En
el seno de una familia sacerdotal de anatot, probablemente entre los años
650 y 645 a.C. nació quien mas tarde seria conocido como el profeta
jeremías. Siendo todavía muy joven, el señor lo llamo a su servicio
(626 a.C.) el poderío asirio
estaba tocando entonces a su fin, lo que trajo consigo un corto
periodo de libertad para los pueblos que le habían estado sometidos.
Sin embargo estos fueron cayendo después paulatinamente bajo el
dominio de los babilonios. Tras la muerte del rey josias en la batalla
de meguido (609 a.C.) y quedar trunco el proceso de reforma por el
iniciado , el profeta presencio la desintegración política y moral
del reino de juda, que culmino en la destrucción de Jerusalén (586
a.C.) y la masiva deportación a babilonia de sus habitantes. Jeremías
desarrollo su actividad profética en tiempos de josias y de los últimos
reyes de juda: joacaz (también llamado salum) joacim (o el eliaquim),
Joaquín (o jeconias) y sedequias (o
matanias). Sus continuas advertencias al pueblo sobre la catástrofe
que se avecinaba, a causa de
su pecado e idolatría fueron desoídas. Tampoco pudo convencer a
sedequias de que una alianza con los egipcios acabaría en un
desastre. El libro de jeremías (=Jer) puede dividirse en tres
secciones: la primera (cap.1-25)
poética en su mayor parte, corresponde a los dos primeros decenios
del ministerio de jeremías quien dirige su predicación especialmente
a juda y a la ciudad de Jerusalén a fin de que sus habitantes se
arrepientan de sus propios pecados. En la segunda sección (cap.26-45)
predomina el genero narrativo y casi toda ella esta
redactada en prosa. El autor contra su atención en ciertos
incidentes de su vida y va intercalando resúmenes de sus mensajes
proféticos. La tercera parte del libro esta constituida por los
mensajes contra las naciones paganas del
entorno palestino (cap.46-51) y por un
epitome del relato de la caída de Jerusalén (cap. 52) jeremías
había sido enviado no solamente para arrancar, destruir y derribar,
sino también para edificar y para plantar. Entre las promesas de
salvación que el profeta proclama destaca el anuncio de que el
antiguo pacto va a ser sustituido por uno nuevo no grabado en
tablas de piedra: pondré mi ley en su mente y la escribiré en
su corazón y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. |
Jeremías
1
Las palabras jeremías hijos de hilcias,
de los sacerdotes que residieron en anatot, en tierra de benjamín.
Palabra de Jehová que le vino en los días de josias hijo de Amón, rey de
juda, en el año decimotercero de su reinado. Le vino también en días de
joacim hijos de josias, rey de juda, hasta el fin del año undécimo de
sedequias hijo de josias, rey de
juda, hasta la deportación de Jerusalén en el mes quinto. Vino, pues,
palabra de Jehová a mi, diciendo: Antes que te formara en el vientre, te
conocí, y antes que nacieras, te santifique, te di por profeta a las
naciones. Yo dije: ¡Ay, ah, señor Jehová! ¡Yo no se hablar,
porque soy un muchacho!. Me dijo Jehová: No digas: soy un muchacho,
porque a todo lo que te
envié iras, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque
contigo estoy para librarte, dice Jehová. Extendió Jehová su mano y toco mi
boca, y me dijo Jehová: He puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he
puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y destruir,
para arruinar y derribar, para edificar y plantar. La palabra de Jehová vino
a mi, diciendo: ¿Qué ves tu, jeremías? . Yo respondí: Veo una vara de
almendro. Me dijo Jehová: Bien
has visto, porque yo vigilo sobre mi palabra para ponerla por obra. Vino a mi
palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Que ves tu?. Yo dije: veo una
olla hirviendo, que se vierte desde el norte. Me dijo Jehová: Del norte se
soltara el mal sobre todo los moradores de esta tierra. Porque yo convoco a
todas las familias de los reinos del norte, dice Jehová; vendrán y pondrá
cada uno su campamento a la entrada de las puertas de Jerusalén, junto a
todos sus muros en derredor y contra todas las ciudades de juda. A causa de
toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me abandonaron e
incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron. Tu, pues, ciñe
tu cintura, levántate y háblales todo cuanto te mande. No te amedrentes
delante de ellos, para que yo no te amedrente en su presencia. Porque yo te he
puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro y como
muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de juda, sus príncipes,
sus sacerdotes y el pueblo de la tierra. Pelearan contra ti, pero no te vencerán,
porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte.
2
Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Anda y proclama a los oídos de
Jerusalén diciendo que así dice Jehová: Me he acordado de ti de la
fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de
mi en el desierto, en tierra no sembrada. Santo era Israel a Jehová,
primicias de sus nuevos frutos. Todos los que lo devoraban eran culpables; mal
venia sobre ellos, dice Jehová.
¡Oíd la palabra de Jehová, casa de Jacob y todas las familias de la casa de
Israel! Así dice Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mi vuestros padres, que
se alejaron de mi, y se fueron tras la vanidad y se volvieron vanos? No
dijeron: ¿Dónde esta Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que
nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra
seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no paso varón ni
habito en ella hombre alguno?. Os introduje en tierra de abundancia, para que
comierais su fruto y sus bienes; pero entrasteis y contaminasteis mi tierra, e
hicisteis abominable mi heredad. Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde esta
Jehová?, y los que tenían la ley no me conocieron; los pastores se rebelaron
contra mi, los profetas profetizaron en nombre de baal y anduvieron tras lo
que no aprovecha. Por tanto, pleiteare aun
con vosotros, dice Jehová. Con los hijos de vuestros hijos pleiteare.
Pasad, pues, a las costas de quintim y mirad; enviad a cedar y considerad
cuidadosamente. Ved si se ha hecho cosa semejante a esta. ¿A caso alguna nación
ha cambiado sus dioses, aunque estos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha
cambiado su gloria por lo que no aprovecha. ¡Espantaos, cielos, sobre esto, y
horrorizaos! ¡Pasmaos en gran manera!, dice Jehová. Porque dos males ha
hecho mi pueblo: me dejaron a mi, fuente de agua viva, y cavaron para si
cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua. ¿Es Israel un siervo? ¿es
un esclavo? ¿porque ha venido a ser presa? Los cachorros del león rugieron
contra el, alzaron su voz y asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades,
sin morador. Aun los hijos de menfis y de tafnes te quebraron el cráneo. ¿No
te acarreo esto el haber dejado a Jehová, tu Dios, cuando te conducía por el
camino? Ahora, pues, ¿qué tienes tu en el camino de Egipto para que bebas
agua del nilo? ¿ Y que tienes tu en el camino de asiría para que bebas agua
del eufrates? Tu maldad te
castigara y tus rebeldías te condenaran; reconoce, pues, y ve cuan malo y
amargo es el haber dejado tu a Jehová, tu Dios, y no tener temor de mi, dice
el señor, Jehová de los ejércitos. Porque desde hace mucho tiempo rompiste
tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso,
sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te acostabas
como una prostituta. Te plante de vid escogida, ¿cómo, pues, te me has
vuelto sarmiento de vid extraña? Aunque te laves con lejía y amontones jabón
sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aun delante de mi, dice Jehová,
el señor. ¿Cómo puedes decir: No soy impura, nunca anduve tras los baales?
Mira tu proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedario ligera que
corre de un lado a otro, asna montes acostumbrada al desierto, que en su ardor
olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Ninguno que la busque
se fatigara porque en el tiempo de su celo la hallara. Guarda tus pies de
andar descalzos y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en
ninguna manera, porque a extraños he amado y tras ellos he de ir. Como se
avergüenza el ladrón cuando es
descubierto, así se avergonzara la
casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus
profetas, que dicen a un leño: Mi padre eres tu, y a una piedra: Tu me has
engendrado. Me volvieron la espalda y no el rostro, pero en el tiempo de su
calamidad dicen: ¡Levántate y líbranos!. ¿y donde están tus dioses que
hiciste para ti? ¡Levántense ellos, a ver si pueden librarte en el tiempo de
tu aflicción!, porque según el numero de tus ciudades, juda, han sido tus
dioses. ¿Por qué pleiteas conmigo? Todos vosotros os
rebelasteis contra mi, dice Jehová. En vano he azotado a vuestros
hijos: no han admitido la corrección. Vuestra espada devoro a vuestros
profetas como león destrozador. ¡Oh generación!, atended vosotros a la
palabra de Jehová. ¿he sido yo un desierto para Israel o una tierra de
tinieblas? ¿por qué ha dicho mi pueblo: somos libres; nunca mas vendremos a
ti? ¿Se olvida la virgen de su atavío o la desposada de sus galas?. Pero mi
pueblo se ha olvidado de mi por innumerables días.¡Como adornas tu camino
para buscar amor! ¡Como aprendiste los caminos de maldad! Aun en tus faldas
se hallo la sangre de los pobres, de los inocentes. No los sorprendiste en
ningún delito; sin embargo en
todas estas cosas dices: Soy inocente, de cierto su ira se aparto de mi. Yo
entrare en juicio contigo, porque dijiste: No he pecado. ¿por qué eres tan
ligera para cambiar tus caminos? También serás avergonzada
por Egipto, como fuiste avergonzada por asiría. También de allí
saldrás con tus manos sobre la cabeza, porque Jehová desecho a
aquellos en quienes tu confiabas, y no prosperas con ellos.
3
Dicho esta: Si alguno deja a su mujer, y esta se va de el y se junta a otro
hombre, ¿volverá de nuevo a ella? ¿no será tal tierra del todo
mancillada?. Tu, pues, que has fornicado con muchos amigos, ¿habrás de
volver a mi?, dice Jehová. Alza tus ojos a las alturas, y ve si hay
algún lugar donde no te hayas prostituido. Junto a los caminos te sentabas
para ellos como un árabe en el desierto, y con tus fornicaciones y tu maldad
has contaminado la tierra. Por esta causa las aguas fueron detenidas y falto
la lluvia tardía. Te has mostrado como una prostituta y no has querido
avergonzarte. ¿Acaso no me llamas ahora mismo Padre mío, y guía de mi
juventud? Tu dices: ¿Guardara su enojo para siempre? ¿eternamente lo
guardara?. He aquí que has hablado así pero has hecho cuantas maldades
pudiste. Me dijo Jehová en días del rey josias: ¿has visto lo que ha hecho
la rebelde Israel? Se ha ido a todo monte alto y bajo todo árbol frondoso, y
allí ha fornicado. Y dije: Después de hacer todo esto, se volverá a mi, ¡pero
no se volvió! Y lo vio su hermana, la rebelde juda. Ella vio por haber
fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y dado carta de repudio;
pero no tuvo temor la rebelde juda, su hermana, sino que también fue ella y
fornico. Y sucedió que por juzgar ella cosa ligera su fornicacion, la tierra
fue contaminada, pues adultero con la piedra y con el leño. Con todo esto, su
hermana, la rebelde juda, no se volvió a mi de todo corazón, sino
fingidamente, dice Jehová. Y me dijo Jehová: Ha resultado justa la rebelde
Israel en comparación con la traidora juda. Ve y proclama estas palabras
hacia el norte, y di: Vuélvete, rebelde Israel, dice Jehová;
no haré caer mi ira sobre ti, porque misericordioso soy yo, dice Jehová;
no guardare para siempre el enojo. Reconoce, pues, tu maldad, porque contra
Jehová, tu Dios, te has levantado, y has fornicado con los extraños debajo
de todo árbol frondoso, y no has escuchado mi voz, dice Jehová. Convertios,
hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy
vuestro esposo; os tomare, uno de cada ciudad y dos de cada familia, y os
introduciré en sion. Os daré pastores según mi corazón, que os apacienten
con conocimiento y con inteligencia. Y acontecerá que cuando os multiplicáis
y crezcáis en la tierra, en esos días, dice Jehová, no se dirán mas: ¡Arca
del pacto de Jehová!. No vendrá al pensamiento ni se acordaran de ella, no
la echaran de menos ni será hecha de nuevo. En aquel tiempo llamaran a
Jerusalén trono de Jehová, y todas las naciones vendrán a ella en el nombre
de Jehová, a Jerusalén; y no andarán mas tras la dureza de su malvado corazón.
En aquellos tiempos irán de la casa de juda a la casa de Israel, y vendrán
juntamente de la tierra del norte a la tierra que hice heredar a vuestros
padres. Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos y os daré la tierra
deseable, a la rica heredad de las naciones? Y dije: Me llamaras Padre mío, y
no os apartéis de en pos de mi. Pero con la esposa infiel abandona a su compañero,
así os levantasteis contra mi, casa de Israel, dice Jehová. Una voz se oye
sobre las alturas, llanto de los ruegos de los hijos de Israel, porque han
torcido su camino, se han olvidado de Jehová, su Dios. ¡Convertios, hijos
rebeldes, y os sanare de vuestras rebeliones!. Aquí estamos, venimos a ti,
porque tu, Jehová, eres nuestro
Dios. Ciertamente vanidad son los collados y el bullicio sobre los montes;
ciertamente en Jehová, nuestro Dios, esta la salvación de Israel. Confusión
consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud: sus ovejas,
sus vacas, sus hijos y sus hijas. Yacemos en nuestra vergüenza ,nuestra
ignominia nos cubre; porque pecamos contra Jehová, nuestro Dios, nosotros y
nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día, y no hemos
escuchado la voz de Jehová, nuestro Dios.
4
Si te has de volver, Israel, dice Jehová, vuélvete a mi. Si quitas de
delante de mi tus abominaciones y no andas de acá para allá, y sin con
verdad y conforme al derecho y la justicia juras: Vive Jehová, entonces las
naciones serán benditas en el, y en el se gloriaran. Porque así dice Jehová
a todo hombre de juda y de Jerusalén: Arad campo para vosotros y no sembréis
entre espinos. Circuncidaos para Jehová, quitad el prepucio de vuestro corazón,
hombres de juda y moradores de Jerusalén, no sea que mi ira salga como el
fuego, que se encienda y no haya quien la apague a causa de la maldad de
vuestras obras. Anunciadlo en
juda, proclamadlo en Jerusalén, diciendo: Tocad trompeta en la tierra; gritad
a voz en cuello y decid: ¡Reunios y entremos en las ciudades fortificadas!.
Alzad bandera en sion, huid, no
os detengáis, porque del norte hago yo venir mal y quebrantamiento grande. El
león sube de la espesura, el destructor de naciones esta en marcha; ha salido
de su lugar para poner tu tierra en desolación; tus ciudades quedaran
asoladas y sin morador. Por eso, vestios con ropas ásperas, lamentaos y
gemid, porque la ira de Jehová no se ha apartado de nosotros. En aquel día,
dice Jehová, desfallecerá el corazón del rey y el corazón de los príncipes,
los sacerdotes estarán atónitos y se espantaran los profetas. Yo dije: ¡Ay,
ay, Jehová, Dios verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y
a Jerusalén, diciendo: Tendréis paz, pues la espada ha entrado hasta el
alma!. En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: Un viento seco
de las alturas del
desierto
viene hacia la hija de mi pueblo, y no para aventar ni para limpiar. Un viento
mas impetuoso que este vendrá a servirme, y ahora yo pronunciare juicios
contra ellos. Subirá como las nubes, y su carro
como un torbellino. Mas ligeros son sus caballos que las águilas. ¡Ay
de nosotros, porque entregados somos al despojo! Lava tu corazón de maldad,
Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuando permitirás en medio de ti los
pensamientos de iniquidad? Porque una voz trae las noticias desde Dan y hace oír
la calamidad desde los montes de Efraín. Decid a las naciones, hacedlo oír
sobre Jerusalén: Invasores vienen de tierra lejana, y lanzaran su voz contra
las ciudades de juda. Como guardas de campo la rodearan, porque se rebelo
contra mi, dice Jehová. Tu camino y tus obras te hicieron esto; esta es tu
maldad, por lo cual la amargura penetra hasta tu corazón. ¡Mis entrañas,
mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón; mi corazón se agita
dentro de mi, no callare, porque sonido de trompeta has oído, alma mía: ¡Un
pregón de guerra! Se anuncia quebranto tras quebranto, porque toda la tierra
es destruida. ¡De repente son destruidas mis tiendas, en un momento mis
cortinas! ¿hasta cuando he de ver bandera y de oír sonido de trompeta?
Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y faltos de
entendimiento; son sabios para hacer el mal, pero no saben hacer el bien. Mire
a la tierra, y vi que estaba desordenada y vacía; y a los cielos, y no había
luz en ellos. Mire a los montes, y vi que temblaban, y todos los collados
fueron destruidos. Mire, y no había hombre, y todas las aves del cielo se habían
ido. Mire, y vi que el campo fértil era un desierto, y todas sus ciudades
estaban asoladas delante de Jehová, delante del ardor de su ira. Así dijo
Jehová: Toda la tierra será asolada, pero no la destruiré del todo. Por
esto se enlutara la tierra, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hable,
lo pensé y no me arrepentiré ni desistiré de ello. Al estruendo de la gente
de a caballo y de los flecheros huye toda la ciudad; entran en las espesuras
de los bosques y se suben a los peñascos; todas las ciudades fueron
abandonadas y no queda en ellas morador alguno. Y tu,
destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana aunque te adornes
con atavíos de oro, aunque pintes con
antimonio tus ojos, en vano te
engalanas, pues te desprecian tus amantes, los que buscan tu vida. Porque he oído
una voz como de mujer que esta en parto, angustia como de primeriza. Es la voz
de la hija de sion, que lamenta y extiende sus manos, diciendo: ¡Ay de mi,
pues mi alma desfallece a causa de los asesinos!.
5
Recorred las calles de Jerusalén, mirad ahora e informaos; buscad en sus
plazas a ver si halláis un solo hombre, si hay alguno que practique la
justicia, que busque la verdad, y yo lo perdonare. Aunque digan: Vive Jehová,
juran en falso. Jehová, ¿no miran tus ojos la verdad? Los azotaste, y no les
dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus
rostros mas que la piedra, y no quisieron
convertirse. Entonces yo dije: Ciertamente, estos son pobres, han
enloquecido pues no conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios. Iré a
los grandes y les hablare, porque ellos conocen el camino de Jehová el juicio
de su Dios. ¡Pero ellos también quebraron el yugo, rompieron
las coyundas! Por tanto, el león de la selva los matara, los destruirá
el lobo del desierto, el leopardo acechara sus ciudades. Cualquiera que salga
de ellas, será arrebatado, porque sus rebeliones se han multiplicado, se han
aumentado sus traiciones. ¿Cómo te he de perdonar por esto? Tus hijos me
dejaron y juraron por lo que no es Dios. Los sacie y adulteraron, y en casa de
prostitutas se juntaron en compañías. Como caballos bien alimentados, cada
cual relinchaba tras la mujer de su prójimo. ¿No había de castigar esto?,
dice Jehová. De una nación como esta, ¿no se había de vengar mi alma?
Escalad sus muros y destruid, pero no del todo; quitad las almenas de sus
muros porque no son de Jehová. Porque resueltamente se rebelaron contra mi la
casa de Israel y la casa de juda, dice Jehová. Negaron a Jehová, y dijeron:
El no existe, y no vendrá mal sobre nosotros ni veremos espada ni hambre. Los
profetas serán como viento, porque no hay en ellos palabra; así se hará a
ellos. Por tanto, así ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos: Por haber
dicho esto, yo pongo mis palabras en tu boca como fuego y a este pueblo como
leña, y los consumirá. Yo traigo sobre vosotros gente lejos, casa de Israel,
dice Jehová; gente robusta, gente antigua, gente cuya lengua ignoras y no
entenderás lo que diga. Su aljaba es como un sepulcro abierto; todos son
valientes. Comerá tu mies y tu pan. Comerá a tus hijos y a tus hijas; comerá
tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras, y a espada
convertirá en nada tus ciudades fortificadas en que confías. No obstante, en
aquellos días, dice Jehová, no os destruiré del todo. Y cuando digan: ¿Por
qué Jehová, el Dios nuestro, hizo con nosotros todas estas cosas?, entonces
les dirás: De la manera que me dejasteis a mi y servisteis a dioses ajenos en
vuestra tierra, así serviréis a extraños en tierra ajena. Anunciad esto en
la casa de Jacob y hacedlo oír en juda, diciendo: oíd ahora esto, pueblo
necio y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye. ¿A
mi no me temeréis?, dice Jehová. ¿ No os amedrentéis ante mi, que puse la
arena por limite al mar, por estatuto eterno que no quebrantara? Se levantaran
tempestades, mas no prevalecerán. Bramaran sus olas, mas no lo traspasaran.
Pero este pueblo tiene corazón falso y rebelde; se apartaron y se fueron. Y
no dijeron en su corazón: Temamos ahora a Jehová, Dios nuestro, que da
lluvia temprana y tardía en su tiempo, y nos guarda los tiempos establecidos
de la siega. Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas; vuestros pecados
apartaron de vosotros el bien, porque hay en mi pueblo malhechores que acechan
como quien pone lazos, que tienden trampas para cazar hombres. Como jaula
llena de pájaros, así están sus casas llenas de engaño; así se han hecho
poderosos y ricos. Engordaron y se pusieron lustrosos, y sobrepasaron
los hechos del malo. No juzgaron la causa, la causa del huérfano, y
sin embargo, prosperaron. ¡La causa de los pobres no juzgaron! Dice Jehová:
¿no castigaré esto? ¿De tal gente no se vengara mi alma?. Cosa espantosa y
fea es hecha en el país: los profetas profetizan mentira y los sacerdotes
dominan por manos de ellos. ¡Y mi pueblo así lo quiere! ¿Qué, pues, haréis
cuando llegue el fin?.
6
Huid, hijos de benjamín, de en medio de Jerusalén! ¡Tocad bocina en tecoa!
¡Alzad señales de humo sobre vet-haquerem!, porque del norte asoma el mal,
un gran quebrantamiento. Destruiré a la bella y delicada hija de sion. Contra
ella vendrán pastores con sus rebaños; junto a ella y a su alrededor
plantaran sus tiendas. Cada uno apacentara su manada. ¡Anunciad
guerra contra ella! ¡Levantaos! ¡Asaltesmola a mediodía! ¡Ay de
nosotros, que va cayendo el día
y las sombras de la tarde se han extendido! ¡Levantaos! ¡Asaltemos de noche
y destruyamos sus palacios!. Así dijo Jehová de los ejércitos: Cortad árboles
y levantad un terraplén contra Jerusalén. Esta es la ciudad que ha de ser
castigada, pues toda ella esta llena de violencia. Como de la fuente nunca
cesan de manar las aguas, así de ella nunca cesa de manar la maldad;
injusticia y robo se oyen en ella; continuamente en mío presencia hay
enfermedad y herida. ¡Corrígete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma
de ti, para que te convierta en desierto, en
tierra deshabitada!. Así dijo Jehová de los ejércitos: Del todo
rebuscaran como a vid al resto de Israel; vuelve a pasar tu
mano como vendimiador entre los sarmientos. ¿A quien
hablare y amonestare, para que escuchen? Sus oídos son incircuncisos,
y no pueden escuchar; y la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, ¡no la
aman! Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de
contenerme. Derrámala sobre los niños en la calle, e igualmente sobre la
reunión de los jóvenes, porque será preso tanto el marido como la mujer,
tanto el viejo como el muy anciano. Sus casas serán traspasadas a otros, sus
heredades y también sus mujeres, porque yo extenderé mi mano sobre los
moradores de la tierra, dice Jehová. Desde el mas chico de ellos hasta el mas
grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote,
todos son engañadores. Cuan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo:
paz, paz, ¡pero no hay paz! ¿se ha avergonzado de haber hecho abominación?
Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto,
caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová. Así
ha dicho Jehová: Paraos en los caminos, mirad y preguntad por las sendas
antiguas, cual sea el buen
camino. Andad por el y hallareis
descanso para vuestra alma. Mas dijeron: ¡no andaremos!. Puse también sobre
vosotros atalayas, que dijeran: ¡Estad atentos al sonido de la trompeta!. Y
ellos dijeron: ¡no lo estaremos!. Por tanto, oíd, naciones, y entended,
congregación, lo que sucederá. Oye, tierra: Yo traigo el mal sobre este
pueblo, el fruto de sus pensamientos, porque no escucharon mis palabras y
aborrecieron mi ley. ¿para que me traéis este incienso de saba y la buena caña
olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos
no son aceptables ni vuestros sacrificios me agradan. Por tanto, Jehová
dice esto: Yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y
los hijos juntamente; el vecino y
su compañero perecerán. Así ha dicho Jehová: Un pueblo viene de la tierra
del norte, una nación grande se levantara de los confines de la tierra. Arco
y lanza empuñaran; crueles son, y no tendrán compasión; su estruendo brama
como el mar, y montan a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra
ti, hija de sion. Al oír su fama nuestras manos se han descoyuntado. De
nosotros se ha apoderado la angustia, un dolor como la mujer que esta de
parto. ¡No salga al campo ni andes por el camino, porque
espada de enemigo y temor hay por todas partes! ¡Hija de mi pueblo, cíñete
de ropas ásperas y revuélcate en
ceniza! ¡Ponte de luto como por el hijo único, y llora amargamente, porque
pronto vendrá sobre nosotros el destructor!. Por fortaleza y por torre de
vigilancia te he puesto en mi pueblo: Conoce, pues, y examina el camino de
ellos. Todos ellos son rebeldes, porfiados y calumniadores. Son bronce y
hierro; todos ellos son corruptores. Se quemo el fuelle, por el
fuego se ha consumido el plomo; en vano fundió el fundidor, pues la
escoria no se ha desprendido. Plata desechada los llamaran, porque Jehová los
desecho.
7
Palabra de Jehová que vino a Jerusalén, diciendo: Ponte a la puerta de la
casa de Jehová y proclama allí esta palabra. Diles: Oíd palabra de Jehová,
toda juda, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. Así ha
dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: mejorad vuestros caminos y
vuestras obras, y os haré habitar en este lugar. No fiéis en palabras de
mentira, diciendo: ¡Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová
es este!. Pero si de veras mejoráis vuestros caminos y vuestras obras; si en
verdad practicáis la justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimís al
extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramáis la sangre
inocente, ni vais en pos de dioses extraños para mal vuestro, yo os haré
habitar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.
Vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtáis, matáis,
adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a baal y vais
tras dioses extraños que no habíais conocido, ¿y ahora venís y os
presentáis delante de mi en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y
decís: Somos libres, para seguir haciendo todas estas abominaciones? ¿Es
cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa, sobre la cual es
invocado mi nombre? Esto también yo lo veo, dice Jehová. Id ahora a mi lugar
en silo, donde hice habitar mi nombre al principio, y ved lo que le hice
habitar mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi
pueblo Israel. Ahora, pues, por cuanto vosotros habéis hecho todas estas
cosas, dice Jehová, y aunque os hable sin cesar, no escuchareis, y
aunque os llame, no respondisteis, haré también a esta casa, sobre la cual
es invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis, y a este lugar que os di
a vosotros y a vuestros padres, como hice a solo. Os echare de mi presencia,
como eche a todos vuestros hermanos, a toda la generación de Efraín. Tu,
pues, no ores por este pueblo; no eleves por ellos clamor ni oración, ni me
ruegues, porque no te oiré. ¿no ves lo que estos hacen en las ciudades de
juda y en las calles de Jerusalén? Los hijos recogen la leña, los padres
encienden el fuego y las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la reina
del cielo y ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira. ¿Me provocaran
ellos a ira?, dice Jehová. ¿no obran mas bien ellos mismos su propia confusión?
Por tanto, así ha dicho Jehová, el señor: Sobre este lugar, sobre los
hombres, sobre los animales,
sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra se derramaran mi
furor y mi ira. Se encenderán y no se apagaran. Así ha dicho Jehová de los
ejércitos, Dios de Israel: ¡Añadid vuestros holocaustos a vuestros
sacrificios, y comed la carne! Porque no hable yo
con vuestros padres, ni nada les mande acerca de los holocaustos y de
victimas el día que los saque de
la tierra de Egipto. Pero esto les mande, diciendo: Escuchad mi voz, y yo seré
vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo camino que os
mande, para que os vaya bien. Pero no escucharon ni inclinaron su oído, antes
caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado. Fueron
hacia atrás y no hacia delante, desde el día que vuestros padres salieron de
la tierra de Egipto hasta hoy. Os envié todos los profetas, mis siervos; los
envié desde el principio y sin cesar. Pero no me escucharon ni inclinaron su
oído, sino que endurecieron su corazón e hicieron peor que sus padres. Tu ,
pues, les dirás todas estas palabras, pero no te escucharan; los llamaras,
pero no te responderán. Les dirás, por tanto: Esta es la
nación que no escucho la voz de Jehová, su Dios, ni admitió corrección;
pereció la fidelidad, de la boca de ellos fue arrancada. ¡ Córtate el
cabello, arrójalo y levantan llanto sobre las alturas, porque Jehová ha
aborrecido y dejado a la generación objeto de su ira!. Los hijos de juda han
hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová; pusieron sus abominaciones en la
casa, sobre la cual fue invocado mi nombre, y la profanaron. Y han edificado
los lugares altos de tofet, que esta en el valle del hijo de hinom, para
quemar en el fuego a sus hijos y a sus hijas, cosa que yo les mande ni me paso
por la mente. Por tanto, vendrán días, dice Jehová, en que no se dirá mas
tofet ni valle del hijo de hinom, sino valle de la matanza. Y serán
enterrados en tofet, por no haber otro lugar. Los cuerpos muertos de este
pueblo serán comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra,
y no habrá quien las espante. Yo haré desaparecer de las ciudades de juda y
de las calles de Jerusalén la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del
esposo y la voz de la esposa, porque la tierra será
desolada.
8
En aquel tiempo, dice Jehová, sacaran de sus sepulcros los huesos de los
reyes de juda, los huesos de sus príncipes, los
huesos de los sacerdotes, los huesos de los profetas y los huesos de
los habitantes de Jerusalén. Los esparcirán al sol y a la luna y a todo el
ejercito del cielo, a los cuales amaron y sirvieron, en pos de los cuales
anduvieron, a los cuales consultaron y ante los cuales se postraron. No serán
recogidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra. Y
escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quede de esta
mala generación, en todos los lugares adonde arroje yo a los que queden, dice
Jehová de los ejércitos. Les dirás asimismo que así ha dicho Jehová: El
que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no vuelve al camino? ¿ por que
es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía sin fin? Abrazaron el engaño
y no han querido volverse. Escuche con atención: no hablan rectamente, no hay
hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿qué he hecho?. Cada cual se
volvió a su propia carrera, como caballo que se lanza con ímpetu a la
batalla. Aun la cigüeña en el
cielo conoce su tiempo, y la tórtola, la grulla y la golondrina guardan el
tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová. ¿Cómo
decís: Nosotros somos sabios y la ley de Jehová esta con nosotros?
Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. Los
sabios se avergonzarán, se
espantaron y fueron consternados; aborrecieron la palabra de Jehová; ¿Dónde,
pues, esta su sabiduría? Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a
quienes los conquisten; porque desde el mas pequeño hasta el mas grande, cada
uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote todos practican el
engaño. Y curan la herida de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo:
Paz, paz, ¡ y no hay paz! ¿ se han avergonzado de haber hecho abominación?
Ciertamente no se han avergonzado en lo mas mínimo, ¡ ni saben lo que es la
vergüenza! Caerán, por tanto, entre los que caigan; cuando los castigue caerán,
dice Jehová. Los eliminare del
todo, dice Jehová. No quedaran uvas en
la vid ni higos en la higuera, y
se caerá la hoja, y lo que les he dado pasara de ellos. ¿Por qué
permanecemos sentados? ¡ Reunios! ¡Entremos en las ciudades fortificadas y
perezcamos allí! Porque Jehová, nuestro Dios, nos ha destinado a perecer, y
nos ha dado a beber aguas envenenadas, porque hemos pecado contra Jehová.
Esperamos paz, y no hubo nada bueno; día de curación, y hubo turbación.
Desde dan se oyó el resoplar de sus caballos; al sonido de los relinchos de
sus corceles tembló toda la tierra. Vinieron y devoraron la tierra y todo lo
que en ella había, la ciudad y a los que moraban en ella. Yo envió sobre
vosotros serpientes, víboras, contra las cuales no hay encantamiento, y os
morderán, dice Jehová. A causa de mi intenso dolor, mi corazón desfallece.
Se oye la voz del clamor de la hija de mi pueblo, que viene de la tierra
lejana: ¿no esta Jehová en sion?
¿ no esta en ella su rey?. ¿ por que me hicieron
airar con sus imágenes de talla, con vanidades ajenas?. ¡ paso
la siega, se acabo el verano, pero vosotros no hemos sido
salvos! ¡ Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de mi
pueblo; abrumado estoy, el espanto se ha apoderado de mi! ¿no hay bálsamo en
galaad? ¿ no hay allí medico? ¿por qué, pues, no hubo sanidad para la hija
de mi pueblo?.
9
¡ ay, si mi cabeza se hiciera agua y mis ojos fuentes de lagrimas, para
llorar día y noche a los muertos de la hija de mi pueblo!. ¡ Ay, quien me
diera en el desierto un albergue de caminantes, para abandonar a mi pueblo y
apartarme de ellos!, porque todos ellos son adúlteros, una congregación de
traidores. Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco,
y no se fortalecieron para la verdad en la tierra, porque de mal en mal
procedieron. Me han desconocido, dice Jehová. Guardase cada cual de su compañero
y en ningún hermano tenga confianza, porque todo hermano engaña falazmente y
todo compañero anda calumniando. Cada uno engaña a su compañero y ninguno
dice verdad. Han acostumbrado su lengua a decir mentiras y se ocupan de actuar
perversamente. Su morada esta en medio del engaño; engañadores como son, no
quisieron conocerme, dice Jehová.
Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos: Yo los refinare y los probare,
porque ¿ que mas he de hacer por la hija de mi pueblo? Saeta aguda es la
lengua de ellos: solo habla engaño. Con su boca dicen: Paz al amigo, pero
dentro de si le ponen asechanzas. ¿ no les he de castigar por estas cosas?,
dice Jehová. De tal nación, ¿no se vengara mi alma?. Por los montes
levantare lloro y lamentación, y llanto por los pastizales del desierto,
porque han sido desolados hasta no quedar quien pase ni oírse el bramido del
ganado; desde las aves del cielo hasta las bestias de la tierra huyeron, se
fueron. Reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas, a una guarida de
chacales, y convertiré las ciudades de juda en una desolación donde no quede
un solo morador. ¿Quién es hombre sabio que entienda esto?, o ¿ a quien
hablo la boca de Jehová, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la
tierra ha perecido, ha sido asolada como un desierto, hasta no haber quien
pase por ella? Dijo Jehová: Dejaron mi ley, la cual di delante de ellos, y no
o obedecieron a mi voz ni caminaron conforme a ella; antes bien, se fueron
tras la imaginación de su corazón y en pos de los baales, según
les enseñaron sus padres. Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos,
Dios de Israel: A este pueblo yo les daré a comer ajenjo y les daré de beber
aguas envenenadas. Los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres
conocieron; y enviare la espada en pos de ellos, hasta que los acabe. Así
dice Jehová de los ejércitos: sed labios y haced venir a las plañideras;
buscad a los débiles en su oficio. ¡Que se den prisa y levanten llanto por
nosotros! ¡Desháganse nuestros ojos en lagrimas, y nuestros párpados
destilen aguas!, porque de sion fue oída una voz de lamentación: ¡ Como
hemos sido destruidos! En gran manera hemos sido avergonzados, porque
abandonamos la tierra, porque han destruido nuestras moradas. Oíd, pues,
mujeres, palabra de Jehová; reciba vuestro oído la palabra de su boca. Enseñad
lamentaciones a vuestras hijas y un canto fúnebre cada una a su amiga, porque
la muerte ha subido por nuestras ventanas y ha entrado en nuestros palacios
para exterminar a los niños en las calles, a los jóvenes en las plazas. Di:
así dice Jehová: los cuerpos de los hombres muertos caerán como estiércol
sobre la faz del campo, como manojos tras el segador, y no hay quien los
recoja. Así ha dicho Jehová: no se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su
valentía se alabe el valiente, ni en rico se alabe en sus riquezas. Mas
alabase en esto el que haya de alabarse: en entenderme y conocerme, que yo soy
Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra, porque estas
cosas me agradan, dice Jehová. Vienen días, dice Jehová, en que castigare a
todo circuncidado y a todo incircunciso; a Egipto y a juda, a edom, a los
hijos de Amón y de moab, y a todos los que se rapan las sienes, los que
habitan en el desierto, porque todas las naciones son incircuncisas, y toda la
casa de Israel es incircuncisa de corazón.
10
Oíd la palabra que Jehová ha hablado sobre vosotros, casa de Israel.
Así ha dicho Jehová: No aprendáis el camino de las naciones ni tengáis
temor de las señales del cielo, aunque las naciones las teman. Porque las
costumbres de los pueblos son vanidad: cortan un leño del bosque, luego lo
labra el artífice con su cincel, con plata y oro lo adornan y con clavos y
martillo lo afirman para que no se mueva. Derechos están como una palmera,
pero no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de
ellos, porque ni pueden hacer mal ni tienen poder para hacer el bien. No hay
nadie semejante a ti, Jehová; grande eres tu y grande en poder es tu nombre.
¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? A ti es debido el temor, porque
entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay nadie
semejante a ti. Todos se infatuaran y entontecerán. Enseñanza vana es el leño.
Traerán plata batida de tarsis y oro de ufaz, obra del artífice y de manos
del fundidor; los vestirán de azul y de púrpura, pues obra de peritos es
todo. Mas Jehová es el Dios verdadero: el es el Dios vivo y el rey eterno;
ante su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.
Les diréis esto: Los dioses, que no hicieron los cielos ni la tierra,
desaparezcan de la tierra y de debajo de los cielos. El hizo con su poder la
tierra, con su saber puso en orden el mundo y con su sabiduría extendió los
cielos. A su voz se produce un tumulto de aguas en el cielo; el hace subir las
nubes del extremo de la tierra, trae los relámpagos con la lluvia y saca el
viento de sus depósitos. Todo hombre se embrutece, le falta conocimiento;
se avergüenza de su ídolo todo fundidor, porque mentirosa es su obra
de fundición y no hay espíritu en ella.
Vanidad son, obra vana; en el tiempo de su castigo perecerán. No es así
la porción de Jacob, porque el es el hacedor de todo, e Israel es la vara de
su heredad: ¡Jehová de los ejércitos es su nombre!. Recoge del suelo tu
equipaje, tu que moras en el lugar fortificado, porque así ha dicho Jehová:
Esta vez arrojare con honda a los moradores de la tierra, y los afligiré,
para que lo sientan. ¡Ay de mi, por
mi quebrantamiento! Mi llaga es muy dolorosa. Pero dije: Ciertamente
enfermedad mía es esta, y debo sufrirla. Mi tienda esta destruida y todas mis
cuerdas están rotas; mis hijos me han abandonado y perecieron; no hay ya
quien levante mi tienda ni quien cuelgue mis cortinas. Porque los pastores se
han vuelto necios y no han buscado a Jehová; por eso, no prosperaron y se
disperso todo su rebaño. Un fuerte rumor, un gran alboroto, viene de la
tierra del norte, para convertir en soledad todas las ciudades de juda, en
guarida de chacales. ¡Conozco, Jehová, que el hombre no es señor de su
camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos! ¡Castígame, Jehová,
mas con juicio; no con tu furor, para que no me
aniquiles! Derrama tu enojo sobre los pueblos que no te conocen y sobre
las naciones que no invocan tu nombre, porque se comieron a Jacob, lo
devoraron, lo han consumido y han asolado su morada.
11
Palabra que vino de Jehová a jeremías, diciendo: Oíd las palabras de este
pacto, y hablad a todo hombre de juda y a todo habitante de Jerusalén.
Decidles que así ha dicho Jehová,
Dios de Israel: Maldito el que no obedezca las palabras de este pacto, el cual
mande a vuestros padres el día que los saque de la tierra de Egipto, del
horno de hierro, diciéndoles: Oíd mi voz y cumplid mis palabras conforme a
todo lo que os mando. Entonces vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro
Dios. Así confirmare el juramento que hice a vuestros padres, que les daría
la tierra que fluye leche y miel, como en este día. Yo respondí y dije: ¡Amen,
Jehová!. Jehová me dijo: Proclama todas estas palabras en las ciudades de
juda y en las calles de Jerusalén, diciendo: Oíd las palabras de este pacto
y ponedlas por obra. Porque solemnemente advertí a vuestros padres el día
que los hice subir de la tierra de Egipto, amonestándolos sin cesar, desde el
principio hasta el día que los hice subir de la tierra de Egipto, amonestándolos
sin cesar, desde el principio hasta el día de hoy, diciendo: ¡Escuchad mi
voz! Pero no escucharon ni
inclinaron su oído; antes bien, se fueron cada uno tras la imaginación de su
malvado corazón. Por tanto, el cual mande que cumplieran, y no cumplieron. Me
dijo Jehová: Conspiración se ha hallado entre los hombres de juda y entre
los habitantes de Jerusalén. Se han vuelto a las maldades de sus primeros
padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras y se fueron tras dioses
ajenos para servirlos. La casa de Israel y la casa de juda quebrantaron mi
pacto, el cual había yo concertado con sus padres. Por tanto, así ha dicho
Jehová: yo traigo sobre ellos un mal del que no podrán escapar. Clamaran a
mi, pero no los escuchare. Entonces Irán
las ciudades de juda y los habitantes de Jerusalén a clamar a los dioses a
quienes queman incienso, los cuales no los pondrán salvar en el tiempo de su
mal. Porque según el numero de tus ciudades fueron dioses, juda; y según él,
el numero de tus calles, Jerusalén, pusiste los altares de ignominia, altares
para ofrecer incienso a baal. Tu, pues, no ores por este pueblo: no levantes
por ellos clamor ni oración, porque yo no los escuchare el día en que por su
aflicción clamen a mi. ¿Qué derecho tiene mi amada en mi casa, habiendo
hecho tantas abominaciones? ¿Crees que los sacrificios y la carne consagrada
de las victimas puede enviarte el castigo? ¿Puedes gloriarte de eso? Olivo
verde, hermoso es su fruto y en su aspecto, llamo Jehová tu nombre. Pero al
son de un recio estrépito hizo encender fuego sobre el, y se quebraron sus
ramas. Porque Jehová de los ejércitos, que te planto, ha decretado el mal
contra ti, a causa de la maldad que la casa de Israel y la casa de juda han
cometido, provocándome a ira al quemar incenso a baal. Jehová me lo hizo
saber, y lo supe; entonces me hiciste ver sus obras. Yo era como un cordero
inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban designios
contra mi, diciendo: Destruyamos el árbol
con su fruto, cortémoslo de la tierra de los vivientes, para que no
haya mas memoria de su nombre. Pero tu, Jehová de los ejércitos, que juzgas
con justicia, que escudriñas la menté y el corazón, déjame ver tu venganza
sobre ellos, porque ante ti he expuesto mi causa. Por tanto, así ha dicho
Jehová acerca de los hombres de anatot que buscan tu vida, diciendo: No
profetices en nombre de Jehová, para que no mueras a nuestras manos. Así,
pues, ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo los castigare: los jóvenes morirán
a espada, sus hijos y sus hijas morirán de hambre. No quedara ni un resto de
ellos, pues yo traeré el mal sobre los hombres de anatot, en el año de su
castigo.
12
Justo eres tu, Jehová, para que yo dispute contigo; sin embargo, alegare mi
causa ante ti. ¿Por qué es prosperado el camino de los malvados y les va
bien a todos los que se portan deslealmente? Los plantaste, y echaron raíces;
crecieron, y dieron fruto; cercano estas tu en sus bocas, pero no lejos de sus
corazones. Pero tu, Jehová, me conoces; me viste y has probado mi corazón
para contigo. ¡Arrebátalos como a ovejas para el degolladero, y señálalos
para el día de la matanza! ¿hasta cuando estará desierta la tierra y
marchita la hierba de todo el campo? Por la
maldad de los que en ella moran han perecido los ganados y las aves,
pues dijeron: No vera Dios
nuestro fin. Si corriste con los
de a pie y te cansaron, ¿cómo contenderás con los caballos? Y si en la
tierra de paz no estabas seguro, ¿cómo harás
en la espesura del jordán? Aun tus hermanos y la casa de tu padre, aun
ellos gritaron en pos de ti. No confíes en ellos, aunque te digan cosas
buenas. He abandonado mis casa, he desamparado mi heredad, he entregado en
mano de sus enemigos lo que amaba mi alma. Mi heredad fue para mi como un león
en la selva; contra mi lanzo su rugido, y por eso la aborrecí como un ave de
rapiña de muchos colores. ¿no están contra ella aves de rapiña rodeándola?
¡Venid, reunios, vosotras todas las fieras del campo, venid a devorarla!
Muchos pastores han destruido mi viña, han pisoteado mi heredad, han
convertido en desierto y soledad
mi heredad preciosa. Fue convertida en asolamiento; desolada, lloro sobre mi.
Toda la tierra quedo asolada, y no hubo nadie que reflexionara. Sobre todas
las alturas del desierto vinieron destructores, porque la espada de Jehová
devorara desde un extremo de la tierra hasta el otro; no habrá paz para
nadie. Sembraron trigo y
cosecharon espinos; se esforzaron, mas nada aprovecharon. Se avergonzaran de
sus frutos, a causa de la ardiente ira de Jehová. Así ha dicho Jehová: En
cuanto a mis manos vecinos, que tocan la heredad que hice poseer a mi pueblo
Israel, yo arrancare de su tierra, y arrancare de en medio de ellos la casa de
juda. Pero después que los haya arrancado, volveré y tendré misericordia de
ellos, y los haré volver cada uno a su heredad y cada cual a su tierra.
Y sin con diligencia aprenden los caminos de mi pueblo, para jurar en
mi nombre, diciendo: ¡Vive Jehová!, así
como ellos enseñaron a mi pueblo a jurar por baal, también ellos serán
prosperados en medio de mi pueblo. Pero si no escuchan, arrancare esa nación,
sacándola de raíz y destruyéndola, dice Jehová.
13
Así me dijo: Ven y cómprate un cinto de lino. Cíñelo a cintura, pero no lo
metas en agua. Compre el cinto, conforme a la palabra de Jehová, y lo ceñí
a mi cintura. Vino a mi por segunda vez palabra de Jehová, diciendo: Toma el
cinto que compraste, el cual ciñe tu cintura, levántate, ve al eufrates y
escóndelo allí, en la hendidura de una peña. Fui, pues, al eufrates y lo
escondí, como Jehová me había mandado. Después de muchos días me dijo
Jehová: Levántate, ve al eufrates y toma el cinto que te mande esconder allí.
Entonces fui al eufrates, cave y tome el cinto del lugar donde lo había
escondido, pero el cinto se había podrido y ya no servia para nada. Y vino a
mi palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová: Así haré podrir la
soberbia de juda y la mucha soberbia de Jerusalén. Este pueblo malo, que no
quiere escuchar mis palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón y
que va en pos de dioses ajenos para servirlos y para postrarse ante ellos,
vendrá a ser como este cinto,
que ya no sirve para nada. Porque como el cinto se ajusta a la cintura del
hombre, así hice que se ajustara a mi toda la casa de Israel y toda casa de
juda, dice Jehová, para que
fueran mi pueblo, u para renombre, para alabanza y para honra; pero no
escucharon. Les dirás, pues, esta palabra: Así ha dicho Jehová, Dios de
Israel: Toda tinaja se llenara de vino. Y ellos te dirán: ¿no sabemos que
toda tinaja se llenara de vino? Entonces les dirás: Así ha dicho Jehová: Yo
lleno de embriaguez a todos los habitantes de esta tierra, a los reyes de la
estirpe de David que se sientan
sobre su trono, a los sacerdotes y profetas y a todos los habitantes de
Jerusalén. Y los quebrantare, a los unos contra los otros, juntamente con los
padres y a los hijos, dice Jehová. No perdonare, ni tendré piedad ni
misericordia, sino que los destruiré. Oíd y prestad atención:
No os envanezcáis, pues, Jehová ha hablado. Dad gloria a Jehová,
vuestro Dios, antes que haga venir tinieblas, antes que vuestros pies
tropiecen en montes de oscuridad, y que, esperando vosotros la luz, el os la
vuelva en sombra de muerte y tinieblas. Mas si no escucháis esto, en secreto
llorara mi alma a causa de vuestra soberbia; y llorando amargamente, se desharán
mis ojos en lagrimas, porque el rebaño de Jehová fue hecho cautivo. Di al
rey y a la reina: Humillaos, sentaos en tierra, porque la corona de vuestra
gloria ha caído de vuestras cabezas. Las ciudades del neguev fueron cerradas
y no hubo quien las abriera; toda juda fue deportada, llevada en cautiverio
fue toda ella. Alzad vuestros ojos y ved a los que vienen del norte. ¿Dónde
esta el rebaño que fue dado tu hermosa grey? ¿Qué dirás cuando el ponga
como cabeza sobre ti a aquellos a quienes tu enseñaste a ser tus enemigos? ¿no
te darán dolores como los de una mujer que esta en parto? Quizá
digas en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto?. ¡ por la
enormidad de tu maldad fueron alzadas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares!
¿Podrá cambiar el etiope su piel y el leopardo sus manchas? Así también,
¿ podréis vosotros hacer el bien, estando habituados a hacer lo malo? Por
tanto, yo los esparciré al viento del desierto, como tamo que pasa. Esta es
tu suerte, la porción que yo he medido para ti, dice Jehová, porque te
olvidaste de mi y confiaste en la mentira. Yo, pues, te alzare también las
faldas hasta el rostro, y se vera tu vergüenza: tus adulterios, tus
relinchos, la maldad de tu fornicacion sobre los collados. En el campo he
visto tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿no serás al fin limpia? ¿Cuánto
tardaras en purificarte?.
14
Palabra de Jehová que vino a jeremías con motivo de la sequía. Se ha
enlutado juda, sus puertas desfallecen; se sentaron tristes en tierra y sube
el clamor de Jerusalén. Los nobles envían
a sus criados por agua; van a las laguna, pero no hayan agua; vuelven
con sus vasijas vacías; se avergüenzan , se confunden y cubren sus cabezas.
Se ha resquebrajado la tierra
porque no ha llovido en el país; los labradores, confundidos, se cubren la
cabeza. Aun las ciervas en los campos paren y abandonan la cría, porque no
hay hierba. Los asnos monteses se ponen en las alturas y aspiran el viento
como los chacales, pero sus ojos se ofuscan porque no hay hierba. Aunque
nuestras iniquidades testifican contra nosotros, Jehová, ¡ actúa por amor
de tu nombre! Porque nuestras rebeliones se han multiplicado, contra ti hemos
pecado. Tu, la esperanza de Israel, su salvador en el tiempo de la aflicción,
¿por qué te has hecho como forastero en la tierra, como caminante que se
retira para pasar la noche? ¿Por qué eres como un hombre atónito, como un
valiente incapaz de librar? Sin embargo, tu estas entre nosotros, Jehová, y
sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares. Así ha dicho Jehová
acerca de este pueblo: Se deleitaron en vagar, y no dieron descanso a sus
pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordara ahora de su maldad
y castigara sus pecados. Y me dijo Jehová: No ruegues por el bien de este
pueblo. Cuando ayunen, yo no escuchare su clamor, y cuando ofrezcan holocausto
y ofrenda no los aceptare, sino que los consumiré con espada, con hambre y
con pestilencia. Yo dije: ¡Ah, ah, Señor, Jehová!, mira que los profetas
les dicen: no veréis espada ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este
lugar os daré paz verdadera. Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan
los profetas en mi nombre. Yo no los envié ni los mande
ni les hable; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su
corazón os profetizan. Por tanto, así ha dicho Jehová sobre los
profetas que profetizan en mi nombre, los cuales yo no envié, y que dicen: Ni
espada ni hambre habrá en esta tierra. ¡Con espada y con hambre serán
consumidos esos profetas! Y el pueblo a quien profetizan quedara tirado por
las calles de Jerusalén a causa del hambre y la espada, y no habrá quien los
entierre, ni a ellos ni a sus mujeres ni a sus hijos ni a sus hijas. Y sobre
ellos derramare su propia maldad. Les dirás, pues, esta palabra: Derramen mis
ojos lagrimas noche y día, y no cesen, por la virgen hija de mi pueblo ha
sufrido una terrible desgracia, porque su llaga es muy dolorosa. Si salgo al
campo, veo muertos a espada; si entro en la ciudad, veo enfermos de hambre, y
tanto el profeta como el sacerdote andan vagando por el país, y nada
entienden. ¿Has desechado del todo a juda? ¿Has aborrecido tu alma a sion?.
¿Por qué hiciste que nos hirieran sin remedio? Esperamos paz, pero no hubo
tal bien; tiempo de curación, he aquí turbación. Reconocemos, Jehová,
nuestra impiedad y la iniquidad de nuestros padres, porque contra ti hemos
pecado. Por amor de tu nombre, no nos deseches ni deshonres tu glorioso trono;
acuérdate, no invalides tu pacto con nosotros. ¿Hay entre los ídolos de las
naciones alguno capaz de hacer llover? ¿Acaso darán lluvias los cielos? ¿No
eres tu, Jehová, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos, pues tu has hecho
todas las cosas.
15
Entonces Jehová me dijo: Aunque moisés y Samuel se pusieran delante de mi,
no estaría mi voluntad con este pueblo. Echamos de mi presencia, y que
salgan. Y si te preguntan: ¿a dónde saldremos?, les dirás que así ha dicho
Jehová: El que a muerte, a muerte; el que a espada, a espada; el que hambre,
a hambre; y el que a cautiverio, a cautiverio. Y enviare sobre ellos
cuatro géneros de castigo, dice Jehová: espada para matar, perros
para despedazar y aves del cielo y bestias de la tierra para devorar y
destruir. Los entregare para terror a todos los reinos de la tierra, a causa
de manases hijo de exequias, rey de juda, por lo que hizo en Jerusalén.
Porque ¿quién tendrá compasión de ti, Jerusalén? ¿Quién se entristecerá
por tu causa o quien vendrá a preguntar por tu paz? Tu me dejaste, dice Jehová,
te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te destruiré.
¡ Estoy cansado de tener compasión! Aunque los avente con aventador hasta
las puertas de la tierra, y deje sin hijos a mi pueblo y lo desbarate, no se
volvieron de sus caminos. Sus viudas se multiplicaron mas que la arena del
mar; traje contra ellos un destructor a mediodía sobre la madre y sobre los
hijos; hice de repente cayeran terrores sobre la ciudad. Languideció la que
dio a luz siete; se lleno de
dolor su alma, su sol se puso siendo aun de día; fue avergonzada y llena de
confusión. Y lo que de ella quede, lo
entregare a la espada delante de sus enemigos, dice Jehová. ¡Ay
de mi, madre mía, que me engendraste hombre de contienda y hombre de
discordia para toda la tierra!. Nunca he dado ni tomado en préstamo y, sin
embargo, todos me maldicen. ¡Sea así Jehová, si no te he rogado por su
bien, si no he suplicado ante ti a favor del enemigo en tiempo de aflicción y
en época de angustia!. ¿Puede
alguno quebrar el hierro, el hierro del norte, y el bronce? Tus riquezas y tus
tesoros entregare a la rapiña sin ningún precio, por todos tus pecados y en
todo tu territorio. Y te haré servir a
tus enemigos en tierra que no conoces, porque fuego sea encendido en mi furor
y arderá contra vosotros. Tu lo sabes, Jehová; acuérdate de mi, visítame y
véngame de mis enemigos. No me reproches en la prolongación de tu enojo;
sabes que por amor de ti sufro afrenta. Fueron halladas tus palabras, y yo las
comí. Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu
nombre se invoco sobre mi, Jehová, Dios de los ejércitos. No me senté en
compañía de burladores ni me engreí a causa de tu profecía; me senté
solo, porque me llenaste de indignación. ¿Por qué fue perpetuo mi dolor, y
mi herida incurable, que no admitió curación? ¿Serás para mi como cosa
ilusoria, como aguas que no son estables? Por tanto, así ha dicho Jehová: Si
te conviertes, yo te restaurare y estarás delante de mi; y si separas lo
precioso de lo vil, serás como mi boca. ¡Conviértanse ellos a ti, mas tu no
te conviertas a ellos! Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de
bronce; pelearan contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para
guardarte y para defenderte, dice Jehová. Yo te librare de la mano de los
malos y te redimiré de la mano de los fuertes.
16
Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: No tomaras para ti mujer, ni
tendrás hijos ni hijas en este lugar. Porque Jehová dice que los hijos y las
hijas nacidos en este lugar, las madres que los den a luz y los padres que en
esta tierra los engendren, morirán de dolorosas enfermedades, y no serán
llorados ni sepultados, sino que serán como estiércol sobre la faz de la
tierra. Como espada y con hambre serán consumidos, y sus cuerpos servirán de
comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. También ha dicho
esto Jehová: No entres en casa donde haya luto; no acudas a lamentar ni los
consueles, porque de este pueblo, dice Jehová, yo he quitado mi paz, mi
misericordia y mi compasión. Morirán en esta tierra grandes y pequeños. No
serán enterrados ni los lloraran; no se sajaran ni se raparan la cabeza por
ellos. No partirán pan por ellos en el luto para consolarlos por sus muertos,
ni les darán a beber la copa del consuelo por su padre o por su madre.
Asimismo, no entres en casa donde haya banquete, para sentarte con ellos a
comer o a beber. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo
haré cesar en este lugar,
delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de
alegría, toda voz de esposo y toda voz de esposa. Y acontecerá que cuando
anuncies a este pueblo todas estas cosas, te dirán ellos: ¿Por qué anuncia
Jehová contra nosotros todo este mal tan grande? ¿Qué maldad es la
nuestra?, o ¿Qué pecado es el nuestro, que hemos cometido contra Jehová,
nuestro Dios?. Entonces les dirás: Porque vuestros padres me abandonaron,
dice Jehová, y anduvieron en pos
de dioses ajenos y los sirvieron, y ante ellos se postraron. Me abandonaron a
mi y no guardaron mi ley. Pero vosotros habéis hecho peor que vuestros
padres, pues cada uno de vosotros camina tras la imaginación de su malvado
corazón, no escuchándome a mi. Por tanto, yo os arrojare de esta tierra a
una tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis
a dioses ajenos de día y de noche, pues no os tendré compasión. No
obstante, vienen días, dice Jehová, en que no se dirá mas: ¡Vive Jehová,
que hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto!, sino: ¡Vive Jehová,
que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte y de todas las
tierras adonde los había arrojado!. Pues yo los volveré a su tierra, la cual
di a sus padres. Yo envió muchos pescadores, dice Jehová, y los pescaran, y
después enviare muchos cazadores, y los cazaran por todo monte, por todo
collado y por las cavernas de los peñascos. Porque mis ojos están sobre
todos sus caminos, los cuales no se me ocultan, ni su maldad se esconde de la
presencia de mis ojos. Pero primero les pagare el doble por su iniquidad y su
pecado, porque contaminaron mi tierra con los cadáveres de sus ídolos, y con
sus abominaciones llenaron mi heredad. Jehová, fortaleza mía, fuerza mía y
refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los
extremos de la tierra, y dirán: ciertamente mentira heredaron nuestros
padres, una vanidad sin provecho alguno. ¿Hará acaso el hombre dioses para
si? Mas ellos no son dioses. Por tanto, les enseñare esta vez, les haré
conocer mi mano y mi poder, y sabrán que mi nombre es Jehová.
17
El pecado de juda esta escrito con cincel de hierro y como punta de diamante;
esta esculpido en la tabla de su corazón y en los cuernos de sus altares,
como un recuerdo para sus hijos. Sus altares y sus imágenes de asera están
junto a los árboles frondosos y en los collados altos, en las montañas y
sobre el campo. Todos tus tesoros entregare al pillaje por el pecado de tus
lugares altos en todo territorio. Perderás la heredad que yo te di, y te haré
servir a tus enemigos en tierra que no has conocido, porque en mi furor habéis
encendido un fuego que arderá para siempre. Así ha dicho Jehová: ¡Maldito
aquel que confía en el hombre,
que pone su confianza en la fuerza humana, mientras su corazón se aparta de
Jehová! Será como la retama en el desierto, y no vera cuando llegue el bien,
sino que morara en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y
deshabitada. ¡Bendito el hombre que confía en Jehová, cuya confianza esta
puesta en Jehová!, porque será como el árbol plantado junto a las aguas,
que junto a la corriente echara sus raíces. No temerá cuando llegue el
calor, sino que su hoja esta verde. En el año de sequía
no se inquietara ni dejara de dar fruto. Engañoso es el corazón mas
que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá? ¡Yo, Jehová, que
escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su
camino, según el fruto de sus obras!. Como la perdiz que cubre lo que no
puso, es el que injustamente
amontona riquezas: en la mitad de sus días las dejara, y en su final será
insensato. Trono de gloria, excelso desde el principio, es el lugar de nuestro
santuario. ¡Jehová, esperanza de Israel!, todos los que te dejan serán
avergonzados, y los que se apartan de ti serán inscritos en el polvo, porque
dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas. Sáname, Jehová, y quedare sano;
sálvame, y seré salvo, porque tu eres mi alabanza. La gente me dice: ¿Dónde
esta la palabra de Jehová? ¡Que se cumpla ahora!. Mas yo no he ido en pos de
ti para incitarte a castigarlos, ni desee el día de la calamidad; tu lo
sabes. Lo que de mi boca ha salido, fue en tu presencia. No me seas tu por
espanto, pues mi refugio eres tu en el día malo. Avergüéncense
los que me persiguen, y no sea yo avergonzado; asómbrense ellos, y yo
no me asombre; trae sobre ellos el día malo y quebrántalos con doble
quebranto. Así ha dicho Jehová: Ve y
ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los
reyes de juda; ponte en todas las puertas de Jerusalén, y diles: ¡Oíd
la palabra de Jehová, reyes de juda, toda juda y todos los habitantes
que entráis por estas puertas! Así ha dicho Jehová: Guardaos por vuestra
vida de llevar carga en sábado y de meterla por las puertas de Jerusalén. No
saquéis carga de vuestras casas en sábado, ni hagáis trabajo alguno, sino
santificad el sábado,
como mande a vuestros padres. Pero ellos no escucharon ni inclinaron su
oído, sino que endurecieron su corazón para no escuchar ni recibir corrección.
No obstante, si vosotros me
obedecéis, dice Jehová, no metiendo carga por las puertas de esta
ciudad en sábado, sino que santificáis el sábado y no hacéis en el ninguno
trabajo, entraran por las puertas de esta ciudad, en carros y en caballos, los
reyes y los Príncipes que se sientan sobre el trono de David, ellos y sus príncipes,
los hombres de juda y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad será
habitada para siempre. Y vendrán de las ciudades de juda, de los alrededores
de Jerusalén, de la tierra de benjamín, de la sefela, de los montes y del
neguev, trayendo holocausto y sacrificio, ofrenda e incienso, y
trayendo sacrificio de alabanza a la casa de Jehová.
Pero si no me obedecéis para santificar el sábado, para no traer
carga y meterla por las puertas de Jerusalén en sábado, yo haré descender
fuego en sus puertas, que consumirá los palacios de Jerusalén y nos se
apagara.
18
Palabra de Jehová que vino a jeremías, diciendo: Levántate y desciende a
casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Descendí a casa del
alfarero, y halle que el estaba trabajando en el torno. Y la vasija de barro
que el hacia se hecho a perder en sus manos, pero el volvió hacer otra
vasija, según el pareció mejor hacerla. Entonces vino a mi palabra de Jehová,
diciendo: ¿ No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de
Israel?. Dice Jehová. Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros
en mis manos, casa de Israel. En un instante hablare contra naciones y contra
reinos, para arrancar, derribar y destruir. Pero si esas naciones se
convierten de su maldad contra la cual hable, yo me arrepentiré del mal que
había pensado hacerles, y en un instante hablare de esas naciones y de esos
reinos, para edificar y para plantar. Pero si hacen lo malo delante de mis
ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado
hacerles. Ahora, pues, habla a todo hombre de juda y a los habitantes de
Jerusalén, diciendo: Esto ha dicho Jehová: Yo dispongo el mal contra
vosotros, y contra vosotros trazo planes; conviértanse ahora cada uno de su
mal camino, y mejore sus caminos y sus obras. Pero dirán: Es inútil, porque
en pos de nuestros ídolos iremos, y haremos cada uno el pensamiento de
nuestro malvado corazón. Por tanto, así dice Jehová: preguntad ahora a las
naciones, quien ha oído cosa semejante. ¡ Algo horrible ha hecho la virgen
de Israel! ¿Faltara la nieve de las rocas de las montañas del Líbano? ¿faltaran
las aguas frías que fluyen de lejanas tierras? ¡Pues mi pueblo me ha
olvidado, quemando incienso a lo que es vanidad!. Ha tropezado en sus caminos,
en las sendas antiguas, para caminar por senderos y no por un camino bien
puesto. Han convertido su tierra en desolación, en objeto de burla perpetua;
todo aquel que pase por ella, se asombrara y meneara
la cabeza. Delante del
enemigo los esparciré como viento del este. En el día de su perdición les
mostrare las espaldas y no el rostro. Ellos dijeron: Venid y preparemos un
plan contra jeremías, porque la instrucción no le faltara al sacerdote ni el
consejo al sabio ni la palabra al profeta. Venid calumniémoslo y no atendamos
a ninguna de sus palabras. Jehová, fíjate en mi y oye la voz de los que
contienden conmigo. ¿Se da mal por bien, para que hayan cavado un hoyo para
mi vida? Acuérdate que me puse delante de ti para hablar bien por ellos, para
apartar de ellos tu ira. Por tanto, entrega sus hijos al hambre, dispérsalos
por medio de la espada, queden sus mujeres sin hijos y viudas. Sean puestos a
muerte sus maridos, y los jóvenes, heridos a espada en la guerra. ¡Óigase
el clamor de sus casas, cuando de repente traigas sobre ellos un ejercito!,
porque cavaron un hoyo para atraparme, y bajo mis pies han escondido lazos.
Pero tu, Jehová, conoces todo su consejo contra mi para darme muerte. No
perdones su maldad ni borres su pecado de delante de tu rostro. ¡Tropiecen
ellos delante de ti, y haz así con ellos en el tiempo de tu enojo!.
19
Así ha dicho Jehová: Ve a comprar al alfarero una vasija de barro, y lleva
contigo a algunos de los ancianos del pueblo
y de los ancianos de entre los sacerdotes. Sal luego al valle del hijo
de hinom, que esta a la entrada de la puerta oriental, y proclama allí las
palabras que yo te diré. Dirás: Oíd palabra de Jehová, reyes de juda y
habitantes de Jerusalén. Esto dice Jehová de los ejércitos, el Dios de
Israel: Yo traigo sobre este lugar un mal tan grande que a todo el que lo oiga
le zumbaran los oídos, porque me abandonaron y enajenaron este lugar
ofreciendo en el incienso a dioses extraños, que ni de ellos habían
conocido, ni sus padres, ni los reyes de juda; y llenaron este lugar de sangre
de inocentes. Edificaron lugares altos a baal, para quemar en el fuego a sus
hijos en holocaustos al mismo baal; cosa que no les mande ni dije ni me vino
al pensamiento. Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, que este lugar
no se llamara mas tofet ni valle del hijo de hinom, sino valle de la matanza.
Y desvaneceré el consejo
de juda y de Jerusalén en este lugar. Los haré caer a espada delante de sus
enemigos y en las manos de los que buscan sus vidas. Daré sus cuerpos para
comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. Pondré a esta
ciudad por espanto y burla; todo aquel que pase por ella se
asombrara y se burlara de su destrucción. Les haré comer la carne de
sus hijos y la carne de sus hijas. Cada uno camera la carne de su amigo, en el
asedio y el apuro con que los angustiaran sus enemigos y los que buscan sus
vidas. Entonces quebraras la vasija ante los ojos de los hombres que van
contigo, y les dirás: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: De esta forma
quebrantare a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de
barro, que no se puede restaurar mas; y en tofet serán enterrados , porque no
habrá otro lugar para enterrar. Así haré a este lugar, dice Jehová, y a
sus habitantes; dejare esta ciudad como a tofet . Las
casas de Jerusalén y las
casas de los reyes de juda serán como
el lugar de tofet, inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados
ofrecieron incienso a todo el ejercito del cielo, y vertieron libaciones a
dioses ajenos. Volvió jeremías a tofet, adonde Jehová le envió a
profetizar, se paro en el atrio de la casa
de Jehová y dijo a todo el
pueblo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo traigo
sobre esta ciudad y sobre todas sus aldeas todo el mal que hable contra ella,
porque ha endurecido su corazón para no oír mis palabras.
20
El sacerdote pasur hijo de imer, que presidía como principal en la casa de
Jehová, oyó a jeremías profetizar estas palabras. Entonces pasur hizo
azotar al profeta jeremías y lo puso en el cepo que estaba en la puerta
superior de benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová. Al día
siguiente, pasur saco a jeremías del cepo. Le dijo entonces jeremías: Jehová
no ha llamado tu nombre pasur, sino magor-misabib. Y así ha dicho Jehová: He
aquí, yo haré que seas un terror para ti mismo y para todos los que bien te
quieren. Caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán. A todo
juda entregare en manos del rey de babilonia, que los llevara cautivos a
babilonia y los matara a espada. Entregare asimismo toda
la riqueza de esta ciudad, todo su trabajo y todas sus cosas preciosas.
Entregare todos los tesoros de
los reyes de juda en manos de sus enemigos, que los saquearan, los tomaran y
los llevaran a Babilonia. Y tu, pasur, y todos los que habitan en tu casa iréis
cautivos. Entraras en babilonia y allí morirás. Allí serás enterrado, tu y
todos los que bien te quieren, a los cuales has profetizado con mentira. ¡Me
sedujiste, Jehová, y me deje seducir! ¡Mas fuerte fuiste que yo, y me
venciste! ¡Cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mi! Cuantas
veces hablo, doy voces, grito: ¡Violencia y destrucción!, porque la palabra
de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. Por eso dije: ¡No me
acordare mas de el ni hablare mas en su nombre! No obstante, había en mi
corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos. Trate de resistirlo,
pero no pude. He oído lo que muchos murmuran: ¡Terror por todas partes! ¡Denunciadlo,
denunciémoslo!. Todos mis amigos esperaban que claudicara. Decían:. ¡Quizá
se engañe, y prevaleceremos contra el y tomaremos de el nuestra venganza!.
Mas Jehová esta conmigo como un poderoso gigante;
por tanto, los que me persiguen tropezaran y no prevalecerán; serán
avergonzados en gran manera, porque no prosperaran; tendrán perpetua confusión,
que jamás será olvidada. Jehová de los ejércitos, que pruebas a los
justos, que ves los pensamientos y
el corazón, ¡vea yo tu venganza de ellos, porque a ti he encomendado mi
causa! ¡Cantad a Jehová, alabad a Jehová, porque ha librado la vida del
pobre de mano de los malignos! ¡ maldito el día en que nací! ¡Que no sea
bendecido el día en que mi madre me dio a luz! ¡Maldito el hombre que dio la
noticia a mi padre, diciendo: un hijo varón te ha nacido, causándole gran
alegría!. Sea tal hombre como las ciudades que asolo Jehová sin volverse atrás
de ello; que oiga gritos por la mañana y voces a mediodía, porque no me mato
en el vientre. Mí madre entonces hubiera sido mi sepulcro, pues su vientre
habría quedado embarazado para siempre. ¿Para que salí del
vientre? ¿ Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastaran en
afrenta?.
21
Palabra de Jehová que vino a jeremías, cuando el rey sedequias envió a el a
pasur hijo de malquias y al sacerdote sofonias hijo de maasias, para que le
dijeran: Consulta ahora acerca de nosotros a Jehová, porque nabucodonosor,
rey de babilonia, hace guerra contra nosotros; quizá Jehová haga con
nosotros según todas sus maravillas, aquel se aleje de nosotros. Jeremías
les respondió: Diréis esto a sedequias: Así ha dicho Jehová, Dios de
Israel: Yo vuelvo atrás las
armas de guerra que están en vuestras manos, con las que peleáis contra el
rey de Babilonia; y a los caldeos que están fuera de la muralla y os tienen
sitiados, yo los reuniré en medio de esta ciudad. peleare contra vosotros con
mano extendida y con brazo fuerte, con furor, con enojo e ira grande. Heriré
a los habitantes de esta ciudad; los hombres y las bestias morirán de una
gran peste. Después, dice Jehová, entregare a sedequias, rey de juda, a sus
criados, al pueblo y a los que queden de la pestilencia, de la espada y del
hambre en la ciudad, en mano de nabucodonosor, rey de Babilonia, en mano de
sus enemigos y de los que buscan sus vidas. El los herirá a filo de espada;
no los perdonara, ni tendrá piedad de ellos ni mostrara por ellos compasión.
Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: Yo pongo delante de vosotros
camino de vida y camino de muerte. El que quede en esta ciudad morirá por la
espada, el hambre o la peste; pero el que salga y se pase a los caldeos que os
tienen sitiados, vivirá, y su vida le será por botín, porque mi rostro he
puesto contra esta ciudad para mal y no para bien, dice Jehová; en manos del
rey de babilonia será entregada, y el le prendera fuego. Y a la casa del rey
de juda dirás: Oíd palabra de Jehová: Casa de David, esto dice Jehová:
haced de mañana justicia y librad al oprimido de mano del opresor, para que
mi ira no salga como un fuego que se enciende y no hay quien lo apague, a
causa de la maldad de vuestras obras. Yo estoy contra ti, moradora del valle y
de la piedra de la llanura, dice Jehová; los que decís: ¿Quién subirá
contra nosotros? ¿Quién entrara en nuestros refugios?. Yo os castigare
conforme al fruto de vuestras obras, dice Jehová, y haré encender fuego en
su bosque, y consumirá todos sus alrededores.
22
Así dijo Jehová: Desciende a la casa del rey de juda y habla allí esta
palabra. Dile: Oíd palabra de Jehová, rey de juda que estas sentado sobre el
trono de David, tus siervos y tu pueblo que entra por estas puertas. Así ha
dicho Jehová: Actuad conforme al derecho y la justicia, librad al oprimido de
mano del opresor y no robéis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni
derramáis sangre inocente en este lugar. Porque si efectivamente obedecéis
esta palabra, los reyes que en lugar de David se sientan sobre su trono
entraran montados en carros y en caballos por las puertas de esta casa, ellos,
sus criados y su pueblo. Pero si no escucháis estas
palabras, por mi mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa quedara
desierta. Así ha dicho Jehová acerca de la casa del rey de juda: Como galaad
eres tu para mi, y como la cima del Líbano; sin embargo, te convertiré en
soledad, y quedaras como las ciudades deshabitadas. Preparare contra ti
destructores, cada uno con sus armas; cortaran tus cedros escogidos y los
echaran en el fuego. Muchas gentes pasaran junto a esta ciudad, y dirá cada
uno a su compañero: ¿Por qué hizo esto Jehová con esta gran ciudad?. Y se
les responderá: Porque dejaron el pacto de Jehová, su Dios, adoraron a
dioses extraños y los sirvieron. No lloréis al muerto ni por el os condoláis;
llorad amargamente por el que se va, porque no volverá jamás ni vera la
tierra donde nació. Porque así ha dicho Jehová acerca de salum hijo de
josias, rey de juda, el cual reino en lugar de josias, su padre, y que salió
de este lugar: No volverá mas
aquí, sino que morirá en el lugar adonde lo llevaron cautivo, y no vera mas
esta tierra. ¡Ay del que edifica su casa sin justicia y sus salas sin
equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, sin darle el salario de su
trabajo! Que dice: Edificare para mi una casa espaciosa, de grandes salas; y
le abre ventanas, la cubre de cedro y la pinta de bermellón. ¿Reinas tu,
porque te rodeas de cedro? ¿No comió ni bebió tu padre, y actuó
conforme al derecho y la justicia y le fue bien? El juzgo la causa del
afligido y del necesitado, y le fue bien. ¿No es esto conocerme a mi?, dice
Jehová. Mas tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, para
derramar sangre inocente y para oprimir y hacer agravio. Por tanto, así ha
dicho Jehová acerca de joacim hijo de josias, rey de juda: No lo lloraran,
diciendo: ¡Ay, hermano mío! Y ¡Ay , hermana!,
ni lo lamentaran, diciendo: ¡Ay, señor! ¡Ay, majestad!. En sepultura
de asno será enterrado, arrastrándolo y echándolo fuera de las puertas de
Jerusalén. Sube al Líbano y clama, y en basan levanta tu voz y grita hacia
todas partes, porque todos tus enamorados son destruidos. Te hable en tu
prosperidad, mas dijiste: ¡No escuchare!. Esta fue tu conducta desde tu
juventud: nunca escuchaste mi voz. A todos tus pastores pastoreara el viento,
y tus enamorados Irán en cautiverio; entonces te avergonzaras y te confundirás
a causa de toda tu maldad. Habitaste en el
Líbano, hiciste tu nido en los cedros. ¡Como gemirás cuando te vengan
dolores, dolores como de una mujer que esta de parto!. ¡Vivo yo, dice Jehová,
que si conias hijo de joacim, rey
de juda, fuera anillo en mi mano derecha, aun
de allí te arrancaría! Te entregare en manos de los que buscan tu
vida, en manos de aquellos cuya vista temes; si , en manos de nabucodonosor,
rey de babilonia, y en manos de los caldeos. Os haré llevar cautivos, a ti y
a tu madre que te dio a luz, a una tierra ajena en la que no nacisteis; y allá
moriréis. Y no volverán a la tierra a la cual ansían volver. ¿Es este
hombre, conias, una vasija despreciada y quebrada? ¿Es un objeto sin
valor para nadie? ¿Por qué fueron arrojados el y su generación y
echados a una tierra que no habían
conocido? ¡ Tierra, tierra, tierra, oye palabra de Jehová. Así ha dicho
Jehová: Inscribid a este hombre como privado de descendencia, como un hombre
sin éxito en todos sus días, porque ninguno de su descendencia lograra
sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre juda.
23
¡Ay de los pastores que
destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño!, dice Jehová. Por tanto, esto
ha dicho Jehová, Dios de Israel, a los pastores que apacientan mi pueblo:
vosotros dispersasteis mis ovejas y las espantasteis. No las habéis cuidado.
Por eso, yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová. Yo mismo
recogeré el resto de mis ovejas de todas las tierras adonde las eche, y las
haré volver a sus pastizales; y crecerán y se multiplicaran.
Pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán mas, no
se amedrentaran ni serán menoscabadas, dice Jehová.
Vienen días, dice Jehová, en que levantare a David renuevo justo, y
reinara como rey, el cual será dichoso y actuara conforme al derecho y la
justicia en la tierra. En sus días será salvo juda, e Israel
habitara confiado; y este será su nombre con el cual lo llamaran:
Jehová, justicia nuestra. Por
tanto, vienen días, dice Jehová, en que no dirán mas: ¡Vive Jehová, que
hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto!, sino: ¡Vive Jehová,
que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del
norte y de todas las tierras adonde yo los había echado!. Y habitaran en su
tierra. A causa de los profetas mi corazón esta quebrantado dentro de mi,
todos mis huesos tiemblan. A causa de Jehová y a causa de sus santas palabras
estoy como un ebrio, como un hombre dominado por el vino, porque la tierra
esta llena de adúlteros; por la maldición , la tierra esta desierta y los
pastizales del desierto se secaron. La carrera de ellos es mala y su valentía
no es recta. Tanto el profeta como el
sacerdote son impíos; aun en mi casa halle su maldad, dice Jehová. Por
tanto, su camino será como resbaladero en la oscuridad; serán empujados, y
caerán en el; porque yo traeré mal sobre ellos en el año de su castigo,
dice Jehová. En los profetas de samaria he visto desatinos: profetizaban en
nombre de baal e hicieron errar a mi pueblo Israel. Y en los profetas de
Jerusalén he visto torpezas: cometen adulterios, andan con mentiras y
fortalecen las manos de los malos, para que ninguno se convierta de su maldad.
Me son todos ellos como sodoma, y sus moradores como gomorra. Por tanto, esto
dice Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: yo les hago comer
ajenjos y les haré beber agua envenenada, porque de los profetas de Jerusalén
salió la impiedad sobre toda la tierra. Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con
vanas esperanzas; hablan de visión de su propio corazón, no de la boca de
Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: ¡Jehová dice que tendréis
paz!. Y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No
vendrá el mal sobre nosotros. Pero ¿Quién estuvo en el secreto de Jehová y
vio y oyó su palabra?. ¿Quién estuvo atento a su palabra y la oyó?. La
tempestad de Jehová saldrá con furor; la tempestad que esta preparada caerá
sobre la cabeza de los malos. No se apartara el furor de Jehová hasta que lo
haya hecho y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; al final
de los días lo entenderéis cabalmente. No envié yo aquellos profetas, pero
ellos corrían; yo no les hable, mas ellos profetizaban. Si ellos fueran
estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habría
hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras. ¿Soy yo Dios de
cerca solamente, dice Jehová, y
no Dios de lejos? ¿Se ocultara alguno, dice Jehová, en escondrijos donde yo
no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?. Yo he oído lo
que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre: ¡Soñé, soñé!.
¿Hasta cuando estará esto en el
corazón de los profetas que profetizan mentira, que profetizan el engaño de
su corazón? ¿Con los sueños que cada uno cuenta a su compañero pretenden
hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, del mismo modo que sus padres se
olvidaron de mi nombre a causa de baal?. El profeta que tenga un sueño, que
cuente el sueño; y aquel a quien vaya mi palabra, que cuente mi palabra
verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?, dice Jehová. ¿No
es mi palabra como un fuego, dice Jehová, y como un martillo que
quebranta la piedra?. Por tanto, yo estoy contra los profetas, dice Jehová,
que se roban mis palabras unos a
otros. Dice Jehová: Yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y
dicen: ¡El lo ha dicho!. Ciertamente, dice Jehová, yo estoy contra los que
profetizan sueños mentirosos, y lo cuentan, y hacen errar mi pueblo con sus
mentiras y con sus lisonjas. Yo no los envié ni los mande, y ningún provecho
han traído a este pueblo, dice Jehová. Y cuando te pregunte este pueblo, o
el profeta o el sacerdote, diciendo: ¿ cual es la profecía de Jehová?,
les dirás: esta es la profecía: os abandonare, ha dicho Jehová. Y al
profeta, al sacerdote o al pueblo que diga:
profecía de Jehová, yo enviare castigo
sobre tal hombre y sobre su casa. Así
diréis cada cual a su compañero y cada cual a su hermano: ¿Qué ha
respondido Jehová? ¿Qué dijo Jehová? Y nunca mas volveréis a decir: Carga
de Jehová, porque la palabra de cada uno
será una carga para el, pues pervertisteis las palabras del Dios viviente, de
Jehová de los ejércitos, el Dios nuestro. Así dirás al profeta: ¿Qué te
respondió Jehová? ¿Qué dijo Jehová? Pero si decís: Carga de Jehová,
entonces Jehová dice así: porque dijisteis esta palabra, carga de Jehová,
habiendo yo enviado a deciros: no digáis: carga de Jehová, por eso, yo os
echare en el olvido y os arrancare de mi presencia, a vosotros y a la ciudad
que os di a vosotros y a vuestros padres; y pondré sobre vosotros afrenta
perpetua, eterna confusión que nunca borrara el olvido.
24
Después de haber transportado nabucodonosor, rey de babilonia, a jeconias
hijo de joacim, rey de juda, a los príncipes de juda, y a los artesanos y
herreros de Jerusalén, y haberlos llevado a babilonia, me mostró Jehová dos
cestas de higos puestas delante del templo de Jehová. Una cesta tenia higos
muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenia higos muy malos, que de tan
malos no se podían comer. Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tu, jeremías? Yo
dije: Higos; higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de tan malos no
se podían comer. Y vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho
Jehová, Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así mirare a los
deportados de juda, a los cuales eche de este lugar a la tierra de los
caldeos, para su bien. Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los
volveré a esta tierra. Los edificare y no los destruiré; los plantare y no
los arrancare. Les daré un corazón para
que me conozcan que yo soy Jehová; y ellos serán mi pueblo y yo seré su
Dios, porque se volverán a mi de todo corazón. Y como a los higos malos, que
de tan malos no se pueden comer, así ha dicho Jehová, pondré a sedequias,
rey de juda, a sus príncipes y al resto
de Jerusalén que quedo en esta tierra y a los que habitan en la tierra de
Egipto. Y los daré por horror y por mal a todos los reinos de la tierra, y
por infamia, por refrán, por burla y por maldición a todos los lugares donde
yo los disperse. Y enviare sobre ellos espada, hambre y peste, hasta que sean
exterminados de la tierra que les
di a ellos y a sus padres.
25
Palabra que vino a jeremías acerca de todo el pueblo de juda en el año
cuarto de joacim hijo de josias, rey de juda, el cual era el año primero de
nabucodonosor, rey de babilonia; la cual hablo el profeta jeremías a todo el
pueblo de juda y a todos los habitantes de Jerusalén, diciendo: Desde el año
trece de josias hijo de Amón, rey de juda, hasta este día, que son veintitrés
años, ha venido a mi palabra de Jehová, y he hablado desde el principio y
sin cesar, pero no escuchasteis. Y envió Jehová a vosotros a todos sus
siervos los profetas. Los envió desde el principio y sin cesar; pero no
escuchasteis ni inclinasteis
vuestro oído para escuchar cuando decían: Volveos ahora de vuestro mal
camino y de la maldad de vuestras obras, y habitareis en la tierra que os dio
Jehová a vosotros y a vuestros padres para siempre. Pero no vayáis en pos de
dioses ajenos, sirviéndolos y adorándolos, ni me provoquéis a ira con
la obra de vuestras manos, y no os haré mal. Pero no me habéis
escuchado, dice Jehová, sino que me habéis provocado a ira con la obra de
vuestras manos para vuestro propio mal. Por tanto, así ha dicho Jehová de
los ejércitos: Por cuanto no habéis escuchado mis palabras, yo enviare y
tomare a todas las tribus del norte, dice Jehová, y a nabucodonosor, rey de
babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus
habitantes, y contra todas estas naciones en derredor. Los destruiré, y los
pondré por espanto, por burla y desolación perpetua. Haré que desaparezca
de entre ellos la voz del gozo y la voz de la alegría, la voz del novio y la
voz de la novia, el ruido del molino y la luz de la lámpara. Toda esta tierra
se convertirá en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de
babilonia durante setenta años. Y cuando se hayan cumplido los setenta años,
dice Jehová, castigara al rey de Babilonia y a aquélla nación, por su
maldad, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desolación
perpetua. Traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado
contra ella, con todo lo que esta escrito en este libro, profetizado por jeremías
contra todas las naciones. Porque también ellas estarán sometidas a muchas
naciones y a grandes reyes; y yo
les pagaré conforme a sus hechos y conforme a la obra de sus manos. Así me
dijo Jehová, Dios de Israel: toma de mi mano la copa del vino de este furor,
y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales y
te envió. Beberán, y temblaran y enloquecerán a causa
de la espada que yo envió entre ellas. Yo tome la copa de la mano de
Jehová, y di de beber a todas las naciones a las cuales me envió Jehová:
Jerusalén, a las ciudades de juda,
a sus reyes y a sus príncipes, para convertirlos en ruinas, en espanto, en
burla y en maldición, como hasta hoy; al faraón, rey de Egipto, a sus
servidores, a sus príncipes y a
todo su pueblo; y a todo el conjunto de naciones, a todos los reyes de la
tierra de uz y a todos los reyes
de la tierra de filistea: de ascalon, gaza, ecrom y el resto de asdod; de edom,
moab y los hijos de Amón; a todos los reyes de tiro, a todos los reyes de
sidon , a los reyes de las costas que están de ese lado del mar: dedan, tema,
y buz, todos los que se rapan las sienes; a todos los reyes de Arabia, a todos
los reyes del conjunto de pueblos
que habitan en el desierto; a todos los reyes de
zimri, a todos los reyes de elam, a todos los reyes de media; a todos
los reyes del norte, los de cerca y
los de lejos, a los unos y a los otros, y
a todos los reinos del mundo que están sobre la faz de la tierra. Y el rey de
babilonia beberá después de ellos. Les dirás, pues: Así ha dicho Jehová
de los ejércitos, Dios de Israel: ¡Bebed, embriagaos y vomitad; caed y no os
levantéis, a causa de la espada que yo envió entre vosotros!. Y si no
quieren tomar la copa de tu mano para beber, tus les dirás: Así ha dicho
Jehová de los ejércitos: Tenéis que beberla, porque yo comienzo a causarle
mal a la ciudad en la cual es invocado mi nombre, ¿Y Vosotros seréis
absueltos? ¡No seréis absueltos, porque espada traigo sobre todos los
habitantes de la tierra!, dice Jehová de los ejércitos. Tu, pues,
profetizaras contra ellos todas estas palabras. Les dirás: Jehová ruge desde
lo alto, y desde su morada santa da su voz; ruge fuertemente contra su redil;
canción de lagareros canta contra todos los moradores de la tierra. Llega el
estruendo hasta el fin de la tierra, porque Jehová esta en pleito contra las
naciones; el es el juez de todo mortal y entregara a los impíos a la espada,
dice Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ciertamente el mal ira
de nación en nación, y una gran tempestad se levantara desde los extremos de
la tierra. Yacerán los muertos
de Jehová en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el otro; no se
hará lamentación, ni se recogerán ni serán enterrados, sino como estiércol
quedaran sobre la faz de la tierra. ¡Aullad, pastores! ¡Gritad! ¡Revolcaos
en el polvo, mayorales del rebaño!, porque se ha cumplido vuestros días para
que seáis degollados y esparcidos. Caeréis como vaso precioso. Se acabara
el asilo para los pastores, y
no escaparan los mayorales del rebaño. ¡Voz de la gritería de los pastores,
y aullido de los mayorales del rebaño!, porque Jehová asolo sus pastizales.
Los pastos delicados serán destruidos por el ardor de la ira de Jehová. Dejo
cual leoncillo su guarida, pues asolada fue la tierra de ellos por la ira del
opresor, por el furor de su ira.
26
En el principio del reinado de joacim hijo de josias, rey de juda, vino esta
palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová: Ponte en el atrio de la
casa de Jehová, y habla a todos los que vienen de las ciudades de juda para
adorar en la casa de Jehová, todas las palabras que yo te mande hablarles. No
retengas palabra. Quizá escuchen y se vuelva cada uno de su mal camino;
entonces me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus
obras. Les dirás, pues: Así ha dicho Jehová: Si no me obedecéis para andar
en mi ley, la cual puse ante vosotros,
y para atender a las palabras de mis siervos los profetas, que yo os he
enviado desde el principio y sin cesar, a los cuales no habéis escuchado, yo
trataré esta casa como a silo, y a esta ciudad la pondré por maldición ante
todas las naciones de la tierra. Los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo
oyeron a jeremías hablar estas palabras en la casa de Jehová.
Y cuando termino de hablar jeremías todo lo que Jehová le había
mandado que hablara a todo el pueblo, los sacerdotes, los profetas y todo el
pueblo le echaron mano, diciendo: ¡De cierto morirás! ¿Por qué has
profetizado en nombre de Jehová, diciendo: esta casa será como silo y esta
ciudad quedara asolada y sin habitantes?. Y todo el pueblo se reunió contra
jeremías en la casa de Jehová. Los príncipes de juda, al oír estas cosas,
subieron de la casa del rey a la casa de Jehová y se sentaron a la entrada de
la puerta nueva de la casa de Jehová. Entonces los sacerdotes y los profetas
hablaron a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: ¡Este hombre ha
incurrido en pena de muerte, porque ha profetizado contra esa ciudad, como
vosotros habéis oído con vuestros propios oídos!. Y hablo jeremías a todos
los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: Jehová me envió a profetizar
contra esta casa y contra esta ciudad todas las palabras que habéis oído.
Mejorad ahora vuestros caminos y vuestras obras, y escuchad la voz de Jehová,
vuestros Dios; y se arrepentirá
Jehová del mal que ha hablado
contra nosotros. En
lo que a mi toca, he aquí estoy en
vuestras manos; haced de mi como mejor y mas recto os parezca. Pero sabed de
cierto que si me matáis, sangre inocente echareis sobre vosotros, sobre esta
ciudad y sobre sus habitantes, porque fue en verdad Jehová quien me envió a
vosotros para que dijera todas estas palabras en
vuestros oídos. Dijeron los príncipes y todo el pueblo a los
sacerdotes y profetas: No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque
en el nombre de Jehová, nuestro Dios, nos ha hablado. Entonces se levantaron
algunos de los ancianos del país y hablaron a todo el
pueblo congregado, diciendo: Miqueas de moreset profetizo en tiempo de
exequias, rey de juda, y hablo a todo el pueblo de juda, diciendo:
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Sion será arada como un
campo, Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas y el monte de la casa se
llenara de maleza. ¿Acaso lo mataron exequias, rey de juda, y todo juda? ¿
No temió a Jehová y oro en presencia de Jehová, y Jehová se arrepentio del
mal que había hablado contra ellos? ¿ haremos, pues, nosotros un mal tan
grande contra nosotros mismos? Hubo también un hombre que profetizaba en
nombre de Jehová: Urías hijo de semaias, de quiriat-jearim, el cual
profetizo contra esta ciudad y contra esta tierra, conforme a todas las
palabras de jeremías. Oyeron sus palabras el rey joacim, todos sus grandes
y todos sus príncipes. Entonces el
rey procuro matarlo; pero Urías, dándose cuenta de esto, tuvo temor y
huyo a Egipto. El rey joacim envió hombres a Egipto: a enlatan hijo de acbor,
y a otros hombres con el. Estos sacaron de Egipto a Urías y lo llevaron al
rey joacim, el cual lo mato a espada y arrojo su cuerpo a una fosa común.
Pero la mano de ahicam hijo de safan estaba a favor de jeremías, para evitar
que lo entregaran en las manos del pueblo para matarlo.
27
Al comienzo del reinado de joacim hijo de josias, rey de juda, vino
esta palabra de parte de Jehová a jeremías: Jehová me ha
dicho: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello; los enviaras
al rey de edom, al rey de moab, al rey de los hijos de Amón, al rey de tiro y
al rey de sidon, por medio de los mensajeros que vienen a Jerusalén para ver
a sedequias, rey de juda. Les mandaras que digan a sus señores
que Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: Así habéis
de decir a vuestros señores: Yo, con mi gran poder y con mi brazo extendido,
hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra,
y la di a quien quise. Y Ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de
nabucodonosor, rey de babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he
dado para que le sirvan. Todas las naciones le servirán a el, a su hijo y al
hijo de su hijo, hasta que llegue también el tiempo de su misma tierra y la
reduzca a servidumbre muchas naciones y grandes reyes. A la nación y al reino
que no sirva a nabucodonosor, rey de babilonia, y que no ponga su cuello bajo
el yugo del rey de babilonia,
castigare a tal nación con espada, con hambre y con peste, dice Jehová,
hasta que acabe con ella por medio de su mano. Y vosotros no prestéis oído a
vuestros profetas, adivinos, soñadores, agoreros o encantadores que os hablan
diciendo: no serviréis al rey de
Babilonia. Porque ellos os profetizan mentira, para haceros alejar de vuestra
tierra y para que yo os arroje y perezcáis. Pero a la nación que someta su
cuello al yugo del rey de Babilonia y lo sirva, la dejare en su tierra, dice
Jehová, la labrara y habitara en ella. Hable también a sedequias, rey de
juda, conforme a todas estas palabras, diciendo: Someted vuestros cuellos al
yugo del rey de Babilonia, servidle a el y a su pueblo, y vivid. ¿Por qué
moriréis tu y tu pueblo a espada, de hambre y de peste, según ha dicho Jehová
de la nación que no sirva al rey de Babilonia? No oigáis las palabras de los
profetas que os hablan diciendo: no serviréis al rey de Babilonia, porque os
profetizan mentira. Porque yo no los envié, ha dicho Jehová, ellos
profetizan falsamente en mi nombre, para que yo os arroje y perezcáis
vosotros y los profetas que os profetizan. También a los sacerdotes y a todo
este pueblo hable diciendo: Así ha dicho Jehová: no escucháis las palabras
de vuestros profetas que os profetizan diciendo: los utensilios de la casa de
Jehová volverán de Babilonia muy pronto; porque os profetizan mentira. No
los escuchéis, sino servid al rey de Babilonia y vivid. ¿Por qué habrá de
ser asolada esta ciudad? y si ellos son profetas y esta con ellos la palabra
de Jehová, oren ahora a Jehová de los ejércitos para que los utensilios que
han quedado en la casa de Jehová
y en la casa del rey de juda y en Jerusalén, no vayan a Babilonia, porque así
ha dicho Jehová de los ejércitos acerca de aquellas columnas, del estanque,
de las basas y del resto de los utensilios que quedan en esta ciudad, que no
quito nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando transporto de Jerusalén a
Babilonia a jeconias hijo de joacim, rey de juda, y a todos los nobles de juda
y de Jerusalén. Esto, pues, ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de
Israel, acerca de los utensilios que quedaron en la casa de Jehová y en la
casa del rey de juda y en Jerusalén:
A Babilonia serán transportados, y allí estarán hasta el día en que yo los
visite, dice Jehová. Después los traeré y los restaurare a esta lugar.
28
Aconteció en el mismo año, al comienzo del reinado de sedequias, rey de juda,
en el año cuarto, en el quinto mes, que hananias hijo de azur, profeta que
era de gabaon, me hablo en la casa de Jehová delante de los sacerdotes y de
todo el pueblo, diciendo: Así hablo Jehová de los ejércitos, Dios de
Israel, diciendo: Quebrante el yugo del rey de Babilonia. Dentro de dos años
haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehová, que
nabucodonosor, rey de Babilonia, tomo de este lugar para llevarlos a Babilonia
, y yo los haré volver a este lugar a jeconias hijo de joacim, rey de juda, y
a todos los transportados de juda que entraron en Babilonia, dice Jehová;
porque yo quebrantare el yugo del rey de Babilonia. Entonces respondió el
profeta jeremías al profeta hananias delante de los sacerdotes y delante de
todo el pueblo que estaba en la casa de Jehová. Dijo el profeta jeremías: ¡Amen,
así lo haga Jehová! Confirme Jehová tus palabras, con las cuales
profetizaste que los utensilios de la casa de Jehová, y todos los
transportados, han de ser devueltos de babilonia a este lugar. Con todo, oye
ahora esta palabra que yo hablo en tus oídos y en los oídos de todo
el pueblo: los profetas que fueron antes de mi y antes de ti en tiempos
pasados, profetizaron guerra, aflicción y peste contra muchas tierras y
contra grandes reinos. Cuando se cumpla la palabra del profeta que profetiza
paz, entonces el será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió.
Entonces el profeta hananias quito el yugo del cuello del profeta jeremías, y
lo quebró. Y hablo hananias en presencia de todo el pueblo diciendo: Así ha
dicho Jehová: De esta manera, dentro de dos años, romperé el yugo de
nabucodonosor, rey de babilonia, del cuello de todas las naciones. Siguió
jeremías su camino. Después que el profeta hananias rompió el yugo
del cuello del profeta jeremías, vino palabra de Jehová a jeremías
diciendo: Ve y habla a hananias, diciendo: Así ha dicho Jehová: Yugos de
madera quebraste, pero en vez de ellos harás yugos de hierro. Porque
así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yugo de hierro puse
sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a nabucodonosor, rey
de babilonia, y han de servirle; y aun también le he dado las bestias del
campo. Entonces dijo el profeta jeremías al profeta hananias: ¡Escucha
ahora, hananias! Jehová no te envió, y tu has hecho confiar en mentira a
este pueblo. Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo te quito de sobre la faz de
la tierra; en este año morirás, porque has hablado rebelión contra Jehová.
En el mismo año murió hananias, en el mes séptimo.
29
Estas son las palabras de la carta que el profeta jeremías envió desde
Jerusalén a los ancianos que habían quedado de los que fueron deportados a
los sacerdotes y profetas, y a todo el pueblo que nabucodonosor llevo cautivo
de Jerusalén a babilonia (después que salió el rey jeconias, la reina, los
del palacio, los gobernantes de juda y de Jerusalén, los artesanos y los
ingenieros de Jerusalén), por medio de elasa hijo de safan, y de gemarias
hijo de hilcias, a quienes envió sedequias, rey de juda, a babilonia, a
nabucodonosor, rey de Babilonia. La carta decía: Así ha dicho Jehová de los
ejércitos, Dios de Israel, a todos de la
cautividad que hice transportar de Jerusalén a babilonia: Edificad
casas y habitadlas; plantad huertos y comed del fruto de ellos. Casaos
y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos y dad maridos a
vuestras hijas, para tengan hijos e hijas. Multiplicaos allá, y no disminuyáis.
Procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a
Jehová, porque en su paz tendréis vosotros paz. Porque así ha dicho Jehová
de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están
entre vosotros, ni vuestros adivinos, ni hagáis caso de los sueños que sueñan.
Porque falsamente os profetizan en mi nombre. Yo no los envié, ha dicho Jehová.
Porque así dijo Jehová: Cuando en babilonia se cumplan los setenta años, yo
os visitare y despertare sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver
a este lugar. Porque yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice
Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Entonces me invocareis. Vendréis y orareis a mi, y yo os escuchare. Me
buscareis y me hallareis, porque me buscareis de todo vuestro corazón. Seré
hallado por vosotros, dice Jehová; haré volver a vuestros cautivos y os
reuniré de todas las naciones y
de todos los lugares adonde os arroje, dice Jehová. Y os haré volver al
lugar de donde os hice llevar. Pero vosotros habéis dicho: Jehová nos ha
levantado profetas en Babilonia. Pero así ha dicho Jehová acerca del rey que
esta sentado sobre el trono de David, y acerca de todo el pueblo que habita en
esta ciudad, de vuestros hermanos que no partieron con vosotros al cautiverio,
así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo envió contra ellos espada, hambre
y peste, y los pondré como los higos malos, que de tan malos no se pueden
comer. Los perseguiré con espada, con hambre y con peste, y los haré el
horror de todos los reinos de la tierra, objeto de aversión, de espanto, de
burla y de afrenta ante todas las naciones entre las cuales los he arrojado;
por cuanto no escucharon mis palabras, dice Jehová, que les envié por mis
siervos los profetas, desde el principio y sin cesar. No
habéis escuchado, dice Jehová. ¡Escuchad, pues, palabra de Jehová,
vosotros todos los deportados que envié de Jerusalén a babilonia! Así ha
dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, acerca de acab hijo de
colaias, y acerca de sedequias hijo de maasias, que os profetizan falsamente
en mi nombre: Yo los entrego en manos de nabucodonosor, rey de babilonia, y el
los matara delante de vuestros ojos. Y todos los deportados de juda que están
en Babilonia harán de ellos una maldición, diciendo: ¡Pongate Jehová como
a sedequias y como a acab, a quienes aso al fuego
el rey de babilonia!. Porque hicieron maldad en Israel: Cometieron
adulterio con las mujeres de sus prójimos y falsamente hablaron en mi nombre
palabra que no les mande; lo cual yo se y testifico, dice Jehová. Y a
semanias, de nehelam, hablaras, diciendo: Así hablo Jehová de los ejércitos,
Dios de Israel: tu enviaste cartas en tu nombre a todo el pueblo que esta en
Jerusalén, y al sacerdote sofonias hijo de maasias, y a todos los sacerdotes,
diciendo: Jehová te ha puesto por sacerdote en lugar del sacerdote joiada,
para que te encargues en la casa de Jehová de todo loco que profetice, poniéndolo
en el calabozo y en el cepo. ¿Por qué, pues, no has reprendido ahora a jeremías
de anatot, que os profetiza? Porque el nos envió a decir en Babilonia: Largo
será el cautiverio; edificad casas
y habitadlas; plantad huertos y comed el fruto de ellos. El sacerdote sofonias
había leído esta carta a oídos del profeta jeremías. Y vino palabra de
Jehová a jeremías, diciendo: Envía a decir a todos los cautivos: Así ha
dicho Jehová acerca de semaias, de nehelam: Por cuanto os profetizo semaias,
sin que yo lo hubiera enviado, y os hizo confiar en mentira, por eso, así ha
dicho Jehová: Yo castigare a semaias, de nehelam, y a su descendencia; no
tendrá varón que habite en medio de este pueblo, ni vera el que bien que haré
yo a mi pueblo, dice Jehová; porque contra Jehová ha hablado rebelión.
30
Palabra de Jehová que vino a jeremías, diciendo: Así hablo Jehová, Dios de
Israel: Escribe en un libro todas las palabras que te he hablado. Porque
vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo de
Israel y de juda, ha dicho Jehová, y los traerá a la tierra que di a sus
padres, y las disfrutaran. Estas, pues, son
las palabras que hablo Jehová acerca de Israel y de juda. Así ha dicho Jehová:
¡ Hemos oído gritos de terror y de espanto!
¡No hay paz! ¡Inquirid ahora, considerad si un varón da a luz!,
porque he visto que todos los hombres tenían las manos sobre sus caderas como
la mujer que esta de parto, y que se han puesto pálidos todos los rostros. ¡Ah,
cuan grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a el. Es un tiempo
de angustia para Jacob, pero de
ella será librado. Aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebrare el
yugo de su cuello y romperé sus coyundas, y extranjeros no volverán a
ponerlo en servidumbre, sino que servirán a Jehová, su Dios, y a David, su
rey, a quien yo les levantare. Tu, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice
Jehová; no te atemorices, Israel, porque he aquí que yo soy el que te salvo
de lejos, a ti y a tu descendencia, de la tierra de tu cautiverio. Jacob
volverá, descansara y vivirá tranquilo , y no habrá quien lo espante.
Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová. Y destruiré a todas las
naciones entre las cuales te esparcí. Pero a ti no te destruiré, aunque te
castigare con justicia: de ninguna manera te dejare sin castigo. Así ha dicho
Jehová: Incurable es tu quebrantamiento y dolorosa tu yaga. No hay quien
juzgue tu causa para sanarte; no hay para ti medicina eficaz. Todos tus
enamorados te olvidaron; no te buscan, porque te herí como hiere un enemigo,
con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de tus
muchos pecados. ¿Por qué gritas a causa de tu quebrantamiento? Incurable es
tu dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te
he hecho esto. Pero serán devorados todos los que te devoran, y todos tus
adversarios, todos ellos, Irán
al cautiverio; pisoteados serán los que te pisotearon, y a todos los que te
despojaron, yo los entregare al despojo. Mas yo haré venir sanidad para ti, y
sanare tus heridas, dice Jehová, porque Desechada te llamaron, diciendo: Esta
es sion, de la que nadie se acuerda. Así ha dicho Jehová: He aquí yo hago
volver a los cautivos de las tiendas de Jacob y de sus tiendas tendré
misericordia; la ciudad será edificada sobre su colina, y el palacio será
asentado en su lugar. Saldrá de ellos acción de gracias y voz de nación que
esta en regocijo. Los multiplicare y no serán disminuidos; los multiplicare y
no serán menoscabados. Serán sus hijos como antes, y su congregación
delante de mi será confirmada. Yo castigare a todos sus opresores. De ella
saldrá su soberano, y de en medio de ella saldrá su gobernante. Lo haré
acercarse y el se acercara a mi, porque, ¿quién es aquel que se atreve a
acercarse a mi?, dice Jehová. Entonces vosotros seréis mi pueblo y yo seré
vuestro Dios. La tempestad de Jehová sale con furor; la tempestad que se
prepara se cierne sobre la cabeza de los impíos. No se calmara el ardor de la
ira de Jehová hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón.
¡Al final de los días entenderéis esto!.
31
En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré el Dios de todas las familias de
Israel y ellas serán mi pueblo. Así ha dicho Jehová: El pueblo que escapo
de la espada hallo gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de
reposo. Jehová se me manifestó hace ya
mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por eso te prolongue mi
misericordia. Volveré a edificarte: serás reedificada, virgen de Israel. De
nuevo serás adornada con tus panderos y saldrás
en alegres danzas. Volverás a plantar viñas en los montes de samaria;
plantaran los que plantan y disfrutaran de ellas, porque habrá un día en que
clamaran los guardas en los montes de Efraín: ¡Levantaos y subamos a sion, a
Jehová, nuestro Dios!. Así ha dicho Jehová: Regocijaos en Jacob con alegría;
dad voces de jubilo a la cabeza de naciones. ¡Haced oír, alabad y decid:
Salva, Jehová, a tu pueblo, el resto de Israel! Yo los hago volver de la
tierra del norte, los reuniré de los extremos de la tierra; entre ellos,
juntamente a ciegos y a cojos, a la mujer que esta encinta y a la que dio a
luz. En la gran compañía volverán acá. Irán con llanto, mas con
misericordia los haré volver y los haré andar junto a arroyos de aguas, por
camino derecho en el cual no tropezaran, porque yo soy el padre de Israel, y
Efraín es mi primogénito. ¡Oíd
palabra de Jehová, naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos!
Decid: El que disperso a Israel, lo reunirá y guardara, como el pastor a su
rebaño, porque Jehová redimió a Jacob, lo redimió de mano del mas fuerte
que el. Vendrán con gritos de gozo a lo alto de sion y correrán a los bienes
de Jehová: al pan, al vino, al aceite y al ganado de ovejas y de vacas. Su
vida será como un huerto de trigo y nunca mas tendrá dolor alguno. Entonces
la virgen danzara alegremente, junto con los jóvenes y los viejos; cambiare
su llanto en gozo, los consolare y los alegrare de su dolor. El alma del
sacerdote satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mis bienes,
dice Jehová. Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en rama, llanto y lloro
amargo: es Raquel que llora por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de
sus hijos, porque perecieron. Así ha dicho Jehová: Reprime del santo tu voz
y de las lagrimas tus ojos, porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová.
Volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir,
dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra. Escuchando, he oído a
Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito;
conviérteme, y seré convertido, porque tu eres Jehová, mi Dios. Después
que me aparte, me arrepentí, y después me reconocí mi falta, me golpee el
muslo; me avergoncé y me confundí, porque lleve la afrenta de mi juventud.
¿No es Efraín un hijo precioso para mi? ¿No es un niño en quien me
deleito? Desde que hable de el, lo he recordado constantemente. Por eso mis
entrañas se conmovieron por el, y ciertamente tendré de el misericordia,
dice Jehová. Levanta para ti indicadores, ponte señales altas, fíjate con
atención en la calzada. ¡Vuélvete por el camino por donde fuiste, virgen de
Israel, vuelve a estas tus ciudades! ¿Hasta cuando andarás errante, hija de
rebelde?, porque Jehová ha creado una cosa nueva sobre la tierra: ¡La mujer
cortejara al varón!. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:
Aun dirán esta palabra en la tierra de juda y en sus ciudades, cuando yo haga
volver a sus cautivos: ¡Jehová te bendiga, morada de justicia, monte santo!
Y habitara allí juda; y en todas sus ciudades, los labradores y los que van
con los rebaños. Porque satisfaré al alma cansada y saciare a toda alma
entristecida. En esto, me desperté y mire, y mi sueño me fue agradable.
Vienen días, dice Jehová, en que sembrare la casa de Israel y la casa de
juda de simiente de hombre y de simiente de animal. Y así como tuve cuidado
de ellos para arrancar y derribar, para trastornar, perder y afligir, tendré
cuidado de ellos para edificar y plantar, dice Jehová. En aquellos días no
dirán mas: Los padres comieron las uvas agrias y a los hijos le da dentera,
sino que cada cual morirá por su propia maldad; a todo aquel que coma uvas
agrias le dará dentera. Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un
nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de juda. No como el pacto que
hice con sus padres el día en que tome su mano para sacarlos de la tierra de
Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos,
dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después
de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en
su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo, y no enseñara mas
ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová,
porque todos me conocerán, desde el mas pequeño de ellos hasta el mas
grande, dice Jehová. Porque perdonare la maldad de ellos y no me acordare mas
de su pecado. Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las
leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, para agitar el mar y
braman sus olas; Jehová de los ejércitos es su nombre: Si llegan a faltar
estas leyes delante de mi, dice Jehová, también faltaría la descendencia de
Israel, y dejaría de ser para siempre una nación delante de mi. Así ha
dicho Jehová: Si se pudieran medir los cielos arriba y explorar abajo los
fundamentos de la tierra, también yo desecharía toda la descendencia de
Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová. Vienen días, dice Jehová, en
que la ciudad será edificada a Jehová, desde la torre de hananeel hasta la
puerta del Angulo. El cordel de medir saldrá en línea recta hasta el collado
de gareb, y luego girara hacia goa. Todo el valle de los cadáveres y de la
ceniza, y todos los campos hasta el arroyo cedron, hasta la esquina de la
puerta de los caballos al oriente, serán santos a Jehová. Nunca volverán a
ser arrasados ni jamás serán destruidos.
32
Palabra de Jehová que vino a jeremías el año décimo de sedequias, rey de
juda que fue el año decimoctavo de nabucodonosor. Entonces el ejercito del
rey de babilonia tenia sitiada a Jerusalén, y el profeta jeremías estaba
preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de juda, porque
sedequias, rey de juda, lo había puesto en prisión, diciendo:¿Por qué
profetizas tu diciendo: Así ha dicho Jehová: Yo entrego esta ciudad en mano
del rey de babilonia, y la tomara; y sedequias, rey de juda, no escapara de la
mano de los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano
del rey de Babilonia. Hablara con el cara a cara,
y sus ojos verán sus ojos, y hará llevar a sedequias a babilonia, y
allá estará hasta que yo lo visite; y si peleáis contra los caldeos,
no os ira bien, dice Jehová?. Y jeremías dijo: La palabra de Jehová vino a
mi, diciendo: Hanameel, hijo de tu tío salum, viene a ti, diciendo: Cómprame
mi heredad que esta en anatot, porque tu tienes derecho de compra sobre ellos.
Y vino a mi hanamaeel, hijo de mi tío, conforme a la palabra de Jehová, al
patio de la cárcel, y me dijo: Cómprame ahora la heredad que esta en anatot,
en tierra de benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia y a ti
corresponde el rescate; cómprala para ti. Entonces reconocí que era palabra
de Jehová. Compre la heredad de hanameel,
hijo de mi tío, la cual estaba en anatot, y le pese el dinero: diecisiete
ciclos de plata. Redacte la escritura, la selle, la hice certificar con
testigos y pese el dinero en balanza. Luego tome la escritura de venta,
sellada según el derecho y costumbre, y la copia abierta.
Y entregue la carta de venta a baruc hijo de nerias hijo de maasias,
delante de hanameel, el hijo de mi tío, delante de los testigos que habían
suscrito la escritura de venta y delante de todos los judíos que estaban en
el patio de la cárcel. Y di orden a baruc delante de ellos, diciendo: Así ha
dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Toma estas escrituras, esta
escritura abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conserven
durante mucho tiempo. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de
Israel: Aun se compraran casas, heredades y viñas en esta tierra. Después
que di la escritura de venta a baruc hijo de nerias, ore a Jehová, diciendo:
¡Ah, Señor Jehová!, tu hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder y con
tu brazo extendido. Nada hay que sea difícil para ti. Tu haces misericordia a
millares , y castigas la maldad de los padres en
sus hijos después de ellos. ¡Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos
es su nombre! Grande eres en consejo y magnifico en hechos; tus ojos están
abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada
uno según sus caminos y según
el fruto de sus obras. Tu hiciste señales y portentos en la tierra de Egipto
hasta este día, en Israel y entre los seres humanos; así te has hecho
renombre, como se ve en este día. Sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de
Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y brazo extendido, y con gran
terror. Le diste esta tierra, la cual juraste a sus padres que les darías, la
tierra que fluye leche y miel.
Ellos entraron y la disfrutaron, pero no escucharon tu voz ni anduvieron en tu
ley. Nada hicieron de lo que les mandaste hacer, y por eso has hecho venir
sobre ellos todo este mal. He aquí que con arietes han acometido la ciudad
para tomarla, y la ciudad, a causa de la espada, el hambre
y la peste, va a ser entregada en manos de los caldeos que pelean
contra ella. Ha venido, pues, a suceder lo que tu dijiste, y he aquí lo estas
viendo. ¡Ah, Señor Jehová!, cuando la ciudad va a ser entregada en manos de
los caldeos, ¿tu me dices: cómprate la heredad por dinero y pon testigos?.
Vino palabra de Jehová a jeremías, diciendo: Yo soy Jehová, Dios de todo
ser viviente, ¿acaso hay algo que sea difícil para mi? Por tanto, así ha
dicho Jehová:. Voy a entregar esta ciudad en manos de los caldeos y en manos
de nabucodonosor, rey de babilonia, y la tomara. Y vendrán los caldeos que
atacan esta ciudad, le prenderán fuego y la quemaran, junto con las casas en
cuyas azoteas quemaron incienso a baal y derramaron
libaciones a dioses extraños para provocarme a ira, porque los hijos
de Israel y los hijos de juda no han hecho sino lo malo delante de mis ojos
desde su juventud; porque los hijos de Israel no han hecho mas que provocarme
a ira con la obra de sus manos, dice Jehová. De tal manera que para mi
enojo y mi indignación ha servido esta ciudad desde el día que la
edificaron hasta hoy. Yo, pues, la haré borrar de mi presencia, por toda la
maldad de los hijos de Israel y de los hijos de juda, que han hecho para
enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, y
los hombres de juda y los habitantes de Jerusalén. Ellos me volvieron la
espalda en vez del rostro, y cuando les
enseñaba desde el principio y sin cesar, no escucharon para recibir corrección,
sino que pusieron sus abominaciones en la casa en la cual es invocado mi
nombre, contaminándola. Y edificaron lugares altos a baal, los cuales están
en el valle del hijo de hinom, para hacer pasar por el fuego a sus hijos y a
sus hijas, en honor de moloc, lo cual no les mande. ¡Nunca pensé que
cometieran tal abominación para hacer pecar a juda! Con todo, ahora así dice
Jehová, Dios de Israel, a esta ciudad, de la cual decís vosotros: Entregada
será en mano del rey de babilonia a espada, a hambre y a peste: Yo los reuniré
de todas las tierras a las cuales los eche con mi
furor, con mi enojo y mi gran indignación; los haré volver a este
lugar y los haré habitar seguros, y ellos serán mi pueblo y yo seré su
Dios. Les daré un corazón y un camino, de tal manera que me teman por
siempre, para bien de ellos y de sus hijos después de ellos. Haré con ellos
un pacto eterno: que no desistiré
de hacerles el bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no
se aparten de mi. Yo me alegrare con ellos haciéndoles bien, y los plantare
en esta tierra en verdad, con todo mi corazón y con toda mi alma. Porque así
ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este mal tan grande, así
traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo. Poseerán heredad
en esta tierra de la cual vosotros decís: Esta desierta, sin hombres ni
animales, y va a ser entregada en manos de los caldeos. Heredades compraran
por dinero; harán escrituras y las sellaran, y pondrán testigos en tierra de
benjamín, en los alrededores de Jerusalén, en las ciudades de juda, en las
ciudades de las montañas, en las ciudades de la sefela y en las ciudades del
neguev porque yo haré regresar a sus cautivos, dice Jehová.
33
Vino palabra de Jehová a jeremías por segunda vez, estando el aun preso en
el patio de la cárcel, diciendo: Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra,
Jehová la formo para afirmarla; Jehová es su nombre: Clama a mi y yo te
responderé, y te enseñare cosas grandes y ocultas que tu no conoces. Porque
así ha dicho Jehová, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y de
las casas de los reyes de juda, derribadas por el ariete y la espada ( porque
salir a enfrentarse con los caldeos será llenarlas de cadáveres, de muertos
heridos por mi furor y mi ira, pues escondí mi rostro de esta ciudad a causa
de toda su maldad): Yo les traeré
sanidad y medicina; los curare y les revelaré abundancia de paz y de verdad.
Haré volver los cautivos de juda y los cautivos de Israel, y los reestableceré
como al principio. Los limpiare de toda su
maldad con que pecaron contra mi, y perdonare todas sus iniquidades con
que contra mi pecaron y contra mi se rebelaron. Esta ciudad me será por
nombre de gozo, de alabanza y de gloria entre todas las naciones de la tierra,
cuando oigan todo el bien que yo les hago. Temerán y temblaran por todo el
bien y toda la paz que yo les daré. Así ha dicho Jehová: En este lugar, del
cual decís que esta desierto, sin hombres y sin animales, en las ciudades de
juda y en las calles de Jerusalén, que están asoladas, sin nadie que habite
allí, ni hombre ni animal, ha de oírse aun voz de gozo y de alegría; voz de
novio y voz de novia; voz de los que digan: ¡Alabad a Jehová de los ejércitos,
porque Jehová es bueno, porque para siempre es su misericordia!; voz de los
que traigan ofrendas de acción de gracias a la casa de Jehová, porque yo
volveré a traer a los cautivos de la tierra, para que sea como al principio,
ha dicho Jehová. Así dice Jehová de los ejércitos: En este lugar desierto,
sin hombres ni animal, y en todas sus ciudades, aun habrá cabañas de
pastores que hagan pastar sus ganados. En las ciudades de las montañas, en
las ciudades de la sefela, en las ciudades del neguev, en la tierra de benjamín,
alrededor de Jerusalén y en las ciudades de juda, aun pasaran ganados por las
manos del que los cuente, dice Jehová. He aquí
vienen días, dice Jehová, en que yo confirmare la buena parte que he
hablado a la casa de Israel y a la casa de juda. En aquellos días y en aquel
tiempo haré brotar a David un renuevo justo, que actuara conforme al derecho
y a la justicia en la tierra. En aquellos días juda será salvo, y Jerusalén
habitara segura. Y se le llamara: Jehová, justicia nuestra. Porque así dice
Jehová: No faltara a David un descendiente que se siente sobre el trono de la
casa de Israel, ni a los sacerdotes y levitas faltara un descendiente que
delante de mi ofrezca holocausto,
encienda ofrenda y haga sacrificio cada día. Vino palabra de Jehová a jeremías,
diciendo: Así ha dicho Jehová: Si pudiera invalidarse mi pacto con el día y
mi pacto con la noche, de tal manera que no hubiera día ni noche a su debido
tiempo, podría también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que
deje de tener un hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y
sacerdotes, mis ministros. Como no puede ser contado el ejercito del cielo ni
se puede medir la arena del mar, así multiplicare la descendencia de David,
mi siervo, y de los levitas que me sirven. Vino palabra
de Jehová a jeremías, diciendo: ¿No te has fijado en lo que habla
este pueblo, diciendo: Las dos familias que Jehová escogió, las ha
desechado? ¡Así tienen un poco a mi pueblo, que ni siquiera lo tienen por
nación! Esto ha dicho Jehová: Si yo no he establecido mi pacto con el día y
con la noche, si no he puesto las leyes del cielo
y de la tierra, entonces es cierto que rechazare la descendencia de
Jacob y de David, mi siervo, para
no tomar de su descendencia a quien sea señor sobre la posteridad de Abraham,
de Isaac y de Jacob. Haré volver sus cautivos y tendré de ellos
misericordia.
34
Palabra de Jehová que vino a jeremías cuando nabucodonosor, rey
de babilonia, con todo su ejercito, todos los reinos de la tierra bajo
su señorío de su mano y todos los pueblos peleaban contra Jerusalén y
contra todas sus ciudades. Dijo así: Esto ha dicho Jehová, Dios de Israel:
Ve y habla a sedequias, rey de juda, y dile que así ha dicho Jehová: Yo
entregaré esta ciudad al rey de babilonia, el cual la entregara al fuego. Y
tu no escaparas de su mano, sino que ciertamente serás apresado y en su mano
serás entregado. Tus ojos verán los ojos del rey de babilonia, que te
hablara cara a cara, y entraras en Babilonia. Con todo, oye palabra de Jehová,
sedequias, rey de juda, porque así ha dicho Jehová acerca de ti: No morirás
a espada. En paz morirás, y así como quemaron especias por tus padres, los
reyes primeros que fueron antes de ti, las quemaran por ti, y te endecharan
diciendo: ¡Ay, señor!, porque yo he hablado la palabra, dice Jehová. Hablo,
pues, el profeta jeremías a sedequias, rey de juda, todas estas palabras en
Jerusalén. Y el ejercito del rey de Babilonia
peleaba contra Jerusalén y contra todas las ciudades de juda que habían
quedado: contra laquis y contra azeca, porque de las ciudades fortificadas de
juda, solo estas habían quedado. Palabra de Jehová que vino a jeremías
después que sedequias hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén, para
promulgarles libertad, que cada uno dejara libre a su esclavo hebreo y a su
esclava hebrea, y que nadie los usara mas como esclavos. Cuando oyeron todos
los jefes y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar libre
cada uno a su esclavo y cada uno a su esclava, que nadie los usara mas como
esclavos, obedecieron y los dejaron libres. Pero después se arrepintieron e
hicieron volver a los esclavos y a las esclavas que habían dejado libres, y
de nuevo los sujetaron como esclavos y esclavas.
Vino, pues, palabra de Jehová a jeremías, diciendo: Así dice Jehová,
Dios de Israel: Yo hice pacto con vuestros padres el día que los saque de
tierra de Egipto, de casa de servidumbre, diciendo: Al cabo de siete años
dejara cada uno a su hermano hebreo que le hubiera sido vendido; durante seis
años le servirá, y luego lo dejara ir libre. Pero vuestros padres no me
escucharon ni inclinaron su oído. Vosotros os habíais hoy
convertido y habíais hecho lo recto delante de mis ojos, anunciando
cada uno libertad a su prójimo; y habíais hecho pacto en mi presencia, en la
casa en la cual es invocado mi nombre. Pero os habéis vuelto atrás y
profanado mi nombre, y habéis vuelto a tomar cada uno a su esclavo y cada uno
a su esclava, que habíais dejado libres a su voluntad, y los habéis sujetado
para que os sean esclavos y esclavas. Por
tanto, así dice Jehová: Ya
que vosotros no me habéis escuchado para promulgar cada uno libertad a su
hermano y cada uno a su compañero, he aquí que yo promulgo libertad, dice
Jehová, a la espada, a la pestilencia y al hambre; y os pondré por afrenta
ante todos los reinos de la tierra. Y entregare a los hombres que quebrantaron
mi pacto, que no han llevado a efecto las palabras del pacto que celebraron en
mí presencia dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de
ellas; a los jefes de juda y a los jefes de Jerusalén, a los oficiales, a los
sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, que pasaron entre las partes del
becerro, los entregare en manos de sus enemigos y en manos de los que buscan
su vida; y sus cadáveres serán comida para las aves del cielo y para las
bestias de la tierra. A sedequias, rey de juda, y a sus jefes los entregare en
manos de sus enemigos, en manos de los que buscan su vida y en manos del
ejercito del rey de Babilonia, que se ha retirado de vosotros. Yo mandare,
dice Jehová, y los haré volver a esta ciudad. Pelearan contra ella, la
tomaran y la entregaran al fuego. Y convertiré en desolación las ciudades de
juda, hasta no quedar habitante alguno.
35
Palabra de Jehová que vino a jeremías en días de joacim hijo
de josias, rey de juda, diciendo: Ve a casa de los recabitas, habla con
ellos e introdúcelos en la casa de Jehová, en uno de los aposentos, dales de
beber vino. Tome entonces a jaazanias hijo de jeremías hijo de habasinias, a
sus hermanos, a todos sus hijos y a toda la familia de los recabitas, y los
lleve a la casa de Jehová, al aposento de los hijos de hanan hijo de igdalias,
hombre de Dios, el cual estaba junto al aposento de los jefes, que estaba
sobre el aposento de maasias hijo de salum, guarda de la puerta. Puse delante
de los hijos de la familia de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y
les dije: Bebed vino. Pero ellos dijeron: No beberemos vino, porque jonadab
hijo de recab, nuestro padre, nos ordeno diciendo: No beberéis jamás vino,
vosotros ni vuestros hijos. No edificareis casa y no sembrareis sementera ni
plantareis viña ni la retendréis, sino que habitareis en tiendas todos
vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde
vosotros habitáis. Y nosotros hemos
obedecido a la voz de nuestro padre jonadab hijo de recab en todas las cosas
que nos mando: No beber vino en todos nuestros días, ni nosotros ni nuestras
mujeres ni nuestros hijos ni nuestras hijas; y no edificar casas para nuestra
habitación, ni tener viña ni heredad ni sementera.
Habitamos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todas
las cosas que nos mando jonadab, nuestro padre. Sucedió, no obstante, que
cuando nabucodonosor, rey de Babilonia , subió a la tierra, dijimos: Venid,
ocultemos en Jerusalén de la presencia del ejercito de los caldeos y de la
presencia del ejercito de los de siria, y en Jerusalén nos quedamos. Vino
palabra de Jehová a jeremías, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos,
Dios de Israel: Ve y di a los hombres de juda y a los habitantes de Jerusalén:
¿ No aprenderéis a obedecer mis palabras? Dice Jehová. Fue firme la palabra
de jonadab hijo de recab, el cual
mando a sus hijos que no bebieran vino, y no lo han bebido hasta hoy, por
obedecer al mandamiento de su padre. En cambio, yo os he hablado desde el
principio y sin cesar, y no me habéis escuchado. Envié a vosotros todos mis
siervos los profetas, desde el principio y sin cesar, para deciros: Volveos
ahora cada uno de vuestro mal camino, enmendad vuestras obras y no vayáis
tras dioses extraños para servirlos, y viviréis en la tierra que os di a
vosotros y a vuestros padres; pero no inclinasteis vuestro oído ni me
escuchasteis. Ciertamente los hijos de jonadab hijo de recab tuvieron por
firme el mandamiento que les dio su padre; pero este pueblo no me ha
obedecido. Por tanto, así ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos, Dios de
Israel: Yo traeré sobre juda y sobre todos los habitantes de Jerusalén todo
el mal que contra ellos he
hablado, porque les hable y no escucharon, los llame y no han respondido.
Dijo, pues, jeremías a la familia de los recabitas: Así ha dicho Jehová de
los ejércitos, Dios de Israel: Por
cuanto obedecisteis al
mandamiento de jonadab, vuestro padre, y guardasteis todos sus mandamientos e
hicisteis conforme a todas las cosas que el os mando, por eso, no faltara de
jonadab hijo de recab, un descendiente que este
en mi presencia todos los días. Así ha dicho Jehová de los ejércitos,
Dios de Israel.
36
Aconteció en el cuarto año de joacim hijo de josias, rey de juda, que vino
esta palabra de Jehová a jeremías, diciendo: Toma un rollo en blanco y
escribe en el todas las palabras que te he hablado contra Israel, contra juda
y contra todas las naciones, desde el día en que comencé a hablarte, desde
los días de josias hasta hoy. Quizá oiga la casa de juda todo el mal que yo
pienso hacerles para que se arrepienta cada uno de su mal camino. Entonces yo
perdonare su maldad y su pecado. Llamo jeremías a baruc hijo de nerias, y
escribió baruc en un
rollo en blanco, dictadas por jeremías, todas las palabras que Jehová le había
hablado. Después mando jeremías
a baruc, diciendo: A mi se me ha prohibido entrar en la casa de Jehová. Entra
tu, pues, y de este royo que escribiste dictado por mi, lee las palabras de
Jehová a los oídos del pueblo en la casa de Jehová, el día del ayuno. Y
las leerás también a oídos de todos los de juda que vienen de sus ciudades.
Quizá llegue la oración de ellos a la presencia de
Jehová, y se vuelva cada uno de su mal camino; porque grande es el
furor y la ira que ha expresado Jehová contra este pueblo. Y baruc hijo de
nerias hizo conforme a todas las cosas que le mando el profeta jeremías,
leyendo el libro las palabras de Jehová en la casa de Jehová. Aconteció en
el año quinto de joacim hijo de josias, rey de juda, el mes noveno, que en la
presencia de Jehová promulgaron ayuno a todo el pueblo de Jerusalén y a todo
el pueblo que venia de las ciudades de juda a Jerusalén. Y baruc leyó del
libro las palabras de jeremías en la casa de Jehová, en el aposento de
gemarias hijo de safan, escriba, en el atrio de arriba, a la entrada de la
puerta nueva de la casa de Jehová,
a oídos del pueblo. Micaias hijo de gemarias hijo de safan, habiendo oído
del libro todas las palabras de Jehová, descendió a la casa del rey, al
aposento del secretario, y encontró que todos los jefes estaban allí
sentados: Elisama, el secretario, delaia hijo de semaias, enlatan hijo de
acbor, gemarias hijo de safan, sedequias hijo de ananás, y todo los demás
jefes. Y les contó micaias todas las palabras que había oído cuando baruc
leyó del libro a oídos del pueblo. Entonces enviaron todos los jefes a
jehedi hijo de netanias hijo de selemias, hijo de cusi, a decirle a baruc:
Toma el rollo en el que leíste a oídos del pueblo, y ven. Y baruc hijo de
nerias tomo el rollo en su mano y fue a ellos. Le dijeron: Siéntate ahora y léenoslo
a nosotros. Y baruc se lo leyó. Cuando oyeron todas aquellas palabras, cada
uno se volvió espantado a su compañero, y dijeron a baruc: ¡Sin duda, le
contaremos al rey todas estas palabras!. Preguntaron luego a baruc, diciendo:
- Cuéntanos ahora como escribiste de boca
de jeremías todas estas palabras. Baruc les dijo: - El me dictaba en voz alta
todas estas palabras y yo las escribía con tinta en el libro. Entonces
dijeron los príncipes a baruc: - Vete, y escondeos tu y jeremías, y que
nadie sepa donde estáis. Entraron luego a donde estaba el rey, al
atrio, habiendo depositado el royo en el aposento de elisama, el
secretario; y contaron a oídos del rey todas estas palabras. Envió el rey a
jehudi a que tomara el rollo, y el lo tomo del aposento de elisama, el
secretario. Y leyó jehudi del rollo a oídos del rey y a oídos de todos los
jefes que se hallaban junto al rey. Estaba entonces el rey en la casa de
invierno, en el mes noveno, y había un brasero encendido delante de el. Y
cuando jehudi había leído tres o cuatro planas, el rey las rasgaba con un
cortaplumas de escriba y las arrojaba al fuego que había en el brasero. Así
hasta que todo el rollo se consumió en el fuego del brasero. No tuvieron
temor ni rasgaron sus vestidos, ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron
todas estas palabras. Y aunque enlatan, delaia y gemarias rogaron al rey que
no quemara aquel rollo, no los quiso escuchar. También mando el rey a
jarameel hijo de hamelec, a seraias hijo de azriel y a selemias hijo de abdeel,
que apresaran a baruc, el escriba, y al profeta jeremías. Pero Jehová los
escondió. Después que el rey quemo el rollo que contenía las palabras
escritas por baruc al dictado de jeremías, vino palabra de Jehová a jeremías,
diciendo: Vuelve a tomar otro rollo y escribe en el todas las palabras
primeras que estaban en el primer rollo que quemo joacim, rey de juda. Y dirás
a joacim, rey de juda: Así ha dicho Jehová: Tu quemaste este rollo,
diciendo: ¿Por qué escribiste en el que de cierto vendrá el rey de
Babilonia, y que destruirá esta tierra y hará que no queden en ella ni
hombres ni animales?. Por tanto, esto ha dicho Jehová acerca de joacim, rey
de juda: No tendrá quien se siente sobre el trono de David, y su cuerpo será
echado al calor del día y al hielo de la noche. Castigare su maldad en el, en
su descendencia y en sus siervos. Traeré sobre ellos, sobre los habitantes de
Jerusalén y sobre los hombres de juda, todo el mal que les he anunciado y que
no quisieron escuchar. Tomo, pues, jeremías otro rollo y lo dio a baruc hijo
de nerias, escriba; y escribió
el, dictadas por jeremías, todas las palabras del libro que quemo en el fuego
joacim, rey de juda. Y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras
semejantes.
37
En lugar de conias hijo de joacim reino el rey sedequias hijo de josias, al
cual nabucodonosor, rey de Babilonia, constituyo por rey
en la tierra de juda. Pero no obedecieron ni el ni sus siervos ni el
pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las cuales dijo por medio del
profeta jeremías. Envió el rey sedequias a jucal hijo de selemias y al
sacerdote sofonias hijo de maasias para que dijeran al profeta jeremías:
Ruega ahora por nosotros a Jehová, nuestro Dios. Y jeremías entraba y salía
en medio del pueblo, porque todavía no lo habían puesto en la cárcel.
Cuando ya el ejercito del faraón había salido de Egipto y llego la noticia
de ello a oídos de los caldeos que tenían sitiada a Jerusalén, se retiraron
de Jerusalén. Entonces vino palabra de Jehová al profeta jeremías,
diciendo: Así ha dicho Jehová, Dios de Israel, que digáis al rey de juda,
que os envió a mi para que me consultarais: el ejercito del faraón, que había
salido en vuestro socorro, se ha vuelto a la tierra de Egipto. Por eso, los
caldeos vendrán de nuevo, atacaran esta ciudad, la tomaran y le prenderán
fuego. Así dice Jehová: No os engañáis a vosotros mismos diciendo: Sin
duda, los caldeos se Irán ya de aquí, porque no se Irán, porque aun
cuando derrotarais a todo el ejercitó de los caldeos que pelean contra
vosotros, y solamente quedaran de ellos algunos hombres heridos, cada uno se
levantaría de su tienda para prender fuego a esta ciudad. Aconteció que
cuando el ejercito de los caldeos se retiro de Jerusalén a causa del ejercito
del faraón, jeremías salía de Jerusalén para irse a tierra de benjamín,
para apartarse de en medio del pueblo. Y cuando llego a la puerta de benjamín,
estaba allí un capitán que se llamaba irías hijo de selemias hijo de
hananias, el cual apreso al profeta jeremías, diciendo: ¡Tu te pasas a los
caldeos!. Jeremías dijo: ¡Falso,
no me paso a los caldeos!. Pero el no le escucho, sino que prendió irías a
jeremías y lo llevo delante de sus jefes. Los jefes se airaron contra jeremías.
Lo azotaron y lo pusieron en prisión en la casa del escriba Jonatan, la cual
habían convertido en cárcel. Entro, pues, jeremías en la casa de la
cisterna y en las bóvedas. Y habiendo estado allá jeremías por muchos días,
el rey sedequias envió y lo
saco; y le pregunto el rey secretamente en su casa, diciendo: ¿Hay palabra de
Jehová?. Jeremías dijo: Hay; y agrego: en manos del rey de Babilonia serás
entregado. Dijo también jeremías al rey sedequias: ¿En que peque contra ti,
contra tus siervos y contra este pueblo, para que me pusierais en la cárcel?
¿Dónde estas vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el
rey de Babilonia contra vosotros ni contra esta tierra? Escucha, pues, te
ruego, mi señor, el rey, atiende ahora mi suplica que traigo delante de ti:
¡No me hagas volver a casa del escriba Jonatan, para que no me muera allí!.
Entonces dio orden el rey sedequias, y custodiaron a jeremías en el patio de
la cárcel, haciéndole dar una torta de pan al día, de la calle de los
panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se agotara.
Y quedo jeremías en el patio de la cárcel.
38
Oyeron sefatias hijo de matan, gedalias hijo de pasur, jucal hijo de selemias
y pasur hijo de malquias, las palabras que jeremías hablaba a todo el pueblo,
diciendo: Así ha dicho Jehová: El que
se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre o de peste; pero el que se
pase a los caldeos, vivirá. Su vida le será por botín, y vivirá. Así ha
dicho Jehová: De cierto será entregada esta ciudad en manos del ejercito del
rey de Babilonia, y la tomara. Y dijeron los jefes al rey: muera ahora este
hombre; porque de esta manera hace desmayar las manos de los hombres de guerra
que han quedado en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo, hablándoles
tales palabras; porque este hombre no busca la paz de este pueblo, sino el
mal. Dijo el rey sedequias: El esta en vuestras manos, pues el rey nada puede
hacer contra vosotros. Entonces tomaron ellos a jeremías y lo hicieron meter
en la cisterna de malquias hijo de hamelec, que estaba en el patio de la cárcel.
Bajaron a jeremías con sogas a la cisterna, en la que no había agua, sino
barro; y se hundió jeremías en le barro. Oyó ebed-melec, un etiope, eunuco
de la casa real, que habían puesto a jeremías en la cisterna; y estando
sentado el rey a la puerta de benjamín, ebed-melec salió de la casa del rey
y hablo al rey, diciendo: Mi señor,
el rey, mal hicieron estos hombres en todo lo que han hecho con el profeta
jeremías, al cual hicieron meter, pues no hay mas pan en la ciudad. Entonces
mando el rey al mismo etiope ebed-melec consigo a los hombres y entro en la
casa del rey, debajo de la tesorería; tomo de allí trapos viejos, raidos y
andrajosos, y con unas sogas los echo a jeremías en la cisterna. Y dijo el
etiope ebd-melec a jeremías: Ponte ahora esos trapos viejos, raidos
y andrajosos bajo los sobacos, por debajo de las sogas. Y lo hizo así jeremías.
De este modo sacaron con sogas a jeremías y lo subieron de la cisterna. Y
quedo jeremías en el patio de la cárcel. Después
el rey sedequias mando
traer al profeta jeremías a su
presencia, en la tercera entrada de la casa de Jehová. Y dijo el rey a jeremías:
- Te haré una pregunta; no me ocultes ninguna cosa. Jeremías dijo a
sedequias: - Si te lo declaro, ¿No es cierto que me mataras? Y si te doy
consejo, no me escucharas. Juro el rey sedequias en secreto a jeremías
diciendo: - ¡Vive Jehová que
nos hizo esta alma, que no te
matare ni te entregare en manos de esos hombres que buscan tu vida!. Entonces
dijo jeremías a sedequias: - Así ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos,
Dios de Israel: Si te entregas en seguida a los jefes del rey de Babilonia, tu
alma vivirá y esta ciudad no será incendiada; vivirás tu y tu casa. Pero si
no te entregas a los jefes del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada
en manos de los caldeos; ellos la incendiaran,
y tu no escaparas de sus
manos. Y dijo el rey sedequias a jeremías: - Tengo temor de que los judíos
que se han pasado a los caldeos me entreguen en sus manos y hagan burla de mi.
Dijo jeremías: - No te entregaran. Oye ahora la voz de Jehová que yo te
hablo, y te ira bien y vivirás. Pero si no quieres entregarte, esta es la
palabra que me ha mostrado Jehová: Todas las mujeres que han quedado en casa
del rey de juda serán entregadas a los jefes del rey de Babilonia, y ellas
mismas dirán: Te han engañado, y han prevalecido contra ti tus amigos;
hundieron en el barro tus pies, se volvieron atrás. Entregaran, pues, todas
tus mujeres y tus hijos a los caldeos, y tu no escaparas de sus manos, sino
que serás entregado al poder del rey de Babilonia, el cual prendera fuego a
esta ciudad. Dijo sedequias a jeremías: - Nadie sepa estas palabras, y no
morirás. Y si los jefes oyen que
yo he hablado contigo, y vienen a ti a decirte: Decláranos ahora que hablaste
con el rey; no nos lo ocultes, y no te mataremos; y dinos también que te dijo
el rey, les dirás: Suplique al
rey que no me hiciera volver a casa de Jonatan, para que no me muriera allí.
Vinieron luego, en efecto, todos los jefes a jeremías y lo interrogaron. El
les respondió conforme a todo lo que el rey le había mandado. Con esto se
alejaron de el, porque el asunto había sido oído. Y quedo jeremías en el
patio de la cárcel hasta el día que fue tomada Jerusalén. Allí estaba
cuando Jerusalén fue tomada.
39
En el noveno año de sedequias, rey de juda, en el mes décimo, vino
nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejercito contra Jerusalén, y la
sitiaron. En el undécimo año de sedequias, en el mes cuarto, a los nueve días
del mes, se abrió una brecha en el muro de la ciudad. Entraron todos los
jefes del rey de Babilonia y acamparon a la puerta del medio: nergal-sarezer,
sangar-nebo, sarsequim, jefe de los eunucos, nergal-sarezer, alto funcionario,
y todos los demás jefes del rey de Babilonia. Al verlos, sedequias, rey de
juda, y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad
por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió
el rey por el camino del araba. Pero el ejercito de los caldeos los siguió, y
alcanzaron a sedequias en la llanura de Jericó. Lo apresaron y lo hicieron
subir a ribla, en tierra de hamat, donde estaba nabucodonosor, rey de
Babilonia, el cual lo sentencio. Degolló el rey de Babilonia a los hijos de
sedequias en presencia de este, en ribla. Asimismo, el rey de Babilonia hizo
degollar a todos los nobles de juda, y al rey sedequias le saco los ojos y lo
aprisiono con grillos para llevarlo a Babilonia. Los caldeos incendiaron la
casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. Al
resto del pueblo que había quedado en la ciudad y a los
que se habían adherido a el, con todo el resto del pueblo que había
quedado, nabuzaradan, capitán de la guardia, hizo que en tierra de juda se
quedaran los pobres del pueblo, los que nada tenían, y les dio viñas y
heredades. Nabucodonosor había dado ordenes a nabuzaradan, capitán de la
guardia, acerca de jeremías, diciendo: Tómalo y vela por el; no le hagas mal
alguno, sino haz con el como el te diga. Por tanto, nabuzaradan, capitán de
la guardia, el jefe de los eunucos nabusazban, el alto funcionario nergal-sarezer
y todos los jefes del rey de Babilonia enviaron entonces a traer a jeremías
del patio de la cárcel, y lo entregaron a gedalias hijo de ahicam hijo de
safan, para que lo llevara a casa. Y habito en medio del pueblo. Estando preso
jeremías en el patio de la cárcel, le vino palabra de Jehová, diciendo: Ve,
habla a ebed-melec, el etiope, y dile: Así ha dicho Jehová de los ejércitos,
Dios de Israel: Yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal y no para
bien. Y esto sucederá en aquel día en presencia tuya. Pero en aquel día yo
te librare, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes
tu temes. Ciertamente te librare y no caerás en espada, sino que tu vida te
será por botín, porque tuviste confianza en mi, dice Jehová.
40
Palabra de Jehová que vino a jeremías, después que nabuzaradan, capitán de
la guardia, le envió desde rama, cuando lo encontró atado con cadenas entre
todos los cautivos de Jerusalén y de juda que iban deportados a Babilonia.
Tomo, pues, el capitán de la
guardia a jeremías y le dijo:
Jehová, tu Dios, anuncio este mal contra este lugar; y lo ha traído
y hecho Jehová según lo había dicho, porque pecasteis contra Jehová
y no escuchasteis su voz. Por eso os ha venido esto. Y ahora, he aquí
que en este día yo te he librado de las cadenas que tenias en tus
manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo velare por ti;
pero si no te parece bien venir conmigo a Babilonia, puedes quedarte. Mira,
toda la tierra esta delante de ti: ve a donde mejor y mas cómodo te parezca
ir. Si prefieres quedarte, vuélvete a gedalias hijo de ahicam hijo de safan,
a quien el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades
de juda, y vive con el en medio del pueblo. O ve a donde te parezca pueblo. O ve a donde te parezca n de la guardia provisiones y un presente, y lo
despidió. Se fue entonces jeremías a gedalias hijo de ahicam, mizpa, y
habito con el en medio del pueblo que había quedado en la tierra. Los jefes
del ejercito que estaban por el campo
junto con sus hombres, cuando
oyeron que el rey de Babilonia
había puesto a gedalias hijo de ahicam para gobernar la tierra, y que le había
encomendado los hombres, las mujeres y los niños, y los pobres de la tierra
que no fueron deportados a Babilonia, se presentaron a gedalias, en mizpa.
Eran: Ismael hijo de netanias, johanan y Jonatan hijos de carea, seraias hijo
de tanhumet, los hijos de efai, el netofatita, y jezanias, hijo de un maacateo;
todos ellos junto con sus hombres. Y gedalias hijo de ahicam hijo de safan les
juro a ellos y a sus hombres, diciendo: No tengáis temor de servir a los
caldeos. Habitad en la tierra, servid al rey de Babilonia y os ira bien. Y he
aquí que yo habito en mizpa, para tratar con los caldeos que vendrán a
nosotros. Pero vosotros tomad el vino, los frutos del verano y el aceite,
ponedlos en vuestros almacenes y quedaos en vuestras ciudades que habéis
tomado. Asimismo todos los judíos que estaban en moab, entre los hijos de Amón,
en edom, y los que estaban en todas las tierras, cuando oyeron decir que el
rey de Babilonia había dejado a algunos en juda y que había puesto sobre
ellos a gedalias hijo de ahicam hijo de safan, todos estos judíos regresaron
entonces de todos los lugares adonde habían sido echados, y vinieron a
tierra de juda, junto a gedalias, en mizpa. Y recogieron vino y abundantes
frutos. Johanan hijo de carea y todos los capitanes de la gente de guerra que
estaban en el campo vinieron a gedalias, en mizpa, y le dijeron: ¿No sabes
que baalis, rey de los hijos de Amón, ha enviado a Ismael hijo de netanias
para matarte?. Pero gedalias hijo
de ahicam no los creyó. Entonces johanan hijo de carea hablo a gedalias en
secreto, en mizpa, diciendo: Yo iré ahora y matare a Ismael hijo de netanias,
y nadie lo sabrá. ¿Por qué te ha de matar, de modo que todos los judíos
que se te han reunido se dispersen y perezca el resto de juda?. Pero gedalias
hijo de ahicam dijo a johanan hijo de carea: No hagas eso, porque es falso lo
que dices de Ismael.
41
Aconteció en el mes séptimo que Ismael hijo de netanias hijo de elisama, de
la descendencia real, junto con algunos oficiales del rey y diez hombres, vino
a gedalias hijo de ahicam, en mizpa. Y juntos comieron pan en mizpa. De pronto
se levanto Ismael hijo de netanias, y los diez hombres que con el estaban, e
hirieron a espada a gedalias hijo de ahicam hijo de safan, matando así a
aquel a quien el rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra.
Asimismo mato Ismael a todos los judíos que estaban con gedalias en mizpa, y
a los soldados caldeos que allí estaban. Sucedió además, al día siguiente
de haber matado a gedalias, cuando aun nadie lo sabia, que llegaron unos
hombres de siquem, de silo y de samaria. Eran ochenta hombres, con la barba
rapada, las ropas rasgadas y llenos de rasguños, que en sus manos traían
ofrendas e incienso para llevar a la casa de Jehová. De mizpa les salió al
encuentro, llorando, Ismael hijo de netanias. Y aconteció que cuando los
encontró, les dijo: ¡Venid a presentaros a gedalias hijo de ahicam!. Cuando
ya habían entrado en la ciudad, Ismael hijo de netanias, junto con sus
hombres, los degollaron y los arrojaron a una cisterna, pero entre aquellos
había diez hombres que dijeron a Ismael: No nos mates, porque tenemos en el
campo reservas de trigo, cebada, aceite y miel. Y no los mato como había
hecho con sus hermanos. La cisterna a la que Ismael arrojo los cuerpos de
todos los hombres que mato a causa de gedalias, era la misma que había hecho
el rey asa a causa de baasa, rey de Israel. Ismael hijo de netanias la lleno
de muertos. Después Ismael llevo cautivos a todo el resto del pueblo que
estaba en mizpa, a las hijas del rey y a todo el pueblo que había quedado en
mizpa, el cual había encargado nabuzaradan, capitán de la guardia, a
gedalias hijo de ahicam. Los llevo, pues,
cautivos Ismael hijo de natanias y se fue para pasarse a los hijos de
Amón. Johanan hijo de carea y todos los capitanes de la gente de
guerra que estaba con el oyeron todo el mal que había hecho Ismael
hijo de netanias. Entonces tomaron a todos los hombres y fueron a pelear
contra Ismael hijo de netanias, a quien hallaron junto al gran estanque que
esta en gabaon. Y sucedió que cuando todo el pueblo que estaba con Ismael vio
a johanan hijo de carea, y a todos los capitanes de la gente de guerra que
estaban con el, se alegraron. Y todo
el pueblo que Ismael había traído cautivo de mizpa se volvió y fue con
johanan hijo de carea. Pero Ismael hijo de netanias y otros ocho hombres
escaparon delante de johanan y se fueron con los hijos de Amón. Entonces
johanan hijo de carea, junto con todos los capitanes de la gente de guerra que
con el estaban, tomaron a todo el resto del pueblo, el cual habían
recobrado de Ismael hijo de netanias, que se lo había llevado de mizpa
después de matar a gedalias hijo de ahicam. Eran hombres de guerra, mujeres,
niños y eunucos, que johanan había traído de gabaon. Fueron y habitaron en
gerut-quiman, que esta cerca de Belén, con el fin de continuar su camino
hasta entrar en Egipto, a causa de los caldeos. Ellos temían a los caldeos
porque Ismael hijo de netanias había dado muerte a gedalias hijo de ahicam, a
quien el rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra.
42
Vinieron todos los capitanes de la gente de guerra, junto con johanan hijo de
carea, jezanias hijo de osias y todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor,
y dijeron al profeta jeremías: - Acepta ahora nuestra suplica delante de ti y
ruega por nosotros a Jehová, tu Dios, por todo este resto (pues de muchos que
éramos hemos quedado unos pocos, como ya ves por tus propios ojos), para que
Jehová, tu Dios, nos indique el camino por donde debemos ir y lo que debemos
hacer. El profeta jeremías dijo: - Os he oído. Y he aquí que voy a rogar a
Jehová, vuestro Dios, como habéis dicho, y a todo lo que Jehová os
responda, os lo haré saber. No os ocultare palabra alguna. Ellos dijeron a
jeremías: - Jehová sea entre nosotros testigo de la verdad y de la lealtad,
si no hacemos conforme a todo aquello para lo cual Jehová, tu Dios, a la voz
de Jehová, nuestro Dios, nos vaya bien. Aconteció que al cabo de
diez días vino palabra de Jehová a jeremías. Y llamo a johanan hijo
de carea y a todos los capitanes de la gente de guerra que con el estaban, y a
todo el pueblo, desde el menor y hasta el mayor, y les dijo: Así ha dicho
Jehová, Dios de Israel, ante quien me enviasteis para presentar vuestros
ruegos en su presencia: Si permanecéis quietos en esta tierra, os edificare y
no os destruiré; os plantare y no os arrancare, porque estoy arrepentido del
mal que os he hecho. No temáis
de la presencia del rey de Babilonia, al cual tenéis miedo; no temáis de su
presencia, ha dicho Jehová, porque con vosotros estoy yo para salvaros y
libraros de su mano. Tendré compasión de vosotros, y el se
compadecerá de vosotros y os hará regresar a vuestra tierra. Pero si
decís: No habitaremos en esta tierra, desobedeciendo así la voz de Jehová,
vuestro Dios, y afirmando: No, sino que entraremos en la tierra de Egipto, en
la cual no veremos guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni padeceremos
hambre, y allá habitaremos, después, por eso, oíd
la palabra de Jehová, resto de juda, porque así ha dicho
Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Si vosotros volvéis
vuestros rostros para entrar en Egipto, y entráis para habitar allá, sucederá
que la espada que teméis os alcanzara allí, en la tierra de Egipto, y el
hambre que os asusta os perseguirá allá en Egipto, y allí moriréis. Todos
los hombres que vuelvan su rostro para entrar en Egipto y habitar allí, morirán
a espada, de hambre y de peste; no habrá de ellos quien quede vivo ni quien
escape del mal que yo traeré sobre ellos. Así ha dicho Jehová de los ejércitos,
Dios de Israel: Como se derramo mi enojo y mi ira sobre los habitantes de
Jerusalén, así se derramara mi ira
sobre vosotros cuando entréis en Egipto; y seréis objeto de aversión,
de espanto, de maldición y de afrenta; y no veréis mas este lugar.
Jehová os dijo a vosotros, resto de juda: No vayáis a Egipto. Sabed
ciertamente que os lo advierto hoy. ¿Por qué hicisteis errar vuestras almas?
Pues vosotros me enviasteis ante Jehová,
vuestro Dios, diciendo: Ruega por nosotros a Jehová, nuestro Dios, y
haznos saber todas las cosas que diga Jehová, nuestro Dios, y lo haremos.
Esto es lo he declarado hoy, pero no habéis obedecido a la voz de Jehová,
vuestro Dios, ninguna de las cosas por las cuales me envió a vosotros. Ahora,
pues, sabed de cierto que moriréis a espada, de hambre y de peste en el lugar
donde desatéis entrar para habitar allí.
43
Aconteció que cuando jeremías acabo de hablar a todo el pueblo todas las
palabras de Jehová, su Dios, todas estas palabras que Jehová, su Dios, le
había enviado a decirles, azarias hijo de osaias, johanan hijo de carea y
todos los hombres soberbios dijeron a jeremías: ¡Mentira dices! No te ha
enviado Jehová, nuestro Dios, para decirnos: No vayáis a Egipto para habitar
allí, sino que baruc hijo de nerias te incita contra nosotros, para
entregarnos en manos de los caldeos, para matarnos y hacernos deportar a
Babilonia. No obedecieron, pues, ni johanan hijo de carea ni los capitanes de
la gente de guerra ni todo el pueblo, a la voz de Jehová para que se quedaran
en tierra de juda, sino que johanan hijo de carea, con todos los capitanes de
la gente de guerra, tomaron al resto de juda, que había regresado de todas
las naciones adonde había sido echado, para habitar en tierra de juda. Eran
los hombres, mujeres y niños, las hijas del rey y todas las demás personas
que junto con gedalias hijo de ahicam hijo de safan, y con el profeta jeremías
y baruc hijo de nerias, había dejado nabuzaradan, capitán de la guardia.
Entraron, pues, en tierra de Egipto, sin obedecer a la voz de Jehová, y
llegaron hasta tafnes. Vino palabra de Jehová a jeremías en tafnes,
diciendo: Toma en tus manos unas piedras grandes y cúbrelas de barro en el
enladrillado que esta a la puerta de la casa del faraón en tafnes, a la vista
de los hombres de juda y diles: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios
de Israel: Yo enviare y tomare a nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y
pondré su trono sobre estas piedras que he escondido, y el extenderá su
pabellón sobre ellas. Vendrá y asolara la tierra de Egipto: los que a
muerte, a muerte; los que a cautiverio, a cautiverio, y los que a espada, a
espada. Incendiara los templos de los dioses de Egipto; los quemara, y a ellos
los llevara cautivos. Limpiara la tierra de Egipto, como el pastor limpia su
capa, y saldrá a allá en paz. Destruirá, además, las estatuas de bet-semes,
que esta en tierra de Egipto, y entregara al fuego los templos de los dioses
de Egipto.
44
Palabra que vino a jeremías acerca de todos los judíos que habitaban en la
tierra de Egipto, que Vivian en migdol, en tafnes, en menfis y en tierra de
patros, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:
Vosotros habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre todas
las ciudades de juda. Ahora están asoladas, y no hay quien habite en ellas a
causa de la maldad que ellos cometieron para enojarme, yendo a ofrecer
incienso, honrando a dioses extraños que ni ellos habían conocido, ni
vosotros ni vuestros padres. Envié a vosotros todos mis siervos los
profetas, desde el principio y sin cesar, para deciros: ¡No hagáis esta cosa
abominable que yo aborrezco!. Pero no oyeron ni inclinaron su oído para
convertirse de su maldad, para dejar de ofrecer incienso a dioses extraños.
Se derramo, por tanto, mi ira y mi furor, y se encendió en las ciudades de
juda y en las calles de Jerusalén. Y fueron puestas en ruina y desolación,
como lo están hoy. Ahora, pues,
así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis un
mal tan grande contra vosotros mismos, para que en medio de juda sean
destruidos el hombre y la mujer, el muchacho y el niño de pecho, sin que os
quede resto alguno, haciéndome enojar con las obras de vuestras manos,
ofreciendo incienso a dioses extraños en la tierra de Egipto adonde habéis
entrado para vivir, de suerte que os exterminéis y seáis por maldición y
por afrenta a todas las naciones de la tierra? ¿ Os
habéis olvidado de las maldades de los reyes de juda, de las maldades
de sus mujeres, de vuestras maldades y de las maldades de vuestras mujeres,
que hicisteis en la tierra de juda y en las calles de Jerusalén? No se han
humillado hasta el día de hoy ni han tenido temor; no han caminado en mi ley
ni en mis estatutos, los cuales puse delante de vosotros y delante de vuestros
padres. Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo
vuelvo mi rostro contra vosotros para mal, para destruir a todo juda. Y tomare
al resto de juda que se obstino en irse a la tierra de Egipto, para habitar
allí, y en tierra de Egipto serán todos exterminados. Caerán a espada y serán
exterminados por el hambre: por la espada y el hambre morirán desde el menor
hasta el mayor, y serán objeto de
aversión, de espanto, de maldición y de
afrenta, pues castigare a los que habitan en la tierra de Egipto como castigue
a Jerusalén, con espada, con hambre y con peste. Y
del resto de los de juda que entraron en la tierra de Egipto para
habitar allí, no habrá quien escape ni quien quede vivo para volver a la
tierra de juda, a la cual ansían volver para habitar allí; porque no volverán
sino algunos fugitivos. Entonces todos los que sabían que sus mujeres habían
ofrecido incienso a dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes,
una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en
patros, respondieron a jeremías, diciendo: No escucharemos de ti la palabra
que nos hablado en nombre de Jehová, sino que ciertamente pondremos por obra
toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina
del cielo y derramarle libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros
padres, nuestros reyes y nuestros jefes, en las ciudades de juda y en las
plazas de Jerusalén. Entonces tuvimos abundancia de pan, fuimos felices y no
vimos mal alguno. Pero desde que
dejamos de ofrecer incienso a la
reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta de todo, y por la espada
y el hambre somos exterminados. Y cuando nosotras ofrecimos incienso a la
reina del cielo y le derramamos libaciones, ¿Acaso le hicimos tortas para
tributarle culto, o le derramamos libaciones sin consentimiento de nuestros
maridos?. Hablo jeremías a todo el pueblo, a los hombres, a las mujeres y a
todo el pueblo que le había respondido esto, diciendo: ¿No se ha acordado
Jehová, no ha venido a su memoria el incienso que ofrecisteis en las ciudades
de juda y en las calles de Jerusalén, vosotros y vuestros padres, vuestros
reyes, vuestros jefes y el pueblo de la tierra? Y no pudo sufrirlo mas Jehová,
a causa de la maldad de vuestras obras, a causa de las abominaciones que habíais
hecho; por tanto, vuestra tierra fue puesta en asolamiento, en espanto y en
maldición, hasta quedar sin habitante, como lo esta hoy. Por cuanto
ofrecisteis incienso y pecasteis contra Jehová, y no obedecisteis a la voz de
Jehová ni anduvisteis en su ley, en sus estatutos y en sus testimonios, por
eso ha venido sobre vosotros este mal, como hasta hoy. Dijo además jeremías
a todo el pueblo y a todas las mujeres: Oíd palabra de Jehová, todos los de
juda que estáis en tierra de
Egipto. Así ha hablado Jehová de los ejércitos, Dios de Israel; ha dicho:
Vosotros y vuestras mujeres hablasteis con vuestras propias bocas,
y con vuestras manos lo
ejecutasteis, diciendo: Cumpliremos efectivamente nuestros votos que hicimos
de ofrecer incienso a la reina del cielo y derramarle libaciones. Y ahora
confirmáis vuestros votos y ponéis vuestros votos por obra. Por tanto, oíd
palabra de Jehová todos los de juda que habitáis en tierra de Egipto: yo
he jurado por mi gran
nombre, dice Jehová, que mi nombre no será invocado mas en toda la tierra de
Egipto por boca de ningún hombre de juda, diciendo: ¡Vive Jehová, el señor!,
porque yo vigilo sobre ellos para mal y no para bien. Todos los hombres de
juda que están en la tierra de Egipto serán exterminados por la espada y el
hambre, hasta que no quede ninguno. Y los pocos que escapen de la espada
volverán de la tierra de Egipto a la tierra de juda. Sabrá, pues,
todo el resto de juda que ha entrado en Egipto a vivir allí, cual
palabra se cumplirá: si la mía o la suya. Y esto tendréis por señal, dice
Jehová, de que en este lugar os castigo, para que sepáis que de cierto se
cumplirán mis palabras para mal sobre vosotros, pues así ha dicho Jehová:
Yo entrego al faraón hofra, rey de Egipto, en manos de sus enemigos, y en
manos de los que buscan su vida, así como entregue a sedequias, rey
de juda, en manos de nabucodonosor, rey de Babilonia, su enemigo que
quería quitarle la vida.
45
La palabra que hablo el profeta jeremías a baruc hijo de nerias, cuando
escribía en el libro estas palabras dictadas por jeremías, en el año cuarto
de joacim hijo de josias, rey de juda, diciendo: Así ha dicho Jehová, Dios
de Israel, a ti, baruc: Tu dijiste: ¡Ay de mi ahora!, porque ha añadido
Jehová tristeza a mi dolor. Fatigado estoy de gemir, y no he hallado
descanso. Le dirás: Así ha dicho Jehová: Yo destruyo a los que edifique y
arranco a los que plante, esto
es, a toda esta tierra, ¿y tu
buscas para ti grandezas? ¡ No las busques!, porque he aquí que yo traigo
mal sobre todo ser viviente, ha dicho Jehová; pero a ti te daré la vida por
botín en cualquier lugar adonde vayas.
46
Palabra de Jehová que vino al profeta jeremías, contra las naciones. Acerca
de Egipto: contra el ejercito del faraón necao, rey de Egipto, que estaba
cerca del rió eufrates, en carquemism, a quien destruyo nabucodonosor, rey de
Babilonia, en el año cuarto de joacim hijo de josias, rey de juda: ¡Preparad
escudo y paves, y venid a la guerra! ¡Uncid los caballos, y montadlos
vosotros, jinetes! ¡ Cubrios con los yelmos, limpiad las
lanzas y poneos las corazas! ¿Por qué los veo aterrados
retrocediendo? Sus valientes fueron deshechos y huyeron sin volver la vista
atrás. ¡Hay miedo por todas partes!, dice
Jehová. No huya el ligero ni escape el valiente; al norte, junto a la ribera
del eufrates tropezaron y cayeron. ¿Quién
es este que sube como un rió y cuyas aguas se mueven con los ríos? Es
Egipto, que como un rió se ensancha, cuyas aguas se mueven como los ríos y
que dijo: Subiré, cubriré la tierra, destruiré la ciudad y a los que en
ella moran. ¡Subid, caballos! ¡Carros, corred enloquecidos! ¡Que salgan los
valientes: los etíopes y los del
put que toman escudo, y los de lud que toman y entesan arco!. Mas ese día será
para Jehová, Dios de los ejércitos, día de retribución, para vengarse de
sus enemigos. La espada devorara, se saciara y se embriagara con la sangre de
ellos. Porque un sacrificio será para Jehová, Dios de los ejércitos, en la
tierra del norte, junto al rió eufrates. ¡Sube a galaad y toma bálsamo,
virgen, hija de Egipto! Por demás multiplicaras las medicinas, pues no hay
curación para ti. Las naciones conocieron tu afrenta y tu clamor lleno la
tierra, porque el valiente tropezó contra el valiente y ambos cayeron juntos.
Palabra que hablo Jehová al profeta jeremías acerca de la venida de
nabucodonosor, rey de Babilonia, para asolar la tierra de Egipto: ¡Anunciando
en Egipto y hacedlo saber en migdol! ¡Hacedlo saber también en menfis y en
tafnes! Decid: ¡Ponte en pie y prepárate, porque la espada
devorara tu comarca! ¿Por qué ha sido derribada tu fortaleza? ¡ No
pudo mantenerse firme, porque Jehová la empujo! Multiplico los caídos, y
cada uno cayo sobre su compañero; y dijeron: ¡Levántate! ¡ Volvamos a
nuestro pueblo, a la tierra de nuestro nacimiento! ¡Huyamos ante la espada
vencedora!. Allí gritaron: ¡El faraón, rey de Egipto, no es mas que ruido;
dejo pasar el tiempo señalado!. Vivo yo, dice el rey, cuyo nombre es Jehová
de los ejércitos, que como el tabor entre los montes y como el Carmelo junto
al mar, así vendrá el enemigo.
Hazte equipaje de cautiverio, moradora hija de Egipto, porque menfis será un
desierto, será asolada hasta no quedar morador. Una becerra hermosa es
Egipto, mas viene destrucción: ¡Del norte viene! Sus soldados mercenarios,
también en medio de ella son como becerros engordados; porque también ellos
se volvieron atrás, huyeron todos sin detenerse, porque vino sobre ellos el día
de su quebrantamiento, el tiempo de su castigo. Su voz será como un silbido
de serpiente, porque vienen los enemigos: viene a ella con hachas, como leñadores.
Cortaran sus bosques, dice Jehová, aunque sean impenetrables; porque
son mas numerosos que langostas, ¡son innumerables! Se avergonzara la hija de
Egipto; entregada será en manos del pueblo del norte. Jehová de los ejércitos,
Dios de Israel, ha dicho: Yo castigo a Amón, dios de tebas, al faraón y a
Egipto, a sus dioses y a sus reyes; tanto al faraón como a los que en el
confían. Los entregare en manos de los que buscan su vida, en manos de
nabucodonosor, rey de Babilonia, y
en manos de sus siervos; pero después será habitado como
en los días pasados, dice Jehová. Pero tu no temas, siervo mío
Jacob, ni desmayes, Israel;
porque he aquí yo te salvare de lejos, a ti
y a tu descendencia, de la tierra de vuestra cautividad. Volverá
Jacob, descansara, será prosperado y no habrá quien lo atemorice. Tu, siervo
mío Jacob, no temas, dice Jehová, porque yo estoy contigo. Si, destruiré a
todas las naciones entre las cuales te he dispersado. Sin embargo, a ti no te
destruiré del todo, aunque te castigare con justicia. ¡En manera alguna te
dejare sin castigo!.
47
Palabra de Jehová que vino al profeta jeremías acerca de los filisteos,
antes que el faraón destruyera gaza. Así ha dicho Jehová: Suben aguas del
norte y se harán un torrente; inundaran la tierra y lo que llena, la ciudad y
a los que moran en ella. Los hombres clamaran, y lamentara todo morador de la
tierra, por el estrépito de los
cascos de sus caballos, por el retumbar de sus carros, por el estruendo de sus
ruedas. Los padres no cuidan de los hijos, porque sus manos están sin
fuerzas. Ha llegado el día de destruir a todos los filisteos, de destruir a
todo aliado que todavía les quede a tiro y
sidon. Porque Jehová destruirá a los filisteos, al resto de la costa
de caftor. Gaza se rapo la cabeza, ascalon ha perecido, y el resto de
su valle; ¿Cuándo dejaras de sajarte? Espada
de Jehová, ¿Cuándo vas a descansar? ¡Vuelve a tu vaina, reposa y
sosiégate! Pero ¿Como reposaras, si Jehová te ha enviado contra ascalon y
contra la costa del mar? Allí te
ha destinado.
48
Acerca de moab. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¡Ay de
nebo, porque fue destruida! ¡Deshonrada y conquistada fue quiriataim; la
ciudadela esta deshonrada y
destruida! ¡ Nunca mas se alabara moab! En hesbon maquinaron mal contra ella,
diciendo: ¡Venid y borrémosla de entre las naciones!. También tu, madmena,
serás cortada; la espada ira en pos de ti. ¡Gritos vienen de horonaim,
destrucción y gran quebrantamiento! ¡moab fue quebrantada: hicieron que se
oyera el clamor de sus pequeños!, pues por la cuesta de luhit la gente sube
llorando, porque al bajada de horonaim los enemigos oyen gritos de quebranto.
¡Huid, salvad vuestra vida, sed
como la retama en el desierto! Por cuanto confiaste en tus bienes y en tus
tesoros, tu también serás conquistada. Quemos será llevado en cautiverio,
junto con sus sacerdotes y sus príncipes. Vendrá el destructor a cada una de
las ciudades, y ninguna ciudad escapara. También el valle será arruinado y
arrasada la llanura, como ha dicho Jehová. ¡Dadle alas a moab, para que se
valla volando!, pues quedaran desiertas sus ciudades hasta no hallarse en
ellas morador alguno. ¡Maldito el que haga con indolencia la obra de Jehová!
¡maldito el que traiga de la sangre su espada! Tranquilo estuvo moab desde su
juventud; sobre sus sedimentos ha estado reposado; no fue vaciado de vasija en
vasija ni nunca estuvo en cautiverio. Por eso conservo su propio sabor y no ha
perdido su aroma. Pero vienen días, ha dicho Jehová, en que
yo le enviare trasvasadores que lo trasvasaran, vaciaran sus vasijas y
romperán sus odres. Y moab se
avergonzara de quemos, como la casa de Israel se avergonzó de bet-el, su
confianza. ¿Cómo, pues, diréis: Somos hombres valientes y robustos para la
guerra? ¡Destruido es moab, asoladas sus ciudades y llevados sus jóvenes al
degolladero!, ha dicho el rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.
Cercano esta el quebrantamiento de moab, a punto de llegar; mucho se apresura
su mal. Compadeceos de el todos los que estáis a su alrededor; y todos los
que sabéis su nombre, decid: ¡como se quebró la vara fuerte, el bastón
hermoso!. Desciende la gloria, siéntate en tierra seca, moradora hija de
dibon, porque el destructor de moab ha subido contra ti, ha destruido tus
fortalezas. Párate en el camino y mira, moradora de aroer; pregunta a la que
va huyendo a la que escapo. Dile: ¿Qué ha sucedido?. Se avergonzó moab,
porque fue quebrantado. ¡lamentaos a gritos! ¡Anunciad en el arnon que moab
ha sido destruido!. Vino el
juicio sobre la tierra de la llanura; sobre holon, sobre jahza, sobre mefaat,
sobre dibon, sobre nebo, sobre bet-diblataim, sobre quiriataim, sobre bet-gamul,
sobre bet-meon, sobre queriot, sobre bosra y sobre todas las ciudades de la
tierra de moab, las de lejos y las de cerca. Jehová dice: Cortado el poder de
moab y quebrantado su brazo. ¡Embriagadlo, porque contra Jehová se
engrandeció! ¡Revuelcase moab sobre su vomito y sea, también el, motivo de
escarnio! ¿Acaso Israel no fue para ti un motivo de escarnio, como si lo
hubieran sorprendido entre ladrones? Porque tu,
cuando de el hablabas, hacías gestos de burla. ¡Abandonad las
ciudades y habitad entre peñascos, moradores de moab! ¡Sed como la paloma
que anida al borde del barranco! Hemos oído de la soberbia de moab, que es
muy soberbio, arrogante, orgulloso, altivo y altanero de corazón. Dice Jehová:
Yo conozco su cólera, pero no tendrá efecto alguno. Sus jactancias de nada
le aprovecharan. Por tanto, yo aullare por moab, por todo moab clamare, y
gemiré por la gente de kir-hares. Con
llanto por jazer llorare por ti, vid de sibma; tus sarmientos pasaron el mar,
llegaron hasta el mar de jazer. Sobre tu cosecha y sobre tu vendimia vino el
destructor. La alegría y el regocijo se han acabado en los campos fértiles
de la tierra de moab. De los lagares haré que falte
el vino, y no habrá pisador que cante. No habrá mas cantos de jubilo.
El clamor de hesbon llega hasta eleale; hasta hahaza dieron su voz; desde zoar
hasta horonaim y eglat-selesiya, porque aun las aguas de nimrim serán
arruinadas. Dice Jehová: Exterminare de moab a quien sacrifique sobre los
lugares altos y ofrezca incienso a sus dioses. Por eso resuena mi corazón
como flautas por causa de moab, y asimismo resuena mi corazón a modo de
flautas por los hombres de kir-hares, porque se perdieron las riquezas que habían
conseguido. Porque toda cabeza esta rapada y toda barba recortada; en toda
mano hay cortaduras, y todos llevan ropa áspera. Sobre todos los terrados de
moab, y en sus calles, todo será llanto, porque yo quebrante a moab como a
una vasija inútil, dice Jehová. ¡Lamentad! ¡Como ha sido quebrantado! ¡
Como volvió la espada moab y fue avergonzado! Fue moab objeto de escarnio y
de horror para todos los que están en sus alrededores. Porque así ha dicho
Jehová: Como un águila volara, desplegara sus alas contra moab. Tomadas serán
las ciudades y conquistadas las fortalezas. Aquel día, el corazón de los
valientes de moab será como el corazón de mujer en angustias, y moab será
destruido hasta dejar de ser pueblo, porque se engrandeció contra Jehová.
Miedo, fosa y red contra ti, morador de moab, dice Jehová. El que huya del
miedo caerá en la fosa, y el que salga de la fosa quedara atrapado en la red.
Porque yo traeré sobre el, sobre
moab, el año de su castigo, dice Jehová. A la sombra de hesbon se detuvieron
sin fuerzas los que huían; mas salió fuego de
hesbon y una llama de en medio de sehon, y quemo el rincón de moab y
la coronilla de los hijos revoltosos. ¡Ay de ti, moab! ¡Pereció el pueblo
de quemos!, porque tus hijos
fueron apresados, llevados en cautividad, y tus hijas fueron puestas en
cautiverio. Pero haré volver a los cautivos de moab al final de los tiempos,
dice Jehová. Hasta aquí es el juicio de moab.
49
Acerca de los hijos de Amón. Así ha dicho Jehová: ¿No tiene hijos Israel?
¿No tiene heredero? ¿Por qué milcom ha hecho de gad su heredad, y su pueblo
se ha establecido en sus ciudades? Por
tanto, vienen días, dice Jehová
en que haré oír el grito de guerra en raba de los hijos de Amón. Será
convertida en un montón de ruinas, sus ciudades serán incendiadas e Israel
tomara por heredad a quienes los tomaron a ellos. Esto dice Jehová. ¡Laméntate,
hesbon, porque hai ha sido destruida! ¡Gritad, hijas de raba, vestios de
ropas ásperas, haced lamentación y rodead los vallados!, porque milcom fue
llevado en cautiverio juntamente con sus sacerdotes y sus príncipes. ¿Por qué
te glorias de los valles?, de tu fértil valle, tu, hija rebelde, que confías
en tus tesoros y dices: ¿Quién vendrá contra mi?.
He aquí yo traigo el miedo sobre ti, dice el señor, Jehová de los ejércitos,
desde todos tus alrededores. Seréis lanzados cada uno de vosotros hacia
delante, con violencia, y no habrá quien acoja a los fugitivos. Después de
esto, haré volver a los cautivos de los hijos de Amón, dice Jehová. Acerca
de edom. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: ¿No hay mas sabiduría en
teman? ¿Se agoto el consejo en los sabios? ¿ Se corrompió su sabiduría? ¡Huid,
volveos atrás, habitad en
lugares profundos, moradores de dedan!, porque el quebranto de esau traeré
sobre el en el tiempo en que lo castigue. Si vendimiadores hubieran venido
contra ti, ¿No habrían dejado rebuscos? Si ladrones hubieran
venido de noche, ¿no habrían tomado lo que les bastara? Mas yo
desnudare a esau, pondré al descubierto sus escondrijos y no podrá
esconderse; será destruida su descendencia; sus hermanos y sus vecinos, y
dejara de ser. ¡ deja tus huérfanos, yo los criare, y en mi confiaran
tus viudas!. Así ha dicho Jehová: Los que no estaban condenados a
beber la copa, la beberán ciertamente. ¿y serás tu absuelto del todo? ¡no
serás absuelto, sino que ciertamente la beberás! Porque por mi mismo he
jurado, dice Jehová, que espanto, afrenta, soledad y maldición será bosra ,
y todas sus ciudades serán ruinas para siempre. He oído esta noticia: que de
parte de Jehová se ha enviado un mensajero a decir a las naciones: ¡Juntaos
, venid contra ella, subid a la batalla!. Te haré pequeño entre las
naciones, menospreciado entre los hombres. Te engañaron tu arrogancia y la
soberbia de tu corazón. Tu, que habitas en las hendiduras de las peñas, que
alcanzas las alturas del monte, aunque eleves como el águila tu nido, de allí
te haré descender, dice Jehová. Edom se convertirá en espanto. Todo aquel
que pase por ella se asombrara, se burlara de todas sus calamidades. Como
sucedió en la destrucción de sodoma, de gomorra y de sus ciudades vecinas,
dice Jehová, tampoco allí habitara nadie, ningún ser humano habitara en
ella. Yo, como un león que sube de la espesura del jordán al verde prado,
muy pronto los haré huir de ella, y pondré en ella al que yo escoja, porque
¿quién es semejante a mi? ¿Quién me
emplazara? ¿Quién será el pastor que pueda resistirme? Por tanto, oíd
el plan que Jehová ha acordado acerca de edom y las decisiones que ha tomado
acerca de los moradores de teman. Ciertamente, a los mas pequeños de
su rebaño los arrastraran, y los destruirán junto con sus pastizales. Por el
estruendo de la caída de ellos, la tierra temblara y el eco de su voz se oirá
hasta el mar rojo. Como un águila subirá y volara, y desplegara sus alas
contra bosra. Aquel día el corazón de los valientes de edom será como el
corazón de una mujer en angustias. Acerca de damasco. Hamat y arfad se
avergonzaron porque oyeron malas noticias; se derritieron en aguas de
ansiedad, ¡no logran sosegarse!
Damasco se desmayo, se dispuso a huir, le tomo temblor y angustia, y se
apoderaron de el los dolores como
de una mujer que esta de parto. ¡ Como abandonan la ciudad tan alabada, la
ciudad de mi gozo! Por tanto, sus jóvenes caerán en las plazas, y todos los
hombres de guerra morirán en aquel día, dice Jehová de los ejércitos. En
el muro de damasco prenderé yo
un fuego que consumirá las casas de ben-adad. Acerca de cedar y de los reinos
de hazor, asolados por nabucodonosor, rey de Babilonia. Así ha dicho Jehová:
Levantaos, subid contra cedar y destruid a los hijos del oriente. Sus tiendas
y sus ganados tomaran. Sus cortinas, todos sus utensilios y sus camellos
tomaran para si, y gritaran contra ellos: ¡Hay terror por todas partes!. ¡
Huid, marchaos muy lejos, habitad en lugares profundos, moradores de hazor!,
dice Jehová; porque nabucodonosor, rey de Babilonia, tomo consejo contra
vosotros y contra vosotros ha preparado un plan. ¡levantaos, subid contra una
nación pacifica que vive confiadamente, dice Jehová, que ni tiene puertas ni
cerrojos, que vive solitaria! Sus camellos será por botín y la multitud de
sus ganados por despojo. Los esparciré a todos los vientos,
dispersados hasta el ultimo rincón; a todos lados les traeré su
ruina, dice Jehová. Hazor será guarida
de chacales, quedara desolada para siempre. Nadie morara allí; ningún ser
humano habitara en ella. Palabra de Jehová que vino al profeta jeremías
acerca de elam, al comienzo del reinado de sedequias, rey de juda, diciendo:
así ha dicho Jehová de los ejércitos:
Yo quiebro el arco de elam, parte principal de su fortaleza. Traeré sobre
elam los cuatro vientos desde los cuatro puntos del cielo, y los aventare a
los cuatro vientos. No habrá nación a donde no lleguen fugitivos de elam. Y
haré que elam se acobarde ante sus enemigos y ante a quienes buscan su vida.
Traeré sobre ellos mal y el ardor de mi ira,
dice Jehová. Y enviare espada que los persiga hasta acabar con ellos.
Yo pondré mi trono en elam, y destruiré a su rey y a sus príncipes, dice
Jehová. Pero acontecerá en los últimos días, que yo haré volver a los
cautivos de elam, dice Jehová.
50
Palabra que hablo Jehová contra Babilonia, contra la tierra de los caldeos,
por medio del profeta jeremías: Anunciadlo en las naciones, hacedlo saber;
levantad también bandera, publicadlo y no lo encubráis; decid: ¡
Conquistada ha sido Babilonia! ¡Bel esta avergonzado! ¡merodac esta
deshecho, destruidas sus esculturas, destrozados sus ídolos!. ¡ Porque ha
subido contra ella una nación del norte!, que hará de su tierra un objeto de
espanto. No habrá hombre ni animal que en ella more; todos han huido, se han
marchado. En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los
hijos de Israel, ellos y los hijos de juda juntamente. Irán andando y
llorando, y buscaran a Jehová, su Dios. Preguntaran por el camino de sion,
hacia donde volverán sus rostros, diciendo: ¡Venid y unamos a Jehová con un
pacto eterno que jamás se eche en el olvido!. Como ovejas perdidas era mí
pueblo: sus pastores las extraviaron, por los montes las descarriaron;
anduvieron de monte en collado y se olvidaron de sus rediles. Todos los
hallaban, los devoraban; decían sus enemigos: No pecaremos, porque ellos
pecaron contra Jehová, morada de justicia, contra Jehová, esperanza de sus
padres. ¡Huid de en medio de Babilonia, salid de la tierra de los caldeos,
sed como los machos cabrios que van delante del rebaño! Porque yo levanto y
hago subir contra Babilonia una reunión de grandes pueblos de la tierra de
norte; desde allí se prepararan contra ella,
y será conquistada. Sus flechas son
como las de un valiente experto, que no volverá vació. Y caldea será
por botín; todos los que la saqueen se saciaran, dice Jehová. Como os
alegrasteis, como os gozasteis destruyendo mi heredad, como os llenasteis cual
novilla sobre la hierba y relinchasteis cual los caballos. Vuestra madre se
avergonzó mucho; confundida quedo, la que
os dio a luz; será la ultima de las naciones, convertida en desierto,
sequedal y páramo. Por la ira de Jehová no será habitada, sino que será
asolada por completo. Todo aquel que por Babilonia se asombrara y se burlara
de sus calamidades. ¡Poneos en orden contra Babilonia, rodeadla todos
los que tensáis el arco!. ¡tirad contra ella y no escatiméis las flechas,
porque peco contra Jehová!. ¡gritad contra ella, a su alrededor! ¡Se rindió,
han caído sus cimientos, derribados son sus muros! ¡esta es la venganza de
Jehová! ¡Tomad venganza de ella; haced con ella como ella os hizo! Destruid
en Babilonia al que siembra y al que mete la hoz en el tiempo de la siega.
Ante la espada destructora, cada cual volverá el rostro hacia su pueblo, cada
cual huirá hacia su tierra. Rebaño descarriado es Israel; leones lo
dispersaron. Primero lo devoro el rey asiría; nabucodonosor, rey de Babilonia
lo deshueso después. Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, Dios de
Israel: Yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigue al rey de
asiría. Volveré a traer a Israel a su pastizal; pacerá en el Carmelo y en
basan, y en los montes de Efraín
y en galaad se saciara su alma.
En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel será
buscada, y no aparecerá; y los pecados de juda, y no se hallaran; porque
perdonare a los que yo haya dejado. ¡Sube contra la tierra de merataim,
contra ella y los moradores de pecod! ¡Destruye y mata en pos de ellos, dice
Jehová, y haz conforme a todo lo
que yo te he mandado!. ¡ Estruendo de guerra se oye en la tierra, y de gran
quebrantamiento! ¡Como fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra!
¡Como se convirtió Babilonia en objeto de espanto entre las naciones!. Te
puse lazos, y sin darte cuenta caíste en ellos, Babilonia; fuiste hallada, y
aun apresada, porque provocaste a Jehová. Abrió Jehová su tesoro y saco los
instrumentos de su furor; porque esta es obra de Jehová, Dios de los ejércitos,
en la tierra de los caldeos. Venid contra ella desde el extremo de la tierra,
abrid sus almacenes, convertidla en un montón de ruinas y destruidla. ¡que
no le quede nada!. Matad a todos sus novillos; que vayan al matadero. ¡ Ay de
ellos, pues han venido su día, el
tiempo de su castigo! Se oye la voz de
los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para dar en sion las
noticias de la retribución de Jehová, nuestro Dios, de la venganza de su
templo. Juntad flecheros contra Babilonia, a todos los que tensan el arco;
acampad alrededor de ella, y que de ella no escape nadie. Pagadle según su
obra; conforme a todo lo que ella
hizo, haced con ella, porque contra Jehová se ensoberbeció, contra el santo
de Israel. Por eso, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos sus hombres de
guerra serán destruidos en aquel día, dice Jehová. Nación soberbia, yo
estoy contra ti, dice el señor, Jehová de los ejércitos; porque tu día ha
venido, el tiempo en que te castigare. La nación
soberbia tropezara y caerá,
y no tendrá quien la levante. Prenderé fuego en sus ciudades y quemare todos
sus alrededores. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Oprimidos fueron los
hijos de Israel y los hijos de
juda juntamente; todos los que los tomaron cautivos los retuvieron y no los
quisieron soltar. El redentor de ellos es el fuerte (Jehová de los ejércitos
es su nombre) De cierto defenderá la causa de ellos, para hacer que repose la
tierra y que se turben los moradores de Babilonia. Espada contra los caldeos,
dice Jehová, y contra los moradores de Babilonia, contra sus príncipes y
contra sus sabios. Espada contra los
adivinos, y se entontecerán; espada contra sus valientes, y serán
quebrantados. Espada contra sus caballos, contra sus carros y contra todo el
pueblo que esta en medio de ella, y serán como mujeres; espada
contra sus tesoros, y serán saqueados. Sequedad sobre sus aguas, y se
secaran; porque es tierra de ídolos, y
se entontecen con sus ídolos grotescos. Por tanto, allí moraran fieras del
desierto y chacales; moraran también en ella polluelos de avestruz; nunca mas
será poblada ni se habitara por generaciones y generaciones. Como en la
destrucción que Dios hizo de sodoma, de gomorra y de sus ciudades vecinas,
dice Jehová, así nadie morara allí, ningún ser humano habitara en ella.
Viene un pueblo del norte, una gran nación, y muchos reyes se levantaran de
los extremos de la tierra. Arco y lanza manejaran; serán crueles y no tendrán
compasión. Su voz rugirá como el mar, y montaran a caballo. ¡Se prepararan
contra ti como hombres a la pelea, hija de Babilonia!. Oyó la noticia del rey
de Babilonia y sus manos se debilitaron; angustia lo tomo, dolor como el de
una mujer de parto. Ciertamente yo, como león que sube de la espesura del
jordán al verde prado, muy pronto los haré huir de ella, y pondré en ella
al que yo escoja, porque ¿Quién es semejante a mi? ¿Quién me emplazara? ¿
Quien será el pastor que pueda resistirme? Por tanto, oíd el plan que Jehová
ha acordado contra Babilonia, y las decisiones que ha tomado contra la tierra
de los caldeos: Ciertamente, a los mas pequeños
de su rebaño los arrastraran y los destruirán junto con sus pastizales. Al
grito de la conquista de Babilonia la tierra tembló, y el clamor se oyó
entre las naciones.
51
Así ha dicho Jehová: Yo levanto un viento destructor contra Babilonia y
contra sus moradores que se levantan contra mi. Enviare a Babilonia
aventadores que la avienten, y vaciaran su tierra; porque se pondrán contra
ella de todas partes en el día del mal. Ordenare al flechero que tensa su
arco y al que se enorgullece de su coraza,
que no perdona a sus jóvenes y que destruyan todo
su ejercito. Caerán muertos en la tierra de los caldeos y alanceados
en sus calles. Porque Israel y juda no han enviudado de su Dios,
Jehová de los ejércitos, aunque su tierra fue llena de pecado contra
el santo de Israel. ¡Huid de en medio de Babilonia! ¡Poneos a salvo,
para que no perezcáis a causa de su maldad!, porque
es el tiempo de la venganza de Jehová: el va a darle su merecido. Una
copa de oro que embriago a toda la tierra fue Babilonia en la mano de Jehová.
De su vino bebieron los pueblos; se aturdieron las naciones. ¡De repente cayo
Babilonia y se hizo pedazos!. ¡Gemid por ella! Tomad
bálsamo para su dolor: quizá sane. Curamos a Babilonia, pero no ha
sanado. ¡Dejadla ya, y vámonos cada uno
a nuestra tierra, porque ha llegado hasta el cielo su juicio y se
alzado hasta las nubes!. Jehová saco la luz nuestras
justicias; venid y contemos en sion la obra de Jehová, nuestro Dios.
¡Limpiad las flechas! ¡Embrazad los escudos! Jehová a despertado el espíritu
de los reyes de media, porque contra Babilonia es su pensamiento, para
destruirla. Porque la venganza es
de Jehová, la venganza por su templo. ¡Levantad bandera sobre los muros de
Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, preparad emboscadas!,
porque Jehová planeo y va a poner por obra lo que ha dicho contra los
moradores de Babilonia. Tu, la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros:
ha llegado tu fin, la medida de tu codicia. Jehová de los ejércitos juro por
si mismo, diciendo: yo te llenare de hombres como de langostas, y levantaran
contra ti gritería de triunfo. El es el que hizo la tierra con su poder, el
que afirmo el mundo con su sabiduría y extendió los cielos con su
inteligencia. A su voz se producen tumultos de aguas en los cielos; el hace
subir las nubes desde lo ultimo de la tierra. El trae la lluvia con los relámpagos
y saca el viento de sus depósitos. Todo hombre se ha vuelto necio, carece de
conocimiento. Y todo artífice se avergüenza
de su escultura, porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu.
Vanidad son y obra digna de burla, que en el tiempo del castigo perecerán. No
es como ellos la porción de Jacob, porque el (Jehová de los ejércitos es su
nombre) es el formador de todo, e Israel es el cetro de su
herencia. Martillo sois para mi, y armas de guerra: por medio de ti
quebrantare naciones, y por medio de ti destruiré reinos. Por
medio de ti quebrantare caballos con sus jinetes, y por medio de ti
quebrantare carros con quienes los montan. Asimismo por medio de ti
quebrantare a hombres y a mujeres; por medio de ti quebrantare a muchachas y a
muchachos. También por medio de ti quebrantare a pastores con sus rebaños;
por medio de ti quebrantare a labradores con sus yuntas; y a jefes y a príncipes
quebrantare por medio de ti. Yo pagare a Babilonia y a todos los moradores de
caldea todo el mal que ellos hicieron en sion delante de vuestros ojos, dice
Jehová ciertamente yo, dice Jehová, estoy contra ti, monte destructor que
destruiste toda la tierra. Extenderé mi mano contra ti, te haré rodar de las
peñas y te reduciré a un monte quemado. Nadie tomara de ti piedra para
esquina ni piedra para cimiento, porque serás una desolación eterna, ha
dicho Jehová. ¡Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones!
¡Preparad pueblos contra ella, juntad
contra ella los reinos de ararat,
de mini y de askenaz! ¡ Nombrad contra ella un capitán, haced subir caballos
como langostas erizadas! ¡ Preparad contra
ella naciones, los reyes de media, sus capitanes, todos sus príncipes y todo
territorio de su dominio!. Tiembla la tierra y se aflige,
porque son confirmados contra Babilonia los planes de Jehová para
convertir la tierra de Babilonia en un desierto donde no quede morador alguno.
Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas;
les faltaron las fuerzas, se volvieron como mujeres;
incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos. Corroe se encuentra
con correo, mensajero se encuentra con mensajero para anunciar al rey de
Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes. Los vados fueron tomados,
los baluartes incendiados y se aterraron los hombres de guerra. Porque así ha
dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como
una era en tiempo de trilla; y de aquí a poco le llegara el tiempo de la
siega. Me devoro, me desmenuzo nabucodonosor, rey de Babilonia. Me dejo como
un vaso vació; me trago como un dragón, lleno su vientre con lo mejor de mi,
y me expulso. ¡ Caiga sobre Babilonia la violencia hecha contra mi y
contra mi carne!, dice la moradora de sion. Y caiga mi sangre sobre los
moradores de caldea, dice Jerusalén. Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo
juzgo tu casa y llevare a cabo tu venganza. Secare su mar y haré que sus
fuentes queden secas. Y será Babilonia un montón de ruinas, guarida de
chacales, objeto de espanto y burla, sin morador alguno. Todos a una rugirán
como leones; como cachorros de leones gruñirán. En medio de su calor les
prepare banquetes, y haré que se embriaguen, para que se alegren y duerman un
sueño eterno, del que no despierten, dice Jehová. Los haré traer como
corderos al matadero, como carneros y machos cabrios. ¡Como fue apresada
Babilonia! ¡Como fue conquistada la que toda la tierra había alabado! ¡Como
vino a ser Babilonia un objeto de espanto entre las naciones!. Subió el mar
sobre Babilonia; por la multitud de sus olas quedo cubierta.
Sus ciudades fueron asoladas; la tierra, un sequedal estéril, será
tierra en la que more ni pase por ella ningún ser humano. Juzgare a Bel en
Babilonia y sacare de su boca lo
que se ha tragado. Nunca mas vendrán naciones a el, y el muro de Babilonia
caerá. ¡Salid en medio de ella, pueblo mío, y salvad vuestra vida del ardor
de la ira de Jehová! No desmaye vuestro corazón; no temáis a causa del
rumor que se oirá en el país. Un año vendrá el rumor, y nuevo rumor después
de otro año. Habrá violencia en el país y contienda de
un tirano contra otro. Por tanto, he aquí vienen días en que yo
destruiré los ídolos de Babilonia. Toda su tierra será avergonzada; todos
sus muertos caerán en medio de ella. Los cielos y la tierra y todo lo que hay
en ellos cantaran de gozo contra Babilonia, porque del norte vendrán contra
ella destructores, dice Jehová. Por los muertos de Israel caerá Babilonia,
como por Babilonia cayeron los
muertos de toda la tierra. ¡Los que espantéis de la espada, id, no os detengáis!
¡Acordaos de Jehová durante mucho tiempo! ¡ y
acordaos de Jerusalén!. Estamos avergonzados, porque oímos la
afrenta; la confusión cubrió nuestros rostros, porque vinieron
extranjeros contra los santuarios de la casa de Jehová. Por tanto,
Jehová dice: Vienen días en que yo destruiré sus ídolos, y toda su tierra
gemirán los heridos. Aunque suba a Babilonia hasta el cielo y se fortifique
en las alturas, de mi vendrán contra ella destructores, dice Jehová. ¡Oyese
el clamor de Babilonia y el gran quebrantamiento de la tierra de los caldeos!,
porque Jehová destruye a Babilonia y quita de ella el gran bullicio. Braman
sus olas, y como el rugir de muchas aguas resuena la voz de ellos, pues viene
el destructor contra ella, contra Babilonia, y sus valientes serán apresados,
y el arco de ellos será quebrado. Porque Jehová, Dios de retribuciones, da
la justa paga. Yo embriagare a sus príncipes y a sus sabios, a sus jefes, a
sus nobles y a sus guerreros. Dormirán el sueño eterno y no despertaran,
dice el rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos. Así dice Jehová de
los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado por completo y sus
altas puertas serán incendiadas. En vano trabajaron los pueblos, y las
naciones se cansaron solo para el fuego. Palabra que envió el profeta jeremías
a seraias hijo de nerias hijo de maasias,
cuando iba con sedequias, rey de juda, a Babilonia, en el cuarto año de su
reinado. Seraias dirigía la marcha. Escribió, pues, jeremías en un libro
todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están
escritas contra Babilonia. Y dijo jeremías a seraias: Cuando llegues a
Babilonia, procura con diligencia leer todas estas cosas. Dirás: Jehová, tu
has dicho de este lugar que lo vas a destruir hasta no quedar en el nadie que
lo habite, ni nombre ni animal, que para siempre ha de ser asolado. Y cuando
acabes de leer este libro, le ataras una piedra y lo echarás en medio del
eufrates, y dirás: Así se hundirá Babilonia, y no se levantara del mal que
yo traigo sobre ella ¡Caerán rendidos!. Hasta aquí son las palabras de
jeremías.
52
Era sedequias de edad de veintiún años cuando comenzó a reinar, y reino
once años en Jerusalén. Su madre se llamaba hamutal, hija de jeremías de
libna. E hizo lo malo ante los
ojos de Jehová, conforme a todo lo que hizo joacim. Y a causa de la ira de
Jehová contra Jerusalén y juda, llego a echarlos de sui presencia. Y
sedequias se rebelo contra el rey de Babilonia. Aconteció, pues,
a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez
días del mes, que vino nabucodonosor, rey de Babilonia, el y todo su
ejercito, contra Jerusalén, y acamparon contra ella. Por todas partes
levantaron terraplenes para atacarla. Y permaneció sitiada la ciudad hasta el
undécimo año del rey sedequias. En
el mes cuarto, a los nueves días del mes,
cuando el hambre en la ciudad era ya tan grave que no había pan para el
pueblo, se abrió una brecha en el muro de la ciudad, y todos los hombres de
guerra huyeron. Salieron de noche de la ciudad por el camino de la puerta
entre los dos muros que había cerca del jardín del rey, y se fueron por el
camino del araba mientras los caldeos mantenian su cerco a la ciudad. Pero el
ejercito de los caldeos persiguió al rey hasta la llanura de Jericó. Allí
dieron alcance a sedequias, a quien todo su ejercito había abandonado.
Entonces apresaron al rey y lo
llevaron ante el rey de Babilonia, a ribla, en tierra de hamat, donde
pronuncio sentencia contra el. Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de
sedequias ante sus ojos; y también degolló en ribla a todos los jefes de
juda. A sedequias, el rey de Babilonia le saco los ojos, lo ato con grillos y
lo hizo llevar a Babilonia, donde lo encarcelo hasta el día de su muerte. En
el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año diecinueve del
reinado de nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén nabuzaradan,
capitán de la guardia, que solia permanecer cerca del rey de Babilonia. El
quemo la casa de Jehová, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén.
Destruyo a fuego todo edificio grande. Todo el ejercito de los caldeos que
venia con el capitán de la guardia destruyo los muros en todo el contorno de
Jerusalén. E hizo deportar nabuzaradan, capitán de la guardia, a los pobres
del pueblo, a toda la otra gente del pueblo que había quedado en la ciudad, a
los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y a todo el resto de
la multitud del pueblo. Pero nabuzaradan, capitán de la guardia, dejo a los
pobres del país `para que fueran viñadores
y labradores. Los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la
casa de Jehová, las basas y el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová,
y llevaron todo el bronce a Babilonia. Se llevaron también los caldeos, las
palas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas y
todos los utensilios de bronce usados en el culto, los incensarios,
tazones, copas, ollas, candelabros, escudillas y tazas; tanto lo de oro como
lo de plata, se lo llevo el capitán de la guardia. En cuanto a las dos
columnas, el mas y los doce bueyes de bronce que estaban debajo de las
basas que había hecho el rey Salomón en la casa de Jehová, el peso
de todo este bronce resulto incalculable. Respecto a las columnas, la altura
de cada una de ellas era de dieciocho codos, y un cordón de doce codos la
rodeaba. Su espesor era de cuatro dedos, y eran huecas. El capitel de bronce
que había sobre la columna era de cinco codos de altura; y tenia el capitel a
su alrededor una red y granadas, todo de bronce. Y lo mismo era lo que tenia
la segunda columna con sus granadas. Había noventa y seis granadas en cada
hilera; en total eran cien alrededor de la red. Tomo también el capitán de
la guardia a seraias, el principal sacerdote, a sofonias, el segundo
sacerdote, y a tres guardas del atrio. Y de la ciudad tomo a un oficial que
era capitán de los hombres de guerra, a siete hombres de los consejeros íntimos
del rey, que estaban en la ciudad, y el principal secretario de la milicia,
que pasaba revista al pueblo del país, para la guerra,
y a sesenta hombres del pueblo que se hallaron dentro de la ciudad. Los
tomo, pues, nabuzaradan, capitán de la guardia, y los llevo al rey de
Babilonia, en ribia. El rey de Babilonia los hirió y los mato en ribla, en
tierra de hamat. Así fue deportada juda de su tierra. Este fue el pueblo que
nabucodonosor llevo cautivo: en el año séptimo, a tres mil veintitrés
hombres de juda. En el año dieciocho de nabucodonosor. Llevo el
cautivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas. El año
veintitrés de nabucodonosor, nabuzaradan, capitán de la guardia, llevo
cautivos a setecientos cuarenta y cinco hombres de juda. El total, pues, de
las personas fue de cuatro mil seiscientas. Sucedió que en el año treinta y
siete del cautiverio de Joaquín, rey de juda, en el mes duodécimo, a los
veinticinco días del mes, evil-merodac, rey de Babilonia, en el año primero
de su reinado, levanto la cabeza de Joaquín, rey de juda, y lo saco de la cárcel.
Hablo con el amigablemente, e hizo poner su trono por encima de los tronos de
los reyes que estaban con el en
Babilonia. Le hizo mudar también los vestidos de prisionero, y ya siempre
comió pan en la mesa del rey, todos los días de su vida. Cada día, durante
todos los días de su vida y hasta el día de su muerte, recibió una ración
de parte del rey de Babilonia.