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Cuando el rey nabucodonosor penetro en Jerusalén en el 597 a.C. la despojo de todas sus riquezas y deporto a Babilonia a gran parte de sus habitantes: a Joaquín rey de juda, a los aristócratas, a los militares y a los artesanos calificados. Entre los deportados en aquella ocasión probablemente figuro el autor del libro de Ezequiel (=Ez), el sacerdote hijo de buzi que fue a residir junto a sus  compatriotas a orillas del rió quebar. Allí mismo lo llamo el señor por medio de una visión que cambio por completo su vida, a ejercer el ministerio de la profecía. A partir de aquel momento, Ezequiel se convirtió en el portavoz de Dios cerca de los exiliados, actividad que desempeño por lo menos hasta el 571 a.C. fue sin duda una de las personas que mas contribuyeron a mantener vivo entre los judíos del destierro el anhelo del retorno. En la primera etapa de su ministerio Ezequiel ya había anunciado que la ruina de la ciudad se acercaba irremisiblemente. Hombre de fe profunda y gran imaginación sorprendía a veces sus oyentes con extrañas dramatizaciones y gestos simbólicos que los invitaban a preguntarle: ¿no nos enseñaras que significan para nosotros estas cosas que haces?. La caída de Jerusalén vino a demostrar la autenticidad de las predicciones de Ezequiel. Los temas de la predicación del profeta encierran una gran riqueza doctrinal, basada en la esperanza de la salvación que había de llegar: del destierro en babilonia había de salir, purificado, el nuevo pueblo de Dios. La renovación de la nación aparece simbólicamente dramatizada en la visión de los huesos secos que Dios vuelve a la vida infundiéndoles su espíritu. Asimismo, Ezequiel puso énfasis en la responsabilidad individual por el pecado propio y en la necesidad de la conversión. En la persona de Ezequiel  conviven el profeta y el sacerdote. En su  condición de profeta Ezequiel estabas persuadido de haber sido llamado a ejercer de centinela sobre Israel en uno de los periodos mas críticos de la historia nacional. Como sacerdote anhela el retorno de la gloria de Jehová al templo de Jerusalén, y revela un gran horror hacia cuanto significa impureza ritual y una extrema minuciosidad en la distinción entre lo sagrado y lo profano. - vocación de Ezequiel y profecías sobre la caída de Jerusalén (cap. 1-24) – profecías contra las naciones paganas (cap. 25-32) -  la restauración de Israel (cap.33-39) – el nuevo templo en la Jerusalén futura (cap. 40-48).

Ezequiel

1 Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río quebar, los cielos se abrieron y vi visiones de Dios. En el quinto año de la deportación del rey Joaquín, a los cinco días del mes, vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de buzi, en la tierra de los caldeos, junto a río quebar. Vino allí sobre el la mano de Jehová. Mire, y vi que venia del norte un viento huracanado y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de el un resplandor. En medio del fuego algo semejante al bronce refulgente; y en medio de todo vi la figura de cuatro seres vivientes. Esta era su apariencia: había en ellos un parecido a seres humanos. Cada uno tenia cuatro caras y cuatro alas. Sus piernas eran rectas, y la planta de sus pies como pezuñas de becerro que centelleaban a manera de bronce muy bruñido. Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos humanas. Sus caras y sus alas estaban por los cuatro lados. Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando andaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia delante. El aspecto de sus caras era como una cara de hombre y una cara de león al lado derecho de los cuatro, y como una cara de buey a la izquierda de los cuatro. Además de los cuatro tenían una cara de águila. Así eran sus caras. Cada uno tenia dos alas extendidas por encima, las cuales se tocaban entre si, y con las otras dos cubrían sus cuerpos. Cada uno caminaba derecho hacia delante; hacia donde es espíritu los llevaba, ellos iban, y no se volvían al andar. En cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos. Parecían antorchas encendidas que se movían entre los seres  vivientes. El fuego resplandecía, y de el salían relámpagos. Los seres vivientes corrían y regresaban a semejanza de relámpagos. Mientras yo miraba los seres vivientes, he aquí una rueda sobre el suelo, junto a los seres vivientes, a los cuatro lados. El aspecto de las ruedas y su estructura era semejante al color del crisólito. Los cuatro tenían un mismo aspecto; su apariencia y su estructura eran como una rueda metida en otra. Cuando andaban, se movían hacia sus cuatro costados; no se volvían  al andar. Sus llamas eran altas y espantosas y llenas de ojos de alrededor en las cuatro. Cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto a ellos; y cuando los seres vivientes se elevaban de la tierra, las ruedas se elevaban. Hacia donde el espíritu las llevaba, ellas iban; hacia donde las llevaba el espíritu, las ruedas también se elevaban tras ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. Cuando ellas andaban, andaban ellas, asimismo, cuando se elevaban de la tierra, las ruedas se elevaban tras ellos, porque el  espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. Sobre las cabezas de los seres vivientes había como una bóveda a manera de cristal maravilloso, extendido por encima de sus cabezas. Y debajo de la bóveda, las alas de ellos estaban derechas, extendiéndose la una hacia la otra. Cada uno tenia dos alas que cubrían su cuerpo. Oí el sonido de sus alas cuando andaban. Era  como el sonido de muchas aguas, como la voz del omnipotente, como el ruido de una muchedumbre, como el ruido de un ejercito. Cuando se detenían y bajaban sus alas se oía una voz de encima de la bóveda que estaba sobre sus cabezas. Sobre la bóveda que estaba sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro, y  sobre la figura del trono había una semejanza, como un hombre sentado en el. Vi una apariencia como de bronce refulgente, como  una apariencia de un fuego dentro de ella en derredor, desde la parte de sus cabezas hacia arriba; y desde sus caderas hacia abajo, vi que parecía como fuego y que tenia un resplandor alrededor. Como el aspecto del arco iris que esta en las nubes en el día de lluvia, así era el aspecto del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Cuando la vi, me postre sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.

2 Me dijo: “Hijo de hombre, ponte sobre tus pies y hablare contigo”.  Después  de hablarme, entro el espíritu en mi  y me afirmo sobre mis pies, y oí  al que me hablaba. Me dijo: “Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación de rebeldes que se rebelaron contra mi; ellos y sus padres se han rebelado contra mi hasta este mismo día. Yo, pues,  te envío a hijos de duro rostro y de empedernido  corazón, y les dirás: “Así ha dicho Jehová el señor”. Acaso ellos escuchen; pero si no escuchan, porque son una casa rebelde, siempre sabrán que hubo un profeta entre ellos. Pero tu,  hijo de hombre, no los temas ni tengas miedo de sus palabras. Aunque te hallas entre zarzas y espinos, y habitas con escorpiones, no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son una casa rebelde. Les hablaras, pues, mis palabras, ya sea que escuchen o que dejen de escuchar, porque son  muy rebeldes. Pero tu, hijo de hombre, escucha lo que te digo; no seas rebelde, como la casa rebelde; abre tu boca,  y come lo que te doy”.  Mire, y vi una mano extendida hacia mi, y en ella había un libro enrollado. Lo extendió delante de mi, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritos en el cantos fúnebres, gemidos y ayes.

3 Me dijo: “Hijo de  hombre, como lo que tienes ante ti; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel”. Abrí mi boca y me hice comer aquel rollo. Me  dijo: “hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy”. Lo comí, y fue en mi boca dulce como la miel. Luego me dijo: “ hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel y háblales con mis palabras. Porque no eres enviado a un pueblo que habla misterios ni de lengua difícil, sino la casa de Israel; no a muchos pueblos de habla misteriosa ni de lengua difícil, cuyas palabras no entienden; pero su a ellos te enviara, ellos te escucharían. Pero la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mi; porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón. Yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes. Como diamante, mas fuerte que el pedernal he hecho tu frente; no los temas ni tengas miedo delante de ellos, porque son una casa rebelde”. Me dijo: “hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te diré, y pon mucha atención. Luego ve y entra adonde están los cautivos, los hijos de tu pueblo. Háblales y diles: “ Así ha dicho Jehová, el señor”, ya sea que escuchen o que dejen de escuchar”. El espíritu me elevo, y oí detrás de mi una voz de grande estruendo, que decía: “¡Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar!”. Oí también el ruido de las alas de los seres vivientes al juntarse la una con la otra, y el ruido de las ruedas delante de ellos, y el ruido de gran estruendo. El espíritu, pues, me elevo y me llevo. Yo fui, pero con amargura y lleno de indignación, mientras la mano de Jehová era fuerte sobre mi. y vine a los cautivos en tel-abib, que moraban junto al río quebar, y me senté junto con ellos. Allí, durante siete días, permanecí atónito entre ellos. Aconteció que al cabo de los siete días vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, mi palabra, y los amonestaras de mi parte. Cuando yo diga al impío: “De cierto morirás”, si tu no lo amonestas ni le hablas, para que el impío sea  advertido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandare de tu mano. Pero si tu amonestas al impío, y el  no se convierte de su impiedad y de su mal camino, el morirá por su maldad, pero tu habrás librado tu vida. Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, y yo pongo tropiezo delante de el, el morirá, porque tu no lo amonestaste; en su pecado morirá, y  sus justicias que había hecho no serán tenidas en cuenta; pero su sangre demandare de tu mano. Pero si amonestas al justo para que no peque, y no peca, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tu habrás librado tu vida”. Vino allí la mano de Jehová sobre mi, y me dijo: “Levántate y sal al campo, y allí hablare contigo”. Me levante y salí al campo; y allí estaba la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río quebar; y me postre sobre mi rostro. Entonces entro el espíritu en mi, me afirmo sobre mis pies, me hablo y me dijo: “entra y enciérrate dentro de tu casa.  En cuanto a ti, hijo de hombre, he aquí que podrán cuerdas sobre ti, y con ellas te ataran y no podrás salir para estar entre ellos. Haré que se te pegue la lengua al paladar, y estarás mudo, y no serás para ellos un hombre que reprende, porque son casa rebelde. Pero cuando yo te haya hablado, abriré tu boca y les dirás: “Así ha dicho Jehová, el señor: El que escucha, que escuche; y el que no quiera escuchar, que no escuche, porque casa rebelde son”.

4 “Tu, hijo de hombre, tomate un adobe, ponlo delante de ti y diseña sobre el la ciudad de Jerusalén. Y pondrás sitio contra ella, construirás contra ella fortaleza, sacaras contra ella baluarte, montaras delante de ella campamento, y contra ella, a su alrededor, colocaras arietes. Toma también una plancha de hierro y ponla en lugar de muro de un muro de hierro entre ti y la ciudad; afirmaras luego tu rostro contra ella, y será en lugar de cerco y la sitiaras. Es una señal para la casa de Israel. “Tu te acostaras sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre  el la maldad de la casa de Israel. El numero de los días que duermas sobre el, llevaras sobre ti la maldad de ellos. Yo te he dado años de su maldad por el numero de los días: trescientos noventa días; y así llevaras tu la maldad de la casa de Israel. Cumplidos estos, te acostaras por segunda vez, ahora sobre tu lado derecho, y llevaras la maldad de la casa de juda cuarenta días; día por año, día por año te he dado. Hacia el asedio de Jerusalén dirigirás tu rostro, y con tu brazo descubierto profetizaras contra ella. He puesto sobre ti ataduras, y no podrás darte vuelta de un lado a otro hasta que hayas cumplido los días de tu asedio. “Toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y avena; ponlos en una vasija y hazte pan de ellos para el numero de los días que te acuestes sobre tu lado: trescientos noventa días comerás de el. La comida que comerás será de peso de veinte siclos al día; de tiempo en tiempo la comerás. Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás. Y comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza. Lo cocerás a vista de ellos en fuego de excremento humano”. Dijo Jehová: “ Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo, entre las naciones a donde yo los arrojare”. Yo dije: “¡Ah, señor, Jehová!, mi alma no es impura, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entro carne inmunda”. Y me respondió: “he aquí te permito usar estiércol de bueyes en lugar de excremento humano para cocer tu pan”. Me dijo luego: “ hijo de hombre, quebrantare el sustento del pan en Jerusalén; comerán el pan por peso y con angustia, y beberán  el agua por medida y con espanto, para que, al faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros  con espanto y se consuman en su maldad.

5 “Tu, hijo de hombre, tomate un cuchillo agudo, una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma después una balanza de pesar y divide los cabellos. Una tercera parte quemaras en el fuego de la ciudad, cuando se cumplan los días del asedio; tomaras otra tercera parte y la cortaras  con espada alrededor de la ciudad, y la otra tercera parte esparcirás al viento, y yo desenvainare espada en pos de ellos. Tomaras también de allí unos cuantos y los ataras en la falda de tu manto. Tomaras otra vez de ellos, los echaras en medio del fuego y el fuego los quemaras; de allí saldrá el fuego a toda la casa de Israel”. Así a dicho Jehová, el señor: “Esta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras de su alrededor. Pero ella cambio mis decretos y mis ordenanzas en impiedad mas que las naciones, y mas que las tierras de su alrededor; porque desecharon mis decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos”. Por tanto, así a dicho Jehová: “porque habéis sido mas rebeldes que las naciones que están alrededor de vosotros, porque no habéis andado según mis mandamientos ni habéis guardado mis leyes, ni siquiera habéis andado según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros, Jehová, el señor, ha dicho: yo estoy contra ti. Si , yo, y haré juicios en medio de ti ante los ojos de las naciones. Haré en ti lo que nunca hice ni jamás volveré a hacer, a causa de todas tus abominaciones. Por eso los padres se comerán a los hijos en medio de ti, y los hijos se comerán a sus padres; haré en ti juicios y esparciré a todos los vientos todo lo que quede de ti. Por tanto, vivo yo,  dice Jehová, el señor, ciertamente por haber profanado mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantare yo también; mi ojo no perdonara ni tendré misericordia. Una tercera parte caerá a espada alrededor de ti, y otra tercera parte esparciré a todos los vientos; y tras ellos desenvainare espada. “Se consumirá mi furor, saciare en ellos mi enojo y tomare satisfacción. Entonces sabrán que yo, Jehová, he hablado en mi celo, cuando consuma en ellos mi enojo. Te convertiré en ruinas y en afrenta entre las naciones que están alrededor de ti, a los ojos de todo transeúnte. Serás afrenta, escarnio, escarmiento y objeto de espanto para las naciones que están alrededor de ti, cuando yo haga en ti juicios con furor e indignación y con reprensiones llenas de ira. Yo, Jehová, he hablado. Cuando arroje yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que serán para destrucción, las cuales enviare para destruiros, entonces aumentare el hambre sobre vosotros y quebrantare  entre vosotros el sustento de pan. Enviare, pues,  sobre vosotros hambre y bestias feroces que te destruyan; peste y sangre pasaran por en medio de ti, y enviare sobre ti espada. Yo, Jehová, he hablado”.

6 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre pon tu rostro hacia los montes de Israel y profetiza contra ellos. Dirás: “¡Montes de Israel, oíd palabra de Jehová, el señor! Así a dicho Jehová, el señor, a los montes y a los collados, a los arroyos  y a los valles: he aquí que yo, mismo, haré venir sobre vosotros espada y destruiré vuestros lugares altos. Vuestros altares serán asolados, vuestras imágenes del sol serán quebradas; haré que vuestros muertos caigan delante de vuestros ídolos. Pondré los cuerpos muertos de los hijos de Israel delante de sus ídolos, y vuestros huesos esparciré alrededor de vuestros altares. Dondequiera que habitéis, serán arruinadas las ciudades y los lugares altos serán asolados, para queden asolados y desiertos vuestros altares. Vuestros ídolos serán quebrados y aniquilados, vuestras imágenes del sol serán destruidas y vuestras obras serán deshechas. Los muertos caerán en medio de vosotros, y sabréis que yo soy Jehová. Pero dejare un resto, de modo que tengáis entre las naciones algunos que escapen de la espada, cuando seáis esparcidos por las tierras. Los que de vosotros escapen, se acordaran de mi entre las naciones en las cuales serán cautivos; porque yo me quebrantare a causa de su corazón fornicario que se aparto de mi,  y  a causa de sus ojos que fornicaron tras sus ídolos. Se avergonzaran de si mismos, a causa de los males que hicieron en todas sus abominaciones. Y sabrán que yo soy Jehová; no en vano dije que les había que hacer este mal”. Así a dicho Jehová, el señor: “Da palmadas con tus manos y golpea con tu pie, y di: “¡Ay, por todas las grandes abominaciones de la casa de Israel!, porque con espada, con hambre y con peste caerán. El que este lejos morirá de peste, el que este cerca caerá a espada, y el que quede y sea asediado morirá de hambre”. Así consumare en ellos mi enojo. Sabréis que yo soy Jehová, cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos, alrededor de sus altares, sobre todo collado alto, en todas las  cumbres de los montes, debajo de todo árbol frondoso y debajo de toda encina espesa, lugares donde ofrecieron incienso a todos sus ídolos. Extenderé mi mano contra ellos, y donde quieran que habiten dejare la tierra mas asolada y devastada que el desierto hacia diblat; y conocerán que yo soy Jehová”.

7 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “Tu, hijo de hombre, anuncia que así ha dicho Jehová, el señor, a la tierra de Israel: “El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de la tierra. Ahora será el fin sobre ti, pues enviare sobre ti mi furor y te juzgare según  tus caminos, y pondré sobre ti todas tus abominaciones. Mi ojo no te perdonara ni tendré misericordia, antes pondré sobre ti tus caminos y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo soy Jehová”. “ Así ha dicho Jehová, el señor: “ ¡ un mal, he aquí que viene un mal! ¡ Viene el fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; ciertamente que viene! ¡ La mañana viene para ti, morador de la tierra; el tiempo viene, cercano esta el día: día de tumulto y no de alegría sobre los montes! Ahora pronto derramare mi  ira sobre ti y consumare en ti mi furor; te juzgare según tus caminos y pondré sobre ti tus abominaciones. Mi ojo no perdonara ni tendré misericordia. Según tus caminos pondré sobre ti, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo , Jehová, soy el que castiga.  “¡ Ya viene el día, ciertamente viene! Ha llegado el momento; ha florecido la vara, ha reverdecido la soberbia. La violencia se ha levantado como vara de maldad; no quedara ninguno de ellos ni de su multitud,  ni uno de los suyos, ni habrá entre ellos quien se lamente. El tiempo ha venido, se acerco el día. ¡ No se alegre el que compra ni llore el que vende!,  porque la ira esta sobre la multitud; porque el que vende no volverá a lo vendido, aunque  queden vivos; porque la visión sobre toda la multitud no se revocara, y a causa de su iniquidad ninguno podrá  conservar la vida. “Tocaran trompeta y preparan todas las cosas; pero no habrá quien vaya a la batalla, porque mi ira esta sobre toda la multitud. Fuera, la espada; y dentro, la peste y el hambre. El que este en el campo morirá a espada, y el que este en la ciudad lo consumirá el hambre y la peste. Los que sobrevivan huirán y estarán sobre los montes como palomas de los valles, todos gimiendo, cada uno por su iniquidad. Toda mano se debilitara, y como el agua se debilitara toda rodilla. Se ceñirán también de ropa áspera y los cubrirá el terror; en todo rostro habrá vergüenza  y todas sus cabezas estarán rapadas. Arrojaran su plata a las calles y su oro será desechado; ni su plata ni su oro podrán librarlos en el día del furor de Jehová; no se saciaran su alma ni llenaran sus entrañas, porque ha sido tropiezo para su maldad. Por cuanto convirtieron  la gloria de su ornamento en soberbia e hicieron con ello imágenes de sus abominables ídolos, por eso se lo convertí en algo repugnante. En manos de extraños la entregue para ser saqueada:  será presa de los impíos de la tierra, y la profanaran. Apartare de ellos mi rostro y será violado mi lugar secreto, pues entraran en el invasores y lo profanaran. “Haz una cadena, porque el país esta lleno de delitos de sangre y la ciudad esta llena de violencia. Traeré, por tanto, a los mas perversos de las naciones, los cuales poseerán las casas de ellos. Así haré cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados. ¡La destrucción llega! Buscaran la paz, pero no habrá paz. Vendrá quebranto sobre quebranto, y habrá rumor sobre rumor. Buscaran respuesta del profeta, mas la ley se alejara del sacerdote, y de los ancianos  el consejo. El rey se enlutara, el gobernante se vestirá de tristeza y las manos del pueblo de la tierra temblaran. Según su camino haré con ellos, y con los juicios de ellos los juzgare. Y sabrán que yo soy Jehová ”.

8 En el sexto  año, en el mes sexto, a los cinco días del mes, aconteció que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de juda estaban sentados delante de mi, y allí se paso sobre mi la mano de Jehová, el señor. Mire, y vi una figura con aspecto de hombre; desde sus caderas para abajo, fuego, y desde sus caderas para arriba parecía resplandor; el aspecto era como de bronce refulgente. Aquella figura extendió la mano y me tomo por las guedejas de mi cabeza; y el espíritu me alzo entre el cielo y la tierra y me llevo en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos. Allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo. Me dijo: “hijo de hombre, alza ahora  tus ojos hacia el lado del norte”. Alce mis ojos hacia el norte, y vi al norte, junto a la puerta del altar, aquella imagen del celo en la entrada. Me dijo entonces: “ hijo de hombree, ¿no ves lo que estos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario? Pero vuélvete, y veras aun mayores abominaciones”. Me llevo a la entrada del atrio, y mire, y vi un agujero en la pared. Me dijo: “hijo de hombre, cava ahora en la pared”. Yo cave en la pared, y he aquí una puerta. Me dijo luego: “entra, y ve las  malvadas abominaciones que estos hacen allí”. Entre, pues, y mire, y vi toda forma de reptiles y bestias abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel, que estaban pintados por toda la pared en derredor. Y delante de ellos había setenta hombres de entre los ancianos de la casa de Israel, y jaazanias hijo de safan, en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y subía una nube espesa de incienso. Me dijo: “ hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen  ellos: “Jehová no nos ve. Jehová ha abandonado la tierra”. Me dijo después: “vuélvete, veras que estos hacen aun mayores abominaciones”. Me llevo a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que esta al norte; y vi a unas mujeres que estaban allí sentadas llorando a tamuz. Luego me dijo: “¿No ves, hijo de hombre? Vuélvete, veras aun mayores abominaciones que estas”. Me llevo al atrio de adentro de la casa de Jehová, y vi que  junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, había unos veinticinco hombres, con sus espaldas vueltas al templo de Jehová y con sus rostros hacia el  oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente. Me dijo: “¿no has visto, hijo de hombre? ¿ es cosa ligera para la casa de juda cometer las abominaciones que cometen aquí? Después que han llenado de maldad el país, se  volvieron a mi para irritarme; y aplican el ramo a sus narices. Pues también yo procederé con furor: mis ojos no miraran con piedad, no  tendré compasión. Gritaran a mis oídos con gran voz, pero no los escuchare”.

9 Entonces clamo en mis oídos con gran voz diciendo: “¡Los verdugos de la ciudad han llegado y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir!”. Y seis hombres venían del camino de la puerta de arriba que mira hacia el norte y cada uno traía en su mano su instrumento para destruir. Entre  ellos había un varón vestido de lino, el cual traía en su cintura un tintero de escribano. Al entrar, se detuvieron junto al altar de bronce. La gloria del Dios de Israel se elevo de encima del querubín, sobre el cual había estado, hacia el umbral de la casa. Y llamo Jehová al hombre vestido de lino que tenia a su cintura el tintero de escribano, y le dijo Jehová: “pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella”.  A los otros dijo, oyéndolo yo: “pasad por la ciudad  en pos de el, y Matad; no miren con piedad vuestros ojos, no tengáis compasión. Matad a viejos, a jóvenes y a vírgenes, a niños y a mujeres, hasta que no quede ninguno. Pero a todo aquel sobre el cual este la señal, no os acercareis; y comenzareis por mi santuario”. Comenzaron, pues, desde los hombres ancianos que estaban delante del templo. Les dijo: “Contaminad la casa, llenad los atrios de muertos y salid”. Y salieron a matar en la ciudad. Aconteció que cuando ellos iban matando y quede yo solo, me postre sobre mi rostro, y clame diciendo: “¡ Ah, señor Jehová!, ¿destruirás a todo el resto de Israel derramando tu furor sobre Jerusalén?”. Me dijo: “ la maldad de la casa de Israel y de juda es sobremanera grande, pues la tierra esta llena de sangre y la ciudad esta llena de perversidad; porque han dicho: “ha abandonado Jehová la tierra, y Jehová no ve”. Así, pues, haré yo: mis ojos no miraran con piedad, no tendré compasión; haré recaer la conducta de ellos sobre sus propias cabezas”. Y el hombre vestido de lino, que tenia el tintero a su cintura, respondió una palabra, diciendo: “he hecho conforme a todo lo que me mandaste”.

10 Mire, y vi que sobre la bóveda que estaba sobre la cabeza de los querubines había como una piedra de zafiro, que tenia el aspecto de un trono que apareció sobre ellos. Hablo al hombre vestido de lino, y le dijo:. “Entra en medio de las ruedas debajo de los querubines, llena tus manos de carbones encendidos de entre los querubines y espárcelos sobre la ciudad”. Y entro a la vista mía. Los querubines estaban a la mano derecha de la casa cuando este hombre entro; y la nube llenaba el atrio de adentro. Entonces la gloria de Jehová se elevo de encima del querubín hacia el umbral de la puerta; la casa se lleno de la nube y el atrio  se lleno del resplandor de la gloria de Jehová. Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios omnipotente cuando habla. Aconteció, pues,  que al mandar al hombre vestido de lino, diciendo: “Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines”,  el entro y se detuvo entre las ruedas. Un querubín extendió su mano de en medio de los querubines al fuego que estaba entre ellos, y tomo de el y lo puso en las manos del que estaba vestido de lino, el cual lo tomo y salió. Y apareció en los querubines la figura de una mano de hombre debajo de sus alas. Mire, y vi cuatro ruedas junto a los querubines, junto a cada querubín una rueda; y el aspecto de las ruedas era como de crisolito. En cuanto a su apariencia, las cuatro eran de  una misma estructura, como si estuviera una en medio de la otra. Cuando andaban, hacia los cuatro frentes andaban; no se volvían cuando andaban, sino que al lugar adonde se volvía la primera, en pos de ella iban; no se volvía cuando andaban. Todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos,  sus alas y las ruedas, todo estaba lleno  de ojos alrededor de sus cuatro ruedas. A las ruedas, oyéndolo yo, se les gritaba: “¡Rueda!”. Cada uno tenia cuatro caras: la primera era un rostro de querubín, y la segunda, de hombre; la tercera era una cara de león, y la cuarta una cara de águila. Se elevaron los querubines; este es el ser viviente que vi en río quebar. Cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos; y cuando los querubines alzaban sus alas para elevarse de la tierra, las ruedas tampoco se separaban de ellos. Cuando se detenían ellos, ellas se detenían, y cuando ellos se elevaban, se elevaban con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en ellas. Entonces la gloria de Jehová se elevo de sobre el umbral de la casa, y se puso sobre los querubines. Y alzando los querubines sus alas, se elevaron de la tierra ante mis ojos. Cuando ellos salieron, también las ruedas se  elevaron al lado de ellos, y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová; y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos. Estos eran los mismos seres vivientes que vi debajo del Dios de Israel junto al río quebar, y me di cuenta de que eran querubines. Cada uno tenia cuatro caras y cada uno cuatro alas, y figuras de manos humanas debajo de sus alas. La semejanza de sus rostros era la de los rostros que vi junto al río quebar, su misma apariencia y su ser; cada uno caminaba derecho hacia delante.

11 El espíritu me elevo y me llevo a la puerta oriental de la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente; y he aquí, a la entrada de la puerta, veinticinco hombres, entre los cuales vi a jaazanias hijo de azur, y a pelatias hijo de benaia, jefes del pueblo. Me dijo: “hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan perversidad y dan en esta ciudad mal consejo. Ellos dicen: “no  será tan pronto; edifiquemos casas; esta será la olla, y nosotros la carne”. Por tanto, profetiza contra ellos, ¡profetiza, hijo de hombre!”. Vino sobre mi espíritu de Jehová y me dijo: “Di: “así a dicho Jehová: así habéis hablado, casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu yo las he entendido. Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad; habéis llenado de muertos sus calles. Por tanto, así a dicho Jehová, el señor: vuestros muertos que habéis puesto en medio de ella, ellos son la carne y ella es la olla; pero yo os sacare a vosotros de en medio de ella. A la espada habéis temido, y la espada traeré sobre vosotros, dice Jehová el señor. Os sacare de en medio de ella, os entregare en manos de extraños y haré juicios entre vosotros. A espada caeréis; en los limites de Israel os juzgare, y sabréis que yo soy Jehová. La ciudad no os será por olla ni vosotros seréis la carne  en medio de ella; en los limites de Israel os juzgare. Y  sabréis que yo soy Jehová; porque no habéis andado en mis estatutos ni habéis obedecido mis decretos, sino  que habéis hecho según las costumbres de las naciones que os rodean”. Y aconteció que mientras yo profetizaba, aquel pelatias hijo de benaia, murió. Entonces me postre  rostro a tierra y clame a gran voz, y dije: “¡ Ay, señor, Jehová!, ¿destruirás del todo el resto de Israel?”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, tus hermanos, tus propios hermanos, los hombres de tu parentela y toda la casa de Israel, son aquellos a quienes dijeron los habitantes de Jerusalén: “Alejaos de Jehová; a nosotros es dada la tierra en posición”. Por tanto, di: “Así ha dicho Jehová, el señor: Aunque los he arrojado lejos entre las naciones y los he esparcido por las tierras, con todo les seré por un pequeño santuario en las tierras a donde lleguen”. Di, por tanto: “Así ha dicho Jehová, el señor: yo os recogeré de los pueblos, os congregare de las tierras en las cuales estáis esparcidos y os daré la tierra de Israel. Volverán allá, y quitaran de ella todas sus idolatrías y todas sus abominaciones. Y les daré otro corazón y pondré en ellos un nuevo espíritu; quitare el corazón de piedra de en medio de su  carne y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas y guarden mis decretos y los cumplan, y sean mi pueblo y yo sea su Dios. Pero aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus idolatrías y de sus abominaciones, yo traigo su camino sobre sus propias cabezas, dice Jehová el señor”. Después alzaron los querubines sus alas, y las ruedas iban  en pos de ellos y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos. La gloria de Jehová se elevo de en medio de la ciudad y se puso sobre el monte que esta al oriente de la ciudad. Luego me levanto el espíritu y me volvió a llevar en visión del espíritu de Dios a la tierra de los caldeos, a donde estaban los cautivos. Y se fue de mi visión que había visto. Entonces  referí a los cautivos todas las cosas que Jehová me había mostrado.

12 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, tu habitas en medio de una casa rebelde. Tienes ojos para ver, y no ven; tienen oídos para oír, y no oyen, porque son una casa rebelde. Por tanto tu, hijo de hombre, prepárate enseres de marcha, y parte de día a la vista de ellos. Te pasaras de tu lugar a otro lugar a la vista de ellos, por si tal vez atienden, porque son una casa rebelde. Sacaras tus enseres de día a la vista de ellos, como enseres  para el destierro; pero tu saldrás por la tarde a la vista de ellos, como quien sale en cautiverio. Ante sus propios ojos te abrirás paso a través de la pared, y saldrás por ella. Antes sus propios ojos los llevaras sobre tus hombros, de noche los sacaras; cubrirás tu rostro y no miraras el país, porque por señal te he dado a la casa de Israel”. Yo hice como se me había  mandado; saque mis enseres de día, como enseres para el destierro, y a la tarde me abrí paso a través de la pared con mi propia mano; salí de noche, y los lleve sobre los hombros a la vista de ellos. Por la mañana vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, ¿no te ha  preguntado la casa de Israel, aquella casa rebelde: “Que haces”? Diles: “Así ha dicho Jehová, el señor: Esta profecía se refiere al gobernante en Jerusalén y a toda la casa de Israel que esta en medio de ella”. Diles: “yo soy vuestra señal. Como yo hice, así se hará con vosotros: partiréis al destierro, en cautividad. Y al gobernante que esta en medio de ellos, lo llevara a cuestas de noche, y saldrán. A través de la pared abrirán un paso para sacarlo por ella, y cubrirá su rostro para no ver con sus ojos el país. Pero yo extenderé mi red sobre el y caerá preso en mi trampa, y lo haré llevar a babilonia, a la tierra de los caldeos; pero no la vera, y allá morirá. A todos los que estén alrededor de el para ayudarlo, y a todas sus tropas, esparciré a todos los vientos, y desenvainare la espada en pos de ellos. Y sabrán que yo soy Jehová cuando los  disperse entre las naciones y los esparza sobre la tierra. Haré que unos pocos de ellos escapen de la espada, del hombre y de la peste, para que cuenten todas sus abominaciones entre las naciones donde lleguen. Y sabrán que yo soy Jehová”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, come tu pan con temblor y bebe tu agua con estremecimiento y con ansiedad. Di al pueblo de la tierra que así ha dicho Jehová,  el señor, sobre los habitantes de Jerusalén y sobre la tierra de Israel: “ Su pan comerán con temor, y con espanto beberán su agua, porque su tierra será despojada de su plenitud por la maldad de todos los que en ella habitan. Las ciudades habitadas quedaran desiertas y la tierra será asolada. Y sabréis que yo soy Jehová. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, ¿qué refrán es este que tenéis vosotros en la tierra de Israel, que dice: “Se van prolongando los días y desaparecerá toda visión”? Diles, por tanto: “Así a dicho Jehová, el señor: haré cesar este refrán y no lo repetirán mas en Israel”. Diles, pues: “se han acercado aquellos días y el cumplimiento de toda visión. Porque no habrá mas visión vana, ni habrá adivinación de lisonjeros en medio de la casa de Israel. Porque yo, Jehová, hablare, y se cumplirá la palabra que yo hable; no se tardara mas, sino que en vuestros días, casa rebelde, hablare palabra y la cumpliré, dice Jehová, el señor”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, ahora los de la casa de Israel dicen: “la visión que este ve es para dentro de muchos días; para lejanos tiempos profetiza este”. Diles, por tanto: “así ha dicho Jehová, el señor: no se tardara mas ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hable se cumplirá, dice Jehová, el señor”.

13 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y dile a los que profetizan de su propio corazón: “oid palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová, el señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu y que nada han visto! Como zorras en los desiertos han sido tus profetas, Israel. No habéis subido a las brechas, ni habéis edificado un muro alrededor de la casa de Israel para que resista firme en la batalla en el día de Jehová. Han visto vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: Ha dicho Jehová, pero Jehová no los envío. Con todo, esperan que confirme la palabra de ellos. ¿no habéis visto visión vana y no habéis  dicho adivinación mentirosa, puesto que decís: Dijo Jehová, no habiendo yo hablado? “por tanto, así ha dicho Jehová, el señor: Porque habéis hablado vanidad y habéis visto mentira, por eso, yo estoy contra vosotros, dice Jehová, el señor. Mi mano estará contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no estarán en el consejo de mi pueblo, ni serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán. Y sabréis que yo soy Jehová, el señor. Si, por cuanto han engañado a mi pueblo, diciendo: paz, no habiendo paz; y porque cuando uno levantaba una pared, ellos la recubrían con lodo suelto, di a los recubridores que el lodo suelto se caerá: vendrá una lluvia torrencial y yo enviare piedras de granizo que la hagan caer, y un viento tempestuoso la romperá. Y he aquí que cuando la pared haya caído, ¿no os preguntaran donde esta la mezcla con que la recubristeis?”.  Por tanto, así a dicho Jehová, el señor: haré que rompa un viento tempestuoso con mi ira, y una lluvia  torrencial vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para destruir. Así desbaratare la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto y la echare a tierra, y será descubierto su cimiento. Caerá y seréis consumidos en medio de ella, y sabréis que yo soy Jehová. Consumare  así mi furor en la pared y en los que la recubrieron con lodo suelto, y os diré que no existe la pared ni los que la recubrieron: los profetas de Israel que profetizan acerca de Jerusalén y que vieron para ella visión en paz, no habiendo paz, dice Jehová, el señor”. “y tu, hijo de hombre, pon tu rostro contra las hijas de tu pueblo que profetizan de su propio corazón, y profetiza contra ellas. Di: “Así a dicho Jehová, el señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿habéis  de cazar las almas de mi pueblo para mantener así vuestra propia vida? ¿ y habéis de profanar en medio de mi pueblo  por unos puñados de cebada y unos pedazos de pan, matando a las personas que no deben morir y dando vista a las personas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira?”. “ por tanto, así a dicho Jehová, el señor: yo estoy contra vuestras vendas mágicas, con las que cazáis las almas al vuelo. Yo las librare de vuestras manos, y soltare para que vuelen como aves las almas que cazáis al vuelo. Romperé asimismo vuestros velos mágicos y librare a mi pueblo de vuestra mano, y no estarán mas como presa en vuestra mano. Y sabréis que yo soy Jehová. Por cuanto entristecisteis con mentiras el corazón del justo, al cual yo no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío para que no se apartara de su mal camino, infundiéndole animo, por eso, no veréis mas visión vana ni practicareis mas la adivinación. Yo librare a mi pueblo de vuestras manos. Y sabréis que yo soy Jehová”.

14 Vinieron a mi algunos de los ancianos de Israel y se sentaron delante de mi. Y vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su corazón y han establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos? Háblales, por tanto, y diles: “Así ha dicho Jehová, el señor: cualquier hombre de la casa de Israel que haya puesto sus ídolos en su corazón y que haya establecido el tropiezo  de su maldad delante de su rostro, y que acuda al profeta, yo, Jehová, responderé al que acuda conforme a la multitud de sus ídolos, para tomar a la casa de Israel por el corazón, ya que se han apartado de mi todos ellos a causa de sus ídolos”. “Por tanto, di a la casa de Israel: “Así dice Jehová, el señor: convertios, volveos de vuestra ídolos y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones. Porque cualquier hombre de la casa de Israel y de los extranjeros que habitan en Israel, que se haya apartado de andar en pos de mi, y que haya puesto sus ídolos en su corazón y haya establecido delante de su rostro el tropiezo de su maldad, y que acuda al profeta para preguntarle por mi, yo, Jehová, le responderé por mi mismo; pondré mi rostro contra aquel hombre, lo pondré por señal y por escarmiento, y lo eliminare de en medio de mi pueblo. Y sabréis que yo soy Jehová. Y cuando el profeta sea engañado y hable alguna palabra, yo, Jehová, engañe a tal profeta. Extenderé mi mano contra el y lo eliminare de en medio de mi pueblo Israel. Y llevaran ambos el castigo de su maldad: como la maldad del que consulte, así será la maldad del profeta, para que la casa de Israel no se desvíe mas de en pos de mi, ni se contamine mas en todas sus rebeliones; y sea a mi pueblo y yo sea su Dios, dice Jehová, el señor”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, cuando la tierra peque contra mi rebelándose pérfidamente, y extienda yo mi mano sobre ella, le corte el sustento de pan, envíe sobre ella hambre y extermine de ella a hombres y bestias, si estuvieran en medio de ella estos tres hombres: Noé, Daniel y Job, solo ellos, por su justicia, librarían sus propias vidas, dice Jehová, el señor. Y si yo hiciera pasar bestias feroces por la tierra y la asolaran, y quedara desolada de modo que nadie pase por allí a causa  de las fieras, y si estos tres hombres estuvieran en medio de ella, vivo yo, dice Jehová, el señor, que ni a sus hijos ni a sus hijas librarían; ellos solos serian librados, y la tierra quedaría desolada. O si yo trajera espada sobre la tierra, y dijera: “¡Espada pasa por la tierra!”, e hiciera exterminar de ella a hombres y bestias, y si estos tres hombres estuvieran en medio de ella, vivo yo, dice Jehová, el señor, que no librarían a sus hijos ni a sus hijas. Ellos solos serian librados.  O si enviara pestilencia sobre esa tierra y derramara mi ira sobre ella con sangre, para exterminar de ella a hombres y a bestias, y estuvieran en medio  de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová, el señor, que no librarían a hijo ni a hija. Solamente ellos, por su justicia, librarían sus propias vidas. “por lo cual, así a dicho Jehová, el señor: “ ¡ Cuanto mas cuando yo envíe contra Jerusalén mis cuatro juicios terribles: espada, hambre, fieras y peste, para exterminar de ellas a hombres y bestias! Sin embargo, he aquí quedara en ella un resto, hijos e hijas, que serian llevados fuera; he aquí que ellos vendrán a  vosotros, veréis su camino y sus hechos y seréis consolados del mal que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que traje sobre ella. Ellos os consolaran cuando veáis su conducta y sus hechos, y comprenderéis que no sin causa hice todo lo que he hecho en ella, dice Jehová, el señor”.

15 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “Hijo de hombre, ¿qué es la madera de la vid mas que cualquier otra madera? ¿Qué es el sarmiento entre los árboles del bosque? ¿Tomaran de ella madera para hacer alguna obra? ¿Tomaran de ella una estaca para colgar algo en ella? He aquí, es puesta en el fuego para ser consumida. Cuando sus dos extremos haya consumido el fuego y la parte de en medio se haya quemado, ¿servirá para obra alguna? Si cuando estaba entera no servia para obra alguna, ¿cuánto menos después que el fuego la haya consumido y que haya sido quemada? ¿servirá mas para obra alguna? “por tanto, así dice Jehová, el señor: “ Como a la madera de la vid entre  los árboles del bosque, la cual entregue al fuego para que la consumiera, así haré a los moradores de Jerusalén. Pondré mi rostro contra ellos; aunque del fuego se escaparon, fuego los consumirá. Y sabréis que yo soy Jehová,  cuando ponga mi rostro contra ellos. Y  convertiré la tierra en desolación, por cuanto cometieron prevaricación, dice Jehová, el señor”.

16 Vino a mi palabra  de Jehová, diciendo: “ hijo de hombre, da a conocer a Jerusalén sus abominaciones, y dile: “ Así ha dicho Jehová el señor sobre Jerusalén: Tu origen , tu nacimiento, es la tierra de canaan; tu padre fue un amorreo y tu madre una  hetea. Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte ni frotada con sal, ni fuiste envuelta en pañales. No hubo ojo que se compadeciera de ti para hacerte algo de eso, sintiendo lastima por ti; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo , con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. “ Yo pensé junto a ti vi sucia en tus sangres. Y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive!. Si, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive!. Te hiciste crecer como la hierba del campo; creciste, te hiciste grande y llegaste a ser muy hermosa y tu pelo había crecido, ¡ pero estabas desnuda por completo! “Pase otra vez junto a ti y te mire, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores. Entonces extendí mi mano sobre ti y cubrí tu desnudez; te hice juramento y entre en pacto contigo, dice Jehová, el señor, y fuiste mía. Te lave con agua, lave tus sangres de encima de ti y te ungí con aceite. Luego te puse un vestido bordado, te calce de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. Te atavíe con adornos, puse brazaletes en tus brazos y un collar en tu cuello. Puse joyas  en tu nariz, zarcillos en tus orejas y una hermosa corona en tu cabeza.  Así fuiste adornada de oro y plata,  y tu vestido bordado era de lino fino y seda. Comiste flor de harina de trigo, miel y aceite. Fuiste embellecida en extremo y prosperaste hasta llegar a reinar. Tu fama se fundió entre las naciones a causa de tu belleza, que era perfecta por el esplendor que yo puse sobre ti, dice Jehová, el señor. “Pero confiaste en tu belleza, te prostituiste a causa de tu fama y derramaste tu lujuria sobre cuantos pasaban. ¡Suya fuiste! Tomaste de tus vestidos, te hiciste diversos lugares altos y fornicaste sobre ellos. ¡ Cosa semejante nunca había sucedido ni volverá a suceder! Tomaste asimismo tus hermosa alhajas de oro y de plata, que yo te había dado, te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas. Tomaste tus vestidos de diversos colores y las cubriste, y mi aceite y mi incienso pusiste delante de ellas. Mi pan también, que yo te había dado, la flor de harina, el aceite y la miel, con lo que yo te mantuve, lo pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jehová, el señor. Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mi, y los sacrificaste a ellas para que fueran consumidos. ¿eran  poca cosa tus fornicaciones, que degollaste también a mis hijos y los ofreciste a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía? Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has cortado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda por completo, cuando estabas envuelta en tu sangre. “Y sucedió que después de toda tu maldad (ay, ay de ti!, dice Jehová, el señor), te edificaste lugares altos y te hiciste altar en todas las plazas. En cada cabecera de camino edificaste un lugar alto e hiciste abominable tu hermosura: te ofreciste a cuantos pasaban y multiplicaste tus fornicaciones. Fornicaste  con los hijos de Egipto, tus vecinos, robustos de cuerpo; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano y disminuí tu provisión ordinaria. Te entregue a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen y se  avergüenzan de tu conducta indecente. Fornicaste también con los asirios, por no haberte saciado; fornicaste con ellos y tampoco te saciaste. Multiplicaste así mismo tu Fornicacion en la tierra de canaan y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste. “¡ Cuan inconstante es tu corazón, dice Jehová, el señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una prostituta desvergonzada, edificando tus lugares altos en cada cabecera de camino y levantando tus altares en todas las plazas! Poro no fuiste semejante a una prostituta en que menospreciaste la paga. Fuiste como la mujer adultera que en lugar de su marido recibe a extraños. A todas las prostitutas les dan regalos; pero tu diste tus regalos a todos tus amantes. Les diste presentes, para que de todas partes vinieran a ti en tus fornicaciones. Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tus das la paga, en lugar de recibirla; por eso has sido diferente. “Por tanto, prostituta, oye palabra de Jehová. Así dice Jehová, el señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu vergüenza ha sido manifestada a tus amantes y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste, por eso, yo reuniré a todos sus amantes con los cuales tuviste placer, y a todos los que amaste, también a todos los que aborreciste. Los reuniré alrededor de ti, y delante de ellos descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. Yo te juzgare por las leyes de las adulteras y de las que derraman sangre, traeré sobre ti sangre de ira y de celos. Te entregare en manos de ellos, y ellos destruirán tus altares. Te despojaran de tus ropas, se llevaran tus hermosas alhajas y te dejaran desnuda por completo. Harán subir contra ti una muchedumbre  de gente, que te apedreara y te atravesara con sus espadas. Incendiaran tus casas, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres. Así haré dejes de ser una prostituta y que ceses de prodigar tus favores. Así saciare mi ira sobre ti, se apartara de ti mi celo y descansare para no volver a enojarme. Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud y me provocaste a ira en todo esto, por eso, yo también traeré tu conducta  sobre tu propia cabeza, dice Jehová, el señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria. “He aquí, todo el que usa de refranes te aplicara a ti el refrán que dice:  Cual la madre, tal la hija. Hija eres tu de tu madre, que desecho a su marido y a sus hijos; y hermana eres de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue una hetea y vuestro padre un amorreo. Tu hermana mayor  es samaria, ella  y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. Ni aun anduviste en sus caminos ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco, y muy poco, te corrompiste mas que ellas en todos tus caminos. Vivo yo, dice Jehová, el señor, que tu hermana Sodoma y sus hijas no han hecho como hiciste tu y tus hijas. Esta fue la maldad de Sodoma, tu hermana: soberbia, pan de sobra y abundancia de ocio tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del necesitado. Se llenaron de soberbia e hicieron abominación delante de mi, y cuando lo vi, las quite. Sin embargo, samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tu multiplicaste tus abominaciones mas que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que hiciste. Tu también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza  en los pecados que cometiste, mas abominables que los de ellos. ¡Mas justas son que tu! Avergüénzate, pues, tu también, y carga con tu ignominia, por cuanto has justificado a tus hermanas. “Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas, para que cargues con tu ignominia y te avergüences de todo lo que has hecho, siendo tu motivo de consuelo para ellas. Tus hermanas: Sodoma con sus hijas y samaria con sus hijas, volverán a su primer estado. También tu y tus hijas volveréis a vuestro primer estado. Tu hermana Sodoma no era digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, antes que tu maldad fuera descubierta. Así también, ahora llevas tu la afrenta de las hijas de Siria  y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian. Sufre tu el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jehová. “Pero aun mas ha dicho Jehová, el señor: Yo no haré contigo como tu hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto. Antes bien, yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo  en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto eterno. Te acordaras de tu conducta, y te avergonzaras  cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tu y las menores que tu, las cuales yo te daré por hijas, aunque  no por tu pacto, sino por mi pacto que confirmare contigo. Y sabrás que yo soy Jehová; para que te acuerdes y te avergüences, y nunca mas abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jehová, el señor”.

17 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, propón una figura y  narra una parábola a la casa de Israel. Dirás: Así ha dicho Jehová, el señor: Una gran águila, de grandes alas y largos miembros, llena de plumas de diversos colores, vino al Líbano y tomo el cogollo de un cedro. Arranco el principal de sus renuevos, lo a tierra de mercaderes y lo puso en una ciudad de comerciantes. Tomo también de la simiente de la tierra y la puso en un campo bueno para sembrar. La planto junto a aguas abundantes, a manera de un sauce. Broto, se hizo una vid de mucho ramaje y poca altura; sus ramas miraban  al águila y sus raíces estaban debajo de ella. Así que se convirtió en una vid que hizo sarmientos y echo mugrones. “había también otra gran águila, de grandes  alas y espeso plumaje. Y he aquí, la vid llevo hacia ella sus raíces y extendió hacia ella sus ramas, para ser regada por ella por los surcos de su plantío. En un buen campo, junto a muchas aguas, fue plantada, para que echara ramas y diera fruto, y para que fuera vid robusta”. “Diles así: Así ha dicho Jehová, el señor: ¿Será prosperada? ¿No arrancara sus raíces, destruirá su fruto y se secara? Todas sus hojas lozanas se secaran; y eso sin gran poder ni mucha gente para arrancarla de raíz. He aquí, esta plantada: ¿será prosperada? ¿no se secara del todo cuando el viento del este la  toque? ¡ En los mismos surcos de su verdor, se secara!” Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Di ahora a la casa rebelde: ¿no habéis entendido que significan estas cosas?”. Diles: He aquí el rey de babilonia vino a Jerusalén, tomo a tu rey y a sus jefes y los llevo consigo a babilonia. Tomo también a uno de la descendencia real, hizo pacto con el y le hizo prestar juramento. Y se llevo consigo a los poderosos de la tierra, para que el reino fuera abatido y no se levantara, a fin de que, guardando el pacto, permaneciera en pie. Pero se rebelo contra el, enviando embajadores a Egipto para que le diera caballos y mucha gente. ¿será prosperado, escapara el que estas cosas hizo? El que rompió el pacto, ¿podrá escapar? Vivo yo, dice Jehová, el señor, que morirá en medio de babilonia en el lugar donde habita el rey que lo hizo reinar, cuyo juramento menosprecio y cuyo pacto, hecho con el, rompió. Y ni con gran ejercito ni con mucha compañía hará el faraón nada por el en la batalla, cuando se levanten terraplenes y se construyan torres para cortar muchas vidas. Por cuanto menosprecio el juramento y quebranto el pacto, cuando he aquí que había dado su mano, y ha hecho todas estas cosas, no escapara. Por tanto, así a dicho Jehová, el señor: Vivo yo,  que el juramento mío que menosprecio y mi pacto que ha quebrantado, los haré caer sobre su propia cabeza. Extenderé sobre el mi red y quedara preso en mi trampa. Lo haré venir a babilonia, y allí entrare en juicio con el por su infidelidad que contra mi ha cometido. Y todos sus fugitivos, con todas sus tropas, caerán esparcidos a todos los vientos, y sabréis que yo, Jehová, he hablado. “Así ha dicho Jehová, el señor: Tomare  yo del cogollo de aquel alto cedro y lo plantare; del principal de sus renuevos cortare un tallo y lo plantare sobre un monte muy elevado. En el monte alto de Israel lo plantare. Levantara sus ramas, dará fruto y se hará un cedro magnifico. Habitaran debajo de el todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitaran. Y sabrán todos los árboles del campo que yo, Jehová, abatí el árbol elevado y levante el árbol bajo, hice secar el árbol verde e hice reverdecer el árbol seco. Yo, Jehová, lo he dicho, y lo haré”.

18 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “¿Qué pensáis vosotros, los que en la tierra de Israel usáis este refrán, que dice: los padres comieron las uvas agrias, y a los hijos les dio dentera? “Vivo yo, dice Jehová, el señor, que nunca mas tendréis por que usar este refrán en Israel. He aquí que todas las almas son mías: como el alma del padre, así el alma del hijo es mía. El alma que peque esa morirá. “ El hombre  que es justo, que actúa conforme al derecho y a la justicia; que no come sobre los montes ni alza sus ojos a los oídos de la casa de Israel; que no viola a la mujer de su prójimo ni se une a la mujer menstruosa; que no oprime a nadie, sino que al deudor devuelve su prenda; que no comete robo alguno; que da su pan al hambriento y  cubre con vestido al desnudo; que no presta con interés o con usura;  que retrae su mano de la maldad y practica verdaderamente la justicia entre unos y otros; que camina en mis ordenanzas y guarda mis decretos a fin de actuar rectamente, este es justo y vivirá, dice Jehová, el señor. “pero si engendra un hijo ladrón y sanguinario que hace alguna cosa de estas, y no hace las otras, sino que come sobre los montes, viola a la mujer de su prójimo, oprime al pobre y necesitado, comete robos y no devuelve la prenda, alza sus ojos hacia los ídolos y comete abominación, presta a interés y con usura, ¿vivirá este? ¡no vivirá! Todas estas abominaciones cometió y, de cierto, morirá: su sangre caerá sobre el. “pero si este engendra un hijo que ve todos los pecados que cometió su padre, pero que, aun viéndolos, no los imita: no come sobre los montes ni alza sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, a la mujer de su prójimo no viola, no oprime a nadie, no retiene la prenda ni comete robos, da su pan al hambriento y cubre con vestido al desnudo, aparta su mano del pobre y no cobra interés o usura, guarda mis decretos y anda en mis ordenanzas, este no morirá por la maldad de su padre: de cierto viviera. Pero su padre, por cuanto hizo agravio, despojo violentamente al hermano e hizo en medio de su pueblo lo que no es bueno, he aquí que el morirá por su maldad. “Y si preguntáis: ¿Por qué el hijo no llevara el pecado de su padre?. Pues porque el hijo actúo conforme al derecho y la justicia, guardo todos mis estatutos y los cumplió, de cierto vivirá. El alma que peque, esa morirá. El hijo no llevara el pecado del padre ni el padre llevara el pecado del hijo; la justicia del justo recaerá sobre el y la impiedad del impío recaerá sobre el. “Pero si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, y guarda todos mis estatutos y actúa conforme al derecho y a la justicia, de cierto vivirá: no morirá. Ninguna de las transgresiones que cometió le será recordada; por la justicia que practico, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del impío? Dice Jehová, el señor. ¿no vivirá, si se aparta de sus malos caminos? Pero si el justo se aparta de su justicia, y comete maldad y actúa conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá el? ¡ ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta! Por su infidelidad que cometió, por el pecado que cometió, por ello morirá. “Y si decís:  no es recto el camino del señor. Oid ahora, casa de Israel: ¿ no es recto mi camino? ¿no son vuestros caminos los torcidos? Apartándose el justo de su justicia  y cometiendo iniquidad, el morirá por ello; por la iniquidad que hizo, morirá. Pero apartándose el impío de su impiedad que hizo y actuando conforme al derecho y la justicia, hará vivir su alma. Porque miro y se aparto de todas sus transgresiones que había cometido, de cierto vivirá: no morirá. Si aun dice la casa de Israel: no es recto el camino del señor; ¿no son rectos mis caminos, casa de Israel? ¡Ciertamente, vuestros caminos no son rectos!. “Por tanto, casa de Israel, yo os juzgare a cada uno según sus caminos, dice Jehová, el señor. Convertios y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. Echad  de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿por qué moriréis, casa de Israel? Porque yo no quiero  la muerte del que muere, dice Jehová, el señor. ¡Convertios, pues, y viviréis!.

19 “ Levanta tu esta lamentación sobre los príncipes de Israel. Dirás: ¡ Como se echo entre los leones tu madre, la leona! Entre los leoncillos crío sus cachorros. Ella hizo subir uno de sus cachorros, que llego a ser un leoncillo y aprendió arrebatar la presa y a devorar a seres humanos. Las naciones oyeron de el; fue tomado en la trampa de ellas, y lo llevaron con grillos a la tierra de Egipto. Viendo ella  que había esperado demasiado tiempo y que se perdía su esperanza, tomo otro de sus cachorros y lo puso por leoncillo. Y el andaba entre los leones; se hizo un leoncillo, aprendió arrebatar la presa, devoro seres humanos. Saqueo fortalezas y asolo ciudades. La tierra, con cuanto había en ella, quedo desolada al estruendo de sus rugidos. Arremetieron contra el las gentes de las provincias de alrededor; extendieron sobre el su red y en el foso fue apresado. Lo pusieron en una jaula y lo encadenaron: encadenado lo llevaron al rey de babilonia. Lo pusieron en las fortalezas para que su voz no se oyera mas sobre los montes de Israel. “Tu madre fue como una vid plantada en medio de la viña, junto a las aguas, que da fruto y echa vástagos a causa de las muchas aguas. Y ella tuvo varas fuertes, para cetros de reyes; elevo su estatura por encima del ramaje y fue vista por causa de su altura y por la abundancia de sus sarmientos. Pero fue arrancada con ira, derribada en tierra. El viento del este  seco su fruto y sus fuertes ramas fueron quebradas y se secaron consumidas por el fuego. Ahora esta plantada en el desierto, en tierra de sequedad y de aridez. Y de la vara de sus ramas ha salido fuego que ha consumido su fruto, y no ha quedado en ella vara fuerte para cetro de reyes”. “Una lamentación es esta, y de lamentación servirá”.

20 Aconteció  en el año séptimo, en el mes quinto, a los diez días del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Jehová, y se sentaron delante de mi. Y vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel y diles: Así ha dicho Jehová, el señor: ¿A consultarme venís vosotros? Vivo yo, que no os responderé, dice Jehová, el señor”. ¿quieres tu juzgarlos? ¿ los quieres juzgar tu, hijo de hombre? Hazles conocer las abominaciones de sus padres, y diles: Así ha dicho Jehová, el señor: El día que escogí a Israel y que alce mi mano para jurar a la descendencia de la casa de Jacob, cuando me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto, cuando alce mi mano y les jure, diciendo: yo soy Jehová, vuestro Dios, aquel día que les alce mi mano, jurando así que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les había provisto, la cual fluye leche y miel y es la mas hermosa de todas las tierras, entonces les dije: cada uno eche de si las abominaciones de delante de sus ojos, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto. yo soy Jehová, vuestro Dios. “Pero ellos se rebelaron contra mi y no quisieron obedecerme; no echo de si cada uno las abominaciones de delante de sus ojos ni dejaron los ídolos de Egipto. Entonces dije que derramaría mi ira sobre ellos, para consumar mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto. Con todo, a causa de mi nombre, para que no se profanara ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, ante cuyos ojos fui conocido, actúe para sacarlos de la tierra de Egipto. los saque de la tierra de Egipto y los traje al desierto. Les di mis estatutos y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpla, vivirá. Y les di también mis sábados, para que fueran por señal entre yo y ellos, para que supieran que yo soy Jehová que los santifico. Pero se revelo contra mi la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis estatutos y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpla, vivirá;  y mis sábados profanaron en gran manera. Dije, por tanto, que derramaría sobre ellos mi ira en el desierto para exterminarlos. Pero actúe a causa de mi nombre, para que no fuera profanado a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado. “ También yo les alce mi mano en el desierto, jurando que no los traería a la tierra que les había dado, la cual fluye leche y miel y es la mas hermosa de todas las tierras; porque   desecharon mis decretos, no anduvieron en mis estatutos y profanaron mis sábados, porque tras sus ídolos iba su corazón. Con todo, los mire con piedad: no los mate ni los extermine  en el desierto; antes bien, dije en el desierto a sus hijos: No andéis en los estatutos de vuestros padres ni guardéis sus leyes ni os contaminéis con sus ídolos. Yo soy Jehová, vuestro Dios: andad en mis estatutos, guardad mis preceptos y ponedlos por obra. Santificad mis sábados, y sean por señal entre mi y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová, vuestro Dios. “Pero los hijos se revelaron contra mi; no anduvieron en mis estatutos ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los cumpla, vivirá; y profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para consumar mi enojo en ellos en el desierto. Sin embargo, retraje mi mano a causa de mi nombre, para que no fuera profanado a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado. También  les alce yo mi mano en el desierto, jurando que los  esparciría entre las naciones y que los dispersaría por las tierras, porque no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis estatutos, profanaron mis sábados y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos. Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos y decretos por los cuales no podrían vivir. Y los contamine en sus ofrendas cuando hacían pasar por el fuego a todo primogénito, para desolarlos y hacerles saber que yo soy Jehová”. “Por tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel, y diles: “Así a dicho Jehová, el señor: Aun en esto me afrentaron vuestros padres cuando cometieron infidelidad contra mi. Porque yo los traje a la tierra sobre la cual había alzado mi mano jurando que había de dársela, y miraron a todo collado alto y a todo árbol frondoso: allí sacrificaron sus víctimas, allí presentaron ofrendas que me irritan, allí pusieron también su incienso agradable  y allí derramaron sus libaciones. Yo les dije: ¿Qué es  ese lugar alto donde vosotros vais? Y fue llamado su nombre Bama hasta el día de hoy”. “Di , pues,  a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová, el señor: ¿no os contaminéis vosotros a la manera de vuestros padres, y fornicais tras sus abominaciones? Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy, ¿y habré de responderos yo, casa de Israel? ¡Vivo yo, dice Jehová el señor, que no os responderé!. “ Y no ha de suceder lo que habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos como las naciones, como las demás familias de la tierra, que sirven al palo y a la piedra. “Vivo yo, dice Jehová el señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y en el ardor de mi ira, he de reinar sobre vosotros. Os sacare de entre los pueblos y os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y en el ardor de mi ira; os traeré al desierto de los pueblos y allí litigare con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigare con vosotros, dice Jehová el señor. Os haré pasar bajo la vara y os haré entrar en los vínculos del pacto; y  apartare de entre vosotros a los rebeldes y a los que se rebelaron contra mi; de la tierra de sus peregrinaciones los sacare, pero en la tierra de Israel no entraran. Y sabréis que yo soy Jehová. “ Y a vosotros, casa de Israel, así ha dicho Jehová el señor: Ande cada uno de vosotros tras sus ídolos y sírvalos, si es que a mi no me obedecéis; pero no profanéis ,mas mi santo nombre con vuestras ofrendas y con vuestros ídolos. “Pero en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice Jehová el señor, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptare, y allí demandare vuestras ofrendas y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas  consagradas. Como incienso agradable os aceptare cuando  os haya sacado de entre los pueblos y os haya congregado de entre las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros ente los ojos de las naciones. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando os haya traído a la tierra de Israel, la tierra por la cual alce mi mano jurando que la daría a vuestros padres. Allí os acordareis de vuestros caminos y de todos vuestros hechos con que os contaminasteis; y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos vuestros pecados que cometisteis. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando, por amor de mi nombre, no haga con vosotros según vuestros malos caminos ni según vuestras perversas obras, casa de Israel, dice Jehová, el  señor”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia el sur, derrama tu palabra hacia la parte austral, profetiza contra el bosque del neguev: Oye la palabra de Jehová: Así a dicho Jehová, el señor: he aquí que yo enciendo en ti un fuego que consumirá en ti todo árbol verde y todo árbol seco. No se apagara la llama del fuego, y serán quemados en ella todos  los rostros, desde el sur hasta el norte”. Y vera toda carne que yo, Jehová, lo encendí, y no se apagara”. Y dije: “¡Ah,  señor Jehová! Ellos dicen de mi: ¿no profiere este parábolas?”.

21 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Jerusalén, derrama palabras sobre los santuarios y profetiza contra la tierra de Israel. Dirás a la tierra de Israel: “Así a dicho Jehová: he aquí que yo estoy contra ti, y sacare mi espada de su vaina y cortare de ti al justo y al impío. Y por cuanto he de cortar de ti al justo y al impío, por eso mi espada saldrá de su vaina contra todo mortal, desde el sur hasta el norte. Y sabrá todo mortal que yo, Jehová, saque mi espada de su vaina; no la envainare mas. Y tu, hijo de hombre, gime con quebranto de tus costados y con amargura; gime ante los ojos de ellos. Y cuando te digan: ¿por qué gimes?, dirás: por una  noticia que cuando llegue hará que desfallezca todo corazón, y toda mano se debilitara, se angustiara todo espíritu y como agua se debilitara toda rodilla. He aquí que viene, y se cumplirá, dice Jehová, el señor”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza y di: Así a dicho Jehová, el señor: ¡ La espada, la espada esta afilada y bien pulida! Para degollar víctimas esta afilada; pulida esta para que relumbre. ¿ Habremos de alegrarnos,  cuando el cetro de mi hijo ha despreciado como a un palo cualquiera? Y la dio a pulir para tenerla a mano; la espada esta afilada, y esta pulida para entregarla en manos del matador”. Clama y lamenta, hijo de hombre, porque esta será sobre mi pueblo será ella sobre todos los gobernantes de Israel: caerán ellos a espada juntamente con mi pueblo. ¡Golpéate, pues, el muslo! Porque es una prueba; pero ¿qué, si la espada desprecia aun al cetro? El no será mas,” dice Jehová el señor. “Tu, pues, hijo de hombre, profetiza y bate una mano contra otra. Duplíquese y triplicase el furor de la espada homicida: esta es la espada de la gran matanza, que los traspasara, para que el corazón desmaye y los estragos se multipliquen; en todas las puertas de ellos he puesto espanto de espada. ¡Ah! Dispuesta esta para que relumbre y preparada para degollar. ¡Corta a la derecha, hiere a la izquierda, a donde quiera que te vuelvas! Y yo  también batiré mano contra mano, y haré reposar mi ira. “Yo, Jehová, he hablado”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Tu, hijo de hombre, traza dos caminos por donde venga la espada del rey de babilonia. De una misma tierra salgan ambos, y al comienzo de cada camino pon una señal que indique la ciudad adonde va. El camino señalaras por donde venga la espada a raba, de los hijos de amon, y a juda, contra Jerusalén, la ciudad fortificada. Porque el rey de babilonia se ha detenido en una encrucijada, al principio de los dos caminos, para usar de adivinación; ha  sacudido las saetas, consulto a sus ídolos, miro un hígado. La adivinación señalo a su mano derecha, sobre Jerusalén, para dar la orden de ataque, para dar comienzo a la matanza, para levantar la voz en grito de guerra, para poner arietes contra las puertas, para levantar terraplenes y construir torres de sitio. Mas para ellos esto será como adivinación mentirosa, ya que les ha hecho solemnes juramentos; pero el  trae a la memoria la maldad de ellos, para apresarlos. “Por tanto, así a dicho Jehová, el señor: Por cuanto habéis hecho recordar vuestras maldades, manifestando vuestras traiciones, descubriendo vuestros pecados en todas vuestras obras; por cuanto habéis sido recordados, seréis entregados en su mano. Respecto a ti,  profano e impío príncipe de Israel, cuyo día ya ha llegado, el tiempo de la consumación de la maldad, así a dicho Jehová, el señor: ¡Depón el turbante, quita la corona! ¡ Esto no será mas así! Sea exaltado lo bajo y humillado lo alto. ¡A ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será mas, hasta que venga aquel a quien corresponde el derecho, y yo se lo entregare!”. “Y tu, hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová, el señor, acerca de los hijos de amon y de su aprobio”. Dirás, pues: ¡La espada, la espada esta desenvainada  para degollar, para consumir esta pulida con resplandor! Te profetizan vanidad, te adivinan, mentira,  para que los emplees sobre los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en el tiempo de la consumación de la maldad. ¿La volveré a su vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra donde has vivido, te juzgare y derramare sobre ti mi ira; el fuego de mi enojo haré encender sobre ti y te entregare en mano hombres temerarios, artífices de destrucción. Serás pasto de fuego, se empapara la tierra con tu sangre; no habrá mas memoria de ti, porque yo, Jehová, he hablado”.

22 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: y tu, hijo de hombre, ¿no juzgaras tu, no juzgaras tu a la ciudad sanguinaria y le mostraran todas sus abominaciones? Le dirás, pues: Así ha dicho Jehová, el señor: ¡Ciudad que derrama sangre dentro de si misma para contaminarse! En tu sangre que derramaste  has pecado y te has contaminado con tus ídolos que hiciste; has hecho que tu día se acerque y has llegado al termino de tus años; por tanto, te he dado en aprobio a las naciones, en escarnio a todas las tierras. Las que están cerca de ti y las que están lejos se reirán de ti, amancillada de nombre y de gran tribulación. “He aquí que los gobernantes de Israel, cada uno según su poder, se esfuerzan en derramar sangre. Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con violencia en medio de ti, y en ti despojaron al huérfano y a la viuda. Mis santuarios menospreciaste y mis sábados has profanado. Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; en ti comieron sobre los montes y en medio de ti hicieron perversidades. La desnudez del padre descubrieron en ti, y en ti hicieron violencia a la que estaba impura por su mestruo. Cada uno hizo  abominación con la mujer de su prójimo, cada uno contamino pervertidamente a su nuera y cada uno violo en ti a su hermana, la hija de su padre. Precio recibieron en ti para derramar sangre; interés y usura tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia. ¡Te olvidaste de mi!, dice Jehová, el señor. “Y batí mis manos a causa de la avaricia con que actuaste y a causa de la sangre que derramaste en medio de ti. ¿Estará firme tu corazón? ¿serán fuertes tus manos en los días en que yo proceda contra ti? Yo, Jehová, he hablado, y lo haré. Te dispersare por las naciones, te esparciré por los piases y eliminare de ti tu impureza. Y por ti misma serás degradada a la vista de las naciones. Y sabrás que yo soy Jehová”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en escoria. Todos ellos son bronce, estaño, hierro y plomo en medio del horno; y en escorias de plata se han convertido. Por tanto, así ha dicho Jehová, el señor: Por cuanto todos vosotros os habéis convertido en escorias, por eso, yo os reuniré en medio de Jerusalén. Como quien junta plata, bronce, hierro, plomo y estaño en medio del horno, para encender fuego en el para fundirlos, así os juntare en mi furor y en mi ira. Os pondré allí y os  fundiré. Yo os juntare y soplare sobre vosotros en el fuego de mi furor, y en medio de el seréis fundidos. Así sabréis que yo, Jehová, habré derramado mi ira sobre vosotros”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, dile a ella: Tu no eres tierra limpia ni rociada con lluvia en el día del  furor. Hay conjuración de sus profetas en medio de ella, como de león rugiente que arrebata la presa. Devoraron vidas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en medio de ella. Sus sacerdotes violaron  mi ley y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio. De mis  sábados apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio  de ellos. Sus jefes en medio de ella son como lobos que arrebatan la presa: derraman sangre para destruir las vidas, para obtener ganancias injustas. Sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizando vanidad y prediciéndoles mentira, diciendo: así ha dicho Jehová, el señor, y Jehová no había hablado. El pueblo de la tierra  oprimía y robaba; al afligido y necesitado hacia violencia y al extranjero oprimía contra derecho. Busque entre ellos un hombre que levantara una muralla y que se pusiera en la brecha delante de mi, a favor de la tierra, para que yo no la destruyera; pero no la halle. Por tanto, derrame sobre ellos mi ira. Con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová, el señor”.

23 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una misma madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron acariciados sus pechos virginales. La mayor se llamaba ahola, y su hermana, aholiba. Ambas fueron mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: samaria, ahola; y Jerusalén, aholiba. “Y ahola,  aun perteneciéndome, cometió Fornicacion. Se enamoro de sus amantes los asirios, vecinos suyos, vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo. Se prostituyo con ellos, con todos los mas escogidos de los hijos de los asirios y con todos aquellos de quienes se enamoro; se contamino con todos los ídolos de ellos. Y no dejo sus fornicaciones de Egipto, pues muchos se acostaron con ella en su juventud. Ellos acariciaron sus pechos virginales y derramaron sobre ella su lujuria. Por la cual la entregue en manos de sus amantes, en manos de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado. Ellos  descubrieron su desnudez, tomaron a sus hijos y a sus hijas, y a ella la mataron a espada. Y llego a ser famosa entre las mujeres a causa del escarmiento que hicieron de ella. “Esto lo vio su hermana aholiba, y enloqueció de lujuria mas que ella: sus fornicaciones fueron peores que las fornicaciones de su hermana. Se enamoro de los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas de excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codificables. Y vi que se había contaminado, que un mismo camino era el de ambas. Y aumento sus fornicaciones, pues cuando vio a hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color, ceñidos por la cintura con talabartes y llevando turbantes de colores en la cabeza, todos ellos con apariencia de capitanes, a la manera de los hombres de babilonio, de caldea, tierra de su nacimiento, se enamoro de ellos a primera vista, y les envío mensajeros a la tierra de los caldeos. Así, pues, se unieron a ella los hombres de babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron. Y ella también se contamino con ellos, pero luego su alma se hastío de ellos. Así hizo evidentes sus fornicaciones y descubrió sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastío de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana. Incluso multiplico sus fornicaciones recordando los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. Y se enamoro de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos y  cuyo flujo es como el flujo de los caballos. Así recordaste de nuevo la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios acariciaron tus pechos, los pechos de tu juventud. “Por tanto, aholiba, así ha dicho Jehová, el señor: He aquí que yo suscitare contra ti a tus amantes, de los cuales se hastío tu alma, y los haré venir contra ti de todos lados. Los  de babilonia y todos los caldeos, los de pecod, soa y coa, y todos los de asiría con ellos; jóvenes codificables, gobernadores y capitanes, nobles y hombres notables, que montan a caballo todos ellos. Y vendrán rodando  contra ti carros y carretas, y una multitud de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti por todos los lados. Yo pondré en sus manos el juicio, y según sus leyes te juzgaran. Pondré mi celo contra ti, y procederán contigo con furor. Te arrancaran la nariz y las orejas, y lo que te quede caerá a espada. Ellos tomaran a tus hijos y a tus hijas, y el resto de ti será consumido por el fuego. Te despojaran de tus vestidos y te arrebataran todos los adornos de tu belleza. Y haré cesar de ti tu lujuria y tu Fornicacion de la tierra  de Egipto: no levantaras ya mas hacia ellos tus ojos ni nunca mas te acordaras de Egipto. porque así ha dicho Jehová, el señor: Yo te entrego en manos de aquellos que aborreciste, en manos de aquellos de los cuales se hastío tu alma, los cuales procederán contigo con odio y tomaran todo el fruto de tu labor; te dejaran desnuda por completo, y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, tu lujuria y tu prostitucion. Estas cosas se harán contigo porque fornicaste en pos de las naciones con las cuales te contaminaste en sus ídolos. En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su copa en tu mano. “ Así ha dicho Jehová, el señor: Beberás la gran copa honda y ancha, de tu hermana, que es de gran capacidad; de ti se mofaran las naciones y se reirán de ti. Serás llena de embriaguez y de dolor por la copa de soledad y de desolación, por la copa de tu hermana samaria.  La beberás, pues, hasta agotarla; quebraras sus tiestos y te desgarraras los pechos, porque yo he hablado, dice Jehová, el señor. “Por tanto, así ha dicho Jehová, el señor: Por cuanto te has olvidado de mi y me has echado a tus espaldas, por eso, lleva tu también tu lujuria y tus fornicaciones”. Y me dijo Jehová: Hijo de hombre, ¿no juzgaras tu ahola y a Aholiba, y les denunciaras sus abominaciones? Porque  han adulterado y hay sangre en sus manos. Han fornicado con sus ídolos, y aun a sus hijos que habían dado a luz para mi, hicieron pasar por el fuego, quemándolos. Aun me hicieron mas: contaminaron mi santuario en aquel día y profanaron mis sábados. Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mí santuario el mismo día, para contaminarlo. ¡ Y esto lo hicieron en medio de mi casa! Además, enviaron en busca de hombres que vinieran de lejos, a los cuales había sido enviado un mensajero, y vinieron. Por amor de ellos te lavaste, te peinaste los ojos y te ataviaste con adornos; te sentaste sobre un suntuoso estrado; fue preparada una mesa delante de el, y  sobre ella pusiste mi incienso y mi aceite. Y  se oyó allí el bullicio de una multitud que se  solazaba con ella; y con  los hombres de la gente común había sabeos traídos del desierto; y pusieron pulseras en sus manos y bellas coronas sobre sus cabezas. “ Y dije repecto de la envejecida en adulterios: ¿todavía cometerán fornicaciones con ella, y ella con ellos? Porque vienen de ella como quien viene a una prostituta. Así vienen a ahola y a aholiba, mujeres depravadas. Por tanto, hombres justos las juzgaran según la ley de las adulteras y según la ley de las que derraman sangre; porque son adulteras y hay sangre en sus manos. “Por lo que así ha dicho Jehová, el señor: Yo haré subir contra ellas tropas, las entregare a la turbación y la rapiña. Las turbas las apedrearan y las atravesaran con sus espadas; mataran a sus hijos y a sus hijas, e incendiaran sus casas. Así haré cesar la lujuria de la tierra; escarmentaran todas las mujeres, y no harán según vuestras  perversidades. Y sobre vosotros pondrán vuestras perversidades y pagareis los pecados de vuestra idolatría. Y sabréis que yo soy Jehová, el señor”.

24 Vino a mí palabra de Jehová en el año noveno, en el mes décimo, a los diez días del mes, diciendo: Hijo de hombre, escribe la fecha de este día, porque el rey de babilonia ha puesto sitio a Jerusalén en este mismo día. Y habla por medio de una parábola a la casa rebelde; diles; Así ha dicho Jehová, el señor: Pon una olla, ponla y echa agua en ella; junta sus piezas de carne en ella: todas buenas piezas, pierna y espalda, y llénala de huesos escogidos. Toma una oveja escogida,  y también enciende los  huesos debajo de ella; haz que hierba mucho, y cuece también sus huesos dentro de ella. “Pues así ha dicho Jehová, el señor: ¡ Ay de la ciudad de sangres de la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada! Por sus piezas, por sus piezas sácala, sin echar suertes sobre ella. Porque su sangre esta en medio de ella, derramada sobre la piedra desnuda; pues no la derramo sobre la tierra para que fuera cubierta por el polvo.  Para hacer subir la ira, para ejecutar la venganza, yo pondré su sangre sobre la piedra desnuda, para que no sea cubierta. Por tanto, así ha dicho Jehová, el señor ¡Ay  de la ciudad de sangres! Pues también haré yo una gran hoguera: amontonare la leña y encenderé el fuego para consumir la carne y hacer la salsa, y los huesos serán quemados; pondré luego la olla vacía sobre las brasas, para que se caldee, se queme su fondo, se funda en ella su suciedad y se consuma su herrumbre. “En vano se canso. Pues no salió de ella su mucha herrumbre, que solo con fuego será quitada. En tu inmunda lujuria padecerás, porque yo trate de limpiarte, pero tu no te limpiaste de tu impureza: nunca mas te limpiaras, hasta que yo sacie mi ira sobre ti. Yo,  Jehová, he hablado: sucederá, yo lo haré. No  me volveré atrás ni tendré piedad ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgaran, dice Jehová, el señor”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe la delicia de tus ojos; no hagas lamentación ni llores ni corran tus lagrimas. Reprime el suspirar, no hagas luto por los muertos, cíñete el turbante, ponte los zapatos en los pies y no te cubras con rebozo ni comas pan de enlutados”. Hable al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado. Me dijo el pueblo: -¿ no nos enseñaras que significan para nosotros estas cosas que haces? Yo les dije: - La palabra de Jehová vino a mi, diciendo: “Di a la casa de Israel que así ha dicho Jehová, el señor: he aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestro poderío, la delicia de vuestros ojos y la pasión de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis, caerán a espada”. Y haréis de la manera que yo hice: no os cubriréis con rebozo ni comeréis pan  de gente en luto; vuestros turbantes estarán vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no haréis lamentación ni llorareis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos a otros. “Ezequiel, pues, os será  por señal. Según todas las cosas que el hizo, haréis; y cuando esto ocurra, sabréis que yo soy Jehová, el señor”. “ Y tu, hijo de hombre, el día que yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, la delicia de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos y sus hijas, ese día vendrá a ti  uno que haya escapado para atraer las noticias. Aquel día se abrirá  tu boca para hablar con el fugitivo; hablara, no permanecerás mudo . Tu les serás por señal, y sabrán que yo soy Jehová”.

25 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia los hijos de amon y profetiza contra ellos. Dirás a los hijos de amon: “oíd la palabra de Jehová, el señor, que dice así: por cuanto dijiste: ¡Ea, que bien!, cuando mi santuario era profanado, la tierra de Israel era asolada y llevada en cautiverio la casa de juda; por eso yo te entrego por heredad a  los orientales, podrán en ti sus apriscos y plantaran en ti sus tiendas; ellos comerán tus sementeras y beberán tu leche. Pondré  a raba por pastizal de camellos y a los hijos de amon por majada de ovejas. Y sabréis que yo soy Jehová, porque así ha dicho Jehová, el señor: por cuanto  aplaudiste, golpeaste con tu pie y te gozaste en el alma con todo tu menosprecio hacia la tierra de Israel, por eso yo extenderé mi mano contra ti y te entregare a las naciones para ser saqueadas; te eliminare de entre los pueblos y te destruiré de entre los piases. Te exterminare, y sabrás que yo soy Jehová. “Así ha dicho Jehová, el señor: por cuanto dijeron moab y seir: He aquí la casa de juda es como todas las naciones; por eso, he aquí yo abro el lado de moab desde las ciudades, desde sus ciudades que están en su confín, las tierras deseables de bet-jesimot, baal-meon y quiriataim, a los hijos del oriente junto con los hijos de amon; y la entregare por heredad, para que no haya mas memoria de los hijos de amon entre las naciones. También en moab ejecutare juicios, y sabrán que yo soy Jehová. “Así a dicho Jehová, el señor: por lo que hizo edom, tomando venganza de la casa de juda, pues delinquieron en extremo cuando se vengaron de ellos; por eso, así a dicho Jehová, el señor: yo también extenderé mi mano sobre edom y eliminare de ella a hombres y a bestias, y la asolare; desde teman hasta dedan caerán a espada. Pondré mi venganza contra edom en manos de mi pueblo Israel, y  harán en edom según mi enojo y conforme a mi ira; y conocerán mi venganza, dice Jehová, el señor. “Así a dicho Jehová, el señor: por lo que hicieron los filisteos por venganza, cuando se vengaron con despecho de animo, destruyendo por antiguas enemistades; por eso, así ha dicho Jehová: he aquí yo extiendo mí mano contra los filisteos, eliminare a los cereteos y destruiré el resto que queda en la costa del mar. Haré en ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que yo soy Jehová, cuando lleve a cabo mi venganza en ellos”.

26 Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mi palabra de Jehová, diciendo: “Hijo de hombre, por cuanto dijo tiro contra Jerusalén: ¡ Ea, que bien! ¡Quebrantada esta la que era puerta de las naciones! ¡Ha llegado mi turno: yo seré llena y ella quedara arruinada!”. “Por tanto, así ha dicho Jehová, el señor: He aquí yo estoy contra ti, tiro  y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas. Demolerán los muros de tiro y derribaran sus torres; barreré de ella hasta el polvo y la dejare como una roca desnuda. Tendedero de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice Jehová, el señor. Será saqueada por las naciones; sus hijas que están en el campo serán muertas a espada. Y sabrán que yo soy Jehová. “Porque así ha dicho Jehová, el señor: Del norte traigo yo contra tiro a nabucodonosor, rey de babilonia, rey de reyes, con caballos, carros y jinetes, y con tropas y mucha gente. “Matare a espada a tus hijas que están en el campo, pondrá contra ti torres de sitio, levantara terraplenes contra ti y  contra ti afirmara el escudo. Pondrá  contra ti arietes, contra tus muros, y tus torres destruirá con hachas. Por la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos; con el estruendo de su caballería, de las ruedas y de los carros, temblaran tus muros cuando entre por tus puertas como por las hachas de una ciudad destruida. Como los cascos de sus caballos pisoteara todas  tus calles. A tu pueblo matara a filo de espada, y tus fuertes columnas caerán a tierra. Robaran tus riquezas y saquearan tus mercaderías; arruinaran tus muros, destruirán tus casas preciosas y arrojaran en medio del mar tus piedras, tu madera y tus escombros. Haré cesar el bullicio de tus canciones y no se oirá mas el son de tus citaras. Haré de ti una roca desnuda, un tendedero de redes; nunca mas serás edificada, porque yo, Jehová, he hablado, dice Jehová, el señor. “Así ha dicho Jehová, el señor, a tiro: ¿no se estremecerán las costas al estruendo de tu caída, cuando griten los heridos, cuando ocurra la matanza en medio de ti? Entonces todos los soberanos del mar descenderán  de sus tronos, se quitaran sus mantos y se despojaran de sus ropas bordadas. De espanto se vestirán, se sentaran sobre la tierra y temblaran a cada instante, y estarán atónitos respecto a ti. Entonaran sobre ti lamentaciones, y te dirán: “¿ Como pereciste tu, poblada por gente de mar, ciudad que era alabada, que era fuerte en el mar, ella y sus habitantes, que infundían terror a todos los que la rodeaban?”.  Ahora se estremecerán las islas en el día de tu caída; si, las islas que están en el mar se espantaran a causa de tu fin. “Así ha dicho Jehová, el señor: Yo te convertiré en una ciudad  asolada, como las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirán. Te haré descender con los que descienden a la fosa, con los pueblos de otros siglos, y te pondré en las profundidades de la tierra, como los desiertos antiguos, con los que descienden a la fosa, para que nunca mas seas poblada. Y daré gloria en la tierra de los vivientes. Te convertiré en un espanto, y dejaras de ser; serás buscada, pero nunca mas serás hallada, dice Jehová, el señor”.

27 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Tu, hijo de hombre, entona una lamentación sobre tiro. Dirás a tiro, que esta asentada a las orillas del mar, la que trafica con los pueblos de muchas costas: Así ha dicho Jehová, el señor: Tiro, tu has dicho: Yo soy de perfecta hermosura. En el corazón de los mares están en tus confines; los que te edificaron perfeccionaron tu belleza. De cipreses del monte senir te fabricaron todo el maderamen; tomaron un cedro del Líbano para hacerte el mástil. De encinas de basan hicieron tus remos, y de las costas de quintín tu cubierta de pino incrustada de marfil. De lino fino bordado de Egipto era tu vela, para que te sirviera de estandarte; y de azul y púrpura de las costas de Elisa era tu pabellón. Los moradores de sidon y de arvad fueron tus remeros; tus sabios, tiro, estaban en ti, ellos fueron tus pilotos. Los ancianos de gebal y sus hábiles artífices calafateaban tus junturas; todas las naves del mar y sus remeros acudieron a ti para negociar, para participar de tus negocios. “Persas y los de lud y fut fueron en tu ejercito tus hombres de guerra; escudos y yelmos colgaron en ti; ellos te dieron tu esplendor. “Los hijos de arvad con tu ejercito estaban sobre tus muros y alrededor de ellos; y en  tus torres había gamadeos, que colgaban sus escudos alrededor de tus muros; ellos perfeccionaban tu belleza. “Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de todas tus riquezas, con plata, hierro, estaño y plomo a cambio de tus mercaderías. Javan, tubal y mesec comerciaban también contigo, con hombres  y con utensilios de bronce de tagarma te daban caballos, corceles de guerra y mulos a cambio de tus mercancías. Los hijos de Dedan traficaban contigo; muchas costas tomaban mercadería de tu mano; colmillos de marfil y ébano te dieron en pago. Por la abundancia de tus productos, edom traficaba contigo con perlas, púrpura, vestidos bordados, linos finos, corales y rubíes a cambio de tus mercaderías. Juda y la tierra de Israel comerciaban contigo con trigos de minit y panag, miel, aceite, y resina, a cambio de tus mercancías. Damasco comerciaba contigo por la gran abundancia de tus productos y de toda riqueza; con vino de helbon y lana blanca negociaban. Asimismo dan y el errante javan, a cambio de tus mercaderías te dieron mercancías de hierro labrado ,mirra destilada y caña aromática. Dedan comerciaba contigo con paños preciosos para monturas. Arabia y todos los gobernantes de cedar traficaban contigo con corderos, carneros y machos cabríos: con todo ello comerciaron contigo. Los mercaderes de saba y de raama hicieron comercio contigo con lo principal de toda especiería y con toda piedra preciosa y oro, a cambio de tus mercaderías. Harán, cane, edén y los mercaderes de saba, de asiría y de quilmad, traficaban contigo. Estos mercaderes tuyos negociaban contigo en varias cosas: mantos de azul y bordados, cajas de ropas preciosas enlazadas con cordones, y madera de cedro. “ Las naves de tarsis eran como tus caravanas que transportaban tus mercancías. “Llegaste a ser opulenta, te multiplicaste en gran manera en medio de los mares. En aguas profundas te anclaron tus remeros; el viento del este te quebranto en medio de los mares. Tus riquezas, tus mercaderías, tu trafico, tus remeros, tus pilotos, tus calafateadores, los agentes de tus negocios, con todos los hombres de guerra que tu tienes y con toda la tripulación que se haya en medio de ti, caerán en medio de los mares el día de tu caída. Al estrépito de las voces de tus  marineros temblaran las costas. Descenderán  de sus naves todos los que empuñan remo: los remeros y todos los pilotos del mar se quedaran en tierra. Ellos harán oír su voz sobre ti. Gritaran amargamente, echaran polvo sobre sus cabezas y se revolcaran en ceniza. Se reparan por ti los cabellos, se ceñirán con ropa áspera y entonaran por ti lamentaciones amargas, con amargura del alma. Entre gemidos entonaran por ti lamentaciones; harán lamentación por ti, diciendo: ¿Quién como tiro, como la destruida en medio del mar?. Cuando tus mercaderías salían de las naves, saciabas a muchos pueblos; a los reyes de la tierra enriqueciste con la gran abundancia de tus riquezas y mercancías. En el tiempo en que seas quebrantada por el mar, en lo profundo de las aguas, tu comercio y toda tu tripulación caerán en medio de ti. Todos los moradores de las costas estarán atónitos por tu causa, y sus reyes temblaran de espanto; se demudara su rostro. Los mercaderes en los pueblos silbaran contra ti; vendrás a ser objeto de espanto, y para siempre dejaras de ser”.

28 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: hijo de hombre, di al gobernante de tiro: Así a dicho Jehová, el señor: Tu corazón se ensoberbeció,  y dijiste: Yo soy un dios, y estoy sentado en el trono de dios, en medio de los mares; pero tu eres hombre, y no Dios, y has puesto tu corazón como el corazón de un dios. ¿ eres tu acaso mas sabio que Daniel? ¿ acaso no hay secreto que te sea oculto? Con tu sabiduría y prudencia has adquirido riquezas, has acumulado oro y plata en tus tesoros. Con la grandeza de tu sabiduría en tus tratos comerciales has multiplicado tus riquezas, y a causa de tus riquezas se ha ensoberbecido tu corazón. “Por tanto, así ha dicho Jehová, el señor:  Por cuanto pusiste tu corazón como el corazón de un dios, por eso, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros,  los fuertes de las naciones, que desenvainaran sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría y mancharan tu esplendor. Al sepulcro te harán descender, y morirás con la muerte de los que mueren en medio de los mares. ¿hallaras delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? ¡ Tu, en la mano de tu matador, eres un hombre y no un dios! De muerte de incircuncisos morirás a manos de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová, el señor”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, entona lamentaciones sobre el rey de tiro, y dile: Así a dicho Jehová, el señor: “Tu eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y de acabada hermosura. En edén, en el huerto de Dios, estuviste. De toda piedra preciosa era tu vestidura: de cornerina, topacio, jaspe, crisolito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro. ¡Los primores de tus tamboriles y flautas fueron preparados para ti en el día de tu creación! Tu, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios. Allí estuviste, y en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día  en que fuiste creado hasta que se hallo en ti maldad. A causa de tu inmenso trato comercial te llenaste de iniquidad y pecaste, por lo cual yo te eche del monte de Dios. Y te arroje de entre las piedras del fuego, querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojare por tierra, y delante de los reyes te pondré por espectáculo. Con tus muchas maldades  y con la iniquidad de tus tratos comerciales profanaste tu santuario; yo, pues, saque fuego de en medio de ti, el cual te consumió y te puse en ceniza sobre la tierra ante los ojos de todos los que te miran.  Todos los que te conocieron de entre los pueblos se quedaran atónitos por causa tuya; serás objeto de espanto, y para siempre dejaras de ser”. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia sidon y profetiza  contra ella. Dirás: Así ha dicho Jehová, el señor: He aquí yo estoy contra ti, sidon, y en medio de ti seré glorificado. Y sabrán que yo soy Jehová cuando ejecute en ella juicios y en ella me santifique. Enviare a ella peste y sangre en sus calles, y caerán muertos en medio  de ella, con espada  contra ella por todos lados. Y sabrán que yo soy Jehová. “Nunca mas será a la casa de Israel una espina desgarradora ni un aguijón que le cause dolor en medio de cuantos la rodean y la menosprecian. Y sabrán que yo soy Jehová. “Así a dicho Jehová, el señor: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales esta esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitaran en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob. Habitaran en ella seguros; edificaran casas y plantaran viñas. Vivirán confiadamente, cuando yo haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores. Y sabrán que yo soy Jehová, su Dios”.

29 En el año décimo, en el mes décimo, a los doce días del mes, vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, vuelve tu rostro contra el faraón, rey de Egipto, y profetiza contra el y contra todo Egipto. Habla y di: Así a dicho Jehová, el señor: “Yo  estoy contra ti, el faraón, rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es el Nilo, pues yo lo hice. Yo, pues, pondré garfios en tus quijadas; pegare los peces de tus ríos a tus escamas y te sacare de en medio de tus ríos, y todos los peces de tus ríos saldrán pegados a tus escamas. Te dejare en el desierto, a ti y a todos los peces de tus ríos; sobre la faz del campo caerás y  no serás recogido ni serás juntado. A las fieras de la tierra y a las aves del cielo te he dado por comida. “Sabrán todos los moradores de Egipto que yo soy  Jehová. Por cuanto fuiste un báculo de caña para la casa de Israel. Cuando  te tomaron con la mano, te quebraste, y les rompiste por entero el hombro; y cuando se apoyaron en ti, te quebraste y les rompiste por entero las caderas. “ por tanto, así ha dicho Jehová, el señor: Yo traigo contra ti espada, y exterminaré  de ti a hombres y a bestias, y la tierra de Egipto quedara asolada y desierta. Y sabrán que yo soy Jehová, por cuanto el dijo: El Nilo es mío, yo lo hice. Por tanto, he aquí yo estoy en contra ti y contra tus ríos. Convertiré la tierra de Egipto en desolación, en la soledad del desierto, desde migdol hasta sevene, hasta el limite de Etiopía. No pasara por ella pie humano, ni pie de animal pasara por ella, ni será habitada durante cuarenta años. Convertiré la tierra de Egipto en la mas desolada de todas las tierras, y sus ciudades, entre las ciudades  destruidas, serán una desolación durante cuarenta años. Esparciré a Egipto entre las naciones y lo dispersare por los piases. “Porque así ha dicho Jehová, el señor: Al cabo de cuarenta años recogeré a Egipto de entre los pueblos entre los cuales hubieran sido esparcidos; volveré a traer los cautivos de Egipto y los llevare a la tierra de patros, a la tierra de su origen; y allí serán un reino despreciable. En comparación con los otros reinos será el mas humilde: nunca mas se elevara sobre las naciones, porque yo los rebajare para que no vuelvan a tener dominio sobre las naciones. Y no será ya mas para la casa de Israel apoyo de confianza, que les haga recordar el pecado de mirar en pos de ellos. Y sabrán que yo soy Jehová, el señor”. Aconteció en el año veintisiete, en el mes primero, el día primero del mes, que vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, nabucodonosor, rey de babilonia, hizo a su ejercito prestar un arduo servicio contra tiro. Toda cabeza ha quedado rapada y toda espalda desollada; y ni el ni su ejercito recibieron paga de tiro por el servicio que presto contra ella. Por tanto, así ha dicho Jehová, el señor: He aquí que yo doy a nabucodonosor, rey de babilonia, la tierra de Egipto; el tomara sus riquezas, recogerá sus despojos y arrebatara el botín, y así habrá paga para su ejercito. Por su trabajo con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto; porque trabajaron para mi”, dice Jehová, el señor. “En aquel tiempo haré retoñar el poder de la casa de Israel y abriré tu boca en medio de ellos. Y sabrán que yo soy Jehová”.

30 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza y di: Así ha dicho Jehová, el señor: Lamentad, diciendo: ¡Ay de aquel día!. Porque cerca esta el día, cerca esta el día de Jehová; día nublado, día de castigo de las naciones será. Vendrá espada de Egipto y habrá miedo en Etiopía cuando caigan heridos en Egipto. Tomaran sus riquezas y serán destruidos sus fundamentos. Etiopía, fut, lud, toda Arabia, Libia y los hijos de los piases aliados caerán con ellos a filo de espada. Así ha dicho Jehová: También caerán los que sostienen a Egipto, y la altivez de su poderío caerá; desde migdol hasta sevene caerán en el a filo de espada”, dice Jehová, el señor. Será la mas desolada de todas las tierras, sus ciudades estarán entre las ciudades destruidas. Y sabrán que yo soy Jehová, cuando ponga fuego en Egipto y sean quebrantados todos sus ayudadores. “en aquel tiempo saldrán mensajeros de parte mía en naves, para espantar a Etiopía la confiada, y tendrán espanto como en el día de Egipto; porque he aquí que viene. “Así ha dicho Jehová, el señor: Destruiré las riquezas de Egipto por mano de nabucodonosor, rey de babilonia. El, y con el su pueblo, los mas fuertes de las naciones, serán traídos para destruir el país. Desenvainaran sus espadas sobre Egipto y llenaran de muertos la tierra. Secare los ríos y entregare el país en manos de malos, y a manos de extranjeros destruiré la tierra y cuanto en ella hay. Yo, Jehová, he hablado. Así ha dicho Jehová, el señor: Destruiré también las imágenes y destruiré los ídolos de menfis; y no volverá a haber un soberano de la tierra de Egipto, y en la tierra de Egipto pondré temor. Asolare a patros, pondré fuego a zoan y ejecutare juicios en Tebas. “Derramare mi ira sobre sin, fortaleza de Egipto, y exterminare a la multitud de Tebas. Pondré fuego a Egipto: sin tendrá gran dolor, Tebas será destrozada y Menfis tendrá continuas angustias. Los jóvenes de avén y de pibeset caerán a filo de espada, y las mujeres irán en cautiverio. En tafnes se oscurecerá el día, cuando quebrante yo allí el poder de Egipto y cese en ella la soberbia de su poderío; tiniebla la cubrirá, y los habitantes de sus aldeas irán en cautiverio. Ejecutare, pues, juicios en Egipto y sabrán que yo soy Jehová”. Aconteció en el año undécimo, en el mes primero, a los siete días del mes, que vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, he quebrado el brazo del faraón, rey de Egipto; y he aquí que no ha sido vendado poniéndole medicinas, ni poniéndole un vendaje para ligarlo, a fin de fortalecerlo para que pueda sostener la espada. Por tanto, así ha dicho Jehová, el señor: al faraón, rey de Egipto, me enfrentare y quebrare sus brazos, el fuerte y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano. Esparciré a los egipcios entre las naciones y los dispersare por los piases. Fortaleceré  los brazos del rey de babilonia, y pondré mi espada en su mano; pero quebrare los brazos del faraón, y delante de aquel gemirá con gemidos de herido de muerte. Fortaleceré, pues, los brazos del rey de babilonia, y los brazos del faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de babilonia y el la extienda contra la tierra de Egipto. esparciré a los egipcios entre las naciones y los dispersare por los piases. Y sabrán que yo soy Jehová”.

31 Aconteció en el año undécimo, en el mes tercero, el día primero del mes, que vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, di al faraón, rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quien te comparaste en tu grandeza? He aquí era el asirio un cedro en el Líbano, de hermosas ramas, frondoso ramaje y gran altura: su copa llegaba hasta las nubes. Las aguas lo hicieron crecer, lo encumbro el abismo; sus ríos corrían alrededor de su pie, y a todos  los árboles del campo enviaba sus corrientes. Por tanto, se encumbro su altura sobre todos los árboles del campo y se multiplicaron sus ramas y a causa de las muchas aguas se extendió el ramaje que había echado. En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, debajo  de su ramaje parían todas las bestias del campo y a su sombra habitaban muchas naciones. Se hizo, pues, hermoso en su grandeza con la extensión de sus ramas, porque su raíz estaba junto a aguas abundantes. Los cedros no lo superaron en el huerto de Dios; los cipreses no fueron semejantes a sus ramas ni los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el huerto de Dios fue semejante a el en hermosura. Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas, y todos los árboles del edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de el envidia. “Por tanto, así dijo Jehová, el señor: Ya que por ser encumbrado en altura y haber levantado su copa entre las nubes, su corazón se elevo con su altura, yo lo entregare en manos del poderoso de las naciones, que de cierto lo tratara según su maldad. Yo lo he desechado. Lo destruirán extranjeros, y los poderosos de las naciones lo derribaran. Sus  ramas caerán sobre los montes y por  todos los valles; por todos los arroyos de la tierra será quebrado su ramaje. Todos los pueblos de la tierra se irán de su sombra, y lo abandonaran. Sobre su tronco caído habitaran todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán todas las bestias del campo, para que no se exalten en su altura todos los árboles que crecen junto a las aguas, ni levanten su copa entre la  espesura, ni confíen en su altura todos los que beben aguas; porque todos están destinados a la muerte, a lo profundo de la tierra, entre los hijos de los hombres, junto con los que descienden a la fosa. “Así a dicho Jehová, el señor: El día que descendió al seol, hice guardar luto, y que se cubrirá por él el abismo. Detuve  sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas. Por el cubrí de tinieblas el Líbano, y todos los árboles del campo se desmayaron. Con el estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las hice descender al seol con  todos los que descienden a la sepultura. Y todos los árboles escogidos del edén, los mejores del Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en los profundo de la tierra. También ellos descendieron con el al seol, con  los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones. ¿A quien te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del edén? Pues derribado serás con los árboles del edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a espada. Este es el faraón y todo su pueblo, dice Jehová, el señor”.

32 Aconteció en el año duodécimo, en el mes duodécimo, el día primero del mes, que vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, entona una lamentación por el faraón, rey de Egipto, y dile: A leoncillo de las naciones eres semejante, y eres como el dragón en los mares; pues sacabas tus ríos, enturbiabas las aguas con tus pies y pisoteabas sus riberas. Así ha dicho Jehová, el señor: Yo extenderé sobre ti mi red con la reunión de muchos pueblos, y te harán subir con mi red. Te echare por tierra, te echare sobre la faz del campo, haré que se posen sobre ti todas las aves del cielo, y saciare de ti a todas las fieras de la tierra. Pondré tus carnes sobre los montes y llenare los valles con tus cadáveres. Regare con tu sangre la tierra donde nadas, hasta los montes, y los arroyos se llenaran de ti. Cuando te haya extinguido, cubriré los cielos y los haré oscurecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado y la luz de la luna no resplandecerá. Haré que por ti se oscurezcan todos los astros brillantes del cielo, y pondré tinieblas sobre tu tierra”. Dice Jehová, el señor. “Entristeceré el corazón de muchos pueblos cuando lleve al cautiverio a los suyos entre las naciones, por los piases que no has conocido. Dejare atónitos por ti a muchos pueblos, y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti, cuando haga resplandecer mi espada ante sus rostros; y todos temblaran a cada instante en el día de tu caída, porque así ha dicho Jehová, el señor:  La espada del rey de babilonia vendrá sobre ti. Con espadas de fuertes haré que caiga tu pueblo;  todos ellos serán los poderosos de las naciones. Destruirán la soberbia de Egipto y toda su multitud será deshecha. Todas sus bestias destruiré de sobre las muchas aguas; ya no las enturbiara ni pie de hombre ni pezuña de bestia. Entonces haré asentarse sus aguas y haré correr sus ríos como aceite, dice Jehová, el señor. Cuando deje asolado el país de Egipto, y el país quede despojado de todo cuanto hay en el; cuando mate a todos los que en el moran, sabrán que yo soy Jehová. Esta es la lamentación que cantaran. Las hijas de las naciones la cantaran; entonaran la lamentación por Egipto y por toda la multitud, dice Jehová, el señor”. Aconteció en el año duodécimo, a los quince días del mes, que vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, entona una lamentación por la multitud de Egipto; y despéñalo a el y a las hijas de las naciones poderosas, a lo profundo de la tierra, con los que descienden a la sepultura. ¿Acaso eres mas hermoso que los otros? ¡Pues desciende y yace en la fosa con los incircuncisos!. Entre los muertos a espada caerá; a la espada es entregado. ¡Traedlo a el y a todos sus pueblos! De en medio del seol le hablaran los fuertes de los fuertes, junto con sus aliados, los que descendieron  y yacen con los incircuncisos muertos a espada. “Allí esta asiría con toda su multitud; a su alrededor están sus sepulcros; todos ellos cayeron muertos a espada. Sus sepulcros fueron puestos a los lados de la fosa, y su gente esta por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los que sembraron el terror en la tierra de los vivientes. Allí esta elam con toda su multitud por los alrededores de su sepulcro. Todos ellos cayeron muertos a espada y descendieron incircuncisos a lo mas profundo de la tierra, porque sembraron su terror en la tierra de los vivientes, mas llevaron su ignominia con los que descienden al sepulcro. En medio de los muertos le pusieron lecho, con toda su multitud; a sus alrededores están sus sepulcros; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque fue puesto su espanto en la tierra de los vivientes,  mas llevaron su ignominia con los que descienden al sepulcro; el fue puesto en medio de los muertos. Allí  están mesec y tubal, con toda su multitud; a sus alrededores están sus sepulcros; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque habían sembrado su terror en la tierra de los vivientes. No yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los que descendieron al seol con sus armas de guerra y  sus espadas puestas debajo de sus cabezas; mas sus maldades estarán sobre sus huesos, por cuanto fueron el terror de los fuertes en la tierra de los vivientes. Tu, pues, serás quebrantado entre los incircuncisos y  yacerás con los muertos a espada. Allí esta edom, con sus reyes y todos sus príncipes, quienes con su poderío fueron puestos con los muertos a espada; ellos yacerán con los incircuncisos, con los que descienden al sepulcro. Allí están los gobernantes del norte, todos ellos, y todos los sidonios, que con su terror descendieron con los muertos; avergonzados de su poderío, yacen también incircuncisos con los muertos a espada. Y comparten su ignominia con los que descienden al sepulcro. A estos vera el faraón, y se consolara sobre toda su multitud: al faraón muerto a espada, y todo su ejercito, dice Jehová, el señor. Porque puse mi terror en la tierra de los vivientes, también el faraón y toda su multitud yacerán entre los incircuncisos, con  los muertos a espada, dice Jehová, el señor.

33 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo y diles: Cuando traiga yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tome a un hombre de su territorio y lo ponga por centinela, y el vea a venir la espada sobre la tierra, y toque la trompeta y avise al pueblo, cualquiera que oiga el sonido de la trompeta y no se prepare, y viniendo la espada lo hiera, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó, pero no se preparo, salvara su vida. Pero si el centinela ve venir la espada y no toca la trompeta, y el pueblo no se prepara, y viniendo la espada, hiere a alguno de ellos, este fue tomado por causa de su pecado, pero demandare su sangre de mano del centinela. A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel: tu oirás la palabra de mi boca y los amonestaras de mi parte. Cuando yo diga al impío: ¡Impío, de cierto morirás!, si tu no hablas para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero yo demandare su sangre de tu mano. Pero si tu avisas al impío de su camino para que se aparte de el, y el  no se aparta de su camino, el morirá por su pecado, pero tu libraste tu vida. Tu , pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos: ¿cómo, pues, viviremos?. Diles: Vivo yo, dice Jehová, el señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva  el impío de su camino y que viva. ¡Volveos, volveos de vuestros malos caminos! ¿por qué habéis de morir, casa de Israel? Y tu, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: la justicia del justo no lo librara el día que se rebele; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se vuelva de su impiedad.  El justo no podrá vivir por su justicia el día que peque. Cuando yo diga al justo: ¡De cierto vivirás!, pero el, confiado en su justicia, actúe con iniquidad, ninguna de sus justicias será recordada, sino que morirá por la iniquidad cometida. Y cuando yo diga al impío: ¡De cierto morirás!, si el se convierte de su pecado y actúa conforme al derecho y la justicia, si el impío restituye la prenda robada, devuelve  lo que haya robado y camina en los estatutos de la vida, sin cometer iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. No se le recordara ninguno de los pecados que había cometido; actúo conforme al derecho y la justicia, y vivirá ciertamente. Luego dirán los hijos de tu pueblo: ¡No es recto el camino del señor!. ¡El camino de ellos es el que no es recto! Cuando el justo se aparte de su justicia y cometa iniquidad, morirá por ello. Y cuando el impío se aparte de su impiedad y actúe conforme al derecho y la justicia, vivirá por ello. Pero vosotros habéis  dicho: no es recto el camino del señor. Yo os juzgare, casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos. Aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco días del mes, que vino a mi un fugitivo de Jerusalén, diciendo: ¡La ciudad ha sido conquistada! Y la mano de Jehová había sido sobre mi la tarde antes de llegar el fugitivo, y había abierto mi boca, hasta que vino a mi por la mañana; y abrió mi boca,  y ya no estuve callado por mas tiempo. Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, los que habitan aquellos lugares asolados en la tierra de Israel, hablan diciendo: Abraham  era uno, y poseyó la tierra;  pues nosotros somos muchos; a nosotros nos es dada la tierra en posesión”. Por tanto, diles: Así ha dicho Jehová, el señor: Coméis con sangre, a vuestros ídolos alzáis vuestros ojos y derramáis sangre, ¿y poseeréis vosotros la tierra? Estáis sobre vuestras espadas, hacéis abominación y contamináis cada cual a la mujer de su prójimo, ¿ y habréis de poseer vosotros la tierra?. Les dirás: Así ha dicho Jehová, el señor: Vivo yo, que los que están en aquellos lugares asolados caerán a espada, y al que esta sobre la faz del campo entregare a las fieras para que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de peste morirán. Convertiré la tierra en soledad y desolación, y cesara la soberbia de su poderío; y los montes de Israel serán asolados hasta que no haya quien pase. Y sabrán que yo soy Jehová, cuando convierta la tierra en soledad y desolación, por todas las abominaciones que han hecho”. “ En cuanto a ti, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con  el otro, cada uno con su hermano, diciendo: ¡ Venid ahora, y oíd que palabra viene de Jehová!. Y vienen a ti como viene el pueblo, y están delante de ti como pueblo mío. Oyen  tus palabras, pero no las ponen por obra, antes hacen halagos con sus bocas y el corazón de ellos andan en pos de su avaricia. Y tu eres para ellos como un cantor de amores, de hermosa voz y que canta bien. Ellos oyen tus palabras, pero no las ponen por obra. Sin embargo, cuando eso llegue (y esta llegando), sabrán que en medio de ellos hubo un profeta”.

34 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así a dicho Jehová, el señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a si mismos! ¿Acaso los pastores no apacientan  a los rebaños? Os alimentáis con la leche de las ovejas, os vestís con su lana y degolláis a la engordada, pero no las apacentáis. No fortalecisteis a las débiles ni curasteis a la enferma; no vendasteis la perniquebrada ni volvisteis al redil a la descarriada ni buscasteis a la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Andan errantes por la falta de pastor y son presa de todas las fieras del campo. ¡Se han dispersado! Han andado  perdidas mis ovejas por todos los montes y en todo collado alto. Por toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas y no hubo quien  las buscara ni quien preguntara por ellas. “Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: Vivo yo, ha dicho Jehová, el señor, que por cuanto mi rebaño fue expuesto al robo, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron a mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a si mismos y no apacentaron a mis ovejas; por eso, pastores, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová, el señor: ¡Yo estoy contra los pastores y demandare mis ovejas de su mano! Haré que dejen de apacentar mis ovejas, y ya no se apacentaran mas los pastores a si mismos, pues yo librare a mis ovejas de sus bocas y no les serán mas por comida. “Porque así ha dicho Jehová, el señor: Yo, yo mismo, iré a buscar a mis ovejas,  y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que esta en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré yo a mis ovejas y las librare de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. Yo las sacare de los pueblos y las juntare de los países; las traeré a su propio país y las apacentare en los montes de Israel, por las riberas y en todos los lugares habitados del país. En buenos pastos las apacentare y en los altos montes de Israel estará su pastizal; allí dormirán en buen redil y con pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentare mis ovejas y les daré aprisco, dice Jehová, el señor. Yo buscare a la perdida y haré volver al redil a la descarriada, vendare a la perniquebrada y fortaleceré a la débil; pero a la  engordada y a la fuerte destruiré: las apacentare con justicia. “En cuanto a vosotros, ovejas mías, así ha dicho Jehová, el señor: Yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos. ¿No os basta con comer los buenos pastos, sino que también pisoteáis lo que de vuestros pastos queda, y cuando bebéis las aguas claras enturbiáis el resto con vuestros pies? Y así mis ovejas han de comer lo que vosotros habéis pisoteado y han de beber lo que con vuestros pies habéis enturbiado. “Por tanto, así les dice Jehová, el señor: Yo, mismo, juzgare entre la oveja engordada y la oveja flaca, por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis. Yo salvare a mis ovejas y nunca mas será objeto de rapiña; y juzgare entre oveja y oveja. Yo levantare sobre ellas a un pastor que las apaciente: mi siervo David. El la apacentara, pues será su pastor. Yo, Jehová, seré el Dios de ellos, y mi siervo  David, en medio de ellos, será su gobernante. Yo, Jehová, he hablado. “Estableceré con ellos un pacto de paz, y quitare de la tierra las fieras; habitaran en el desierto con seguridad y dormirán en los bosques. Y daré bendición a ellos y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo: lluvias de bendición serán. El árbol del campo dará su fruto y la tierra dará su fruto. Estarán en su tierra con seguridad, y sabrán que yo soy Jehová, cuando rompa las coyundas de su yugo y los libre de mano de los que se sirven de ellos. No serán mas por presa de las naciones ni las fieras del país las devoraran, sino que habitaran con seguridad y no habrá quien las espante. Preparare para ellos un plantío de renombre, y nunca mas serán consumidos por el hambre en el país ni nunca  mas serán afrentados por las naciones. Y sabrán que yo, Jehová, su Dios, estoy con ellos, y que ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová, el señor. Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová, el señor”.

35 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el monte seir y profetiza contra el, diciendo: Así ha dicho Jehová, el señor: He aquí, yo estoy contra ti monte seir; extenderé mi mano contra ti y te convertiré en un desierto desolado. Tus ciudades asolare, quedaras desolado y sabrás que yo soy Jehová. “ Por cuanto tuviste enemistad perpetua y entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo en que su maldad fue consumada, por eso, vivo yo, dice Jehová, el señor, que a sangre te destinare y sangre te perseguirá. Porque no aborreciste la sangre, sangre te perseguirá. Convertiré el monte  seir en desierto desolado, y eliminare de el al que salga y al que entre. Llenare sus montes con sus muertos; en tus collados, en tus valles y en todos tus arroyos caerán los muertos a espada. Yo  te pondré en perpetua desolación, y tus ciudades nunca mas se restauraran. Y sabréis que yo soy Jehová. “Por cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras serán mías,  y tomare posesión de ellas, estando allí Jehová; por eso, vivo yo, dice Jehová, el señor, que yo haré conforme  a  tu ira y conforme a tu celo con que procediste, a causa de tus enemistades con ellos; y  seré conocido en ellos cuando te juzgue. Y sabrás que, yo, Jehová, he oído todas tus injurias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: ¡Destruidos son, nos han sido dados para que los devoremos!. Y os engrandecisteis contra mi con vuestra  boca, y multiplicasteis contra mi vuestras palabras. ¡Yo lo oí! Así ha dicho Jehová, el señor: Para que toda la tierra se regocije, yo te convertiré en una desolación. Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel, porque fue asolada, así haré contigo: ¡Asolado será el monte seir, y todo edom, todo el! Y sabrán que yo soy Jehová”.

36 Tu, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: ¡Montes de Israel, oíd palabra de Jehová! Así ha dicho Jehová, el señor: Por cuanto el enemigo dijo de vosotros: ¡Ea! También las alturas eternas nos han sido dadas por heredad; profetiza, por tanto, y di que así ha dicho Jehová, el señor: Por cuanto os asolaron y os asediaron de todas partes para que fuerais heredad de las otras naciones, y se os ha hecho caer en boca de lenguaraces y ser calumniados por los pueblos. Por eso, montes de Israel, oíd palabra de Jehová, el señor: Así ha dicho Jehová, el señor, a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas que fueron convertidas en botín y en objeto de burla para las otras naciones de su alrededor; por eso, así ha dicho Jehová, el señor: He hablado de cierto en el fuego de mi celo contra las demás naciones y contra edom, las cuales, con mucho regocijo y enconamiento del animo, se disputaron mi tierra por heredad, para que los expulsados de ella fueran presa suya. Por tanto, profetiza sobre la tierra de Israel, y di a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles que así ha dicho Jehová, el señor: He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, por cuanto habéis cargado con la calumnia de las naciones. Por lo cual, así ha dicho Jehová, el señor: Yo he alzado mi mano, he jurado que las naciones que están a vuestro alrededor han de cargar con su desprecio. “Pero vosotros, montes de Israel, daréis vuestras ramas y llevareis vuestro fruto para mi pueblo Israel, porque están a punto de llegar. Porque he aquí que yo estoy por vosotros, a vosotros me volveré y seréis labrados y sembrados. Yo haré que se multipliquen los hombres sobre vosotros, a toda casa de Israel, a toda ella. Las ciudades serán habitadas y edificadas las ruinas. Multiplicare sobre vosotros hombres y ganado: Serán multiplicados y crecerán. Os haré habitar como solíais hacerlo antiguamente, y os haré mayor bien que en vuestros comienzos. Y sabréis que yo soy Jehová. Y  haré andar hombres sobre vosotros, a mi pueblo Israel. Tomaran posesión de ti, tu les serás por heredad y nunca mas les mataras a sus hijos. Así ha dicho Jehová, el señor: Por cuanto dicen de vosotros: Devoradora de hombres y matadora de los hijos de tu nación has sido; por eso, no devoraras mas a los hombres ni volverás nunca a matar a los hijos de tu nación, dice Jehová, el señor. Y nunca mas te haré oír ultraje de las naciones, ni cargaras mas con la afrenta  de los pueblos, ni harás mas morir a los hijos de tu nación, dice Jehová, el señor. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombree, mientras la casa de Israel habitaba en su tierra, la contamino con su mala conducta y con sus obras; como inmundicia de menstruosa fue su conducta delante de mi. Y derrame mi ira sobre ellos por la sangre que derramaron sobre la tierra, porque con sus ídolos la contaminaron. Los esparcí por las naciones y fueron  dispersados por los piases; conforme  a su conducta y conforme a sus obras los juzgue. Y cuando llegaron  a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, y de la tierra de el han salido. Pero he sentido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones adonde fueron. Por tanto, di a la  de Israel: Así ha dicho Jehová, el señor: No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. Santificare mi gran nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas. Y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová, el señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. Y yo os tomare de las naciones, os recogeré de todos los piases y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas  vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiare. Os daré un corazón  nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitare de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré  dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra. Habitareis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. Yo  os guardare de todas vuestras impurezas. Llamare al trigo y lo multiplicare, y no os expondré mas al hambre. Multiplicare así mismo el fruto de los árboles y el fruto de los campos, para que nunca mas recibáis oprobio de hambre entre las naciones. Os acordareis de vuestra mala conducta y de vuestras obras que no fueron buenas, y os avergonzareis de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. No lo hago por vosotros, dice Jehová, el señor, sabedlo bien. ¡Avergonzaos y cubrios de deshonra por vuestras iniquidades, casa de Israel!. Así ha dicho Jehová, el señor: El día que os purifique de todas vuestras iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán edificadas. La tierra asolada será labrada, después de haber permanecido asolada ante los ojos de todos los que pasaban. Y dirán: Esta tierra desolada se ha convertido en un huerto de edén, y estas ciudades arruinadas, desoladas y destruidas, están fortificadas y habitadas. Y las naciones que queden en vuestros alrededores sabrán que yo reedifique lo que estaba derribado y plante lo que estaba desolado; yo, Jehová, he hablado, y lo haré. Así ha dicho Jehová, el señor: Aun  me suplicara la casa de Israel, para que les haga esto: multiplicare los hombres como se multiplican los rebaños. Como las ovejas  consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus fiestas solemnes, así las ciudades arruinadas serán llenas de rebaños de seres humanos. Y sabrán que yo soy Jehová”.

37 La mano de Jehová vino sobre mi, me llevo en el espíritu de Jehová y me puso en medio de un valle que estaba  lleno de huesos. Me hizo pasar cerca de ellos, a su alrededor, y vi que eran muchísimos sobre la faz del campo y, por cierto, secos en gran manera. Y me dijo: -Hijo de hombre, ¿vivieran estos huesos? Yo le respondí: - Señor, Jehová, tu lo sabes. Me dijo entonces: - Profetiza sobre estos huesos, y diles: ¡Huesos secos, OID palabra de Jehová! Así ha dicho Jehová, el señor, a estos huesos: yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.  Pondré tendones en vosotros, haré que la carne suba sobre vosotros, os cubriré de piel y pondré en vosotros espíritu, y viviréis. Y sabréis que yo soy Jehová. Profetice, pues, como me fue mandado; y mientras yo profetizaba se oyó un estruendo, hubo un temblor ¡ y los huesos se juntaron, cada hueso con su hueso! Yo mire, y los tendones sobre ellos, y subió la carne y quedaron cubiertos por la piel; pero no había en ellos espíritu. Me dijo: profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu que así ha dicho Jehová, el señor: ¡Espíritu, ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos, y vivirán!. Profetice como me había mandado, y entro espíritu en ellos, y vivieron y se pusieron en pie. ¡Era un ejercito grande en extremo!. Luego me dijo: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. Ellos dicen: Nuestros huesos se secaron y pereció nuestra esperanza. ¡Estamos totalmente destruidos!. Por tanto, profetiza, y diles que así ha dicho Jehová, el señor: Yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío; os haré subir de vuestras sepulturas y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis, y os estableceré en vuestra tierra. Y sabréis que yo, Jehová, lo dije y lo hice, dice Jehová. Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, toma ahora un leño y escribe en el: Para juda y para sus compañeros los hijos de Israel. Toma después otro leño y  escribe en el: para José, leño de Efraín, y para sus compañeros la casa toda de Israel. Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano. Y cuando te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿no nos enseñaras que te propones con eso?, diles: Así ha dicho Jehová, el señor: Yo tomo el leño de José que esta en la mano de Efraín , y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el leño de juda; haré de ellos un solo leño, y serán uno de mi mano. Y los leños sobre los que escribas, estarán en tu mano delante de  sus ojos, y les dirás: Así ha dicho Jehová, el señor: Yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron; los recogeré de todas partes y los traeré a su tierra. Haré de ellos una sola nación en la tierra, en los montes de Israel, y un mismo rey será  el rey de todos ellos. Nunca mas estarán divididos en dos reinos. No se contamiran ya mas con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus rebeliones. Los salvare de todas sus rebeliones con los cuales pecaron, y los purificare. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo David será  rey sobre ellos, y  todos ellos tendrán un solo pastor; andarán en mis preceptos, y guardaran mis estatutos y los pondrán por obra. Habitaran  en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres. En ella habitaran ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David  los gobernara para siempre. Haré con ellos un pacto de paz; un pacto perpetuo será con ellos. Yo los estableceré y los multiplicare, y pondré mi santuario entre ellos  para siempre. Estará en medio de ellos mi tabernáculo; yo seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo. Y sabrán las naciones que yo, Jehová, santifico a Israel, pues mi santuario estará en medio de ellos para siempre.

38 Vino a mi palabra de Jehová, diciendo: hijo de hombre, pon tu rostro contra gog,  en tierra de magog, príncipe soberano de mesec y tubal, y profetiza contra el diciendo: Así ha dicho Jehová, el señor: Yo estoy contra ti, gog, príncipe soberano de mesec y tubal. Te quebrantare, pondré garfios en tus quijadas y te sacare a ti junto con todo tu ejercito: caballos y jinetes, completamente equipados, una gran multitud con paveses y escudos, armados todos ellos con espadas.  Persia, cus y fut con ellos; todos ellos con escudo y yelmo; gomer con todas sus tropas; la casa de togarma, de los confines del norte, con todas sus tropas. Muchos pueblos estarán contigo. “Prepárate y esta alerta, tu y toda tu multitud que se ha reunido contigo, y se tu su comandante. De aquí a muchos días serás visitado; al cabo de los años vendrás al país salvado de la espada, contra gente recogidas de entre muchos pueblos en los montes de Israel, que siempre fueron una desolación. Fueron sacadas de entre las naciones y todas ellas vivirán confiadamente. Subirás tu y vendrás como una tempestad; como un nublado que cubra la tierra serás tu con todas tus tropas, y muchos pueblos contigo. Así ha dicho Jehová, el señor: En aquel día subirán pensamientos a tu corazón y concebirás un plan perverso. Dirás: subiré contra un país indefenso, iré contra gentes tranquilas que habitan confiadamente. Todas ellas habitan sin murallas, y sin cerrojos ni puertas. Subirás para arrebatar despojos, para tomar botín, para poner tus manos sobre las ruinas ahora habitadas y sobre el pueblo recogido de entre las naciones, que se hace de ganado y posesiones, que habitan en la parte central del país. Saba y dedan, los mercaderes de tarsis y todos sus príncipes te dirán: ¿Has venido a arrebatar despojos? ¿has  reunido tu multitud para tomar botín, para quitar plata y oro, para tomar ganados y posesiones, para arrebatar grandes despojos?. Por tanto, profetiza, hijo de hombre, y di a gog que así a dicho Jehová, el señor: En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habite con seguridad, ¿no lo sabrás tu? Vendrás  de tu lugar, de las regiones del norte, tu y muchos pueblos contigo, todos ellos a caballo, una gran multitud y un poderoso ejercito; y subirás contra mi pueblo Israel  como un nublado que cubra la tierra. Así será al cabo de los días: yo te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan cuando sea santificado en ti gog, delante de sus ojos. Así ha dicho Jehová, el señor: ¿ no eres tu aquel de quien hable yo en tiempos pasados por mis siervos los profetas de Israel, los cuales profetizaron en aquellos tiempos que yo te había de traer sobre ellos? En aquel tiempo, cuando venga gog contra la tierra de Israel, dice Jehová, el señor, subirá mi ira y mi enojo. Porque en mi celo, en el fuego de mi ira, he dicho que en aquel tiempo habrá gran temblor sobre la tierra de Israel, que los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo, toda serpiente que se arrastra sobre la tierra y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblaran ante mi presencia. Se desmoronaran los montes, los vallados caerán y todo muro  se vendrá a tierra. En todos mis montes llamare contra el a la espada, dice Jehová, el señor; la espada de cada cual estará contra su hermano. Yo litigare contra el con peste y con sangre; y haré llover sobre el, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con el, una lluvia impetuosa y piedras de granizo, fuego y azufre. Entonces seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones. Y sabrán que yo soy Jehová.

39 Tu pues, hijo de hombre, profetiza contra gog, y di: Así ha dicho Jehová, el señor: He aquí yo estoy  contra ti, gog, príncipe soberano de mesec y tubal. Te quebrantare, te conduciré, te haré subir desde las partes del norte y te traeré sobre los montes de Israel. Te quitare el arco de mano izquierda y haré caer tus flechas de tu mano derecha. Sobre los montes de Israel caerás tu junto con todas tus tropas y los pueblos que fueron contigo. A las aves de rapiña de toda especie, y a las fieras del campo, te he dado por comida. Sobre la faz del campo caerás, porque yo lo he dicho, dice Jehová, el señor. Y enviare fuego sobre magog y sobre los que habitan seguros en las costas. Y sabrán que yo soy Jehová. Haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel y nunca mas dejare profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, el santo en Israel. He aquí que viene, y se cumplirá, dice Jehová, el señor: ese es el día del cual he hablado. Los habitantes de las ciudades de Israel saldrán y encenderán fuego para quemar armas, escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas. Harán fuego con ellos durante siete años. No traerán leña  del campo ni la cortaran de los bosques, sino que quemaran las armas en el fuego. Despojaran  a sus despojadores y robaran a los que  les robaron, dice Jehová, el señor. En el aquel tiempo yo daré a gog por sepultura un lugar en Israel, el valle de los que pasan al oriente del mar. Y obstruirá el paso a los transeúntes, pues allí enterraran a gog y a toda su multitud; y lo llamaran el valle de hamon-gog. Y la casa de Israel los estará enterrando durante siete meses, para purificar el país. Los enterrara todo el pueblo del país, y será para ellos celebre el día en que yo sea glorificado, dice Jehová, el señor. Tomaran  hombres a jornal que viajen por el país en busca de los que queden sobre la faz  de la tierra, para enterrarlos, a fin de purificarla. Al cabo de siete meses harán la inspección. Pasaran los que vayan por el país, y el que vea los huesos de algún hombre pondrá junto a ellos una señal, hasta que los entierren los sepultureros en el valle de hamon-gog. Y también el nombre de la ciudad será hamona; y purificaran el  país. Tu, hijo de hombre, así ha dicho Jehová, el señor: Di a las aves de toda especie y a toda fuera del campo: juntaos, y venid; reunios de todas las partes junto a mi victima que sacrifico para vosotros, un gran sacrificio sobre los montes de Israel; comeréis carne y beberéis sangre. Comeréis carne de fuertes y beberéis sangre de soberanos de la tierra: ¡Carneros, corderos, machos cabrios, bueyes y toros, engordados todos ellos en basan! Comeréis grasa hasta saciaros, y beberéis hasta embriagaros de sangre  de las victimas que para vosotros sacrifique. A mi mesa os saciareis de caballos, de jinetes fuertes y de todos  los hombres de guerra, dice Jehová, el señor. Pondré mi gloria entre las naciones, y de todas las naciones verán mi juicio que habré ejecutado y mi mano que puse sobre ellos. Desde aquel día en adelante sabrá la casa de Israel que yo soy Jehová, su Dios. Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado, por cuanto se rebelaron contra mi, y que yo escondí de ellos mi rostro, los entregue en manos de sus enemigos y cayeron  todos a espada. Conforme a su inmundicia y conforme a sus rebeliones hice con ellos, y de ellos escondí mi rostro. Por tanto, así ha dicho Jehová, el señor: Ahora voy   a hacer que vuelvan los cautivos de Jacob. Tendré misericordia de toda la casa de Israel. Ellos sentirán su vergüenza  por toda su rebelión con que se rebelaron contra mi, cuando habiten en su tierra con seguridad y no haya quien los espante; cuando los saque de entre los pueblos  y los reúna de la tierra de sus enemigos, sea santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. Y sabrán que yo soy Jehová, su Dios, después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos. No esconderé mas de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová, el señor.

40 En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, aquel mismo día vino sobre mi  la mano de Jehová, y me llevo allá. En visiones de Dios me llevo a la tierra de Israel y me puso sobre un monte muy  alto, sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia el lado sur. Me  llevo allí, y vi que había un hombre, cuyo aspecto era como el aspecto del bronce. Tenia  un cordel de lino en la mano y una caña de medir, y el estaba de pie junto a la puerta. Aquel hombre me hablo, diciendo: Hijo de hombre, observa con cuidado, escucha atentamente y fíjate bien en todas las cosas que te muestro, porque para que yo te las mostrara has sido traído aquí. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel. Y vi que había un muro fuera de la casa; y la caña de medir que aquel hombre tenia en la mano era de seis codos de a codo y palmo menor. Y midió el espesor del muro, que era de una caña; y su altura, de otra caña. Después vino  a la puerta que mira hacia el oriente, subió por sus gradas y midió un poste de la puerta, de una caña de ancho, y el otro poste, de otra  caña de ancho. Y cada cámara tenia una caña de largo y una caña de ancho. Entre las cámaras había cinco codos de ancho, y el umbral de la puerta que daba al vestíbulo, por el lado de dentro de la puerta, media una caña. Midió asimismo la entrada de la puerta por dentro, que era de una caña. Midió luego la entrada del portal, que era de ocho codos, y sus postes, de dos codos. La puerta del portal estaba por el lado de adentro. La puerta oriental tenia tres cámaras a cada lado, las tres de una misma medida; y también eran de una misma medida los portales a cada lado. Midió el ancho de la entrada de la puerta, de diez codos; y la longitud del  portal era de trece codos. El espacio delante de las cámaras era de un codo a un lado y de otro codo al otro lado; y cada cámara tenia seis codos por un lado y seis codos por el otro. Midió la puerta desde el techo de una cámara hasta el techo de la otra: veinticinco codos de ancho desde una puerta hasta la puerta de enfrente.  Midió la distancia entre los postes del atrio y los del portal rodeado por el: sesenta codos. Y desde el frente de la puerta de la entrada hasta el frente de la entrada de la puerta interior, había cincuenta codos. Y había ventanas estrechas en las cámaras, y  en sus portales por dentro de la puerta alrededor, y asimismo en los corredores; y en las ventanas estaban alrededor por dentro; y en cada poste había palmeras. Me llevo luego al atrio, y vi que había cámaras, y estaba enlosado todo en derredor; treinta  cámaras había alrededor en aquel atrio. El enlosado a los lados de las puertas, en proporción a la longitud de los portales, era el enlosado inferior. Midió  la anchura desde el enfrente de la puerta de abajo hasta el frente del atrio interior por fuera, y era de cien codos hacia el oriente y hacia el norte. De la puerta que estaba hacia el norte en el atrio exterior, midió su longitud y su anchura. Sus cámaras eran tres a un lado y tres al otro; y sus postes y sus vestíbulos eran de igual medida que la puerta primera: cincuenta codos de longitud y veinticinco de anchura. Sus  ventanas, sus arcos y sus palmeras eran de la misma medida de la puerta que estaba hacia el oriente. Se subía a ella  por siete gradas, y  delante  de ellas estaba su vestíbulo. La puerta del atrio interior estaba enfrente de la puerta, hacia el norte; y así al oriente. Midió, de puerta a puerta, cien codos. Me llevo después hacia el sur, y había una puerta que miraba hacia el sur; y midió sus portales y su vestíbulo, que eran de estas mismas medidas. Tenia sus ventanas alrededor del vestíbulo, iguales a las otras ventanas; la longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos. Sus gradas eran de siete peldaños, con su vestíbulo delante de ellas; y tenia palmeras, una a un lado y otra al otro lado, en sus postes. Había también una puerta hacia el sur del atrio interior; y midió de puerta a puerta, hacia el sur, cien codos. Me  llevo después en el atrio de adentro a la puerta del sur, que era de estas mismas medidas. Sus cámaras, postes y vestíbulos eran de estas mismas medidas; tenia sus ventanas alrededor de los vestíbulos; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos la anchura. Los arcos alrededor eran de veinticinco codos de largo y cinco codos  de ancho. Y sus arcos caían afuera del atrio, con palmeras en sus postes; y sus gradas eran de ocho peldaños. Me llevo al atrio interior hacia el oriente, y midió la puerta, que era de estas mismas medidas. Sus cámaras, postes y vestíbulos eran de estas mismas medidas. Tenían sus ventanas alrededor de sus vestíbulos; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos la anchura. Los arcos de alrededor eran de veinticinco codos de largo y cinco codos de ancho. Y sus arcos caían afuera al atrio, con palmeras en sus postes; y sus gradas eran de ocho peldaños. Me llevo al atrio interior hacia el oriente, y midió la puerta, que era de estas mismas medidas. Sus cámaras, postes y vestíbulos eran de estas mismas   medidas. Tenia sus ventanas alrededor de sus vestíbulos; la longitud era de cincuenta codos, y la anchura era de veinticinco codos. Sus vestíbulos caían afuera, hacia el atrio, con palmeras en sus postes a un lado y al otro;  y sus gradas eran de ocho peldaños. Me llevo luego a la puerta del norte, y midió, y eran las mismas medidas: sus cámaras, postes, vestíbulos con sus ventanas alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos de anchura. Sus postes caían  afuera, hacia el atrio, con palmeras en cada uno de sus postes a un lado y al otro. Sus gradas eran de ocho peldaños. Había allí una cámara, y su puerta con postes de portales; allí lavaran el holocausto. A la entrada de la puerta había dos mesas a un lado y otras dos al otro, para degollar sobre ellas el holocausto, la expiación  y el sacrificio por el pecado. A un lado, por fuera de las gradas, a la entrada de la puerta del norte, había dos meses; y al otro lado, que estaba a la entrada de la puerta, dos mesas. Cuatro mesas a un lado, y cuatro mesas al otro lado, junto a la puerta: ocho mesas, sobre las cuales serán degolladas las victimas. Las cuatro mesas para el holocausto eran de piedra labrad, de un codo y medio de longitud, un codo y medio de anchura y un codo de altura. Sobre ellas se pondrán los utensilios  con que degollaran el  holocausto y el sacrificio. Adentro había ganchos, de un palmo menor, dispuestos en derredor; y sobre las mesas estaba la carne de las victimas. Fuera de la puerta interior, en el atrio de adentro que estaba al lado de la puerta del norte, estaban las cámaras de los cantores, las cuales miraban hacia el sur; una estaba al lado de la puerta del oriente que miraba hacia el norte. Me  dijo: Esta cámara que mira hacia el sur es de los sacerdotes que hacen la guardia del templo. Y la cámara que mira hacia el norte es de los sacerdotes que hacen la guardia del altar; estos son los hijos de sadoc, los cuales son llamados de los hijos de levi para ministrar a Jehová. Midió el atrio, que tenia cien codos de longitud y cien codos de anchura: era cuadrado. Y el altar estaba delante de la casa. Me llevo al pórtico del templo, y midió cada poste del pórtico, cinco codos por un lado y cinco codos por el otro; y la anchura de la puerta, tres codos por un lado, y tres codos  por el otro. La longitud del pórtico era de veinte codos, y la anchura de once codos. A el se subía por gradas, y había columnas junto a los postes, una a un lado y otra al otro.

41 Me introdujo luego en el templo, y midió los postes, cuya anchura era de seis codos por un lado y seis codos por el otro, que era la anchura del tabernáculo. La anchura de la puerta era de diez codos, y los lados de la puerta, de cinco codos por un lado y cinco por el otro. Midió su longitud, que era de cuarenta codos, y la anchura de veinte codos. Luego paso al interior y midió cada poste de la puerta, que eran de dos codos; la puerta, de seis codos, y la anchura de la entrada, de siete codos. Midió también su longitud, y era de veinte codos; y la anchura, de veinte codos por el frente del templo. Y me dijo: Este es el lugar santísimo. Después midió el muro de la casa, y era de seis codos de espesor; y de cuatro codos era la anchura de las cámaras situadas todo alrededor de la casa. Las cámaras laterales estaban sobrepuestas unas a otras, treinta en cada uno de los tres pisos. Y había salientes en la pared, alrededor de la casa; sobre ellos se apoyaban las cámaras, para que no se apoyaran en la pared de la casa. Había mayor anchura en las cámaras de mas arriba, a las que subía una escalera de caracol rodeando por dentro de la casa. Así pues, las casa tenia mas anchura por arriba; del piso inferior se podía subir al de en medio, y de este al superior. Y mire la elevación que rodeaba la casa: los cimientos de las cámaras median una caña completa de seis codos de largo. El espesor de la pared de afuera de las cámaras era de cinco codos, igual al espacio que quedaba de las cámaras de la casa por dentro. Y entre las cámaras había una anchura de veinte codos por todos los lados alrededor de la casa. La puerta de cada cámara salía al espacio que quedaba, una puerta hacia el norte y otra puerta hacia el sur; y el ancho del espacio que quedaba era de cinco codos, todo alrededor. El edificio que estaba delante del espacio abierto al lado del occidente era de setenta codos; y la pared del edificio tenia cinco codos de grueso, todo alrededor, y noventa codos de largo. Luego midió la casa, tenia cien codos de largo. Y  el espacio abierto, y el edificio y sus paredes eran de cien codos de longitud. El ancho del frente de la casa y del espacio abierto al oriente era de cien codos. Midió la longitud del edificio que estaba delante del espacio abierto que había detrás de el, y las cámaras de uno y otro lado, y eran de cien codos. El templo por dentro, los portales del atrio, los umbrales, las ventanas estrechas y las cámaras  alrededor de los tres pisos, todo ello estaba cubierto de madera desde el suelo hasta las ventanas; y las ventanas también estaban cubiertas de madera. Midió desde la puerta hasta el interior de la casa, y por fuera, así como toda la pared en derredor, por dentro y por fuera. Y estaba labrada con querubines y palmeras: entre querubín y querubín, una palmera. Cada querubín tenia dos rostros: un rostro de hombre hacia la palmera de un lado, y un rostro de león hacia la palmera del otro lado, alrededor de toda la casa. Desde el suelo hasta la cima de la puerta había querubines grabados y palmeras, por toda la pared del templo. Cada poste del templo era cuadrado, y el frente del santuario era como el otro frente. La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud, de dos codos; sus esquinas, su superficie y sus paredes eran de madera. Me dijo: Esta es la mesa que esta  delante de Jehová. El templo y el santuario tenían dos  puertas. Y en cada puerta había dos hojas, dos hojas que giraban; dos hojas en una puerta y otras dos en la otra. En las puertas del templo había grabados de querubines y palmeras, iguales a los que había en las paredes. Había un portal de madera por fuera, a la entrada, y había ventanas estrechas y palmeras a uno y otro lado, a los lados del pórtico. Así eran las cámaras de la casa y los y umbrales.

42 Me trajo luego al atrio exterior, hacia el norte, y me llevo a la cámara que estaba delante del patio que quedaba enfrente del edificio, hacia el norte. Por delante de la puerta del norte su longitud era de cien codos, y la anchura de cincuenta codos. Frente a los veinte codos que había en el atrio interior, y enfrente del enlosado que había en el atrio exterior, estaban las cámaras, las unas enfrente de las otras, en tres pisos. Delante de las cámaras había un corredor de diez codos de ancho, hacia dentro, con un corredor de un codo; y sus puertas daban al norte. Las cámaras mas altas eran mas estrechas, porque las galerías les quitaban mas  espacio a ellas que  a las bajas y a las de en medio del edificio. Porque estaban en tres pisos, y no tenían columnas como las columnas de los atrios; por tanto, eran  mas estrechas que las de abajo y las de en medio, a partir del suelo. El muro que estaba fuera, enfrente de las cámaras, hacia el atrio exterior delante de las cámaras, tenia cincuenta codos de largo. Porque la longitud de las cámaras del atrio de afuera era de cincuenta codos; y delante de la fachada del templo había cien codos. Y debajo de las cámaras estaba la entrada al lado oriental, para entrar en el  desde el atrio exterior. A lo largo del muro del atrio, hacia el oriente, enfrente del patio y delante del edificio, había cámaras. Y el corredor que había delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban hacia el norte; tanto su longitud como su anchura eran de la misma medida, así como todas  sus salidas, puertas y entradas. Así también eran las puertas de las cámaras que estaban hacia el sur; había una puerta al  comienzo del corredor que había enfrente del muro al lado oriental, para quien entraba en las cámaras. Me dijo: Las cámaras del norte y las del sur, que están delante del patio, son cámaras santas en las cuales los sacerdotes que se acerquen a Jehová comerán las santas ofrendas; allí podrán las ofrendas santas, la ofrenda, la expiación y el sacrificio por el pecado, porque el lugar es santo. Cuando los sacerdotes entren, no saldrán del lugar santo al atrio exterior, sino que allí dejaran sus vestiduras con que ministran, porque son santas; se vestirán otros vestidos y así se acercaran a lo que es del pueblo. Luego que acabo las medidas del interior de la casa, me saco por el camino de la puerta que miraba hacia el oriente, y midió todo su contorno. Midió el lado oriental con la caña de medir: quinientas cañas de la caña con que media el contorno. Midió el lado del norte: quinientas cañas de la caña con que media el contorno midió el lado del sur: quinientas cañas  de la caña con que media. Se volvió hacia el lado de occidente, y midió quinientas cañas de la caña con que media. Por los cuatro lados lo midió; tenia un muro de  quinientas cañas de longitud y quinientas cañas de anchura. Este muro hacia separación entre el santuario y el lugar profano.

43 Me llevo luego a la puerta, la que mira hacia el oriente, y vi que la gloria de Dios de Israel venia del oriente. Su sonido era como el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria. El aspecto de lo que vi era como una visión, como aquella visión que vi cuando vine para destruir la ciudad; y las visiones eran como  la visión que vi junto al río quebar; y me postre sobre mi rostro. La gloria de Jehová entro en la casa por la vía de la puerta que daba al oriente. Entonces el espíritu me levanto y me llevo al atrio interior, y vi que la gloria de Jehová lleno la casa. Entonces oí a alguien que me hablaba desde la casa, y un hombre estaba junto a mi. La voz me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde posare las plantas de mis pies, en el cual habitare para siempre entre los hijos de Israel. Nunca mas profanara mi santo nombre de la casa de Israel (ni ellos ni sus reyes) con sus fornicaciones ni  con los cadáveres de sus reyes en sus lugares altos. Porque poniendo ellos su umbral junto a mi umbral, y su contrafuerte junto a mi contrafuerte, mediando solo una pared entre yo  y ellos, han contaminado mi santo nombre con sus abominaciones que hicieron; por tanto, los  consumí en mi furor. Ahora arrojaran lejos de mi sus fornicaciones y los cadáveres de sus reyes, y habitare en medio de ellos para siempre. Tu, hijo de hombre, muestra a la casa de Israel esta casa: que se avergüencen  de sus pecados y que midan el diseño de ella. Y si se avergüenzan  de todo lo que han hecho, hazles entender el diseño de la casa, su disposición, sus salidas y sus entradas, todas sus formas, todas sus descripciones, todas sus configuraciones y todas sus leyes. Descríbelo delante de sus ojos, para que guarden todos sus detalles y todas sus reglas, y las pongan por obra. Esta es la ley de la casa: Sobre la cumbre del monte, el recinto entero, en todo su contorno, será santísimo. Esta es la ley de la casa. Estas son las medidas del altar por codos de a codo y palmo menor: la base, de un  codo de alto y un codo de ancho; y la moldura de su borde alrededor, de un palmo. Este será el zócalo del altar. Desde la base, a partir del suelo, hasta el zócalo inferior, dos codos; y la anchura, de un codo. Y desde la cornisa menor hasta la cornisa mayor, cuatro codos; y el ancho, de un codo. El altar  era de cuatro codos, y encima del altar había cuatro cuernos. El altar era un cuadrado de doce codos de largo y doce de ancho: tenia iguales sus cuatro lados. El zócalo era de catorce codos de longitud y catorce de anchura en sus cuatro lados, y de medio codo el borde alrededor; la base era de un codo por cada lado, y sus gradas miraban hacia el oriente. Luego me dijo: Hijo de hombre, así ha dicho Jehová, el señor: estas son las ordenanzas del altar el día en que sea hecho, para ofrecer holocausto sobre el y para derramar sangre sobre el. A los sacerdotes levitas que son linaje de sadoc y que se acerquen a mi, dice Jehová, el señor, para ministrar ante mi, darás un becerro de la vacada, para expiación. Tomaras de su sangre y las pondrás en los cuatro cuernos del altar, en las cuatro esquinas del zócalo y en el borde alrededor. Así lo purificaras y harás expiación y lo quemaras conforme a la ley de la casa, fuera del santuario. El segundo día ofrecerás un macho cabrio sin defecto, para expiación; y purificaran el altar como lo purificaron con el becerro. Cuando acabes de expiar, ofrecerás un becerro de la vacada, sin defecto, y un  carnero, sin tacha, de la manada. Los ofrecerás delante de Jehová. Los sacerdotes echaran sal sobre ellos y los ofrecerán en holocausto a Jehová. Durante siete días sacrificaran un macho cabrio cada  día, en expiación; asimismo sacrificaran el becerro de la vacada y un carnero, sin tacha, del rebaño. Durante siete días harán expiación por el altar y lo purificaran, y así lo consagraran. Acabados estos días, del octavo día en adelante, los sacerdotes sacrificaran sobre el altar vuestros holocaustos y vuestras ofrendas de paz. Así me seréis aceptos, dice Jehová, el señor.

44 Me hizo volver hacia la puerta exterior del santuario, la cual mira hacia el oriente, y estaba cerrada. Y me dijo Jehová: Esta puerta estará cerrada; no se abrirá y no entrara nadie por ella, porque Jehová, Dios de Israel, entro por ella; estará, por tanto, cerrada. En cuanto al gobernante, por ser el gobernante, el se sentara allí para comer pan delante de Jehová; por el vestíbulo de la puerta entrara y por ese mismo camino saldrá. Me llevo hacia la puerta del norte por delante de la casa; y mire, y he aquí que la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová; y me postre sobre mi rostro. Me dijo Jehová: Hijo de hombre, por atención, observa con cuidado y escucha atentamente todo lo que hablo contigo sobre todas las ordenanzas de la casa de Jehová y todas sus leyes. Pon atención a las entradas de la casa y a todas las salidas del santuario.  Y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová, el señor: ¡ Basta ya de todas vuestras abominaciones, casa de Israel! ¡ Basta ya de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi casa; de ofrecer mi pan, la grasa y la sangre, y de invalidar mi pacto con todas vuestras abominaciones! Pues no habéis guardado lo establecido acerca de mis cosas santas, sino que habéis puesto extranjeros como guardas de las ordenanzas en mi santuario. Así ha dicho Jehová, el señor: Ningún  hijo de extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de carne, entrara en mi santuario, de todos los hijos de extranjeros que están entre los hijos de Israel. Los levitas que se apartaron de mi cuando Israel se alejo de mi, yéndose tras sus ídolos, llevaran su iniquidad. Servirán en mi santuario como porteros a las puertas de la casa y sirvientes en la casa. Ellos mataran para el pueblo el holocausto y la victima, y estarán ante el para servirlo,  por cuanto los sirvieron  delante de sus ídolos, y fueron a la casa  de Israel por tropezadero de maldad. Por eso he alzado mi mano y jurado, dice Jehová, el señor, que ellos llevaran su iniquidad. No se acercaran a mi para servirme como sacerdotes, ni se acercaran a mi para servirme como sacerdotes, ni se acercaran a ninguna de mis cosas santas, a mis cosas santísimas, sino que llevaran su ignominia y las abominaciones que hicieron. Los pondré, pues, con guardas encargados de la custodia de la casa, para todo el servicio de ella y para todo lo que en ella haya de hacerse. Pero los sacerdotes levitas, hijos de sadoc, que guardaron el ordenamiento del santuario cuando los hijos de Israel se apartaron de mi, ellos se acercaran para ministrar ante mi, y delante de mi estarán para ofrecerme la grasa y la sangre, dice Jehová, el señor. Ellos entraran en mi santuario, se acercaran a mi mesa para servirme y guardaran mis ordenanzas. Cuando entren por las puertas del atrio interior, se vestirán con vestiduras de lino; no llevaran sobre ellos cosa de lana cuando ministren en las puertas del atrio interior y dentro de la casa. Turbantes de lino tendrán sobre sus cabezas, y llevaran calzoncillos de lino sobre sus caderas. No se ceñirán nada  que los haga sudar. Cuando salgan al atrio exterior, al  atrio de afuera, al pueblo, se quitaran las vestiduras con que ministraron, las dejaran en las cámaras del santuario y se pondrán otros vestidos, para no santificar al pueblo con sus vestiduras. No se raparan la cabeza ni se dejaran crecer el cabello; solamente lo recortaran. Ninguno de los sacerdotes beberá vino cuando haya de entrar en el atrio interior. Ni viuda ni repudiada tomara por mujer sino  que tomara una virgen del linaje de la casa de Israel, o una viuda que sea viuda de un sacerdote. Enseñaran a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y los enseñaran a discernir entre lo puro y lo impuro. En los casos de pleito, ellos estarán para juzgar, y conforme a mis juicios juzgaran. Mis  leyes y mis decretos guardaran en todas mis fiestas solemnes, y santificaran mis sábados. No se acercaran a un hombre muerto, para no contaminarse; aunque por padre o madre, hijo o hija, hermano o hermana que no haya tenido marido, si podrán contaminarse. Después de su purificación, le contaran siete días. Y el día que entre al santuario, en el atrio interior, para ministrar en el santuario, ofrecerá su expiación, dice Jehová, el señor. Habrá para ellos heredad: Yo seré  su heredad. No les daréis propiedad en Israel: yo soy su propiedad. De la ofrenda, la expiación y el sacrificio por el pecado comerán. Toda cosa consagrada en Israel será de ellos. Y las primicias de todos los primeros frutos de todo, y toda ofrenda de todo lo que se presente de todas vuestras ofrendas, será de los sacerdotes; asimismo daréis al sacerdote las primicias de todo cuanto amaseis, para que repose la bendición en vuestras casas. Ninguna cosa mortecina o desgarrada, ya sea de aves o de bestias, comerán los sacerdotes.

45 Cuando repartáis por suertes la tierra en heredad, apartareis para Jehová una porción que le consagrareis en la tierra: será de veinticinco mil cañas de longitud y diez mil de anchura. Este territorio, en todo su contorno, será santificado. De esto será para el santuario un cuadro de quinientas cañas de longitud y quinientas de anchura, rodeado de cincuenta codos para sus ejidos. De esta medida medirás en longitud veinticinco mil cañas y en anchura diez mil. Allí estará el santuario y el lugar santísimo. Lo consagrad de esta tierra será para los sacerdotes, ministros del santuario, que se acercan para ministrar a Jehová. Y servirá de lugar para sus casas y como recinto sagrado para el santuario. Asimismo medirás veinticinco mil cañas de longitud y diez mil de anchura, que será para los levitas ministros de la casa, como posesión para si, con veinte cámaras. Para propiedad de la ciudad señalareis un terreno de cinco mil de anchura y veinticinco mil de longitud, delante de lo que se aparto para el santuario. Esto será para toda la casa de Israel. Y la parte del gobernante estará junto a lo que se aparto para el santuario, a uno y otro lado, y junto a la propiedad de la ciudad, delante de lo que se aparto para el santuario y delante de la propiedad de la ciudad, desde el extremo occidental hasta el extremo oriental, y la longitud será desde el limite occidental hasta el limite oriental. Esta tierra tendrá como propiedad en Israel, y nunca mas mis gobernantes oprimirán a mi pueblo; y darán la tierra a la casa de Israel conforme a sus tribus. Así ha dicho Jehová, el señor: ¡Basta ya, gobernantes de Israel! Dejad la violencia y la rapiña. Practicad el derecho y la justicia; dejad de explotar a mi pueblo, dice Jehová, el señor. Balanzas justas, efa justo y bato justo tendréis. El efa y el bato será de una misma medida: que el bato tenga la décima parte del homer, y la décima parte del homer el efa; la medida de ellos será según el homer. El siclo será de veinte geras. Veinte siclos, veinticinco siclos y quince siclos será una mina. Esta será la ofrenda que ofreceréis: la sexta parte de un efa por cada omer de trigo, y la sexta parte de un efa por cada homer de la cebada. La ordenanza para el aceite será esta: ofreceréis un bato de aceite, que es la  décima parte de un coro; diez batos harán un  homer (porque diez batos son un homer). Y una cordera del rebaño por cada doscientas, de las engordadas de Israel, para sacrificio, para holocausto y para ofrendas de paz, para hacer expiación por ellos, dice Jehová, el señor. Todo el pueblo de la tierra estará obligado a dar  esta ofrenda para el gobernante de Israel. Pero el gobernante corresponderá proveer para el holocausto, el sacrificio y la libación en las fiestas solemnes, en las lunas nuevas, en los sábados, en todas las fiestas de la casa de Israel; el dispondrá la expiación, la ofrenda, el holocausto y las ofrendas de paz, para hacer expiación por la casa de Israel. Así ha dicho Jehová, el señor: el mes primero, el día primero del mes, tomaras de la vacada un becerro sin defecto y purificaras el santuario. El sacerdote tomara de la sangre de la expiación y pondrá sobre los postes de la casa, sobre los cuatro ángulos del descanso del altar y sobre los postes de las puertas del atrio interior. Así harás el séptimo día del mes para los que pecaron por error y por engaño, harás expiación por la casa. El mes primero, a los catorce días del mes, tendréis la pascua, fiesta de siete días; se comerá pan sin levadura. Aquel día el gobernante ofrecerá por si mismo y por todo el pueblo de la tierra, un becerro en sacrificio por el pecado. Y en los siete días de la fiesta solemne ofrecerá como holocausto a Jehová siete becerros y siete carneros sin defecto, uno cada día de los siete días; y por el pecado ofrecerá un macho cabrio cada día. Con cada becerro ofrecerá ofrenda de un efa, y con cada carnero, un efa; y por cada efa, un hin de aceite. En el mes séptimo, a los quince días  del mes, en la fiesta, hará como en estos siete días en cuanto a la expiación, en cuanto al holocausto, en cuanto al presente y en cuanto al aceite.

46 Así ha dicho Jehová, el señor: La puerta del atrio interior que mira al oriente estará cerrada los siete días de trabajo, y el sábado se abrirá; y se abrirá también el día de la luna nueva. El gobernante entrara por el camino del portal de la puerta exterior, y estará en pie junto al umbral de la puerta mientras los sacerdotes ofrecen su holocausto y sus ofrendas de paz, y adorara junto a la entrada de la puerta. Después saldrá, pero no se cerrara la puerta hasta la tarde. Asimismo adorara el pueblo del país delante de Jehová, a la entrada de la puerta, en los sábados y en las lunas nuevas. El holocausto que el gobernante ofrecerá el sábado a Jehová será de seis corderos sin defecto y un carnero sin tacha; y  por ofrenda, un efa con cada carnero; y con cada cordero una ofrenda conforme a sus posibilidades, y un  hin de aceite con el efa. Pero el día de la luna nueva ofrecerá un becerro sin tacha, de la vacada, y seis corderos y un  carnero; deberán ser sin defecto. Hará ofrenda de un efa  junto con el becerro y de un efa junto con cada carnero; pero con los corderos ofrendara conforme a sus posibilidades. Y ofrecerá un hin de aceite por cada efa. Cuando el gobernante entre, entrara por el camino del portal de la puerta, y por el mismo camino saldrá. Pero cuando el pueblo del país entre delante de Jehová en las fiestas, el que entre por la puerta  del norte saldrá por la puerta del sur, y el que entre por la puerta del sur saldrá por la puerta del norte; no volverá por la puerta por donde entro, sino que saldrá por la  de enfrente de ella. Cuando ellos entren, el gobernante entrara en medio de ellos, y cuando ellos salgan, el saldrá. En la fiestas y en las asambleas solemnes, la ofrenda será  la ofrenda  de un efa con cada becerro, y en un efa con cada carnero; y con los corderos ofrendara conforme a sus posibilidades. Y ofrecerá un hin de aceite con cada efa. Pero cuando el gobernante ofrezca voluntariamente holocausto u ofrendas de paz a Jehová, le abrirán la puerta que mira al oriente, y hará su holocausto y sus ofrendas de paz, como lo hace el sábado. Después saldrá, y cuando haya salido cerraran la puerta. Cada día ofrecerá en holocausto a Jehová el sacrificio de un cordero de un año, sin defecto; cada mañana lo sacrificara. Con el harás  todas las mañanas la ofrenda de la sexta parte de un efa y la tercera parte de un hin de aceite para mezclar con la flor de harina: es la  ofrenda continua a Jehová, como estatuto perpetuo. Ofrecerán, pues, el cordero, la ofrenda y el aceite, todas las mañanas como holocausto continuo. Así ha dicho Jehová, el señor: si el gobernante cede parte de su heredad a sus hijos, será ellos: propiedad de ellos será por herencia. Pero si de su heredad cede una parte a alguno de sus siervos, solo será suya hasta el año del jubileo; entonces volverá al gobernante, porque la herencia corresponde a sus hijos. El gobernante no tomara nada de la herencia del pueblo, para no defraudarlo de su propiedad. De lo que el mismo posee dará la herencia a sus hijos, a fin de que ninguno de mi pueblo sea privado de sui propiedad. Me trajo después por la entrada que estaba hacia la puerta, a las cámaras santas de los sacerdotes, las cuales miraban al norte, y vi que había allí un lugar en el fondo del lado de occidente. Me dijo: Esté es el lugar donde los sacerdotes cocerán la ofrenda por el pecado y la expiación; allí cocerán la ofrenda, para no sacarla al atrio exterior, santificando así al pueblo. Luego me saco al atrio y me llevo por los cuatro rincones del atrio, y en cada rincón había un patio. En los cuatro rincones del atrio había patios cercados, de cuarenta codos de longitud y treinta de anchura; una misma medida tenían los cuatro. Y había una pared alrededor de ellos, alrededor de los cuatro, y abajo había fogones alrededor de las paredes. Me dijo: Estas son las cocinas donde los servidores de la casa cocerán la ofrenda del pueblo.

47 Me hizo volver luego a la entrada de la casa. Y vi que salían aguas por debajo del umbral de la casa hacia el oriente, porque la fachada de la casa estaba al oriente; y las aguas descendían por debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. Me saco por el camino de la puerta del norte y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. Salió el hombre hacia el oriente, llevando un cordel en la mano. Midió mil codos y me hizo pasar por las aguas, que me llegaban hasta los tobillos. Midió otros mil y me hizo pasar por las aguas, que me llegaban hasta las rodillas. Mi dio luego otros mil y me hizo pasar por las aguas, que me llegaban hasta la cintura. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. Y me dijo: ¿has visto, hijo de hombre?. Después me llevo, y me hizo volver por la ribera del río. Y al volver vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Entonces me dijo: Esta aguas salen a la región del oriente, desciende al araba y entran en el mar. Y al entrar en el mar, las aguas son saneadas. Todo ser viviente que nade por dondequiera que entre estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá esta agua, pues serán saneadas. Vivirá todo lo que entre en este río. Junto a el estarán los pescadores, y desde en-gadi hasta en-eglaim será su tendedero de redes. Y los pedes, según su especie, serán tan abundantes como los peces del mar grande. Sus pantanos y sus lagunas no serán saneadas: quedaran para salinas. Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus ojos nunca caerán ni faltara su fruto. A su tiempo madurara, por sus aguas salen del santuario. Su fruto será para alimento y su hoja para medicina. Así ha dicho Jehová, el señor: Estos son los limites según los cuales repartiréis la tierra por heredad entre las doce tribus de Israel. José tendrá dos partes. La heredareis tanto los unos como los otros; por ella alce mi mano para jurar que la había de dar a vuestros padres; por tanto, esta será la tierra de vuestra heredad. Este será el limite de la tierra hacia el  lado del norte: desde el mar grande, camino de telón viniendo a zedad, hamat, berota, sibraim, que esta entre el limite de damasco y el limite de hamat; hazar-haticon, que es limite de hauran. Y será el limite del norte  desde el mar hasta hazar-enan en el limite de damasco al norte, y al limite de hamat al lado del norte. Del lado del occidente, en medio de hauran y de damasco, y de galaad y de la tierra de Israel, al jordán; esto mediréis como limite hasta el mar oriental. Del lado meridional, hacia el sur, desde  hasta las aguas de las rencillas; desde cades hacia el arroyo y hasta el mar grande. Este será  el lado meridional, el sur. Del lado del occidente, el mar grande será el limite hasta enfrente de la entrada de hamat; que será el lado occidental. Repartiréis, pues, esta tierra entre vosotros, según las tribus de Israel. Echareis sobre ella suertes por heredad para vosotros y para los extranjeros que viven entre vosotros, aquellos que entre vosotros han engendrado hijos. Los tendréis como iguales entre los hijos de Israel, echaran suertes con vosotros para tener heredad entre las tribus de Israel. En la tribu en que viva el extranjero, allí le daréis su heredad, ha dicho Jehová, el señor.

48 Estos son los nombres de las tribus: Desde el extremo norte por la vía de telón viniendo a hamat, hazar-enan, en los confines de damasco, al norte, hacia hamat, tendrá dan una parte, desde el lado oriental hasta el occidental. Junto a la frontera de dan, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, tendrá ser una parte. Junto al limite de aser, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, neftali, otra. Junto al limite de neftali, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, maneses, otra. Junto al limite de maneses, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Efraín, otra. Junto al limite de Efraín, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Rubén, otra. Junto al limite de Rubén, desde el lado del  oriente hasta el lado del mar, juda, otra. Junto al limite de juda, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, estará la porción que reservareis de veinticinco mil cañas de anchura, y de longitud como cualquiera de las otras partes, esto es, desde el lado del oriente hasta el lado del mar; y el santuario estará  en medio de ella. La porción que reservareis para Jehová tendrá de longitud veinticinco mil cañas, y diez mil de anchura. La porción santa que pertenecerá a los sacerdotes tendrá una longitud de veinticinco mil  cañas al norte, diez mil de anchura al occidente, diez mil de anchura al oriente y veinticinco mil de longitud al sur. Y el santuario de Jehová estará en medio de ella. Los sacerdotes santificados de los hijos de sadoc que me guardaron fidelidad, que no se descarriaron cuando se descarriaron los hijos de Israel, como se descarriaron los levitas, ellos tendrán como parte santísima la porción de la tierra reservada, junto al limite de los levitas. Y la de los levitas, al lado de los limites de la de los sacerdotes, será de veinticinco mil cañas de longitud y diez mil de anchura. El total, pues, de su longitud será de veinticinco mil, y el de su anchura, de diez mil. No venderán nada de ello, ni lo permutaran ni traspasaran las primicias de la tierra; porque  es cosa sagrada a Jehová. Las cinco mil cañas de anchura que quedan de los veinticinco mil, serán profanas, para la ciudad, para habitación y para ejido; y la ciudad estará en medio. Estas serán sus medidas: al lado del norte cuatro mil cañas, al lado del sur cuatro mil quinientas, al lado del oriente cuatro mil quinientas, y al lado del occidente cuatro mil quinientas. Y el ejido de la ciudad será al norte de doscientas cincuenta cañas, al sur de doscientas cincuenta, al oriente de doscientas cincuenta, y de doscientas cincuenta al occidente. Y lo que quede delante de la porción santa, de una longitud de diez mil cañas al oriente y diez mil al occidente, que será lo que quede de la porción santa, estará dedicada a la siembra para el alimento de los que trabajan en la ciudad. Y los que trabajen en la ciudad procederán de todas las tribus de Israel. Toda la porción  reservada en un cuadro de veinticinco mil por veinticinco mil cañas, será la porción que reservareis para el santuario y como propiedad de la ciudad. Del gobernante será lo que quede a uno y otro lado de la porción santa y de la propiedad de la ciudad, esto es: delante de las veinticinco mil cañas de la porción hasta el limite oriental; y al occidente, delante de las veinticinco mil hasta el limite occidental. Lo que quede delante de dichas partes será del gobernante: será una porción santa, y el santuario de la casa estará en medio de ella. De este modo la parte del gobernante será la comprendida desde la porción de los levitas y la porción de la ciudad, entre el limite de juda y el limite de benjamín.  En cuanto a las demás tribus, desde el lado  del oriente hasta el lado del mar, tendrá benjamín una porción. Junto al limite de benjamín, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Simeón, otra. Junto al limite de Simeón, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, isacar, otra. Junto al limite de isacar, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, zabulon, otra. Junto al limite de zabulon, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, gad, otra. Junto al limite de gad, al lado meridional, al sur, será el limite desde Tamar hasta las aguas de las rencillas, y desde cades y el arroyo hasta el mar grande. Esta es la tierra que repartiréis por suertes en heredad a las tribus de Israel, y estas son sus porciones, ha dicho Jehová, el señor. Estas son las salidas de la ciudad: al lado del norte, cuatro mil quinientas cañas por medida. Y las puertas de la ciudad serán llamadas según los nombres de las tribus de Israel. Las tres puertas al norte serán la puerta de Rubén, la puerta de  juda y la puerta de levi. Al lado oriental tendrá cuatro mil  quinientas cañas y tres puertas: la puerta de José, la puerta de benjamín y la puerta de Dan. Al lado del sur medirá cuatro mil quinientas cañas y tendrá tres puertas: la puerta de Simeón, la puerta de isacar y la puerta de zabulon. Y al lado occidental tendrá cuatro mil quinientas cañas y sus tres puertas: la puerta de gad, la puerta de aser y la puerta de neftali. Todo el contorno tendrá 18.000 cañas. Y desde aquel día el nombre de la ciudad será Jehová-sama.

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