El
comienzo del libro de Joel (=jl) aporta
el único dato conocido acerca de la personalidad del profeta:
Joel hijo de petuel. Fuera de esto no existe noticia alguna que permita
saber algo de el. Tan solo algunos velados indicios, puestos al
descubierto por el análisis literario del texto, permiten suponer que
Joel predico después del exilio en Babilonia quizá alrededor del año
400 a.C. puede pensarse que la destrucción de Jerusalén y la
cautividad babilónica de sus habitantes esta presente en la mente del
profeta cuando anuncia el castigo divino contra las naciones que
esparcieron a Israel, repartieron la tierra de juda enviaron al
destierro a los habitantes de Jerusalén y hasta los vendieron como
esclavos a los griegos. Puede observarse también que según Joel la
autoridad en Jerusalén esta en manos de los ancianos y de los
sacerdotes. ya no la asume
el rey ni descansa en los funcionarios de la monarquía institución que
este libro no menciona. El mensaje de este profeta es uno y claro: viene
el día de Jehová,... día de tinieblas y de oscuridad,... grande y
espantoso. Pero sobre ese telón Joel describe lo dramático del momento
presente: una terrible plaga de langostas ha caído sobre el país devorándolo
todo. Al ataque de las langostas le sigue una gravísima sequía. En
esas circunstancias Joel invita a los sacerdotes a que convoquen al
pueblo de juda para que se reúna en el templo en asamblea, a fin de
ayunar y sobre todo, de demostrar un sincero arrepentimiento delante de
Jehová. Con todo, esas penalidades son el preludio del momento en que
Dios habrá de juzgar a todos los pueblos y naciones de la tierra.
Instante ultimo y terrible también será un día de gracia y de salvación
porque todo aquel que invoque el nombre de Jehová será salvo. Dios
hace una especial promesa: derramare mi espíritu. Y el Israel de Dios,
el Israel de todos los tiempos, recibirá plenitud del don del espíritu,
como siglos mas tarde ocurriría en Jerusalén durante la fiesta de
Pentecostés. |
Joel
1
Palabra de Jehová que vino a Joel hijo de petuel.
“ Oíd esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. ¿ha
acontecido algo semejante en vuestros días o en los días de vuestros padres?
De esto contareis a vuestros hijos, y a vuestros hijos a sus hijos, y a sus
hijos a la siguiente generación. Lo que dejo la oruga se lo comió el saltón;
lo que dejo el saltón se lo comió
el revoltón; y la langosta se comió
lo que el revoltón había dejado. “Despertad, borrachos, y llorad;
gemid, todos los que bebéis vino, porque el vino se os ha quitado de vuestra
boca. Porque un pueblo fuerte e
innumerable subió a mi tierra; sus dientes son dientes de león, y sus muelas,
muelas de león. Asolo mi vid y
descortezo mi higuera; del todo la desnudo y derribo; sus ramas quedaron
blancas. “Llora tu, como joven vestida de ropas ásperas por el marido de su
juventud. Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los
sacerdotes ministros de Jehová están
de duelo. El campo esta asolado y en se enluto la tierra, porque el trigo fue
destruido, el mosto esta pasado y se perdió el aceite. “Confundios,
labradores; gemid, viñadores, por
el trigo y la cebada porque se perdió la mies del campo. La vid esta seca y
pereció la higuera; también el granado, la palmera y el manzano: todos los árboles
del campo se secaron. Y así se extinguió el gozo de los hijos de los hombres.
“ vestios de luto y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid,
dormid con ropas ásperas, ministros
de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.
Proclamad ayuno, convocad asamblea,
congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de
Jehová, vuestro Dios, y clamad a Jehová. “¡ Ay del día!,
porque cercano esta el día de Jehová; vendrá como destrucción de
parte del todo poderoso. ¿ no fue arrebatado el alimento de delante de nuestros
ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios? El grano se pudrió
debajo de los terrones; los
graneros fueron asolados y los silos destruidos porque se había secado el
trigo. ¡Cuan gemían las vestías! Los hatos de los bueyes, porque no tenían
pastos! Y fueron también asolados los rebaños de las ovejas. “A ti, Jehová,
clamare; porque el fuego consumió los pastos del desierto, la llama abraso los
árboles del campo. Las bestias del campo bramaran también a ti, pues se
secaron los arroyos de las aguas y el fuego consumió las praderas del desierto.
2
“ Tocad la trompeta en Sión y dad la alarma en mi santo monte. Tiemblen todos
cuantos moran en la tierra, porque
viene el día de Jehová, porque esta, cercano: día de tinieblas y de
oscuridad, día de nube y de sombra. “ Como sobre los montes se extiende el
alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a el no lo hubo jamás,
ni después de el lo habrá en los años de muchas generaciones. “Delante de
el consumirá el fuego; detrás de el abrasara la llama. Como el huerto del edén
será la tierra delante de el, y detrás de el como desierto asolado; nadie habrá
que de el escape. Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a
caballo correrán. Como estruendo de carros saltaran sobre las cumbres de los
montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como pueblo fuerte
dispuesto para la batalla. Delante de el temerán los pueblos; se pondrán pálidos
todos los semblantes. Como valientes correrán como hombres de guerra escalaran
el muro; cada cual marchara por su camino y no torcerá su rumbo. Nadie
empujara a su compañero, cada uno ira por su carrera; y aun cayendo sobre la
espada no se herirán. Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por
las casas, entraran por las ventanas a manera de ladrones. “Delante de el
temblara la tierra y se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán,
y las estrellas perderán su resplandor. Y Jehová dará su orden delante de su
ejercito, porque muy grande es su campamento y fuerte es el que ejecuta su
orden; porque grande es el día de
Jehová y muy terrible. ¿Quién podrá soportarlo? “ Ahora, pues, dice Jehová,
convertios ahora a mi con todo vuestro corazón, con ayuno, llanto y lamento.
Rogad vuestro corazón y no vuestros vestidos, y convertios a Jehová, vuestro
Dios; porque es misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en
misericordia, y se duele del castigo. ¡Quien sabe si volverá, se arrepentirá
y dejara bendición tras si; esto es, ofrenda
y libación para Jehová, vuestro Dios! ¡Tocad trompeta en Sión, proclamad
ayuno, convocad asamblea, reunid al pueblo, santificad la reunión,
juntad a los ancianos, congregad a los niños, aun a los que maman,
y salga de su alcoba el novio y de su lecho nupcial la novia! Entre
la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y
digan: “perdona, Jehová, a tu pueblo, y no entregues al aprobio tu heredad
para que no la dominen las naciones. ¿por qué han de decir entre los pueblos:
“donde esta su Dios”?. “ y Jehová, solicito por su tierra, perdonara a su
pueblo. Responderá Jehová y dirá
a su pueblo: yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos: y
nunca mas os pondré en aprobio entre las naciones. Haré alejar de vosotros al
del norte, y lo echare en tierra
seca y desierta: su faz hacia el mar oriental, y su final hacia al mar
occidental. Exhalara su hedor y subirá su pudrición, porque hizo grandes
cosas. “Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes
cosas. Animales del campo, no temáis, porque los pastos del desierto reverdecerán
y los árboles llevaran su fruto; la higuera y la vid darán sus frutos.
Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová, vuestro Dios;
porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo,
y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía, como al
principio. Las eras se llenaran de trigo y los lagares rebosaran de vino y
aceite. “Yo os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el
revoltón y la langosta, mi gran ejercito que envíe contra vosotros. Comeréis
hasta saciaros. Y alabareis el nombre de Jehová, vuestro Dios, el cual hizo
maravillas, con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. Conoceréis
que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová, vuestro Dios, y no hay
otro; y mi pueblo nunca jamás será
avergonzado. “ Después de esto derramare mi espíritu sobre todo ser humano,
y profetizaran vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñaran sueños,
y vuestros jóvenes verán visiones. También sobre los siervos y las siervas
derramare mi espíritu en aquellos días. Haré prodigios en el cielo y en la
tierra, sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas y
la luna en sangre, antes que venga el día, grande y espantoso, de Jehová. Y
todo aquel que invoque el nombre de Jehová, será salvo; porque en el monte de
Sión y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el resto
al cual el habrá llamado.
3
Ciertamente en aquellos días, en aquel tiempo en
que haré volver la cautividad de juda y de Jerusalén, reuniré a todas las
naciones y las haré descender al valle de Josafat; allí entrare en juicio con
ellas a causa de mi pueblo, de Israel, mi heredad,
al cual ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mí tierra.
“hecharon suertes sobre mi pueblo, cambiaron los niños por una ramera y
vendieron las niñas por vino para beber. “¿Qué tengo yo con vosotras, tiro
y sidon, y con todo el territorio de filistea? ¿queréis vengaros de mi? y si
de mi os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza.
Porque os habéis llevado mi plata y mi oro, y mis cosas preciosas y hermosas
metisteis en vuestros templos; y vendisteis los hijos de juda y los hijos de
Jerusalén a los hijos de los griegos, para alejarlos de su tierra. Yo los
levantare del lugar donde los vendisteis y volver vuestra paga sobre vuestra
cabeza; venderé vuestros hijos y vuestras hijas a los hijos de juda, y ellos
los venderán a los sabeos, nación lejana porque Jehová ha hablado. “¡
Proclamad esto entre las naciones, Proclamad guerra, despertad a los valientes!
¡Acérquense, vengan todos los hombres de guerra! Forjad
espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces y diga el débil:
“¡Fuerte soy!” juntaos a venid, naciones todas de alrededor, y
congregaos. ¡ Haz venir allí, Jehová, a tus fuertes! Despiértense las
naciones y suban al valle de Josafat, porque allí me sentare para juzgar a
todas las naciones de alrededor. Meted la hoz, porque la mies esta ya madura.
Venid, descended, porque el lagar esta lleno y rebosan las cubas; porque mucha
es la maldad de ellos. Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque
cercano esta el día de Jehová en el valle de la decisión. “El sol y la luna
se oscurecerán y las estrellas perderán
su resplandor. “Jehová rugirá desde Sión, dará su voz desde Jerusalén y
temblaran los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo,
la fortaleza de los hijos de Israel. Entonces conoceréis que yo soy Jehová,
vuestro Dios, que habito en Sión, mi santo monte. Jerusalén será santa y
extraños no pasaran mas por ella. “ Sucederá en aquel tiempo, que los montes
destilaran mosto, de los collados fluirá leche y por todos los arroyos de juda
correrán las aguas. Saldrá una fuente de la casa de Jehová y regara el valle
de sitim. Egipto será destruido y edom será vuelto en desierto asolado, a
causa de la injuria hecha a los hijos de juda; porque derramaron en su tierra
sangre inocente. Pero juda será habitada para siempre y Jerusalén por generación
y generación. Yo limpiare la sangre de los que no había limpiado. Y Jehová
morara en Sión”.