, los "Atlantes" habían sometido las partes de Libia situadas más acá de las Columnas de Hércules, hasta Egipto, y de Europa hasta Tirrenia.

Esta "enorme potencia", actuando coordinadamente, intentó someter en un ataque a nuestro país [Egipto], y al vuestro [Atenas], y a la totalidad de la región que está más acá de las Columnas [los países mediterráneos].

Entonces, Solón, tu país se distinguió, por la excelencia de su virtud y fuerza, entre todos los hombres. Fue sobresaliente en valor y táctica militar, y fue el líder de los Helenos. Cuando el resto abandonó, siendo obligado a luchar en solitario, tras haber soportado los peligros más extremos, venció y triunfó sobre los invasores, salvando de la esclavitud a los que todavía no habían sido dominados, y liberó generosamente al resto de los que habitábamos más acá de las Columnas … (Timeo, 25a,b,c)

La Cultura Atlántica, que constituía un gran Imperio, trató de conquistar la Europa Oriental, Egipto y Asia Menor. La interpretación de la palabra "isla" y del comentario sobre el tamaño de la misma los trataremos durante la lectura de los textos del Kritias, donde se repiten de nuevo y cobran significado.

Se nos dice que los Atlantes eran capaces de hacer travesías oceánicas y que, gracias a ello, en la época prerromana ya se conocía la existencia de un continente al otro lado del Océano Atlántico. Esto no tiene porqué parecernos inverosímil. No olvidemos que los buques de la Cultura Atlántica estaban diseñados para la navegación oceánica(10).

Puede que navegando según la ruta Britania–Islandia–Groenlandia fuesen capaces de alcanzar el continente americano —por referencias indirectas, sabemos que Pytheas afirmó haber llegado hasta la isla de Thule(11)—; o de cruzar el Atlántico vía islas Azores; o —¿porqué no?— por la ruta que milenios más tarde siguió Cristóbal Colón: Islas Canarias–islas del Caribe–continente americano.

El territorio que ocupaba el imperio Atlante —antes de la invasión— comprendía varias islas del Atlántico, Europa Occidental hasta Tirrenia y el norte de África hasta Egipto. Probablemente también las islas del Mediterráneo Occidental, incluyendo Sicilia. En el momento de los hechos que se señalan, el Imperio Atlántico disponía de grandes recursos militares y de una poderosa economía.

Aquí terminan los textos del cuarto diálogo que se interpolaron en el Timeo. Después de los ajustes que hace el interpolador al plan de la obra, a partir de Timeo, 27c, se reconducen los textos del Timeo hasta desembocar en los textos originales de Platón.

4.5 Las Disculpas y Contradicciones de Kritias.

En el Kritias se continúa con la exposición de otro fragmento del cuarto diálogo. De nuevo se nos advierte —como en Timeo, 17b— que se interpolará una versión bastante deformada de los textos.

El aviso es necesario porque, recordemos, Kritias y Hermócrates son hombres de gran prestigio filosófico y político a quienes no se les pueden asignar exposiciones muy deformadas de hechos internacionalmente conocidos, puesto que su reputación sería puesta en entredicho.

En el preámbulo que hace Kritias antes de comenzar su narración, el interpolador nos da a entender que habrá desviaciones importantes de la realidad en el relato de los hechos, puesto que le obliga a solicitar indulgencia a los lectores.

No obstante, debemos tener en cuenta que Kritias no la pidió cuando hizo la introducción del tema en el Timeo, porque la narración es puesta en boca de los Egipcios, quienes hablarían "con cierta libertad" de unos hechos internacionalmente conocidos, los cuales "serían imposibles de ocultar".

Probablemente, la introducción del Timeo, aunque muy resumida, está bien alineada con la realidad histórica.

Veamos como emplea nuestro hombre la retórica, leyendo "las razones" que da Kritias para justificar la indulgencia que solicita por las escandalosas imprecisiones que cometerá al exponer unos hechos de tan gran relieve internacional:

... sólo puedo intentar demostrar que "debo tener más indulgencia que tú, porque mi tema es más difícil" … (Kritias, 107 a)

... "cuando una persona trata de pintar el cuerpo humano", "somos rápidos encontrando defectos", y "nuestro familiar conocimiento" nos hace jueces severos de cualquiera que "no representa cada parte con fidelidad" … (Kritias, 107d)

... Por lo tanto, "si cuando hable [alguna traducción(8) añade "sin preparación alguna"] no puedo expresar adecuadamente mi pensamiento", debes excusarme, teniendo en cuenta que "crear semejanzas admisibles de las cosas humanas es lo inverso de lo fácil".

Esto es lo que te sugiero, y al mismo tiempo te ruego, Sócrates, "que pueda tener no menos, sino más concesión de indulgencia para lo que voy a decir". Tal favor, si estoy pidiendo algo justo, espero que estarás dispuesto a concederlo … (Kritias, 107d, 108a)

Con el fin de darnos más pistas, el interpolador está haciendo que Kritias se contradiga, puesto que anteriormente nos dijo que "recordaba perfectamente" el relato que le contó su bisabuelo. También nos sugirió entonces que serían interpolados con textos del cuarto diálogo el Timeo y el Hermócrates, porque "también tienen suficiente información para poder hablar de la epopeya":

... "escuché entonces con interés de niño la narración del anciano" [el relato de la Atlántida]. Él estaba dispuesto a enseñarme, y "le pedí que repitiese sus palabras una y otra vez, de modo que se grabaron en mi mente como una imagen imborrable".

Tan pronto amaneció, "se las repetí a mis compañeros tal como él las dijo, con el fin de que, al igual que yo, pudiesen intervenir". (Timeo, 26b)

Tampoco debemos soslayar la siguiente intervención de Sócrates, donde también se sugiere que hay un plan de salvación de los textos del cuarto diálogo mediante su interpolación en los textos del Timeo, del Kritias y del Hermócrates. Observemos que el interpolador continúa utilizando la polisemia para referirse al Hermócrates —el tercer diálogo:

SÓCRATES.- Indudablemente, Kritias, te concederemos tu petición y concederemos anticipadamente lo mismo "al tercero", Hermócrates, como a ti y a Timeo. No tengo duda de que "cuando llegue su turno dentro de poco, hará la misma petición que tú has hecho".

Con el fin de que pueda comenzar mejor, y no se vea obligado a decir las mismas cosas de nuevo, dejemos que entienda que la indulgencia ya se le da por anticipado.

Y ahora, amigo Kritias, te anunciaré la opinión del público. Son de la opinión de que "el Poeta anterior tuvo un éxito maravilloso", y de que "tú necesitarás una gran cantidad de indulgencia antes de que puedas ocupar su lugar" … (Kritias, 108b,c)

De nuevo se nos dan pistas llamando nuestra atención para que nos demos cuenta de lo que está ocurriendo:

Se nos indica otra vez, y mucho más claramente, que el tercero de los diálogos —el Hermócratestambién será interpolado con textos del cuarto diálogo, puesto que el manipulador hace que Sócrates pida disculpas anticipadas para Hermócrates, debido las inexactitudes que le hará decir como resultado de la adaptación del texto.

Seguramente tendrá que exponer otros temas históricos escabrosos, desde el punto de vista de la Censura Romana. Nunca podremos comprobar esto porque el Hermócrates ha desaparecido.

El interpolador nos da una nueva pista por medio de la advertencia que Sócrates hace a Kritias, cuando alude a la opinión del público respecto al "Poeta anterior". Está haciendo una velada referencia al "Poeta" Homero, el cual logró un gran reconocimiento público con La Odisea, donde también trató sobre la Cultura Atlántica. También es altamente probable que el interpolador nos esté sugiriendo aquí que fue el filósofo —que no poeta— Homero, el innombrable autor del cuarto diálogo de Platón.

Recordemos que en el Timeo, 21d, Kritias hace referencia explícita a Homero, diciendo que si Solón hubiese versificado la gesta Ateniense, le habría superado en fama ¿por tratar con mayor amplitud, precisión y calidad poética el mismo tema?

Las numerosas coincidencias entre La Odisea y el relato de la Atlántida del Kritias han sido señaladas por algunos investigadores(1)(12).

En realidad se trata de un guiño más que nos hace el interpolador, porque ha tendido una celada a una Censura que no se entera de nada. Veamos:

Si Homero también trató en La Odisea sobre la Cultura Atlántica, en una época anterior a la de Solón, y su obra fue tan famosa,

¿Cómo es que Solón, que es posterior a Homero, ignoraba todo acerca del asunto hasta que fue "informado" en Egipto por los sacerdotes de Sais?

... Permitidme, ante todo, hacer la observación de que los años transcurridos desde la guerra que tuvo lugar entre los que habitaban más allá de las Columnas de Hércules y los que habitaban dentro de ellas, suman 9.000 … (Kritias, 108e)

Kritias afirma que en una época 9.000 años anterior a la de Solón, la Cultura Atlántica, que constituía un gran Imperio, trató de conquistar los países mediterráneos, Europa Oriental, Egipto y Asia Menor.

Es más que probable que la fecha sea falsa. Los hallazgos arqueológicos en la Europa Occidental lo confirman. Parece que la Censura del Imperio Romano sólo consintió la interpolación de los textos del cuarto diálogo bajo la condición de que el relato se presentase de un modo casi intemporal, para que resultase irreal a los lectores de los Diálogos.

En el siguiente párrafo, el interpolador nos revela que la Censura prohíbe expresamente nombrar a los personajes importantes de la Historia de la Cultura Atlántica:

... antes de comenzar la narración, debo advertiros de que "no os debéis sorprender si escucháis que a los bárbaros se les dan nombres Helénicos" … (Kritias, 113a)

Nos sugiere que, de manera habitual, los autores Griegos de la Antigüedad escribían los nombres autóctonos de las personas de otros países sin traducirlos al griego; ya que, socarronamente, "intenta evitar" que nos quedemos estupefactos viendo que los nombres de los líderes Atlantes nos serán presentados con su significado traducido al griego. Algo totalmente anómalo.

Después de tanto pedirnos indulgencia por las imprecisiones que hará cometer a Kritias y Hermócrates en sus exposiciones sobre la historia de la Atlántida, el interpolador ahora nos deja boquiabiertos con su audacia —los censores Romanos debían estar en la inopia—, haciendo que Kritias nos confirme que conoce exactamente el contenido de "los documentos que se trajo Solón de Egipto", puesto que "están en su poder", posiblemente heredados de su bisabuelo:

... mi bisabuelo tenía los documentos originales, "los cuales están todavía en mi poder", y "los estudié con cuidado cuando era niño" ...

… "la historia, que entonces era muy larga", comenzaba así ... (Kritias, 113b)

O sea, que la historia de la Atlántida estaba perfectamente documentada en el cuarto diálogo. Además, los documentos originales contenían un largo relato, de donde se infiere, ahora sin duda alguna, que solamente se nos transmitirán expurgados.

4.6 Una Descripción Más Detallada de la Organización Política y la Geografía del Imperio Atlante.

Intencionadamente nos recuerda el interpolador, en Kritias, 108e, que el territorio de la Atlántida era una enorme "isla", "mayor que Libia y Asia juntas", aprovechándose de la prohibición de hablar explícitamente sobre los territorios que abarcaba el Imperio Atlante. No obstante, dentro de poco veremos que esta descripción ha sido hecha para poder utilizar de nuevo la polisemia.

A partir de Kritias, 114a, comienza la descripción de la historia del Imperio Atlante:

Poseidón, que había tenido "diez hijos" (de "cinco alumbramientos de gemelos"):

.... dividió toda la "isla" Atlántida en diez partes. "Dio al primogénito de los gemelos mayores el territorio materno y la tierra circundante", que era la mayor y mejor, y le hizo rey sobre los demás. A los otros los hizo príncipes y les dio el gobierno sobre muchos hombres y un gran territorio. Les dio nombre a todos: al mayor, "que fue el primer rey", le puso por nombre "Atlas", [aquí alguna traducción(8) escribe "Atlante", el cual sería el nombre original, puesto que se ajusta bien a su derivado "Atlántico" que se ha conservado hasta nuestros días. La forma "Atlante" también ha sido utilizada en Timeo, 25a. Esto indica que ha habido posteriores acciones de la Censura sobre los textos del Timeo manipulados por nuestro filósofo griego] por quien fueron llamados Atlánticos el Océano" y toda la "isla" … (Kritias, 114a,b)

La organización política de los Atlantes se trataba de un Imperio. Sus gobernantes probablemente ostentaban el título de Atlante, que sería equivalente al de Emperador en el Imperio Romano.

El nombre del Océano Atlántico, que ha perdurado hasta nuestros días, provendría del título de Atlante, cuyo Imperio, una talasocracia, dominaría sus aguas.

El Atlante se reservaba para sí el gobierno de la región más grande y productiva, la región desde donde había comenzado la expansión del Imperio. Los restantes territorios que habían sido incorporados al Imperio con anterioridad a la invasión —los territorios norteafricanos y los territorios del occidente europeo, hasta Egipto y Tirrenia respectivamente— estaban divididos en nueve provincias.

Para el control de las provincias, el Atlante delegaba el poder en nueve gobernadores ¿con título de príncipe? que se ocupaban, con cierta autonomía, del gobierno de los territorios que les eran asignados. Esto se trata de algo normal, puesto que la organización del Imperio Persa y la del propio Imperio Romano tuvieron un sistema similar.

4.7 En el Kritias se Ha Conservado el Nombre Ancestral de la Actual Ciudad de Cádiz.

Resulta increíble que los censores Romanos hayan consentido que se transmitiese la siguiente información:

... A su hermano gemelo que "nació después" de él, y obtuvo en herencia "el extremo de la isla hacia las Columnas de Hércules, frente al país que ahora se denomina la región Gadeirica", le dio el nombre que en la lengua Helénica se dice Eumelo, pero "en el lenguaje del país que recibió de él su nombre, Gadeirón" … (Kritias, 114b)

A pesar de que el interpolador nos ha dicho antes que solamente se darán los nombres de los Atlantes traducidos al griego, aquí nos brinda un nombre propio y un topónimo autóctonos de la Cultura Atlántica. Por si esto fuera poco, nos indica la exacta localización geográfica del topónimo mediante la expresión polisémica que hemos señalado entrecomillada, así como la frase que permite su correcta interpretación.

Al gemelo que "nació después" de Atlante, cuyo nombre en el idioma de los Atlantes era Gadeirón (Gadeiron), le tocó en suerte "el extremo" de "la isla" que está situada "hacia las Columnas de Hércules". Esto se entiende así porque la narración viene desde el Océano Atlántico hacia el Mediterráneo, y también gracias a la aclaración que nos da para la expresión polisémica: "frente al país que ahora se denomina la región Gadeirica (GadeirikhV)".

El interpolador hace referencia al "extremo" de una de las islas del antiguo archipiélago que dio origen a la actual bahía de Cádiz, con lo cual consigue hacer alusión, de forma velada, a la ciudad de Gadeira(13) (Gadeira), la Gades de los Romanos. Esta ciudad sería la capital de esa provincia del Imperio Atlante, la región Gadeirica, probablemente el primer territorio que anexionó —"nació después".

Las zonas sombreadas del mapa de la Fig. 1 muestran una propuesta de reconstrucción del primitivo archipiélago y de la costa de la misma época. La sedimentación producida por el trabajo combinado de las olas del Océano Atlántico y la corriente del río Guadalete a lo largo de los siglos, ha dado lugar al relleno de la antigua bahía. La línea de trazos muestra el perfil de la costa actual.

Este importante dato que nos proporciona nuestro hombre —y que es confirmado por el filósofo Estrabón en su Geografía—, ha sido verificado por los hallazgos arqueológicos.

Todas las propuestas para la reconstrucción de este archipiélago basadas en las evidencias arqueológicas disponibles, coinciden en que la primitiva ciudad de Gadeira, hoy Cádiz, estaba emplazada en "el extremo" de "la isla" situada "hacia las Columnas de Hércules" (14) cuando se viene desde el Océano Atlántico hacia el Mediterráneo.

La región que está enfrente de la isla, el área geográfica que hoy contiene a la provincia de Cádiz, se llamaba Gadeirica, nombre Atlante "derivado de Gadeirón", al igual que "el nombre de la ciudad", o viceversa. Esta designación estaba en uso en los tiempos de Platón, o, quizás todavía, en el Siglo I a.C. —antes de la orden de César Augusto.

Lo anterior conduce ineludiblemente a las siguientes conclusiones:

El nombre de la ciudad de Gadeira, no es Griegoni Fenicio. Se trata de un topónimo autóctono de la Cultura Atlántica.

 

Las terminaciones en eiro / eira, que continúan vivas en los idiomas hablados en el occidente y el norte de la Península Ibérica, son de origen ibérico prerromano.

– ¡Y las Facultades de Filología enseñando desde hace siglos que provienen del latín!

Infortunadamente, a pesar de que el interpolador nos apunta los nombres históricos ancestrales de la ciudad y la región geográfica que actualmente denominamos Cádiz, no puede decirnos explícitamente el nombre y la situación geográfica del corazón del Imperio enemigo de Roma, el país que estaba gobernado directamente por el Atlante; ni tampoco nos puede decir nada del resto de las Provincias del Imperio Atlante.

... "Todos éstos y sus descendientes habitaron y gobernaron durante muchas generaciones, varias islas del mar abierto, y también, como ya se dijo, ostentaban el dominio de los países situados más acá de las Columnas, hasta Egipto y Tirrenia". (Kritias, 114c)

Se nos "recuerda" ahora lo dicho en Timeo, 25a. Esta es la descripción exacta de los territorios que abarcaban las Provincias del Imperio Atlante antes de la invasión. Podemos observar que el interpolador, una vez que ha conseguido hablarnos de Gadeira, ya no menciona "la gran isla del Atlántico, mayor que Libia y Asia juntas". En adelante, y por coherencia, solamente utilizará la palabra "isla" para referirse al país Atlante.

A continuación da comienzo la descripción del territorio que constituía el corazón del Imperio Atlante:

... Atlas tuvo una familia numerosa y honorable, y ellos conservaron el reino. "Durante muchas generaciones, el hijo primogénito transmitió el poder a su hijo primogénito".

Tuvieron tal cantidad de riquezas como nunca antes poseyeran reyes y potentados, ni es probable que suceda de nuevo. La ciudad y el campo les proveían de todo lo que necesitaban.

A causa de la grandeza de su Imperio, muchas cosas les eran traídas de los países extranjeros, y la propia isla proporcionaba la mayor parte de lo que necesitaban para vivir. En primer lugar, extraían de la tierra todo lo que encontraban en ella, sólido o fusible, y "eso que ahora sólo es un nombre y entonces era algo más que un nombre, el oricalco, era extraído de la tierra en muchas partes de la isla, siendo lo más apreciado en esos tiempos, con la excepción del oro" … (Kritias, 114d,e)

El poder se transmitía dinásticamente al hijo primogénito del Atlante. Las descripciones de las riquezas que habían acumulado y de los recursos naturales del territorio pueden considerarse obvias, puesto que se nos está hablando de un gran Imperio, pero también indemostrables actualmente, mientras no lo confirme definitivamente la Arqueología. No obstante, los hallazgos de tesoros prerromanos en Galicia, sirva como ejemplo el Tesoro Prerromano de Caldas de Reyes, en la provincia de Pontevedra, apuntan que vamos en el buen camino.

—Pero ¿a qué viene esto ahora?

—Sigue leyendo, querido amigo, más adelante tienes la respuesta.

Del resto de este párrafo, en nuestra opinión lo más interesante es la mención de que había varias minas en el territorio que gobernaba el Atlante —consideradas agotadas en los tiempos de Platón, o del interpolador—, de las que se extraía un mineral extraordinariamente raro. Del mineral se obtenía un metal al que se daba el mismo nombre que al mineral. En el Kritias se le denomina òreícalkoV, palabra que siempre se ha traducido por oricalco.

4.8 El Oricalco.

La palabra òreícalkoV es una palabra compuesta de otras dos: ore y calkóV. El significado de la palabra ore —ore— es monte, montaña. La palabra calkóV —calcos— era utilizada por los antiguos griegos para designar tanto al cobre como al bronce, de modo que oricalco puede tener dos significados: "cobre de montaña" y "bronce de montaña".

Como la palabra oricalco no ha sido utilizada en el texto para designar al cobre o al bronce, puesto que Platón —y el interpolador— habrían escrito simplemente calkóV, y no pareciendo razonable traducirlo como "bronce de montaña" —el bronce es un producto manufacturado que no hay en las montañas de manera natural—, los traductores, ante el problema de la compresión de su significado, siempre han considerado la palabra òreícalkoV como intraducible, y han escrito oricalco.

Si, según "Platón", el oricalco era una mena que producía directamente bronce cuando se procesaba en un horno de beneficio, se infiere que contenía simultáneamente cobre y estaño. Dado que se pensaba que no existe tal mena en la Naturaleza, incluso algunos historiadores han considerado al oricalco como una licencia poética de Platón(1).

A pesar del escepticismo de tales historiadores, el investigador Madroñero de la Cal(15), doctor ingeniero metalúrgico, nos informa de la existencia de un mineral que contiene simultáneamente cobre y estaño.

Este investigador, cuando hace referencia a las minas de cobre de Galicia que fueron explotadas antiguamente, cita al historiador investigador Luis Monteagudo(16), quien, a su vez citando a Schuchhardt(17), nos deja saber que el mineral de una antigua mina localizada en A Barqueira, parroquia del municipio de Cerdido, en la provincia de La Coruña, contiene del 26 al 30% de mena de cobre y del 26 al 29% de mena de estaño, por lo que al beneficiar dicho mineral se obtiene directamente bronce.

Según Luis Monteagudo, esto explica las puntas de flecha fabricadas de bronce que se encontraron en esa zona, datadas entre el 2.000 y el 1.900 a.C..

¡La abundancia de bronce que disfrutarían los habitantes de la zona de A Barqueira para emplearlo en puntas de flecha, que son consumibles de un solo uso, tanto para la caza como para la guerra! ¡Esto equivaldría hoy en día a disparar con balas de plata!

Es realmente sorprendente que Adolf Schulten(18) afirme —en contradicción con lo que nos dicen Madroñero de la Cal y Luis Monteagudo— que lo que Schuchhardt escribió es: "En Europa hay tan sólo una región en la cual se encuentran juntos cobre y estaño: Cornualles. En ella el mismo mineral contiene del 26 al 30% de cobre y del 26 al 29% de estaño".

Pero, todavía es más extraordinario que Adolf Schulten, "sabiendo" donde hay oricalco, no haga uso alguno de este dato en su búsqueda de la capital de la Atlántida en el sur de España, una operación que el Duque de Tarifa financió a fondo perdido.

4.9 La Metalurgia del Oricalco y su Influencia Sobre la Cultura Atlante.

Obviando a Adolf Schulten en esta cuestión, si hacemos una primera aproximación a los resultados que se obtendrían procesando en un horno de beneficio la mena de la mina de A Barqueira, vemos que se podría conseguir un bronce con una composición media de un 50% de cobre y un 50% de estaño.

Para este bronce, según el diagrama de equilibrio cobre–estaño, la temperatura de fusión no es muy alta, unos 680 ºC, si la comparamos con la temperatura necesaria para conseguir la fusión del cobre, unos 1.083 ºC. Por lo tanto, esta relativamente baja temperatura de fusión facilitaría el beneficio del oricalco, pudiendo usarse para ello incluso combustibles pobres.

No obstante, muy cerca de A Barqueira, en As Pontes, los antiguos habitantes de la comarca disponían de todo el lignito que pudiesen necesitar, con el cual se pueden alcanzar las temperaturas de fusión del cobre y del hierro.

La Cultura que dispuso de este mineral probablemente descubrió el bronce sin ser consciente de ello al principio. Pensarían que se trataba de un metal —el oricalco—, según "Platón".

De modo inmediato, gracias al oricalco, los Atlantes descubrirían que también podían obtener el mismo "metal" fundiendo cobre y estaño puros, tras obtenerlos previamente beneficiando sus menas por separado. Es posible que también denominaran con la palabra oricalco la aleación obtenida mediante el segundo procedimiento, lo que ayudaría a que durante mucho tiempo se mantuviera en secreto la fabricación del bronce.

Tenemos que concluir que la existencia del oricalco no es un mito. El mineral de la mina de A Barqueira es una "mena del bronce", y puede denominarse con propiedad "bronce de montaña".

Aún siendo las propiedades mecánicas del oricalco inferiores a las de los bronces ordinarios —éstos se fabrican con un contenido máximo de estaño del 22%—, superaron extraordinariamente las del resto de los materiales que se empleaban en el neolítico, lo cual sin duda permitió que la Cultura Atlántica obtuviera ventaja sobre las culturas vecinas.

El descubrimiento del oricalco, y casi simultáneamente el de los bronces ordinarios, trajo consigo la posibilidad de disponer de armas y herramientas mucho más resistentes y duraderas, fabricadas de un material que además podía reciclarse cuando se deterioraban por el uso.

Esto produjo, sin lugar a dudas, un poderoso desarrollo económico y tecnológico de la Cultura que habitaba la región donde se hallaba tan preciado mineral. Las actividades mineras fueron impulsadas con el fin de disponer de más cantidad de oricalco. Lo mismo sucedió con la industria metalúrgica, la cual, beneficiando las menas que se extraían, incrementó la producción de armas y herramientas de oricalco para satisfacer una creciente demanda.

El incremento de la productividad que se conseguía con las nuevas herramientas potenció el desarrollo de las actividades económicas que hacían uso de éstas, tales como la minería; la agricultura; la silvicultura; y la carpintería, aplicada a construcción de viviendas, mobiliario y otros utensilios. Muy pronto una incipiente construcción naval en madera comenzaría a producir pequeñas embarcaciones, en un principio dedicadas a la pesca en las rías gallegas.

Tan rápida expansión de la economía obligó necesariamente, debido a las acumulaciones de capital que se produjeron, a la invención de un sistema de escritura y de métodos de cálculo matemático; al desarrollo de actividades propias de la industria de servicios; y a la mejora de las vías de comunicación, como consecuencia del enorme incremento del comercio. Las demás ciencias, las artes y las letras progresarían paralelamente de modo natural con el paso del tiempo.

Al mismo tiempo, gracias a las nuevas armas fabricadas de oricalco, también aumentó indudablemente su influencia político-militar sobre las Culturas que habitaban las regiones vecinas, las cuales tendrían que reunir y beneficiar los minerales de cobre y estaño por separado para poder tener la oportunidad de hacer el descubrimiento del bronce. No es de extrañar que, después del oro, este "metal", el oricalco, haya sido el más valioso de la época, tal como decía el cuarto diálogo de Platón.

Seguramente el interpolador nos habla de las minas de oricalco porque sabe que, a causa de la rareza de esta mena del bronce, nos conducirán inexorablemente a la localización geográfica del territorio gobernado por el Atlante, país que querría indicarnos explícitamente, pero la censura no se lo permite. 

4.10 La Tecnología Metalúrgica de los Atlantes.

Continuando con la lectura del Kritias, nos encontramos con las descripciones de la "capital" y del "territorio" que gobernaban los Atlantes:

... [los Atlantes] construyeron sus templos, dársenas y puertos, y dispusieron todo el país del siguiente modo:

"En primer lugar, levantaron puentes sobre las zonas de mar [los tres canales circulares concéntricos que anteriormente había excavado Poseidón] que rodeaban a la antigua metrópolis, haciendo una calzada hacia y desde el palacio real" …

… Comenzando desde el mar, "cavaron un canal de trescientos pies de ancho, cien pies de profundidad y cincuenta estadios de longitud hasta la zona más exterior", haciendo un acceso desde el mar hasta ésta —la cual se convirtió en un puerto—, y dejando una abertura suficiente para permitir el paso de las más grandes naves. Además "abrieron, siguiendo la dirección de los puentes, las zonas de tierra que separaban las zonas de mar", dejando espacio para que una sola trirreme pudiese pasar de una zona a la otra, y "cubrieron los canales" de forma que dejasen paso por debajo para las naves, pues "las riberas estaban considerablemente elevadas sobre el agua".

La mayor de las zonas, hacia la cual se había abierto el canal desde el mar, tenía una anchura de tres estadios. La zona de tierra más próxima tenía la misma anchura; pero las dos zonas siguientes, la de agua y la de tierra, eran de dos estadios; y la que rodeaba la isla central era sólo de un estadio de anchura. La isla, en la que estaba situado el palacio, tenía un diámetro de cinco estadios."Todo ésto, incluyendo las zonas y el puente, que tenía la anchura de la sexta parte de un estadio, lo rodearon con un muro de piedra en su totalidad, instalando torres y puertas sobre los puentes" por donde entraba el mar.

"La piedra que se usaba en los trabajos era extraída del subsuelo" de la isla central y del subsuelo de cada una de las zonas, tanto por la parte exterior como por la interior. "Una clase era blanca, otra negra y la tercera roja". "Al tiempo que las extraían, excavaban dársenas dobles, las cuales tenían sus techos formados por la roca nativa".

Algunos de sus edificios eran simples, pero en otros "mezclaban diferentes piedras, variando el color" para agradar a la vista, y ser fuente natural de delicia.

"Cubrieron con una capa de cobre la totalidad del muro que rodeaba a la zona más exterior. La totalidad del siguiente muro la cubrieron con estaño, y el tercero, que rodeaba a la ciudadela, brillaba con la roja luz del oricalco". (Kritias, 115c–116c)

Al principio del texto seleccionado se nos presenta la panorámica de una Cultura que construía templos, puertos, calzadas, etc., es decir, una Cultura tan desarrollada como pudiesen estarlo la Romana o la Griega. Sin embargo, la grandiosidad de las obras civiles que se relatan a continuación, si tenemos en cuenta que 1 estadio ≈ 185 metros, contribuye a que tengamos la sensación de la imposibilidad de la existencia de una capital Atlante como la que se describe en el relato.

Seguramente nuestro maestro de retórica está haciendo una alegoría. Hagamos un intento de interpretación del posible mensaje.

Si dibujamos a escala la capital Atlante, de acuerdo con las dimensiones que se indican en el texto, conseguiremos un dibujo que tiene el aspecto de un símbolo —ver Fig. 2. Llama extraordinariamente la atención su parecido con los símbolos más característicos de los grabados rupestres del noroeste de la Península Ibérica, las Combinaciones Circulares, según la nomenclatura adoptada por los historiadores(19) —se presentan como ejemplos las Figs. 3, 4 y 5(20).

 

 

 

Las representaciones de estos símbolos descubiertas hasta el presente en la Península Ibérica, se extienden por un área geográfica que comprende las cuatro provincias de Galicia y la zona norte de Portugal, hasta el Duero.

Las Combinaciones Circulares son, tras las Cazoletas, el motivo más abundante en los petroglifos del noroeste peninsular. De modo unánime, estos símbolos han sido fechados por los investigadores en la Edad del Bronce(19), después de compararlos con símbolos similares existentes en los demás países de la Europa Occidental: Irlanda, Gran Bretaña, la Península Escandinava, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Francia, Suiza y Norte de Italia.

Esta zona geográfica se asemejaría, en un principio, a la extensión del Imperio Atlante en el continente Europeo antes de la invasión, tal como se nos dice en el Timeo y el Kritias.

Las Combinaciones Circulares pueden haber sido el símbolo que utilizaban los Atlantes para representarse a sí mismos. Su significado los caracterizaría de un modo inequívoco ante los demás pueblos de la época.

Se han propuesto diferentes interpretaciones del significado de las Combinaciones Circulares, tales como altares de sacrificio; motivos simbólico-religiosos; mapas; representaciones de cabañas; de túmulos megalíticos; de trampas de caza; y un largo etcétera.

Sin embargo, el investigador Madroñero de la Cal(15) ha propuesto una interpretación singular del significado de las Combinaciones Circulares. Los resultados de su trabajo le llevan a concluir que representan hornos de beneficio de la Edad del Bronce.

Como hemos visto anteriormente, tal vez no haya nada que mejor represente a los Atlantes que su industria metalúrgica del bronce. Los Atlantes debían estar sumamente orgullosos de ser los descubridores del bronce —al menos en el occidente europeo. La representación de un horno de beneficio sería el símbolo que mostraba inequívocamente de dónde emanaba su poderío.

El párrafo que hemos seleccionado es una descripción alegórica de la metalurgia del bronce, y da soporte a la interpretación que propone Madroñero de la Cal(15) para las Combinaciones Circulares. Nuestro interpolador, hablando en forma velada, además de describirnos el símbolo Atlante que representaba un determinado tipo de horno para la fabricación de bronce bruto, a partir del beneficio directo de menas del cobre y del estaño, nos indica algunos de sus detalles constructivos.

De acuerdo nuestra interpretación del texto seleccionado, el horno de fabricación de bronce de los Atlantes era de planta circular, y de complejo diseño. De forma esquemática, presentamos una vista superior y una sección horizontal intermedia en la Fig. 6, y una sección vertical de éste en la Fig. 7.

El diseño de este horno —en realidad se trata de un conjunto de hornos que pueden trabajar por separado, o conjuntamente— es bastante sofisticado.

En nuestro croquis hemos representado un diseño que consta de seis hornos de fabricación de bronce, pero, debido a que desconocemos el tamaño que tendría uno de estos hornos en la realidad, puesto que la información se nos transmite de forma simbólica en cuanto a sus dimensiones, el número de hornos de beneficio que compondrían un horno de este tipo admite diversas posibilidades.

Los metalurgistas saben que la fabricación del bronce no es algo trivial. Para evitar la pérdida de estaño se empieza fundiendo el cobre, al cual, una vez fundido, se agrega el estaño caliente. En caso contrario el estaño se oxidaría y escaparía, perdiéndose en gran cantidad. Después de la adición del estaño, se revuelve la masa y se hace la colada.

Como veremos a continuación, el horno de los Atlantes es una solución técnica para la obtención de bronce bruto a partir del beneficio directo del oricalco; o de las menas de cobre y estaño. Permitía gran flexibilidad para la obtención de coladas de bronce bruto de un volumen deseado, poniendo en marcha los hornos que se considerasen necesarios.

Si observamos la Fig. 7, cada horno de beneficio de mena de cobre, cuyo crisol estaría constituido por "unas dársenas dobles excavadas bajo la Zona de Tierra externa" (4), trabajaba en serie con un horno de beneficio de mena de estaño, cuyo crisol lo formarían "unas dársenas dobles excavadas bajo la Zona de Tierra interna" (5).

La puesta en marcha de un proceso de fabricación de bronce, una vez precalentado adecuadamente este horno de fundición, comenzaba por la "Zona de Tierra externa", donde se mezclaban "piedras rojas y negras" —la cuprita (Cu2O), mena del cobre de color rojo (88,8% de cobre teórico), con carbón vegetal y fundentes— sobre la parrilla del horno, o "techo de las dársenas dobles" excavadas bajo esta "Zona de Tierra". El "puente de la Zona de Mar externa" (2.1), el cual "estaba cubierto y disponía de puertas en sus extremos" (7.1), al igual que los demás "puentes" (7.2)(7.3), servía de tobera para el soplado de aire con el fin de mejorar la combustión y conseguir la reducción pirometalúrgica de la cuprita; así como para la retirada de las escorias de la fundición del cobre, para lo cual era necesaria la apertura de "las puertas a cada lado del puente" (6.1) (6.2).

Una vez recogido el cobre fundido en el crisol (4), "habiendo quedado recubierto con una capa de cobre el muro que rodeaba la Zona de Tierra externa", se abrían "las puertas del puente cubierto de la Zona de Mar intermedia" (6.3)(6.4), pasando el cobre fundido, con una temperatura superior a los 1.083 ºC, a través del "puente" (2.2) al crisol del horno de beneficio de estaño (5) —"las dársenas dobles excavadas bajo la Zona de Tierra interna".

En esta zona se habían mezclado previamente "piedras blancas y negras" —la casiterita masiva (SnO2), mena del estaño de color blanco (cuando es muy pura), fundentes y carbón vegetal— sobre la parrilla del horno, o "techo de las dársenas". La inflamación del carbón vegetal se producía espontáneamente, debido a la brusca elevación de la temperatura del aire bajo la parrilla (su temperatura de inflamación es del orden de 200 a 300 ºC, aproximadamente), lo que producía la reducción pirometalúrgica de la casiterita masiva y, por consiguiente, la adición de estaño al baño de cobre fundido.

Finalmente, "habiendo quedado cubierto con una capa de estaño el muro que rodeaba la Zona de Tierra interior", se abrían las "puertas (6.5)(6.6) del puente cubierto de la Zona de Mar interior" (2.3), pasando el bronce fundido al crisol colector del horno (1), la "Isla Central", donde se recogían las coladas de los diferentes hornos. Evidentemente, el muro que rodeaba la "Isla Central" brillaba con la roja luz del bronce en estado líquido —"la roja luz del oricalco". Tras revolver la masa, la colada se hacía por el "canal que unía la Isla Central con el mar" (3).

El horno de los Atlantes también permitía el reciclaje del bronce usado. Para ello se podía utilizar la "Zona de Tierra exterior", que es la parte del horno que permite alcanzar las temperaturas más elevadas.

Esta alegoría también ayuda a fijar la datación de la época en que se produjo la invasión Atlante, y, por consiguiente, la de las Combinaciones Circulares de los petroglifos. La alegoría nos habla de la época más arcaica de la fabricación del bronce, en la cual éste se obtenía por el beneficio directo de las menas del cobre y del estaño —o, como hemos visto, de la mena denominada oricalco.

Cuando hubo mejorado el conocimiento metalúrgico con el paso del tiempo, ya en la segunda época del bronce, éste se fabricaba mezclando por fusión cobre y estaño metálicos, obtenidos independientemente por el beneficio de sus respectivas menas(14), lo cual permite un mejor control de las proporciones de cobre y estaño en la aleación.

Según todo lo anterior, concluimos que no estamos ante una descripción de la capital Atlante, sino que se trata de una alegoría que nos suministra datos de la tecnología metalúrgica de la Cultura Atlántica para la fabricación masiva de bronce bruto, mediante el beneficio de la cuprita y la casiterita, en la época inmediatamente anterior a la invasión.

Poco se puede decir acerca de las construcciones de los palacios, templos, hipódromos, gimnasios, estatuas, astilleros, obras hidráulicas, etc., que se describen en el Kritias, 116-117. Como los Romanos habrán arrasado todo hasta los cimientos, mientras que la arqueología no localice sus restos —aún siendo asumible su existencia— es inútil tratar de confirmar mediante especulaciones los datos contenidos en la narración, salvo que encontremos confirmación en testimonios contenidos en las obras clásicas llegadas a nosotros.

 Hay que destacar, por obvia, la mención del pago anual de impuestos procedentes de las regiones gobernadas por los príncipes —o reyes clientes— designados por el Atlante para la gestión de las provincias del Imperio.

También nos quedamos con la descripción de la profunda religiosidad de los habitantes de la Cultura Atlántica. Es tremendamente sugerente la "jacobea" mención de las ancestrales peregrinaciones de los devotos de todos los territorios que abarcaba el extenso Imperio Atlante, hasta el grandioso y suntuoso templo que había sido edificado en el territorio donde se encontraba la capital del Imperio, ya que de alguna manera tendrían que llevar sus exvotos y donaciones a éste:

... "allí traía la gente cada año, en la estación, los frutos de la tierra como ofrenda ..." (Kritias, 116c)

... Había también en el interior del templo otras estatuas que habían sido dedicadas por personas particulares. Y, alrededor del templo, en el exterior, había estatuas de oro de todos los descendientes de los diez reyes y de sus esposas; y "había muchas otras grandes ofrendas de reyes y de personas particulares, que provenían de la propia ciudad y de las ciudades extranjeras sobre las que tenían dominio. ..." (Kritias, 116e)

La descripción del resto del país de los Atlantes tiene que ser por fuerza otra alegoría, puesto que las obras civiles que se describen son imposibles:

... [la llanura] era de forma cuadrangular, extendiéndose tres mil estadios [555 km] en una dirección, y tierra adentro dos mil estadios [370 km] ... (Kritias, 118a,b)

... La profundidad y la anchura de este foso eran increíbles, y daba la impresión de que tan enorme trabajo, junto a tantos otros, no podían ser artificiales. Sin embargo, debo decir lo que se me contó:

Fue excavado con una profundidad de cien pies, y su anchura era de un estadio por todas partes. Se hizo alrededor de toda la llanura, y tenía diez mil estadios de longitud [1.850 km]. Recibía las corrientes que bajaban de las montañas, las cuales, rodeando la llanura y llegando a la ciudad, eran conducidas al mar. Además, también se abrieron en la llanura estrechos canales rectos de cien pies de ancho a través de la misma, y se conectaron a la zanja que conducía al mar. Estos canales estaban a intervalos de cien estadios, ... (Kritias, 118c,d)

Si dibujamos a escala las obras que se relatan, ver Fig. 8, de nuevo observamos que el dibujo obtenido presenta, como en el caso anterior, una semejanza con otro de los símbolos que suelen aparecer representados en los petroglifos de los países atlánticos europeos, los denominados Ajedrezados —para un ejemplo típico, ver Fig. 9.

  

 Puesto que el interpolador tiene gran interés en mostrarnos este símbolo, el cual nos describe en estrecha relación con el símbolo del horno de beneficio, debemos entender que se trata de otra alegoría, la cual también tiene que representar algo muy característico de los Atlantes, y relacionado con la metalurgia del bronce.

A nuestro juicio, este símbolo representa un molde de fundición para la obtención masiva de lingotes de bronce bruto, a partir de la colada del horno de beneficio que se nos describió anteriormente. Estos lingotes se tratarían posteriormente en hornos de crisol, donde se procedería al refino del bronce bruto, con el fin de utilizarlo para la fabricación de los objetos de bronce más diversos.

Es de resaltar que las alegorías de la capital y del territorio de los atlantes del Kritias presentan un extraordinario paralelismo con la alegoría del Puerto, de la obra El Escudo, atribuida al poeta Hesíodo:

... Allí "un puerto", buen refugio contra el embravecido mar, estaba "labrado en círculo", de "estaño fundido" igual que si "lo bañaran las olas". "Muchos delfines" en medio de él "saltaban aquí y allá" pescando, "igual que si nadaran". Dos resoplantes "delfines de plata" asustaban a numerosos peces. "Por debajo" "huían" "peces de bronce". Además, en la orilla, "había un hombre" con las trazas de pescador. "Tenía en sus manos" "una red" "con peces", "como si" de verdad "fuera a tirarlos" ... (Hesíodo, El Escudo, 205-215)

Esta alegoría también describe parte de un horno de fabricación de bronce mediante beneficio de menas de cobre y estaño, del mismo tipo que acabamos de ver.

El horno es de "diseño circular". Cuando funciona este horno de beneficio, las gotas de estaño fundido caen en el baño de cobre fundido. La pared del horno donde se beneficia la mena de estaño "es bañada" "por el estaño fundido". Cuando las gotas de estaño caen "aquí y allá" asemejan ser "delfines de plata". La colada del bronce se hace "por debajo" de los crisoles. Los lingotes —o "peces"— de bronce se obtienen en un molde "que tiene el aspecto de una red". Un hombre toma el molde en sus manos, una vez que la colada se ha enfriado, y se dispone a recuperar los lingotes de bronce.

Los textos del Puerto también pudieron ser amputados, ya que falta la descripción alegórica de la parte del horno donde se beneficiaba la mena del cobre. El Escudo presenta al horno Atlante para la fabricación de bronce como soporte de las actividades de Hércules. Un interesante dato que propone el siguiente desafío a los investigadores ¿Habrá sido Hércules un Atlante?.

4.11 La Organización Territorial, el Ejército y la Marina del País de los Atlantes.

Prosiguiendo con nuestra lectura, vemos que el país que constituía el corazón del Imperio Atlante estaba organizado en distritos. No obstante, el número de distritos que se indica tal vez puede estar exagerado, con el fin de mantener la estrategia de la aparente descripción de un país imaginario:

... Cada distrito de la llanura tenía que buscar un jefe para los hombres que eran aptos para el servicio militar. El tamaño de cada distrito era un cuadrado de diez estadios de lado. El número total de distritos era de 60.000. ... (Kritias, 118e-119a)

Esta descripción de la organización del territorio coincide, en un principio, con una de las interpretaciones que pueden realizarse respecto a la funcionalidad de la organización territorial de la Cultura que dominaba el noroeste de la Península Ibérica antes de la conquista Romana.

... A cada jefe se le exigía que aportara para la guerra la sexta parte de un carro de guerra, hasta componer un total de diez mil carros; también dos caballos y jinetes para ellos, además de un par de caballos para carro, sin silla, acompañados de un caballero que podía luchar a pie provisto de un pequeño escudo, teniendo un auriga que permanecía de pie tras el guerrero para conducir los dos caballos. También estaba obligado a proporcionar dos soldados de infantería pesada, dos honderos, tres lanzadores de piedras y tres soldados de infantería ligera ... (Kritias, 119a,b)

En este párrafo se describen el modo en que los Atlantes organizaban el reclutamiento militar, así como los diferentes cuerpos militares especializados que componían su ejército, un ejército típico del siglo I a.C..

Este texto, aún siendo con toda probabilidad un resumen del texto original, seguramente se ajusta con bastante fidelidad a lo que se decía en el cuarto diálogo de Platón. Los Atenienses se sentirían sumamente orgullosos de haber sido capaces de derrotar un ejército como éste.

Cada distrito aportaba soldados para cada uno de los diferentes cuerpos del ejército. No parece que hubiese distritos donde solamente se entrenaran soldados de un cuerpo militar especializado, lo que quiere decir que todas las técnicas militares de la época estaban difundidas por la totalidad del territorio dirigido por el Atlante. Esto facilitaría, en caso de necesidad, la rápida organización de un ejército completo con todos sus diferentes cuerpos especializados en una sola zona del país que gobernaba el Atlante.

Los cuerpos militares especializados del ejército invasor Atlante que se describen en el relato son los siguientes:

·          Carros de guerra tirados por dos caballos, tripulados por un auriga y un guerrero, el cual lanzaría venablos y flechas. Este guerrero iba equipado con un pequeño escudo —y seguramente con armadura, ya que sobre el carro ofrecía un buen blanco a los arqueros y honderos enemigos— y podía luchar a pie, si era necesario.

·          Caballería.

·          Infantería pesada.

·          Honderos y Lanzadores de Piedras —alguna traducción(8) añade Arqueros, lo cual es lógico.

·          Infantería ligera.

Para la interpretación de este párrafo, es de ayuda recordar que Julio César, en sus dos intentonas de invasión de Britania, nos cuenta que el ejército enemigo contaba con carros de guerra. Cada carro iba tripulado por un auriga y un guerrero. El guerrero, además de lanzar flechas y venablos a los enemigos, la mayoría de las veces saltaba del carro y luchaba a pie(21).

La alusión que en el siguiente texto se hace a la potente marina de los Atlantes, confirma nuestra sospecha de que en el Occidente Europeo existió, desde muy antiguo, una marina de guerra que impedía que progresase la expansión de las talasocracias mediterráneas por el Atlántico europeo.

... y cuatro marineros para cubrir la tripulación de mil doscientas naves. Así estaba dispuesto lo concerniente para la guerra en la ciudad real, lo de las nueve restantes lo estaba de otra manera que llevaría mucho tiempo relatar. (Kritias, 119b)

Lamentablemente, tampoco se nos deja saber cuáles eran las ocho restantes provincias que constituían el Imperio Atlante, además de la región de Gadeira, aunque hemos sido informados de que, antes de la invasión, el Imperio llegaba hasta Tirrenia y Egipto.

... Lo relativo a los puestos de gobierno y los honores estuvo ordenado desde el principio de la siguiente manera:

Cada uno de los diez reyes imperaba sobre los hombres y sobre la mayoría de las leyes en su parte y en su ciudad, y castigaba y mataba a quien quería.

"El gobierno y la comunidad de los reyes se regían por las disposiciones de Poseidón tal como se las transmitían la constitución y las leyes escritas por los primeros reyes en una columna de oricalco" que se encontraba en el centro de la isla, en el templo de Poseidón, donde se reunían bien cada lustro, bien, de manera alternativa, cada seis años, para honrar igualmente lo par y lo impar.

En las reuniones, deliberaban sobre los asuntos comunes e investigaban si alguno había infringido algo y lo sometían a juicio. Cuando iban a dar el veredicto se daban primero las siguientes garantías unos a otros: rogaban a Poseidón que tomara la ofrenda sacrificial que le agradara de entre los toros sueltos en su templo y ellos, que eran sólo diez, lo cazaban sin hierro, con maderas y redes. Al que atrapaban lo conducían hacia la columna y lo degollaban encima de ella, haciendo votos por las leyes escritas. ... (Kritias, 119c,d,e)

En el texto seleccionado se trata de explicar el modo en que se mantenía cohesionado políticamente un Imperio que ocupaba tan gran espacio territorial. Esto es indemostrable, aunque podría aceptarse en un principio, por ser lógico.

Observemos que aquí los gobernantes de las provincias atlantes son denominados reyes. Tal vez, con el paso de los siglos, las provincias atlantes se convirtieron en reinos independientes gobernados por dinastías atlantes. Sus reyes reconocerían como líder al gobernante del país conquistador que dio lugar al Imperio Atlante, cuando se requería unidad de acción en el caso de intereses o enemigos comunes. Algo parecido a la Commowealth, creada por la evolución del Imperio Británico. Nuestro razonamiento lo veremos confirmado más adelante, en Kritias, 120c, d.

Podemos observar que el oricalco se cita como metal cuando se describe la columna sobre la que estaban grabadas las leyes del Imperio Atlante.

Igualmente, llama la atención el peculiar modo de cazar el toro destinado al sacrificio —mediante lazos y redes— utilizado por los líderes Atlantes para el sacrificio a Poseidón. Su paralelismo con ritos parecidos en otros países del Mediterráneo Oriental, lo cual podría ser un rastro de la invasión Atlante, ha sido advertido por algunos investigadores(9).

Los vasos de oro encontrados en Vafeio, Esparta, muestran escenas similares, ver Fig. 10 y Fig. 11.


También lo podemos ver en los jeroglíficos del templo de Sethi I, en Abydos, Egipto, que muestran al Faraón Ramsés II cazando a lazo un toro destinado al sacrificio con la ayuda de su hijo primogénito, Amunherwenewmef, ver Fig. 12.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

... Había muchas otras leyes especiales acerca de los honores de cada uno de los reyes; lo más importante: no atacarse nunca unos a otros y ayudarse todos en caso de que alguien intentara destruir la estirpe real en alguna de sus ciudades, y tomar en común, como antes, las determinaciones concernientes a la guerra y a otras actividades, bajo la conducción de la estirpe de Atlas. Ningún rey podía matar a ninguno de sus parientes, si no contaba con la aprobación de más de la mitad de los diez. ... (Kritias, 120c,d)

Con este texto, donde se hace hincapié en la unidad de acción de los gobernantes de los diversos reinos en que se convirtieron las provincias que constituían el Imperio Atlante cuando la situación lo requería, y siempre bajo la dirección del Atlante, forzosamente tenemos que poner fin a nuestra lectura e interpretación de los textos del "inacabado" Kritias. Éstos se interrumpen "precisamente" cuando va a tener lugar la descripción del plan de los Atlantes para la invasión de la Europa Oriental, Egipto y Asia Menor.

4.12 Algunas Conclusiones Preliminares.

El impacto de la invasión de los Atlantes en la Historia de estas regiones tuvo que ser notable, debido a las largas contiendas que se originaron. Muy probablemente, los Atlantes llegaron a ocupar de forma permanente algunos países del Mediterráneo Oriental, instalando en ellos dinastías gobernantes.

Esto pudo dar lugar a que, siglos después, la Censura Romana, en su afán de borrar de la Historia al Imperio Atlante, en algún momento posterior a la interpolación de nuestro filósofo vio la necesidad de amputar el resto de los textos del Kritias; y de destruir el Hermócrates, lo cual explicaría la "desaparición" de éste y el aspecto de "obra inacabada" del Kritias.

Incluso es más que probable que hayan sido destruidos muchos otros diálogos de Platón. Es extrañísimo —mejor decir imposible— que en su Academia no se enseñara Historia de Atenas. Una prueba de esto la constituyen los textos del cuarto diálogo que han sobrevivido, que son textos históricos.

También hemos encontrado una prueba de que la metodología que sigue la Filología para el análisis del origen de la Lengua Gallega es absurda, gracias al nombre ancestral de la ciudad de Cádiz, Gadeira, el cual es un topónimo ibérico prerromano que ha sido conservado para la Historia por nuestro valeroso interpolador.

Si la Filología ha errado tan estrepitosamente en su análisis del origen de las terminaciones del gallego-portugués en eiro / eira, la metodología que emplea fallará de manera generalizada en todos los casos donde se aplique.

Y es que la Filología carece de una metodología científica para determinar el origen de las palabras del Idioma Gallego, siendo su único fundamento un sofisma probablemente medieval: "el Gallego deriva del Latín". Este sofisma habría sido elevado a la categoría de axioma en aquella época, por razones políticas, y así se ha mantenido hasta el presente.

Todos los esfuerzos que hizo y hace la Filología para el análisis de los orígenes de la Lengua Gallega, sólo tienen como único objetivo la justificación del sofisma más absurdo y miserable de la Historia de la Humanidad, creado hace siglos con el fin de arrebatarle al Pueblo Gallego la paternidad de su idioma.

Volviendo a la Historia, tras nuestro análisis consideramos que el Timeo y el Kritias constituyen una primera prueba de que todas las obras de Historia y Geografía que fueron escritas en los países de la Europa Oriental, Asia Menor y Egipto, con anterioridad a la época de César Augusto, fueron censuradas.

En consecuencia, o bien sufrieron el "retoque" de la Censura para hacerlas publicables; o bien fueron destruidas cuando se reveló inviable su adaptación a las directrices políticas que implantó César Augusto, las cuales se habrían mantenido en vigor mientras duró el Imperio Romano.

La desaparición de la inmensa mayoría de las obras de los historiadores y geógrafos no Romanos que fueron escritas con anterioridad a la ocupación de sus países por el Imperio Romano, de cuya existencia conocemos por referencias indirectas en las obras que llegaron a nosotros, se debería a esta causa.

Según lo anterior, también sería lógico que las obras de Historia y Geografía escritas por autores de los países ocupados durante el reinado de César Augusto y en los siglos posteriores, hayan sido manipuladas o destruidas. La Censura Romana habrá estado vigilante y, consecuentemente, habrá dejado su huella en las obras que se han conservado, con el fin de alinearlas con la Historia Oficial del Imperio.

Como resultado de estas prácticas, vamos a poder continuar detectando contradicciones, interpolaciones, omisiones y trazas de amputaciones en los textos anteriores y posteriores a la ocupación Romana de estos países.

También podrá darse el caso de que otros autores, eludiendo a la Censura, nos hayan transmitido de forma velada información prohibida. De todas estas posibilidades es más que seguro que veremos suficientes ejemplos en las obras que examinaremos a continuación.

 

BIBLIOGRAFÍA

(1)       TARTESSOS, Adolf Schulten, 1.945.

(2)       Platonis opera recensuit et commentariis instruxit, G. Stallbaum, VII (Timaeus et Kritias), Gota Erford, 1.838, pág. 35.

(3)       "The Place of the Timaeus in Plato’s Dialogues", G. E. L. Owen, The Classical Quarterly, N. S. 3, 47, 1.953, págs. 79-95.

(4)       The Unity of Plato’s Thought, P. Shorey, Chicago, 1.903.

(5)       Aristotle’s Criticism of Plato and the Academy, H. M. Cherniss, Baltimore, 1.944

(6)       Arete bei Platon und Aristoteles. Zum Wesen und zur Geschichte der platonischen Ontologie, H. J. Krämer, Heildeberg, 1.959.

(7)       Platón. Obras Completas VI, J. García Bacca, Caracas, 1.980.

(8)       PLATÓN. DIÁLOGOS, VI (Filebo, Timeo, Kritias), Mª Ángeles Durán y Francisco Lisi, Gredos, 1.992.

(9)       THE END OF ATLANTIS. New Light on an Old Legend, J. V. Luce, Thames and Hudson, London, 1.969

(10) Guerra de las Galias, III, XIII, Julio César.

(11) Historias, XXXIV, Polibio (referencia indirecta en Geografía, II, 4, 1, Estrabón).

(12) La Atlántida, Jurgen Spanuth, Ediciones Orbis, 1.985.

(13) Geografía, III, 1, 5, Estrabón.

(14) Tiro y las colonias fenicias de Occidente, Mª Eugenia Aubet. Crítica, 1.994. Pág. 230, Fig. 63.

(15) Una posibilidad de rastreo de los orígenes de la metalurgia del estaño en España, Antonio Madroñero de la Cal, Ediciós do Castro, 1.994.

(16) Metalurgia hispana de la Edad del Bronce, con especial estudio de Galicia y Norte de Portugal, Luis Monteagudo, Cesaraugusta, 4, 1.954, pág. 55.

(17) Alteuropa. Die Entwicklung seiner Kulturen und Völkern, C. Schuchhardt, 4ª Ed., Berlín, 1.944, pág. 214.

(18) TARTESSOS, Adolf Schulten, 1.945. Nota (2) en pie de la pág. 23 de la edición de Espasa-Calpe, 1.972..

(19) LOS PETROGLIFOS GALLEGOS. Grabados rupestres prehistóricos al aire libre en Galicia, Antonio de la Peña Santos y J. M. Vázquez Varela, Ediciós do Castro, 1.979.

(20) Fig. 3, una de las múltiples Combinaciones Circulares da Pedra dos Mouros, Mogor (Marín), Pontevedra; Fig. 4, Idem, en Pedra do Lombo da Costa, Sacos (Cotobade), Pontevedra; Fig. 5, Idem, en Monte dos Vilares, Pontecesures, Pontevedra.

(21) Guerra de las Galias, IV-XIV y XXXIII; V-XVI, Julio César.

  

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