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Cuando pablo llego a listra, Timoteo tenia veinte años de edad. Su madre eunice era cristiana de origen judío y su padre pagano. El apóstol incorporo a Timoteo a aquel grupo misionero que muy pronto habría de llevar a Europa el primer anuncio del evangelio. Pasados algunos años el joven discípulo recibiría el encargo de velar por la sana doctrina en Asia menor y de impedir posibles desviaciones hacia otras enseñanzas, falsas y destructivas que habían comenzado a penetrar en comunidades cristianas  de reciente formación. La primera epístola a Timoteo (=1 ti) revela una seria preocupación de su autor por dotar a la iglesia de normas de vida y de conducta. Por eso, la  carta contiene instrucciones sobre diversos temas: la necesidad de la oración y el buen orden en la comunidad, las bases para llevar a una eficiente organización de la iglesia, la vigilancia frente al error doctrinal y la atención a la administración congregacional y al ejerció del ministerio pastoral. Mención aparte ha de hacerse del texto de 3, breve poema formado por tres pares de versos. El autor llama gran ministerio de la piedad a esta hermosa afirmación de fe que viene a ser como el centro de gravedad de la teología de 1 Timoteo. Pablo se acercaba ya  al final de su vida cuando redacto esta carta en la que se descubre una estructura eclesiástica que parece ser posterior a los primeros esfuerzos de organización en la historia del cristianismo. -salutación (cap.1-2) –advertencia contra falsas doctrinas (cap.1-3) – el ministerio de pablo (cap.1) – instrucciones sobre la oración (cap.2) –requisitos de los obispos (cap.3) –requisitos de los diáconos (cap.3) – el misterio de la piedad (cap.3) –predicción de la apostasía (cap.4) –un buen ministro de Jesucristo (cap.4) -  deberes hacia los demás (cap.5) – piedad y contentamiento (cap.6) – la buena batalla de la fe (cap. 6) – encargo final de pablo a Timoteo (cap.6).

Primera Epístola del apóstol San Pablo a Timoteo

 1 Pablo, apóstol de Jesucristo  por mandato de Dios nuestro salvador, y el señor Jesucristo , verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz , de Dios nuestro padre y de cristo Jesús , nuestro señor. Como te rogué que te quedaras en efeso  cuando fui a macedonia, para que mandaras a algunos que no enseñen diferente doctrina ni presten atención a fábulas y genealogías interminables (que acarrean discusiones mas bien que edificación de Dios, que es por fe),  así te encargo ahora. El propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, de buena conciencia y fe no fingida. Algunos, desviándose de esto, se perdieron en vana palabrería. Pretenden ser doctores de la ley, cuando no entienden ni lo que hablan ni lo que afirman. Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente, conociendo esto: que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bienaventurado, que a mi me ha sido encomendado. Doy gracias al que me fortaleció, a cristo Jesús , nuestro señor, porque, teniéndome por fiel, me puso en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; pero fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, e incredulidad. Y la gracia de nuestro señor fue mas abundante con la fe y el amor que es en cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrara en mi  el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en el para vida eterna. Por tanto, al rey  de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amen. Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que, conforme a las profecías que se hicieron antes cuanto a ti, milites  por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia. Por desecharla, algunos náufragos en cuanto a la fe. Entre ellos están himeneo y Alejandro, a quienes entregue a Satanás para que aprendan a no blasfemar.

2 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que tienen autoridad, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Esto es bueno y agradable delante de Dios, nuestro salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad, pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre, el cual se dio así mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. Para esto fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles en fe y verdad. Digo la verdad de en cristo, no miento. Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda. Asimismo, que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia: no con peinado ostentoso, ni oro ni perlas ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que practican la piedad. La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. No permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio, pues Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en trasgresión. Pero se salvara engendrando hijos, si permanece en fe, amor y santificación, con modestia.

3 Palabra fiel: “Si alguno anhela obispado, buenas obras desea”. Pero es necesario que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; que no sea dado al vino ni amigo de peleas; que no sea codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción  con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidara de la iglesia de Dios?); que no sea un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También  es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino ni codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y estos también sean sometidos primero a prueba, y luego, si son irreprochables, podrán ejercer el diaconado. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diaconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien a sus hijos y sus casas, porque los que ejerzan bien el diaconado, ganaran para si un grado honroso y mucha confianza en la fe que es en cristo Jesús. Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que, si tardo, sepas como debes conducirte en  la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y defensa de la verdad. Indiscutiblemente , grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el espíritu, visto de los Ángeles, predicado a  los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.

4 Pero el espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostataran de la fe, escuchando a espíritus  engañadores y a doctrinas de demonios, de hipócritas y mentirosos, cuya conciencia esta cauterizada. Estos prohibirán casarse y mandaran abstenerse de alimentos que Dios creo para con acción de gracias participaran de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad, porque todo lo que Dios creo es bueno y nada es de desecharse, si se toma con acción  de gracias, ya que por la palabra de Dios y por la oración es santificado. Si esto enseñas a los hermanos, serán buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate  para la piedad, porque el ejercicio  corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera. Palabra  fiel es esta y digna de ser recibida por todos: que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen. Esto manda y enseña. Ninguno  tenga en poco tu juventud, sino se ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides  el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición  de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas , para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo  esto te salvaras a ti mismo y a los que te escuchen.

5 No reprendas al anciano, sino exhórtalo como a padre; a los mas jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza. Honra a las viudas que en verdad lo son. Pero si alguna viuda tiene hijos o nietos aprendan estos primero a ser piadosos para con su propia familia y a recompensar a sus padres, porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios. Pero la que en verdad es viuda y a quedado sola, espera en Dios y es diligente en suplicas y oraciones noche y dia. Pero la que se entrega a los placeres, viviendo esta muerta. Manda también esto, para que sean irreprochables, porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. Sea puesta en la lista solo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido, que tenga testimonio de buenas obras: si ha criado hijos, si ha practicado la hospitalidad, si ha lavado los pies de los santos, si ha socorrido a los afligidos, si ha practicado toda buena obra. Pero viudas mas jóvenes no admitas, porque cuando, impulsadas por sus deseos, se revelan contra cristo, quieren casarse, incurriendo así en condenación por haber quebrantado su primera fe. Y también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entrometidas, hablando lo que no debieran. Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia, porque ya algunas se han apartado en pos de Satanás. Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, que las mantenga, y no sea gravada la iglesia, a fin de que haya lo suficiente para las que en verdad son viudas. Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar, pues la escritura dice: “ No pondrás bozal al buey que trilla” y “ Digno es obrero de su salario”. Contra un anciano no admitas acusación sino  esta apoyada por dos o tres testigos. A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman. Te encarezco delante de Dios, del señor Jesucristo  y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad. No impongas con ligereza las manos a ninguno ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro. Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estomago y de tus frecuentes enfermedades. Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, pero a otros se les descubren después. Asimismo se hacen  manifiestas las buenas obras; y las que son de otra manera, no pueden permanecer ocultas.

6 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tenga a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. Y los que tienen amos creyentes no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanlos  mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. Esto  enseña y exhorta. Si alguno enseña otra cosa y no se conforma a las sanas palabras de nuestro señor Jesucristo  y a la doctrina que es conforme a la piedad, esta envanecido, nada sabe y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, discusiones necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia. Apártate de los tales. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento, porque nada hemos traído a este mundo y, sin duda, nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos ya sastifechos; pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y muchas codicias necias y dañosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición, porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron atormentados con muchos dolores. Pero tu, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo , que dio testimonio de la buena  profesión delante de poncio pilato, que guardes el mandamiento sin mancha ni reprensión, hasta la aparición de nuestro señor Jesucristo. Aparición que a su tiempo mostrara el bienaventurado y solo soberano, rey de reyes y señor de señores, el único que tiene inmortalidad , que habita en luz inaccesible y a quien  ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. A los ricos de este mundo manda que no sean altivos ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan  bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos y generosos. De este modo atesoran para si buen fundamento para el futuro, y alcanzaran la vida eterna. Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas platicas sobre cosas vanas y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amen .

 

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