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El encabezamiento del libro de Zacarías (=zac) permite establecer entre los años 520 y 518 a.C. el tiempo  del ministerio del profeta que fue contemporáneo de Hageo. Los primeros versículos anuncian un llamamiento a los repatriados de la cautividad babilónica. La  exhortación va seguida de una serie  de complicadas visiones llenas de símbolos. En ellas bajo la apariencia de un ángel, el señor se presenta ante el profeta y dialoga con el. Desde un punto de vista literario, estas visiones se asemejan a las de amos y jeremías. El libro consta de dos partes bien diferenciadas. Los textos que forman la primera parte son básicamente comprensibles a pesar de la proliferación de figuras simbólicas. De manera particular destacan temas como el de la misericordia de Dios para con Jerusalén, la humillación de las naciones (cuernos) que causaron la dispersión de juda, la eliminación del pecado en el pueblo de Dios y la esperanza mesiánica. El profeta Zacarías presta atención especial a la reconstrucción del templo y  a la sinceridad en la practica del ayuno. La segunda parte del libro revela una situación histórica distinta. Determinadas diferencias de enfoque del mensaje profético unidas a algunos indicios de carácter cultural (p.e., el uso del nombre de Grecia en cap. 9) se corresponden mejor con otra época que la vivida por Zacarías, probablemente a los años de la expansión del helenismo bajo  Alejandro magno (segunda mitad del siglo IV a.C.) en esta parte del libro la profecía contempla el triunfo final del señor sobre las naciones enemigas, a las cuales el mismo habrá reunido para combatir contra Jerusalén. Zacarías proclama al señor como defensor de su pueblo y de Jerusalén, anuncia la reunión de todos los que estaban esparcidos, la anexión a Israel de los pueblos paganos y el reinado definitivo de Dios. Muy significativo es la profecía mesiánica sobre la llegada a Jerusalén de un rey justo y salvador pero humilde, cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. Los evangelios de mateo y juan manifiestan expresamente que el anuncio de Zacarías se cumple con la entrada de Jesús en Jerusalén. - llamamiento y visiones simbólicas (cap.1-6) -  coronación simbólica de Josué , instrucción sobre el ayuno y anuncio de la salvación mesiánica. (cap.6-8) –triunfo del señor sobre sus enemigos, redención de su pueblo  y victoria final de Jerusalén en el día del señor (cap.9-14).

Zacarías

1 En el octavo mes del año segundo de Darío, llego esta palabra de Jehová al profeta Zacarías hijo de berequias  hijo iddo: “Se enojo mucho Jehová contra vuestros padres. Diles, pues: “Así  a dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mi, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, dice Jehová de los ejércitos. “No seáis como vuestros padres, a quienes los primeros profetas clamaron diciendo: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras”; pero ellos no atendieron ni me escucharon, dice Jehová. “Vuestros padres, ¿Dónde están?; y los profetas, ¿acaso han de vivir para siempre? En cambio, mis palabras y mis ordenanzas que yo mande a mis siervos los profetas, ¿no alcanzaron a vuestros  padres? “Por eso ellos se volvieron y dijeron: “Como Jehová de los ejércitos había decidido tratarnos, conforme a nuestras obras, así nos ha tratado”. A los veinticuatro días del mes undécimo, que es el mes de sebat ,en el año segundo de Darío, llego esta palabra de Jehová al profeta Zacarías hijo de berequias hijo de iddo: tuve una visión durante la noche: vi a un hombre que cabalgaba sobre un caballo alazán y estaba entre  los mirtos que había en la hondonada, y detrás de el había caballos alazanes, overos y blancos. Entonces pregunte: - ¿Quiénes son estos, señor mío? Y el ángel que hablaba conmigo me respondió: - yo te enseñare quienes son estos.  Y el hombre que estaba entre los mirtos dijo: - Estos son los que Jehová ha enviado a recorrer la tierra. Entonces ellos hablaron a aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y le dijeron: - hemos recorrido la tierra, y hemos visto que toda la tierra esta tranquila  y en calma. Y el ángel de Jehová exclamo: - Jehová de los ejércitos, ¿ hasta cuando no tendrás piedad de Jerusalén y de las ciudades de juda, con las cuales has estado enojado por espacio de setenta años? Jehová dirigió palabras buenas, palabras de consuelo, al ángel que hablaba conmigo. Entonces el ángel que hablaba conmigo me dijo: “proclama: así ha dicho Jehová de los ejércitos: “ Cele con gran celo a Jerusalén y a Sión. Pero siento gran ira contra las naciones despreocupadas, pues cuando yo estaba un poco enojado, ellas se aprovecharon para agravar el mal. Por tanto,  así ha dicho Jehová: me vuelvo a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén”. “Proclama también: “ Así  dice  Jehová de los ejércitos: Aun rebosaran mis ciudades con la abundancia del bien; aun consolara Jehová a Sión y aun escogerá a Jerusalén”. Después alce mis ojos y mire; y  vi cuatro cuernos. Y pregunte al ángel que hablaba conmigo: ¿qué son estos? Me respondió: - estos son los cuernos que dispersaron a juda, a Israel y a Jerusalén. Me mostró luego Jehová cuatro carpinteros. Pregunte: - ¿qué vienen estos a hacer? El me respondió: - Aquellos son los cuernos que dispersaron a juda, tanto que ninguno alzo su cabeza; pero estos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de juda para dispersarla.

2 Alce después mis ojos y tuve una visión. Vi a un hombre que tenia en su mano un cordel de medir. Y le dije: - ¿a dónde vas? – A medir a Jerusalén, para ver cuanta es su anchura y cuanta su longitud. Mientras se iba aquel ángel que hablaba conmigo, otro ángel le salió al encuentro y le dijo: “Corre háblale a este joven y dile: “A causa de la multitud de hombres y de ganado que habitara en medio de ella, Jerusalén no tendrá muros. Yo seré para ella, dice Jehová, un muro de fuego a su alrededor, y en medio de ella mostrare mi gloria”.  “¡Eh, eh!,  huid de la tierra del norte, dice Jehová  pues por los cuatro vientos de los cielos esparcí, dice Jehová. ¡Eh, Sión, tu que  con la hija de babilonia, escápate!”. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: “Tras la gloria me enviara el a las naciones que os despojaran, porque el que os toca, toda a la niña de mi ojo. Yo alzo mi mano sobre ellos, y serán saqueados por sus propios siervos”. Así sabréis que Jehová de los ejércitos me envío. “Canta y alégrate, hija de Sión, porque yo vengo a habitar en medio de ti, ha dicho Jehová. Muchas naciones se unirán a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo y habitare en medio de ti”,  y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti. Jehová poseerá a judea su heredad  en la tierra santa, y escogerá aun a Jerusalén. ¡Que calle todo el mundo delante de Jehová, porque el se ha levantado de su santa morada!

3 Luego me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, mientras el Satán estaba a su mano derecha para acusarlo. Entonces dijo Jehová al Satán: “¡Jehová te reprenda, Satán! ¡Jehová, que ha escogido a Jerusalén, te reprenda! ¿No es este un tizón arrebatado del incendio?”. Josué, que estaba cubierto de vestiduras viles, permanecía en pie delante del ángel. Hablo el ángel y ordeno a los que estaban delante de el: “Quitadle esas vestiduras viles”. Y el le dijo: “ mira que he quitado de ti tu pecado y te he hecho vestir de ropas de gala”. Después dijo: “pongan un turbante limpio sobre su cabeza”. Pusieron un turbante limpio sobre su cabeza y lo vistieron de gala. Y el ángel de Jehová seguía en pie. Después el ángel de Jehová amonesto a Josué diciéndole: “Así dice Jehová de los ejércitos: “si andas por mis caminos y si guardas mi ordenanza, entonces tu gobernaras mi casa y guardaras mis atrios, y en estos que aquí están te daré lugar. Escucha  pues, ahora Josué, sumo sacerdote, tu y tus amigos que se sientan delante de ti, pues sois como una señal profética: yo traigo a mi siervo, el renuevo. Mirad la piedra que puse delante de Josué: es única y tiene siete ojos. Yo mismo grabare su inscripción, dice Jehová de los ejércitos, y quitare en un solo día el pecado de la tierra. En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros convidara a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera”.

4 Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó como a un hombre a quien se despierta de su sueño. Y me pregunto: - ¿Qué ves? Respondí: - Veo  un candelabro de oro macizo, con un deposito arriba, con sus siete lámparas y siete tubos para las lámparas que están encima de el. Junto al candelabro hay dos olivos, el uno a la derecha del deposito y el otro a su izquierda. Proseguí y pregunte a aquel ángel que hablaba conmigo: - ¿Qué es esto, señor mío? Y el ángel que hablaba conmigo me respondió: - ¿no sabes que es esto? Le dije: - no, señor mío. Entonces siguió diciéndome: “Esta es palabra de Jehová para Zorobabel, y dice: “No con ejercito, ni con fuerza, sino con mi espíritu,  ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿quién eres tu, gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; el sacara la primera piedra entre aclamaciones de: ¡Que bella, que bella es!”. “Después me fue dirigida esta palabra de Jehová: “las manos de Zorobabel echaran el cimiento de esta casa y sus manos la acabaran. Así conocerás que Jehová de los ejércitos me envío a vosotros. Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegraran al ver la plomada en la mano de Zorobabel”. “Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra”. Hable una vez mas y le pregunte: - ¿Qué significa estos dos olivos que están a la derecha y a la izquierda del candelabro? Y aun le pregunte de nuevo: - ¿Qué significa las dos ramas de olivo que por los dos tubos de oro vierten su aceite dorado? El me respondió: - ¿No sabes que es esto? Yo dije: - no, señor mío. Y el me respondió: -  estos son los dos ungidos que están  delante del señor de toda la tierra.

5 De nuevo alce mis ojos y tuve una visión: Vi un rollo que volaba.  Me pregunto: - ¿Qué ves? Respondí: - Veo un rollo que vuela, de veinte codos de largo y diez codos de ancho. Entonces me dijo: - esta es la maldición que se extiende sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel que hurta (según esta escrito en un lado del rollo) será destruido; y todo aquel que jura falsamente (como esta del otro lado del rollo) será destruido.  “yo la he enviado, dice Jehová de los ejércitos para que entre en la casa del ladrón y  en la casa del que jura falsamente en mi nombre; permanecerá en medio de su casa y la consumirá junto con sus maderas y sus piedras. Salió aquel ángel que hablaba conmigo, y me dijo: - Alza ahora tus ojos y mira que es esto que sale. Pregunte: - ¿Qué es?. El respondió: - este es un EFA que sale. Además dijo: - esta es la maldad de ellos en toda la tierra. Entonces levantaron la tapa de plomo, y una mujer estaba sentada en medio de aquel EFA. Y el dijo: - esta es la maldad. La arrojo dentro del EFA y echo la masa de plomo en la boca del EFA. Alce luego mis ojos y tuve una visión: aparecieron dos mujeres que tenían alas como de cigüeña; el viento impulsaba sus alas, y alzaron el EFA entre la tierra y los cielos. Pregunte al ángel que hablaba conmigo: - ¿a dónde lleva el EFA? El  me respondió: - le van a edificar una casa en tierra de sinar; y cuando este preparada, lo pondrán sobre su base.

6 De nuevo alce mis ojos y tuve una visión. Vi cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce. El primer carro iba tirado por caballos alazanes, el segundo carro por caballos negros, el tercer carro por caballos blancos y el cuarto carro por caballos overos rucios rodados. Pregunte entonces al ángel que hablaba conmigo: - Señor mío, ¿ que es esto? El ángel me respondió: - Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen después de presentarse delante del señor de toda la tierra. El carro con los caballos negros sale hacia la tierra del norte, los blancos salen tras ellos y los overos salen hacia la tierra del sur. Los alazanes salieron  y se afanaron por ir a recorrer la tierra. Les dijo: - Id, recorred la tierra. Y recorrieron la tierra. Luego llamo para decirme: - mira,  los que salieron hacia la tierra del norte  hicieron reposar mi espíritu en la tierra del norte. Me fue dirigida palabra de Jehová, que decía: “Toma  de los del cautiverio de heldai a Tobías y a jedaias, los cuales volvieron de babilonia. Iras tu en aquel día y entraras en casa de josias hijo de Sofonias. Tomaras, pues,  plata y oro,  harás coronas y las pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué hijo de josadac. Y le dirás: “Así ha hablado Jehová de los ejércitos: “ Aquí esta el varón cuyo nombre es el renuevo;  el brotara de sus raíces y edificara el templo de Jehová. El edificara el templo de Jehová, tendrá gloria, se sentara y dominara en su trono, y el sacerdote se sentara a su lado; y entre ambos habrá concordia y paz. “las coronas que servían a helem, a Tobías, a jedaias y a hen hijo de Sofonias, como memoria en el templo de Jehová. Los que están lejos vendrán y ayudaran a edificar el templo de Jehová. Así conoceréis que Jehová de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Esto sucederá si escucháis obedientes la voz de Jehová, vuestro Dios.

7 Aconteció que en el año cuarto del rey Darío, a los cuatro días del mes noveno, que es quisleu, llego palabra de Jehová a Zacarías. En aquel tiempo el pueblo de bet – el había enviado a sarezer, con  regem - melec y sus hombres, a implorar a favor de Jehová, y a preguntar a los sacerdotes que estaban en la casa de Jehová de los ejércitos, y a los  profetas: “¿Lloraremos en el mes quinto? ¿haremos abstinencia, como la hemos venido haciendo desde hace algunos años?”. Recibí, pues, estaba palabra de Jehová de los ejércitos: “ Di a todo el pueblo del país, y a los  sacerdotes: “cuando ayunabais y llorabais en el quinto  y en el séptimo mes durante estos setenta años, ¿habéis ayunado para mi? y cuando comíais y bebíais, ¿ no comíais y bebíais para vosotros mismos?”.  ¿ acaso no son estas las palabras que proclamaron Jehová por medio de los primeros profetas, cuando Jerusalén estaba  habitada y tranquila, y las ciudades de sus alrededores y el neguev y la sefela estaban también habitados? Recibió también Zacarías esta palabra de Jehová: “Así hablo Jehová de los ejércitos: juzgad conforme a la verdad; haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre, ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano”. Pero no quisieron escuchar, sino que volvieron la espalda y se taparon los oídos para no oír; endurecieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su espíritu, por medio de los primeros profetas. Por tanto, Jehová de los ejércitos se enojo mucho. “ y aconteció que,  así como el clamo y no escucharon, también ellos clamaron y yo no escuche, dice Jehová de los ejércitos, sino que los esparcí como un torbellino por todas las naciones que ellos no conocían, y la  tierra fue desolada tras ellos , sin quedar quien fuera ni viniera; pues convirtieron en desierto la tierra deseable”.

8 Recibí de Jehová de los ejércitos esta  palabra: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Cele a Sión con gran celo, y con gran ira la cele.  “Así dice Jehová: “Yo restaurare  a Sión y habitare en medio de Jerusalén. Jerusalén se llamara ciudad de la verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, monte de santidad. “Así a dicho Jehová de los ejércitos: “Aun  han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con un bastón en la mano por lo avanzado de su edad. Y  las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugaran en ellas. “ Así dice Jehová de los ejércitos: Si esto parece imposible a los ojos del resto de este pueblo en aquellos días, ¿también será imposible para mi?, dice Jehová de los ejércitos. “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente y de la tierra donde se pone el sol; los traerá  y habitaran en medio de Jerusalén. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios en verdad y en justicia. “Así a dicho Jehová de los ejércitos: Cobrad animo, vosotros que oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde el día que se echo el cimiento a la casa de Jehová de los ejércitos, para edificar el templo. Porque antes de estos días no ha habido paga de hombre ni paga de bestia, ni hubo paz para el que salía ni para el que entraba, a causa del enemigo, pues  yo deje que todos los hombres se enfrentaran unos con otros. Mas ahora no haré con el resto de este pueblo como en aquellos pasados días, dice Jehová de los ejércitos. Porque habrá simiente de paz: la vid dará su fruto, la tierra, su producto, y los cielos, su rocío; y haré que  el resto de este pueblo posea todo esto. Y así como fuisteis maldición entre las naciones, casa de Judea y casa de Israel, así os salvare y seréis bendición. ¡No temáis! ¡Cobrad animo!.  “Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Como pensé haceros mal cuando vuestros padres me provocaron a ira, dice Jehová de los ejércitos, y no me arrepentí, así en cambio he pensado hacer  bien a Jerusalén y  a la casa de Judea en estos días. No temáis. Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual  con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. Ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso, porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová”. Recibí esta palabra de Jehová de los ejércitos: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos:  Los ayunos del cuarto, el quinto, el séptimo, y el décimo mes, se convertirán para la casa de juda, pues, la verdad y la paz. Así a dicho Jehová de los ejércitos:  “Aun vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades. Vendrán los habitantes de una ciudad a otra y dirán: “¡Vamos a implorar a favor de Jehová y a buscar a Jehová de los ejércitos!”. ¡Yo también iré!. Y vendrán muchos pueblos y naciones poderosas a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén y a implorar el favor de Jehová. “Así a dicho Jehová de los ejércitos: En  aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda  lengua tomaran  del manto a un judío, y le dirán: Iremos con vosotros. Porque hemos oído que Dios esta con vosotros”.

9 Profecía. Palabra de Jehová en la tierra de hadrac y en damasco: “ A Jehová deben mirar los ojos de los hombres y todas las tribus de Israel. También hamat, que esta en su frontera, y tiro y sidon, aunque sean muy sabias. Tiro se edifico fortaleza, y amontono plata como polvo y oro como lodo de las calles, pero el señor la empobrecerá, hundirá en el mar su poderío y será consumida por el fuego. “lo vera ascalon y temerá; Gaza también, y se dolerá mucho; asimismo ecron, porque su esperanza será confundida. Perecerá el rey de Gaza, y ascalon no será habitada. Habitara en asdod un extranjero, y pondré fin a la soberbia de los filisteos. Quitare la sangre de su boca y sus abominaciones de entre sus dientes. Quedara también un resto para nuestro Dios; serán como capitanes en judea, y ecron será como el jebuseo. Entonces montare guardia alrededor de mi casa, para que ninguno vaya ni venga. No pasara mas sobre ellos el opresor, porque ahora vigilo con mis propios ojos”. ¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Da voces de jubilo, hija de Jerusalén! Mira que tu rey vendrá a ti, justo y salvador, pero humilde, cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. El destruirá los carros de Efraín y los caballos de Jerusalén;  los arcos de guerra serán quebrados, y proclamara la paz a las naciones. Su señorío será de mar a mar, desde el río hasta los confines de la tierra. Tu también, por la sangre de tu pacto, serás salva; he sacado a tus presos de la cisterna en que no hay agua, volveos a la fortaleza, prisioneros de la esperanza; hoy también os anuncio que os dará doble recompensa. Porque he tensado para mi a juda como un arco, e hice a Efraín su flecha. Lanzare a tus hijos, Sión, contra tus hijos, Grecia, y te haré como espada de valiente. Jehová será visto sobre ellos, y su dardo saldrá como relámpago; Jehová, el señor, tocara la trompeta y avanzara entre los torbellinos de sur. Jehová de los ejércitos los amparara; ellos devoraran y pisotearan las piedras de la honda. Beberán y harán ruido como si estuvieran bajo los efectos del vino; se llenaran como tazón, como los cuernos del altar. Jehová, tu Dios, los salvara en aquel día como rebaño de su pueblo, y como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra. Porque ¡Cuanta es bondad y cuanta su hermosura! El trigo alegrara a los jóvenes y el vino a las doncellas.

10 Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará  relámpagos, y os dará lluvia abundante y hierba verde en el campo a cada uno. Porque los ídolos han dado vanos oráculos y los adivinos han visto mentira, predicen sueños vanos y vanos es su consuelo. Por eso el pueblo vaga como un rebaño y sufre porque no tiene pastor. “Contra los pastores se ha encendido mi enojo y castigare a los jefes”.  Pero Jehová de los ejércitos visitara su rebaño, la casa de juda, y los pondrá como su caballo de honor en la guerra. De el saldrá la piedra angular, de el la clavija, de el arco de guerra, de el también todos los jefes. Serán como valientes que en la batalla pisotean al enemigo en el lodo de las calles; pelearan, porque Jehová estará con ellos, y los que cabalgan en caballos serán avergonzados. “yo os fortaleceré la casa de juda y guardare la casa de José. Los haré volver, porque  de ellos tendré piedad; serán como si no los hubiera desechado, porque yo soy Jehová, su Dios, y los oiré. Será Efraín como valiente y se alegrara su corazón como el vino; sus hijos lo verán y también se alegraran en Jehová, su corazón se gozara en Jehová. Yo los llamare con un silbido y los reuniré, porque los he redimido; serán multiplicados tanto como lo fueron antes. Pero yo los esparciré entre los pueblos y aun en lejanos piases se acordaran de mi; vivirán con sus hijos y volverán. Porque yo los traeré de la tierra de Egipto y los recogeré de asiría; los traeré a la tierra de galaad y del Líbano, y no les bastara. La tribulación pasara por el mar: el herirá en el mar las ondas y se secaran todas las profundidades del río. La soberbia de asiría será derribada y se perderá el cetro de Egipto. Yo los fortaleceré en Jehová, y caminaran en mi nombre, dice Jehová”.

11 ¡Líbano, abre tus puertas, y que el fuego consuma tus cedros! Aúlla, ciprés, porque el cedro cayo, porque los árboles magníficos son derribados. Aullad ,encinas de basan, porque el bosque espeso es derribado. Voz de aullido de pastores, porque su magnificencia es asolada; estruendo de rugidos de cachorros de leones, porque la gloria del jordán es destruida. Así a dicho Jehová, mi Dios: “Apacienta las ovejas destinadas a la matanza, a las cuales matan sus compradores sin sentirse culpables; y el que las vende dice: “Bendito sea Jehová porque me he enriquecido”. Ni aun sus pastores tienen piedad de ellas. Por tanto, no tendré ya mas piedad de los habitantes de la tierra, dice Jehová. Entregare a los hombres, a cada uno en manos de su compañero y en manos de su rey. Ellos asolaran la tierra y yo no los librare de sus manos”. Apacenté, pues,  las ovejas destinadas a la matanza, esto es,  a los pobres del rebaño. Tome para mi dos cayados: a  uno le puse por nombre gracia, y al otro, ataduras. Apacenté las ovejas, y en un mes despedí a tres pastores, pues mi alma se impaciento contra ellos, y su alma también se hastío de mi. entonces dije: “¡No os apacentare mas! ¡la que prefiera morir, que muera; si alguna se pierde, que se pierda! ¡las que queden, que se coman unas a otras!”. Tome luego mi cayado gracia y lo quebré, para romper el pacto que había concertado con todos los pueblos. El pacto quedo deshecho ese día, y así conocieron los pobres del rebaño que me observaban que aquella era palabra de Jehová. Yo les dije: “Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo”. Entonces pesaron mi salario: treinta piezas de plata. Jehová me dijo: “Échalo al tesoro. ¡Hermoso precio con que me han apreciado!”.  Tome entonces las treinta piezas  de plata y las eche en el tesoro de la casa de Jehová. Quebré  luego el otro cayado, ataduras, para romper la hermandad entre Judea  e Israel. Jehová me dijo: “Toma ahora los aperos de un pastor insensato; porque yo levanto en la tierra a un pastor que no visitara las perdidas, ni buscara la pequeña, ni curara la perniquebrada, ni llevara la cansada a cuestas, sino que comerá la carne de la gorda y romperá sus pezuñas. “ ¡ Ay del pastor inútil que abandona el ganado! ¡Que la espada hiera su brazo y su ojo derecho! ¡Que se le seque del todo el brazo y su ojo derecho quede enteramente oscurecido!”.

12 Profecía. Palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende los cielos, funda la tierra y forma el espíritu del hombre dentro de el, ha dicho: “Yo pongo a Jerusalén como una copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor; también contra Judea, cuando se ponga sitio a Jerusalén. En aquel día yo pondré a Jerusalén  como una piedra pesada para todos pueblos; todos los que intentan cargarla serán despedazados. Y todas las naciones de la tierra se juntaran contra ella. En aquel día, dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; pero pondré mis ojos sobre la casa de juda en su corazón: “ la fuerza de los habitantes de Jerusalén esta en Jehová de los ejércitos, su Dios”.  En aquel día pondré a los capitanes de juda como brasero de fuego entre la leña y como antorcha ardiendo entre gavillas; consumirán a diestra y siniestra a todos a todos los pueblos  alrededor, mientras los habitantes de Jerusalén otra vez vivirán en su propia  ciudad. “Jehová librara las tiendas de juda primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre juda. En aquel día Jehová defenderá al habitante de Jerusalén; el que entre ellos sea débil, en aquel tiempo será como David, y la casa de David será como Dios, como el ángel de Jehová que va delante de ellos. En aquel día yo procurare destruir a todas las naciones que vengan contra Jerusalén. “ Pero sobre la casa de David y los habitantes de Jerusalén derramare un espíritu de gracia y de oración. Miraran hacia mi,  a quien traspasaron, y lloraran como se llora por el hijo unigénito, y se afligirán por el como quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de hadad-rimon en el valle de meguido. Esta tierra se lamentara, familia por familia; la familia de la casa de David por su lado, y su mujeres por aparte; la familia de la casa de natan por su lado, y sus mujeres aparte; la familia de la casa de levi por su lado, y las mujeres; la familia de simei por su lado, y sus mujeres aparte; y así todas las otras familias, cada una por su lado, y sus mujeres aparte”.

13 “ En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia. Y en aquel día, dice Jehová de los ejércitos, quitare de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca mas serán recordados; también exterminare de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia. “Y acontecerá que si alguno continua profetizando, le dirán el padre y la madre que lo engendraron: “Tu no vivirás, porque has  hablado mentira en el nombre de Jehová”.  Y el padre y la madre que lo engendraron lo traspasaran cuando profetice. Sucederá  en aquel tiempo, que todos los profetas se avergonzaran de su visión cuando profeticen; nunca mas  vestirán el manto velloso para mentir. Cada cual dirá: “no soy profeta; labrador soy de la tierra, pues he estado en el campo desde mi juventud”.  Y si alguien le pregunta: “¿Qué heridas son estas en tus manos?”, el responderá: “ las recibí en casa de mis amigos”. “¡Levántate, espada, contra el pastor y contra el hombre que me acompaña!, dice Jehová de los ejércitos. Hiere  al pastor y serán dispersadas las ovejas;  yo tornare  mi mano contra los pequeñitos. Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová que dos tercios serán exterminados y se perderán,  mas el otro tercio quedara en ella. A este tercio  lo meteré en el fuego, lo fundiré como se funde la plata, lo probare como se prueba el oro. El invocara mi nombre, y yo no oiré. Yo diré: “pueblo mío” . El  dirá: “Jehová es mi Dios”.

14 Viene el día de Jehová, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén. La ciudad será tomada, las casas serán saqueadas, y violadas las mujeres. La mitad de la ciudad ira al cautiverio, pero el resto del pueblo no será sacado de la ciudad. Después saldrá Jehová y peleara contra aquellas naciones, como peleo en el día en la batalla.  En aquel día se afirmaran sus pies sobre el monte de los olivos, que esta en la frente de Jerusalén, al oriente. El monte de los olivos se partirá por la mitad, de este a oeste, formando un valle muy grande; la mitad del monte se apartara hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegara hasta azal. Huiréis de la manera que huisteis a causa del terremoto en lo días de uzias, rey de juda. Y vendrá Jehová, mi Dios, y con el todos los santos. Acontecerá que en ese día no habrá luz, ni frío, ni hielo. Será un día único, solo conocido por Jehová, en el que no habrá ni día ni noche, pero sucederá que al caer la tarde habrá luz. En aquel día saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano  y en invierno. Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será único, y único será su nombre. Toda esta tierra se volverá como llanura desde geba hasta rimon, al sur de Jerusalén; será enaltecida y habitada en su lugar,  desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera y hasta la puerta del ángulo, y desde la torre de hananneel hasta los lagares del rey. Moraran en ella y no habrá nunca mas maldición, sino que moraran confiadamente en Jerusalén.  Esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: su carne se corromperá cuando aun estén con vida, se les consumirán en las cuencas sus ojos y la lengua se les deshará en la boca. En aquel día habrá entre ellos un gran pánico enviado por Jehová; cada uno agarrara la mano de su compañero, y levantaran la mano unos contra otros. Juda también peleara en Jerusalén. Entonces serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro, plata y ropas de vestir, en gran abundancia. Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos y de todas las bestias que estén en aquellos campamentos. Todos los que sobrevivan de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán  de año en año para adorar al rey, a Jehová de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que si alguna familia de la tierra no sube a Jerusalén para adorar al rey, a Jehová de los ejércitos, no habrá lluvia para ellos. Y si la familia de Egipto no sube ni viene, no habrá lluvia para ellos, sino que vendrá la plaga con que Jehová herirá a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Esta será la pena del pecado de Egipto y del pecado de todas las naciones que no suban para celebrar la fiesta de los tabernáculos. En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: “Consagrado a Jehová”;  y las ollas de la casa de Jehová  serán como los tazones del altar. Toda olla  en Jerusalén y juda será consagrada a Jehová de los ejércitos; todos los que ofrezcan sacrificios vendrán y las tomaran para cocinar en ellas. En aquel día no habrá mas mercader en la casa de Jehová de los ejércitos.

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