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El libro de Daniel (=Dn) pertenece a la literatura apocalíptica. Los mensajes apocalípticos se presentan revestidos de un rico ropaje simbólico y son comunicados en forma de visión al autor literario, al vidente. En términos generales, hacen referencia a la historia humana como si se tratara de un drama resuelto en dos actos. El primero de ellos se desarrolla en el momento actual y en el mundo presente; el segundo, dado en una perspectiva escatológica revela lo que habrá de acontecer al final de todos los tiempos. En la etapa actual, momentánea y pasajera, el pueblo de Dios se encuentra sujeto a imperios humanos injustos, autores de normas opuestas a la voluntad de Dios; a gobiernos que por conseguir sus propios objetivos pueden perseguir, torturar y hasta llegar a la muerte a los creyentes que confiesan abiertameneyentes que confiesan abiertamenl día en que este mundo pase y en el que repentinamente se manifieste el reino de Dios. El libro de Daniel consta de dos partes: la primera narra la historia del joven Daniel y sus compañeros, llevados a babilonia y educados como nobles en la corte de nabucodonosor. Fieles al Dios de Israel, los héroes del relato resisten al tirano y afrontan riesgos de muerte, de los cuales los libra la mano del señor. La segunda contiene una serie de visiones simbólicas que vienen a ampliar y desarrollar ciertas nociones esbozadas ya en la primera sección; pero ahora el lenguaje de la exposición es decididamente apocalíptico. La visión de cuatro seres monstruosos que suben del mar es como una síntesis de acontecimientos futuros. Se trata de cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, representativas de los grandes imperios que sucesivamente dominan el mundo, pero a las que el señor destruirá por completo. Consecuencia de esta intervención  divina será el cambio radical de la condición humana: a partir de ese instante, nada podrá ya oponerse a la soberanía universal y definitiva de Dios. Aunque esta obra fue redactada con el fin inmediato de alentar al pueblo en medio de todas las desdichas y persecuciones sufridas, las enseñanzas que de el se desprenden son totalmente aplicables a cualquiera circunstancias en que se encuentre el pueblo de Dios. Las referencias históricas que en el aparecen pueden relacionarse con la persecución promovida por antioco IV epifanes, así como con la profanación del templo de Jerusalén cometida por este rey. - Primera parte: narrativa (cap. 1-6) – Segunda parte: visiones apocalíptica (Cap.7-12).

Daniel

 1 En el tercer año del reinado de joacim,  rey de juda, vino a nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jerusalén, y la sitio. El señor entrego en sus manos a joacim, rey de juda, y aparte de los utensilios de la casa de Dios; los trajo a tierra de sinar, a la casa de su dios, y coloco los utensilios en la casa del tesoro de su dios. Y dijo el rey a aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajera de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiera tacha alguna, de buen parecer, instruidos en toda sabiduría, sabios en ciencia, de buen entendimiento  e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñara las letras y la lengua de los caldeos. Y  les señalo el rey una porción diaria de la comida del rey y del vino que el bebía; y que los educara durante tres años, para que al fin de ellos se presentaran delante del rey. Entre ellos estaban Daniel, ananias, misael y azarias, de los hijos de juda. A estos el jefe de los eunucos puso nombres: a Daniel, beltsasar; a ananias, sadrac; a misael, mesac; y a azarias, abed-nego. Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey ni con el vino que el bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligara a contaminarse. Puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los  eunucos el jefe de los eunucos dijo a Daniel: - Temo a mi señor el rey, que asigno vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que el vea vuestros rostros mas pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros,  haréis que el rey me condene a muerte. Entonces dijo Daniel a melsar, a quien el jefe de los eunucos había puesto sobre Daniel, ananias y azarias: - Te ruego que hagas la prueba con tus siervos durante diez días: que nos den legumbres para comer y agua para beber. Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la porción de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas. Consintió, pues, con ellos en esto, y probo con ellos durante diez días. Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y mas robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey. Así, pues,  melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres. A estos cuatro muchachos, Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los llevaran, el jefe  de los eunucos los llevo delante de nabucodonosor. El rey hablo con ellos, y no se hallaron entre todos ellos otros  como Daniel, ananias, misael y azarias; así, pues,  permanecieron al servicio del rey. En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey los consulto, los hallo diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino. Así continuo Daniel hasta el año primero del rey Ciro.

2 En el segundo año del reinado de nabucodonosor, tuvo nabucodonosor sueños, y se turbo su espíritu y se le fue el sueño. Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que les explicaran sus sueños. Vinieron , pues, y se presentaron delante del rey. El rey les dijo:  - He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño. Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea:  - ¡ Rey, para siempre vive! Cuenta el sueño a tus siervos, y te daremos la interpretación. Respondió el rey y dijo a los caldeos: - El asunto lo olvide; pero si no me decís el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos y vuestras casas serán convertidas en estercoleros. Pero si me decís el sueño y su interpretación, de mi recibiréis dones, favores y gran honra. Decidme, pues,  el sueño y su interpretación. Respondieron por segunda vez, y dijeron: - Cuente el rey el sueño a sus siervos, y le daremos la interpretación. El rey respondió y dijo: - Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido. Si no me contáis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis una respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mi, entre tanto que pasa el tiempo. Contadme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación.  Los caldeos respondieron delante del rey y dijeron:  - No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey. Además,  ningún rey, príncipe ni señor pregunto cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo. Porque  el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no esta entre los hombres. Por esto el rey, con ira  y con gran enojo, mando que mataran a todos los sabios de Babilonia. Se publico, pues,  el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron también a Daniel y a sus compañeros para matarlos. Entonces Daniel hablo sabia y prudentemente a arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. Hablo y dijo a arioc, capitán del rey: - ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces arioc hizo saber a Daniel lo que había; y Daniel entro y pidió al rey que le concediera tiempo, que el daría al rey la interpretación. Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber a ananias, misael y azarias, sus compañeros, lo que sucedía para que pidieran misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no perecieran con los otros sabios de Babilonia. El secreto le fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo. Hablo Daniel  y dijo: “ Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. El muda los  tiempos y las edades, quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios y la ciencia a los  a los entendidos. El revela lo profundo y lo escondido, conoce lo que esta en tinieblas y con el mora la luz.  A ti, Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos, pues nos has dado a conocer el asunto del rey”. Después de esto fue Daniel a arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de babilonia, y le dijo: - No mates a los sabios de babilonia; llévame a la presencia del rey, y yo le daré la interpretación. Entonces arioc llevo prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo así: -  He hallado un hombre de los deportados de juda, el cual dará al rey la interpretación. Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban beltsasar: - ¿ Podrás tu hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación? Daniel respondió al rey diciendo: - El misterio que el rey demanda, ni sabios ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos que revela los misterios, y el ha hecho saber al rey nabucodonosor lo que ha de acontecer en los últimos días. Estos son tu sueño y las visiones que has tenido en tu cama: “Estando tu, rey,  en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de suceder en lo porvenir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. Y a mi me ha sido revelado este misterio, no porque en mi haya mas sabiduría que en los demás  vivientes, sino para que se de a conocer al rey la interpretación y para que entiendas los pensamientos de tu corazón. “ Tu, rey, veías en tu sueño una gran imagen. Esta imagen era muy grande y su gloria, muy sublime. Estaba en pie delante de ti y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su peco y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, que una piedra se desprendió sin que la cortara mano alguna, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzo. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano,  y se los llevo el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Pero la piedra que hirió a la imagen se hizo un gran monte que lleno toda la tierra. “ Este es el sueño. También la interpretación de el diremos en presencia del rey. Tu, rey,  eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Donde quiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, el los ha entregado en tus manos, y te ha dado el dominio sobre todo. Tu eres aquella cabeza de oro. Después de ti se levantara otro reino, inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominara sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como el hierro; y como el hierro desmenuza y lo quebrantara todo. “Lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; pero habrá en el algo de la fuerza del hierro, así como viste el hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, este reino será en parte fuerte y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, así se mezclaran por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantara un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzara y consumirá a todos estos  reinos, pero el permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte se desprendió una piedra sin que la cortara mano alguna, la cual desmenuzo el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El  gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación”. Entonces el rey nabucodonosor se postro sobre su rostro, se humillo ante Daniel, y mando que le ofrecieran presentes e incienso. El rey hablo a Daniel, y dijo: - Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, señor de los reyes y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio. Entonces el rey engrandeció a Daniel, le dio muchos honores y grandes dones, y lo hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia. Daniel solicito y obtuvo del rey que pusiera sobre los negocios de la provincia de babilonia a sadrac, mesac y abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey.

3 El rey nabucodonosor hizo una estatua de oro, cuya altura era de sesenta codos y la anchura de seis codos; la levanto en el campo de dura, en la provincia de babilonia. Y ordeno el rey nabucodonosor que se reunieran los sátrapas, los magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces y todos los gobernadores de las provincias, para que vinieran a la dedicación de la estatua que el rey nabucodonosor había levantado. Se reunieron, pues, los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces y todos los gobernadores de las provincias, para la dedicación de la estatua que el rey nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey nabucodonosor. Y el pregonero anunciaba en alta voz:. “Se os ordena a vosotros, pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, la flauta, la citara, el arpa, el salterio, la zampoña y todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiente”. Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, la flauta, la citara, el arpa, el salterio, la zampoña y todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron  y adoraron la estatua de oro que el rey nabucodonosor había levantado. Por esto, en aquel tiempo algunos hombres caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos. Hablaron y dijeron al rey nabucodonosor: - ¡ Rey, para siempre vive!” Tu , rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, la flauta, la citara, el arpa, el salterio, la zampoña y todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro; y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiente. Hay unos hombres judíos, a los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de babilonia: sadrac, mesac y abed-nego; estos hombres, oh rey, no te han respetado; no adoran a tus dioses ni adoran la estatua de oro que has levantado. Entonces nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajeran a sadrac, mesac y abed-nego. Al instante fueron traídos delante del rey. Hablo nabucodonosor y les dijo: - ¿Es verdad, sadrad, mesac y abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios ni adoráis la estatua de oro que he levantado? Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que, al oír el son de la bocina, la flauta, la citara, el arpa, el salterio, la zampoña y todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adoráis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiente, ¿y que dios será el que os libre de mis manos? Sadrac, mesac y abed-nego respondieron al rey nabucodonosor, diciendo: - No es necesario que te respondamos sobre este asunto.  Nuestro Dios, a quien servimos,  puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tus manos, rey,  nos librara. Y si no, has de saber,  oh rey, que no serviremos a tus dioses ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Entonces nabucodonosor se lleno de ira, cambio el aspecto de su rostro contra sadrac, mesac y abed-nego y ordeno que el horno se calentara siete veces mas de lo acostumbrado. Y ordeno a hombres muy rigurosos que tenia en su ejercito, que ataran a sadrac, mesac y abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiente. Así pues, estos hombres fueron atados con sus mantos, sus calzados, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiente. Y como la orden del rey era apremiante, y habían calentado mucho el horno, la llama del fuego mato a aquellos que habían alzado a sadrac, mesac y abed-nego. Estos tres hombres, sadrac, mesac y abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiente. Entonces el rey nabucodonosor se espanto, se levanto apresuradamente y dijo a los de su consejo: - ¿No echaron a tres hombres atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: - es verdad, oh rey.  Y el dijo: - Sin embargo, yo veo cuatro hombres sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún  daño; y el aspecto del cuarto es semejante a un hijo de los dioses. Entonces nabucodonosor se acerco a la puerta del horno del fuego ardiente, y dijo: - Sadrac, mesac y abed-nego, siervos del Dios altísimo, salid y venid. Sadrac, mesac y abed-nego salieron de en medio del fuego. Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey para mirar a estos hombres, como el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos y ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas, intactas, ni siquiera olor de fuego tenían. Y nabucodonosor dijo: “Bendito sea el Dios de sadrac, mesac y abed-nego, que envío su ángel y libro a sus siervos que confiaron en el, los cuales no cumplieron el edicto del rey y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. Por lo tanto, decreto que todo el pueblo, nación o lengua que diga blasfemia contra el Dios de sadrac, mesac y abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en estercolero; por cuanto no hay dios que pueda librar como este”. Entonces el rey engrandeció a sadrac, mesac y abed-nego en la provincia de babilonia.

4 “Nabucodonosor, rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: paz os sea multiplicada. “Conviene que yo declaré las señales y milagros que el Dios altísimo ha hecho conmigo. ¡Cuan grandes son sus señales y cuan  potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno; su señorío, de generación en generación. “Yo, nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa, floreciente en mi palacio. Tuve un sueño que me espanto; tendido en la cama, las imaginaciones y visiones de mi cabeza me turbaron. Por esto  mande que vinieran ante mi todos los sabios de babilonia para que me dieran la interpretación del sueño. Y vinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y les conté el sueño, pero no me pudieron dar su interpretación hasta que entro ante mi Daniel, cuyo nombre es beltsasar, como el nombre de mi Dios, y quien mora el espíritu de los dioses santos. Conté delante de él el sueño, diciendo: “Beltsasar, jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses santos y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño que he visto, y  su interpretación. Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en  mi cama: “Me parecía ver en medio de la tierra un árbol cuya altura era grande. Crecía este árbol, y se hacia fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra. Su follaje era hermoso, su fruto abundante y había en el alimento para todos. Debajo de el, a su sombra, se ponían las bestias del campo, en sus ramas anidaban las aves del cielo y se mantenían de el todo ser viviente. “Vi en las visiones de mi cabeza, mientras estaba en mi cama, que un vigilante y santo descendía del cielo. Clamaba fuertemente y  decía así: “ Derribad el árbol y cortad sus ramas, quitadle el follaje y dispersad su fruto; váyanse las vestías que están debajo de el, y las aves de sus ramas. Mas la cepa de sus raíces dejareis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; que lo empape el rocío del cielo, con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra. Su corazón de hombre sea cambiado y le sea dado corazón de bestia y pasen sobre el siete tiempos. La sentencia es por decreto de los vigilantes y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan  los vivientes que el altísimo gobierna el reino de los hombres, que a quien el quiere lo da y sobre el constituye al mas humilde de los hombre”.  “Yo, el rey nabucodonosor, he visto este sueño. Tu, pues, beltsasar, darás su interpretación, porque  ninguno entre los sabios de mi reino lo ha podido interpretar; pero tu puedes, porque habita en ti el espíritu de los dioses santos”. Entonces Daniel, cuyo nombre era beltsasar, quedo atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey hablo y dijo: -  Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió  y dijo: - Señor mío, el sueño sea para tus enemigos y su interpretación para los que mal te quieren. El árbol que viste, que crecía y se hacia fuerte, cuya copa llegaba hasta el cielo, que se veía desde todos los confines de la tierra, cuyo  follaje era hermoso y su fruto abundante, en el que había alimento para todos, debajo del cual vivían las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo, tu mismo eres,  oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra. En cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo y decía: “ Cortad el árbol y destruidlo; mas la cepa de sus raíces dejareis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la hierba del campo; que lo empape el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte hasta que pasen sobre el siete tiempos”, esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del altísimo, que ha venido sobre mi señor, el rey: Que te echaran de entre los hombres y con las bestias del campo te apacentaran como a los bueyes y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasaran sobre ti, hasta que conozcas que el altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien el quiere. Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedara firme, después que reconozcas que es el cielo el que gobierna. Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: redime tus pecados con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad. Todo esto vino sobre el rey nabucodonosor: al cabo de doce meses, paseando  por el palacio real de babilonia, hablo el rey y dijo: “¿No es esta la gran babilonia que yo edifique para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?”. Aun estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: “A ti se te dice, rey nabucodonosor: “ El reino te ha sido quitado; de entre los hombres te arrojaran, con las bestias del campo será tu habitación y como a los bueyes te apacentaran; y siete tiempos pasaran sobre ti, hasta que reconozcas que el altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien el quiere”. En la misma hora se cumplió la palabra sobre nabucodonosor: fue echado de entre los hombres, comía hierba como los bueyes y su cuerpo se empapaba del rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila y sus uñas como las de las aves. “Al fin del tiempo, yo,  nabucodonosor, alce mis ojos al cielo y mi razón me fue devuelta; bendije al altísimo, y alabe y glorifique al que vive para siempre: “Su dominio es sempiterno; su reino, por todas las edades. Considerados como nada son los habitantes todos de la tierra; el hace según su voluntad en el ejercito del cielo y en los habitantes de la tierra; no hay quien detenga su mano y le diga: “¿qué haces?”. “ En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mi, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. “ahora yo, nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas y sus caminos justos; y el puede humillar a los que andan con soberbia”.

5 El rey belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil  bebía  vino. Belsasar, con el gusto del vino, mando que trajeran los vasos de oro y de plata que nabucodonosor, su padre, había traído del templo de Jerusalén, para que bebieran de ellos el rey y sus grandes, sus mujeres y sus concubinas. Entonces trajeron los vasos de oro que habían traído del templo de la casa de Dios, que estaba en Jerusalén, y bebieron de ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas. Bebieron vino y alabaron a los dioses de oro y plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra. En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre que escribía delante del candelabro, sobre lo encalado de la pared del palacio real; y el rey veía la mano que escribía. Entonces el rey palideció y sus pensamientos lo turbaron, se debilitaron sus caderas y sus rodillas daban la una contra la otra. El rey grito en alta voz que hicieran venir magos, caldeos y adivinos; y dijo el rey a los sabios de babilonia: “Cualquiera que lea esta escritura  y me de su interpretación, será  vestido de púrpura, llevara en su cuello un collar de oro y será el tercer señor en el reino”. Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni dar al rey su  interpretación. Entonces el rey belsasar se turbo sobremanera y palideció, y sus príncipes estaban perplejos. La reina, por la palabras del rey y de sus príncipes, entro a la sala del banquete, y dijo: - ¡ Rey, vive para siempre! No te turben tus pensamientos ni palidezca tu rostro. En tu reino hay un hombre en el que mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se hallo en él la luz, inteligencia y sabiduría, como la sabiduría de los dioses. El rey nabucodonosor, tu padre, oh rey, lo constituyo jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos, por cuanto en el se hallo mas espíritu, ciencia y entendimiento para interpretar sueños, descifrar enigmas y resolver dudas; esto es, en Daniel, al cual el rey puso por nombre beltsasar. Llamase, pues, ahora a Daniel, y  el te dará la interpretación. Entonces trajeron a Daniel ante el rey. Y dijo el rey a Daniel: - ¿Eres tu aquel Daniel de los hijos de la cautividad de juda, que mi padre trajo de Judea? Yo he oído de ti de que el espíritu de los dioses santos están en ti, y que en ti se hallo luz, entendimiento y mayor sabiduría. Y ahora trajeron ante mi sabios y astrólogos para que leyeran esta escritura  y me dieran su interpretación; pero no han podido interpretarme el asunto. Yo, pues, he oído de ti que puedes interpretar y resolver dificultades. Si ahora puedes leer esta escritura y darme su interpretación, serás vestido de púrpura, llevaras en tu cuello un collar de oro y serás el tercer señor en el reino. Entonces Daniel respondió y dijo al rey: - Tus dones sean para ti; da tus recompensas a otros. Leeré la escritura al rey y le daré la interpretación. “ El altísimo Dios, oh rey,  dio a nabucodonosor, tu padre, el reino, la grandeza, la gloria y la majestad. Y por la naturaleza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y temían delante de el. A quien le placía, mataba, y a quien le placía, daba vida; engrandecía a quien le placía, y  a quien le placía, humillaba. Pero cuando su corazón se ensorbecio y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino y despojado de su gloria. Fue echado de entre los hijos de los hombres, su mente se hizo semejante a la de las bestias y con los asnos monteses fue su habitación. Le hicieron comer  hierba, como el buey, y su cuerpo se empapo del rocío del cielo, hasta que reconoció que el altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre el al que le place. Pero tu,  su hijo belsasar, no  has humillado tu corazón sabiendo todo esto, sino que contra el señor del cielo te has ensombrecido; hiciste traer ante ti los vasos  de su casa, y tu  y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas bebisteis vino de ellos; además diste alabanza a dioses de plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que ni ven ni oyen ni saben; pero nunca honraste al Dios en cuya mano esta tu vida y de quien son todos tus caminos. “ Por eso, de su presencia envío el la mano que trazo esta escritura. Y la escritura que trazo es: “Mene, Mene, tekel, uparsin”. Esta  es la interpretación del asunto: “Mene”: Contó Dios tu reino y le ha puesto fin. “Tekel”: pesado has sido en alabanza y hallado falto. “peres”: Tu reino ha sido roto y dado a los medos y a los persas. Entonces belsasar mando vestir a Daniel de púrpura, poner en su cuello un collar de oro y proclamar que el era el tercer señor del reino. La misma noche fue muerto belsasar, rey de los caldeos. Y Darío, de media, cuando tenia sesenta y dos años, tomo el reino.

6 Apreció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas que gobernaran en todo reino. Y  sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno,  a quienes estos sátrapas dieran cuenta, para que el rey no fuera perjudicado. Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en el un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino. Los gobernadores y sátrapas buscaron ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado con el reino; pero no podían hallar motivo alguno o  falta, porque el era fiel, y ningún error ni falta hallaron en el. Entonces dijeron aquellos hombres: “No hallaremos contra este Daniel motivo alguno para acusarlo, si no lo hallamos contra el en relación con la ley de su Dios”. Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron: -¡ Rey Darío, para siempre vive! Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real, y lo confirmes, ordenando que cualquiera que en el espacio de treinta  días demande petición de cualquier dios u hombre  fuera de ti, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de media y de Persia, que no puede ser abrogada. Firmo, pues,  el rey Darío el edicto y la prohibición.  Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entro en su casa; abiertas las ventanas de su habitación que daban a Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, oraba y daba gracias delante de su Dios como solía hacerlo antes. Se juntaron entonces aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de  su Dios. Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real: - ¿No has confirmado un edicto ordenando que cualquiera que en el espacio de treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, rey, sea echado al foso de los leones? Respondió el rey diciendo: - Verdad es, conforme a la ley de media y de Persia, que no puede ser abrogada. Entonces respondieron y dijeron delante del rey: - Daniel, que es de los hijos de los cautivos de juda, no te respeta a ti, rey,  ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición.  Cuando el rey oyó el asunto, le peso en gran manera y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajo para librarlo. Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: - Sabes, oh rey,  que es la ley de media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado. Entonces el rey ordeno que trajeran a Daniel, y lo echaron al foso de los leones. El rey dijo a Daniel: - El Dios tuyo, a quien tu continuamente sirves, el te libre.  Trajeron  una piedra y la pusieron sobre la puerta del foso, la cual sello el rey con su anillo y con el  anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se cambiara. Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó en ayunas; no trajeron ante el instrumentos musicales, y se le fue el sueño. El rey se levanto muy de mañana,  y fue apresuradamente al foso de los leones. Acercándose al foso, llamo a gritos a Daniel con voz triste, y le dijo: - Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tu continuamente sirves, ¿ te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel respondió al rey:  - ¡ Rey, vive para siempre! Mi Dios envío su ángel, el cual cerro la boca de los leones para que no me hicieran daño, porque ante el fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. Se alegro el rey en gran manera a causa de el, y mando sacar a Daniel del foso. Sacaron, pues,  del foso a Daniel, pero ninguna lesión se hallo en el, porque había confiado en su Dios. Luego ordeno el rey que trajeran a aquellos hombres que habían  acusado a Daniel, y fueron echados al foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aun no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos. Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: “ paz os sea multiplicada. De parte mía es promulgada esta ordenanza: “Que en todo el dominio de mi reino, todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel. “Porque el es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, su reino no será jamás destruido y su dominio perdurara hasta el fin. El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; el ha librado a Daniel del poder de los leones”.

Daniel prospero durante los reinados de Darío y de Ciro, el persa.

7 En el primer año de belsasar, rey de babilonia, tuvo Daniel un sueño y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño y relato lo principal del asunto. Daniel dijo: “Miraba yo en mi visión  de noche, y vi que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar. Y cuatro bestias grandes, diferentes  la una de la otra, subían del mar. La primera era como un león, y tenia alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas le fueron arrancadas; fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies, a manera de hombre, y se le dio corazón de hombre. “Vi luego una segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado mas que del otro. En su boca, entre los dientes, tenia tres costillas; y se le dijo: “levántate y devora mucha carne”. “Después de esto mire, y otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas. Esta bestia tenia cuatro cabezas; y le fue dado dominio. “ Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y vi la cuarta bestia, espantosa, terrible y en gran manera fuerte, la cual tenia unos grandes dientes de hierro; devoraba y  desmenuzaba, pisoteaba las sobras con sus pies,  y era muy diferente de todas las bestias que había visto antes de ella; y tenia diez cuernos. “Mientras yo contemplaba los cuernos, otro cuerno pequeño salió entre ellos, y delante de el fueron arrancados tres cuernos de los primeros. Este cuerno tenia ojos como de hombre y una boca que hablaba con gran insolencia. “estuve mirando hasta que fueron  puestos unos tronos y se sentó un anciano de días. Su vestido era blanco como la nieve; el pelo de su  cabeza, como lana limpia; su trono, llama de fuego, y fuego ardiente las ruedas del mismo.  Un río de fuego procedía y salía de delante de el; miles de miles lo servían, y millones  de millones estaban delante de el. El juez se sentó y los libros fueron abiertos. “Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes insolencias que hablaba el cuerno; y mientras miraba  mataron  a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para quemarlo en el fuego. También a las  otras bestias les habían quitado su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo. “Miraba yo en la visión de la noche, y vi que con las nubes del cielo venia uno como un hijo de hombre; vino hasta el anciano de días, y lo hicieron acercarse delante de el. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasara; y su reino es uno que nunca será destruido. “ A mi , Daniel, se me turbo el espíritu hasta lo mas hondo de mi ser, y las visiones de mi cabeza me asombraron. Me acerque a uno de los que allí estaban y le pregunte la verdad acerca de todo aquello. Me hablo y me hizo conocer la interpretación de las cosas: “Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantaran en la tierra. Después recibirán el reino los santos del altísimo, y poseerán el reino  hasta el siglo, eternamente y para siempre”. “Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenia dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y pisoteaba las sobras con sus pies; asimismo acerca de los diez cuernos que tenia en su cabeza, y del otro que le había salido, ante el cual habían caído tres. Este mismo cuerno tenia ojos y una boca que hablaba con gran insolencia, y parecía mas grande que sus compañeros. Y veía yo que este cuerno hacia guerra contra los santos y los vencía, hasta que vino el anciano de días, y se hizo justicia a los santos del altísimo; y llego el tiempo, y los santos recibieron el reino. “ Dijo así: “ la cuarta bestia será un cuarto reino  en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorara, trillara y despedazara. Los diez cuernos significan que de aquel reino se levantaran  diez reyes; y tras ellos se levantara otro, el cual será diferente de los primeros, y derribara a tres reyes. Hablara palabras contra el altísimo, a los santos del altísimo quebrantara y pensara en cambiar los tiempos  y la ley; y serán entregados en sus manos hasta tiempo, tiempos y medio tiempo. Pero se sentara el juez, y le quitaran su dominio, para que sea destruido y arruinado hasta el fin, y que el reino, el dominio y la majestad de los reinos debajo  de todo el cielo sean dados al pueblo de los santos del altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios lo servirán y obedecerán”. “Aquí fue el fin de sus palabras. En cuanto a mi, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudo; pero guarde el asunto en mi corazón”.

8 “ En el año tercero del reinado del rey belsasar, yo,  Daniel, tuve una visión, después de aquella que había tenido antes. Miraba yo la visión, y en ella yo estaba en susa, que es la capital del reino, en la provincia de elam. En la visión, pues,  me veía junto al río ulai. Alce los ojos y mire, y había un carnero que estaba delante del río, y tenia dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era mas alto que el otro, y el mas alto creció después. Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de el, ni había quien escapara de su poder. Hacia conforme a su voluntad, y se engrandecía. “Mientras yo consideraba esto, un macho cabrío venia del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenia un cuerno notable entre sus ojos. Vino hasta el carnero de dos cuernos que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra el con la furia de su fuerza. Lo vi llegar junto al carnero; se levanto contra el y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos; y el carnero no tenia fuerzas para hacerle frente. Lo derribo, por tanto, a tierra, lo pisoteo y no hubo quien librara de su poder al carnero.  “ El macho cabrío creció en gran manera; pero cuando estaba en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar  salieron otros cuatro cuernos notables hacia los  cuatro vientos del cielo. De uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho hacia el sur y el oriente, y hacia la tierra gloriosa. Creció hasta llegar al ejercito del cielo; y parte del ejercito y de las estrellas echo por tierra, y las pisoteo. Aun se engrandeció frente al príncipe de los ejércitos; por el fue quitado el sacrificio continuo, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. A causa de la prevaricación le fue entregado el ejercito junto con el sacrificio continuo; echo por tierra la verdad e hizo cuanto quiso, y prospero. “Entonces oí hablar a un santo; y otro de los santos pregunto a aquel que hablaba: “¿ hasta cuando durara la visión del sacrificio continuo, la prevaricación asoladora y la entrega del santuario y el ejercito para ser pisoteados?”. Y el dijo: “hasta dos mil trescientas  tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”. “Aconteció que mientras yo, Daniel, consideraba la visión y procuraba comprenderla, se puso delante de mi uno con apariencia de hombre. Y oí una voz de hombre entre las riberas del ulai, que grito y dijo: “Gabriel, enseña a este la visión”. “Vino luego acerca de donde yo estaba. Y al venir, me asuste y me postre sobre mi rostro. Pero el me dijo: “Entiende, hijo de hombre, que la visión es para el tiempo del fin”. “Mientras el hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro. El me toco y me hizo estar en pie. Y dijo: “ yo te enseñare lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo  del fin. En cuanto al carnero que viste, que tenia dos cuernos: estos son los reyes de media y de Persia. El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenia entre sus ojos es el rey primero. En cuanto al cuerno que fue quebrado y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se  levantaran de esa nación, aunque con la fuerza de el. “ Al fin del reinado de estos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantara un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. Su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; causara grandes ruinas, prospera, actuara arbitrariamente y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos. Con su sagacidad hará prosperar el engaño en  su mano; en su corazón se engrandecerá y, sin aviso, destruirá a muchos. Se levantara contra  el príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana. La visión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y tu guarda la visión, porque es para muchos días”. “ yo, Daniel, quede quebrantado, y estuve enfermo algunos días. Cuando me levante, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión , y no la entendía”.

9 “En  el primer año de Darío hijo de ausuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos, en el  primer año de su reinado, yo, Daniel, mire atentamente en los libros el numero de los años de que hablo Jehová al profeta jeremías,  en los que había de cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta años. Volví mi rostro a Dios, el señor, buscándolo en oración y ruego, en ayuno, ropas ásperas y ceniza. Ore a Jehová, mi Dios, e hice confesión diciendo: “ Ahora, señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos, hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos actuado impíamente, hemos sido rebeldes y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a  nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. Tuya es, señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro que en el día de hoy lleva todo hombre de juda, los habitantes de Jerusalén y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti. Nuestra es, Jehová, la confusión de rostro, y de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres, porque contra ti pecamos. De Jehová, nuestro Dios, es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra el nos hemos revelado y no obedecimos la voz de Jehová, nuestro Dios, para andar en sus leyes, que el  puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas. Todo Israel traspaso tu ley, apartándose para no obedecer a tu voz. Por lo cual a caído sobre nosotros la maldición y el juramento que esta escrito en la ley de moisés, siervo de Dios, porque contra Dios pecamos. Y el ha cumplido la palabra que hablo contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan gran mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén. Conforme esta escrito en la ley de moisés, todo este mal vino sobre nosotros; pero no hemos implorado el favor de Jehová, nuestro Dios, y nos hemos convertido de nuestras maldades ni entendido tu verdad. Por tanto, Jehová velo sobre el mal y lo  trajo sobre nosotros; porque justo es Jehová, nuestro Dios, en todas sus obras que ha hecho, y nosotros no obedecimos a su voz.  “Ahora pues, señor, Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa y te hiciste renombre cual lo tienes hoy, hemos pecado, hemos actuado impíamente. Señor, conforme a todos sus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el aprobio de todos los que  nos rodean. Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración y los ruegos de tu siervo, y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del señor. Inclina, Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiamos en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias. ¡Oye, señor! ¡ Señor, perdona! ¡Presta oído, señor, y hazlo! No tardes, por amor de ti mismo, Dios mío, porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo”. “Aun estaba hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová, mi  Dios, por el monte santo de mi Dios; aun estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión, al  principio, volando con presteza vino a mi como a la hora del sacrificio de la tarde. Me hizo entender, y hablo conmigo diciendo: “Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. Al principio de sus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela,  porque tu eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión. “Sesenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, poner fin al pecado y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, sellar la visión y la profecía y ungir al santo de los santos. Sabe, pues, y entiende que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas; se volverán a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Después de las sesenta y dos semanas se quitara la vida al Mesías, y nada ya le quedara. El pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario, su final llegara como una inundación, hasta el fin de la guerra duraran las devastaciones. Por otra semana mas confirmara el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después,  con la muchedumbre de las abominaciones, vendrá el desolador, hasta que venga la consumación y lo que esta determinado se derrame sobre el desolador”.

10 En el tercer año de Ciro, rey de Persia, fue revelada palabra a Daniel, llamado beltsasar. La palabra era verdadera y el conflicto grande, pero el comprendió la palabra y tuvo inteligencia en la visión. “En aquellos días yo, Daniel, estuve afligido por espacio de tres semanas. No comí manjar delicado, ni entro en mi boca carne ni vino, ni me ungí con perfume, hasta que se cumplieron las tres semanas. El día veinticuatro del primer mes estaba yo a la orilla del gran río hidekel. Alce mis ojos y mire, y vi un  varón vestido de lino y ceñida su cintura con oro de ufaz. Su cuerpo era como de berilo, su rostro parecía un relámpago, sus ojos como antorchas de fuego, sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. “Solo yo, Daniel, vi aquella visión. No la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apodero de ellos un gran temor y huyeron y se escondieron. Quede,  pues, yo solo ante esta gran visión, pero no quedaron fuerzas en mi, antes bien, mis fuerzas se cambiaron en desfallecimiento, pues me abandonaron  totalmente. Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en tierra. Y una mano me toco e hizo que me pusiera sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. Me dijo: “Daniel, varón muy amado, esta atento a las palabras que de decirte y ponte en pie, porque a ti he sido enviado ahora”. “Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. Entonces me dijo: “Daniel, no temas, porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.  Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quede allí con los reyes de Persia. He venido para hacerte saber lo que ha de sucederle a tu pueblo en los últimos días, porque la visión es para esos días”. “Mientras me decía estas palabras, yo  tenia los ojos puestos en la tierra y había enmudecido.  Pero uno con semejanza de hijo de hombre toco mis labios. Entonces abrí la boca y hable, y dije al que estaba delante de mi: “Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores y no me quedan fuerzas. ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltaron las fuerzas, y no me quedo aliento”. “Aquel que tenia semejanza de hombre me toco otra vez, me fortaleció y me dijo: “ muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y  cobra aliento”.  Mientras  el me hablaba, recobre las fuerzas y dije: “hable mi  señor, porque me has fortalecido”. El me dijo: “ ¿sabes por que he venido a ti? Ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; al terminar con el, el príncipe de Grecia vendrá. Pero yo te declarare lo que esta escrito en el libro de la verdad: nadie me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe”.

11 “ También yo en el primer año de Darío, el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo. “Ahora yo te mostrare la verdad. Aun habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas, mas que todos ellos. Este, al hacerse fuerte con sus riquezas, levantara a todos contra el reino de Grecia.  Se levantara luego un rey valiente, que dominara con gran poder y hará su voluntad. Pero cuando se haya levantado, su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; pero no será para sus descendientes, ni según el dominio con que el domino, porque su reino quedara deshecho y será para otros aparte de ellos. “El rey del sur se hará fuerte, pero uno de sus príncipes será mas fuerte que el, se hará poderoso y su dominio será grande. Al cabo de unos años harán alianza, y la hija del rey del sur vendrá al rey del norte para hacer la paz. Pero ella no podrá retener la fuerza de su brazo, y ni el ni su brazo permanecerán; porque ella será entregada a la muerte, y también los que la habían traído, y su hijo y los que estaban de parte de ella en aquel tiempo. “ pero un renuevo de sus raíces se levantara sobre su trono,  vendrá con un ejercito contra el rey del norte, entrara en la fortaleza y hará con ellos a su arbitrio, y predominara. Y aun a los dioses de ellos, sus imágenes fundidas y sus objetos preciosos de plata y de oro, llevara cautivos a Egipto; y durante años se mantendrá el alejado del rey del norte, y volverá a su tierra. “ pero los hijos de aquel se airaran y reunirán multitud de grandes ejércitos. Vendrá uno apresuradamente, inundara y pasara adelante; luego volverá  y llegara la guerra hasta su fortaleza. Por eso se enfurecerá el rey del sur, y saldrá y peleara contra el rey del norte; este pondrá en campaña una gran multitud, pero toda esa multitud será entregada en manos de aquel.  Al llevarse el la multitud, se elevara su corazón y derribara a muchos millares; pero no prevalecerá. El rey del norte volverá a poner en campaña una multitud, mayor que la primera, y al cabo de algunos años vendrá rápidamente, con un gran ejercito y muchas riquezas. “En aquellos tiempos se levantaran muchos contra el rey del sur. Hombres  turbulentos de tu pueblo se levantaran, para que se cumpla la visión, pero caerán. Vendrá, pues, el rey del norte, levantara baluartes y  tomara la ciudad fuerte; y las fuerzas del sur no podrán sostenerse, ni sus tropas escogidas, porque no habrá fuerzas para resistir. El que vendrá contra el hará su propia voluntad, y no habrá quien se le pueda enfrentar; y permanecerá en la tierra gloriosa, que será consumida bajo su poder. Afirmara luego su rostro para venir con el poder de todo su reino. Hará convenios con aquel, y le dará una hija por mujer, para destruirlo; pero no permanecerá ni tendrá éxito. Volverá después su rostro a las costas, y tomara muchas; pero un príncipe le hará cesar en su afrenta, y aun hará volver sobre el su oprobio. Luego volverá su rostro a las fortalezas de su tierra; pero tropezara y caerá, y no será hallado. “ En su lugar se levantara uno que hará pasar un cobrador de tributos por la gloria del reino; pero en pocos días será muerto, aunque no con ira ni en batalla. “ Ocupara su lugar un hombre despreciado, al cual no darán la honra del reino. Vendrá sin aviso y tomara el reino con halagos. Las  fuerzas enemigas serán barridas delante de el  como  por inundación de aguas; serán del todo destruidas, junto con el príncipe del pacto. El,  después del pacto, engañara , subirá y saldrá vencedor con poca gente. Estando la provincia en paz y en abundancia, entrara y hará lo que no hicieron sus padres ni los padres de sus padres; botín, despojos y riquezas repartirá entre sus soldados, y contra las fortalezas formara sus designios. Esto durara un tiempo. “Despertara sus fuerzas y su ardor con un gran ejercito, contra el rey del sur, y el rey del sur se empeñara en la guerra con un ejercito grande y muy fuerte; pero no prevalecerá, porque le harán traición. Aun los que coman de sus manjares lo quebrantaran; su ejercito será destruido, y muchos caerán muertos. En su corazón, estos dos reyes tramaran hacer mal. Sentados a una misma mesa, se mentirán el uno al otro; pero no servirá de nada, porque el plazo aun no habrá llegado. El volverá a su tierra con gran riqueza, y pondrá su corazón contra  el pacto santo; hará su voluntad y volverá a su tierra. Al tiempo señalado volverá al sur; pero la ultima venida no será como la primera. Porque vendrán contra el naves de quitim, y el se contristara y retrocera, se enojara contra el pacto santo y hará según su voluntad; volverá, pues,  y se entenderá con los que abandonen el santo pacto. “Se levantaran sus tropas, que profanaran el santuario  y la fortaleza, quitaran el sacrificio continuo y pondrán  la abominación desoladora.  Con lisonjas seducirán a los violadores del pacto; pero el pueblo que conoce a su Dios se esforzara y actuara. Los sabios del pueblo instruirán a muchos; pero durante algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo. En su caída serán ayudados con un pequeño socorro, y muchos se juntaran a ellos  con lisonjas. También algunos de los sabios caerán para ser depurados, limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo. “ el rey hará su voluntad, se ensoberbecerá y se engrandecerá sobre todo dios; contra el Dios de los dioses hablara maravillas, y  prosperara hasta que sea consumada la ira, porque lo determinado se cumplirá. Del  Dios de sus padres no hará caso,  ni del amor de las mujeres, ni respetara a dios alguno, porque sobre todo se  engrandecerá. Pero honrara en su lugar al dios de las fortalezas, un dios que sus padres que no conocieron; lo honrara con oro y plata, con piedras preciosas y cosas de gran precio. Con un dios ajeno se hará de las fortalezas mas inexpugnables, colmara de honores a los que lo reconozcan, los hará gobernar sobre muchos y repartirá tierras como recompensa. “ Al cabo del tiempo, el rey del sur contenderá con el; y el rey del norte se levantara contra  el como una tempestad, con carros y gente de a caballo y muchas naves; y entrara por las tierras, las invadirá y pasara. Entrara en la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; pero escaparan de sus manos edom, moab y la mayoría de los hijos de Amón. Extenderá su mano  contra las tierras, y no escapara el país de Egipto. se apoderara de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto. Los  de Libia y de Etiopía lo seguirán. Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizaran, y saldrá con gran ira para destruir y matar a  muchos. plantara las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; pero llegara a su fin, y no tendrá a quien lo ayude.

12 “ En aquel tiempo se levantara Miguel, el gran príncipe que esta de parte de los hijos de  tu pueblo. “ Será tiempo de angustia,  cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados: unos para vida eterna, otros para vergüenza  y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas, a perpetua eternidad. “Pero tu, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia aumentara”. “Yo, Daniel, mire y vi a otros dos que estaban de pie, uno a este lado del río y el otro al otro lado. Y dijo uno al varón vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: “¿cuándo serán el fin de estas maravillas?”. Oí  al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzo su mano derecha y su mano izquierda al cielo y juro por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos  y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas se cumplirán. “ Yo oí, pero no entendí. Dije entonces: “Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas?”. El respondió: “Anda, Daniel,  pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá; pero los entendidos comprenderán. Desde  el tiempo en que sea quitado el sacrificio continuo hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. En cuanto a ti, tu iras hasta el fin, y reposaras, y te levantaras para recibir  tu heredad al fin  de los días”.

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