|
Polanco hizo mosca. Un buen crítico no necesita de fechas precisas
para establecer una cronología literaria, el tiempo está inscrito
en lo escrito, en las adherencias, las modas estéticas, lo in
y lo camp. Por ejemplo los puntos suspensivos, que en mi juventud
utilicé como cualquiera pero que un día empezaron a parecerme horrendos
al punto que sólo en caso inevitables los incluyo. Soy capaz de fechar
viejos textos sin fecha, el vocabulario es mi carbono 14, no así los
temas y los moods porque nada ha cambiado en este terreno donde
sigo siendo el mismo, quiero decir romántico / sensiblero / cursi
(todo esto sin exagerar, che). Los grados de la abstracción fijan
inequívocamente mis revueltos pameos: cuanta más distancia hay entre
la sustancia verbal del poema y la sustancia de la vida, más tiempo
ha pasado. No es que ahora busque especialmente lo concreto, digamos
como los poetas de la escuela de Nueva York, pero creo que lo concreto
me busca a mí, y que casi siempre me encuentra.
|
Un
poco simbólicamente, después de la pretty mama, después
de la sombra que me cantaba una java. |
|