El
libro de Job (=Job) es el primero de los cinco llamados poéticos y
sapienciales. Salvo el prologo (cap.1-2) el epilogo
y algunos breves pasajes
, el resto esta escrito en forma poética. El prologo consiste en la
presentación de las circunstancias en que se desarrolla el drama
y de los personajes que en el intervienen. El protagonista Job,
descrito como perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal,
sufre una serie de desdichas que lo dejan sin hijos y sin hacienda,
enfermo y reducido a una condición miserable. A pesar de todas las
desgracias, el confía en Dios y lo bendice, no deja que sus labios
pequen contra el señor y aun sale al paso de las quejas de su esposa.
En aquella situación tres amigos del protagonista acuden a condolerse
con el y a consolarlo. Contestando a los lamentos de Job, sus visitantes
hablan por turno y el responde a cada intervención. Así se disponen
tres series de discursos, a cuyo termino aparece el joven Eliu, que toma
la palabra para reprender con ironía a Job y a sus amigos. Ninguno de
ellos le replica, tras lo cual Jehová mismo interviene y pone fin a
todo el dialogo, al que solo seguirán
unas palabras de arrepentimiento pronunciadas por Job
inmediatamente antes del epilogo en prosa. Rico en paralelismos y bellas
imágenes de singular plasticidad este libro no pretende establecer una
teoría general acerca del sufrimiento humano. Lo que ofrece es el
planteamiento dialogado de dos puntos de vista sobre la causa de la
desgracia, el tradicional, sostenido por elifaz, bilda y zofar: Dios
premia en este mundo al bueno y castiga al malo, y el que Job representa
al negarse a admitir que su infortunio personal se deba a un castigo
divino. En esta doble y contradictoria perspectiva la voz de Dios se
deja oír finalmente para llevar a los dialogantes al reconocimiento de
la incapacidad humana de comprender lo misterioso de los designios
divinos.
|
1
Había en el país de Uz un hombre llamado Job.
Era un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del
mal. Le habían nacido siete hijos y tres hijas. Su hacienda era de siete
mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y
muchísimos criados. Era el hombre mas importante de todos los orientales. Sus
hijos celebraban banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a
llamar a sus tres hermanas para que
comieran y bebieran con ellos. Y sucedía que una vez pasados los días de
turno, Job los hacia venir y los santificaba. Se levantaba de mañana y ofrecía
holocaustos conforme al numero de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán
pecado mis hijos y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. Esto mismo
hacia cada vez. Un día acudieron a presentarse delante de Jehová los hijos de
Dios, y entre ellos vino también
Satanás. Dijo Jehová a Satanás: - ¿De donde vienes?
Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: - De rodear la tierra y andar por
ella. Jehová dijo a Satanás: - ¿ no te has fijado en mi siervo Job, que no
hay otro como el en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y
apartado del mal? Respondiendo Satanás a Jehová, Dijo: - ¿ acaso
teme Job a Dios de balde? ¿no le has rodeado de tu protección, a el
y a su casa y a todo lo que tiene? El
trabajo de sus manos has bendecido, y por eso sus bienes han aumentado sobre la
tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que posee, y veras si no
blasfema contra ti en tu propia presencia. Dijo Jehová a Satanás: - todo lo
que tiene esta e en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre el. y salió
Satanás de delante de Jehová. Un día aconteció que sus hijos e hijas comían
y bebían vino en casa de su hermano el primogénito, y vino un mensajero a Job
y le dijo: - estaban arando los bueyes y las asnas pacían cerca de ellos; de
pronto nos asaltaron los sabeos y se los llevaron, mataron a los criados a filo
de espada. Solamente escape yo para darte la noticia. Aun estaba este hablando,
cuando vino otro, que dijo: - fuego de Dios cayo del cielo y quemo a ovejas y a
pastores, y los consumió. Solamente escape yo para darte la noticia. Aun estaba
este hablando, cuando vino otro, que dijo: - tres escuadrones de caldeos
arremetieron contra los camellos y
se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada. Solamente escape yo
para darte la noticia. Entre tanto que este hablaba, vino otro, que dijo: - tus
hijos y tus hijas estaban comiendo bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito,
cuando un gran viento se levanto del lado del desierto y azoto las cuatro
esquinas de la casa, la cual cayo sobre los jóvenes, y murieron. Solamente
escape yo para darte la noticia. Entonces Job se levanto, rasgo su manto y se
rasuro la cabeza; luego, postrado en tierra, adoro
y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá.
Jehová dio y Jehová quito: ¡Bendito sea el nombre de Jehová!. En todo esto
no peco Job ni atribuyo a Dios despropósito alguno.
2
Otro día acudieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, y
entre ellos vino también Satanás para presentarse delante de Jehová. Dijo
Jehová a Satanás: - ¿de donde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
- de rodear la tierra y andar por ella.. Jehová dijo a Satanás: - ¿ no te has
fijado en mi siervo Job, que no hay otro como el en la tierra, varón perfecto y
recto, temeroso de Dios y apartado del mal? ¡Todavía mantiene su integridad, a
pesar de que tu me incitaste contra el para que lo arruinara sin causa!.
Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: - piel por piel, todo lo que el hombre
tiene lo dará por su vida. Pero extiende tu mano, toca su hueso
y su carne, y veras si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo
Jehová a Satanás: - el esta en
tus manos; pero guarda su vida. Salió entonces Satanás de la presencia de
Jehová e hirió a Job con una llaga maligna desde la planta del pie hasta la
coronilla de la cabeza. Y Job, sentado en medio de ceniza, tomaba un trozo de
tiesto y se rascaba con el. Entonces le dijo su mujer: - ¿Aun
te mantienes en tu integridad? ¡ maldice a Dios y muérete! El le dijo:
- como suele hablar cualquier mujer inssensata, así has hablado. ¿pues que? ¿recibiremos
de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no peco Job con sus
labios. Tres amigos de Job, elifaz, el temanita, bildad, el suhita, y zofar, el
naamatita, al enterarse de todo este mal que le había sobrevenido, llegaron
cada uno de su tierra, habiendo
acordado venir juntos a condolerse con el y a consolarlo. Estos, alzando los
ojos desde lejos, no lo reconocieron. Entonces lloraron a gritos, y rasgo cada
cual su manto y esparcieron polvo los tres sobre sus cabezas hacia el cielo. Así
permanecieron sentados con el en tierra durante siete días y siete noches, y
ninguno le decía palabra, porque veían que su dolor era muy grande.
3
Después de esto, abrió Job su boca y maldijo su día. Exclamo, pues,
Job y dijo: ¡ perezca el día en que yo nací y la noche en que se dijo:
un varón ha sido
concebido!. Que aquel día se vuelva sobrio; que no cuide de el Dios desde
arriba ni haya luz que sobre el
resplandezca. Cúbranlo tinieblas y sombra de muerte, y repose sobre el nublado
que lo haga horrible como día tenebroso. Apodérese de aquella noche la
oscuridad; no sea contada entre los días del año ni entre en el numero de los
meses. ¡ ojala fuera aquella una noche solitaria, que no hubiera canción
alguna en ella! Maldíganla los que maldicen el día, los que se aprestan para
despertar a levitan. Oscurézcanse las estrellas del alba; que en vano espere la
luz y no vea el parpadeo de la aurora, por cuanto no cerro las puertas del
vientre donde yo estaba, ni escondió de mis ojos la miseria. ¿por qué no morí
yo en la matriz? ¿ porque no expire al salir del vientre? ¿por qué recibieron
las rodillas y unos pechos me dieron de mamar? Ahora estaría yo muerto, y
reposaría; dormiría, y tendría descanso junto a los reyes y consejeros de la
tierra, los que para si reconstruyen las ruinas; o junto a los príncipes que
poseían el oro y llenaban de plata sus casas.
¿por qué no fui ocultado como un aborto, como a los niños que nunca vieron la
luz? Allí dejan de perturbar los malvados, y allí descansan los que perdieron
sus fuerzas. Allí reposan también los cautivos y ya no oyen la voz del
capataz. Allí están chicos y
grandes; y el esclavo, libre ya de su amo. ¿por qué darle luz al que sufre y
vida a los de animo amargado; a los que esperan muerte, y no les llega, aunque
la buscan mas que a un tesoro; a los que se alegrarían sobremanera y se gozarían
de hallar el sepulcro? ¿por qué dar
vida al hombre que ignora su camino, al que Dios le cierra el paso? Antes, que
mi pan, llega mi suspiro, y mis gemidos corren como el agua; porque me ha venido
aquello que me espantaba, me ha acontecido lo que yo temía. ¡ no he tenido
paz, tranquilidad ni reposos, sino solo turbación!.
4
Entonces respondió elifaz, el temanita, y dijo: Si probamos a hablarte,
te será solo molesto, pero ¿quién podrá detener las palabras? Tu enseñabas
a muchos y fortalecías las manos debilitadas; con tus palabras sostenías al
que tropezaba y afirmabas las rodillas que decaían. Mas ahora que el mal ha
venido sobre ti, te desalientas; al
alcanzarte, te conturbas. ¿no has puesto en temer a Dios tu confianza? ¿ no
has puesto tu esperanza en la integridad de tus caminos? Piensa ahora: ¿ que
inocente se pierde? ¿dónde los rectos son destruidos? Yo he visto que quienes
cultivan iniquidad y siembran injuria, eso mismo cosechan.
Perecen por el
aliento de Dios; por el soplo de su ira son consumidos. Los rugidos del
león los bramidos del que ruge y
los dientes de sus cachorros son quebrantados. El león viejo perece por falta
de presa, y los hijos de la leona se dispersan. El asunto me llego como un
susurro; mis oídos lograron percibirlo. En la imaginación de visiones
nocturnas, cuando el sueño cae sobre los hombres, me sobrevino un espanto y un
temblor que estremeció todos mis huesos: y al pasar un soplo por delante de mi,
se erizo el pelo de mi cuerpo. Delante de mis ojos se detuvo un fantasma cuyo
rostro no reconocí, y lo oí decir muy quedo: ¿ será el mortal mas justo que
Dios? ¿ será el hombre mas puro que el que lo hizo?
Si ni siquiera en sus siervos confía, y aun en sus ángeles descubre el
error, ¡ cuanto mas en los que habitan en casas de barro cimentadas en el
polvo, que serán aplastadas como la polilla! De la mañana a la tarde son
destruidos y se pierden para siempre sin haber quien repare en ello. Su belleza
se pierde con ellos, y mueren sin haber adquirido sabiduría.
5
Ahora, pues, da voces, a ver quien te responde. ¿ a cual de los santos
te volverás? Es cierto que al necio lo
mata la ira y al codicioso lo consume la envidia. Yo he visto que el necio
echaba raíces, y en la misma hora maldije su morada. Sus hijos carecerán de
socorro: en la puerta serán quebrantados y no habrá quien los libre. Su
cosecha se la comerán los hambrientos, sacándola de entre los espinos; y los
sedientos se beberán su hacienda. Porque la aflicción no sale del polvo ni la
fatiga brota de la tierra. Pero como las chispas se levantan para volar por el
aire, así el hombre nace para la desdicha. Ciertamente yo buscaría a Dios y le
encomendaría mi causa. El hace cosas grandes e inescrutables, y maravillas sin
numero. Derrama la lluvia sobre la faz de la tierra y envía las aguas sobre los
campos. Pone en alto a los humildes y a los enlutados da seguridad. Frustra los
pensamientos de los astutos, para hacer vana la obra de sus manos. Atrapa a los
sabios en su propia astucia y frustra los planes de los perversos. De día
tropiezan con tinieblas; a mediodía andan a tientas, como de noche. El libra de
la espalda al pobre, de la boca de los malvados y de la mano del violento; por
eso, el necesitado tiene esperanza, pero la iniquidad cierra la boca.
Bienaventurado es el hombre a quien Dios corrige; por tanto, no desprecies la
reprensión del todopoderoso. Porque el es quien hace la herida, pero el la
venda; el golpea, pero sus manos curan. En seis tribulaciones te librara,
y en la séptima no te tocara el mal. En tiempo de hambre te salvara de
la muerte, y del poder de la espada en la guerra. Del azote de la lengua serás
protegido y no temerás cuando venga la destrucción y del hambre te reirás y
no temerás a las fieras del campo, harás un pacto y las fieras del campo estarán
en paz contigo. Sabrás que hay paz en tu tienda: visitaras tu morada y nada te
faltara. Asimismo veras que tu descendencia es mucha, que tu prole es como la
hierba de la tierra. Llegaras con vigor a la sepultura, como gavilla de trigo
recogido a su tiempo. Nosotros lo hemos inquirido, y esto es así. Escúchalo y
conócelo para tu propio provecho.
6
Respondiendo entonces Job y
dijo: ¡ Ojala pudieran pesarse mi queja y mi tormento, y fueran puestos
igualmente en la balanza! Pesarían ahora mas que la arena del mar. Por eso mis
palabras han sido precipitadas, porque las flechas del todopoderoso se me han
clavado, su veneno lo ha bebido mi espíritu y los terrores de Dios combaten
contra mi. ¿A caso gime el asno montes junto a la hierba? ¿acaso muge el buey
junto a su pasto? ¿acaso se come sin sal lo desabrido o tiene sabor la clara
del huevo? Las cosas que yo ni siquiera quería tocar son ahora mi alimento. ¡
Quien diera que se cumpliese mi petición, que Dios me otorgara lo que anhelo:
que agradara a Dios destruirme, que soltara su mano y acabara conmigo! Seria
entonces mi consuelo, cuando el dolor me asaltara sin tregua, no haber renegado
de las palabras del santo. ¿cuál es mi fuerza para seguir esperando? ¿cuál
es mi fin para seguir teniendo paciencia? ¿soy acaso tan fuerte como las
piedras? ¿es mi carne como el bronce? ¿no es cierto que ni aun a mi mismo me
puedo valer y que carezco de todo auxilio? El que sufre es consolado por su
compañero, incluso aquel que abandona el temor del omnipotente. Pero
mis hermanos me han traicionado como un torrente; han pasado como las
corrientes impetuosas que bajan turbias por el deshielo y mezcladas con la
nieve, que al tiempo del calor se secan, y al calentarse desaparecen en su
cauce. Los caminantes se apartan de su rumbo y se pierden en el desierto. Las
buscan las caravanas de teman, y los caminantes de saba esperan en ellas;
pero se frustra su esperanza al venir hasta ellas y verse defraudados.
Ahora, ciertamente como ellas sois vosotros, pues habéis visto el horror y tenéis
miedo. ¿Es que yo os he dicho: traedme algo, y pagad por mi de vuestra
hacienda, o líbrame de manos del opresor, y redidme del poder de
los violentos? Instruidme, y yo callare; hacedme entender en que he
errado. ¡cuan provechosas son las palabras rectas! Pero ¿qué reprocha vuestra
censura? ¿pretendéis censurar las palabras y los discursos de un desesperado,
que son como el viento? Vosotros os arrojáis sobre el huérfano y caváis una
fosa para vuestro amigo. Ahora, pues, si queréis, miradme, y ved si estoy
mintiendo ante vosotros. Consideradlo ahora de nuevo, y no haya maldad; volved a
considerar mi justicia en esto. ¿es que hay iniquidad en mi lengua, o acaso no
puede mi paladar discernir lo malo?.
7
¿No es acaso una lucha la
vida del hombre sobre la tierra, y sus días como los días del jornalero? Como
el siervo suspira por la sombra o como el jornalero espera el salario de su
trabajo, así yo he recibido meses de desengaño y noches de sufrimiento me
tocaron en suerte. Cuando estoy acostado, digo: ¿ cuando me levantare? Mas la
noche es larga y estoy lleno de inquietudes hasta el alba. Mi carne esta vestida
de gusanos y costras de polvo; mi piel hendida y abierta, supura. Mis días
corren mas veloces que la lanzadera del tejedor, y perecen sin esperanza. Acuérdate
de que mi vida es un soplo y de que mis ojos no volverán a ver el bien. Los
ojos de quienes me ven, no me verán mas. Y tu fijaras tus ojos en mi, pero ya
no seré. Como nube que se desvanece y pasa, así el que desciende al seol no
subirá de allí; no volverá mas a su casa, ni su lugar volverá a reconocerlo.
Por tanto, no refrenare mi boca, sino que hablare en la angustia de mi espíritu
y me quejare en la amargura de mi alma. ¿acaso soy yo el mar, o un monstruo
marino, para que me pongas vigilancia? Cuando digo: mi lecho me consolara, mi
cama aliviara mis quejas, entonces me atemorizas con sueños y me aterras con
visiones. Por eso tuve por mejor ser estrangulado y quise la muerte mas que a
mis huesos. ¡aborrezco mi vida! No he de vivir para siempre; ¡ déjame, pues,
ya que mis días solo son vanidad! ¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas,
para que pongas en el tu corazón y lo visites todas las mañanas, y cada
momento lo pruebes? ¿Cuándo apartaras de mi su mirada y me soltaras para
tragar siquiera mi saliva? Aunque haya pecado, ¿qué mal puedo hacerte a ti,
guarda de los hombres? ¿por qué me
pones por blanco tuyo, hasta convertirme en una carga para mi mismo? ¿ y por
que no borras mi rebelión y perdonas mi iniquidad? Pues
pronto dormiré en el polvo, y
aunque me busques temprano, no existiré.
8
Respondió bildad, el suhita,
y dijo: ¿Hasta cuando hablaras tales cosas y las palabras de tu boca serán
como un viento impetuoso? ¿acaso torcerá Dios el derecho o pervertirá el
todopoderoso la justicia? Si tus hijos pecaron contra el, el les hizo cargar con
su pecado. Si tu desde temprano buscas a Dios y ruegas al todopoderoso; si eres
puro y recto, ciertamente el velara por ti y hará prosperar la morada de tu
justicia. Y aunque tu principio
haya sido pequeño, tu estado, al final, será engrandecido. Pregunta tu ahora a
las generaciones pasadas y disponte a interrogar a los padres de ellas; pues
nosotros somos de ayer y nada sabemos, ya que nuestros días sobre la tierra son
como una sombra. ¿ no te enseñaran ellos, te hablaran y sacaran palabras de su
corazón? ¿crece el junco donde no hay lodo? ¿crece el prado donde no hay
agua? Con todo, aun en su verdor y
sin haber sido cortado se seca antes que toda otra hierba. Tales son los
caminos de todos los que se olvidan de Dios; y así perecerá la esperanza del
impío, porque su esperanza es apenas como un hilo, y su confianza, como una
tela de araña. Si se apoya en su casa, ella no permanecerá en pie; si se
agarra a ella, no resistirá. Es un como un árbol que esta verde plantado al
sol, y cuyos renuevos salen por encima de su huerto; se van entretejiendo sus raíces
junto a una fuente y se enlazan
hasta llegar al lugar pedregoso. Pero si lo arrancan de su lugar, este lo
negara, diciendo: nunca te había visto. Ciertamente así será el gozo de su
camino. Y otros nacerán del polvo. Dios no desecha el integro ni ofrece apoyo a
la mano del maligno. El llenara aun la boca de risas, y tus labios de jubilo.
Los que te aborrecen serán cubiertos de confusión: la morada de los impíos
perecerá.
9
Respondió Job y dijo: Ciertamente yo se que esto es así: ¿cómo se
justificara el hombre delante de Dios? Si pretendiera discutir con el, no podría
responderme a una cosa entre mil. El sabio de corazón y poderoso en fuerzas, ¿a
quien si quiera resistirle, le iría bien? El le arranca los montes con su
furor, sin que ellos sepan quien los trastorno. El remueve de su lugar la
tierra, y hace temblar sus columnas. Si el lo ordena, el sol no sale, y el es
quien pone sello a las estrellas. El solo extiende los cielos, y anda sobre las
olas del mar. El hizo la osa y el Orión, las pléyades y los mas remotos
lugares del sur. El hace cosas grandes e incomprensibles, maravillosas y sin
numero. El pasa delante de mi, y yo no lo veo; pasa junto a mi sin que yo lo
advierta. Si arrebata alguna cosa
¿quién hará que la restituya? ¿Quién le dirá: que haces? Dios no volverá
atrás su ira, y bajo el se postran los que ayudan a los soberbios; pues ¿cuánto
menos podré yo replicarle y escoger mis palabras frente a el? aunque yo fuera
justo, no podría responderle; solo puedo rogarle, a el que es mi juez. Ni aun
si lo invocara y el me respondiera, creería yo que ha escuchado mi voz. Porque
el me quebranta con tempestad, aumenta
sin causa mis heridas y no me concede que tome aliento, sino que me llena de
amarguras. Si hablamos de su fuerza, por cierto que es poderosa; si de juicio,
¿quién lo emplazara? Aunque yo me justificara, mi propia boca me condenaría;
aunque fuera perfecto, el me declararía culpable. Aun siendo yo integro
el no me tomaría en cuenta, ¡despreciaría mi vida! Una cosa me resta por
decir: que al perfecto y al limpio el lo destruye. Si un azote mata de repente,
el se ríe del sufrimiento de los inocentes. La tierra es entregada en manos de
los impíos, y el cubre el rostro de sus jueces. Y si no es el, ¿quién
es?, ¿Dónde esta? Mis días han
sido mas ligeros que un correo; huyeron sin haber visto el bien. Pasaron cual
naves veloces, como el águila que se arroja sobre la presa. Si digo: olvidare
mi queja, cambiare mi triste semblante y me esforzare, entonces me turban todos
mis dolores, pues se que no me tienes por inocente.
Y si soy culpable ¿para que trabajar en vano? Aun cuando me lave con
agua de nieve y limpie mis manos con lejía, aun así me hundiréis en el hoyo,
y hasta mis propios vestidos me aborrecerán. El no es un hombre como yo, para
que yo le replique y comparezcamos juntos en un juicio. No hay entre nosotros
arbitro que ponga su mano sobre ambos, para que el aparte de mi su vara, y su
terror no me espante. Con todo, yo le hablare sin temor, porque me consta que no
soy así.
10
¡Mi alma esta hastiada de
mi vida! Voy a dar libre curso a mi queja, hablare con amargura de mi alma. Diré
a Dios: no me condenes, sino hazme entender por que contiendes conmigo. ¿te
parece bien oprimirme, desechar la obra de tus manos y favorecer los designios
de los impíos? ¿acaso son de carne tus ojos? ¿ves tu las cosas como las ve el
hombre? ¿son tus días como los días del hombre, o tus años como el tiempo de
los seres humanos, para que estés al acecho de mi iniquidad y andes indagando
tras mi pecado, aun sabiendo que no soy impío y que nadie podría limpiarme de
tu mano? Tus manos me hicieron y me formaron, ¿y luego
te vuelves y me deshaces? Acuérdate de que como a barro me diste forma,
¿ y en polvo me has de volver? ¿no me vertiste como leche, y como queso me
cuajaste? Me vestiste de piel y
carne, me tejiste con huesos y nervios, me concediste vida y misericordia,
y tu cuidado ha guardado mi espíritu. Pero tu ocultas algo en tu corazón,
y yo se que lo tienes presente: observar si yo pecaba, y no tenerme por limpio
de mi iniquidad. Si soy malo, ¡ ay de mi!,
y si soy justo, no levantare la cabeza, hastiado cual estoy de deshonra y
de verme afligido. Si alzo la cabeza, como un león, me das caza y haces contra
mi maravillas. Renuevas tus pruebas contra mi, y contra a mi aumentas tu furor
como tropas de relevo. ¿por qué me sacaste de la matriz? Habría expirado y
nadie me habría visto. Seria como si nunca hubiera existido, llevado del
vientre a la sepultura. ¿no son pocos mis días? ¡ déjame, pues! Apártate de
mi, para que pueda consolarme un poco antes que vaya para no volver, a la tierra
de las tinieblas y la sombra de muerte, a la tierra de oscuridad y el desorden,
lóbrega como sombra de muerte, donde la luz es como densas tinieblas.
11
Respondió
zofar, el naamatita, y dijo: ¿las muchas palabras
no habrán de tener respuesta? El hombre
que habla mucho, ¿ será por ello justificado? ¿harán tus falacias callar a
los hombres? ¿te burlaras, sin que nadie te avergüence? Tu dices:
mi doctrina es recta, y yo soy puro delante de tus ojos. Mas ¡ ah, quien
diera que Dios hablara, que abriera para ti sus labios
y te declarara los secretos de la sabiduría, que son de doble valor que
las riquezas! Sabrías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu
iniquidad merece. ¿ descubrirás tu los secretos de Dios? ¿Llegaras a la
perfección del todopoderoso? Es mas alta que los cielos: ¿ que harás? Es mas
profunda que el seol: ¿cómo la conocerás? En longitud sobrepasa a la tierra,
y es mas ancha que el mar. Si el pasa y aprisiona, y si llama a juicio, ¿quién
podrá oponérsele y si el conoce a los hombres vanos, al ver asimismo la
iniquidad, ¿no hará caso? Pero un hombre vano será inteligente cuando la cría
del asno montes nazca hombre. Si tu dispones tu corazón y tiendes hacia Dios
las manos; si alguna iniquidad hay en tus manos, pero la apartas de ti, y no
consientes que more en tu casa la injusticia, entonces levantaras tu rostro
limpio de mancha, serás mas fuerte y nada temerás. Olvidaras tu
miseria, o te acordaras de ella como de aguas que pasaron. La vida te será mas
clara que el mediodía; aunque oscurezca
será como la mañana. Tendrás confianza, porque hay esperanza; miraras
alrededor y dormirás seguro. Te acostaras y no habrá quien te espante;
y muchos suplicaran tu favor. Pero los ojos de los malos se consumirán;
no encontraran refugio, y toda su esperanza será dar su ultimo suspiro.
12
Respondió entonces Job
diciendo: Ciertamente vosotros sois el pueblo, y con vosotros morirá la sabiduría.
Pero yo también tengo entendimiento, lo mismo que vosotros; ¡ no soy menos que
vosotros! ¿ y quien habrá que no pueda decir otro tanto? Yo soy uno de quien
su amigo se mofa; uno que invoca a Dios, y el le responde;
uno justo e integro que es encarnecido. Aquel cuyos pies están a punto
de resbalar es como una lámpara despreciada por el que se siente seguro.
Prosperaran las casas de los ladrones y viven seguros los que provocan a Dios,
que ha puesto en sus manos cuanto tienen. Pregunta ahora a las bestias y ellas
te enseñaran; a las aves de los cielos, y ellas te mostraran; o habla a la
tierra y ella te enseñara; y los peces del mar te lo declararan también. ¿cuál
entre todos ellos no entiende que la mano de Jehová lo hizo? En su mano esta el
alma de todo viviente y el halito de todo el genero humano. Ciertamente el oído
distingue las palabras y el paladar saborea las viandas. En los ancianos esta la
ciencia y en la mucha edad la inteligencia. Pero con Dios están la sabiduría y
el poder: suyo es el consejo y la inteligencia. Si el derriba, no hay quien
edifique; si encierra al hombre, no hay quien le abra. Si detiene las aguas,
todo se seca; si las suelta, arrasan la tierra. Con el están el poder y la
sabiduría; suyos son el que yerra y
que hace errar. Lleva despojados de consejo a los consejeros y entontece
a los jueces. Rompe las cadenas de los tiranos y ata una soga a su cintura.
Lleva despojados a los sacerdotes y trastorna a los poderosos. Quita la palabra
a los que hablan con seguridad y priva de discernimiento a los ancianos. Derrama
desprecio sobre los príncipes y desata el cinto de los fuertes. Descubre las
profundidades de las tinieblas y saca a luz la sombra de muerte. Multiplica las
naciones y las destruye; las dispersa y las vuelve a reunir. Quita el
entendimiento a los jefes del pueblo de la tierra, los hace vagar como por un
desierto sin camino, y van a tientas, sin luz; y los hace errar como borrachos.
13
Todas estas cosas han visto
mis ojos, y han oído y entendido
mis oídos. Como vosotros lo sabéis, lo se yo:
no soy menos que vosotros. Mas yo querría hablar con el todopoderoso,
querría razonar con Dios. Vosotros, ciertamente, soy fraguadores de mentira;
todos vosotros sois médicos inútiles ¡ hojala os callareis por completo, pues
así demostraríais sabiduría! Escuchad ahora mis razonamientos; estad atentos
a los argumentos de mis labios. ¿hablareis iniquidad por defender a Dios? ¿hablareis
con engaño por defenderle? ¿seréis parciales con las personas para
favorecerlo? ¿luchareis vosotros en defensa de Dios? ¡ Bueno seria que el os
examinara! ¿os burlareis de el como quien se burla de un hombre? El sin duda os
reprochara, si solapadamente sois parciales con las personas. De cierto su
majestad os habría de espantar; su pavor habría de caer sobre vosotros. ¡
Vuestra máximas son refranes de ceniza y vuestros baluartes son baluartes de
lodo! Escuchadme, yo hablare, y que me venga después lo que venga. ¿ por que
he de arrancar yo mi carne con mis dientes y he de tomar mi vida en mis manos?
Aunque el me mate, en el esperare. Ciertamente
defenderé delante de el mis caminos, y el mismo será mi salvación, porque el
impío no podrá entrar en su presencia. Escuchad con atención mi razonamiento,
y mi declaración penetre en vuestros oídos. Si yo ahora expongo mi causa, se
que seré justificado. ¿quién quiere contender conmigo? Porque
si ahora callo, moriré. Haz conmigo tan solo dos cosas, y entonces no me
esconderé de tu rostro: Aparta de mi tu mano, y que no me espante tu terror. Llámame
luego y yo responderé; o yo hablare y tu me responderás. ¿ cuantas son mis
iniquidades y pecados? Hazme entender mi trasgresión y mi pecado. ¿por qué
escondes tu rostro y me tienes por enemigo? ¿ vas a quebrantar la hoja que
arrebata el viento y perseguir una paja seca? ¿por qué dictas amarguras contra
mi y me cargas con los pecados de mi juventud? Pones además mis pies en el
cepo, vigilas todos mis caminos y pones cerco a las plantas de mis pies. Así mi
cuerpo se va gastando como comido de carcoma, como un vestido que roe la
polilla.
14
El hombre, nacido de mujer,
corto de días y hastiado de sinsabores, brota como una flor y es cortado, huye
como una sobra y no permanece. ¿sobre el abres tus ojos y lo traes a juicio
contigo? ¿Quién hará puro lo inmundo? ¡ nadie! Ciertamente sus días están
determinados y tu has fijado el numero de sus meses: le has puesto limites, que
no traspasara. Si tu lo abandonas, el dejara de ser; entre tanto, como el
jornalero, disfrutara de la jornada. El árbol, aunque lo corten, aun tiene la
esperanza de volver a retoñar, de que no falten sus renuevos. Aunque en la
tierra envejezca su raíz y muera su tronco en el polvo, al percibir el agua
reverdecerá y hará copa como una planta nueva. En cambio el hombre muere y
desaparece. Perece el hombre, ¿y donde estará? Como se evaporan las aguas en
el mar, y el rió se agota y se seca, así el hombre yace y no vuelve a
levantarse. mientras exista el cielo, no despertara ni se levantara de su sueño.
¡Ojala me escondieras en el seol, me ocultaras hasta apaciguarse tu ira! ¡Ojala
me pusieras plazo para acordarte de mi! El hombre que muere, ¿volverá a vivir?
Todos los días de mi vida esperare, hasta que llegue mi liberación. Entonces
llamaras y yo te responderé; tendrás afecto a la obra de tus manos. Pero ahora
cuentas mis pasos y no das tregua a mi pecado; tienes sellada en un saco mi
trasgresión, encerrada mi iniquidad. Ciertamente un monte derrumbado se
deshace, las peñas son removidas de su lugar y las piedras se desgastan con el
agua que el polvo de la tierra arrastra impetuosa. De igual manera haces tu
perecer la esperanza del hombre. Para siempre prevalecerás sobre el, y el se
ira; demudaras su rostro y lo despedirás. Si sus hijos reciben honores, no lo
sabrá; si son humillados, no se enterara. Pero sentirá el dolor de su propia
carne, y se afligirá en el su alma.
15
Respondió elifaz, el temanita, y dijo: ¿responderá el sabio con vara
de sabiduría y llenara su vientre de viento del este? ¿disputara con palabras
inútiles y con razones sin provecho? Tu también destruyes el temor a Dios, y
menoscabas la oración delante de el. Por cuanto tu boca ha revelado tu
iniquidad, habiendo escogido el hablar con astucia, tu propia boca te condenara,
no yo; y tus labios testificaran contra ti. ¿acaso naciste tu antes que Adán?
¿fuiste formado antes que los collados? ¿oíste tu acaso el secreto de Dios?
¿esta limitada a ti la sabiduría? ¿qué sabes tu que nosotros no sepamos? ¿qué
entiendes tu que nosotros no entendamos? Cabezas canas y hombres muy ancianos
hay entre nosotros, mucho mas avanzadas en días que tu padre. ¿En tan poco
tienes consuelo que viene de Dios y las amables palabras que se te dicen? ¿por
qué tu corazón te arrebata y por que guiñan tus ojos para que contra Dios
vuelvas tu espíritu, y lances tales palabras por tu boca? ¿qué cosa es el
hombre para que sea puro, para que se justifique el nacido de mujer?
Dios en sus santos no confía, y ni aun los cielos son puros delante de
sus ojos; ¿cuántos menos el hombre, este ser abominable y vil que bebe la
iniquidad como agua? Escúchame, pues yo te voy a mostrar y
a contar lo que he visto, lo que los sabios nos contaron de sus padres, y
no lo ocultaron: que únicamente ellos fue dada la tierra y que ningún extraño
paso por medio de ellos. Todos sus días, el impío es atormentado de dolor, y
el numero de sus años le esta escondido al viento. Estruendos espantosos
resuenan en sus oídos, y en la prosperidad el asolador vendrá sobre el. el no
cree que volverá de las tinieblas, y esta descubierto frente a la espada. Vaga
errante, tras el pan, diciendo: ¿dónde esta?. Sabe que le esta preparado el día
de tinieblas. Tribulación y angustia lo turban, y se lanzan contra el como un
rey dispuesto para la batalla, por cuanto el extendió su mano contra Dios y se
porto con soberbia contra el todopoderoso. Corrió contra el con el cuello
erguido, tras la espesa barrera de sus escudos. Aunque la grasa cubra su rostro
y haga pliegues en sus costados, habitara en
ciudades asoladas, en casas desiertas y en ruinas. No prosperara, ni duraran sus
riquezas, ni extenderá sus bienes por la tierra. No escapara de las tinieblas,
la llama secara sus ramas y con el aliento de la boca de Dios perecerá. No
confié el iluso en la vanidad, porque ella será su recompensa. El será
cortado antes de tiempo y sus renuevos no reverdecerán. Como la vid, perderá
sus uvas antes de madurar, y esparcirá su flor como el olivo. Porque la reunión
de los impíos será asolada y el fuego consumirá la casa del que soborna.
Concibieron dolor, dieron a luz iniquidad y en sus entrañas traman engaño.
16
Respondió Job y dijo:
Muchas veces he oído cosas como estas, ¡consoladores molestos sois
todos vosotros! ¿tendrán fin las palabras vacías? ¿qué es lo que te anima a
responder? También yo podría hablar como vosotros, y si vuestra alma estuviera
en lugar de la mía. Yo podría hilvanar contra vosotros palabras, y sobre
vosotros mover la cabeza. Pero os alentaría con mis palabras, y el consuelo de
mis labios calmaría vuestro dolor. Pero en mi, aunque yo hable, el dolor no
cesa; y aunque deje de hablar, no se aparta de mi. Porque ahora el me ha
fatigado; ha asolado toda mi compañía. Me ha llenado de arrugas: testigo es mi
delgadez, la cual se levanta contra
mi para testificar en mi rostro. Su furor me ha destrozado, me ha sido
contrario; cruje sus dientes contra mi: contra mi aguza sus ojos mi enemigo.
Ellos han abierto contra mi su boca, y han herido mis mejillas con afrenta: ¡contra
mi se han juntado todos! Dios me ha entregado al mentiroso, en las manos de los
impíos me ha hecho caer. Yo vivía en prosperidad, y me desmenuzo; me arrebato
por la cerviz, me despedazo y me puso por blanco suyo. Me rodearon sus
flecheros, y el partió mis riñones sin compasión y derramo mi
hiel por tierra. Me quebranto de quebranto en quebranto; corrió contra
mi como un gigante. Entonces cosí sobre mi piel tejidos ásperos y puse mi
cabeza en el polvo. Mi rostro esta hinchado por el llanto y mis párpados
entenebrecidos, a pesar de no haber iniquidad en sus manos y de ser pura mi
oración. ¡ tierra, no encubras mi sangre ni haya en ti lugar para mi clamor!
En los cielos esta mi testigo y mi testimonio en las alturas. Disputadores son
mis amigos, mas ante Dios derramare mis lagrimas. ¡ojala pudiera disputar el
hombre con Dios como con su prójimo! Mas vienen los años, que están contados,
y yo me iré por el camino sin regreso.
17
Mi aliento se agota, se me
acortan mis días y me esta preparado el sepulcro. No hay conmigo sino
burladores; en su provocación se fijan mis ojos. Se tu, Dios, mi fiador, y sea
junto a ti mi protección; porque ¿quién, si no, querría responder por mi?
Pues del corazón de estos has escondido la inteligencia y , por tanto, no los
exaltaras. ¡ desfallecerán los ojos de los hijos del que por recompensa
denuncia a sus amigos! Pero el me ha puesto por refrán de pueblos, y delante de
ellos he sido como un tamboril. Mis ojos se han oscurecido de dolor y todos mis
pensamientos son como sombra. Los rectos se asombraran de esto y el inocente se
levantara contra el impío. A pesar de todo, proseguirá el justo su camino y el
puro de manos aumentara la fuerza. ¡ volved todos vosotros! ¡ venid ahora,
que no hallare entre vosotros un solo sabio! Han pasado mis días y han
sido arrancados mis pensamientos, los anhelos de mi corazón. Ellos cambian la
noche en día; dicen que la luz se
acerca después de las tinieblas. Por mas que yo espere, el seol es mi casa, y
yo haré mi cama en las tinieblas. A la corrupción le digo: mi padre eres tu,
y a los gusanos: sois mi madre y mi hermana. ¿dónde, pues,
estará ahora mi esperanza? Y mi esperanza, ¿quién la vera? A la
profundidad del seol descenderán, y descansaremos juntos en el polvo.
18
Respondió bildad, el suhita,
y dijo: ¿cuándo pondréis fin a las palabras? Pensad, y después hablemos. ¿por
qué somos tenidos por bestias y a
vuestros ojos somos viles? Tu, que te destrozas en tu furor, ¿será abandonada
la tierra por tu causa, o serán removidas de su lugar las peñas? Ciertamente
la luz del impío se apaga y no resplandecerá la llama de su fuego. La luz se
oscurece en su casa y se apaga sobre el su lámpara. Sus pasos vigorosos se
acortan y sus propios planes le hacen tropezar; porque un lazo esta puesto a sus
pies y entre redes camina; un cepo atrapa su talón y una trampa se afirma
contra el. la cuerda esta escondida en la tierra y la trampa lo aguarda en la
senda. De todas partes lo asaltan temores y lo hacen
huir desconcertado. El
hambre desgasta sus fuerzas y a su lado esta dispuesta la ruina. La enfermedad
roe su piel y sus miembros devora el primogénito de la muerte. De la confianza
de su hogar es arrancado y es
conducido al rey de los espantos. En su hogar mora como si no fuera suyo; piedra
de azufre es esparcida sobre su morada. Por abajo se secan sus raíces y por
arriba son cortadas sus ramas. Su recuerdo se borra de la tierra y no tiene
nombre en las calles. De la luz es lanzado a las tinieblas y es arrojado fuera
del mundo. No tiene hijo ni nieto en su pueblo, ni quien le suceda en sus
moradas. De su día se espantan los de occidente, y el pavor caerá sobre los de
oriente. Tales son ciertamente las moradas del impío, y ese es el lugar del que
no conoce a Dios.
19
Respondiendo entonces Job y
dijo: ¿hasta cuando angustiareis mi alma y me moleréis con palabras? Ya me habéis
insultado diez veces, ¿no me avergonzáis de injuriarme? Aun siendo verdad que
yo haya errado, sobre mi recaería mi error. Pero si vosotros os jactáis contra
mi, y contra mi alegáis mi
oprobio, sabed ahora que Dios me ha derribado, y me ha atrapado en su red. Yo
grito: ¡Agravio!, pero no se me oye; doy voces,
pero no se me hace justicia. Dios ha acercado con valla mi camino y no
puedo pasar; y sobre mis veredas ha tenido tinieblas. Me ha despojado de mi
gloria y ha quitado la corona de mi cabeza. Por todos lados me ha arruinado, y
perezco; ha hecho que pase mi esperanza como un árbol arrancado. Hace arder
contra mi su furor y me tiene por uno de sus enemigos. A una vienen sus ejércitos,
se atrincheran contra mi, y acampan en derredor de mi morada. Hace que de mi se
alejen mis hermanos, y que mis conocidos, como extraños, se apartan de mi. Mis
parientes se detienen; mis conocidos me olvidan. Los moradores de mi casa y mis
criadas me tienen por extraño; forastero soy yo ante sus ojos. Llamo a mi
siervo y no me responde, aun cuando con mi propia boca le suplico. Mi aliento ha
venido a ser extraño a mi mujer, aunque por los hijos de mis entrañas le
rogaba. Incluso los muchachos me desprecian,
y al levantarme hablan contra mi. Todos mis íntimos amigos me aborrecen; los
que yo amo se vuelven contra mi. Mi piel y mi carne se han pegado a mis huesos,
y he escapado con solo la piel de mis dientes. ¡ Vosotros, mis amigos, tened
compasión de mi! ¡Tened compasión de mi, porque la mano de Dios me ha tocado!
¿ por que vosotros me perseguís, lo mismo que Dios, y ni aun de mi carne os
saciáis? ¡ quien diera ahora que
mis palabras fueran escritas! ¡ quien diera que escribiesen en un libro, o que
con cincel de hierro y con plomo fueran esculpidas en piedra para siempre! Pero
yo se que mi redentor vive, y que al fin se levantara sobre el polvo, y que
después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios. Lo veré por mi
mismo; mis ojos lo verán, no los de otro. Pero ahora mi corazón se consume
dentro de mi. Deberíais decir: ¿por qué lo perseguimos, si la raíz de su
situación esta en el mismo?. ¡ temed vosotros delante de la espada, porque
sobreviene el furor de la espada a causa de las injusticias! ¡ sabed, pues, que
hay un juicio!.
20
Respondiendo zofar, el
naamatita, y dijo:
Por cierto mis pensamientos me hacen responder, y por eso me apresuro. He
escuchado una reprensión afrentosa y mi inteligencia me inspira la respuesta.
¿no sabes que siempre fue así, que desde el tiempo en que fue puesto el hombre
sobre la tierra, la alegría de los malos es breve y el gozo del impío solo
dura un momento? Aunque se enaltezca hasta el cielo y su cabeza toque las nubes,
como su estiércol, perecerá para siempre; y los que lo hayan visto dirán: ¿qué
es de el?. Como un sueño volara y
no será hallado; se disipara como una visión nocturna. El ojo que lo veía,
nunca mas lo vera, ni su lugar lo conocerá mas. Sus hijos solicitaran el favor
de los pobres y sus manos devolverán lo que el robo. Sus huesos, llenos aun de
su juventud, yacerán con el en el polvo. Si el mal era dulce en su boca, si lo
ocultaba debajo de su lengua, si lo saboreaba y no lo dejaba, sino que lo retenía
y paladeaba, su comida se corromperá en sus entrañas y será veneno de áspides
dentro de el. Devoro riquezas pero las vomitara; Dios las sacara de su vientre.
Veneno de áspides chupara; lo matara la lengua de la víbora. No vera mas los
arroyos, los ríos, los torrentes de miel y de leche. Restituirá sus ganancias
y sus bienes sin haberlos tragado ni gozado de ellos. Por cuanto quebranto y
desamparo a los pobres, y robo casas no edificadas por el, por eso no tendrá
sosiego su vientre ni salvara nada de lo que codiciaba. Nada quedo que el no
devorara, y por eso su bienestar no será duradero. En la plenitud de su
abundancia padecerá estrechez; la
mano de todos los malvados caerá
sobre el. Cuando se ponga a llenar su vientre, Dios enviara sobre él el ardor
de su ira, y la hará llover sobre el y sobre su comida. Huirá
de las armas de hierro y el arco de bronce lo atravesara. La saeta lo
traspasara, atravesara su cuerpo; la punta reluciente saldrá por su piel. ¡
sobre el vendrán terrores! Una
total tiniebla esta reservada para sus tesoros; un fuego no atizado los consumirá
y devorara lo que quede en su morada. Los cielos descubrirán su iniquidad, y la
tierra se levantara contra el. los renuevos de su casa serán llevados de allí,
serán esparcidos en el día de su furor. Esta es la suerte que Dios
prepara al hombre impío, la herencia que Dios le señala por su palabra.
21
Entonces respondió Job y dijo: Oíd atentamente mi palabra y, al menos,
dadme consuelo. Toleradme, y yo hablare; y
burlaos después que haya hablado. ¿acaso me quejo yo de algún hombre? Y ¿
por que no se ha de angustiar mi espíritu? Miradme, espantaos y tapaos la boca
con la mano. Aun yo mismo me horrorizo al acordarme y el temblor estremece mi
cuerpo. ¿por qué viven los impíos
y envejecen, y aun crecen sus riquezas? El linaje se robustece ante su vista y
sus descendientes están delante de sus ojos. Sus casas están libres de temor,
ningún azote de Dios viene sobre ellos. Sus toros engendran sin fallar y sus
vacan paren sin que su cría se malogre. Salen sus pequeñuelos como en manada,
sus hijos andan saltando. Saltan al son del tamboril y de la citara, se
regocijan al son de la flauta. Pasan sus días en prosperidad y en paz
descienden al seol, pese a que dicen de Dios: Apártate porque no queremos
conocer tus caminos. ¿quiénes es el todopoderoso
para que lo sirvamos? ¿de que nos aprovechara que oremos a el? pero el
bien de ellos no esta en sus propias manos. ¡ lejos este de mi el consejo de
los malvados! ¡ cuantas veces la lámpara de los impíos es apagada y viene
sobre ellos su quebranto, y Dios en su ira les reparte dolores! Son como la paja
delante del viento, como el tamo que arrebata el torbellino. ¡Dios guarda para
los hijos de ellos su violencia! ¡ el dará su merecido, para que aprenda! Vera
con sus propios ojos su quebranto y beberá de la ira del todopoderoso. ¿Qué
deleite tendrá el de su casa después de si, cuando se haya cortado la cuenta
de sus meses? ¿enseñara alguien a Dios sabiduría, cuando es el quien
juzga a los que están
elevados? Uno muere en la plenitud de su vigor, del todo prospero y en paz; sus
vasijas están llenas de leche y sus huesos rellenos de tuétano. Otro, en
cambio, muere con el animo amargado, sin haber comido jamás con gusto. Pero
ambos por igual yacerán en el polvo, cubiertos de gusanos. Yo conozco vuestros
pensamientos y lo que en vuestra imaginación forjáis contra mi. Porque decís:
¿qué hay de la casa del príncipe y de la morada donde viven los malvados?. ¿no
habéis preguntado a los que pasan por el camino? ¿no habéis conocido su
respuesta, que el malo es preservado en el día de la destrucción y que estará
a salvo en el día de la ira? ¿quién
le denunciara en su cara su camino? Por lo que el hizo, ¿ quien le dará su
merecido? ¡ lo llevaran al cementerio y velaran sobre su túmulo! Los terrones
del valle le serán dulces; en pos de el desfila todo el mundo, y antes de el,
una muchedumbre incontable. ¡ cuan vano es el consuelo que me dais! Vuestras
respuestas son pura falacia.
22
Respondió elifaz, el
temanita, y dijo: ¿podrá el hombre ser de provecho a Dios? Si acaso, solo para
mi mismo es provechoso el hombre sabio. ¿le satisface
al omnipotente que tu seas justo? ¿le aprovecha de algo que tu hagas
perfectos tus caminos? ¿Acaso por tu piedad te castiga o entra a juicio
contigo? Por cierto, tu maldad es grande y tus iniquidades no tienen fin. Sin
razón tomabas prenda de tus hermanos y despojabas de sus ropas a los desnudos.
No dabas de bebe agua al cansado y
negaste el pan al hambriento. ¡ tu, el hombre pudiente que poseía la tierra el
distinguido que habitaba en ella, a
las viudas enviabas vacías y quebrabas los brazos de los huérfanos! Por eso
estas rodeado de lazos y te turba un espanto repentino; estas en tinieblas, de
modo que no ves, y te cubre un torrente de agua. ¿no esta Dios en lo alto de
los cielos? ¡ mira lo encumbrado de las estrellas, cuan elevadas están! Y tu
has dicho: ¿qué sabe Dios? ¿cómo juzgara a través de la oscuridad? Rodeado
de nubes, no puede ver mientras pasea por los bordes del cielo. ¿quieres tu
acaso seguir la senda antigua, la que siguieron los hombres perversos que fueron
cortados antes de tiempo, cuyos cimientos se derramaron como un rió? Ellos decían
a Dios: ¡ apártate de nosotros!. ¿ y que
les había hecho el omnipotente? Había colmado de bienes sus casas. ¡ lejos de
mi sea el consejo de ellos! Lo verán
los justos y se gozaran, y el inocente se burlará de ellos diciendo: ¡
nuestros adversarios fueron destruidos y el fuego consumió lo que de ellos había
quedado! Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz; y la prosperidad vendrá
a ti. Toma ahora la ley de su boca y pon sus palabras en tu corazón. Si te
vuelves al omnipotente, serás edificado y alejaras de tu morada la aflicción.
Tendrás mas oro que tierra: como piedras de arroyo, oro de ofir. ¡ el
todopoderoso será tu oro y tendrás plata en abundancia! Entonces te deleitaras
en el omnipotente y alzaras a Dios tu rostro. Oraras a el
y el te oirá; y tu cumplirás tus votos. Asimismo lo que tu determines
se realizara, y sobre tus caminos resplandecerá la luz. Cuando ellos estén
abatidos. Dirás tu: ¡ sean enaltecidos!. Entonces
Dios salvara al de mirada humilde. El libertara al inocente; por la
pureza de tus manos será liberado.
23
Respondió Job y dijo: Hoy también hablare con amargura, porque es mas
grave mi llaga que mi gemido. ¡ quien me diera el saber donde hallar a Dios! Yo
iría hasta su morada. Expondría mi causa delante de el y llenaría mi
boca de argumentos. Yo sabría lo que el me respondiese y entendería lo
que me dijera. ¿contendería conmigo con la grandeza de fuerza? ¡ no, sino que
el me atendería! Allí el justo razonaría con el y yo escaparía para
siempre de mi juez. Si me dirijo al oriente, no lo encuentro; si al occidente,
no lo descubro. Si el muestra su poder en el norte, yo no lo veo; ni tampoco lo
veo si se oculta en el sur. Mas el conoce mi camino: si me aprueba, saldré como
el oro. Mis pies han seguido sus pisadas; permanecí en su camino, sin apartarme
de el. nunca me separe del mandamiento de sus labios, sino que guarde las
palabras de su boca mas que mi comida. Pero si el decide una cosa ¿quién lo
hará cambiar? Lo que desea, lo realiza. El, pues, llevara a termino lo que ha
decidido en cuanto a mi, y muchas cosas semejantes que tiene en su propósito.
Por eso, me espanto en su presencia; cuando lo considero, tiemblo a causa de el.
Dios a enervado mi corazón; me ha aterrado el omnipotente. ¿por qué
no fui aniquilado por las tinieblas? ¿por qué no fue cubierto por la
oscuridad mi rostro?
24
Puesto que no son ocultos los tiempos al todopoderoso, ¿por qué los que
lo conocen no ven sus días? Los malvados violan los linderos, roban los ganados
y los apacientan. Se llevan el asno de los huérfanos y toman en prenda el buey
de la viuda. Hacen apartar del camino
a los necesitados y todos los pobres de la tierra tienen que esconderse. Como
asnos monteses en el desierto, salen los pobres, madrugando en busca de presa.
¡ el desierto les da el sustento de sus hijos! En el campo recogen sus espigas,
pero los malvados vendimian la viña ajena. Al desnudo fuerzan a dormir
sin ropa, sin cobertura contra el frió. En los montes se empapan con la lluvia
y se abrazan a las peñas faltos de refugio.
Quitan del pecho a los huérfanos, y del pobre toman en prenda. Al desnudo hacen
caminar sin ropas y a los hambrientos quitan las gavillas. Dentro de sus muros
exprimen el aceite; pisan los lagares, pero mueren de sed. En la ciudad gimen
los moribundos y clama el alma de los heridos de muerte, pero Dios no atiende su
corazón. Ellos son los que, rebeldes a la luz, no conocen sus caminos, ni
permanecen en sus sendas. Al amanecer se levanta el asesino, el que mata al
pobre y al necesitado y de noche es
como un ladrón. La noche esta aguardando el ojo del adultero, del que dice:
no me vera nadie, y esconde su rostro. En las tinieblas minan las casas
que de día para si señalaron. No conocen la luz. La mañana es para todos
ellos como sombra de muerte; pues si son reconocidos, terrores de sombra de
muerte los asaltan. Huyen ligeros como corrientes de aguas, su porción es
maldita en la tierra y no andarán por el camino de las viñas. Como la sequía
y el calor arrebatan las aguas de la nieve, así también el seol a los
pecadores. De ellos se olvidara el seno materno; de su dulzor gustaran los
gusanos; nunca mas habrá de ellos
memoria: ¡ como un árbol serán
talados los impíos! Afligió a la mujer estéril, la que no concebía, y nunca
se porto bien con la viuda. En cambio, aventaja en poder a los fuertes. ¡
cuando se levanta, nadie esta seguro de su vida! Dios les da seguridad y
confianza, pero sus ojos vigilan los caminos de ellos. Por un momento son
exaltados, pero pronto desaparecen y son abatidos como todos los demás:
encerrados son y cortados como cabezas de espiga. ¿ o no es esto así? ¿quién
me desmentirá ahora o reducirá a nada mis palabras?
25
Respondió bildad, el suhita, y dijo: El señorío y el temor están con
el, que hace la paz en las alturas. ¿no son incontables sus ejércitos? ¿sobre
quien no esta su luz? ¿cómo, pues, se justificara el hombre delante de Dios?
¿ como será puro el que nace de mujer? Si ni aun la mima luna es
resplandeciente ni las estrellas son puras delante de sus ojos, ¿cuándo menos
el hombre ese gusano, ese gusano que es el hijo
de hombre?.
26
Respondió Job y dijo: ¿en que has ayudado al que no tiene fuerzas? ¿
como has protegido al brazo débil? ¿qué has aconsejado al que esta falto de
ciencia? ¿qué plenitud de inteligencia has manifestado? ¿a quien has dirigido
tus palabras? ¿de quien es el espíritu que te inspira? Las sombras tiemblan en
lo profundo, los mares y cuanto en
ellos mora. El seol esta descubierto delante de el y el abadon no tiene
cobertura. El extiende el norte sobre el vació, cuelga la tierra sobre la nada.
Encierra las aguas en sus nubes, y las nubes no se rompen debajo de ellas. El
encubre la faz de su trono y sobre el extiende su nube. Ha puesto limite a la
superficie de las aguas, hasta el confín de la luz y las tinieblas. A su
reprensión, las columnas del cielo tiemblan y se espantan. El agita el mar con
su poder y con su entendimiento lo hiere en su arrogancia. Su espíritu adorna
los cielos; su mano traspaso a la serpiente tortuosa. ¡ y estas cosas no son
mas que los bordes del camino, apenas el leve susurro que oímos de el! pero el
trueno de su poder, ¿quien podrá comprenderlo?.
27
Continuo Job su discurso y
dijo: ¡ Vive Dios, que ha quitado mi derecho, el omnipotente que ha amargado mi
alma, que todo el tiempo que mi alma este en mi y que haya halito de Dios en mis
narices, mis labios no hablaran iniquidad ni mi lengua pronunciara mentira! ¡
nunca acontezca que yo os de la razón! ¡ hasta la muerte mantendré
mi integridad! Aferrado estoy a mi justicia, y no cederé; mientras viva,
no me reprochara mi corazón. ¡ sea como el malvado mi enemigo, y como el
inicuo mi adversario! Porque ¿cuál es la esperanza del malvado, por mucho que
haya robado, cuando Dios le quite la vida? ¿escuchara Dios su clamor cuando la
tribulación venga sobre el? ¿acaso el se deleitara en el omnipotente? ¿acaso
invoca a Dios en todo tiempo? Yo os instruiré acerca del poder de Dios; no
esconderé lo que se refiere al omnipotente. Todos vosotros lo habéis visto,
¿por qué, pues, os habéis hecho tan completamente vanos? Esta es
delante de Dios la suerte del hombre malvado, y la herencia que los violentos
han de reducir del omnipotente: aunque sus hijos se multipliquen, serán
entregados a la espada, y sus pequeños no se saciaran de pan. Los que de el
queden, la muerte los llevara al sepulcro y no los lloraran sus viudas. Aunque
amontone plata como el polvo y acumule ropa como barro, el la habrá acumulado,
mas el justo se vestirá con ella y el inocente disfrutara de la plata.
Construye su casa como la polilla, como la enramada hecha por el guarda. Rico se
acuesta pero es por ultima vez: cuando abra los ojos, nada tendrá. Se apoderan
de el terrores como aguas, y un torbellino lo arrebata de noche. El viento del
este lo levanta y se lo lleva, y la tempestad lo arrastra de su lugar. Dios,
pues, descarga contra el sin compasión, aunque el intenta huir de sus manos.
Sobre el baten muchos las manos y por todos lados le silban.
28
Ciertamente la plata tiene sus criaderos, y el oro, lugar donde se
refina. El hierro se saca del polvo y de la piedra se funde el cobre. Los
hombres ponen termino a las
tinieblas, lo examinan todo perfectamente, hasta las piedras que hay en
oscuridad y en sombra de muerte.
Abren minas lejos de lo habitado, en
lugares olvidados donde nadie pone el pie. Allí están suspendidos, balanceándose
lejos de los demás hombres. De la tierra proviene el pan, pero en su interior
esta como convertida en fuego, y en
ella hay lugar donde las piedra son zafiro
y el polvo es de oro. Es una senda que nunca la conoció ave ni de ojo de
buitre la vio; que nunca la pisaron
animales fieros ni león paso por ella. El hombre pone su mano en el pedernal y
trastorna de raíz los montes. En los peñascos abre corrientes de aguas,
y sus ojos ven todo lo preciado. Detiene los ríos en su nacimiento y
saca a la luz lo escondido. Mas, ¿dónde se halla la sabiduría? ¿dónde
se encuentra el lugar de la inteligencia? No conoce su valor el hombre,
ni se halla en la tierra de los seres vivientes. El abismo dice: no esta en mi,
y dice el mar: tampoco esta conmigo. No se dará a cambio de oro ni su precio
será a peso de plata. No puede ser apagada como oro de ofir, con ónice
precioso ni con zafiro. No se le pueden comparar el oro ni el diamante, ni se le
cambiara por alhajas de oro fino. ¿ y que decir del coral o de las perlas? ¡
la sabiduría vale mas que las piedras preciosas! No se iguala con ella el
topacio de Etiopía, ni puede pagarse con oro fino. ¿ de donde, pues, procede
la sabiduría y donde se encuentra el lugar de la inteligencia? ¡ encubierta
esta a lo lejos de todo viviente, y de toda ave del cielo le es oculta! El
abadon y la muerte dicen: su fama ha llegado hasta nuestros oídos. Dios es
quien conoce el camino de ella y
sabe donde esta su lugar, porque el
observa hasta los confines de la
tierra y ve cuanto hay bajo los cielos. Al darle peso al viento y fijar la
medida de las aguas; al darle ley a la lluvia y camino al relámpago de los
truenos, ya entonces la vio el y la puso de manifiesto, la preparo y también la
escudriño. Y dijo al hombre: El temor del señor es la sabiduría,
y el apartarse del mal, la inteligencia.
29
Volvió a Job a reanudar su
discurso y dijo: ¡Quien me volviera como en los meses pasados, como en los días
en que Dios me guardaba, cuando hacia resplandecer su lámpara sobre mi cabeza y
a su luz caminaba yo en la oscuridad! ¡ así fue en los días
de mi juventud, cuando el favor de Dios protegía mi morada; cuando aun
estaba conmigo el omnipotente y mis hijos me rodeaban; cuando yo lavaba mis pies
con leche y la piedra me derramaba
ríos de aceite! Entonces yo salía a la puerta, a juicio, y en la plaza hacia
preparar mi asiento. Al verme, los jóvenes se escondían, los ancianos se
levantaban y permanecían en pie, los príncipes dejaban de hablar y se tapaban
la boca con la mano, y la voz de los principales se apagaba y se les pegaba la
lengua al paladar. Entonces los que me oían me llamaban bienaventurado, y los
que me veían testimoniaban a favor mío, porque yo libraba al pobre que clamaba
y al huérfano que carecía de ayudador. La bendición del que estaba a punto de
perderse venia sobre mi, y al corazón
de la viuda yo procuraba alegría. Iba yo vestido de justicia , cubierto con
ella; como manto y diadema era mi rectitud.
Yo era ojos para el ciego, pies para el cojo y padre para los
necesitados. De la causa que no entendía, me informaba con diligencia; y
quebrantaba los colmillos del inicuo; de sus dientes le hacia soltar la presa.
Decía yo: en mi nido moriré. Como arena multiplicare mis días. Mi raíz
estaba abierta junto a las aguas, en mis ramas permanecía el roció, mi honra
se renovaba en mi y mi arco se fortalecía en mi mano. Los que me escuchaban,
esperaban callados mi consejo; tras mi palabra no replicaban, pues mi razón
destilaba sobre ellos. Me esperaban como a la lluvia; abrían su boca como a la
lluvia tardía. Si me reía con ellos, no se creían; pero no dejaban apagar la
luz de mi rostro. Yo les indicaba su camino y me sentaba entre ellos como el
jefe. Vivía como un rey en medio de su ejercito, o como el que consuela a los
que lloran.
30
Pero ahora se ríen de mi
los mas jóvenes que yo, a cuyos padres yo desdeñaba poner junto a los perros
de mi ganado, pues, ¿ de que me hubiera servido ni aun la fuerza de sus manos,
si no tienen fuerza alguna?. A causa de la pobreza y del hambre andaban
solitarios, huían a la soledad, a lugares tenebrosos, desolados y desiertos.
Recogían malvas entre los arbustos y raíces de enebro para calentarse. Los
echaban de en medio de la gente y todos les gritaban como a ladrones. Vivian en
las barrancas de los arroyos, en las cavernas de la tierra y entre las rocas.
Bramaba entre las matas y se reunian debajo de los espinos. Hijos de gente vil,
hombres sin nombre, mas bajos que la misma tierra. ¡ y ahora yo soy objeto de
su burla y les sirvo de refrán! Me abominan,
se alejan de mi y no dejan de escupirme en el rostro. Porque Dios ha desatado la
cuerda y me ha afligido, por eso se han desenfrenado en mi propio rostro. A mi
derecha se levanta el populacho, empujan mis pies y preparan caminos para mi
ruina. Desbaratan mi senda, se aprovechan de mi quebrantamiento, y no tengo
quien me auxilie contra ellos. Vienen como por un ancho Portillo, revolviéndose
sobre mi calamidad. Terrores se han vuelto contra mi; como viento es arrasado mi
honor, y mi prosperidad ha pasado como una nube. Ahora mi alma esta derramada en
mi, pues se apoderan de mi días de aflicción. La noche taladra mis huesos y
los dolores que me roen no reposan. La violencia deforma mi vestidura: me oprime
como el cuello de mi túnica. Dios me ha derribado en el lodo y ahora soy
semejante al polvo y a la ceniza. ¡ clamo a ti, pero no me escuchas! ¡ me
presento, pero no me atiendes! Te
has vuelto cruel conmigo; con el poder de tu mano me persigues. Me has alzado
sobre el viento, me haces cabalgar en el y destruyes mi sustancia. Yo se que me
conduces a la muerte, y a la casa a donde va todo ser viviente. Mas el, ¿no
extenderá la mano contra el sepulcro? ¿ o no clamaran los sepultados cuando el
los quebrante? Y yo, ¿no he llorado por el que sufre? ¿no he entristecido a
causa del necesitado? Sin embargo, cuando yo esperaba el bien, entonces vino el
mal; cuando esperaba la luz, vino la oscuridad. Mis entrañas se agitan sin
reposo, por los días de aflicción que me ha sobrecogido. Ando ennegrecido, y
no por el sol; me he levantado en la congregación, y he clamado.
He venido a ser hermano de chacales y compañero de avestruces. Mi piel,
ennegrecida, se me cae, mis huesos arden de calor. Mi arpa se ha cambiado por
luto, y mi flauta por voz de lamentadores.
31
Hice pacto con mis ojos, ¿ como, pues, había yo de mirar a una virgen?
Porque ¿qué galardón me daría Dios desde arriba? ¿qué heredad el
omnipotente desde las alturas? ¿es que no hay desgracia para el malvado,
infortunio para los que hacen iniquidad? ¿acaso el no
ve mis caminos y cuenta todos mis pasos? ¿es que yo anduve con mentiras,
o corrieron mis pies al engaño? ¡ que
Dios me pese en la balanza de la justicia y reconocerá mi integridad! Si mis
pasos se apartaron del camino, si mi corazón se fue atrás mis ojos, si algo se
pego a mis manos, ¡ siempre yo y otro coma! ¡ sea arrancada mi siembra! Si fue
engañado mi corazón por alguna mujer, si estuve acechando a la puerta de mi prójimo,
¡ muela para otro mi mujer y sobre ella otros se encorven! Porque eso es maldad
e iniquidad que han de castigar los jueces. Porque eso es un fuego que devoraría
hasta el abadon y consumiría toda mi hacienda. Si hubiera yo
menospreciado el derecho de
mi siervo y de mi sierva cuando ellos plateaban conmigo, ¿qué haría cuando
Dios se levantara? Y cuando el me preguntara, ¿qué le respondería? El que en
el vientre me hizo a mi, ¿ no lo hizo a el? ¿y no fue uno
y el mismo quien los formo en la matriz? Si he impedido a los pobres
quedar satisfechos, si he hecho decaer los ojos de la viuda, si he comido yo
solo mi bocado y no comió de el huérfano (porque desde mi juventud creció
conmigo como un padre, y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda); si
he visto a alguno perecer por falta de vestido, por carecer de abrigo el
necesitado; si no me bendijeron sus espaldas al calentarse con el vellón de mis
ovejas; si alce contra el huérfano mi mano, aun viendo que en la puerta estaban
de mi parte, ¡ que mi espalda se
caiga de mi hombro y se quiebre el hueso de mi brazo! Porque he temido el
castigo de Dios contra cuya majestad ya no tendría poder. Si puse en el oro mi
esperanza, y le dije al oro: mi confianza esta en ti; si me alegre de que mis
riquezas se multiplicaran y de tener mucho en mi mano; si he mirado al sol
cuando resplandecía o a la luna en su resplandor, y mi corazón fue engañado
en secreto, y mí boca beso mi mano, eso también seria una maldad digna de
juicio, porque habría negado al Dios soberano. Si me alegre con el
quebrantamiento del que me aborrecía y me regocije cuando le sobrevino el mal (
aun cuando no entregue al pecado mi lengua para pedir la maldición para su
alma); si mis siervos no decían: ¿quién hay que no se haya saciado con su
carne? ( porque ningún forastero pasaba fuera la noche, sino que yo habría mis
puertas al caminante); si como humano que soy encubrí mis transgresiones,
escondiendo en mi seno mi iniquidad, porque temía a la multitud, que era
grande, y me atemorizaba el menosprecio de las familias, y entonces callaba y no
salía de mi puerta... ¡ quien me diera ser escuchado!.... pero mi confianza es
que el omnipotente será mi testigo, aunque mi adversario me lleve a juicio.
Ciertamente yo lo cargaría sobre mi hombro, me lo ceñiría como una corona. Yo
le daría cuenta de todos mis pasos; como un príncipe me presentaría delante
de el. si mi tierra clama contra mi y lloran
todos sus surcos; si he comido su sustancia sin pagar o he afligido el
alma de sus dueños, ¡ que en lugar de trigo me nazcan abrojos, y espinos en
lugar de cebada!. Aquí termina la palabra de Job.
32
Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto a el era justo
a sus propios ojos. Entonces Eliu hijo de baraquel, el buzita, de la familia de
ram, se encendió en ira contra Job. Se encendió en ira por cuanto el se hacia
justo así mismo mas que a Dios. Igualmente se encendió en ira contra sus tres
amigos, porque aunque habían condenado a Job, no sabían responderle. Eliu había
esperado a Job en la disputa, porque los otros eran mas viejos que el; pero
viendo Eliu que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, se
encendió en ira. Respondió Eliu hijo de baraquel, el buzita, y dijo: yo soy
joven y vosotros ancianos: por eso he tenido miedo. He temido declararos mi
opinión. Yo decía: los días hablaran, los muchos años declaran sabiduría.
Ciertamente espíritu hay en el hombre, y
el soplo del omnipotente lo hace que entienda.
Pero no son los mas sabios los que tienen mucha edad, ni los ancianos los
que entienden el derecho. Por tanto, yo dije: escuchadme, declarare yo también
mi sabiduría. Yo he esperado a vuestras razones, he escuchado vuestros
argumentos, en tanto que buscabais palabras.
Os he prestado atención, y no hay entre vosotros quien redarguya a Job
y responda a sus razones. Para que no digáis: nosotros hemos hallado
sabiduría. Es Dios quien lo vence, no el hombre. Ahora bien, Job no dirigió
contra mi sus palabras, ni yo le responderé con vuestras razones. Se espantaron
y ya no respondieron; se les acabaron los razonamientos. Yo, pues, he esperado,
pero ellos no hablaban; antes bien,
callaron y no volvieron a responder. Por eso yo también responderé mi parte;
también yo declarare mi juicio. Porque estoy repleto de palabras y por dentro
me apremia el espíritu. De cierto mi corazón esta como el vino que no tiene
respiradero y que hace reventar los odres nuevos. Hablare, pues, y respirare;
abriré mis labios y responderé. Y
no haré ahora distinción de personas ni usare con nadie de títulos
lisonjeros. Porque no se decir lisonjas, y
si lo hiciera, pronto mi hacedor me consumiría.
33
Por tanto, Job, oye ahora
mis razones, escucha todas mis palabras. Yo abriré ahora mi boca y mi lengua
hablara en mi garganta. Mis razones declararan la rectitud de mi corazón, y lo
que saben mis labios, lo dirán con sinceridad. El espíritu de Dios me hizo
y el soplo del omnipotente me dio vida. Respóndeme, si puedes: ordena
tus palabras, ponte en pie. Heme aquí a mi, en presencia de Dios, lo mismo que
tu: del barro fui yo también formado. Por eso, mi terror no te espantara ni mi
mano pesara sobre ti. De cierto tu has dicho a oídos míos y yo oí la voz de
tus palabras que decían: yo soy puro y sin defecto; soy inocente y no hay
maldad en mi. Dios ha buscado reproches contra mi y me tiene por su enemigo. Ha
puestos mis pies en el cepo y vigila todas mis sendas. Pues bien, en esto no has
hablado con razón, y yo te
respondo que Dios es mayor que el hombre. ¡ Porque contiendes contra el, si el
no da cuenta de ninguna de sus razones? Aunque lo cierto es que
de una u otra manera habla Dios, pero el hombre no lo entiende. Por sueños,
en visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres, cuando se duermen
en el lecho, entonces se revela el al oído del hombre y le confirma su
instrucción, para separar al hombre de su obra y apartar del varón la
soberbia, para librar su alma del sepulcro y su vida de perecer a espada. También
en su cama es castigado el hombre con fuerte dolor en sus huesos. Entonces su
vida aborrece el pan y su alma la
comida suave. Su carne desfallece y desaparece a la vista, y sus huesos, que
antes no se veían, aparecen. Su
alma se acerca al sepulcro y su vida a los que causan la muerte. Pero si el
hombre ti a su lado algún elocuente mediador, muy escogido, para anunciarle su
deber y decirle que Dios tiene de el misericordia, que lo libra de descender al
sepulcro, que hay redención para el, entonces su carne serás mas tierna que la
de un niño y volverá a los días de su juventud. Entonces orara a Dios y
obtendrá su favor. Vera su faz con
jubilo, y el restaurara al hombre su justicia. Porque el
mira sobre los hombres, y si uno dice: He pecado y he pervertido lo
recto, pero de nada me ha
aprovechado, Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, y su vida se
vera en luz. Todas estas cosas hace Dios dos o tres veces con el hombre, para
apartar su alma del sepulcro y para iluminarlo con la luz de los vivientes.
Escucha, Job, óyeme; calla y yo
hablare. Si tienes razón, respóndeme; habla, porque yo te quiero justificar. Y
si no, escúchame tu a mi; calla, y te enseñare sabiduría.
34
Además Eliu dijo:
Escuchad, sabios, mis palabras; y vosotros, doctos, prestadme atención.
Porque el oído prueba las palabras, como el paladar saborea lo que uno come.
Escojamos para nosotros lo que es
justo; conozcamos entre nosotros lo que es bueno, porque Job ha dicho: Yo soy
justo, pero Dios me ha quitado mi derecho. Y ahora ¿habré de mentir contra mi
razón? ¡ Dolorosa es mi herida, sin haber cometido trasgresión!. Pues bien,
¿qué hombre hay como Job, que bebe el escarnio como agua, que va en compañía
de los inicuos y anda con los hombres malos? Porque ha dicho: De nada le sirve
al hombre conformar su voluntad a Dios. Por tanto, vosotros que sois varones
inteligentes, oídme: ¡ lejos este de Dios la impiedad, del omnipotente la
iniquidad! Porque el pagara al
hombre según su obra, y le retribuirá conforme a su conducta. Si, por cierto,
Dios no hará injusticia; el omnipotente no pervertirá el derecho. ¿ quien
visito por el la tierra? ¿ quien puso en orden el mundo entero? Si el pusiera
sobre el hombre su corazón y retirara su espíritu y su aliento, todo ser
humano perecería a un tiempo y el hombre volvería al polvo. Si, pues, hay en
ti entendimiento, oye esto; escucha la voz de mis palabras. ¿ gobernara acaso
el que aborrece juicio? ¿condenaras tu al
que es tan justo? ¿se llamara perverso al rey, o impíos a los príncipes?
Pues, ¿cuánto menos a
aquel que no hace diferencia entre príncipes, ni respeta mas al rico que al
pobre, porque todos son obra de sus manos? ¡ en un momento mueren, a
medianoche! Los pueblos se alborotan, y ellos pasan, y sin mano de hombre es
quitado el poderoso. Porque los ojos de Dios están sobre los caminos del
hombre, y ve todos sus pasos. No hay tinieblas ni sombra de muerte donde se
puedan esconder los que hacen el mal. No carga, pues,
el al hombre mas de lo justo, para que comparezca con Dios a juicio. El,
sin indagación, quebranta a los fuertes y pone a otros en su lugar. Así
hace notorias las obras de ellos; los trastorna en la noche y son
quebrantados. Como a malos que son, los hiere en lugar donde sean vistos, por
cuanto se han apartado de el y no consideran ninguno de sus caminos, sino que
hacen venir delante de él el
clamor de los necesitados. Si el da reposo, ¿ quien inquietara? Si esconde el
rostro, ¿ quien lo mirara? Y esto
es igual para una nación que para un hombre, a fin de que no reine el hombre
impío para vejación del pueblo. De seguro conviene decirle a Dios: Ya he
llevado el castigo; no volveré a ofender. Enséñame tu lo que yo no veo; y si
hice mal, no lo haré mas. Pero, ¿ habrá de ser esto según tu parecer? El te
retribuirá, no yo, tanto si rehúsas como si aceptas.
Si no es así, di tu lo que sepas. Los hombres inteligentes dirán
conmigo, y también todo hombre sabio que me oiga: Job no habla con sabiduría;
sus palabras no tienen sentido. ¡ yo deseo que Job sea ampliamente examinado, a
causa de sus respuestas semejantes a las de los hombres inicuos!
Porque a su pecado ha añadido rebeldía,
y bate palmas contra nosotros, y contra Dios multiplica sus palabras.
35
Prosiguió Eliu su
razonamiento y dijo: ¿Piensas que ah sido correcto decir: Mas justo soy yo que
Dios? Porque tu dices: ¿Qué ventaja sacare de ello? ¿ o que provecho tendré
de no haber pecado?. Pues yo te responderé con razones, y a tus compañeros
contigo. Mira los cielos. Contémplalos y
considera que las nubes están mas altas que tu. Si pecas, ¿ que habrás
logrado contra el? si tus rebeliones se multiplican, ¿qué le harás tu? Y si
eres justo, ¿ que le darás a el?
¿ o que recibirá de tu mano? A un hombre como tu lo daña la impiedad; y a un
hijo de hombre le es provechosa tu justicia. Claman a causa de las muchas
violencias y se lamentan por el poder de los grandes. Pero nadie dice: ¿ donde
esta Dios, mí hacedor , que llena de cánticos la noche,
que nos enseña mas que a las bestias de la tierra y nos hace sabios mas
que a las del cielo?. Allí claman, pero el no escucha, a causa de la soberbia
de los malos. Ciertamente Dios no escucha lo que es vanidad; ni siquiera lo mira
el omnipotente. ¿ cuanto menos, pues, cuando
dices que no haces caso de el? tu causa esta delante de el. por tanto, aguárdalo.
Mas ahora, porque en su ira no castiga ni inquiere con rigor, por eso abre Job
su boca en vano y multiplica palabras sin sabiduría.
36
Eliu siguió diciendo: Espérame
un poco y yo te instruiré, porque todavía tengo razones en defensa de Dios.
Traeré mi saber desde lejos para atribuir justicia a mi hacedor. Porque de
cierto no son mentira mis palabras: ¡ contigo esta uno que es integro en sus
conceptos! Dios es grande pero no desestima a nadie. Es poderosa su fuerza de su
sabiduría. No concede vida al impío, pero a los afligidos otorga sus derechos.
No aparta sus ojos de los justos; antes bien, con los reyes los sienta en trono
y los exalta para siempre. Aun si estuvieran sujetos con grillos, aprisionados
con cuerdas de aflicción, el les daría a conocer las obras que hicieron y como
prevalecieron sus rebeliones. Les
despierta además los oídos a la corrección y los exhorta a convertirse de la
iniquidad. Si ellos escuchan y le sirven, acabaran sus días con bienestar y sus
años con dicha. Pero si no
escuchan, serán pasados a espada y perecerán en su falta de sabiduría. Los
hipócritas de corazón atesoran para si la ira y no aclamaran cuando el los
ate. Fallecerá el alma de ellos en su juventud y su vida entre los sodomitas.
Al pobre librara el de su pobreza; en la aflicción despertara su oído. Y también
a ti te apartara de la boca de la angustia a un lugar espacioso, libre de
todo agobio, y te preparara una mesa llena de manjares. Mas tu te has llenado
del juicio del impío, en vez de sustentar el derecho y la justicia. Por eso
teme, no sea que el, en su ira, te quite con un golpe que no puedas evitar ni
aun pagando un gran rescate. ¿ acaso hará el aprecio de tus riquezas, del oro
o de todo gran poderío? No anheles la noche, cuando los pueblos desaparecen de
su lugar. Guárdate de volver a la iniquidad, la cual escogiste mas bien que la
aflicción. Dios es excelso en su poder; ¿qué maestro es semejante a el? ¿quién
le ha trazado su camino? ¿ quien le dirá: eso lo has hecho mal? Acuérdate
de enaltecer su obra, la cual los hombres contemplan. Todos ellos la ven;
la mira el hombre desde lejos. Dios es grande y nosotros no lo conocemos, ni es
posible seguir el curso de sus años. El atrae las gotas de agua cuando
el vapor se transforma en lluvia, la que destilan las nubes, y se vierten
en raudales sobre los hombres. ¿ quien podrá comprender
como se expanden las nubes y el sonido atronador de su morada? Sobre el
extiende su luz y cubre con ella las profundidades del mar. Bien que por tales
medios castiga a los pueblos, también los sustenta con abundancia. Con las
nubes encubre la luz; las interpone y le manda que no brille. Con el trueno
declara si indignación y la tempestad proclama su ira contra la iniquidad.
37
Por eso también se
estremece mi corazón y salta de su sitio. Oíd atentamente el fragor de su voz,
el estruendo que sale de su boca. Por debajo de todos los cielos lo dirige, y su
luz alcanza los confines de la tierra. Después de ella suena un bramido: truena
el con voz majestuosa. Se oye el trueno, y no lo detiene. Truena Dios
maravillosamente con su voz. Hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.
Porque le dice a la nieve: ¡ cae sobre la tierra!, y también a la llovizna y a
los aguaceros torrenciales. Así hace que el hombre se retire, para que todos
los mortales reconozcan su obra. Las fieras entran en sus guaridas y permanecen
en sus moradas. Del sur viene el
torbellino, y el frió, de los vientos del norte. Por el soplo de Dios llega el
hielo y la extensión de las aguas se congela. El llena de humedad la densa
nube; y con la luz desvanece la niebla. Asimismo, conforme a sus designios, las
nubes giran en derredor, para hacer sobre la faz del mundo, en la tierra, lo que
el les mande. El las hará venir, una veces como castigo, otras a causa de la
tierra y otras por misericordia. Escucha esto, Job; detente y
considera las maravillas de Dios. ¿ sabes tu cmaravillas de Dios. ¿ sabes tu cy hace resplandecer la luz de su nube? ¿ has conocido tu las
diferencias de las nubes, las maravillas del que es perfecto en sabiduría? ¿
por que están calientes tus vestidos cuando el sosiega la tierra con el viento
del sur? ¿ extendiste tu con el
los cielos, firmes como un espejo fundido? Muéstranos que le hemos de decir,
porque nosotros no podemos ordenar las ideas a causa de la oscuridad. ¿precisa
el que le cuenten lo que yo digo, o que le informen
de lo que dice el hombre? Ahora no se puede mirar la luz resplandeciente
de los cielos, pero luego que pasa el viento y los limpia, llega de la parte del
norte la dorada claridad: ¡ la terrible majestad que hay en Dios! El es el
todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder, que nadie oprime en juicio
y en su gran justicia. Lo temen por tanto los hombres, pero el no estima a
ninguno que en su propio corazón se cree sabio.
38
Entonces respondió
Jehová a Job desde un torbellino y dijo: ¿quién
es ese que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?
Ahora cíñete la cintura
como un hombre: yo te preguntare y tu me contestaras. ¿Dónde estabas tu cuando
yo fundaba la tierra? ¡ házmelo saber, si tienes inteligencia! ¿quién
dispuso sus medidas, si es que lo sabes? ¿o quien tendió sobre ella la cuerda
de medir? ¿sobre que están fundadas sus bases? ¿ o quien puso la piedra
angular, cuando alaban juntas todas las estrellas del alba
y se regocijaban todos los hijos de Dios? ¿quién encerró con puertas
el mar, cuando se derramaba saliéndose de su seno, cuando yo le puse
nubes por vestidura y oscuridad por faja? Yo establecí para el los limites; le
puse puertas y cerrojo, y dije: hasta aquí llegaras y no pasaras adelante; ahí
parara el orgullo de tus olas. ¿has dado ordenes
a la mañana alguna vez en tu vida? ¿le has mostrado al alba su lugar,
para que ocupe los confines de la tierra y sean sacudidos de ella los malvados?
Ella cambia luego de aspecto como
el jarro bajo el sello, y toma el aspecto de una vestidura; mas la luz les es
quitada a los malvados y el brazo enaltecido es quebrantado. ¿has penetrado tu
hasta las fuentes del mar y has caminado escudriñando el abismo? ¿te has sido
descubiertas las puertas de la muerte y has visto las puertas de la sombra de
muerte? ¿has considerado tu la extensión de la tierra? ¡ declara si sabes
todo esto! ¿dónde esta el camino que conduce a la morada de la luz? ¿y donde
esta el lugar de las tinieblas, para que las lleves a sus limites y conozcas las
sendas de su casa? ¡ quizá tu lo sabes, puesto que entonces ya habías nacido
y es grande en numero de tus días! ¿has penetrado tu hasta los depósitos
de la nieve? ¿has visto los depósitos del granizo, que tengo reservados
para el tiempo de angustia, para el día de la guerra y de la batalla? ¿por qué
camino se difunde la luz y se esparce el viento del este sobre la tierra? ¿quién
le abrió un cauce al turbión y un camino a los relámpagos y los truenos,
haciendo llover sobre la tierra deshabitada, sobre el desierto, donde no vive
ningún ser humano, para saciar la tierra desierta y sin cultivo y para hacer
que brote la tierra hierba? ¿
tiene padre la lluvia? ¿quién
engendro las gotas del roció? ¿de que vientre salió el hielo? Y la escarcha
del cielo, ¿quién la dio a luz? Las aguas se endurecen como piedra y se
congela la faz del abismo. ¿Podrás tu anudar los lazos de las pléyades?
¿desataras las ligaduras de Orión? ¿haces salir a su tiempo las
constelaciones de los cielos? ¿guías
a la osa mayor con sus hijos? ¿conoces las leyes de los cielos? ¿dispones tu
su dominio en la tierra? ¿puedes alzar tu voz a las nubes para que te cubra
gran cantidad de agua? ¿envías tus relámpagos, para que ellos vayan, o para
que te digan: Aquí estamos? ¿quién puso la sabiduría en el corazón? ¿
quien dio inteligencia al espíritu? ¿quién cuenta con sabiduría lo que hay
en los cielos? Y los odres de los cielos, ¿quién hace que se inclinen, cuando
el polvo se ha endurecido y los terrones se han pegado uno con otros? ¿cazaras
tu la presa para el león? ¿saciaras el hambre de sus cachorros, cuando están
echados en sus guaridas o se ponen al acecho en la espesura? ¿quién le prepara
al cuervo su alimento, cuando sus polluelos claman a Dios y andan errantes por
falta de comida?.
39
¿Sabes tu el tiempo en que
paren las cabras monteses? ¿has mirado tu
cuando las ciervas están pariendo? ¿has contado tu los meses de su preñez
y sabes el tiempo cuando han de parir? Se encorvan, hacen salir a sus hijos y
pasan sus dolores. Sus hijos se robustecen y crecen en el pasto; luego se van y
ya no regresan. ¿quién dio libertad al asno montes? ¿ quien soltó sus
ataduras? Yo le di por casa el desierto, puse su morada en lugares estériles.
El se burla del bullicio de la ciudad y no oye las voces del arriero. En lo
escondido de los montes esta su
pasto y anda buscando toda cosa verde. ¿querrá el búfalo servirte a ti o
quedarse en tu pesebre? ¿ataras tu al búfalo con coyunda para abrir el surco?
¿ira en pos de ti labrando los valles? ¿confiaras en el porque es
grande su fuerza? ¿le encomendarías tu labor? ¿lo dejarías recoger el grano
y juntarlo en tu era? ¿le has dado tu sus hermosas
alas al pavo real, o sus alas y plumas al avestruz? Este desampara en la
tierra sus huevos, los calienta sobre el polvo y olvida que el pie los puede
pisar y que una fiera del campo puede aplastarlos. Es duro para con sus crías,
como si no fueran suyas, y no teme que su trabajo haya sido en vano, porque Dios
lo privo de sabiduría y no le dio inteligencia. Sin embargo, en cuanto se
levanta para correr, se burla del caballo
y de su jinete. ¿ le das tu su fuerza al caballo? ¿ cubres tu su cuello de
crines ondulantes? ¿lo harás temblar tu como a una langosta? El resoplido de
su nariz es formidable. Escarba la tierra, se alegra en su fuerza y sale al
encuentro de las armas. Hace burla del miedo; no teme ni vuelve el rostro
delante de la espada. Sobre el resuenan la aljaba, el hierro
de la lanza y de la jabalina; pero el, con ímpetu y furor, escarba la
tierra y no lo detiene ni el sonar de la trompeta; mas bien parece decir en
medio de los clarines: ¡Ea! Desde lejos huele la batalla, el grito de los
capitanes y el vocerío. ¿ acaso por
tu sabiduría vuela el gavilán y extiende hacia el sur sus alas? ¿se remonta
el águila por tu mandato y pone en alto su nido?
Ella habita y mora en la peña, en la cumbre del peñasco y de la roca.
Desde allí acecha la presa que sus ojos observan desde muy lejos. Sus polluelos
chupan la sangre; donde haya cadáveres, allí esta ella.
40
Además respondió Jehová a
Job y dijo: ¿Es sabiduría contender con el omnipotente? ¡ responda a esto el
que disputa con Dios! Entonces respondió Job a Jehová y dijo: yo soy vil, ¿qué
te responderé? ¡ me tapo la boca con la mano!
Una vez hable, mas no replicare mas; aun dos veces, mas no volveré
hablar. Respondió Jehová a Job desde el torbellino y dijo: Ahora cíñete la
cintura como un hombre: yo te
preguntare y tu me contestaras. ¿invalidaras tu también mi juicio? ¿me
condenaras a mi, para justificarte tu? ¿ tienes tu un brazo como el de Dios? ¿truena
tu voz como la suya? Adórnate ahora de majestad y alteza, vístete de honra y
hermosura. Derrama el ardor de tu ira; mía a todo altivo y abátelo. Mira a
todo soberbio y humíllalo, y destruye a los impíos dondequiera que estén.
Entiérralos a todos en el polvo, encierra sus rostros en la oscuridad. Entonces
yo también declarare que tu diestra puede salvarte. Ahí esta el behemot: yo lo
creé, lo mismo que a ti. Come hierba, como el buey. Su fuerza esta en sus
lomos; su vigor, en los músculos de su vientre. Mueve su cola semejante al
cedro, y los nervios de sus muslos están entretejidos. Sus huesos son fuertes
como el bronce y sus miembros como barras de hierro.
El es el primero entre las obras de Dios, y solo el que lo hizo puede
acercar a el la espada. Ciertamente
para el producen hierba los montes, donde retozan las bestias del campo. Se
acuesta a la sombra en lo oculto de las cañas y de los lugares húmedos. Los árboles
lo cubren con su sobra; los sauces del arroyo lo rodean.
Aun cuando el rió se salga de madre, el no se
inmuta; permanece tranquilo
aunque todo un jordán se estrelle contra su boca. ¿quién podrá atraparlo
mientras vigila? ¿quién le perforara la nariz?.
41
¿Pescaras tu al Leviatán
con un anzuelo o sujetándole la lengua con una cuerda? ¿ le pondrías una soga
en las narices? ¿perforarías con un garfio su quijada? ¿ multiplicara ruegos
el delante de ti? ¿ te hablara con
palabras lisonjeras? ¿hará un
pacto contigo para que lo tomes como esclavo para siempre? ¿ jugaras con el
como con un pájaro? ¿lo ataras para tus niñas?
¿harán banquete con el los compañeros? ¿lo repartirán entre los mercaderes?
¿cortaras tu con cuchillo su piel, o
con arpón de pescadores su cabeza? Pon tu mano sobre el: recordaras luego la
lucha y no volverás a hacerlo. En cuanto a el, toda esperanza queda burlada,
porque aun a su sola vista la gente se desmaya. Y nadie hay tan osado que lo
despierte; ¿quién podrá permanecer delante de mi? Porque, ¿ quien me ha dado
a mi primero, para que yo restituya? ¡ todo lo que hay debajo del cielo es mi!
No guardare silencio sobre sus miembros, ni sobre sus fuerzas y la gracia
de su disposición. ¿quién levantara la cubierta que lo reviste? ¿ quien se
acercara a su doble coraza? ¿quién abrirá la puerta de sus fauces? ¡ las
hileras de sus dientes espantan! Su espalda esta cubierta de fuertes escudos,
soldados estrechamente entre si. El uno se junta con el otro de modo que
el viento no pasa entre ellos. Unido esta el uno con el otro,
trabados entre si, no se pueden separar.
Cuando estornuda, lanza relámpagos; sus ojos son como los párpados del
alba. De su boca salen llamaradas; centellas de fuego brotan de ella. De sus
narices sale humo, como de una olla
o caldero que hierve. Su aliento enciende los carbones; de su boca salen llamas.
En su cerviz esta su fuerza, y delante de el cunde el desaliento. Aun las partes
mas tiernas de su carne están endurecidas, son firmes en el, no se mueven.
Firme es como una piedra su corazón, fuerte
como la piedra de un molino. Cuando se levanta, los fuertes tienen temor y
retroceden a causa de su desfallecimiento. Aunque la espada lo alcance, no se le
clavara; ni tampoco la lanza, el dardo o la jabalina. Para el, el hierro es como
paja y el bronce como madera podrida. La saeta
no lo hace huir y las piedras de honda
le son como paja. Toda arma le es como hojarasca y se burla del silbido
de la jabalina. Por debajo tiene escamas puntiagudas que imprimen su huella en
el barro. Hace hervir como una olla
las aguas profundas y las vuelve como una olla de ungüento. En pos de si
resplandece su estela, hasta parecer cano el abismo. No hay en la tierra
quien se le asemeje; es un animal hecho exento
de temor. Menosprecia toda arrogancia y es rey sobre toda otra fiera.
42
Respondió Job a Jehová y
dijo: Yo reconozco que todo lo puedes y que no hay pensamiento que te sea
oculto. ¿quién es el que, falto
de entendimiento, oscurece el consejo?. Así hablaba yo, y nada entendía; eran
cosas demasiado maravillosas para mi, que yo
no comprendía. Escucha, te
ruego, y hablare. Te preguntare y tu me enseñaras. De oídas te conocía, mas
ahora mis ojos te ven. Por eso me
aborrezco y me arrepiento en polvo y ceniza. Aconteció que después que hablo
Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a elifaz, el temanita: mi ira se ha
encendido contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado de mi lo
recto, como mi siervo Job. Ahora, pues, tomad siete becerros
y siete carneros, id a mi siervo Job y ofreced holocausto por vosotros.
Mi siervo Job orara por vosotros y
yo de cierto lo atenderé para no trataros con afrenta por no haber hablado de
mi con rectitud, como mi siervo Job. Fueron, pues, elifaz, el temanita, bildad,
el suhita, y zofar , el maamatita, e hicieron como Jehová les había dicho. Y
Jehová acepto la oración de Job. Cuando Job hubo orado por sus amigos, Jehová
le quito la aflicción; y aumento al doble todas las cosas que habían sido de
Job. Todos sus hermanos, todas sus hermanas y todos los que antes lo habían
conocido vinieron a el y comieron pan con el en su casa. Se condolieron de el,
lo consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre el y cada uno
le dio una moneda de plata y un anillo de oro. Jehová bendijo el postrer
estado de Job mas que el primero,
porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil
asnas. También tuvo siete hijos y tres hijas. A la primera le puso por nombre
jemima; a la segunda , cesia, y a la tercera, kerenhapuc. Y no había en toda la
tierra mujeres tan hermosas como las hijas de Job, a las que su padre dio
herencia entre sus hermanos. Después de esto vivió Job ciento cuarenta años,
y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Job
murió muy anciano, colmado de días.