La Sacerdotisa de Tanit  III

 

 

   
 

Tanit es el olvidado nombre de una antigua diosa, deidad femenina suprema de una civilización espléndida pero desgraciadamente perdida para la historia. Esa civilización fue Cartago, casi borrada de la cultura y el conocimiento porque la historia del mundo la escribieron sus enemigos: Grecia y sobre todo Roma.

Cartago era aliada de la brillante civilización de Etruria y juntas compitieron contra Grecia primero y contra Roma después por el dominio del Mediterráneo y el comercio. Tras sucesivas guerras las ciudades griegas fueron vencidas pero cuando después Roma se convirtió en una gran potencia derrotó primero a Etruria y después a Cartago tanto por mar  como por tierra. Y estas dos fabulosas civilizaciones perecieron enterradas en el tiempo y también en la memoria durante siglos, incluso milenios. Los mismos romanos se encargaron de destruir todo aquello que las recordara para la posteridad.

Yo mismo no tenía gran noticia de ellas, culturas destacadas en grado sumo pero enormemente marginadas por la historia que siempre escriben los vencedores. Hasta un día en que un personaje literario, que surgió en mi inconsciente como una encantadora joven llamada Tanit, manifestó a través de un largo relato, titulado El Círculo de las Guardianas del Grial, muchos hechos enigmáticos entre los que se encontraba también el mundo púnico.

Tanit, según se desenvolvía el personaje en la novela, decía proceder de una realidad paralela, un plano de existencia constituido por un espacio-tiempo distinto al nuestro. Esta joven protagonista de Las Guardianas del Grial semejaba haber nacido y surgido en mi imaginación, pero hechos que ella relataba yo no los conocía y entre ellos figura el caso particular de la diosa Tanit (una deidad antigua de la que ella llevaba el nombre) y su culto dentro de la civilización de Cartago. El personaje de la narración aseguraba que todo lo que se decía de esa diosa y de los dioses púnicos, sobre el execrable hecho de que se les sacrificaban en holocausto inocentes niños para propiciar sus favores, no era sino una invención de sus acérrimos enemigos los romanos.

La historia ha creído siempre la versión de Grecia y Roma sobre la crueldad de los dioses púnicos (los dioses cartagineses) y así es enseñado desde hace siglos en los libros de Historia Antigua. Sin embargo la desconcertante Tanit del relato de Las Guardianas insistía en contradecir esta tradicional interpretación mantenida durante tantos siglos.

Este tema que menciono surge en la web de Los dioses púnicos durante los capítulos La Sacerdotisa de Tanit I y II. Pero creí que era una licencia de la novela, la cual estaba poseída por el espíritu dulce y misterioso de la inquietante joven que había surgido en el relato. No obstante más de un año después de escribir esos capítulos descubrí que un importante y erudito historiador tunecino mantiene la misma tesis que la imaginaria Tanit de mi narración, es decir que nunca existieron esas prácticas sangrientas y crueles difundidas por los interesados historiadores romanos, obligados por la manipulación política, y que hasta nuestros días siempre se había creído así. De hecho a raíz de esta deformada visión de los dioses púnicos algunos grupos de personas de retorcida alma han utilizado a dichos dioses como emblema de sus execrables y abyectas perversiones. Esta equivocada actitud supone una profanación del arquetipo original de los dioses, pero no voy a detallar más aquí este tema del que me aparto totalmente.

En el relato de Las Guardianas del Grial y en el de Los dioses púnicos se revela un personaje que en ocasiones sabe y conoce más que yo, su supuesto creador, aunque más bien debería decir que ese personaje va más allá de mi mente consciente.

El problema de la mente es un enigma, pues no sabemos cuales son realmente sus fronteras. Y tal vez sospecho que de alguna forma en ciertos niveles de conciencia todas las mentes están interrelacionadas en un campo colectivo mayor que las une o comunica a todas y por el que fluyen los conceptos, los pensamientos y las ideas. ¿Donde empieza Tanit y donde acabo yo? O viceversa.

Los sacrificios de infantes a los dioses púnicos (entrevista al profesor Fantar)

 
 
   
 
Author:  Kababelan Mayo 2007
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