Expresar a Cristo en palabras y acciones
Introducción, ¿Has oído hablar de las "cuatro formas de conversar"? Estas "cuatro formas de conversar" representan cuatro aspectos importantes de la vida Cristiana.
1. Dios habla con nosotros a través de la Biblia.
2. Nosotros hablamos con Dios en la oración.
3. Hablamos con aquellos que no conocen a Cristo compartiendo con ellos nuestra fe.
4. Hablamos con otros cristianos. Esto se llama "fraternidad". Ya hemos visto las dos primeras formas de conversar en los paginas pasadas. En estas ultimas paginas de mi pagina web consideraremos las "formas" 3 y 4.
El conocimiento de Cristo es una buena noticia: a través de los Evangelios las personas que han encontrado a Jesús hablan con otras acerca de El. Esté es el resultado natural del encuentro con Jesús. Completa lo siguiente:
Recuerda que siempre que Dios te pide que hagas algo, es porque te da el poder para hacerlo. Parte del trabajo des Espíritu Santo en tu vida consiste en ayudarte a ser un testigo de Cristo.
"Sin embargo, cuando el Espíritu Santo desciende sobre vosotros, recibiréis poder para proclamar con efectividad mi muerte y resurrección ante el pueblo de Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta el ultimo rincón de la Tierra". Hechos 1:8
El privilegio de conversar con otros acerca de Cristo, reflexionemos de nuevo sobre algunas de las cosas que Jesús ha hecho por nosotros:
"Al volverse cristiano uno se convierte en una persona totalmente diferente. Deja de ser el de antes. ¡ comienza una nueva vida!. Todo lo nuevo en vosotros proviene de Dios, quien se reconcilio con nosotros por lo que Jesucristo hizo. Y Dios nos ha otorgado la privilegiada tarea de incentivar a la gente a reconciliarse con Dios. En otras palabras, Dios ha dado al mundo la oportunidad de reconciliarse con El por medio de Cristo, no tomando en cuenta los pecados del hombre, sino borrándolos. Este es el glorioso mensaje que nos ha encargado predicar. Somos embajadores de Cristo. Dios os habla por medio de nosotros; en el nombre de Cristo os rogamos que aceptéis el amor que El os ofrece: ¡reconciliaos con Dios!". II Corintios 5:17-20
Mientras mas comprendamos lo que Dios ha hecho por nosotros, mas querremos compartir con otros lo que El puede hacer también por ellos.
Hablarles a otros de Cristo con nuestras palabras y acciones, lee Mateo 5:14-16
Al salir de una reunión cristiana un joven se apresuro a regresar al apartamento que compartía con un amigo. habían sido compañeros de apartamento por varios años. "Tengo algo que decirte", le dijo a su amigo. "durante años he estado tratando de encontrarle sentido a mi vida. Esta noche se lo he hallado: Cristo ha entrado en mi vida como Salvador y Señor." Su amigo, encantado, le replico: "¡que fabuloso! he tratado todos estos años de vivir una vida cristiana delante de ti, esperando que un día quisieras también venir a Cristo". El nuevo cristiano se quedo sorprendido. Y le contesto a su amigo: "no sabias que fueras cristiano. Parecías vivir muy bien tu vida, pero solo pensé que eras una persona mejor que yo. ¿por que no me lo habías dicho antes?".
Dios aprovecha tu vida y tus palabras para hablarles a otros acerca de Jesús. Las dos cosas son necesarias: no basta con llevar una vida buena. Quien no es cristiano necesita saber que no solamente porque eres una buena persona estas viviendo así. La única razón por la cual tu vida es diferente es el poder de Dios obrando dentro de ti a través del Espíritu Santo. Efesios 2:8-10; Filipenses 2:13
Si quieres hablar con otros acerca de Jesús, las buenas palabras y las buenas acciones deben ir juntas.
¿Como te sientes cuando hablas con otros acerca de Cristo? Considera las afirmaciones siguientes y reflexiona en lo que a ti respecta.
- Encuentro muy difícil hablar de mi fe.
- Tengo miedo de que la gente piense que soy un fanático.
- Me alegra tener la ocasión de hablar con otros acerca de Jesús. Solo hablo con otros acerca de Jesús si ellos inician la conversación.
- Me encantaría hablar con la gente acerca de mis creencias, pero realmente no se como empezar.
- Hablar a mis amigos de mis creencias no es difícil, pero no puedo comentarlas con extraños.
- No creo que pudiera contestar a todas las preguntas de otros.
No tengas miedo de aceptar estos pensamientos. Es bueno reconocer nuestros sentimientos de limitación porque esto nos ayudara a confiar en Dios y a depender de su poder y sus recursos. Recuerda que Jesús dijo: "...separados de mi nada podéis hacer" (Juan 15:5). El Espíritu Santo nos da poder para ser testigos de Cristo (Hechos 1:8), y por eso es de vital importancia que estemos llenos del Espíritu. Si dudamos de nuestra fe, confiemos en Dios, El nos dará el valor y la confianza que necesitamos.
¿Donde debo empezar? hay muchas maneras sencillas de explicar el Evangelio. Una de ellas consiste en leer la Biblia con alguna otra persona y preguntarle su opinión.
Detente y ora por esa persona (pídele a Dios que te de el valor y la oportunidad de hablar con el o con ella).
El apóstol Pablo le pedía a la gente que orara por el, estas son sus palabras:
"Orad también por mi. Pedid a Dios que ponga en mía boca las palabras adecuadas cuando hable con entusiasmo a los demás acerca del Señor y les explique que la salvación es para los paganos también". Efesios 6:19.
En plena acción:
1 piensa en dos o tres personas con las que te gustaría leer la Biblia, o hablar acerca de cristo, pueden ser compañeros de trabajo, amigos o vecinos.
2 Empieza a orar por ellos con regularidad (lo mejor es hacerlo cada día) y pídele a Dios que te de la oportunidad de compartir con ellos la lectura y el valor para hacerlo.
3 Si sientes que te falta valor, recuerda que otros se ha sentido así también antes que tu. En I de Corintios 2, el apóstol Pablo describe como se sentía en su primer encuentro con los corintios:
" Hermanos, cuando me presente ante vosotros para comunicaros el mensaje de Dios no use las palabras difíciles ni conceptos profundos, porque me había propuesto hablar solo de Jesucristo y de su muerte en la cruz. Me acerque a vosotros en debilidad con temor y temblor. Mi predicación fue sencilla, despojada por completo de oratoria y sabiduría humana; pero el Espíritu Santo la respaldaba con poder y demostraba a los oyentes que el mensaje que les comunicaba lo había enviado Dios. Predique así porque deseaba que la fe que naciera en vosotros se afirmara en Dios, no en los grandes conceptos humanos". I Corintios 2:1-5