El Seno Oscuro de Dios

KABABELAN BLOG

Retorno a Index

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entrada escrita por Kababelan el 10 de enero de 2009

 

 

 

Es el seno de la oscuridad el principio creador y no la luz, como equivocadamente creen algunos. Y esto ocurre tanto a las escalas macrocósmicas como microcósmicas. En el corazón de nuestra querida Vía Láctea late el gran agujero negro supermasivo (el origen de todo, incluso de nuestro espacio-tiempo), del cual ha surgido toda la materia, toda la energía y todas las estrellas de la galaxia. Bajo la oscura tierra de nuestro querido planeta Gaia brotan todas las semillas, de las que nacerán todas las plantas que embellecerán la faz de nuestro mundo. En el vientre oscuro de mi madre nací yo (como es arriba es abajo) hace ya varias décadas. En el oscuro seno de mi germinadora casera crecen los brotes de los que luego me alimentaré (oscuridad+calidez+humedad+semillas). Bajo la oscura capa de un huevo se gestan todos los seres ovíparos. Y en la oscuridad de la colmena nacen las larvas que luego serán las abejas. Esto es un principio del universo. La luz no puede crear, la oscuridad sí.

La luz puede sanar en ocasiones lo que está enfermo y hacer que se desarrolle aquello que la oscuridad (principio materno) ha creado. Pero la luz no tiene la capacidad de crear, sino de mantener o estimular el crecimiento, pero siempre que sea luz modulada. Si la luz no es modulada se convierte en principio destructor. Así el láser en cierta baja intensidad puede sanar o estimular una célula, pero en otra también quemarla hasta destruírla. Y también ocurre eso con las radiaciones del sol, muchas de ellas letales, aunque vivimos protegidos por el manto protector de nuestra querida Madre Tierra (Gea, Gaia, etc).

Para que la oscuridad sea creadora necesita ir acompañada de un calor modulado. Así todos los ejemplos mencionados anteriormente asocian oscuridad y calor, pero se excluye a la luz. La luz y el calor son dos ondas en diferentes escalas del espectro electromagnético. Se hallan más o menos en la franja media del espectro. La luz y el calor son dos herramientas del proceso creador, pero no son su origen. 

Muchas sectas modernas son adoradoras del sol (un suministrador de energía electromagnética) y se dicen crístianas o crísticas (prefieren este vocablo para diferenciarse de los cristianos tradicionales). Sin embargo si Jesús conociera tal cosa se horrorizaría, ya que él nunca fue un adorador del sol ni se asoció jamás con él. Fueron los paganos que se cristianizaron los que trajeron su culto al sol y lo sincretizaron con las enseñanzas de Jesús. 

Jesús no se refiere nunca al sol (una creencia pagana o de los gentiles como decía él) sino tan sólo con la luz o con el agua, así como con el pan o con el vino, y como no, también con la sangre. Quien beba de esta agua (su enseñanza) nunca más tendrá sed. El agua que yo doy es agua de vida. Etc. La luz es un principio para guíar, pero no para crear. En un mundo oscuro y templado puede existir la vida, la luz no es imprescindible. 

Los espeleologos han descubierto gigantescas cavernas subterráneas, que quedaron aisladas de la faz de la tierra hace millones de años, donde existen seres vivos, que habitan tanto en medio acuatico como terrestre. Por supuesto esos seres (de la escala de los crustaceos e insectos para abajo) son totalmente albinos. Aquí se mantiene el principio de la oscuridad y la no necesidad de luz. Si en estas grutas aisladas solo había seres pequeños (todo un ecosistema animal-vegetal) es porque por accidente de la naturaleza se sellaron sus entradas hace millones de años y quedaron allí atrapados estos minúsculos seres que han evolucionado en ese oscuro ambiente hasta nuestros días. Pero tambièn cabe la posibillidad de que haya planetas alejados de cualquier sol, donde se podría haber desarrollado la vida en toda la escala siempre y cuando hubiera suficiente calor geotérmico. 

Mi propia madre vivía por la noche y dormía por el día. No recibía nunca los rayos del sol y sin embargo estuvo siempre sana y no incubó enfermedades. Vivió hasta los 85 años y su cuerpo sintetizó las vitaminas sin necesidad del sol. 

La luz, a la que muchos endiosan, sólo es una herramienta, una determinada frecuencia de onda del amplio espectro electromagnético, pero no el ente creador. La luz no es la conciencia, aunque nos sirva utililzarla como metáfora de la conciencia. Pero confundir la metáfora con la realidad es un grave error propio de mentes simples.

 

 

 

James Lovelock, científico independiente creador de la famosa teoría Gaia: el planeta un organismo global.

 

 

 

 

 

El propio Génesis (libro que los cristianos se copiaron de los hebreos y estos de los babilónicos) afirma que Dios (el origen) utilizó la palabra (arquetipo creador de la conciencia) para crear la luz, la tierra, el aire, el agua y a los seres vivos. Es decir que la luz es un elemento más del universo y no su origen ni su principio creador. Por tanto es un gravísimo error de cualquier sendero espiritual confundir el principio con los medios, es decir al autor con sus herramientas, al pintor con sus pinturas. La luz no es principio ni fin sino un medio, un elemento del universo tangible. Pero Dios está más allá de todo esto. Y el espíritu no es luz, aunque se pueda manifestar a través de la luz o el sonido. La luz es un elemento de manifestación, pero no es ni el espíritu ni el creador. La luz es una maravillosa herramienta que bien modulada contribuye a la sanación y el crecimiento. Pero recuerda, no es el origen, no es dios.

Antes de que surgiera este fanatismo por la luz, en lejanos tiempos prebíblicos se asociaba al espíritu con el viento, que sopla y está en todas partes. No con la luz sino con el viento. Por eso el dios bíblico utiliza la palabra, el sonido, que sólo puede vibrar si hay aire, como la potencia creadora. Es por el sonido, el viento, como Dios creó el universo. Pero sigue siendo  una metáfora, aunque más auténtica y genuina. En la escala partiendo de lo más superior a lo más inferior, el orden descendente sería: Dios o Espíritu, Palabra o Sonido, Calor, Luz y Materia. 

Los que adoran a la luz van por una senda equivocada, una senda que les deslumbra, y les aparta del verdadero espíritu. La palabra o sonido es la primera manifestación y no la luz. Y para que exista sonido se precisa primero aire en el que este se propague, ya que el sonido es una onda que hace vibrar las moléculas del aire (también en el agua o los sólidos).

Así el Agujero Negro Creador produce primero grandes nubes de gas y radiación (fuera del espectro visible para el ojo humano, pues se trata de radiación infrarroja) antes de crear el espectro visible de lo que llamamos luz. Y lo que nosotros denominamos luz no es sino una determinada frecuencia vibratoria electromagnética que nuestros ojos captan y nuestro cerebro transforma en colores. En realidad la luz no existe tal como nosotros la concebimos, ya que se trata únicamente de una percepción interna de nuestro cerebro. Los ojos son órganos receptivos a una vibración y a partir de ahí nuestro cerebro crea todo un mundo subjetivo de colores.

En verdad ahí afuera, el mundo exterior, no hay sino un gran oceano de vibraciones electromagnétricas creadas por el gran agujero negro galáctico. El mundo visible es una creación de nuestra mente. 

La luz es beneficiosa para plantas y animales porque ayuda a realizar determinados procesos bioquímicos, pero es un elemento más de la naturaleza, al igual que la imprescindible agua, las sustancias nutritivas de la tierra, el calor, el aire, etc. 

Si adoramos al sol o la luz también podríamos hacerlo con el agua, el aire o la tierra. No veo la diferencia. Dios  no es luz, sino que la luz es una metáfora que han usado algunos para referirse a la manifestación de dios, pero también han usado otras que están al mismo nivel, como puede ser el agua. Es más, para ser puristas el agua es más imprescindible que la luz para que haya vida. Con agua y un poco de calor (radiación geotérmica o biológica) ya hay vida. ¿La luz? No había luz en el vientre de mi madre donde me gesté. Tampoco hay luz en el seno oscuro y profundo donde mora el espíritu. El espíritu no es luz, aunque se pueda manifestar a través del color, del sonido, del perfume, ...

Dios puede estar igual en el aleteo de un pequeño pájaro como en un rayo de sol que se filtra a través del follaje de los árboles. Dios puede estar en el perfume de algunas flores, en el susurro de un arroyo o en el canto del bosque. Puede estar en un bello poema de amor, en un cuento místico, en una caricia sincera, en una cálida mirada, .... Creer que el sol es algo divino es una verdadera falacia. Todo el universo es divino, si nosotros tenemos la conciencia ampliada. 

La adoración al sol como principio supremo es propio de los cultos o credos patriarcales, aunque estos se hallen camuflados de mil formas. Si Jesucristo supiera que es utilizado como equivalente al sol es muy posible que se enfadara tanto como el día que expulsó a los mercaderes del templo. Él, que tanto se apartó del credo de los paganos y gentiles, se le pone como atributo una corona solar. 

Igualmente esa costumbre de vestir a Jesucristo de blanco, algo que se le ocurrió a un director de cine hace 40 años. El blanco es el color de la pureza, pero también es el color del sudario que se les ponía en Palestina a los muertos. Pero el Jesús vivo no vestía de blanco sino lo más probable es que lo hiciera de rojo y negro, el color de los iniciados. De hecho en las primeras representaciones de Jesucristo lleva siempre un manto rojo, algo que se suprimió posteriormente. No obstante sí han quedado esos colores rojo y negro en las representaciones de María Magdalena, tal vez la única de sus apóstoles que accedió al conocimiento secreto. El negro es el color de Gaia (el principio creador) y el rojo es la representación de la alquimia y la redención. 

Después de la muerte de Jesús su mensaje genuino fue inmediatamente manipulado y reconvertido en un sincretismo solar, algo que era muy propio de la fase final del Imperio romano. No obstante María Magdalena y sus seguidores intentaron conservar la enseñanza auténtica y los verdaderos símbolos, aunque al final fueron exterminados. Pero unos siglos después, durante plena Edad Media, resurgió un movimiento camuflado dentro del cristianismo que intentó restaurar el original camino matriarcal o del principio oscuro creador. Tuvieron la genial idea de sincretizar a la Madre Tierra con la Virgen cristiana y surgió de ahí el culto a las Vírgenes Negras. Y durante mucho tiempo esta renovación cristiana obtuvo bastante éxito. Por toda Europa brotaron vírgenes negras. Estas representan a Gaia y el color de su oscuro seno creador. Gaia es Negra. Ya lo dice Salomón en el Cantar de los Cantares. Mi esposa es negra y es la más hermosa del mundo (paráfrasis). El culto a la Gaia Ctónica pervivió de una forma disimulada en las Vírgenes Negras, aunque lamentablemente casi nadie pudiera profundizar mucho más. (por supuesto existe también culto a Gaia con otros colores, en las distintas fases de la naturaleza)

Los que divinizan al sol suelen danzar a veces bajo su luz diurna en ritos de adoración. Está bien bailar bajo el sol, pero como rito religioso en las religiones matriarcales arcaicas se hacía esto en la noche, bajo la luz de la luna y el oscuro seno del firmamento. Se danzaba esas noches en torno a un pequeño fuego que sirve de eje a los congregados. Se pensará que ese fuego simboliza al sol, sin embargo no es así en absoluto. Ese fuego es el símbolo del fuego interno de Gaia. En sus entrañas el planeta posee un fuego geotérmico que posibilita la vida en la tierra. Por ello el oscuro seno de Gaia tiene en su centro un fuego creador. De ahí también una vez más los colores de negro y rojo. 

Es curioso como el primer presidente negro de EEUU, Barak Obama, se presentó la noche del 4 de noviembre (cuando ganó  las elecciones) ante el mundo entero, junto con toda su familia, vestidos de rojo y negro. ¿Un guiño del destino? ¿Un mensaje para los que sepan leer los signos? Yo creo saber lo que significa. ¿Lo sabes tú? Muy sencillo, por primera vez en milenios los solares patriarcales tienen ya menos fuerza que las energías de Gaia. Es el principio del Retorno. Si el emperador Constantino supuso el domino absoluto del solarismo (fusión pagana y cristianismo), ahora Barak Obama (negro como Gaia) supone por primera vez un giro en la historia y en las fuerzas que mueven a la humanidad.

 

Noche del triunfo de Obama. Aquí Michelle oficia como sacerdotisa mayor o esposa del Elegido, el Afortunado, el Bendecido (que es lo que significa Barack), es decir lo que en griego antiguo significa Cristo, palabra tontamente divinizada. Elegido=Ungido=Bendecido=Afortunado=Cristo=Barack. Las hijas acompañan como sacerdotisas menores y los cuatro componen simbólicamente el arcano Tetragrammaton (JHVH). A esta familia el destino los ha elegido para representar un papel trascendental: ser el símbolo de la inflexión en la historia. Ahora la polaridad planetaria ha cambiado, la humanidad inicia un nuevo rumbo, el del retorno a Gaia. Celebraron su triunfo una noche bajo  las estrellas, vestidos los cuatro de rojo y negro. Ni en los antiguos tiempos se hubiera oficiado una ceremonia simbólica mejor. El que tenga ojos para ver que vea, el que tenga mente para entender que entienda. Si la humanidad esperaba el retorno del Mesías aquí lo tiene (tal vez distinto a lo que se imaginaban?), esta vez en todo su esplendor y gloria. Se le han entregado las llaves para cambiar el mundo, o al menos para que inicie el cambio de rumbo. Cuando regrese no me reconoceréis ....  Tan humano como cualquiera (¡vaya decepción, un mesías que no baja en una nave galáctica, sino mediante un nacimiento terrenal!), lejos de las fantasías de los que no entienden el espíritu, pero absolutamente real. Ellos han vuelto.

P.D.: El gran reto y desafío que tiene el presidente Obama no es sólo sanear y reorganizar la política, los ideales sociales y la economía de su país y del mundo, sino especialmente cambiar los parámetros energéticos sobre los que se sostiene nuestra civilización. Desde hace milenios rige el principio en las culturas patriarcales y solares de que el mundo está para explotarlo. No importa que este se destruya pues creen que al fin y al cabo somos seres de luz y nuestro destino está en habitar el sol o las estrellas. Estamos aquí en la Tierra de paso y por tanto no importa lo que en el planeta ocurra, si es devastado da lo mismo, no somos de aquí, no somos los hijos de Gaia (tan sólo una secundaria madre adoptiva) sino los hijos gloriosos del sol, al cual hemos de regresar en todo nuestra divinidad y gloria. Este gran camelo es más o menos lo que vendern todos los credos solares.

Sin embargo nada es así en absoluto. Todo eso es fruto de una gran equivocación y una gran doctrina falsaria. En realidad somos hijos de la Tierra, hijos genuinos y verdaderos de nuestra única Madre, llamada Gea o Gaia, aunque ha recibido muchos otros nombres. Nuestro futuro no está en el sol sino en la Tierra, de la que somos una humanización. Nuestra única esperanza y oportunidad de sobrevivir como especie es que continue siendo posible la vida en este amado planeta. 

Jesucristo nunca dijo que viviríamos en el sol y que allí estaba nuestro destino. Eso es una gran tergiversación y error. Más bien dijo lo contrario. Aseguró: Regresaré para traer el Reino de Dios a la Tierra. Entonces el mundo será una civilización esplendorosa, la Nueva Jerusalem. Esta promesa profética es la de una civilización brillante que habitará la tierra y ese es el fin último de la humanidad. Pero para ello nuestra civilización actual tiene que cambiar no sólo su pensamiento sino también el sistema energético en el que se basa. El que usamos hasta ahora, fundamentado en la combustión de recursos fósiles o de plantas en cultivo, es sumamente devastador para la vida de la tierra. El sistema, altamente contaminador y destructivo, es ya insostenible y nos hallamos en la encrucijada de que si persistimos pronto no será ya posible vivir en este planeta. Es preciso por ello una nueva forma de obtener energía, una forma sostenible, no contaminante y en absoluto perjudicial para los ecosistemas. Esa forma o nuevo sistema energético está por desarrollar e implantar. Y el reto es lograrlo ahora. Energía inagotable y límpia, como primer paso para la construcción de una nueva civilización sobre la Tierra. Se deben explorar y desarrollar todas las tecnologías y posibilidades del saber científico. Pero se necesita apoyar de verdad todos esos proyectos de investigación que posibiliten alcanzar una revolución energética del mundo. Y esa persona, que entre otras tiene esa misión, es sin duda Barack Obama. Han de ser cambiadas progresivamente todas las viejas bases de la civilización, las que nos han valido hasta ahora, por otras nuevas que permitan el salto de la humanidad hacia su destino profetizado en la Tierra. Tras ello es posible que se abran las puertas de una hermandad supraplanetaria. 

No somos seres de luz, más bien somos seres de agua, pues agua es la mayor parte de nuestro cuerpo. Gaia nos ha creado uniendo agua, tierra, aire y luz. Y si a esto sumamos una esencia de espíritu pues tenemos entonces a un ser vivo. Y si este espíritu puede manifestarse a través de funciones cerebrales superiores tenemos entonces a un ser humano. Y si este ser humano descubre y desarrolla las posibillidades ingentes de su espíritu tenemos entonces a un ser humano con la conciencia ampliada: un hijo de Gaia. 

 

Author: Kababelan

10 de enero de 2009

 

Author: Kababelan

Enero 2009.

 

 

 

 

  INDEX SENDA DIOSA SERPIENTE II
Author: Kababelan

 

INDEX SENDA DIOSA SERPIENTE I
Hosted by www.Geocities.ws

1