Esta
pequeña joya de la literatura Biblia y universal lleva al lector a la
convulsa época de los jueces
de Israel, pero en contraste con el clima inquieto que caracteriza la
historia de aquellos héroes guerreros se presenta como un delicioso
canto a la serenidad de la vida campesina. Rut una muchacha de moab es
el personaje principal de la historia. Su suegra Noemí había emigrado
con su esposo y sus dos hijos a tierras moabitas, donde murieron ellos
tres. Al quedar desamparada sin sus
dos hijos y sin su marido,
Noemí emprendió el regreso a Belén acompañada de su nuera Rut que en
un gesto de lealtad le había declarado: tu pueblo será mi pueblo y ti
Dios mi Dios. El encanto personal de la joven viuda, afectuosa y
trabajadora, atrajo en Belén a un pariente del marido de Noemí un tal
booz quien la tomo por esposa. Con el nacimiento de obed su primer hijo
quedo asegurada la supervivencia del nombre familiar. Unos últimos
apuntes en el texto de Rut (=Rt) revelan que obed fue el abuelo paterno
de David, de modo que Rut una extranjera no solo quedo incorporada al
pueblo de Dios sino mas sorprendentemente aun, a la estirpe misma de la
monarquía davídica. Frente al rigor de las concepciones étnicas
sustentadas por el pueblo de Israel recién implantado en canaan –
entre ellas la oposición a la unión de judío y extranjera-, Rut
ofrece un panorama abierto a la amistad y a la relación pacifica
con el forastero. Muy lejos del punto de vista de este relato queda
cualquier forma de racismo o de nacionalismo cerrado. La narración es
como un puente tendido en el AT hacia el mensaje del NT hacia la
predicación cristiana de la igualdad de todos los seres humanos ante
los ojos de Dios.
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Rut
1
Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la
tierra, y un hombre de Belén de juda fue a vivir en los campos de moab con su
mujer y sus dos hijos. Aquel hombre se llamaba elimelec, y su mujer Noemí; los
nombres de sus hijos eran mahlon, quelion, efrateos de Belén de juda. Llegaron
pues a los campos de moab y se quedaron a allí. Murió elimelec marido de Noemí
y quedo ella con sus dos hijos, los cuales se casaron con mujeres moabitas; una
se llamaba orfa y la otra Rut. Y habitaron allí unos diez años. Murieron también
los dos, mahlon, y quelion, quedando así la mujer desamparada, sin sus dos
hijos y sin marido. Entonces se
puso en marcha con sus nueras y regreso de los campos de moab, porque oyó en el
campo de moab que Jehová había visitado a su pueblo para darle pan. Salió,
pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras y comenzaron a
caminar para regresar a la tierra de juda. Y Noemí dijo a sus dos nueras: -
andad volveos cada una a la casa de su madre. Que Jehová tenga de vosotras
misericordia, como la habéis tenido vosotras con los que murieron y
conmigo. Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su
marido. Luego las beso; pero ellas, alzando su voz y llorando,
le dijeron: - ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo. Noemí
insistió: - regresad hijas mías; ¿para que vendríais conmigo? ¿acaso tengo
yo mas hijos en el vientre que puedan ser vuestros maridos? Regresad hijas mías,
marchaos, porque ya soy demasiado vieja para tener marido. Y aunque dijera:
todavía tengo esperanzas, y esta misma noche estuviera con algún marido, y aun
diera a luz hijos, ¿los esperaríais vosotras hasta que fueran grandes? ¿os
quedarías sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; mayor amargura tengo yo
que vosotras, pues la mano de Jehová se ha levantado contra mi. Alzaron ellas
otra vez su voz y lloraron; orfa beso a su suegra pero Rut se quedo con ella.
Noemí dijo: - mira tu cuñada ha regresado a su pueblo y a sus dioses; ve tus
tras ella. Rut respondió: - no me
ruegues que te deje y me aparte de ti, porque a dondequiera que tu vayas, iré
yo, y dondequiera que vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi
Dios. Donde tu mueras, moriré yo y allí seré sepultada. Traiga Jehová sobre
mi el peor de los castigos, si no es solo la muerte lo que hará separación
entre nosotras dos. Al ver Noemí que Rut estaba tan resuelta a ir con ella, no
insistió. Anduvieron pues, ellas dos hasta llegar a Belén. Cuando entraron en
Belén, toda la ciudad se conmovió por su causa y exclamaban:
-¿no es esta Noemí? Pero ella les respondía: - ¡ no me llames Noemí
sino llamadme mara; porque el todopoderoso me ha llenado de amargura! Me fui
llena, con las manos vacías me devuelve Jehová. ¿por qué aun me llamáis
Noemí, si Jehová ha dado testimonio contra mi y el todopoderoso me ha
afligido? Así regreso Noemí y con ella su nuera, Rut, la moabita. Salieron
de los campos de moab y llegaron a Belén al comienzo de la cosecha de la
cebada.
2
Tenia Noemí un pariente de su marido hombre rico de la familia de
elimelec el cual se llamaba booz. Un día Rut, la moabita, dijo Noemí: - te
ruego que me dejes ir al campo a escoger espigas en pos de aquel a cuyos ojos
halle gracia. – ve hija mía – le respondió ella.
Fue, pues, y al llegar, se puso a espigar en el campo tras los segadores.
Y aconteció que aquella parte del campo era de booz, el pariente de elimelec.
Llegaba entonces booz de Belén y dijo a los segadores: - Jehová sea c con
vosotros. – Jehová te bendiga – le respondieron ellos. Luego booz le
pregunto a su criado, el encargado de los segadores:
- ¿de quien es esta joven? El
criado encargado de los segadores respondió: - es la joven moabita que volvió
con Noemí de los campos de moab. Me ha dicho:
te ruego que me dejes espigar y recoger tras los segadores entre las
gavillas. Entro, pues, y ha estado trabajando desde la mañana hasta ahora, sin
descansar ni un solo momento. Entonces booz dijo a Rut: - oye hija mía no te
vayas, ni recojas espigas en otro campo; te quedaras aquí junto a mis criadas.
Mira bien el campo que sieguen y síguelas;
pues he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve
a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados. Entonces ella, bajando su
rostro, se postro en tierra y dijo: - ¿por qué he hallado gracia a tus ojos
para que me favorezcas siendo yo extranjera? Booz le respondió: - he sabido
todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y como
has dejado a tu padre y a tu madre,
y la tierra donde naciste, para venir a un pueblo que no conocías. Que Jehová
te recompense por ello, y que recibas tu premio de parte de Jehová Dios de
Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte. Ella le dijo: - señor mío, me
has mostrado tu favor y me has consolado; has hablado al corazón de tu sierva,
aunque no soy ni siquiera como una
de tus criadas.
A la hora de comer booz le dijo: ven aquí, come del pan, y moja tu
bocado en le vinagre. Se sentó ella junto a los segadores, y el le dio del
guiso; comió hasta quedar satisfecha y aun sobro. Cuando se levanto para seguir
espigando, booz ordeno a sus criados: que
recoja también espigas entre las gavillas y no la avergoncéis; dejareis también
caer para ella algo de los manojos; dejadlo para que lo recoja y no lo reprendáis.
Espigo pues en el campo hasta la noche, y cuando desgrano lo que había
recogido, era como un EFA de cebada. Lo tomo
y se fue a la ciudad y su
suegra vio lo que había espigado. Luego saco también lo que había sobrado
después de haber quedado satisfecha, y
se lo dio. Su suegra le pregunto: - ¿dónde has espigado hoy? ¿dónde has
trabajado? ¡ bendito sea el que te ha favorecido! Ella contó a su suegra con
quien había trabajado y añadió: -
el hombre con quien he trabajado hoy se llama booz. Dijo entonces Noemí a su
nuera: - ¡ bendito de Jehová, pues que no ha negado a los vivos la
benevolencia que tuvo para con los que han muerto! – ese hombre es pariente
nuestro, uno de los que pueden redimirnos – añadió. Rut la moabita siguió
diciendo: - además de esto me pidió: quédate con mis criadas, hasta que hayan
acabado toda mi cosecha. Respondió Noemí a su nuera Rut: - mejor es, hija mía,
que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo. Estuvo
espigando, pues, junto con
las criadas de booz hasta que se acabo la cosecha de la cebada y la del
trigo. Y mientras seguía viviendo
con su suegra.
3
Un día le dijo su suegra Noemí: - hija mía, ¿no debo buscarte un
hogar para que te vaya bien? ¿no es booz nuestro pariente, con cuyas criadas
has estado? Esta noche el avienta
la parva de las cebadas. Te lavaras, pues, te perfumaras, te pondrás tu mejor
vestido, e iras a la era; pero no te presentaras al hombre hasta que el haya
acabado de comer y beber. Cuando se acueste, fíjate en que lugar se acuesta,
ve, descubre sus pies, y
acuéstate allí; el mismo te dirá lo que debas hacer. Rut respondió: -
haré todo lo que tu me mandes. Descendió, pues, al campo, e hizo todo
lo que su suegra le había mandado. Cuando booz hubo comido y bebido y su corazón
estaba contento ,se retiro a dormir a un lado del montón. Un rato mas tarde
vino ella calladamente , le
descubrió los pies y se acostó. A la medianoche se estremeció aquel hombre,
se dio vuelta, y descubrió que una mujer estaba acostada a sus pies. Entonces
dijo: -¿quién eres? Ella respondió: - soy Rut
tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva por cuanto eres
pariente cercano. Dijo booz: - Jehová te bendiga hija mía; tu segunda bondad
ha sido mayor que la primera, pues no has ido en busca de algún joven, pobre o
rico. Ahora, pues, no temas, hija mía, haré contigo como tu digas, pues toda
la gente de mi pueblo sabe que eres muy virtuosa. Aunque es cierto que soy
pariente cercano, hay pariente mas cercano que yo. Pasa aquí la noche y cuando
sea de día, si el te redime, bien, que te redima; pero si no quiere redimirte,
yo te redimiré. Jehová es testigo. Descansa, pues hasta la mañana. Después
durmió a sus pies hasta la mañana se levanto Rut
antes que los hombres pudieran reconocerse unos a otros; porque booz había
dicho: que no sepa que una mujer ha venido al campo. Después el le pidió: quítate
el manto con que te cubres y sujétalo bien. Mientras ella lo sujetaba, midió
booz seis medidas de cebada y se las puso encima. Entonces ella se fue a la
ciudad. Cuando llego a casa de su suegra, esta le pregunto: -¿qué hay hija mía?
Rut le contó todo cuanto le había ocurrido con aquel hombre y añadió: - me
dio estas seis medidas de cebada y me dijo: para que no vuelvas a la casa de tu
suegra con las manos vacías. Entonces Noemí dijo: - espérate hija mía, hasta
que sepas como se resuelve esto; porque aquel hombre no descansara hasta que
concluya el asunto hoy.
4
Mas tarde, booz subió a la entrada del pueblo
y se sentó allí; en ese momento pasaba aquel pariente de quien booz había
hablado. – eh , fulano, - le dijo booz-,
ven acá y siéntate. Y este fue y se sentó. Entonces booz llamo a diez
varones de los ancianos de la ciudad y les dijo: - sentaos aquí. Cuando ellos
se sentaron, dijo al pariente: - Noemí, que ha
vuelto del campo de moab vende una parte de las tierras que tuvo nuestro
hermano elimelec. Y yo decidí hacértelo saber y decirte que la compres en
presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si
quieres redimir la tierra, redímela; y si no quieres redimirla, decláramelo
para que yo lo sepa, pues no hay otro que redima sino tu,
y yo después de ti. – yo la redimiré – respondió el pariente.
Entonces replico booz: - el mismo día que compres las tierras de manos de Noemí
debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el
nombre del muerto sobre su posesión. El pariente respondió: - no puedo redimir
para mi, no sea que perjudique mi
herencia. Redime tu usando de mí derecho, porque yo no podré hacerlo. Desde
hacia tiempo existía esta costumbre en Israel, referente a la redención y al
contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, uno se quitaba el
calzado y lo daba a su compañero; y esto servia de testimonio en Israel.
Entonces el pariente dijo a booz: - tómalo tu. Y se quito el calzado. Dirigiéndose
a los ancianos y a todo el pueblo, booz dijo: -
vosotros sois testigos hoy de que he adquirido de manos de Noemí todo lo
que fue de elimelec y todo lo que fue de quelion y de mahlon. Y que también
tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de mahlon, para restaurar el nombre
del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre
sus hermanos, ni entre su pueblo. Vosotros sois testigos hoy. Todos los que
estaban a la puerta del pueblo y los ancianos respondieron: -
testigos somos. Jehová haga a
la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a lea, las cuales edificaron la
casa de Israel; y tu seas distinguido en efrata y renombrado en Belén. Sea tu
casa como la casa de fares, el hijo de Tamar y juda, gracias a la descendencia
que de esa joven te de Jehová. así fue como booz tomo a Rut y se caso con
ella. Se unió a ella y Jehová permitió que concibiera y diera a luz un hijo.
y las mujeres decían a Noemí: alabado sea Jehová, que hizo que no te faltara
hoy pariente, cuyo nombre será
celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma y te sostendrá en tu
vejez; pues tu nuera que te ama lo ha dado a luz; y ella es de mas valor para ti
que siete hijos. Tomando Noemí al niño, lo puso en su regazo y lo crió. Y le
dieron nombre las vecinas, diciendo: ¡
le ha nacido un hijo a Noemí!. Y le pusieron por nombre obed. Este fue el padre
de isai, padre de David. Estas son las generaciones de fares: fares engendro a
hezron, hezron engendró a ram, y ram engendro a arminadab, arminadab engendro a
naason y naason engendro a salmón, salmón engendro a booz y booz engendro a
obed, obed engendro a isai e isai engendro a David.