El miedo como estrategia

(la profecía maya del 2012)

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Cuando un hombre se habitúa a la idea de ser la encarnación viva de una Verdad revelada, y por ende incuestionable, que diga barbaridades convencido de estar en lo cierto deja de sonar a excepción para parecerse demasiado a la norma. 

Actualmente, al igual que ocurre desde tiempos ancestrales, el miedo es una estrategia para forjar creencias con las que manipular a las masas humanas. Y especialmente esto tiene su mayor exponente en las doctrinas espirituales de sectas y religiones, que desde hace milenios transforman recurrentemente a los seres humanos en rebaños. 

Los pastores son personas con ciertas cualidades de liderazgo que arrogantemente se atribuyen la posesión de una verdad revelada, la cual por supuesto no pueden los demás cuestionar. Ellos son los transmisores de esa verdad incuestionable y los demás deben limitarse a creerlos y seguirlos. Para reforzar su doctrina emplean siempre como estrategia el miedo: un castigo en la vida postmorten o ser excluidos de una milagrosa salvación o transformación terrena que una fuerza suprahumana va a realizar en un tiempo próximo. 

Este modelo se remite continuamente desde hace miles de años y su validez demuestra que siempre habrá masas humanas, ingenuas y crédulas, manipulables como rebaño converso. Cada década tiene su paradigma. En nuestra década actual ha cobrado gran vigencia en ciertos círculos seudoespirituales el mito de las profecías mayas para el año 2012.

Todo surgió a raíz de un novelista norteamericano que, hace una o dos décadas, escribió una trama ficticia sobre una hipotética transformación planetaria, que supuestamente habían profetizado hace miles de años los sabios de la extinta y mitificada civilización maya.

Esta ficción fue recogida por variados grupos mesiánicos americanos (liderados sucesivamente por Argüeyes, Miyo y otros) para desarrollar un elaborado entramado de fantasía seudo mística y extraterrestre que ha calado en ciertas masas crédulas. 

Este autor norteamericano, cuyo nombre he olvidado, argumentaba haber descubierto una importante profecía (pura ficción,  y además como si las profecías se cumplieran...) que se manifestaría en la fecha en la que finalizaba una de las eras futuras del calendario maya. La cronología maya, basada en el katún, fraccionaba el tiempo en plazos cada vez mayores, al igual que también lo hacemos nosotros: décadas, siglos, milenios, etc. Los mayas no empleaban nuestro sistema decimal sino uno vigesimal. Pero esto no tiene importancia. La cuestión se origina en que una de sus eras, equivalentes a nuestros milenios, acaba en el año 2012 de nuestro calendario cristiano. Bastó este anecdótico hecho para que dicho novelista ficcionara la supuesta profecía y muchas personas creyeran que eso era una verdad científica, o más bien una seudo verdad mística. 

Pero los mayas, mitificados como una avanzadísima civilización, no fueron realmente sino una cultura fracasada más, que se destruyó a sí misma por el abuso de la gestión de sus recursos. Sabemos hoy día que esa civilización agrícola implosionó y que sus supervivientes son los indígenas que retornaron a las selvas y que hallaron allí posteriormente los conquistadores españoles. 

Los mayas antiguos desarrollaron bastante la arquitectura y las matemáticas, realizando un calendario inusualmente preciso para su grado de desarrollo. A simple vista, pues no conocían el telescopio, calcularon con buena precisión el movimiento del sol y algunos planetas, aunque erróneamente midieron el año con 365 días y no los 365.25 que tiene realmente. Fueron una civilización agrícola bastante avanzada, similar a las más antiguas de Mesopotamia, pero nada más. Lo demás es pura charlatanería y ficción. Ni conocían la rueda, ni los metales, ni la moneda, ni sabían que la tierra era redonda ni que giraba en torno al sol y mucho menos los secretos del universo. De hecho ni siquiera conocían la escritura alfabética. Tan sólo habían llegado al nivel de los jeroglíficos, los cuales en parte siguen siendo un enigma para los científicos, pues apenas se han logrado descifrar hasta ahora una fracción del total.

Al contrario que los jeroglífos egipcios, descifrados en el siglo XIX gracias al descubrimiento de la famosa piedra Rosetta (mediante la que se traducían los jeroglíficos egipcios a caracteres latinos), los jeroglifos mayas siguen pendientes en el día de hoy (2009) de hallar la clave de su interpretación definitiva. Recientemente se han traducido los textos de la escalinata maya encontrada en el yacimiento arqueológico Sabana Piletas (Campeche, México). Los 130 jeroglíficos del edificio Glifos forman la inscripción maya más extensa del Yucatán descifrada hasta ahora. (Arqueología Misteriosa: revista Más Allá). Pero esto es una excepción. Los arqueologos reconocen que se trata de algo único por su extensión y su estado de conservación.

En la última década los avances logrados por los filólogos han sido importantes. Hoy día la epigrafía y paleografía maya se encuentra en manos de estadounidenses. En la actualidad entre un 75% y un 80% de la escritura maya se puede leer con relativa facilidad. Los jeroglíficos o glifos mayas están formados por bloques cuadrados con un elemento principal y otros complementarios , que combina elementos geométricos o figurativos. Se trata de una escritura logo silábica, en la que los glifos pueden ser palabra o sílabas. 

Fue el franciscano Diego de Landa, que escribió en 1566 su obra Relación de las Cosas de Yucatán (publicada por primera vez en París en 1864) donde en sus páginas cuenta la llegada de los españoles a la península de Yucatán, haciendo una relación de las costumbres y las tradiciones de los indígenas, el único estudioso europeo que recogió algunos jeroglíficos mayas y su lectura alfabética. Sus comentarios sobre la escritura maya, (cuando todavía algunos indígenas sabían  comprender los jerogíficos), fueron de vital importancia para dar los primeros pasos en el desciframiento actual de esta misteriosa lengua.

Ningún mayólogo o profesor de universidad serio habla de esas inventadas profecías mayas, aunque un gran katún maya acabe de verdad correspondiendo a nuestro año 2012 (cruce de calendarios) no tiene mayor importancia que nuestro famoso año 2000 donde tanta gente pensaba iba a tranformarse la humanidad. Ni ocurrió nada en el 1000 ni en el 2000 ni en el 2012. 

La cuestión es que si les pides a estos líderes mesiánicos que defienden la profecía maya del 2012 que presenten pruebas documentadas de lo que dicen no podrán presentar ninguna, ya que estas pruebas no existen. Dicen que dicen .... las profecías de los sabios mayas .... pura charlatanería. Son en todo caso algunos mesiánicos mayas actuales (que se han apuntado a esta mística milenarista) los que dicen que dijeron los mayas antiguos. Sin embargo estos mayas presentes ni siquiera saben leer los jeroglíficos mayas del pasado. Luego mezclan eso con las revelaciones telepáticas de supuestas entidades extraterrestres que confirman esa profecía o desarrollan otras similares. Todo se trata únicamente de verdades reveladas, es decir puro autoengaño y superchería. Ninguna verdad científica, ninguna prueba racional ni demostrable, ningún argumento tangible, ni siquiera ningún aprendizaje serio ni investigación personal. Nadie sabe donde está recogida por escrito esa profecía maya. Al final se trata sólo de revelaciones de ciertos videntes o gurús mesoamericanos. Verdades reveladas ... para rebaños ... masas humanas fanatizables y manipulables. 

La cruda realidad es que  hay mucha gente deseosa de creerse todas estas verdades mesiánicas, especialmente cuando son reveladas, especialmente cuando se les dice que ellos por creerlas van a ser especiales o que de hecho ya lo son por seguirlas. Van a salvarse o van a contribuir a salvar a la humanidad. 

Lo único cierto es que la humanidad precisa de verdad un cambio de rumbo en su errático camino. Pero es necesario que los individuos comiencen a pensar por sí mismos, que nos liberemos de las manipulaciones, y que construyamos entre todos un  mundo mejor, pero con los pies en la tierra y no engañándonos con fantasiosos mesianismos de gurús telepáticos de falsa espiritualidad. 

De todas formas las sendas de la felicidad de cada uno son incontables y muy personales. Si alguien es feliz siendo miembro de un rebaño mesiánico pues entonces es que ese es su camino. Quizá eso refuerza su identidad y su autoestima. Pero no deja de ser un engaño que a esa persona le llena y la hace momentáneamente feliz. 

 

Chilam Balam: los libros proféticos mayas.

Calendario maya (calendario común mesoamericano)

 

 

 

Author: Kababelan

28 de febrero de 2009

 

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