El
nombre de jueces designa en el AT a una serie de personajes que vivieron
en el periodo comprendido entre la muerte de Josué y los años
inmediatamente anteriores al inicio de la monarquía de Israel (s.XIII-XI
a,C.). mas que jueces en el sentido estricto de administradores de la
justicia eran héroes que
se esforzaron por dirigir al pueblo a salvo de la hostilidad y el
dominio de sus vecinos. Verdaderos caudillos militares todos ellos
actuaron como instrumentos
del señor suscitados y movidos por su espíritu para llevar a cabo una
misión especial en un preciso momento y por un tiempo limitado. En la
descripción de estos personajes no existe un patrón común de
identificación. Así Débora se distingue como profetisa, gedeon es un
campesino de humilde extracción social, jefe, hijo de una prostituta,
capitaneo al parecer una banda de malhechores y sansón el joven de
excepcional fortaleza física,
no sabe resistirse a los encantos de una mujer filistea. Por otro lado
el tratamiento que reciben los protagonistas es muy desigual: mientras
que unos pocos se les dedican varios capítulos (Débora, gedeon, jefte,
sansón y micaia), de otros solo se menciona
el nombre, acompañado si
acaso de una bravísima noticia personal (otoniel, aod, samgar, tola,
jair, ibzan, elon y Abdón). El libro de jueces(=jue) ofrece una visión
de este periodo utilizando un modelo relacional definido como esquema de
cuatro tiempos: tras una etapa de paz y prosperidad en que se mantienen
fieles al señor, los israelitas vuelven a hacer lo malo ante los ojos
de Jehová y se apartan de el. Dios los entrega entonces en manos de sus
enemigos. Arrepentido el pueblo suplica el auxilio divino. El señor
les suscita entonces un juez que los sostiene y los salva. Israel
recupera la libertad y vive tranquilo durante cuarenta años, ( en cap.
3 se lee ochenta años que equivale a dos veces
cuarenta años). Al cabo de ese periodo en que reposa el país
comienza el ciclo de nuevo. |
Jueces
1
Aconteció después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel
hicieron esta consulta a Jehová: - ¿quién de nosotros subirá primero
a pelear contra los cananeos? Jehová respondió: -
juda subirá; porque yo he entregado la tierra en sus manos. Juda dijo a
su hermano Simeón: sube conmigo al
territorio que se me ha adjudicado
y peleemos contra el cananeo; y yo también iré contigo al tuyo. Y Simeón se
fue con el. juda subió y Jehová entrego en sus manos al cananeo y al ferezeo,
e hirieron de ellos en bezec a diez mil hombres. Hallaron a adonibezec en bezec,
pelearon contra el y derrotaron al cananeo y al ferezeo. Adoni-bezec huyo , pero
ellos lo persiguieron, lo prendieron y le cortaron los pulgares de las manos y
de los pies. Entonces dijo adoni-bezec: setenta reyes con los pulgares de sus
manos y de sus pies cortados, recogían las migajas debajo de la mesa. Como yo
hice, así me ha pagado Dios. Luego
lo llevaron a Jerusalén donde murio. Atacaron los hijos de juda a Jerusalén y
la tomaron pasaron a sus habitantes a filo de espada y pusieron fuego
a la ciudad. Después, los hijos de juda descendieron para pelear contra
el cananeo que habitaba en las montañas, en le neguev y en los llanos. Juda
marcho contra el cananeo que habitaba en hebron, la cual se llamaba antes
quiriat-arba; e hirieron a sesai a ahiman y a talmai. De allí contra los que
habitaban en debir que antes se llamaba quiriat-sefer. Entonces dijo caleb: al
que ataque a quiriat-sefer y la tome, yo le daré a acsa, mi hija por mujer. La
tomo otoniel hijo de cenaz hermano menor de caleb, y este le entrego a su hija
acsa por mujer. Cuando ella se iba con el, otoniel la persuadió para que
pidiera a su padre un campo. Acsa se bajo del asno y caleb le pregunto: -
¿qué tienes? Ella le respondió: Concédeme un don; puesto que me has
dado tierra del neguev, dame también fuentes de aguas. Entonces caleb le dio
las fuentes de arriba y las fuentes de abajo. Y los hijos de ceneo, suegro de
moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de juda al desierto
de juda, que esta en el neguv cerca de arad y habitaron con el pueblo. Salió,
pues juda, con su hermano Simeón y derrotaron al cananeo que habitaba en sefat,
la asolaron y le pusieron por nombre horma. Tomo también juda a gaza con su
territorio, a ascalon con su territorio y
a ecrom con su territorio. Y Jehová estaba con juda, quien expulso a los
de las montañas, pero no pudo expulsar a los que habitaban en los llanos, los
cuales tenían carros de hierro. Como moisés había dicho, dieron a hebron a
caleb. Este expulso de allí a los
tres hijos de anac, pero el jebuseo que habitaba en Jerusalén no lo expulsaron
los hijos de benjamín, y el jebuseo ha habitado con los hijos de benjamín en
Jerusalén hasta hoy. Tampoco manases expulso a los de bet-sean ni a los de sus
aldeas, ni a los de taanac y sus aldeas, ni a los de dor
y sus aldeas, ni a los habitantes de iblam y sus aldeas, ni a los que vivían
en meguido y sus aldeas; y el cananeo persistía en habitar en aquella tierra.
Cuando Israel se sintió fuerte, hizo tributario al cananeo, pero no lo expulso.
Tampoco Efraín expulso al cananeo que habitaba en gezer, sino que dejo el
cananeo habitara en medio de ellos. Tampoco zabulon expulso a los que habitaban
en quitron, ni a los que habitaban en naalal, sino que el cananeo habito en
medio de el y le fue tributario. Tampoco aser expulso a los que habitaban en aco,
ni a los que vivían en sion, en alba, en aczib, en helba, en afec y en rehob. Y
vivió aser entre los cananeos que habitaban en la tierra, pues no los expulso.
Tampoco neftali expulso a los que vivían en bet-semes ni a los de bet-anat,
sino que vivió entre los cananeos
que habitaban en la tierra; pero le fueron tributarios los habitantes
de bet-semes y los de bet-anat. Los amorreos empujaron a los hijos de dan
hasta la montaña, y no los dejaron descender a los llanos. El amorreo persistió
en habitar en el monte de heres, en ajalon
y en saabim, pero cuando la casa de José cobro fuerzas, lo hizo tributario. El
limite del amorreo fue desde la subida de acrabin, desde sela hacia arriba.
2
El ángel de Jehová subió de gilgal a boquim y dijo: yo os saque de
Egipto y os he traído a la tierra que prometí a vuestros padres, cuando les
dije: no invalidare jamás mi pacto con vosotros, con tal que no hagáis pacto
con los habitantes de esta tierra, cuyos altares debéis derribar; pero vosotros
no atendisteis a mi voz. ¿por qué habéis hecho esto? Por tanto, yo también
digo: no los echare de delante de
vosotros, sino que serán azotes para vuestros costados
y sus dioses os serán tropezadero. Cuando el ángel de Jehová termino
de hablar, todos los hijos de Israel alzaron la voz y lloraron. Por eso llamaron
a aquel lugar boquim, y allí ofrecieron sacrificios a Jehová. cuando
Josué se despidió del pueblo, los hijos de Israel se fueron a tomar
posesión cada uno de su heredad. El pueblo había servido a
Jehová todo el tiempo que vivió Josué, y tampoco mientras vivieron los
ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales
habían sido testigos de todas las grandes obras que Jehová había hecho
a favor de Israel. Pero murio Josué hijo de num, siervo de Jehová, a la edad
de ciento diez años. Lo sepultaron en
su heredad en timnat-será, en los montes de Efraín, al norte del monte gaas. Y
murió también toda aquella generación, por lo que la generación que se
levanto después no conocía a
Jehová ni la obra que el había hecho por Israel. Después, los hijos de Israel
hicieron lo malo ante los ojos de Jehová y sirvieron a los baales. Dejaron a
Jehová, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto,
y se fueron tras otros dioses de los pueblos que estaban en sus
alrededores, y los adoraron, provocando la ira de Jehová. dejaron a Jehová y
adoraron a baal y a astarot. Se encendió entonces contra Israel el furor de
Jehová, quienes los entrego en manos de salteadores que los despojaron, y los
vendió en manos de sus enemigos de alrededor, a los cuales no pudieron ya
hacerles frente. Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra
ellos para mal, como Jehová había dicho y se lo había jurado.
Y se vieron en una gran aflicción. Jehová
levanto jueces que los libraron de manos de quienes los despojaban; pero
tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales
adoraron. Se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres, que
obedecían a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así. Cuando Jehová
les levantaba jueces, Jehová estaba con
el juez, y los libraba de manos de los enemigos mientras vivía aquel juez;
porque Jehová era movido a misericordia al oírlos gemir por causa de quienes
los oprimían y afligían. Pero acontecía que, al morir el juez, ellos volvían
a corromperse, mas aun que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirlos
e inclinándose delante de ellos. No se apartaban de sus obras ni
de su obstinado camino. Se encendió pues, la ira de Jehová contra
Israel y dijo: por cuanto este pueblo traspasa mi pacto que ordene a sus padres
y no obedece a mi voz, tampoco yo volveré mas a expulsar de delante de ellos a
ninguna de las naciones que dejo Josué cuando murió. Así quería probar a
Israel, si procurarían o no seguir
el camino de Jehová, andando en el, como lo siguieron sus padres. Por esto dejo
Jehová a aquellas naciones, sin expulsarlas de una vez, y no las entrego en
manos de Josué.
3
Estos son los pueblos que
dejo Jehová para probar con ellos a todos los que en Israel no habían conocido
todas las guerras de canaan; solamente
para que el linaje de los hijos de Israel aprendiera como hacer la guerra, y lo
enseñara a quienes antes no la habían conocido: los cinco príncipes de los
filisteos, todos los cananeos, los sidonios y los heveos que habitaban en el
monte Líbano, desde el monte baal-hermon hasta llegar a hamat. Con ellos quiso
probar a Israel, para saber si obedecería los mandamientos que el había dado a
sus padres por mano de moisés. Así,
los hijos de Israel comenzaron habitar entre los cananeos, heteos, amorreeos,
ferezeos, heveos y jebuseos. Y tomaron a sus hijas por mujeres y dieron a sus
hijas a los hijos de ellos y sirvieron a sus dioses. Hicieron pues, los hijos de
Israel lo malo ante los ojos de Jehová, su Dios, se olvidaron de el, y
sirvieron a los baales y a las imágenes de asera. Por eso la ira de Jehová se
encendió contra ellos y los entrego en manos de cusan-risataim rey de mesopotámia,
al cual sirvieron durante ocho años. Entonces clamaron los hijos de Israel a
Jehová y Jehová levanto un libertador a los hijos de Israel y los libro; esto
es a otoniel hijo de cenaz, hermano
menor de caleb. El espíritu de Jehová vino sobre otoniel, quien juzgo a Israel
y salió a la batalla. Jehová entrego en sus manos a cusan-risataim rey de
Siria y le dio la victoria sobre cusan-risataim. Y hubo paz en la tierra durante
cuarenta años; y murió otoniel
hijo de cenaz. Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de
Jehová, por lo cual Jehová fortaleció a eglon, rey de moab, contra Israel,
porque había hecho lo malo ante los ojos de Jehová. el rey de moab junto
consigo a los hijos de Amón y de amalec, vino e hirió a Israel, y tomo la
ciudad de las palmeras. Entonces sirvieron dieciocho años los hijos de Israel a
eglon rey de los moabitas. Clamaron los hijos de Israel
a Jehová y Jehová les levanto un libertador, a aod hijo de cera,
benjaminita, el cual era zurdo. Un día los hijos de Israel enviaron con el un
presente a eglon rey de moab. Pero aod se había hecho un puñal de dos filos,
de un codo de largo, y se lo ciño del lado derecho debajo de sus vestidos.
Entrego el presente a eglon rey de moab quien era un hombre muy
grueso. Luego que hubo entregado el presente, aod despidió a la gente
que lo había acompañado, pero al llegar a los ídolos que están en gilgal,
regreso y dijo a eglon: - rey, una palabra secreta tengo que decirte. El rey
dijo entonces: - calla.
Y mando que salieran de delante de el todos los que allí se encontraban.
Y estando el sentado solo en su sala de verano se le acerco aod y le dijo: -
tengo una palabra de Dios para ti. Eglon se levanto de la silla. Entonces alargo
aod su mano izquierda, tomo el puñal de su lado derecho y se lo metió por el
vientre del tal manera que la empuñadura entro también tras la hoja, y la
gordura de eglon cubrió la hoja, pues aod no saco el puñal de su vientre. Y se
derramo el excremento. Aod salió al corredor, cerro tras de si las puertas de
la sala y las aseguro con el cerrojo. Cuando ya había salido, vinieron los
siervos del rey, quienes al ver las puertas de la sala cerradas, dijeron: sin
duda el cubre sus pies en la sala de verano. Tras mucho esperar y
confusos porque el rey no abría las puertas de la sala, tomaron la llave
abrieron y encontraron a su señor caído en tierra, muerto. Mientras ellos
esperaban aod escapo y pasando los ídolos, se puso a salvo en seirat. Cuando
entro en Israel, toco el cuerno en los montes de Efraín y los hijos de Israel
descendieron con el del monte. Entonces aod se puso al frente de ellos. Y les
dijo: seguidme porque Jehová ha
entregado a vuestros enemigos moabitas en vuestras manos. Ellos descendieron en
pos de el, le quitaron a moab los vados del jordán y no dejaron pasar a nadie.
Mataron en aquel tiempo como a
diez mil hombres de guerra; no escapo ni uno.
Así fue subyugado moab aquel día bajo la mano de Israel. Y hubo paz en
la tierra durante ochenta años. Después de el vino samgar hijo de anat, el
cual mato a seiscientos hombres de los filisteos con una quijada de bueyes; en
también salvo a Israel.
4
Después de la muerte de aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo
malo ante los ojos de Jehová, así que Jehová los entrego en manos de jabin,
rey de canaan que reinaba en hazor. El
capitán de su ejercito se llamaba sisara y vivía en haroset-goim. Entonces los
hijos de Israel clamaron a Jehová,
porque jabin tenia novecientos carros de hierro y había oprimido con crueldad a
los hijos de Israel por veinte años. Gobernaba en aquel tiempo a Israel una
mujer, Débora profetisa mujer de lapidot, la cual acostumbraba sentarse bajo
una palmera (conocida como la palmera de Débora), entre rama y bet-el en los
montes de Efraín; y los hijos de Israel acudían a ella en busca de justicia.
Un día, Débora, envió a llamar a barac hijo de abinoam, de cedes de neftali y
le dijo: - ¿no te ha mandado Jehová,
Dios de Israel, diciendo: ve, junta
a tu gente en el monte tabor y toma contigo diez mil hombres de la tribu de
neftali y de la tribu de zabulon. Yo atraeré hacia ti, hasta el arroyo cison, a
sisara, capitán del ejercito de jabin, con sus carros
y su ejercito y lo entregare en tus
manos?. Barac le respondió: - si tu vas conmigo, yo iré; pero si no vas
conmigo, no iré. Ella dijo: - iré contigo; pero no
será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en manos de
mujer entregara Jehová a sisara. Y levantándose Débora
fue a cedes con barac. Allí junto barac a las tribus de zabulon
y neftali. Subió con diez mil hombres a su mando y Débora subió con
el. heber, el ceneo, de los hijos de hobab, suegro de moisés se había apartado
de los ceneos y había plantado sus tiendas en el valle de zaanaim, que esta
junto a cedes. Llegaron pues, a sisara las noticias de que baruc hijo de abinoam
había subido al monte tabor. Y reunió sisara todos sus carros, novecientos
carros de hierro y a todo el pueblo que con el estaba, desde haroset-goim hasta
el arroyo cison. Entonces Débora dijo a barac: levántate porque este es el día
en que Jehová ha entregado a sisara en tus manos: ¿acaso no ha salido Jehová
delante de ti?. Barac descendió del monte tabor junto a los diez mil
hombres que lo seguían, y Jehová quebranto a sisara, dispersando delante de
barac a filo de espada todos sus carros y a
todo su ejercito. El mismo sisara descendió del carro y huyo a pie, pero barac
siguió a los carros y al ejercito
hasta haroset-goim. Aquel día todo el ejercito de sisara cayo a filo de espada,
hasta no quedar ni uno. Sisara huyo a pie a la tienda de jael, mujer de heber el
ceneo, porque había paz entre jabin rey de hazor, y la casa de heber el ceneo.
Cuando jael salió a recibir a sisara, le dijo:
- ven, señor mío, ven a mi, no tengas temor. El vino a la tienda y ella
lo cubrió con una manta. Sisara le dijo: - te ruego que me des de beber un poco
de agua, pues tengo sed. Jael abrió un odre de leche, le dio de beber y lo
volvió a cubrir. Entonces el dijo: - quédate a la puerta de la tienda; si
alguien viene y te pregunta: ¿hay alguien aquí?,
tu responderás que no. Pero jael, mujer de heber, tomo una estaca de la
tienda y tomando en su mano un mazo se le acerco calladamente y le clavo la
estaca por las sienes, contra la tierra, pues el estaba cargado de sueño y
cansado. Y así murió. Cuando llego barac en busca de sisara jael
salió a recibirlo y le dijo: ven
te mostrare al hombre que tu buscas. Entro barac donde ella estaba y encontró a
sisara que yacía muerto con la
estaca en la sien. Así abatió Dios aquel día a jabin rey de canaan delante de
los hijos de Israel. Y la mano de
los hijos de Israel fue endureciéndose mas y mas contra jabin rey de canaan
hasta que lo destruyeron.
5
Aquel día Débora y barac hijo de abinoam cantaron así: Por haberse
puesto al frente los caudillos en Israel, por haberse ofrecido voluntariamente
el pueblo, load a Jehová. ¡ oíd, reyes! ¡ escuchad príncipes! Yo cantare a
Jehová, cantare salmos a Jehová el Dios de Israel. Cuando saliste de seir,
Jehová cuando te marchaste de los campos de edom, la tierra tembló se
estremecieron los cielos y las nubes gotearon aguas. Los montes temblaron
delante de Jehová, tembló el sinai delante de Jehová, Dios de Israel. En los
días de samgar hijo de anat en los días de jael quedaron abandonados los
caminos y los que andaban por las sendas se apartaron por los senderos torcidos.
Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído hasta que yo, Débora,
me levante, me levante como madre en Israel. Cuando escogían nuevos dioses, la
guerra estaba a las puertas; ¿se veía escudo
o lanza entre cuarenta mil en Israel?. Mi corazón es para vosotros,
jefes de Israel, para los que voluntariamente os ofrecisteis entre el pueblo.
¡ load a Jehová! vosotros, los que cabalgáis en
asnas blancas, los que presidís en juicio, y vosotros los que viajáis,
hablad. Lejos del ruido de los arqueros en los abrevaderos, allí se contaran
los triunfos de Jehová, los triunfos de sus aldeas en Israel; entonces marchara
hacia las puertas el pueblo de Jehová. despierta, despierta Débora. Despierta,
despierta, entona un cántico. Levántate barac, y lleva tus cautivos hijo de
abinoam. Entonces marcho el resto de los
nobles; el pueblo de Jehová marcho por el en contra de los poderosos. De Efraín
vinieron los que habitaban en amalec, en pos de ti, benjamín entre tus pueblos.
De maquir descendieron príncipes y de zabulon los que tenían vara de mando.
También los caudillos de isacar fueron con Débora; si, como barac, también
isacar se precipito a pie en el valle. Entre las familias de Rubén se tomaron
grandes decisiones. ¿por qué se quedaron entre los rediles, oyendo
los balidos de los rebaños? ¡ entre las familias de Rubén se hicieron
grandes propósitos! Galaad se quedo al otro
lado del jordán ,y dan, ¿por qué se detuvo junto a las naves? Se quedo aser a
la ribera del mar y permaneció en sus puertos. El pueblo de zabulon expuso su
vida a la muerte, como neftali en las alturas de los montes. Vinieron reyes y
pelearon; los reyes de caanan pelearon entonces en taanac junto a las aguas de
meguido, mas no obtuvieron ganancia alguna de dinero. Desde los cielos pelearon
las estrellas, desde sus orbitas pelearon contra sisara. Los barrio el torrente
cison, el antiguo torrente, el torrente cison.
¡ marcha, alma mía, con poder!. Entonces resonaron los cascos de los caballos
por el galopar, por el galopar de sus valientes. ¡ maldecid a meroz!,
dijo el ángel de Jehová, maldecid severamente a sus moradores, porque
vinieron en ayuda de Jehová contra los fuertes. Bendita sea entre las mujeres
jael, mujer de heber, el ceneo; entre las mujeres, bendita sea en la tienda. El
pidió ayuda y ella le dio leche; en tazón de nobles le presento crema. Tendió
su mano a la estaca, su diestra al mazo de los trabajadores, y golpeo a sisara:
hirió su cabeza, le horado y atravesó sus bienes. Cayo encorvado a
sus pies, quedo tendido; a sus pies cayo encorvado; donde se encorvo, allí
cayo muerto. La madre de sisara se asoma a la ventana y por entre las celosías
dice a voces: ¿por qué tarda su carro en venir? ¿por qué las ruedas de sus
carros se detienen?. Las mas avisadas de sus damas le respondían, y aun ella se
respondía a si misma: ¿no será que han hallado botín y lo están
repartiendo? A cada uno, una doncella o dos; las vestiduras de colores para
sisara, las vestiduras bordadas de colores; la ropa de color
bordada por ambos lados, por los jefes de los que tomaron el botín. Así
perezcan todos tus enemigos, Jehová; mas brillen los que te aman, como el sol
cuando sale en su esplendor. Y hubo paz en la tierra durante cuarenta años.
6
Los hijos de Israel hicieron
lo malo ante los ojos de Jehová, y Jehová los entrego en manos de madian por
siete años. Como la mano de madian los oprimía cada vez mas, los hijos de
Israel, por temor a los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, cavernas y
lugares fortificados. Pues sucedía que cuando Israel tenia algo sembrado, subían
los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los
atacaban. Acampaban frente a ellos y destruían los frutos de la tierra, hasta
llegar a gaza. No dejaban que comer
en Israel , ni ovejas ni bueyes ni asnos. Con sus tiendas y sus ganados, subían
como una inmensa nube de langostas. Ellos y sus camellos eran innumerables, y
venían a la tierra para devastarla. De este modo se empobrecía Israel
en gran manera por causa de madian. Y los hijos de Israel clamaron a
Jehová. cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová a causa de los
madianitas, Jehová les envió un profeta, el cual les dijo:
así a dicho Jehová, Dios de Israel: yo os hice salir de Egipto y os
saque de la casa de servidumbre. Os libre de manos de los egipcios y de manos de
todos los que os afligieron, a los cuales eche de delante de vosotros, y os di
su tierra. También os dije: yo soy Jehová, vuestro Dios: no temáis a los
dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis. Sin embargo no habéis
obedecido a mi voz. Entonces vio el ángel de Jehová y se sentó debajo de la
encina que esta en ofra, la cual era de joas abiezerita. Gedeon, su hijo estaba
sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas, cuando se le
apareció el ángel de Jehová y le dijo: - Jehová esta contigo, hombre
esforzado y valiente. Gedeon le respondió:
- ah, señor mío, si Jehová esta con nosotros, ¿por qué nos ha
sobrevenido todo esto? ¿dónde están todas esas maravillas que nuestros padres
nos han contado diciendo: ¿no nos saco Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos
ha desamparado y nos ha entregado en manos de los madianitas. Mirándolo Jehová
le dijo: - ve con esta tu fuerza y salvaras a Israel de manos de los madianitas.
¿no te envió yo? Gedeon le respondió de nuevo: -
ah, señor mío, ¿con que salvare yo a Israel? He aquí que mi familia
es pobre en manases y yo soy el menor en la casa de mi padre. Jehová le dijo: -
ciertamente yo estaré contigo, y tu derrotaras a
los madianitas como a un solo hombre. El respondió: - yo te ruego que si
he hallado gracia delante de ti, me des señal de que has hablado conmigo. Te
ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti y saque mi ofrenda y la
ponga delante de ti. Jehová le contesto: - yo esperare hasta que vuelvas.
Gedeon se fue, preparo un cabrito y panes sin levadura de un efa de harina puso
la carne en un canastillo y el caldo en una olla
y sacándolo se lo presento debajo de aquella encina. Entonces el ángel
de Dios le dijo: - toma la carne y los panes sin levadura, ponlos sobre esta peña
y vierte el caldo. El lo hizo así. Extendiendo el ángel de Jehová el cayado
que tenia en su mano, toco con la punta la carne y los panes sin levadura y subió
fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Luego el
ángel de Jehová desapareció de su vista. Al ver gedeon que era el ángel de
Jehová, dijo: - ah, señor Jehová, he visto al ángel de Jehová cara a cara.
Pero Jehová le dijo: - la paz sea contigo. No tengas temor, no morirás. Gedeon
edifico allí un altar a Jehová y lo llamo Jehová-salom. Este altar permanece
hasta hoy en ofra de los abiezeritas. Aconteció que esa misma noche le dijo
Jehová: toma un toro del hato de
tu padre, el segundo toro, el de siete años, y derriba el altar de baal que
tiene tu padre; corta también la imagen de asera que se halla junto a el y
edifica altar a Jehová tu Dios, en la cumbre de este peñasco, en lugar
conveniente. Toma después aquel segundo toro y sacrifícalo en holocausto con
la madera de la imagen de asera que habrás cortado. Entonces gedeon tomo diez
hombres de entre los siervos e hizo como Jehová le dijo. Pero temiendo hacerlo
de día, a causa de la familia de su padre y de los hombres de la ciudad, lo
hizo de noche. Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, el altar
de baal estaba derribado, y había sido cortada la imagen de asera que se
hallaba junto a el y ofrecido aquel toro segundo en holocausto sobre el altar
edificado. Y unos a otros se preguntaron: - ¿ quien ha hecho esto? Buscando e
inquiriendo les dijeron: - gedeon
hijo de joas lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a joas: -
saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar a baal y ha cortado
la imagen de asera que se hallaba junto a el. pero joas respondió a todos los
que estaban junto a el: - ¿luchareis
vosotros por baal? ¿defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por el, que
muera esta mañana. Si es un dios, que luche por si mismo con quien derribo su
altar. Aquel día gedeon fue llamado jerobaal, esto es: luche baal contra el,
por cuanto derribo su altar. Pero todos los madianitas y amalecitas y los del
oriente se juntaron a una y cruzando el jordán
acamparon en el valle de jezreel. Entonces el espíritu de Jehová vino sobre
gedeon, y cuando este toco el cuerno, los abiezeritas se reunieron con el. envió
mensajeros por todo manases y también ellos se le unieron; asimismo envió
mensajeros a aser, a zabulon y a neftali,
los cuales salieron a su encuentro. Gedeon dijo a Dios: si
has de salvar a Israel por mí mano, como has dicho, he aquí que yo
pondré un vellón de lana en la era; si el roció esta sobre el vellón
solamente y queda seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvaras a
Israel por mi mano, como lo has dicho. Y así aconteció, pues cuando se levanto
de mañana, exprimió el vellón
para sacarle el roció y lleno con el un tazón de agua. Pero gedeon dijo a
Dios: no se encienda tu ira contra mi si hablo de nuevo: probare ahora otra vez
con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco y el roció caiga
sobre la tierra. Aquella noche lo hizo Dios así; solo el vellón quedo seco y
en toda la tierra hubo roció.
7
Jerobaal, que es otro nombre
de gedeon y todos los que estaban con el, se levantaron de mañana y acamparon
junto a la fuente harod. El campamento de los madianitas les quedaba entonces al
norte, en el vale mas allá del collado de norte. Jehová dijo a gedeon: hay
mucha gente contigo para que yo entregue a los madianitas en tus manos, pues
Israel puede jactarse contra mi, diciendo:
mi mano me ha salvado. Ahora pues, haz pregonar esto a oídos del pueblo:
quien tema y se estremezca, que madrugue y regrese a su casa desde el monte de
galaad. Regresaron de los pueblos veintidós mil, y quedaron diez mil. Jehová
dijo de nuevo a gedeon: aun son demasiados; llevadlos a beber agua y allí los
pondré a prueba. Del que yo te diga: vaya este contigo, ira contigo; pero de
cualquiera que yo te diga: que este no vaya contigo, el tal no ira. Entonces
gedeon llevo el pueblo a las aguas y
Jehová le dijo: a cualquiera que
lama las aguas con la lengua como lo hace el perro, lo pondrás aparte; y lo
mismo harás con cualquiera que doble sus rodillas para beber. El numero
de los que lamieron llevándose el agua a la boca con la mano fue de
trescientos hombres; el resto del pueblo doblo sus rodillas para beber las
aguas. Entonces Jehová dijo a gedeon: con estos trescientos hombres que
lamieron el agua os salvare y entregare a los madianitas en tus manos; váyase
toda la demás gente cada uno a su lugar. Habiendo tomado provisiones para el
pueblo y sus trompetas, envió a
todos los israelitas cada uno a su
tienda y retuvo a aquellos trescientos hombres. El campamento de madian le
quedaba abajo, en el valle. Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: levántate
y desciende al campamento, porque yo he entregado en tus manos. Si tienes temor
de descender, baja al campamento con tu criado fura, y
oirás lo que hablan. Entonces te animaras
y descenderás a atacarlos. Gedeon descendió con su criado fura hasta
los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento. Los
madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente que habían esparcido por el
valle como una plaga de langostas y
sus camellos eran innumerables como la arena que se acumula a la orilla del mar.
En el momento en que llego gedeon un hombre
contaba un sueño a sus compañero, diciendo: - he tenido un sueño: veía un
pan de cebada que rodeaba hasta el campamento de madian. Llego a la tienda y la
golpeo de tal manera que cayo; la trastorno de arriba
abajo y la tienda cayo. Su compañero respondió: -
esto no representa otra cosa sino la espada de gedeon hijo de joas varón
de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el
campamento. Cuando gedeon oyó el relato del sueño
y su interpretación, adoro. Después volvió al campamento de Israel
y dijo: levantaos porque Jehová ha entregado el
campamento de madian en vuestras manos. Y repartiendo los trescientos
hombres en tres escuadrones, puso trompetas en manos de todos ellos, y cantaros
vacíos con antorchas ardiendo dentro de los cantaros,
y entonces les dijo: miradme
a mi y haced como hago yo;
cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago
yo. Tocare la trompeta, y también todos los que estarán conmigo; entonces
vosotros tocareis las trompetas alrededor de todo el campamento, gritando:
¡ por Jehová y por gedeon!. Llegaron pues, gedeon y los cien hombres
que este llevaba consigo, al extremo del campamento, cuando acababan de renovar
los centinelas de la guardia de la medianoche. Tocaron entonces las trompetas y
quebraron los cantaros que llevaban
en sus manos. Los tres escuadrones tocaron las trompetas y,
quebrando los cantaros, tomaron con la mano izquierda las antorchas y con
la derecha las trompetas que tocaban y gritaron: - ¡
por la espada de Jehová y de gedeon! Los israelitas se mantuvieron
firmes cada uno en su puesto alrededor del campamento, y todo el ejercito
madinita echo a correr dando gritos y huyendo. Mientras los trescientos tocaban
las trompetas, Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo
el campamento. Y el ejercito huyo hasta bet-sita,
en dirección de cerera, hasta la frontera de Abel- mehola en tabat. Se
reunieron entonces los de Israel, de neftali, de aser, y de todo manases, y
persiguieron a los madianitas. Gedeon también envió mensajeros por todo el
monte de Efraín, que decían: descended al encuentro de los madianitas; tomad
los vados de bet-bara y del jordán
antes que ellos lleguen. Unidos, todos los hombres de Efraín tomaron los vados
de bet-bara y del jordán. Capturaron a los príncipes de los madianitas, oreb y
zeeb; mataron a oreb en la peña de oreb y a zeeb lo mataron en el lagar
de zeeb. Después que persiguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de
oreb y de zeeb a
gedeon, que estaba al otro lado del jordán.
8
Pero los hombres de Efraín le dijeron: - ¿qué es esto que has
hecho con nosotros? ¿acaso nos llamaste cuando ibas a la guerra contra madian?
Y le reconvinieron fuertemente. Gedeon les respondió:
- ¿qué he hecho yo ahora comparado con vosotros? ¿no es la que queda
en los campos de Efraín mejor que vendimia completa de abiezer? Dios ha
entregado en vuestras manos a oreb y a zeeb, príncipes de madian; ¿ que he
podido yo hacer comparado con vosotros? El enojo de ellos contra gedeon se
aplaco después que le hablo así. Llego gedeon al jordán y lo pasaron el y los
trescientos hombres que traía consigo, cansados, pero todavía persiguiendo a
los de madian. Luego dijo a los de sucot: - os ruego que deis a la gente que me
sigue algunos bocados de pan, porque están cansados y yo persigo a zeba
y a zalmuna, reyes de madian. Los principales de sucot respondieron: - ¿están
ya zeba y zalmuna en tus manos, para que demos pan a tu ejercito? Gedeon dijo:
- cuando Jehová haya entregado en mis manos a zeba
y a zalmuna, desgarrare vuestra carne con espinos y abrojos del desierto.
De allí subió a peniel y les dijo
las mismas palabras. Los de peniel le respondieron como habían respondido los
de sucot. Gedeon hablo también a los de peniel, diciendo: cuando yo vuelva en
paz, derribare esta torre. Zeba y zalmuna estaban en carcor
con un ejercito como de quince mil hombres, los que quedaban de todo el
ejercito de los hijos del oriente, pues habían caído ciento veinte mil hombres
que sacaban espada. Subiendo, pues, gedeon por el camino de los que vivían en
tiendas al oriente de noba y de jogbeha, ataco el campamento, porque el ejercito
no estaba en guardia. Zeba y zalmuna huyeron , pero gedeon los persiguió,
capturo a los dos reyes de madian, zeba y zalmuna, y lleno de espanto a todo el
ejercito. Cuando gedeon hijo de joas regresaba de la batalla antes que el sol
subiera, capturo a un joven de los hombres de sucot y lo interrogo. El le dio
por escrito los nombres de los principales y de los ancianos de sucot: setenta y
siete hombres. Entonces entro en sucot y dijo a los del pueblo: aquí están
zeba y zalmuna, por causa de los cuales os burlasteis de mi, diciendo: ¿están
ya en tus manos zeba y zalmuna para que demos nosotros pan a tus hombres
cansados? Tomo gedeon espinos y abrojos del desierto y con ellos castigo a los
ancianos de sucot. Asimismo derribo la torre de peniel y mato a los de la
ciudad. Luego dijo a zeba y a zalmuna: - ¿ que aspecto tenían aquellos hombres
que matasteis en tabor? Ellos respondieron: - como tu, así serán ellos; cada
uno parecía hijo del rey. Entonces gedeon grito: - mis hermanos eran, hijos de
mi padre. ¡ vive Jehová, que si le hubierais conservado la vida, ya no os
mataría! Y dijo a jeter, su primogénito: levántate
y mátalos. Pero el joven no desenvaino su espada, porque tenia temor,
pues aun era un muchacho. Entonces
dijeron a zeba y zalmuna: levántate y
mátanos tu, porque según es el hombre, así es su valentía. Gedeon se
levanto, mato a zeba y a zalmuna y
tomo los adornos de lunetas que sus camellos traían al cuello. Los israelitas
dijeron a gedeon: - se tu nuestro señor, y
también tu hijo y tu nieto, pues que nos has librado de manos de madian. Pero
gedeon respondió: - no seré señor de vosotros, ni lo será mi hijo. Jehová
será nuestro señor. Y añadió: - quiero haceros una petición: que cada uno
me de los zarcillos de su botín ( pues traían zarcillos de oro, porque eran
ismaelitas). Ellos respondieron: - de
buena gana te los daremos. Y
tendiendo un manto, echo allí cada uno los zarcillos de su botín. El peso de
los zarcillos de oro que el pidió fue de mil setecientos siclos de oro, sin
contar las lunetas, las joyas ni los vestidos de púrpura que traían los reyes
de madian, ni tampoco los collares que traían al cuello sus camellos. Gedeon
hizo con todo eso un efod, que mando guardar en su ciudad
de ofra. Y todo Israel se prostituyo tras ese efod en aquel lugar, el
cual se volvió tropezadero para gedeon y su casa. Así fue sometido madian
delante de los hijos de Israel, y nunca mas volvió a levantar cabeza. Y hubo
paz en la tierra durante los cuarenta años en los días de gedeon. Luego
jerobaal hijo de joas se fue a vivir a su casa,
y tuvo gedeon setenta hijos que constituyeron su descendencia, porque
tenia muchas mujeres. También su concubina que estaba en siquem le dio un hijo,
al cual llamo abimelec. Murió
gedeon hijo de joas en buena vejez y fue sepultado en le sepulcro de su padre
joas, en ofra de los abiezeritas. Pero aconteció que cuando murió
gedeon, los hijos de Israel volvieron a prostituirse yendo tras los
baales, y escogieron por dios a
baal-berit. No se acordaron los hijos de Israel de Jehová su Dios, que los había
librado de todos los enemigos de su alrededor, ni se mostraron agradecidos con
la casa de jerobaal, o sea de gedeon, conforme a todo el bien que el había
hecho en Israel.
9
Abimelec hijo de jerobaal
fue a siquem, a los hermanos de su padre, y dijo a ellos y a toda la familia de
la casa del padre de su madre: yo os ruego que me digáis a todos los de siquem:
¿qué os parece mejor, que os gobierne setenta hombres, todos los hijos de
jerobaal o que os gobierne un solo hombre?. Acordaos que yo soy hueso vuestro y
carne vuestra. Hablaron por el los hermanos de su madre a todos los de siquem
todas estas palabras, y el corazón de ellos se inclino a favor de abimelec,
porque decían: nuestro hermano es. Además le dieron setenta siclos
de plata del templo de baal-barit, con los cuales abimelec alquilo
hombres ociosos y vagabundos que lo
siguieran. Y yendo a la casa de su padre en ofra, mato a sus hermanos, los
setenta hijos de jerobaal, sobre una misma piedra; pero quedo jotam, el hijo
menor de jerobaal, que se escondió. Entonces se juntaron todos los de siquem
con toda la casa de milo, y fueron y proclamaron rey a abimelec cerca de la
llanura del pilar que estaba en siquem. Cuando se lo dijeron a jotam, este subió
a la cumbre del monte gerizim, y alzando su voz clamo: oídme, hombres de siquem,
y así también os oiga Dios: fueron
una vez los árboles a elegirse un rey y dijeron
al olivo: reina sobre nosotros. Pero el olivo respondió: ¿he de dejar mí
aceite con el cual se honra a Dios y a los hombres, para reinar sobre los árboles?.
Dijeron pues, los árboles a la higuera: anda tu, reina sobre nosotros. La
higuera respondió: ¿he de dejar mi dulzura y mí buen fruto para reinar sobre
los árboles?. Dijeron luego los árboles a la vid: pues ven tu, reina sobre
nosotros. La vid les respondió: ¿he de dejar mi vino, que alegra a Dios y a
los hombres, para reinar sobre los árboles?. Todos los árboles rogaron
entonces a la zarza: anda tu, reina sobre nosotros. Pero la zarza respondió a
los árboles: si en verdad me
proclamáis rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo mi sombra; y
si no salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano. Ahora
bien: ¿habéis procedido con verdad y con integridad al hacer rey a abimelec?
¿habéis actuado bien con jerobaal
y con su casa, le habéis pagado conforme a la obra de sus manos? Mi padre peleo
por vosotros y expuso su vida al peligro para librarnos de manos de madian, y
vosotros habéis levantado hoy contra la casa de mi padre y habéis matado a sus
setenta hijos sobre una misma piedra, y habéis puesto por rey sobre los de
siquem a abimelec, hijo de su criada, debido a que es vuestro hermano. Si con
verdad y con integridad habéis
procedido hoy con jerobaal y con su casa, que gocéis de abimelec
y el goce de vosotros. Y si no, fuego salga de abimelec y consuma a los
de siquem y a la casa de milo, y
fuego salga de los de siquem y de la casa de milo y consuma a abimelec.
Jotam escapo y huyo, se fue a beer y allí se quedo por miedo de su hermano
abimelec. Después que abimelec hubo dominado sobre Israel tres años, envió
Dios un espíritu de discordia entre abimelec
y los hombres de siquem y los de siquem se rebelaron contra abimelec, para que
la violencia hecha a los setenta hijos de jerobaal, y su sangre, recayera sobre
su hermano abimelec, que los mato y sobre los hombres de siquem que lo ayudaron
a matar a sus hermanos. Los de siquem pusieron en las cumbres de los montes
asecharon que robaban a todos los que pasaban junto a ellos por el camino. De
esto se dio aviso a abimelec. Un día gaal hijo de ebed paso
con sus hermanos por siquem, y los de siquem pusieron en el su confianza.
Salieron al campo, recogieron y pisaron la uva, e hicieron fuesta: entraron en
le templo de sus dioses y comiendo y bebiendo, maldijieron a abimelec. Entonces
gaal hijo de ebed dijo: ¿quién es abimelec, y que es siquem para que nosotros
le sirvamos? ¿no es hijo de jerobaal? ¿no es zebul su ayudante? Servid a los
hombres de amor, padre de siquem; pero ¿por qué hemos de servir a abimelec?
Ojala estuviera este pueblo bajo mi mano; enseguida arrojaría yo a abimalec, y
le diría: refuerza tus ejércitos y
sal a pelear. Cuando zebul, gobernador de la ciudad oyó las palabras de gaal
hijo de ebed, se encendió en ira y envió secretamente mensajeros a decir a
abimelec: gaal hijo de ebed y sus
hermanos ha venido a siquem y están sublevando la ciudad contra ti. Levántate,
pues, ahora de noche, tu y el pueblo que esta contigo, y pon emboscadas en el
campo. Por la mañana, al salir el sol, madruga y cae sobre la
ciudad. Cuando gaal y el
pueblo que esta con el salgan contra ti, tu harás con el según se presente la
ocasión. Levantándose pues, de noche abimelec y todo el pueblo que con el
estaba, pusieron emboscada contra siquem con cuatro compañías. Cuando gaal
hijo de ebed salió, se puso a la entrada de la puerta de la ciudad. Entonces
abimelec y todo el pueblo que con el estaba salieron de sus escondites. Al
verlos, gaal dijo a zebul: - he aquí gente que desciende de las cumbres de los
montes. Zebul le respondió: - tu ves la sombra de los montes como si fueran
hombres. Volvió gaal a hablar y dijo: - he allí gente que desciende de en
medio de la tierra y una tropa que viene por el camino de la encina de los
adivinos. Zebul le respondió: - ¿cómo es que antes decías: ¿quién es
abimelec para que le sirvamos? ¿ no es este el pueblo que tenias en poco? Sal
pues, ahora, y pelea con el. gaal salió al frente de los de siquem y peleo
contra abimelec. Pero abimelec lo persiguió; gaal huyo de el y muchos cayeron
heridos hasta la puerta misma de la ciudad. Abimelec se quedo en aruma y zebul
echo fuera de siquem a gaal y a sus hermanos para que no habitaran en siquem.
Aconteció al siguiente día, que el pueblo salió al campo. Le dieron aviso a
abimelec, el cual tomo a su gente, la repartió en tres compañías y puso
emboscadas en el campo. Cuando miro, vio al pueblo que salía de la ciudad.
Entonces se levanto contra ellos los ataco. Abimelec y la compañía que estaba
con el acometieron con ímpetu y se
detuvieron a la entrada de la puerta de la ciudad; las otras dos compañías
acometieron a todos los que estaban en el campo y los mataron. Abimelec peleo
contra la ciudad todo aquel día, la tomo y la mato al pueblo que en ella
estaba; destruyo la ciudad y la sembró de sal cuando oyeron esto todos los que
estaban en la torre de siquem, se metieron en la fortaleza del templo del dios
berit. Avisaron a abimelec que estaban reunidos los hombres de la torre de
siquem, y subió junto con toda la gente que estaba con el
al monte salmón, tomo un hacha en la mano, corto una rama
de los árboles y levantándola, se la puso sobre sus hombros, diciéndole
al pueblo que estaba con el: lo que
me habéis visto hacer, apresuraos a hacerlo como yo. Todo el pueblo corto también
cada uno su rama y siguieron a abimelec; pusieron las ramas junto a la fortaleza
del templo y le prendieron fuego con ellas, de modo que todos los de la torre de
siquem murieron, unos mil, entre hombres y mujeres.
Después abimelec marcho sobre tebes le puso sitio y tomo la ciudad. En
medio de tebes había una torre fortificada, a la cual se retiraron todos los
hombres, las mujeres y todos los señores de la ciudad. Cerraron tras si las
puertas y se subieron al techo de la torre.
Llego abimelec a la torre y la ataco; pero cuando se acerco a la puerta
para prenderle fuego, una mujer dejo caer un pedazo de rueda de molino sobre la
cabeza de abimelec y le rompió el cráneo. Abimelec llamo apresuradamente a su
escudero y le dijo: saca tu espada y mátame, para que no se diga de mi: una
mujer lo mato. Entonces su escudero lo atravesó con la espada y murió. Cuando
los israelitas vieron muerto a abimelec se fueron cada uno a su casa. Así pago
Dios abimelec el mal que había hecho contra su padre al matar a sus setenta
hermanos. Y todo el mal de los hombres de siquem lo hizo Dios volver sobre sus
cabezas. Y se cumplió en ellos la maldición de jotam hijo de jerobaal.
10
Después de abimelec se levanto para librar a Israel tola hijo de fua
hijo de dodo, hombre de isacar, el cual habitaba en samir, en los montes de Efraín.
Tola juzgo a Israel veintitrés años. Murió y fue sepultado en samir. Tras el
se levanto jair galaadita, el cual juzgo a Israel veintidós años. Tuvo treinta
hijos que cabalgaban sobre treinta asnos; y
tenia treinta ciudades, que se llaman las ciudades de jair hasta hoy, las cuales
están en la tierra de galaad. Murió jair y fue sepultado en camon. Pero los
hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová y sirvieron a
los baales y a astarot, a los
dioses de Siria, a los dioses de
sidon, a los dioses de moab, a los
dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos. Abandonaron a
Jehová y no lo sirvieron. Se encendió entonces la ira de Jehová contra Israel
y los entrego en manos de los filisteos y de los hijos de Amón, los cuales
oprimieron y quebrantaron a los hijos de Israel en aquel tiempo durante
dieciocho años, a todos los hijos de Israel que vivían en galaad, al otro lado
del jordán, en tierra del amorreo. Los hijos de Amón pasaron al jordán para
hacer también guerra contra juda, contra benjamín y contra la casa de Efraín,
y sufrió Israel gran aflicción. Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová
diciendo: - nosotros hemos pecado contra ti, porque hemos dejado a nuestro Dios
y servido a los baales. Jehová respondió a los hijos de Israel: - ¿no habéis
sido oprimidos de Egipto, de los amorreos, de los amonitas, de los filisteos,
de los de sidon, de amalec, y de maon?
Y cuando clamasteis a mi, ¿no os libre de sus manos? Pero vosotros me
habéis dejado y habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os librare
mas. Andad y clamad a los dioses que habéis elegido; que ellos os libren en el
tiempo de vuestra aflicción. Los hijos de Israel respondieron a Jehová: -
hemos pecado; haz con nosotros como bien te parezca. Solo te rogamos que nos
libre en este día. Quitaron, pues, de en medio de ellos a los dioses ajenos y
sirvieron a Jehová. y el se angustio a causa de la aflicción de Israel.
Entonces se juntaron los hijos de Amón y acamparon en galaad; se juntaron
asimismo los hijos de Israel y acamparon en mizpa. Y los príncipes y el pueblo
de galaad se dijeron unos a otros: ¿quién comenzara la batalla contra los
hijos de Amón? El que lo haga será
el caudillo de todos los que habitan en galaad.
11
Jefte, el galaadita, era
esforzado y valeroso. Era hijo de una remera y de un hombre llamado galaad. Pero
también la mujer de galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron
fuera a jefte, diciéndole: no
heredaras en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. Huyo,
pues, jefte de sus hermanos y se fue a vivir en tierra de tob, donde reunió una
banda de hombres ociosos que salían con el. aconteció andando el tiempo que
los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel. Cuando ello sucedió, los
ancianos de galaad fueron a traer a
jefte de la tierra de tob, y le
dijeron: - ven, para que seas nuestro jefe en la guerra contra los hijos de Amón.
Jefte respondió a los ancianos de galaad: - ¿no me aborrecisteis vosotros y me
echasteis de la casa de mi padre? ¿por qué pues, venís ahora a mi cuando estáis
en aflicción? Los ancianos de galaad respondieron a jefte: - por esta misma
causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros a pelear contra los
hijos de Amón y a ser el caudillo de todos los que vivimos en galaad. Jefte
dijo entonces a los ancianos de galaad: - si me decís
volver para que pelee contra los hijos de Amón y Jehová los entregara
delante de mi, ¿seré yo vuestro caudillo? Los ancianos de galaad respondieron
a jefte: - Jehová sea testigo
entre nosotros si no hacemos como tu dices. Fue, pues, jefte con los ancianos de
galaad y el pueblo lo eligió con su caudillo y jefe. En mizpa, jefte repitió
todas sus palabras delante de Jehová y envió mensajeros al rey de los
amonitas, diciendo: - ¿Qué tienes tu conmigo, para venir hacer guerra contra
mi tierra? El rey de los amonitas respondió a los mensajeros del jefte: - por
cuanto Israel, cuando subió de Egipto, tomo mi tierra, desde arnon hasta el
jaboc y el jordán, devuélvela tu ahora en paz. Jefte
envió otros mensajeros al rey de los amonitas, con el siguiente mensaje:
- jefte ha dicho esto: Israel no tomo tiierra de moab ni tierra de los hijos de
Amón. Porque cuando Israel subió a Egipto y anduvo por el desierto hasta el
mar rojo, llego a cades. Entonces Israel envió mensajeros al rey de edom,
diciendo: yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra, pero el rey de edom no
los escucho. También envió mensajeros al rey de moab, el cual tampoco quiso.
Israel, por tanto, se quedo en cades. Después, yendo por el desierto, rodeo la
tierra de edom y la tierra de moab, acampo al otro
lado de arnon, pero no entro en territorio de moab, porque arnon es
territorio de moab. Asimismo envió Israel mensajeros a sehon, rey de los
amorreos, rey de hesbon, diciéndole: te ruego que me dejes pasar por tu tierra
hasta mi lugar. Pero sehon no se fió de Israel para darle paso por su
territorio, sino que reuniendo toda su gente acámpo en jahaza y peleo contra
Israel. Pero Jehová Dios de
Israel, entrego a sehon, y a todo su pueblo en manos de Israel, y los derroto.
De esta manera se apodero Israel de toda la tierra de los amorreos que habitaban
en aquel país. También se apodero de todo el territorio del amorreo desde el
arnon hasta el jaboc, y desde el
desierto hasta el jordán. Así que, ¿pretendes tu apoderarte de lo que Jehová,
Dios de Israel, le quito el amorreo a favor de su pueblo Israel? Lo que te haga
poseer quemos, tu dios, ¿no lo poseerías tu? Así, todo lo que Jehová,
nuestro Dios, nos ha dado, nosotros lo poseeremos. ¿eres tu ahora mejor en algo
que balac hijo de zipor, rey de moab? ¿tuvo el alguna reclamación contra
Israel o hizo guerra contra nosotros? Ya hace trescientos años que Israel
habita en hesbon y sus aldeas, en
aroer y sus aldeas,
y en todas las ciudades que
están en el territorio de arnon, ¿por qué no las habéis recobrado en todo
ese tiempo? Así que, yo en nada he pecado contra ti, pero tu haces mal peleando
contra mi. Jehová que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los
hijos de Amón. Pero el rey de los judíos de Amón no atendió estas razones
que jefte le había enviado. Entonces el espíritu de Jehová vino sobre jefte y
este recorrió galaad y manases. De allí paso a mizpa de galaad
y de mizpa de galaad paso a los hijos de Amón. Entonces jefte hizo voto
a Jehová diciendo: si entregas a los amonitas en mis manos, cualquiera que
salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo regrese victorioso de los
amonitas, será de Jehová y lo ofreceré en holocausto. Jfte fue a pelear
contra los hijos de Amón, y Jehová los entrego en sus manos. Desde aroer y
hasta llegar a minit conquisto veinte ciudades y hasta la vega de las viñas las
derroto con gran estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de
Israel. Cuando volvió jefte a mizpa a su casa, su hija salió a recibirlo con
panderos y danzas. Ella era sola,
su hija única; fuera de ella no tenia hijo ni hija. Cuando el la vio rasgo sus
vestidos, diciendo: - ay, hija mía! En verdad que me has afligido, y tu misma
has venido a ser causa de mi dolor, porque
le he dado mí palabra a Jehová y no podré retractarme.
Ella entonces le respondió: - padre mío, si le has dado tu palabra a
Jehová, haz conmigo conforme a lo que prometiste, ya que Jehová te ha
permitido vengarte de tus enemigos, los hijos de Amón. Y añadió: - concédeme
esto: déjame que por dos meses vaya y descienda por los montes a llorar mi
virginidad junto a mis compañeras. Jefte le respondió: - ve.
La dejo por dos meses. Fue con sus compañeras y lloro su virginidad por
los montes. Pasados los dos meses volvió a su padre, quien cumplió el voto que
había hecho. La hija de jefte nunca conoció varón. Por eso es costumbre en
Israel que todos los años vayan las doncellas de Israel a llorar a la hija de
jefte, el galaadita, durante cuatro días.
12
Los hombres de la tribu de Efraín se reunieron, pasaron hacia el norte y
dijeron a jefte: - ¿por qué fuiste a hacer la guerra contra los hijos de Amón,
y no nos llamaste para que fuéramos contigo? ¡ quemaremos ahora tu casa
contigo dentro! Jefte les respondió: - yo y mi pueblo teníamos una gran
contienda con los hijos de Amón; os llame, pero no me defendisteis de ellos.
Viendo, pues, que no me defendáis, arriesgue mi vida, ataque a los hijos de Amón,
y Jehová me los entrego. ¿por qué pues habéis subido hoy para pelear
conmigo? Entonces reunió jefte a todos los hombres de galaad y peleo contra
Efraín. Y los de galaad derrotaron a Efraín porque habían dicho: vosotros
sois fugitivos de Efraín, vosotros los galaaditas, que habitáis entre Efraín
y manases. Los galaaditas tomaron los vados del jordán a los de Efraín, y
cuando los fugitivos de Efraín
llegaban y decían: - quiero pasar, los de galaad les preguntaban: - ¿eres tu
efrateo? Si el respondía que no,
entonces le decían: - ahora pues, di shibolet. Si decían sibolet, porque no
podían pronunciarlo correctamente,
le echaban mano y lo degollaban junto a los vados del jordán. Así murieron
cuarenta y dos mil de los de Efraín. Jefte juzgo a Israel
seis años. Murió jefte, el galaadita y fue sepultado en una de las
ciudades de galaad. Después de el juzgo a Israel ibzan, de Belén, quien tuvo
treinta hijos y treinta hijas, las cuales caso con gente de afuera, y tomo de
fuera treinta hijas para sus hijos. Juzgo a Israel siete años. Murió ibzan y
fue sepultado en Belén. Después de el juzgo a Israel elon, el zabulonita quien
juzgo a Israel diez años. Murió elon el zabulonita y fue seputado en ajalon,
en la tierra de zabulon. Después de el juzgo a Israel
Abdón hijo de hilel, el piratonita. Esté tuvo cuarenta hijos y treinta
nietos que cabalgaban sobre setenta asnos. Juzgo a Israel ocho años. Murió Abdón
hijo de hilel el piratonita y fue sepultado en piraton en la tierra de Efraín
en el monte de amalec.
13
Los hijos de Israel volvieron hacer lo malo ante los ojos de Jehová y
Jehová los entrego en manos de los
filisteos por cuarenta años. En zora, de la tribu de dan, había un
hombre que se llamaba manoa. Su mujer nunca había tenido hijos, porque
era estéril. A esta mujer se le apareció el ángel de Jehová y le dijo: tu
eres estéril y nunca has tenido hijos, pero concebirás y darás a
luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosas inmunda,
pues concebirás y darás a luz un
hijo. No pasara navaja sobre su cabeza,
porque el niño será nazareo para Dios desde su nacimiento, y comenzara a
salvar a Israel de manos de los filisteos. La mujer fue y se lo contó a su
marido, diciendo: un varón de Dios vino a mi, cuyo aspecto era muy temible como
el de un ángel de Dios. No le pregunte de donde venia ni quien era, ni tampoco
el me dijo su nombre. Pero si me dijo: he aquí que tu concebirás y darás a
luz un hijo; por tanto, desde ahora no bebas vino ni sidra,
ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo para Dios desde su
nacimiento hasta el día de su muerte. Entonces oro manoa a Jehová y dijo: ah,
señor mío, yo te ruego que a aquel hombre de Dios que enviaste regrese ahora a
nosotros y nos enseñe lo que debemos hacer con el niño que ha de nacer. Dios
oyó la voz de manoa, hallándose la mujer en el campo, el ángel de Dios, vino
otra vez a ella; pero manoa, su marido, no estaba presente. La mujer corrió
prontamente a avisar a su marido, diciéndole: mira que se me ha aparecido aquel
hombre que vino a mi el otro día. Se levanto manoa y fue con ella a donde
estaba el hombre y le dijo: - ¿eres tu el hombre que hablo con mi mujer? El
respondió: - yo soy. Entonces
manoa le pregunto: - cuando tus palabras se cumplan, ¿cuál debe ser la manera
de vivir del niño y que debemos hacer con el? el ángel de Jehová contesto a
manoa: - la mujer se guardara de todas las cosas que yo le dije:
no tomara nada que proceda
de la vid, no beberá vino ni sidra, ni comerá cosa inmunda. Guardara todo lo
que le mande. Entonces manoa dijo al ángel de Jehová: - te ruego que nos
permitas detenerte y te prepararemos un cabrito. El ángel de Jehová respondió
a manoa: - aunque me detengas, no comeré de tu pan; pero si quieres hacer un
holocausto, ofrécelo a Jehová. ( manoa no sabia aun que aquel hombre era el ángel
de Jehová) entonces pregunto manoa al ángel de Jehová: - ¿cuál es tu nombre
para que cuando se cumpla tu palabra te honremos? El ángel de Jehová respondió:
- ¿por qué preguntas por mi nombre, que es un nombre admirable? Tomo pues
manoa un cabrito y una ofrenda y los ofreció sobre una peña a Jehová.
entonces el ángel hizo un milagro ante los ojos de manoa y su mujer. Porque
aconteció que cuando la llama subió del altar hacia el cielo, manoa
y su mujer vieron al ángel de Jehová subir en la llama del altar.
Entonces se postraron en tierra. Manoa supo entonces que era el ángel de Jehová,
pues no se les volvió a aparecer ni a el ni a su mujer. Y dijo manoa a su
mujer: - ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios. Su mujer le respondió:
- si Jehová nos quisiera matar, no
aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado
todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto. A su tiempo, la mujer
dio a luz un hijo y le puso por nombre sansón. El niño creció y Jehová lo
bendijo. En los campamentos de dan entre zora y
estaol, el espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en el.
14
Descendió sansón a timnat y vio allí a una mujer de las hijas de los
filisteos. Regreso entonces y lo contó a su padre y a su madre, diciendo: - he
visto en timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis
por mujer. Su padre y su madre le dijeron: - ¿no hay mujer entre las hijas de
tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tu a tomar mujer de los
filisteos incircuncisos? Sansón respondió
a su padre: - tómame esta por mujer, para ella me agrada. Su padre y su madre
no sabían que esto venia de Jehová, porque el buscaba ocasión contra los
filisteos, pues en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel. Sansón
descendió con su padre y con su madre a timnat.
Cuando llegaron a las viñas de timnat, un león joven vino rugiendo
hacia el. entonces el espíritu de Jehová vino sansón, quien despedazo al león
como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en sus manos. El no contó
ni a su padre ni a su madre
lo que había hecho. Descendió pues y hablo con la mujer; y ella agrado a sansón.
Al volver después de algunos días para tomarla, se aparto del camino para ver
el cuerpo muerto del león; y vio que
el cuerpo del león había un enjambre de abejas y un panal de miel. Tomándolo
en sus manos, fue comiendo la miel por el camino. Cuando alcanzo a su padre
y a su madre, les dio también a ellos para que comieran, pero no les
revelo que aquella miel la había tomado del cuerpo del león. Fue pues, su
padre adonde estaba la mujer y sansón hizo allí un banquete porque así solían
hacer los jóvenes. Aconteció que cuando los filisteos lo vieron, tomaron
treinta compañeros para que estuvieran con el. a estos treinta dijo sansón: -
yo os propondré ahora un enigma; si en los siete días del banquete me lo
explicáis y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta
vestidos de fiesta. Pero si no me lo podéis
descifrar, entonces vosotros me daréis a mi los treinta vestidos de lino
y los vestidos de fiesta. Ellos
respondieron: - propón tu enigma y
lo oiremos. El les dijo: - del
devorador salió comida y del fuerte salió dulzura. Ellos no pudieron descifrar
el enigma en tres días. Al séptimo
día dijeron a la mujer de sansón: induce a tu marido a que nos explique este
enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿acaso nos habéis
llamado aquí para despojarnos?. Lloro
la mujer de sansón en presencia de
el y dijo: - solamente me aborreces, no me amas, pues no me explicas el enigma
que propusiste a los hijos de mi pueblo. El respondió: - ni a mi padre ni a mi
madre lo he explicado, ¿y te lo había de explicar a ti? Aquella mujer lloro en
presencia de sansón los siete días que duro el banquete, pero el séptimo día
el se lo declaro, porque ella lo presionaba, y la mujer se lo contó a los hijos
de su pueblo. Al séptimo día, antes que el sol, se pusiera, los de la ciudad
le dijeron: - ¿que cosa es mas
dulce que la miel? ¿y que cosa es mas fuerte que el león? Sansón le respondió:
- si no araseis con mi novilla, nunca haabréis descubierto mi enigma. El espíritu
de Jehová vino sobre el; descendió sansón a ascalon y mato a treinta hombres
de ellos, y tomando sus despojos, pago con las vestiduras a los que habían
explicado el enigma. Después, encendido de enojo regreso a la
casa de su padre. Su mujer
fue dada a un compañero al que sansón había tratado como amigo.
15
Aconteció después de algún tiempo, en los días de la siega del trigo,
que sansón visito a su mujer con un cabrito. Al llegar dijo: - entrare para ver
a mi mujer en la alcoba. Pero el padre de ella no lo dejo entrar, sino que le
dijo: - pensé que la aborrecías, y la di a tu compañero. Pero su hermana
menor, ¿no es mas hermosa que ella? Tómala, pues, en lugar de la mayor.
Entonces le dijo sansón: - sin culpa seré esta vez respecto de los filisteos,
si les hago mal. Fue sansón y cazo trescientas zorras, tomo antorchas, junto
cola con cola y puso una antorcha entre cada dos colas. Después encendiendo las
antorchas, soltó las zorras en los sembrados de los filisteos
y quemo las mieses amontonadas y
en pie, y las viñas y olivares. Los filisteos preguntaron: - ¿quién hizo
esto? Les contestaron: - sansón,
el yerno del timanteo porque le quito
su mujer y la dio a su compañero. Vinieron luego los filisteos y los quemaron a
ella y a su padre.
Entonces sansón les dijo: - ya que esto habéis hecho, juro que no
descansare hasta que me haya vengado de vosotros. Y los hirió de tal manera que
hizo estragos entre ellos. Después
se fue a vivir a la cueva de la peña de etam. Los filisteos subieron, acamparon
en juda y se extendieron por lehi. Los de juda les preguntaron: -
¿por qué habéis subido contra nosotros? Ellos respondieron:
- a apresar a sansón hemos subido, para hacerle como el nos ha hecho. Al
oír esto, vinieron tres mil hombres de juda a la cueva de la peña de etam y
dijeron a sansón: - ¿no sabes que
los filisteos dominan sobre nosotros? ¿por qué
nos he hecho esto? El les respondió:
- yo les he hecho como ellos me hicieron. Entonces los de juda le
dijeron: - nosotros hemos venido a prenderte y entregarte en manos de los
filisteos. Sansón les respondió: - juradme que vosotros no me matareis. Ellos
le respondieron: - no; solamente te prenderemos y te entregaremos en sus manos,
pero no te mataremos. Lo ataron luego con dos cuerdas nuevas
y lo hicieron salir de la peña. Cuando llegaron a lehi, los filisteos
salieron gritando a su encuentro; pero el espíritu de Jehová
vino sobre el y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como
lino quemado con fuego y las ataduras se cayeron de sus manos. Al ver una
quijada de asno, fresca aun, extendió la mano, la tomo y mato con ella a mil
hombres. Entonces sansón dijo: Con
la quijada de un asno, un montón, dos montones; con la quijada de un asno mate
a mil hombres. Al terminar de decir esto, arrojo la quijada y llamo a aquel
lugar ramat-lehi. Como tenia mucha sed, clamo a Jehová: tu has dado esta grande
salvación por mano de tu siervo, ¿cómo dejaras que muera yo ahora de sed y
caiga en manos de estos incircuncisos?. Entonces abrió Dios la cuenca que hay
en lehi, y salió de allí agua. Sansón bebió, recobro su espíritu y se
reanimo. Por esto llamo a aquel
lugar ( que esta en lehi hasta el día de hoy) en-hacore. Y juzgo a sansón a
Israel veinte años, en los días en que dominaban los filisteos.
16
Fue sansón gaza y vio allí a una prostituta y se llego a ella. Cuando
les dijeron a los de gaza: sansón ha venido acá, rodearon y acecharon durante
toda la noche a la puerta de la
ciudad. Se mantuvieron callados toda la noche, diciéndose: cuando aclare el día,
entonces lo mataremos. Pero sansón durmió hasta la medianoche; y al medianoche
se levanto y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares
y su cerrojo, se las echo al hombro y las subió a la cumbre del monte
que esta delante de hebron. Después de esto aconteció que se enamoro de una
mujer llamada dalila que vivía en el valle de sorec. Fueron a visitarla los príncipes
de los filisteos y le dijeron: - engáñalo
y descubre en que consiste su fuerza y como podríamos vencerlo. Así podremos
atarlo y dominarlo y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.
Entonces dalila dijo a sansón: - yo te ruego que me digas en que consiste tu
gran fuerza y como hay que atarte para que seas dominado. Sansón respondió: -
si me atan con siete mimbres verdes que aun no estén secos, entonces me
debilitare y seré como cualquiera de los hombres. Los príncipes de los
filisteos le trajeron siete mimbres verdes que aun no estaban secos, y
ella lo ato con ellos. Como ya había
situado hombres al acecho en el aposento, dalila le grito: ¡ sansón,
los filisteos sobre ti!. El rompió los mimbres como se rompe una cuerda de
estopa cuando toca el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza. Entonces
dalila dijo a sansón: - tu me has engañado, me has dicho mentiras. Descúbreme
ahora te ruego, como hay que atarte. El le
respondió: - si me atan
fuertemente con cuerdas nuevas que no se hayan usado, yo me debilitare y seré
como cualquiera de los hombres. Dalila tomo cuerdas nuevas, lo ato con ellas
y grito: - ¡ sansón, los filisteos sobre ti!. Otra vez los espías
estaban en el aposento, pero el las rompió con sus brazos como un hilo. Dalila
dijo a sansón: - hasta ahora me has engañado y me has mentido. Descúbreme
pues ahora, como hay que atarte. El entonces le indico: - entretejiendo siete
guedejas de mi cabeza con hilo de tejer y asegurándolas con la estaca. Ella las
aseguro con la estaca y luego grito: ¡ sansón,
los filisteos sobre ti!. Despertando el de su sueño, arranco la estaca del
telar junto con la tela. Dalila se lamento: - ¿Cómo dices: yo te amo, cuando
tu corazón no esta conmigo? Ya me has engañado tres veces y no me has
descubierto aun en que cosiste tu fuerza. Y
aconteció que, presionándolo ella cada día con sus palabras e importunándolo,
el alma de sansón fue reducida a mortal angustia.
Le descubrió pues, todo su corazón y le dijo: - nunca a mi cabeza llego
navaja, porque soy nazareo para Dios desde el vientre de mi madre. Si soy
rapado, mi fuerza se apartara de
mi, me debilitare y seré como todos los hombres. Viendo dalila que el le había
descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los
filisteos, diciendo: venid esta vez, porque el me ha descubierto todo su corazón.
Venid esta vez, porque el me ha descubierto todo su corazón. Los principales de
los filisteos vinieron a ella trayendo en sus manos el dinero. Hizo ella
que sansón se durmiera sobre sus rodillas y llamo a un hombre quien le rapo las
siete guedejas de su cabeza. Entonces comenzó ella a afligirlo, pues su fuerza
se había apartado de el. y grito de nuevo: ¡ sansón, los filisteos sobre ti!.
Sansón despertó de su sueño y pensó:
esta vez me escapare como las otras. Pero no sabia que Jehová ya se había
apartado de el. enseguida los filisteos le echaron mano, le sacaron los ojos,
lo llevaron a gaza y lo
ataron con cadenas para que trabajara en el molino de la cárcel. Pero el
cabello de su cabeza comenzó a crecer después que fue rapado. Entonces los
principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a dagon su
dios, y para alegrarse. y decían: nuestro
dios entrego en nuestras manos a sansón, nuestro enemigo. Y viendo el pueblo,
alabaron a su dios diciendo: nuestro
dios entrego en nuestras manos a nuestro enemigo, al destructor de nuestra
tierra, el cual a dado muerte a muchos de entre nosotros. Y aconteció que
cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: traed a sansón para que nos
divierta. Trajeron de la cárcel a sansón y les sirvió de juguete. Luego lo
pusieron entre las columnas. Entonces sansón dijo al joven que lo había guiado
de la mano: acércame y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la
casa, para que me apoye sobre ellas. La casa estaba llena de hombres y mujeres y
todos los principales de los filisteos estaban allí. En el piso alto había
como tres mil hombres y mujeres que estaban mirando el escarnio
de sansón. Entonces clamo sansón a Jehová y dijo: Señor Jehová, acuérdate
ahora de mi y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez oh Dios, para que de
una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. Asió luego sansón las
dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa y echo todo su peso
sobre ella, su mano derecha sobre una y
su mano izquierda sobre la otra. Y grito sansón: ¡ muera yo con los filisteos!
Después se inclino con toda su fuerza y cayo la casa sobre los principales y
sobre todo el pueblo que estaba en ella. Los que mato al morir fueron muchos mas
que los que había matado durante su vida. Y descendieron su hermanos y toda la
casa de su padre, lo tomaron, se lo llevaron y lo sepultaron entre zora y estaol
en el sepulcro de su padre manoa. Y el juzgo a Israel veinte años.
17
En los montes de Efraín vivía un hombre que se llamaba micaia el cual
dijo a su madre: - los mil cien siclos de plata que te robaron por los cuales
maldijiste y de los cuales me hablaste, están
en mi poder; yo tome ese dinero. Entonces la madre dijo: - ¡ Bendito sea Jehová,
hijo mío! Cuando el devolvió los mil cien siclos plata a su madre, esta dijo:
- en verdad, por mi hijo he dedicado el dinero a Jehová, para hacer una imagen
de talla y una de fundición; pero ahora te lo devuelvo. Cuando el devolvió el
dinero a su madre, ella tomo doscientos siclos de plata y los dio
al fundidor, quien hizo con ellos una imagen de talla y una de fundición,
la cual fue puesta en la casa de micaia. Este hombre micaia tuvo así un lugar
donde adorar a sus dioses. Hizo un efod y unos terafines
y consagro a uno de sus hijos para que fuera sacerdote. En
aquellos días no había rey en Israel y cada cual hacia lo que bien le
parecía. Había un joven de Belén de juda, el cual era levita y forastero de
allí. Este hombre partió de la ciudad de Belén de juda para ir a vivir donde
pudiera encontrar un lugar. En su viaje llego a los montes de Efraín a la casa
de micaia. Micaia le pregunto: - ¿de donde vienes?
El levita respondió: - soy de Belén de juda
y voy a vivir donde pueda encontrar lugar. Micaia le propuso: - quédate
en mi casa, y para mi serás padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos
de plata por año, vestidos y comida. Y el levita se quedo. Le agrado,
pues, al levita quedarse con aquel hombre, y fue para el como uno de sus hijos.
Micaia consagro al levita; aquel joven le sirvió de sacerdote y permaneció en
casa de micaia. Entonces micaia pensó: ahora se que Jehová ,me prosperara,
porque tengo a un levita por
sacerdote.
18
En aquellos días no había rey en Israel. La tribu de dan buscaba un
territorio propio donde habitar, porque hasta entonces no había obtenido su
heredad entre las tribus de Israel. Por eso los hijos de dan enviaron desde zora
a estaol cinco hombres de su tribu, hombres valientes, para que reconocieran y
exploraran bien la tierra. Y les
dijeron: id y reconoced la tierra. Estos
vinieron al monte de Efraín, hasta la casa de micaia, y allí posaron. Cuando
estaban cerca de la casa de micaia, reconocieron la voz del joven levita y llegándose
allá, le preguntaron: - ¿quién te ha traído acá? ¿ que haces aquí? ¿qué
buscas tu por aquí? El les respondió: - de esta y de esta manera ha hecho
conmigo micaia y me ha tomado para que sea su sacerdote. Ellos le pidieron
entonces: - pregunta, pues, ahora a Dios, para que sepamos si ha de irnos bien
en este viaje que hacemos. El sacerdote les respondió: - id en paz: delante de
Jehová esta el camino en que andáis. Salieron luego aquellos cinco hombres y
llegaron a lais. Vieron que el pueblo que habitaba en esa ciudad estaba seguro,
ocioso y confiado, conforme a la costumbre de los de sidon, sin que nadie en
aquella región los perturbara en cosa alguna, ni nadie se enseñoreara sobre
ellos. Estaban lejos de los sidonios y no tenían negocios con nadie. Cuando los
cinco hombres regresaron a sus hermanos de zora y estaol, estos les preguntaron:
- ¿qué hay? Ellos respondieron: -
levantaos subamos contra ellos, porque hemos explorado la región y hemos visto
que es muy buena. ¿no haréis vosotros nada? No seréis perezosos en poneros en
marcha para ir a tomar posesión de
la tierra. Cuando vayáis, llegareis a un pueblo confiado y a una tierra muy
espaciosa, pues Dios la ha entregado en vuestras manos; es un lugar donde no
falta cosa alguna que haya en la tierra. Entonces salieron de zora y de estaol
seiscientos hombres de la familia de dan provistos de armas de guerra. Fueron y
acamparon en quiriat-jearim, en juda, por lo cual aquel lugar, que esta
al occidente de quiriat-jearim se llama hasta hoy el campamento de dan.
De allí pasaron al monte de Efraín y llegaron hasta la casa de micaia.
Aquellos cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra de lais dijeron
entonces a sus hermanos: ¿no sabéis que en estas casas hay un efod y terafines,
una imagen de talla y una de fundición? Mirad, por tanto, lo que debéis de
hacer. Cuando llegaron allá, entraron a donde vivía el joven levita en casa de
micaia, y le preguntaron como estaba. Los seiscientos hombres, que eran de los
hijos de dan, estaban armados con sus armas de guerra a la entrada de la puerta.
Subieron luego los cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra, entraron
allá y tomaron la imagen de talla, el efod, los terafines, y la imagen de
fundición, mientras se quedaba el sacerdote a la entrada de la puerta con los
seiscientos hombres armados con armas de guerra. Entraron, pues, aquellos
hombres en la casa de miacia y tomaron la imagen de talla, el efod, los
terafines, y la imagen de fundición. El sacerdote
dijo: - ¿qué hacéis vosotros? Ellos
le respondieron: - calla, pon la mano sobre tu boca y ven con nosotros, para que
seas nuestro padre y sacerdote. ¿es acaso mejor ser sacerdote en la casa de un
solo hombre que serlo de una tribu y de una familia de Israel? Se alegro el
corazón del sacerdote, quien tomo el efod, los terafines y la imagen y se fue
con el pueblo. Ellos iniciaron la marcha y partieron llevando delante a los niños,
el ganado y el bagaje. Cuando ya se habían alejado de la casa de micaia, los
hombres que habitaban en las casas cercanas a la de el se juntaron y siguieron a
los hijos de dan. Les gritaron y los de dan volviéndose sus rostros, dijeron a
micaia: ¿qué tienes, que has juntado gente? El respondió:
- os apoderasteis de los dioses que yo
hice y de mi sacerdote. Vosotros os vais, y a mi ¿qué mas me queda? ¿por
qué pues me preguntáis: ¿qué tienes?. Los hijos de dan contestaron: - no des
voces tras nosotros, no sea que los de animo colérico os acometan y pierdas
también tu vida y la vida de los tuyos. Prosiguieron los hijos de dan por el
camino, y micaia, viendo que eran mas fuertes que el, se volvió y regreso a su
casa. Y ellos, llevando las cosas que había hecho micaia, juntamente con el
sacerdote que tenia, llegaron a lais, un pueblo tranquilo y confiado, hirieron a
sus habitantes a filo de espada y quemaron la ciudad. No hubo quien la
defendiera, porque se hallaban lejos de sidon y no tenían negocios con nadie.
Lais estaba situada en le valle que hay junto a bet-rehob. Luego reedificaron la
ciudad y habitaron en ella. Y pusieron a
aquella ciudad el nombre de dan, conforme al nombre de dan su padre, hijo de
Israel, aunque antes la ciudad se llamaba lais. Allí los hijos de dan
levantaron, para adorarla, la imagen de talla. Y Jonatan hijo de gerson hijo de
moisés y sus hijos, fueron los sacerdotes en la tribu de dan hasta el día del
cautiverio de la tierra. Así todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en silo,
tuvieron levantada entre ellos la imagen de talla que micaia había hecho.
19
En aquellos días, cuanto no había rey de Israel, hubo un levita que vivía
como forastero en la parte de mas remota de los montes de Efraín. Había tomado
para si, como concubina, a una mujer de Belén de juda, y estuvo allá durante
cuatro meses. Se levanto su marido y fue tras ella para hablarle amorosamente y
hacerle volver. Llevaba consigo un criado y un par de asnos. La mujer lo hizo
entrar en la casa de su padre. Al verlo, el padre de la joven salió a recibirlo
gozoso. Lo detuvo su suegro, el padre de la joven y se quedo en su casa tres días,
comiendo, bebiendo y alojándose allí. Al cuarto día, cuando se levantaron de
mañana, se levanto también el levita para irse, pero el padre de la joven dijo
a su yerno: - conforta tu corazón con un bocado
de pan y después os iréis. Se sentaron ellos dos juntos comieron y
bebieron. El padre de la joven pidió al hombre: -
te ruego que pases aquí la noche y de seguro se alegrara el corazón. Se
levanto el hombre para irse, pero insistió su suegro y volvió a pasar la noche
allí. Al quinto día, levantándose de
mañana para irse, el dijo el padre de la joven: - conforta ahora tu corazón y
aguarda hasta que decline el día. Y ambos comieron juntos. Luego el hombre se
levanto para irse con su concubina y su criado. Entonces su suegro, el padre de
la joven, le dijo: - ya el día
declina y va anochecer; te ruego que paséis
aquí la noche. Puesto que el día se acaba, duerme aquí, para que se
alegre tu corazón. Mañana os levantareis temprano y os pondréis en camino y
te iras a tu casa. Pero el hombre no quiso pasar allí la noche, sino que
se levanto y se fue. Llego frente a jebus, que es Jerusalén, con su par
de asnos ensillados y su concubina. Estando ya junto a jebus ,el día había
declinado mucho; y dijo el criado a su señor: - ven ahora veámonos a esta
ciudad de los jebuseos para que pasemos en ella la noche. Su señor le respondió:
- no iremos a ninguna ciudad de extranjeeros, que no sea de los hijos de Israel,
sino que seguiremos hasta gabaa. Y añadió: - ven, sigamos hasta uno de esos
lugares para pasar la noche en gabaa o en rama .así, pues, siguieron adelante,
y cuando se les puso el sol estaban junto a gabaa, ciudad de la tribu de benjamín.
Estos se apartaron del camino y
entraron en gabaa para pasar allí la noche, pero se sentaron en la plaza de la
ciudad, porque no hubo quien los
acogiera en su casa para pasar la noche. Llego entonces un hombre viejo que
venia de su trabajo del campo al anochecer, el cual era de los montes de Efraín
y vivía como forastero en gabaa,
pues los habitantes de aquel lugar eran hijos de benjamín. Alzando el viejo los
ojos vio aquel caminante en la plaza de la ciudad
y le dijo: - ¿a dónde vas y de donde
vienes? El respondió: - venimos de Belén de juda y vamos a la parte mas remota
de los montes de Efraín, de donde soy. Estuve en Belén de juda, pero ahora voy
a la casa de Jehová y no hay quien me reciba
en su casa. Tenemos paja y forraje para nuestros asnos; también tenemos
pan y vino para mi y para tu sierva, y para el criado que esta con tu siervo. No
nos falta de nada. El hombre anciano le dijo entonces: - la paz sea contigo. Tu
necesidad toda queda solamente a mi cargo, con tal que no pases la noche en la
plaza. Los trajo a su casa y dio de comer a sus asnos; se lavaron los pies, y
comieron y bebieron. Pero cuando estaban gozosos, los hombres de aquella ciudad,
hombres perversos, rodearon la casa, golpearon a la puerta y le dijeron al
anciano dueño de la casa: - saca al hombre que ha entrado en tu casa, para que
lo conozcamos. Salió a su encuentro el dueño de la casa y le dijo: - no,
hermanos míos, os ruego que no cometáis este mal. Puesto que este hombre es mi
huésped, no hagáis esta maldad. Aquí esta mi hija virgen y la concubina de
el; yo os la sacare ahora: humilladlas y haced con ellas como os parezca, pero
no hagáis a este hombre cosa tan infame. Pero ellos no lo quisieron oír. Así
que el levita tomo a su concubina y la saco. Aquellos hombres entraron a ella,
abusaron de ella toda la noche hasta la mañana y la dejaron cuando apuntaba el
alba. Cuando ya amanecía, vino la mujer y cayo delante de la puerta de la casa
de aquel hombre donde su señor estaba, hasta que fue de día. Se levanto por la
mañana su señor, abrió las puertas de la casa y salió para seguir su camino,
pero allí estaba su concubina tendida delante de la puerta de la casa, con las
manos sobre el umbral. El levita le
dijo: - levántate y veámonos.
Pero ella no respondió. Entonces aquel hombre la levanto y echándola sobre su
asno, se fue a su lugar. Al llegar a su casa, tomo un cuchillo, echo mano de su
concubina, la partió por sus huesos en doce partes y la por todo el territorio
de Israel. Y todo lo que veía aquello decía: -
jamás se ha hecho ni visto tal cosa desde el tiempo en que los hijos de
Israel subieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Considerad esto, tomad consejo
y hablad.
20
Entonces salieron todos los hijos de Israel y delante de Jehová, en
mizpa se reunió la congregación como
un solo hombre, desde dan hasta beerseba y la tierra de galaad. Los jefes de
todo el pueblo, de todas las tribus de Israel,
se hallaron presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos
mil hombres de a pie que sacaban espada. Los hijos de benjamín supieron
entonces que los hijos de Israel habían subido a mizpa. Preguntaron los hijos
de Israel: - decid como fue esta maldad. El levita marido de la mujer muerta,
respondió: - yo llegue a gabaa de benjamín con mi concubina para pasar allí
la noche, pero se levantaron contra mi los de gabaa, rodearon la casa donde
pasaba la noche, con la idea de matarme y a mi concubina la humillaron de tal
manera que murió. Luego la tome, la corte en pedazos y la envié por todo el
territorio de la posesión de Israel, por cuanto ha hecho maldad y crimen en
Israel. Puesto que todos vosotros sois hijos de Israel, dad ahora vuestro
parecer y consejo. Como un solo hombre, todo el pueblo se levanto y dijo: -
ninguno de nosotros ira a su tienda, ni volverá ninguno de nosotros a su casa.
Esto es ahora lo que haremos con gabaa: contra
ella subiremos por sorteo. Tomaremos diez hombres de cada ciento de todas las
tribus de Israel, y ciento de cada
mil, y mil de cada diez mil, que lleven víveres para el pueblo, para que, yendo
este a gabaa de benjamín, le hagan conforme a toda la abominación que ha
cometido en Israel. Se juntaron pues todos los hombres de Israel contra la
ciudad, ligados como un solo hombre. Y las tribus de Israel enviaron hombres por
toda la tribu de benjamín, diciendo: ¿qué maldad esa esta que ha sido hecha
entre vosotros? Entregad pues, ahora a aquellos hombres perversos que están en
gabaa, para que los matemos y quitemos el mal de Israel. Pero los de benjamín
no quisieron oír la voz de sus hermanos los hijos de Israel, sino que los de
benjamín, de todas las ciudades se juntaron en gabaa para salir a pelear contra
los hijos de Israel. Fueron contados en aquel tiempo los hijos de benjamín, de
las ciudades y eran veintiséis mil hombres que sacaban espada, sin contar los
setecientos hombres escogidos que vivían en gabaa. Entre toda aquella gente había
setecientos hombres escogidos que eran zurdos, todos los cuales tiraban
una piedra con la honda a un cabello y no erraban. También se contaron los
hombres de Israel, fuera de benjamín, y sumaban cuatrocientos mil hombres que
sacaban espada, todos ellos hombres de guerra. Luego se levantaron los hijos de
Israel, subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo: - ¿quién
subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de benjamín?.
Jeheva respondió: - juda será el primero. Se levantaron pues, los hijos de
Israel por la mañana, contra gabaa. Salieron los hijos de Israel a combatir
contra benjamín y los hombres de Israel le presentaron batalla junto a gabaa.
Pero los hijos de benjamín salieron de la ciudad y derribaron por tierra aquel
día veintidós mil hombres de los hijos de Israel. Reanimándose el pueblo, los
hombres de Israel volvieron a darles batalla en el mismo lugar donde la habían
presentado el primer día, pues los hijos de Israel habían subido y
llorado delante de Jehová hasta la noche, y
habían consultado a Jehová diciendo: - ¿Volveremos a pelear con los
hijos de benjamín nuestros hermanos? Jehová les respondió: - subir contra
ellos. Por lo cual se acercaron por segunda vez los hijos de Israel contra los
hijos de benjamín. Pero aquel segundo día salieron
los de benjamín de gabaa contra ellos y derribaron por tierra
otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales
sacaban espada. Entonces subieron todos los hijos de Israel, todo el pueblo, y
fueron a la casa de Dios. Lloraron, se sentaron allí en presencia de Jehová,
ayunaron aquel día hasta la noche y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz
delante de Jehová. los hijos de Israel preguntaron a Jehová (pues es arca del
pacto de Dios estaba allí en aquellos días, y finees hijo de eleazar hijo de
Aarón ministraba delante de ella en aquellos días): - ¿saldremos de nuevo
contra los hijos de benjamín nuestros hermanos, para pelear o desistiremos?
Jehová dijo: - subid, porque mañana yo os los entregare. Entonces puso Israel
emboscadas alrededor de gabaa. Al tercer día subieron entonces los hijos de
Israel contra los hijos de benjamín y presentaron batalla delante de gabaa,
como las otras veces. Salieron a su encuentro los hijos de benjamín, alejándose
de la ciudad y comenzaron a herir a algunos del pueblo, matándolos como las
otras veces por los caminos, uno de los cuales sube a bet-el, y el otro a gabaa.
Así mataron en el campo a unos treinta hombres de Israel. Los hijos de benjamín
decían: están vencidos ante
nosotros, como la vez anterior. Pero los hijos de Israel decían: huiremos y los
alejaremos de la ciudad hasta los
caminos. Entonces se levantaron todos los de Israel de su lugar y se pusieron en
orden de batalla en baal-tamar. También los
emboscados de Israel salieron de sus escondites en la pradera de gabaa. Y
vinieron contra gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel, lo cual hizo
que la batalla arreciara; pero los de benjamín
no sabían que ya el desastre se cernía sobre ellos. Jehová derroto a
benjamín delante de Israel: aquel día mataron los hijos de Israel a
veinticinco mil cien hombres de benjamín, todos los cuales sacaban espada. Los
hijos de benjamín vinieron entonces que estaban siendo derrotados, y los hijos
de Israel cedieron terreno a benjamín, porque estaban confiados en las
emboscadas que habían puesto detrás de gabaa.. los hombres de las emboscadas
acometieron prontamente a gabaa, avanzaron y pasaron a filo de espada a toda la
ciudad. La señal concertada entre los hombres de Israel y las emboscadas era
que hicieran subir una gran humareda de la ciudad. Luego que los de Israel
retrocedieron en la batalla, los de benjamín comenzaron a herir, y mataron como
a treinta hombres de Israel, por lo que decían: ciertamente ellos han caído
delante de nosotros, como en la primera batalla. Pero cuando la columna de humo
comenzó a subir de la ciudad, los de benjamín miraron hacia atrás, y vieron
que el humo de la cuidad subía al cielo. Entonces se volvieron los hombres de
Israel, y los de benjamín se llenaron de temor, porque vieron
que el desastre había caído sobre ellos. Volvieron por tanto, la
espalda delante de Israel y huyeron hacia el camino del desierto; pero la
batalla los alcanzo y los que salían de las ciudades les cortaban el paso y los
mataban. Así cercaron a los de benjamín, los acosaron y atropellaron desde
menuha hasta frente a gabaa, hacia donde nace el sol. Cayeron dieciocho mil
hombres de benjamín, todos ellos hombres de guerra. Los demás se volvieron y
huyeron hacia el desierto, a la peña de rimon; pero de ellos cayeron abatidos
cinco mil hombres en los caminos; después los persiguieron aun hasta gidom y
mataron de ellos a dos mil hombres. Todos los de benjamín murieron aquel día
fueron veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de
guerra. Pero seiscientos hombres se volvieron y huyeron al desierto, a la peña
de rimon y se quedaron cuatro meses
en la peña de rimon. Los hombres de Israel volvieron a atacar a los otros hijos
de benjamín y pasaron a filo de espada tanto a los hombres de cada ciudad como
a las bestias y a todo lo que hallaban
a su paso. Asimismo pusieron fuego a todas las ciudades que encontraron.
21
Los hombres de Israel habían hecho este juramento en mizpa:
ninguno de nosotros dará su hija a los de benjamín por mujer. Pero
luego fue el pueblo a la casa de Dios, y
se estuvieron allí hasta la noche en presencia de Dios. Alzando su voz,
lloraron mucho: Jehová Dios de
Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy en Israel una
tribu?. Al día siguiente el pueblo se levanto de mañana; edificaron allí un
altar y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz. Y se preguntaron: ¿ que de
todas las tribus de Israel no subió a la reunión delante de Jehová? porque se
había hecho un gran juramento contra el que no subiera a Jehová en mizpa,
diciendo: sufrirá la muerte. Los hijos de Israel se arrepintieron a causa de
benjamín su hermano y decían: eliminada es hoy de Israel una tribu. ¿cómo
daremos mujeres a los que han quedado nosotros hemos jurado por Jehová que no
les daremos nuestras hijas por mujeres. Y preguntaban: ¿hay alguno de las
tribus de Israel que no haya subido a Jehová en mizpa?. Entonces se acordaron
de que ninguno de jabe-galaad había venido al campamento, para la reunión.
Porque fue contado el pueblo y ninguno de los habitantes de jabes-galaad
respondió. Así que la congregación envió allá a doce mil hombres de los mas
valientes y los mandaron, diciendo: id y pasad a filo de espada a los que viven
en jabes-galaad , con las mujeres y los niños. Pero haréis de esta manera:
matareis a todo hombre y a toda mujer que haya conocido ayuntamiento de varón.
Entre los que habitaban en jabes-galaad hallaron cuatrocientas doncellas que no
habían conocido varón, y las trajeron al campamento en silo, que esta en la
tierra de canaan. Toda la congregación envió luego un mensaje a los hijos de
benjamín que estaban en la peña de rimon y los llamaron en paz. Volvieron
entonces los de benjamín y ellos les dieron por mujeres las que habían
traído vivas de javes-galaad; pero no les bastaron. El pueblo tuvo compasión
de benjamín, porque Jehová había abierto una brecha entre las tribus de
Israel. Entonces los ancianos de la congregación se preguntaron: ¿qué haremos
para dar mujeres a los que han quedado?. Porque habían sido exterminadas las
mujeres de benjamín. Dijeron pues: tenga benjamín herencia en los que han
escapado, para que no sea exterminada una tribu de Israel. Pero nosotros no les
podemos dar mujeres de nuestras hijas, porque los hijos de Israel han jurado
diciendo: maldito el que de mujer a los benjaminitas.
Y añadieron: ahora bien: cada año hay una fiesta solemne de Jehová en
silo, que esta al norte de bet-el y al lado oriental del camino que sube de bet-el
a siquem y al sur de lebona. Mandaron pues a los hijos de benjamín, diciendo:
id, poned emboscada en las viñas y estad atentos. Cuando veáis salir a las
hijas de silo a bailar en corros, salid de las viñas, arrebatad cada uno mujer
para si de las hijas de silo y luego id a tierra de benjamín. Si vienen los
padres o los hermanos de ellas a demandárnoslas, nosotros les diremos: hacednos
la merced de concedérnoslas, ya que en la guerra nosotros no tomamos mujeres
para todos. Además, no sois vosotros los que se las disteis, para que ahora seáis
culpados. Los hijos de benjamín lo hicieron así y tomaron
mujeres conforme a su numero, robándolas de entre las que danzaban.
Luego se fueron, volvieron a su heredad, reedificaron las ciudades y habitaron
en ellas. Entonces los hijos de Israel se fueron también de allí,
cada uno a su tribu y a su
familia, y cada uno salió hacia su
heredad. En aquellos días no había rey en Israel y cada cual hacia lo que bien
le parecía.