Los
libros de reyes son una obra en dos volúmenes. El primer libro de reyes
(=1r) narra la ultima etapa de la historia de David desde el punto en
que la había dejado 2 Samuel. Requerido por betsade, David dispone que
se unja y proclame rey a su hijo Salomón. Queda así establecida la
dinastía davídica y la historia de Israel entra en una nueva fase, que
cubre el periodo entre el comienzo del reinado de Salomón (c.970 a.C.)
y la caída de Jerusalén en tiempos de sedequias.(560 a.C.). No se
dispone de mucha mas información sobre el gobierno del hijo de David
que la referente a su sabiduría, prudencia y riquezas y a las
grandiosas obras que impulso, en particular la edificación del tiempo.
Desde el punto de vista político, es destacable que Salomón supo
siempre mantener la unidad del reino que Israel se viera envuelto en
conflictos bélicos. Pese a ello, el texto no justifica su conducta
apostata y su actitud permisiva ante la penetración en Israel de cultos
paganos e idolátricos; tampoco la imposición de onerosos tributos públicos
para sufragar el alto costo de las construcciones que promovió. Al
convertirse en realidad las advertencias de Samuel acerca de la
institución de una monarquía en Israel (Cf. 1 s8), el clima de tensión
así generado hizo renacer las
viejas desavenencias entre los territorios del norte y el
sur. En esas
circunstancias y ya bajo el gobierno de roboam, se precipitaron los
acontecimientos que fueron la causa de la división del reino en dos
estados independientes: el de juda o reino del sur y el de Israel o
reino del norte. Dos siglos mas tarde, en
el año 721 a.C., Israel quedo sometido a la dominación asiría
y cerca de siglo y medio después, en el 586 a.C. cayo juda bajo el
poder del imperio neobabillonico. A la historia del reino dividido esta
dedicada la segunda parte de este libro. A los reyes de Israel, todos
impíos, se los juzga con severidad. En juda se aprueba el
comportamiento de algunos monarcas que siguieron los pasos de David.
Pero son los profetas, que amonestaban al pueblo y en ocasiones le echan
en cara al rey su falta de fidelidad al señor, los portadores del
mensaje divino. Aquí se destaca la figura de Elías, especialmente
cuando se enfrenta a los profetas de baal. |
Primer
Libro de Reyes
1
Cuando el rey
David era viejo y avanzado de en días, lo cubrían de ropas, pero no se
calentaba. Le dijeron por tanto, sus siervos: Busquen para mi señor, el rey,
una joven virgen que lo atienda y lo abrigue, que duerma a su lado y así
mi señor, el rey, entrara en calor. Buscaron pues, una joven hermosa por toda
la tierra de Israel; encontraron a abisag, la sunamita,
y la llevaron al rey. La joven era hermosa; ella abrigaba al rey y lo
servia, pero el rey nunca la conoció. Entonces adonias hijo de haguit se rebelo
diciendo: yo reinare. Se hizo carros, de gente de a caballo y de cincuenta
hombres que corrieran delante de el. en todos sus días su padre nunca lo había
reprendido diciéndole: ¿por qué
haces esto?. Además, era de muy hermoso parecer, y había nacido después de
abalon. Adonias se había puesto de acuerdo con joab hijo de sarvia y con el
sacerdote abiatar, los cuales le ayudaban. Pero el sacerdote sadoc, benaia hijo
de joaida, el profeta natan, simei, reí y todos los grandes de David no seguían
a adonias. Mato a adonias un día ovejas, vacas y animales cebados junto a la peña
de zohelet, que esta cerca de la fuente de rogel, y convido a todos sus
hermanos, los hijos del rey, y a todos los hombres de juda, siervos del rey.
Pero no convido al profeta natan ni a benaia ni a los grandes, ni a su hermano
Salomón. Entonces natan dijo a betsabe, madre de Salomón: - ¿ no has oído
que adonias hijo de haguit se ha proclamado rey sin saberlo David, nuestro señor?
Ven pues, ahora, y oye mi consejo, para que conserves tu vida y la de tu hijo
Salomón. Ve, preséntate ante el rey David y dile: Rey señor mío, ¿ no
juraste a tu sierva, diciendo: Salomón, tu hijo, reinara después de
mi, y el se sentara en mi trono?. ¿por qué, pues, reina adonias?.
Mientras estés allí hablando con el rey, yo entrare detrás de ti y reafirmare
tus palabras. Entonces betsabe entro en la habitación del rey. El rey estaba
muy viejo y abisag, la sunamita, lo servia. Betsabe, se inclino e hizo una
reverencia al rey. El rey dijo: - ¿qué te pasa? Ella le respondió: - Señor mío,
tu juraste a tu sierva por Jehová, tu Dios, diciendo: Salomón, tu hijo,
reinara después de mi y se sentara en mi trono. Pero ahora reina adonias, sin
que tu, mi señor y rey, todavía lo sepas. Ha matado bueyes, animales cebados y
muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, al sacerdote abiatar y
a joab, general del ejercito; pero no ha convidado a Salomón, tu siervo. Entre
tanto, rey y señor mío, los ojos de todo Israel están puestos en ti, para que
les anuncies quien se ha de sentar en el trono después de mi señor, el rey.
De otra manera sucederá que cuando mi señor, el rey, duerma con sus
padres, yo y mi hijo Salomón seremos considerados culpables. Mientras ella aun
hablaba con el rey, llego el profeta natan. Le avisaron al rey diciendo: Aquí
esta el profeta natan. Cuando el entro donde estaba el rey, se postro delante
del rey rostro en tierra, y dijo: - rey y señor mío, ¿has dicho tu: adonias
reinaras después de mi y se sentara en mi trono? Porque hoy descendió a
sacrificar bueyes, animales cebados y muchas ovejas, y a convidado a todos los
hijos del rey, a los capitanes del
ejercito, también al sacerdote abiatar: están comiendo y bebiendo delante de
el y gritan: ¡ viva el rey adonias!. Pero ni a mi, tu siervo, ni al sacerdote
sadoc ni a benaia hijo de joaida ni a Salomón, tu siervo, ha convidado. ¿es
que esto ha sido ordenado por mi señor, el rey, sin haber dado a conocer a tus
siervos quien se había de sentar en el trono de mi señor, el rey, después de
el?. el rey David respondió diciendo: llamadme a betsabe. Entro ella a la
presencia del rey y se quedo en pie delante de el. entonces el rey hizo este
juramento: - ¡ Vive Jehová!, que ha redimido mi alma de toda angustia, que
como yo te he jurado por Jehová, Dios de Israel, diciendo: tu hijo Salomón
reinara después de mi y se sentara sobre mi trono en lugar mío, así lo haré
hoy. Betsabe se inclino ante el rey, con su rostro en
tierra, y haciendo una reverencia al rey, dijo: - viva mi señor, el rey
David, para siempre. Y el rey David dijo: - Llamadle al sacerdote sadoc al
profeta natan y a benaia hijo de joiada. Ellos entraron a la presencia del rey,
y el les dijo: - tomad con vosotros los siervos de vuestro señor, montad a mi
hijo Salomón en mi mula y llevadlo a gihon. Allí lo ungirán el sacerdote
sadoc y el profeta natan como rey sobre Israel; vosotros tocareis la trompeta y
gritareis: ¡ viva el rey Salomón!. Después iréis detrás de el, y vendrá a
sentarse sobre mi trono y reinara
en mi lugar, porque lo he escogido para que sea príncipe de Israel y de juda.
Entonces benaia hijo de joiada respondió al rey: -
amen. Así lo diga Jehová,
Dios de mi señor, el rey. De la manera que Jehová ha estado con mi señor, el
rey, así este con Salomón, y haga mayor su trono que el trono de mi señor, el
rey David. Descendieron el sacerdote sadoc, el profeta natan, benaia hijo de
joiada, los cereteos y los peleteos, motaron a Salomón en la mula del rey David
y lo llevaron a gihon. Tomo el sacerdote sadoc el cuerno del aceite del tabernáculo
y ungió a Salomón; tocaron la trompeta y grito todo el pueblo: ¡ viva el rey
Salomón!. Después subió todo el pueblo detrás de el; cantaba la gente con
flautas y manifestaba tan alegría, que parecía que la tierra se hundía bajo
sus gritos. Lo oyó adonias, y todos los convidados que con el estaban, cuando
ya habían acabado de comer. También yo joab el sonido de la trompeta, y dijo:
¿por qué se alborota la ciudad
con tanto estruendo?. Mientras el aun hablaba, llego Jonatan, hijo del
sacerdote abiatar, al cual dijo adonias: - entra, porque tu eres hombre
valiente y traerás buenas noticias. Jonatan respondió a adonias: - ciertamente
nuestro señor, el rey David, ha hecho rey a Salomón;
el rey a enviado con el al sacerdote sadoc y al profeta natan, a benaia
hijo de joiada, y también a los cereteos y a los peleteos, los cuales lo
montaron en la mula del rey. El sacerdote sadoc y el profeta natan lo han ungido
rey en gihon; de allí han subido alegremente y la ciudad esta llena de
estruendo. Este es el alboroto que habéis oído. Mas aun, Salomón se
ha sentado en el trono del reino, y aun los siervos del rey han venido a
bendecir a nuestro señor, el rey David, diciendo: Dios haga bueno el nombre de
Salomón mas que tu nombre, y haga mayor su trono que el tuyo. Y el rey adoro en
la cama, y a dicho además así: bendito sea Jehová, Dios de Israel, que ha
dado hoy quien se siente en mi trono, y lo vean mis ojos. Entonces se
estremecieron todos los convidados que
estaban con adonias, se levantaron y cada uno se fue por su camino. Pero adonias
tuvo miedo de Salomón, se levanto y fue a asirse de los cuernos del altar.
Luego avisaron a Salomón: - adonias tiene miedo del rey de Salomón pues se ha
asido de los cuernos del altar diciendo: júreme hoy el rey Salomón
que no matara a espada a su siervo. Y Salomón dijo: - si el es hombre de
bien, ni uno de sus cabellos caerá en
tierra; pero si se halla mal en el, morirá. El rey Salomón mando que lo
trajeran del altar; vino el y se inclino ante el rey Salomón. Salomón le dijo:
- vete a tu casa.
2
Cuando llegaron
los días en que David había de morir, le ordeno a Salomón, su hijo: yo
sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate y se hombre. Guarda los
preceptos de Jehová, tu Dios, andando en sus caminos y observando sus estatutos
y mandamientos, sus decretos y sus
testimonios, de la manera que esta escrito en la ley de moisés, para que
prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas;
para que confirme Jehová la promesa que me hizo diciendo:
Si tus hijos guardan mi camino andando delante de mi con verdad, de todo
su corazón y de toda su alma, jamás te faltara un descendiente en el trono de
Israel. Ya sabes tu lo que me ha hecho joab hijo de sarvia, lo que hizo a dos
generales del ejercito de Israel, abner hijo de ner y a amasa hijo de jeter,
como los mato, vengando en tiempo de paz la sangre derramada en la guerra, y
manchando con sangre de guerra el cinturón que ceñía su cintura y los zapatos
que calzaban sus pies. Tu, pues, harás conforme a tu sabiduría: no dejaras
descender en paz sus canas al seol. Pero con los hijos de barzilai, el
galaadita, tendrás misericordia; que sean de los convidados a tu mesa, pues
ellos me trataron de esa manera cuando iba huyendo de absalon, tu hermano. También
tienes contigo a simei hijo de gera hijo de benjamín, de behurim, el cual me
maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a mahanaim. Pero el mismo
descendió a recibirme al jordán, y yo le jure por Jehová diciendo: no te
matare a espada. Pero ahora no lo
absolverás, pues eres un hombre sabio y sabes como debes tratarlo para que sus
canas desciendan con sangre al seol. David durmió con sus padres y fue
sepultado en su ciudad. Los días que reino David sobre Israel fueron cuarenta años:
siete años reino en hebron y treinta y tres años en Jerusalén. Salomón se
sentó en el trono de David, su padre, y su reino fue muy estable. Entonces
adonias hijo de haguit fue a ver a betsabe, madre de Salomón, y ella le dijo: -
¿ vienes en son de paz? – si, de paz – respondió el; y en seguida añadió
-: tengo algo que decirte. – habla – dijjo ella. El dijo:
- tu sabes que el reino era mío y que todo Israel había puesto en mi
sus ojos para que yo reinara; pero el reino fue traspasado y se le concedió a
mi hermano, pues por voluntad de Jehová le pertenecía. Ahora te hago una
petición; no me la niegues. – habla – le dijo ella. El entonces le dijo: -
te ruego que hables al rey Salomón ( porque el no te lo negara) , para que me
de abisag, la sunamita, por mujer. – bien; hablare por ti al rey – respondió
betsabe. Betsabe fue a ver al rey Salomón para hablarle por adonias. El rey se
levanto a recibirla y se inclino ante ella; volvió a sentarse en su trono e
hizo traer una silla para su madre, que se sentó a su diestra. Entonces ella
dijo: - una pequeña petición pretendo de ti; no me la niegues. – pide madre
mía, que yo no te la negare – respondió el rey. Y ella dijo: - que se le de
abisag, la sunamita, por esposa a tu hermano adonias. - ¿por qué pides a
abisag, la sunamita, para adonias? Demanda también el reino para el, pues el es
mi hermano mayor y ya tiene también de su parte al sacerdote abiatar y a joab
hijo de sarvia – le respondió Salomón a su madre. Y el rey Salomón
juro por Jehová: Traiga Dios sobre mi el peor de los castigos, que contra su
vida ha hablado adonias estas palabras. Ahora, pues, vive Jehová, quien me ha
confirmado y me ha puesto sobre su trono de David, mi padre, quien me ha dado
una casa conforme me lo había prometido, que adonias morirá hoy. Entonces el
rey Salomón envió a benaia hijo de joiada, el cual arremetió contra el y lo
mato. Y el rey dijo al sacerdote abiatar: Vete a anatot, a tus heredades, pues,
eres digno de muerte; pero no te matare hoy, por cuanto has llevado el arca de
Jehová, el señor, delante de David, mi padre, y además has compartido todas
mis aflicciones. Así echo Salomón a abiatar del sacerdocio de Jehová, para
que se cumpliera la palabra que Jehová pronuncio en silo sobre la casa de eli.
Llego la noticia a joab, y como también se había adherido a adonias, si bien
no se había adherido a absalon, huyo joab al tabernáculo de Jehová y se asió
de los cuernos del altar. Se le aviso a Salomón que joab había huido al tabernáculo
de Jehová y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón a benaia hijo
de joiada, con esta orden: ve y arremete contra el. entro benaia al tabernáculo
de Jehová, y le dijo: - el rey ha dicho que salgas. – no, sino que aquí
moriré – respondió el. benaia volvió con esta respuesta al rey y le dijo: -
así me respondió joab. El rey le dijo: - haz como el ha dicho: mátalo y entiérralo,
y aparta de mi y de la casa de mi padre la sangre
que joab ha derramado injustamente. Jehová hará caer su sangre sobre su
cabeza, porque el ha dado muerte a
dos hombres mas justos mejores que el, a los cuales mato a espada sin que mi
padre David supiera nada: a abner y a amasa hijo de jeter, general del ejercito
de juda. Así pues, la sangre de ellos recaerá sobre la cabeza de joab y sobre
la cabeza de su descendencia para siempre; pero sobre David y sobre su
descendencia, sobre su casa y sobre su trono, habrá paz perpetua de parte de
Jehová. Entonces benaia hijo de joiada subió, arremetió
contra el y lo mato; y fue sepultado en su casa en el desierto. El rey
puso en su lugar a benaia hijo de joiada al frente del ejercito, y a sadoc el
rey lo puso como sacerdote en lugar de abiatar. Después mando a llamar el rey a
simei, y le dijo: - edifícate una casa en Jerusalén y habita ahí, no salgas
de allí a ninguna parte; porque ten por cierto que el día que salgas y pases
el torrente cedron, sin duda morirás, y tu sangre caerá sobre tu cabeza. Simei
dijo al rey: - tu palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará
tu siervo. Y habito simei en Jerusalén muchos días. Pero pasados tres años,
aconteció que dos siervos de simei huyeron junto a aquis hijo de maaca, rey de
gat. Alguien dio aviso a simei diciendo: tus siervos están en gat. Entonces
simei se levanto, ensillo su asno y fue adonde estaba aquis, en gat, para buscar
a sus siervos. Fue, pues, simei y trajo sus siervos de gat. Luego le dijeron a
Salomón que simei había ido de Jerusalén hasta gat, y regresado. Entonces el
rey mando a buscar a simei, y le dijo: ¿no te hice jurar yo por Jehová, y te
advertí diciendo: el día que salgas y vayas acá o allá, ten por cierto que
morirás? Y tu me dijiste: tu palabra es buena, yo la obedezco. ¿por qué,
pues, no guardaste el juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse?
Dijo además el rey a simei: Tu conoces todo el mal, el cual tu corazón bien
sabe que cometiste contra mi padre David. Jehová pues, ha hecho recaer el mal
sobre tu cabeza. En cambio, el rey Salomón será bendito, y el trono de David
permanecerá firme perpetuamente delante de Jehová. Entonces el rey mando a
benaia hijo de joiada, el cual salió, lo hirió y lo mato.
Y el reino fue confirmado en manos de Salomón.
3
Salomón
estableció parentesco con el faraón, rey de Egipto, pues tomo la hija del faraón
y la trajo a la ciudad de David, mientras acababa de edificar su casa, la casa
de Jehová y los muros en torno a Jerusalén. Hasta entonces el pueblo
sacrificaba en los lugares altos, porque en
aquellos tiempos no había aun casa edificada al nombre de Jehová. Pero
Salomón amo a Jehová y anduvo en los estatutos de su padre David; solamente
sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. Iba el rey a gabaon, porque
aquel era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos
sacrificaba Salomón sobre aquel altar. En gabaon se le apareció en sueños
Jehová a Salomón una noche. Y le dijo Dios: - pide lo que quieres que yo te
de. Salomón le respondió: - tu has tenido gran misericordia con tu siervo
David, mi padre, porque el anduvo delante de ti en verdad, en justicia y
rectitud de corazón para contigo. Tu le has reservado esta tu gran
misericordia, al darle un hijo que se sentara en su trono, como sucede en este día.
Ahora, pues, Jehová, Dios mío, tu me has hecho rey a mi, tu siervo, en lugar
de David, mi padre. Yo soy joven y no se como entrar ni salir. Tu siervo esta
en medio de tu pueblo, el que tu escogiste; un pueblo grande, que no se
puede contar por su multitud incalculable. Concede, pues, a tu siervo un corazón
que entienda para juzgar a tu pueblo y discernir entre lo bueno y lo malo, pues
¿ quien podrá gobernar a este pueblo tuyo tan grande? Al señor le agrado que
Salomón pidiera esto. Y le dijo Dios: - Porque has demandado esto, y no pediste
para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus
enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, voy a obrar
conforme a tus palabras: Te he dado un corazón sabio y entendido, tanto que no
habido antes de ti otro como tu, ni después de ti se levantara otro como tu.
También te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera
que entre los reyes ninguno haya como tu en todos tus días
y si andas en mis caminos, guardando mis preceptos y mis mandamientos,
como anduvo tu padre David, yo alargare tus días. Cuando Salomón despertó,
comprendió que era sueño. Luego fue a Jerusalén y se presento delante del
arca del pacto de Jehová, sacrifico holocaustos y ofreció sacrificios de paz.
También ofreció un banquete a todos sus siervos. En aquel tiempo vinieron al
rey dos mujeres remeras y se presentaron ante el. una de ellas dijo: - ¡ ah, señor
mío! Yo y esta mujer habitábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con
ella en la casa. Aconteció que al tercer día de dar yo a luz, esta dio a luz
también, y habitamos nosotras juntas; ningún extraño estaba en la casa, fuera
de nosotras dos. Una noche el hijo de
esta mujer murió, porque ella se acostó sobre el. ella se levanto a medianoche
y quito a mi hijo de mi lado, mientras yo, tu sierva , estaba durmiendo; lo puso
a su lado y coloco al lado mío a su hijo muerto. Cuando me levante de madrugada
para dar el pecho a mi hijo, encontré que estaba muerto; pero lo observe por la
mañana y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz. Entonces la otra
mujer dijo: - no; mi hijo es el que vive y tu hijo es el que ha muerto.
– no; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive – volvió a
decir la otra. Así discutían delante el rey. El rey entonces dijo: esta
afirma: mí hijo es el que vive y tu hijo es el que ha muerto; la otra dice: no,
el tuyo es el muerto y mi hijo es el que vive. Y añadió el rey:
- traedme una espada. Y trajeron al rey una espada. En seguida el rey
dijo: - partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a
la otra. Entonces la mujer de quien era el hijo vivo hablo al rey ( porque sus
entrañas se le conmovieron por su hijo) , y le dijo: - ¡ ah, señor mío! Dad
a esta el niño vivo, y no lo matéis. – ni a mi
ni a ti; partidlo –dijo la otra. Entonces el rey respondió: - entregad
a aquella el niño vivo, y no lo matéis; ella es su madre. Todo Israel oyó
aquel juicio que había pronunciado el rey, y temieron al rey, pues vieron que
Dios le había dado sabiduría para juzgar.
4
Reino,
pues, el rey Salomón sobre todo Israel. Estos fueron los jefes que tuvo:
azarias, hijo del sacerdote sadoc; elihoref y ahia, hijos de sisa, secretarios;
Josafat hijo de ahilud, canciller; benaia hijo de joiada, jefe del ejercito;
sadoc y abiatar, los sacerdotes; azarias hijo de natan, ministro principal y
amigo del rey; ahisar, mayodormo; y adoniram hijo
de abda, encargado del tributo. Tenía Salomón doce gobernadores sobre
todo Israel, los cuales mantenían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba
obligado abastecerlo un mes por año. Estos son sus nombres: el hijo de hur, en
los montes de Efraín; el hijo de decar, en mecaz, en saalbim, en bet-semes, en
elom y en bet-hanan; el hijo de hesed, en arubot; este tenia también a soco y
toda la tierra de hefer; el hijo de
abinadab, en todos los territorios de dor; este tenia por mujer a tafat, hija de
Salomón; baana de ahilud en taanac y meguido, en toda bet-sean, que esta cerca
de seretan, mas debajo de jezreel, desde bet-sean hasta Abel-mehola y hasta el
otro lado de jocmeam; el hijo de
geber, en ramot de galaad; este tenia también las ciudades de jair hijo de
manases, las cuales estaban en galaad; tenia también la provincia de argod, que
estaba en basan: sesenta grandes ciudades con muro y cerraduras de bronce;
ahinadab hijo de iddo, en mahanaim; ahimaas, en neftali; este tomo también por
mujer a basemat, hija de Salomón. Baana hija de husai, en aser y en alot;
Josafat hijo de parua, en isacar; simei hijo de ela, en benjamín; geber hijo de
uri, en la tierra de galaad, la
tierra de sehon, rey de los amorreos y de og, rey de basan; este era el único
gobernador en aquella tierra. Juda e Israel era tan numerosos como la arena que
esta junto al mar, y todos comían, bebían y se alegraban. Y Salomón dominaba
sobre todos los reinos desde el eufrates hasta la tierra de los filisteos y el
limite con Egipto, que le traían presentes y sirvieron a Salomón todos los días
que vivió. La provisión de Salomón para cada día era de treinta coros de
flor de harina, sesenta coros de harina, diez bueyes cebados, veinte bueyes de
pasto y cien ovejas; sin contar los ciervos, gacelas, corzos y aves engordadas.
Porque el dominaba en toda la región al oeste del eufrates, desde
tifsa hasta gaza, sobre todos los reyes al oeste del eufrates, y gozo de
paz en todas sus fronteras. Juda e Israel vivieron seguros, cada uno debajo de
su parra y debajo de su higuera, desde dan hasta beerseba, todos los días de
Salomón. Además de esto, Salomón tenia cuarenta mil caballos en sus
caballerizas para sus carros y doce mil jinetes. Estos gobernadores mantenían
al rey Salomón y a todos los que a
la mesa del rey Salomón venían, cada uno un mes y hacían que nada faltara.
Hacían también traer cebada y paja para los caballos y para las bestias de
carga, al lugar donde el estaba, cada uno conforme al turno que tenia. Dios dio
a Salomón sabiduría y prudencia
muy grandes, y tan dilatado corazón como la arena que esta a la orilla del mar.
Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales y que toda la
sabiduría de los egipcios. Fue mas sabio que todos los demás hombres, calcol y
darda, hijos de maho. Y fue, conocido entre todas las naciones de los
alrededores. Compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco. También
diserto sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace
en la pared. Asimismo diserto sobre los animales, sobre las aves, sobre los
reptiles y sobre los peces. Para oír la sabiduría de Salomón venían de todos
los pueblos y de parte de todos los
reyes de los países adonde había llegado la fama de su sabiduría.
5
Hoiram,
rey de tiro, envió también sus siervos a Salomón, luego que oyó que lo haban
ungido rey en lugar de su padre, pues Irma siempre había amado a David.
Entonces Salomón envió a decir a Irma: tu sabes que mi padre David no pudo
edificar una casa al nombre de Jehová, su Dios, a causa de las guerras en que
se envió envuelto, hasta que Jehová puso a sus enemigos bajo las plantas de
sus pies. Ahora Jehová, mi Dios, me ha dado paz por todas partes, pues no hay
adversarios ni males que temer. Yo, por tanto, he determinado ahora edificar una
casa al nombre de Jehová, mi Dios, según lo que Jehová dijo mi padre David:
tu hijo, a quien yo pondré en el
trono en lugar tuyo, el edificara una casa a mi nombre. Manda
pues, ahora, que me corten cedros del Líbano; mis siervos estarán con
los tuyos y yo te daré por tus siervos el salario que tu digas, porque sabes
bien que el salario que tu digas, porque sabes bien que ninguno hay entre
nosotros que sepa labrar la madera como los sidonios. Cuando Irma oyó las
palabras de Salomón, se alegro mucho y
dijo: Bendito sea hoy Jehová, que dio un hijo sabio a David como gobernante de
este pueblo tan grande. Irma envió a decir a Salomón: he oído lo que me
mandaste a decir: haré todo lo que te plazca acerca de la madera de cedro y la
madera de ciprés. Mis siervos la llevaran desde el Líbano al mar, la enviare
en balsas por mar hasta el lugar que tu me señales. Allí se desatara y tu la
tomaras. Y tu cumplirás mi deseo al dar de comer a mi familia. Dio, Pues, Irma
a Salomón toda la madera de cedro y la madera de ciprés que quiso, mientras
Salomón le daba a Irma veinte mil coros de trigo y veinte mil coros de aceite
puro para el sustento de su familia. Esto entregaba Salomón a Irma cada año.
Jehová, pues, dio a Salomón sabiduría como le había prometido. Entre Irma y
Salomón hubo paz, e hicieron un pacto entre ambos. El rey Salomón decreto una
leva en todo Israel, la cual ascendió a treinta mil hombres, que enviaba al Líbano
por turnos cada mes, de diez mil en
diez mil; un mes estaban en el Líbano y dos meses en sus casas. Adoniram estaba
encargado de aquella leva. Tenia también Salomón setenta mil que llevaban las
cargas y ochenta mil cortadores en el monte, sin contar los principales
oficiales de Salomón que dirigían la obra; eran tres mil trescientos los que
tenían a su cargo el pueblo que hacia la obra. El rey mando que trajeran
piedras grandes, piedras costosas, para los cimientos de la casa, y piedras
labradas. Los albañiles de Salomón, los de Irma y los hombres de gebal
cortaron y prepararon la madera y la cantería para la labrar la casa.
6
En el año
cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, el
cuarto año del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de zif, que es el
mes segundo, comenzó el a edificar la casa de Jehová. La casa que el rey Salomón
edifico a Jehová tenia sesenta codos de largo y veinte de ancho y treinta codos
de alto. El pórtico delante del templo tenia veinte codos de largo a lo ancho
de la casa, y el ancho delante de la casa era de diez codos. Hizo a la casa
ventanas anchas por dentro y estrechas por fuera. Edifico también aposentos
junto al muro de la casa y a su alrededor, adosados a las paredes de la casa
alrededor del templo y del lugar santísimo, y construyo
habitaciones laterales alrededor. El aposento de abajo tenia cinco codos
de ancho, y el tercero siete codos de ancho, pues había reducido por fuera las
medidas del templo, para no empotrar las vigas en las paredes de la casa. Cuando
se edifico la casa, la construyeron
con piedras que traían ya talladas, de tal manera que no se oyeron en la casa
ni martillos ni hachas, ni ningún otro instrumento de hierro, cuando la
edificaban. La puerta del aposento intermedio estaba al lado derecho de la casa.
Se subía por una escalera de caracol al aposento intermedio, y de allí al
tercero. Construyo, pues, la casa, la termino y la recubrió con artesonados de
cedro. Edifico asimismo una galería de cinco
codos de altura alrededor de toda la casa, al cual se apoyaba en la casa
con maderas de cedro. Entonces dijo Jehová a Salomón: En cuanto a esta
casa que edificas, si caminas en mis preceptos, cumples mis decretos y guardas
todos mis mandamientos andando en ellos, yo cumpliré contigo mi palabra, la que
dije a David, tu padre: habitare en medio de los hijos de Israel y no abandonare
a mi pueblo Israel. Así, pues, Salomón construyo la casa y la termino. Recubrió
las paredes de la casa con tablas de cedro, revistiéndola de madera por dentro
, desde el suelo de la casa hasta las vigas de la techumbre. Recubrió también
el pavimentó con madera de ciprés. Asimismo hizo al final de la casa un
edificio de veinte codos y lo recubrió de tablas de cedro desde el suelo hasta
lo mas alto; así hizo en la casa un aposento para que fuera el lugar santísimo.
La casa, esto es, el templo de enfrente, tenia cuarenta codos. La casa estaba
recubierta de cedro por dentro y tenia entalladuras de calabazas silvestres y de
botones de flores. Todo era de cedro; ninguna piedra se veía. Salomón preparo
el lugar santísimo por dentro en medio de la casa, para poner allí el arca del
pacto de Jehová. El lugar santísimo estaba en la parte de adentro, y tenia
veinte codos de largo, veinte de ancho y veinte de alto. Lo recubrió de oro purísimo.
Asimismo recubrió de oro el altar de cedro. De manera que Salomón recubrió de
oro puro la casa por dentro, cerro la entrada del santuario con cadenas de oro y
lo recubrió de oro. Recubrió pues, de oro toda la casa de arriba abajo, y
asimismo recubrió de oro todo el altar que estaba frente al lugar santísimo.
Hizo también en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo, cada uno
de diez codos de altura. Un ala del
querubín tenia cinco codos y la otra ala del querubín otros cinco codos; así
que cada diez codos desde la punta de un ala hasta la punta de la otra. Asimismo
el otro querubín tenia diez codos, pues ambos querubines tenían el mismo tamaño
y la misma forma. La altura de uno
era de diez codos, lo mismo la del otro. Puso estos querubines dentro de la casa
en el lugar santísimo, los cuales tenían sus alas extendidas, de modo que el
ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro tocaba la otra pared, mientras
las otras dos alas se tocaban la una a la otra en medio de la casa. Luego
recubrió de oro los querubines, y esculpió todas las paredes
alrededor de la casa con diversas figuras de querubines, de palmeras, y
de botones de flores, por dentro y por fuera. También recubrió de oro el piso
de la casa, por dentro y por fuera. A la entrada del santuario hizo puertas de
madera de olivo. El umbral y los postes tenían cinco esquinas. Las dos puertas
eran de madera de olivo. En ellas tallo figuras de querubines, de palmeras y de
botones de flores, y las recubrió de oro. Recubrió también de oro los
querubines y las palmeras. Igualmente hizo
para la puerta del templo marcos cuadrados
de madera de olivo. Las dos puertas eran de madera de ciprés, y las dos hojas
de ambas puertas giraban. Tallo en ellas querubines, palmeras y botones de
flores, y las recubrió de oro ajustado a las talladuras. Edifico el atrio
interior de tres hileras de piedras labradas, y de una hilera de vigas de cedro.
En el cuarto año, en el mes de zif, se echaron los cimientos de la casa de
Jehová. Y el undécimo año, en el mes de bul, que es el mes octavo, fue
acabada la casa con todas sus dependencias y todo lo necesario. La edifico,
pues, en siete años.
7
Después edifico
Salomón su propia casa en trece años, y la termino toda. Asimismo edifico la
casa Bosque del Líbano, de cien
codos de longitud, cincuenta codos de anchura y treinta codos de altura, sobre
cuatro hileras de columnas de cedro, con vigas de cedro sobre las columnas. Había
una cubierta de tablas de cedro sobre las vigas que se apoyaban en cuarenta y
cinco columnas; cada hilera tenia quince columnas. Y había tres hileras de
ventanas, una frente a la otra en tres hileras. Todas las puertas y los marcos
tenían forma cuadrangular, y unas ventanas
estaban frente a las otras en tres hileras. También hizo un pórtico de
columnas, que tenia cincuenta codos de largo y treinta codos de ancho. Este pórtico
estaba delante de las primeras, con sus columnas y maderos correspondientes.
Hizo asimismo el pórtico del trono donde administraría justicia, el pórtico
del juicio, y lo recubrió de cedro del suelo al techo. La casa donde el vivía,
en otro atrio dentro del pórtico, era de una obra de estilo semejante a esta.
Edifico también Salomón para la hija del faraón, a la que había hecho su
mujer, una casa de hechura semejante a la del pórtico. Todas aquellas obras
eran de piedras selectas, cortadas y ajustadas con sierras según las medidas,
así por dentro como por fuera, desde el cimiento hasta los remates, y asimismo
por fuera hasta el gran atrio. El cimiento era de piedras seleccionadas, piedras
grandes, piedras de diez codos y piedras de ocho codos. De allí hacia arriba
era también de piedras costosas, labradas conforme a sus medidas y madera de
cedro. Alrededor del gran atrio había tres hileras de piedras labradas, y una
hilera de vigas de cedro, igual que en el atrio interior de la casa de Jehová y
el vestíbulo de la casa. El rey Salomón mando a buscar de tiro a Irma, hijo de
una viuda de la tribu de neftali. Su padre, que trabajaba el bronce, era de
tiro. hiram estaba lleno de
sabiduría, inteligencia y ciencia para toda la labor en bronce. Este, pues, se
presento ante el rey Salomón e hizo todas sus obras. Vació dos columnas de
bronce, cada una de dieciocho codos de altura y doce codos de circunferencia.
hizo también dos capiteles de fundición de bronce, para que fueran
puestos sobre las cabezas de las columnas. La altura de un capitel era de cinco
codos, y la de otro capitel también de cinco codos. Había trenzas a manera de
red y unos cordones a manera de cadenas, para los capiteles que se pondrían
sobre las cabezas de las columnas; siete para cada capitel. Hizo también dos
hileras de granadas alrededor de la red, para
recubrir con ellas los capiteles que estaban en las cabezas de las
columnas; de la misma forma hizo en el otro capitel. Los capiteles que estaban
sobre las columnas en el pórtico tenían forma de lirios y eran de cuatro
codos. Los capiteles de las dos columnas tenían también doscientas granadas en
dos hileras alrededor de cada capitel, encima de su globo, el cual estaba
rodeado por la red. Erigió estas columnas en el pórtico de del templo. Cuando
alzo la columna del lado derecho le puso por nombre jaquin, y cuando alzo la
columna del lado izquierdo la llamo boaz. Coloco
en las cabezas de las columnas un tallado en forma de lirios, y así se acabo la
obra de las columnas. Hizo fundir asimismo un mar de diez codos de un lado al
otro, perfectamente redondo. Tenia cinco codos de altura y a su alrededor un
cordón de treinta codos. Rodeaban aquel mar por debajo de su borde, todo
alrededor, unas bolas como calabazas, diez por cada codo, que ceñían el mar en
dos filas, las cuales habían sido fundidas junto con el mar. Descansaba sobre
doce bueyes, tres miraban al norte, tres miraban al occidente, tres miraban al
sur, y tres miraban al oriente. Sobre ellos se apoyaba el mar, y estaban sus
patas traseras hacia la parte de adentro. El grosor del mar era de un palmo
menor, y su borde estaba labrado
como el borde de un cáliz o de una flor de lis; en el cabían dos mil batos.
Hizo también diez basas de bronce, cada una de las cuales tenia cuatro codos de
longitud, cuatro codos de anchura y tres codos la altura. Las basas estaban
hechas de esta manera: tenían unos tableros enmarcados entre molduras, y sobre
aquellos tableros que estaban entre molduras había figuras de leones ,de bueyes
y de querubines. Sobre las molduras de la basa,
tanto encima como debajo de los leones y de los bueyes, había unas añadiduras
de bajo relieve. Cada basa tenia cuatro ruedas de bronce, con ejes de bronce, y
en sus cuatro esquinas había repisas de fundición que sobresalían de los
festones, para venir a quedar debajo de la fuente. La boca de la fuente entraba
un codo en el remate que salía hacia arriba de la basa. La boca era redonda, de
la misma hechura del remate, que era de codo y medio. Había también sobre la
boca entalladuras con sus tableros, los cuales eran cuadrados, no redondos. Las
cuatro ruedas estaban debajo de los tableros, y los ejes de las ruedas nacían
en la misma basa. La altura de cada rueda era de un codo y medio. La forma de
las ruedas era como las ruedas de un carro; sus ejes, sus rayos, sus cubos
y sus cinchos, todo era de fundición. Asimismo las cuatro repisas de las
cuatro esquinas de cada basa; las repisas eran parte de la misma basa. En lo
alto de la basa había una pieza redonda de medio codo de altura,
y encima de la basa sus molduras y tableros, los cuales salían de ella
misma. Grabo en las tablas de las molduras y los tableros, entalladuras de
querubines, de leones, y de palmeras, proporcionalmente al espacio de cada una,
y otros adornos alrededor. De esta forma hizo diez basas, fundidas de una misma
manera, de una misma medida y de una misma entalladura. Hizo también diez
fuentes de bronce. Cada fuente contenía cuarenta batos y cada una era de cuatro
codos. Y coloco una fuente sobre cada una de las diez basas. Puso cinco basas a
la mano derecha de la casa y las otras cinco a la mano izquierda, y el mar al
lado derecho de la casa, hacia el sudeste. Asimismo hizo Irma fuentes, tenazas,
y cuencos. Así termino toda la obra que hizo a Salomón para la casa de Jehová:
dos columnas y los capiteles redondos que estaban en lo alto de las dos
columnas; dos redes que recubrían los dos capiteles redondos que estaban sobre
la cabeza de las columnas; cuatrocientas granadas para las dos redes, dos
hileras de granadas en cada red, para recubrir los dos capiteles redondos que
estaban sobre las cabezas de las columnas; las diez basas y las diez fuentes
sobre las basas; un mar, con doce bueyes debajo del mar; calderos, paletas y
cuencos. Todos estos utensilios que Irma hizo al rey Salomón para la casa de
Jehová eran de bronce bruñido. Todo lo hizo fundir el rey en la llanura del
jordán, en tierra arcillosa, entre sucot y saretan.
Y no pregunto Salomón sobre el peso del bronce de todos los utensilios
por la gran cantidad de ellos. Entonces hizo Salomón todos los enseres que
pertenecían a la casa de Jehová: un altar de oro y una mesa también de oro,
sobre la cual estaban los panes de la proposición; cinco candelabros de oro purísimo
a la mano derecha y otros cinco a la izquierda, frente al lugar santísimo, con
las flores, las lámparas y tenazas de oro. Asimismo los cantaros,
despabiladeras, tazas, cucharillas, e incensarios, de oro purísimo; también
eran de oro los quiciales de las puertas de la casa de adentro, del lugar santísimo,
y los de las puertas del templo. Así se termino toda la obra que dispuso hacer
el rey Salomón para la casa de Jehová. Salomón llevo lo que su padre David
había dedicado, la plata, el oro y los otros utensilios, y los deposito todos
en las tesorerías de la casa de Jehová.
8
Entonces
Salomón reunió ante si, en Jerusalén, a los ancianos de Israel, a todos los
jefes de las tribus y a los principales de las familias de los hijos de Israel,
para traer el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, que es sion. Se
reunieron con el rey Salomón todos los hombres de Israel en el mes de
etanim, que es el mes séptimo, el día de la fiesta solemne. Cuando
llegaron todos los ancianos de Israel, los sacerdotes levantaron el arca, y
trasladaron el arca de Jehová, junto con el tabernáculo de reunión y todos
los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los cuales llevaban los
sacerdotes y levitas. El rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se
había reunido junto a el, estaban delante del arca, sacrificando ovejas y
bueyes, que por su cantidad no se podían contar ni calcular. Después llevaron
los sacerdotes el arca del pacto de Jehová a su lugar, en el santuario de la
casa, al lugar Santísimo, debajo de las alas de los querubines, pues los
querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían
los querubines el arca y sus varas
por encima. Sacaron las varas de manera que sus extremos se podían ver desde el
lugar santísimo, pero no se podían ver desde mas afuera; y así han quedado
hasta hoy. En el arca no había cosa alguna, sino las dos tablas de piedra que
allí había puesto moisés en horeb, donde Jehová hizo un pacto con los hijos
de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto. Al salir los sacerdotes del
santuario, la nube lleno la casa de Jehová. Y los sacerdotes no pudieron
permanecer para suministrar a causa de la nube, porque la gloria de Jehová
había llenado la casa de Jehová. Entonces dijo Salomón: Jehová ha
dicho que habitaría en la oscuridad; pero yo te he edificado una casa por
morada, un sitio en que tu habites para siempre. Luego volvió el rey su rostro
y bendijo a toda la congregación de Israel, mientras toda la congregación de
Israel estaba de pie. Y dijo: Bendito
sea Jehová, Dios de Israel, que prometió a David mi padre lo que con su mano
ha cumplido, diciendo: desde el día que saque de Egipto a mi pueblo Israel, no
he escogido ciudad entre todas las tribus de Israel donde edificar una casa en
la cual estuviera mi nombre, aunque escogí a David para que presidiera
sobre mi pueblo Israel. Mi padre David tuvo en su corazón edificar una
casa al nombre de Jehová, Dios de Israel. Pero Jehová dijo a David mi padre:
en cuanto a haber tenido en tu
corazón edificar una casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal deseo. Pero
tu no edificaras la casa, sino un hijo nacido de tus entrañas: el edificara una
casa a mi nombre. Jehová ha cumplido la promesa que hizo: yo me he levantado en
lugar de David mi padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había
dicho, y he edificado la casa al nombre de Jehová, Dios de Israel. He dispuesto
en ella lugar para el arca, en la cual esta el pacto que Jehová hizo con
nuestros padres cuando los saco de la tierra de Egipto. Después se puso Salomón
delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y
extendiendo las manos al cielo, dijo: Jehová, Dios de Israel, no hay Dios como
tu, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, tu que guardas el pacto y la
misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón,
que has cumplido a tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste. Lo
prometiste con tu boca y hoy mismo lo has cumplido con tu mano. Ahora, pues,
Jehová, Dios de Israel, cumple a tu siervo David,
mi padre, lo que le prometiste diciendo: nunca faltara delante de mi un
descendiente tuyo que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos
guarden mi camino y anden delante de mi como has andado tu delante de mi. Ahora,
pues, Jehová Dios de Israel, cúmplase las promesa que hiciste a tu siervo
David, mi padre. Pero, ¿es verdad que Dios habitara sobre la tierra? Si los
cielos, y los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta
casa que yo he edificado? Con todo, Jehová, Dios mío,
tu atenderás a la oración de tu siervo y a su plegaria, escuchando el
clamor y la oración que tu siervo hace hoy en tu presencia, que tus ojos estén
abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has
dicho: mí nombre estará allí. Escucha la oración que tu siervo te dirija en
este lugar. Oye, pues, la oración
de tu siervo y de tu pueblo Israel. Cuando oren en este lugar, también tu lo
oirás en el lugar de tu morada, en los cielos. Escucha y perdona. Si alguno
peca contra su prójimo, le toman juramento haciéndole jurar y llega el
juramento ante tu altar en esta casa, tu oirás desde el cielo y actuaras;
juzgaras a tus siervos, condenando al impío, haciendo recaer su proceder sobre
su cabeza y justificando al justo para darle conforme a su justicia. Si tu
pueblo Israel es derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti y
se vuelve a ti y confiesa tu nombre, si oran, te ruegan y suplican en esta casa,
tu oirás en los cielos, perdonaras el pecado de tu pueblo
Israel y lo volverás a la tierra que diste a sus padres. Si el cielo se
cierra y no llueve por haber ellos pecado contra ti, y te ruegan en este lugar y
confiesan tu nombre; si se vuelven del pecado cuando los afligías, tu oirás en
los cielos, perdonaras el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, le enseñaras
el buen camino por el que deberán andar y enviaras lluvias sobre tu tierra, que
diste a tu pueblo como heredad. Si en la tierra hay hambre, pestilencia,
tizoncillo, añublo, langosta, o pulgón, si sus enemigos los sitian en la
tierra donde habiten; en todo azote o enfermedad, cualquiera sea la oración o
suplica que haga cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera
sienta el azote en su corazón y extienda sus manos hacia esta casa, tu oirás
en los cielos, en el lugar de tu morada, perdonaras y actuaras; darás a cada
uno, cuyo corazón tu conoces, conforme sus caminos ( porque solo tu conoces el
corazón de todos los hijos de los hombres), para que teman todos los días que
vivan sobre la faz de la tierra que tu diste a
nuestros padres. Asimismo al extranjero, que no es de tu pueblo Israel y
viene de lejanas tierras a causa de tu nombre (pues oirán de tu gran nombre de
tu mano fuerte y de tu brazo extendido), y llega a orar a esta casa, tu le oirás
en los cielos en le lugar de tu morada, y harás conforme a todo aquello por lo
cual el extranjero haya clamado a ti, para que todos los pueblos de tierra
conozcan tu nombre y te teman, como tu pueblo Israel,
y entiendan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo edifique. Si
tu pueblo sale a la batalla contra sus enemigos por el camino que tu les mandes,
y oran a Jehová con el rostro hacia la ciudad que tu elegiste y hacia la casa
que yo edifique a tu nombre, tu oirás en los cielos su oración y su suplica y
les harás justicia. Si pecan contra ti ( porque no hay hombre que no peque), y
tu, airado contra ellos, los entregas al enemigo, para que los cautive y lleve a
tierra enemiga, sea lejos o cerca, y ellos recapacitan en tierra donde los hayan
llevado cautivos, se convierten y te suplican en la tierra de los que los
cautivaron y dicen: pecamos hemos hecho lo malo, hemos cometido impiedad; si se
convierten a ti de todo su corazón
y de toda su alma en la tierra de los enemigos que los hayan llevado cautivos, y
te suplican con el rostro hacia la tierra que tu diste a sus padres, hacia la
ciudad que tu elegiste y la casa que yo he edificado a tu nombre, tu oirás en
los cielos, en el lugar de tu morada, su oración y su suplica, y le harás
justicia. Perdonaras a tu pueblo, que ha pecado contra ti, todas las rebeliones
que hayan cometido contra ti y harás que tengan de ellos misericordia los que
los hayan llevado cautivos, porque ellos son tu pueblo y tu heredad, el cual tu
sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro. Estén, pues, atentos tus
ojos a la oración de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel, para oírlos
en todo aquello por lo cual te invoquen, pues tu los apartaste para ti como
heredad tuya de entre todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por medio
de moisés, tu siervo, cuando tu, señor Jehová sacaste a nuestros padres de
Egipto. Cuando acabo Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y suplica,
se levanto de delante del altar de Jehová, donde se había arrodillado, con sus
manos extendidas al cielo. Y puesto en pie, bendijo a toda la congregación de
Israel, diciendo en voz alta: ¡ Bendito sea Jehová, que ha dado paz a su
pueblo Israel, conforme a todo lo que había dicho! Ni una sola palabra de todas
las promesas que expreso por medio de su siervo moisés ha faltado. Este con
nosotros Jehová, nuestro Dios, como estuvo con nuestros padres, y no nos
desampare ni nos deje. Incline nuestro corazón hacia el, para que andemos en
todos sus caminos y guardemos sus mandamientos, los estatutos y decretos que
mando cumplir a nuestros padres. Que estas palabras con que he orado delante de
Jehová estén cerca de Jehová, nuestro Dios, de día y de noche, para que el
proteja la causa de su siervo y de su pueblo Israel, cada cosa a su tiempo, a
fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no
hay otro. Sea, pues, perfecto vuestro corazón para con Jehová, nuestro Dios,
andando en sus estatutos y guardando sus mandamientos, como el día de hoy.
Entonces el rey, y todo el Israel con el, ofrecieron sacrificios delante de
Jehová. Salomón ofreció a Jehová, como sacrificios de paz, veintidós mil
bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de
Israel la casa de Jehová. Aquel mismo día el rey santifico el centro del atrio
que estaba delante de la casa de Jehová, porque ofreció allí los holocaustos,
las ofrendas y la grasa de los sacrificios de paz, por cuanto el altar de bronce
que estaba delante de Jehová era pequeño y no cabían en el los holocaustos,
las ofrendas y la grasa de los sacrificios de paz. En aquel tiempo Salomón, y
con todo Israel, una gran muchedumbre que acudió desde la entrada de hamat
hasta el rió de Egipto, hizo fiesta delante de Jehová, nuestro Dios, durante
siete días, y aun otros siete días, esto es, durante catorce días. Al octavo
día despidió al pueblo, y ellos,
bendiciendo al rey se fueron a sus casas alegres y gozosos de corazón, por todo
el bien que Jehová había hecho a David, su siervo, y a su pueblo Israel.
9
Cuando
Salomón acabo la obra de la casa de Jehová, la casa real y todo lo que quiso
hacer, Jehová se le apareció a Salomón por segunda vez, como se le había
aparecido en gabaon, y le dijo: He oído tu oración y el ruego que has hecho en
mi presencia. He santificado esta casa que tu has edificado para poner mi nombre
en ella para siempre; en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días. Y
si tu andas delante de mi como anduvo David tu padre, en integridad de corazón
y en equidad, haciendo todas las cosas que yo te he mandado y guardando mis
estatutos y mis decretos, yo afirmare el trono de tu reino sobre Israel para
siempre, como lo prometí a tu padre David, cuando dije: nunca faltara un
descendiente tuyo en el trono de Israel. Pero si obstinadamente os apartéis de
mi vosotros y vuestros hijos y no guardáis los mandamientos y estatutos
que yo he puesto delante de vosotros, sino que vais y servís a dioses
ajenos, y los adoráis, yo eliminare a Israel de sobre la faz de la tierra que
les he entregado. Y esta casa que
he santificado a mi nombre, la echare delante de mi, e Israel será motivo de
burla y escarnio entre todos los pueblos, cualquiera que pase por esta casa,
antes sublime, se asombrara y se burlara. Y se preguntara:
¿por qué ha hecho así
Jehová a esta tierra y a esta casa? Y
le dirán: por cuanto abandonaron a
Jehová, su Dios, que había sacado sus padres de la tierra de Egipto, y echaron
manos a dioses ajenos, los adoraron y los sirvieron; por eso ha traído Jehová
sobre ellos todo este mal. Aconteció al cabo de veinte años, cuando Salomón
ya había edificado las dos casas, la casa de Jehová y la casa real, para las
cuales Irma, rey de tiro, le había traído madera de cedro y de ciprés y
cuanto oro quiso, que el rey Salomón dio a Irma veinte ciudades en tierra de
galilea. Irma salió de tiro para ver las ciudades
que Salomón le había dado, y no le gustaron. Entonces dijo: ¿ que ciudades
son estas que me has dado, hermano? Y las llamo
tierra de cabul, nombre que tiene hasta hoy. Irma había enviado al rey
ciento veinte talentos de oro. Esta es la razón de la leva que el rey Salomón
impuso para edificar la casa de Jehová y su propia casa, milo y el muro de
Jerusalén, azor, meguido y gezer: el faraón, rey de Egipto, había subido
y tomado a gezer; después la quemo, dio muerte a los cananeos que
habitaban en la ciudad y la dio dote a su hija, la hija de Salomón. Restauro,
pues, Salomón a gozer y a bet-horon de abajo. A baalat y a tadmor en tierra del
desierto; asimismo todas las ciudades donde Salomón tenia provisiones, las
ciudades de los carros, las ciudades de la gente a caballo y todo lo que Salomón
quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su
señorío. A todos los
pueblos que quedaron de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos, que
no eran de los hijos de Israel, y a sus descendientes, los que quedaron en la
tierra después de ellos y que los hijos de Israel no pudieron acabar, Salomón
los sometió a trabajos forzados, hasta hoy. Pero a ninguno de los hijos de
Israel impuso Salomón servicio, sino que eran hombres de guerra, sus criados,
sus príncipes, sus capitanes, los comandantes de sus carros, o su gente de a
caballo. Los que Salomón había hecho jefes y vigilantes sobre las obras eran
quinientos cincuenta hombres, quienes dirigían a la gente que trabajaba en
aquella obra. Cuando subió la hija
del faraón de la ciudad de David a la casa de Salomón le había edificado,
entonces el edifico milo. Salomón ofrecía tres veces al año holocaustos y
sacrificios de paz sobre el altar que el edifico a Jehová, y
quemaba incienso sobre el que
estaba delante de Jehová, después que la casa estuvo terminada.
Hizo también el rey Salomón naves en ezion-geber, que esta junto a elot
en la ribera del mar rojo, en la tierra de edom. hIram envió
en ellas a sus siervos, marineros y diestros en el mar, con los siervos
de Salomón, los cuales fueron a ofir y tomaron de allí oro, cuatrocientos
veinte talentos, y lo trajeron al rey Salomón.
10
Cuando
la reina de saba oyó de la fama que Salomón había alcanzado para honra de
Jehová, vino a probarlo con preguntas difíciles. Llego a Jerusalén con un
sequito muy grande, con camellos cargados de especias, oro en gran abundancia y
piedras preciosas. Al presentarse ante Salomón le expuso todo lo que su corazón
tenia. Salomón le contesto todas sus preguntas; nada hubo que el rey no le
contestara. Cuando la reina de saba vio toda la sabiduría de Salomón, y la
casa que había edificado, así como la comida
de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los
que le servían, sus maestresalas y los holocaustos que ofrecían en la casa de
Jehová, se quedo tan asombrada que dijo al rey: ¡ es verdad lo que oí en mi
tierra de tus cosas y tu sabiduría! Yo no creía hasta que he venido y mis ojos
han visto que ni aun se me dijo la
mitad: tu sabiduría y tus bienes superan la fama que yo había oído. ¡
Bienaventurado tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente
delante de ti y oyen tu sabiduría! ¡ y bendito sea Jehová, tu Dios, que te
vio con agrado y te ha colocado en el trono de Israel!, pues Jehová ha amado
siempre a Israel, y te ha puesto como rey para que hagas derecho y justicia.
Luego dio ella al rey ciento veinte talentos de oro, mucha especería y piedras
preciosas. Nunca llego tal cantidad de especias como la dio la reina de saba al
rey de Salomón. La flota de hiram, la que había traído el
oro de ofir, traía también de ofir mucha madera de sándalo y piedras
preciosas. De la madera de sándalo hizo el rey balaustres para la casa de Jehová
y para las casas reales, arpas y también salterios para los cantores. Nunca había
llegado, ni se ha visto hasta hoy, semejante madera de sándalo. El rey Salomón
dio a la reina de saba todo lo que ella quiso y todo lo que pidió además de lo
que personalmente le regalo. Después ella se despedio y regreso a su tierra con
sus criados. El peso del oro que Salomón recibía de renta cada año era de
seiscientos sesenta y seis talentos de oro, sin contar lo que aportaban los
mercaderes, la contratación de
especias, y de todos los reyes de Arabia y los principales de la tierra. Hizo
también el rey Salomón doscientos
escudos grandes de oro batido, empleando seiscientos ciclos de oro cada escudo.
Asimismo hizo trescientos escudos de oro batido, en cada uno de los cuales gasto
tres libras de oro. Y los puso el rey en la casa bosque del Líbano. Hizo también
el rey un gran trono de marfil, el
cual recubrió de oro purísimo. Seis gradas tenia el trono y la parte alta era
redonda por el respaldo con brazos a uno y otro lado del asiento, junto a los
cuales estaban colocados dos leones. Había también doce leones puestos allí
sobre las seis gradas, de un lado y de otro. ¡ en ningún otro reino se había
hecho un trono semejante! Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de
oro, así como toda la vajilla de la casa bosque del Líbano. No había nada de
plata, porque en tiempos de Salomón no era apreciada, ya que el rey tenia en el
mar una flota de naves de tarsis, junto a la flota de hiram, y una vez cada tres
años la flota de tarsis venia y traía oro, plata, marfil , monos y pavos
reales. Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas
y en sabiduría. Toda la tierra procuraba ver el rostro
de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había
puesto en su corazón. Y todos le llevaban cada año sus presentes:
alhajas de oro y de plata, vestidos, armas, especias aromáticas, caballos y
mulos. Salomón reunió carros y gente de a caballo; tenia mil cuatrocientos
carros y doce mil jinetes, los cuales llevo a las ciudades de los carros y junto
al rey en Jerusalén. Hizo
el rey que en Jerusalén hubiera tanta plata como piedras, y que
abundaran los cedros como las higueras de la sefela. Y traían de Egipto
caballos y lienzos a Salomón, porque los mercaderes del rey los
compraban allí. Un carro que se traía de Egipto valía seiscientas
piezas de plata y un caballo ciento cincuenta. Así los adquirían, también por
medio de ellos, todos los reyes de los heteos y de Siria.
11
Pero
el rey Salomón amo, además de la hija del faraón, a muchas mujeres
extranjeras, de moab, de Amón, de edom, de sidon, y heteas; gentes de las
cuales Jehová había dicho a los hijos de
Israel: no os uniréis a ellas, ni ellas se unirán a vosotros, porque
ciertamente harán que vuestros corazones se inclines tras sus dioses. A estas,
pues, se junto Salomón por amor. Y tuvo setecientas mujeres reinas y
trescientas concubinas, y sus mujeres le desviaron el corazón. Cuando Salomón
era ya viejo, sus mujeres le inclinaron el corazón
tras dioses ajenos, y su corazón ya no era perfecto para con Jehová, su
Dios, como el corazón de su padre David. Salomón siguió a astoret, diosa de
los sidonios, y a milcom, ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo
malo ante los ojos de Jehová, pues no siguió cumplidamente a Jehová como su
padre David. Entonces edifico Salomón un lugar alto a quemos, ídolo abominable
de moab, en el monte que esta enfrente de Jerusalén, y a moloc, ídolo
abominable de los hijos de Amón. Lo mismo hizo para todas sus mujeres
extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.
Y se enojo Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de
Jehová, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces y le había
mandado sobre este asunto que no siguiera a dioses ajenos. Pero el no guardo lo
que le mando Jehová. Entonces Jehová dijo a Salomón: Por cuanto has obrado así
y no has guardado mi pacto y los estatutos que yo te mande, te quitare el reino
y lo entregare a tu siervo. Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a
David, ti padre; lo quitare de manos de tu hijo. Pero no te quitare todo el
reino, sino que le daré una tribu a tu hijo, por amor a David, mi siervo, y por
amor a Jerusalén, la cual yo he elegido. Jehová
suscito un adversario a Salomón: hedad, el edomita de sangre real, que estaba
en edom. Porque cuando David estaba
en edom, joab, el general del ejercito, al
subir a enterrar los muertos, mato a todos los hombres de edom (porque seis
meses se quedo allí joab, con todos los israelitas, hasta acabar con todo el
sexo masculino en edom). Pero hadad, que entonces era un muchacho pequeño, huyo
junto con algunos edomitas siervos de su padre, y se fue a Egipto. Luego
salieron de madian y llegaron a paran, donde tomaron consigo algunos hombres de
paran. Llegaron a Egipto, a la presencia del faraón, rey de Egipto, el cual les
dio casa, les asigno alimentos, y hasta les dio tierras. Hadad se gano de tal
manera el favor del faraón, que este le dio por mujer a la hermana de su
esposa, la hermana de la reina tahpenes. La hermana de tahpenes le dio a luz a
su hijo genubat, a quien desteto tahpenes en casa del faraón. Así genubat vivió
en casa del faraón entre los hijos del faraón. Al enterarse hadad en Egipto
que David había dormido con sus padres y que joab, general del ejercito había
muerto, dijo al faraón: - déjame irme a mi tierra. El faraón le respondió: -
¿por qué? ¿qué te falta conmigo que procuras irte a tu
tierra? – nada; con todo, te ruego que me dejes ir. – respondió el.
Dios levanto también como adversario contra Salomón a rezon hijo de eliada que
había huido de su amo hadad-ezer, rey de soba; había reunido gente contra el y
se había hecho capitán de una banda cuando David deshizo a los de soba. Después
fueron a vivir a damasco y allí hicieron rey a rezon, quien fue adversario de
Israel todos los días de Salomón. Esto se sumo al mal que representaba hadad,
pues aborrecía a Israel y llego a reinar sobre Siria. También jeroboam hijo de
nabat, efrateo de sereda, siervo de Salomón, cuya madre se llamaba zerua, la
cual era viuda, alzo su mano contra el rey. La causa por la cual este alzo su
mano contra el rey fue esta: Salomón, al edificar milo, cerro la brecha de la
ciudad de David, su padre. Este jeroboam era un hombre valiente y esforzado, y
al ver Salomón que el joven era un hombre activo, le encomendó todo el
servicio a cargo de la casa de José. Aconteció pues, en aquel tiempo, que al
salir jeroboam de Jerusalén, lo encontró en el camino el profeta ahias, el
silonita; este iba cubierto con una capa nueva, y los dos estaban solos en el
campo. Ahias tomo la capa nueva que tenia sobre si, la rompió en dos pedazos, y
dijo a jeroboam: toma para ti diez pedazos, porque así dice Jehová, Dios de
Israel: voy a arrancar el reino de manos de Salomón y te daré a ti diez
tribus. El se quedara con una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a
Jerusalén, ciudad que yo elegido entre todas las tribus de Israel, por cuanto
me ha dejado y ha adorado a astoret, diosa de los sidonios, a quemos, dios de
moab, y a meloc, dios de los hijos de Amón, y no ha andado en mis caminos para
hacer lo recto delante de mis ojos, ni mis estatutos ni mis decretos, como hizo
David su padre. Pero no quitare nada del reino de sus manos, sino que lo retendré
como rey todos los días de su vida, por amor a David, mi siervo, al cual yo
elegí, y quien guardo mis mandamientos u mis estatutos. Pero quitare el reino
de manos de su hijo y te daré a ti las diez tribus. A su hijo le daré una
tribu, para que mi siervo David tenga una lámpara todos los días delante de mi
en Jerusalén, ciudad que yo elegí para
poner en ella mi nombre. Yo, pues, te tomare a ti, tu reinaras en todas las
cosas que desee tu alma, y serás rey de Israel. Si prestas oído a todas las
cosas que te mande, andas en mis caminos y haces lo recto delante de mis ojos,
guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo mi siervo David, yo estaré
contigo y te edificare casa firme, como la
edifique a David. Te entregare a Israel y afligiré a la descendencia de
David a causa de esto, pero no para siempre. Por esto Salomón procuro matar
jeroboam, pero jeroboam se levanto y huyo a Egipto, a sisac, rey de Egipto, y
estuvo en Egipto hasta la muerte de Salomón. El resto de los hechos de Salomón,
todo lo que hizo y su sabiduría,
¿no esta escrito en el libro de los hechos de Salomón? Los días que Salomón
reino en Jerusalén sobre todo Israel fueron cuarenta años. Durmió Salomón
con sus padres y fue sepultado en la ciudad de su padre David. En su lugar reino
su hijo roboam.
12
Roboam
fue a siquem, porque todo Israel había ido allí para hacerlo rey. Aconteció
que lo supo jeroboam hijo de nabat, que aun estaba en Egipto, donde había huido
del rey Salomón, y donde vivía. Enviaron a llamarlo, y el se presento con toda
la congregación de Israel, y le
dijeron a roboam: - tu padre agravo nuestro yugo. Alivia tu ahora algo de la
dura servidumbre de tu padre y del pesado yugo que nos impuso, y te serviremos.
El les respondió: - idos, y
de aquí a tres días volved a mi. Y el pueblo se fue. Entonces el rey
roboam pidió consejo de los
ancianos que habían servido a su padre Salomón cuando vivía, y dijo: - ¿
como aconsejáis vosotros que responda a este pueblo? Ellos le hablaron así: -
si te pones hoy al servicio de este pueblo, lo sirves y le respondes con buenas
palabras, ellos te servirán para siempre. Pero el desecho el consejo que los
ancianos le habían dado, y pidió consejo de los jóvenes que se habían criado
con el y estaban a su servicio. Y le pregunto: - ¿ como aconsejáis vosotros
que respondamos a este pueblo que me ha hablado diciendo: alivia en algo el yugo
que tu padre nos impuso?. Entonces los jóvenes que se habían criado con el le
respondieron: - así hablara a este pueblo que te ha dicho estas palabras: tu
padre agravo nuestro yugo, pero tu alívialo en algo;
así les hablaras: el menor de mis dedos es mas grueso que la cintura de
mi padre. Ahora, pues, padre os cargo con un pesado yugo, pero yo lo haré mas
pesado aun; mi padre os castigo con azotes, pero yo os castigare con
escorpiones. Al tercer día se presento jeroboam con todo el pueblo ante roboam,
según el rey lo había mandado, cuando dijo: regresad a verme al tercer día.
Pero el rey respondió al pueblo duramente, desechando el consejo que los
ancianos le habían dado, y hablándoles conforme al consejo de los jóvenes,
les dijo: mí padre agravo vuestro yugo, pero yo lo haré mas pesado aun; mi
padre os castigo con azotes, pero yo os castigare con escorpiones. Así que no
oyó el rey al pueblo, pues era un designio de Jehová para confirmar la palabra
que había dado a jeroboam hijo de nabat por medio de ahias, el silonita. Cuando
todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras:
¿qué parte tenemos nosotros con David? No
tenemos herencia en el hijo de isai. ¡ Israel, cada uno a
sus tiendas! ¡ David mira ahora por tu casa!. Entonces Israel se fue a
sus tiendas, mientras roboam siguió reinando sobre los hijos de Israel que
habitaban en las ciudades de juda. Cuando
el rey raboam envió adoram, que estaba encargado de los tributos, todo Israel
lo apedreo y lo mato. Entonces el rey roboam se apresure a subirse en un carro y
huir a Jerusalén. Así se aparto Israel de la casa de David hasta hoy. Aconteció
que al oír todo Israel que jeroboam había vuelto, enviaron a llamarlo a la
congregación y lo hicieron rey de
todo Israel, sin quedar tribu alguna que siguiera a la casa de David, sino solo
la tribu de juda. Cuando roboam llego a Jerusalén reunió a toda la casa de
juda y la tribu de benjamín, ciento ochenta mil hombres, todos guerreros
escogidos, con el fin de hacer la guerra a la casa de Israel y devolver el reino
a roboam hijo de Salomón. Pero Jehová hablo a semaias, hombre de Dios
diciendo: habla a roboam, hijo de Salomón, rey de juda, a toda la casa de juda
y de benjamín, y a los demás del pueblo, y diles: así ha dicho Jehová: no
vayáis, ni peleéis con vuestros hermanos, los hijos de Israel; volveos cada
uno a su casa, porque esto es obra mía. Al oír ellos la palabra de Dios
regreso cada uno a su casa, conforme a la palabra de Jehová. Entonces reedifico
jeroboam a siquem en los montes de Efraín, y habito en ella. Luego salió de
allí y reedifico a penuel. Pero jeroboam pensó en su corazón: ahora, la casa
de David recuperara el reino si este pueblo sube a ofrecer sacrificios en la
casa de Jehová en Jerusalén, porque el corazón de este pueblo se volverá a
su señor roboam, rey de juda, me mataran a mi y se volverán a roboam, rey de
juda. Después de tomar consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al
pueblo: ya habéis subido bastante a Jerusalén. Aquí están tus dioses,
Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto. Entonces puso uno
en bet-el y el otro en dan. Esto
fue causa de pecado, porque el pueblo iba a adorar delante de uno de ellos hasta
dan. Hizo también casas sobre los lugares altos y designo sacerdotes de entre
el pueblo que no eran de los hijos de levi. Luego instituyo jeroboam una fiesta
solemne en el mes octavo, a los quince días del mes, conforme a la fiesta
solemne que se celebraba en juda, y ofreció sacrificios sobre un altar. lo
mismo hizo en bet-el, ofreciendo sacrificios a los becerros que había hecho.
Ordeno también en bet-el sacerdotes para los lugares altos que el había
fabricado. Sacrifico pues, sobre el altar que el había hecho en bet-el a los
quince días del mes octavo, el mes que el había inventado según el dictado de
su propio corazón. Así hizo
fiesta a los hijos de Israel, y subió al altar para quemar incienso.
13
Mientras jeroboam
quemaba el incienso junto al altar,
un hombre de Dios, vino de juda a bet-el, enviado por Jehová. Aquel clamo
contra el altar por mandato de Jehová y dijo: Altar, altar así ha dicho Jehová:
a la casa de David le nacerá un hijo llamado josias, el cual sacrificara sobre
ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre
ti quemaran huesos de hombres. Ese mismo día dio una señal diciendo: esta es
la señal de que Jehová ha hablado: el
altar se quebrara y la ceniza que sobre el esta se derramara. Cuando el rey
jeroboam oyó la palabra del hombre Dios que había clamado contra el altar de
bet-el, extendiendo su mano desde el altar, dijo: ¡ prendedle!. Pero la mano
que había extendido contra el
hombre de Dios, se le seco, y no la pudo enderezar.
El altar se rompió y se derramo la ceniza que había en el, conforme a la señal
que el hombre de Dios había dado por mandato de Jehová. Entonces el rey,
dirigiéndose al hombre de Dios dijo: - te pido que ruegues ante la presencia de
Jehová, tu Dios, y ores por mi, para que mi mano sea restaurada. El hombre de
Dios oro a Jehová y la mano del rey se le restauro; quedo como era antes. El
rey dijo al hombre de Dios: - ven conmigo a casa,
y comerás y yo te daré un presente. Pero el hombre de Dios respondió
al rey: - aunque me dieras la mitad
de tu casa no iría contigo, ni comería pan ni bebería agua en este lugar.
Porque así me esta ordenado por mandato de Jehová, que me ha dicho: no comas
pan ni bebas agua, ni regreses por el mismo camino. Regreso pues, por otro
camino y no volvió por el camino por donde había ido a bet-el. vivía entonces
en bet-el un viejo profeta. Vino su hijo y le contó todo lo que el hombre de
Dios había hecho aquel día en bet-el; le contaron también a su padre las
palabras que había dicho el rey. Su padre les dijo: - ¿por qué camino se fue?
Sus hijos les mostraron el camino por donde había regresado el hombre de
Dios que había venido de juda. Y el les dijo: - ensilladme el asno.
Ellos le ensillaron el asno y el lo monto. Se fue tras el hombre de Dios
y lo hallo sentado debajo de una encina. - ¿ eres tu el hombre de Dios que vino
de juda? – le pregunto. – yo soy – le respondió. – ven conmigo a casa y
come algo – le dijo entonces. Pero el respondió: - no podré volver contigo,
ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni
beberé agua contigo en este lugar. Porque por mandato de Dios me ha dicho: no
comas pan ni bebas agua allí, ni regreses por el mismo camino. El otro le dijo,
mintiéndole: - yo también soy
profeta como tu, y un ángel me ha hablado por mandato de Jehová, diciendo: tráele
contigo a tu casa para que coma pan y beba agua. Cuando estaban sentados a la
mesa, aconteció que Jehová hablo al profeta que lo había hecho volver, el
cual clamo al hombre de Dios que había venido de juda diciendo: así dice Jehová:
por cuanto has sido rebelde al mandato de Jehová, y no guardaste el mandamiento
que Jehová tu Dios, te había prescrito, sino que volviste y comiste pan y
bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieras pan ni
bebieras agua, no entrara tu cuerpo en el sepulcro de tus padres. Después de
haber comido pan y bebido, el que le había hecho volver le ensillo el asno. Al
partir, lo encontró un león en el camino y lo mato. Su cuerpo quedo tirado en
el camino, y el asno y el león
permanecieron junto al cuerpo. Unos que pasaban vieron el cuerpo que estaba
echado en el camino, y al león que permanecía junto al cuerpo, y fueron a
contarlo a la ciudad donde vivía el viejo profeta. Cuando lo supo el profeta
que le había hecho volver del camino, dijo: ¡ es el hombre de Dios que se
rebelo al mandato de Jehová! Por tanto Jehová
lo ha entregado al león, que lo ha quebrantado y matado, conforme a la palabra
de Jehová. Luego dijo a sus hijos: ensilladme
un aso. Ellos se lo ensillaron y el partió. Hallo el cuerpo tendido en
el camino, y el asno y el león que permanecían junto al cuerpo; el león no
había comido el cuerpo, ni dañado al asno. Entonces tomo al profeta el cuerpo
del varón de Dios, lo puso sobre el asno y se lo llevo. El profeta viejo fue a
la ciudad para hacerle duelo y enterrarlo. Puso el cuerpo en su sepulcro e
hicieron duelo por el diciendo: ¡ ay , hermano mío!. Después que lo
enterraron, hablo a sus hijos, y les dijo: Cuando yo muera, enterradme en el
sepulcro en que esta sepultado el varón de Dios; poned mis huesos junto a los
suyos. Porque sin duda vendrá lo que el dijo a voces según la palabra de Jehová
contra el altar que esta en bet-el y contra todas las casas de los lugares altos
que están en las ciudades de samaria. Con todo esto, no se aparto jeroboam de
su mal camino, sino que volvió a designar sacerdotes de los lugares altos de
entre el pueblo, y a quien quería lo consagraba
para que fuera de los sacerdotes de los lugares altos. Esto fue causa de pecado
para la casa de jeroboam, por lo cual ha sido cortada y raida de sobre la faz de
la tierra.
14
En aquel tiempo
abias hijo de jeroboam cayo enfermo. Y dijo jeroboam a su mujer: levántate
ahora y disfrázate, para que no reconozcan que eres la mujer de jeroboam, y ve
a silo, porque allá esta el profeta ahias, el que me dijo que yo seria rey de
este pueblo. Toma en tus manos diez panes, tortas y una vasija de miel, y acude
a el, para que te declare lo que ha de ser de este niño. La mujer de jeroboam
lo hizo así; se levanto, fue a silo y llego a la casa de ahias. Ahias ya no podía
ver, porque sus ojos se habían oscurecido a causa de la vejez. Pero Jehová había
dicho a ahias: mira, la mujer de jeroboam vendrá a consultarte sobre su hijo
que esta enfermo. Así y así le responderás, pues cuando ella llegue, vendrá
disfrazada. Cuando ahias oyó el sonido de sus pies al entrar ella por la
puerta, dijo: entra, mujer de
jeroboam. ¿por qué te finges otra? Me han enviado a tu presencia con una
revelación dura. Ve y dile a jeroboam: así ha dicho Jehová, Dios de Israel:
yo te levante de en medio del pueblo, y te hice príncipe de mi pueblo Israel.
Le quite el reino a la casa de
David y te lo entregue a ti. Pero tu no has sido como David, mi siervo, que
guardo mis mandamientos y anduvo en pos de mi con todo su corazón, haciendo
solamente lo recto delante de mis ojos, sino que hiciste mas mal que todos los
que te han predecido, pues fuiste y te hiciste dioses ajenos e imágenes de
fundición para enojarme, y a mi me has despreciado. Por tanto, voy a traer el
mal sobre la casa de jeroboam: extirpare todos los hombres a la casa de jeroboam
en Israel, tanto al siervo como al libre. Barreré la descendencia de la casa de
jeroboam, como se barre el estiércol, hasta que no quede nada. Al que muera de
los de jeroboam en la ciudad lo comerán los perros, y el que muera en el campo
lo comerán las aves del cielo, porque Jehová lo ha dicho. En cuanto a ti, levántate
y vete a tu casa. Al poner tu pie en la ciudad, morirá el niño. Todo Israel
hará por el lamentación y lo enterraran, pues de los descendientes de jeroboam
solo el será sepultado, por cuanto de la casa de jeroboam solo en el se ha
hallado alguna cosa buena delante de Jehová, Dios de Israel. Y Jehová
levantara para si un rey en Israel que extirpara en este día la casa de
jeroboam; y lo hará ahora mismo. Jehová sacudirá a Israel al modo como la caña
se agita en las aguas, arrancara a Israel de esta buena tierra que había dado a
sus padres, y los esparcirá mas allá del eufrates, por cuanto han hecho sus imágenes
de asera, enojando a Jehová. El entregara a Israel por los pecados de jeroboam,
quien peco y ha hecho pecar a Israel. Entonces la mujer de jeroboam se levanto,
se marcho y entro a tirsa. Cuando cruzo el umbral de la casa, el niño murió.
Lo enterraron, y todo Israel hizo lamento por el, conforme a la palabra de Jehová,
la que el había anunciado por medio de su siervo, el profeta ahias. Los demás
hechos de jeroboam, las guerras que hizo y como reino, todo esta escrito en el
libro de las historias de los reyes de Israel. El tiempo que reino jeroboam fue
de veintidós años. Cuando durmió con sus padres, reino en su lugar su hijo
nadab. Raboam hijo de Salomón reino en juda. De cuarenta y un
años era roboam cuando comenzó a reinar; diecisiete años reino en
Jerusalén, ciudad que Jehová eligió entre todas las tribus de Israel para
poner allí su nombre. El nombre de su madre es naama, amonita. Juda hizo lo
malo ante los ojos de Jehová y lo enojaron con los pecados que cometieron mas
que todo lo que hicieron sus padres. También ellos se edificaron lugares altos,
estatuas e imágenes de asera, en todo collado
alto y debajo de todo árbol frondoso. Hubo también sodomitas en la tierra, que
cometieron todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de
delante de los hijos de Israel. Al quinto año de raboam subió sisac, rey de
Egipto, contra Jerusalén, tomo los tesoros de la casa de Jehová, los tesoros
de la casa real, y lo saqueo todo. También se
llevo todos los escudos de oro que Salomón había hecho. En lugar de
ellos, el rey raboam hizo escudos de bronce y se los dio a los capitanes de la
guardia que custodiaban la puerta de
la casa real. Cuando el rey entraba en la casa de Jehová, los de la guardia los
llevaban, y después volvían a ponerlos en la sala de la guardia. Los demás
hechos de raboam y todo lo que hizo, ¿ no esta escrito en las crónicas de los
reyes de juda?. Todos los días hubo guerra entre roboam y jeroboam. Roboam
durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad
de David. El nombre de su madre era naama, amonita, reino en su lugar
abiam, su hijo.
15
En
el año dieciocho del rey jeroboam hijo de nabat, abiam comenzó a reinar sobre
juda. Reino tres años en Jerusalén. El nombre de su madre era maaca, hija de
abisalon. Anduvo en todos los pecados que su padre había cometido antes de el.
su corazón no fue perfecto para con Jehová, su Dios, como el corazón de su
padre David. Pero por amor a David, Jehová, su Dios, le dio una lámpara en
Jerusalén, al poner en el trono a su hijo después de el y sostener a Jerusalén,
por cuanto David había hecho lo recto ante los ojos de Jehová, y de ninguna
cosa que le habían mandado se había apartado en todos los días de su vida,
salvo en lo tocante a Urías, el heteo. Hubo guerra entre raboam y jeroboam
todos los días de su vida. Los demás
hechos de abiam y todo lo que hizo
¿no esta escrito en el libro de las crónicas de los reyes de juda? Y hubo
guerra entre abiam y jeroboam. Durmió abiam con sus padres y lo sepultaron en
la ciudad de David. En su lugar reino asa, su hijo. En el año veinte de
jeroboam, rey de Israel, asa comenzó a reinar sobre juda. Reino cuarenta y un años
en Jerusalén. El nombre de su madre maaca, hija de abisalom. Asa hizo lo recto
ante los ojos de Jehová, como David su padre, porque expulso del país a los
sodomitas y quito todos los ídolos que sus padres habían hecho. También privo
a su madre maaca de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de asera. Asa
deshizo, además, el ídolo de su madre y lo quemo junto al torrente cedron. Sin
embargo, los lugares altos no desaparecieron. Con todo, el corazón de asa fue
perfecto para con Jehová toda su vida. También puso en la casa de Jehová lo
que su padre había dedicado, y lo que el dedico: oro, plata, y alhajas. Hubo
guerra continuamente entre asa y baasa, rey de Israel. Baasa rey de Israel, subió
contra juda y fortifico rama, para evitar que se comunicaran con asa, rey de
juda. Asa tomo toda la plata y el oro que había quedado en los tesoros de la
casa de Jehová y en los tesoros de la casa real,
se los entrego a sus siervos y los envió a ben-adad hijo de tabrimon
hijo de hezion, rey de Siria, el cual residía en damasco, diciendo: haya
alianza entre nosotros, como entre mi padre y el tuyo. Aquí te envió un
presente de plata y de oro. Ve y rompe tu pacto con baasa, rey de Israel, para
que se aparte de mi. Ben-adad acepto la propuesta del rey asa y envió a los
jefes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel. Conquisto ijon, dan,
Abel-bet-maaca, toda gineret y toda la tierra de neftali. Al saberlo baasa, dejo
de edificar rama y se quedo en tirsa. Entonces el rey asa convoco a toda juda,
sin exceptuar a nadie. Se llevaron de rama la piedra y la madera con que baasa
edificaba y el rey asa construyo con ello geba de benjamín y mizpa. Los demás
hechos de asa, todo su poderoso, todo
lo que hizo y las ciudades que edifico, ¿no esta todo escrito en el libro de
las crónicas de los reyes de juda? En los días de su vejez asa enfermo de los
pies. Durmió asa con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de
David su padre. Reino en su lugar Josafat su hijo.
Nadabb hijo de jeroboam comenzó a reinar sobre Israel en el segundo año
de asa, rey de juda. Reino sobre Israel dos años. Hizo lo malo ante los ojos de
Jehová andando en el camino de su padre y en los pecados con que este hizo
pecar a Israel. Baasa hijo de ahias, que era de la casa de isacar, conspiro
contra el. baasa lo hirió en gibeton que era de los filisteos, porque nadabb y
todo Israel tenían sitiado a gibeton. Lo mato pues baasa, en el tercer año de
asa rey de juda, y reino en su lugar suyo. Apenas comenzó a reinar mato a toda
la casa de jeroboam, sin dejar alma viviente de los de jeroboam, hasta raerla,
conforme a la palabra que Jehová anuncio por medio de su siervo ahias, el
silonita, y a causa de los pecados que jeroboam había cometido, con los cuales
hizo pecar a Israel, provocando así el enojo de Jehová Dios de Israel. Los demás
hechos de nadab y todo lo que hizo ¿no esta todo escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Israel? Y hubo guerra continua entre asa y baasa, rey de Israel.
En el tercer año de asa, rey de juda, comenzó a reinar baasa hijo de ahias
sobre todo Israel en tirsa. Reino veinticuatro años. Pero hizo lo malo ante los
ojos de Jehová; anduvo en el camino de jeroboam y en el pecado con que este
hizo pecar a Israel.
16
Llego palabra de
Jehová a jehu hijo de hanani contra baasa diciendo: yo te levante del polvo y
te puse como príncipe de mi pueblo Israel. Pero tu has andado en el camino
de jereboam y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con
tus pecados. Por eso yo barreré la posterioridad de baasa y de su
casa, y voy a hacer con su casa como la casa de jeroboam hijo de
nabat. Al que de baasa muera en la ciudad se lo comerán los perros;
y al que muera en el campo se lo comerán las aves del cielo. Los demás
hechos de baasa, las cosas que hizo y su poderío, ¿no esta todo escrito en el
libro de las crónicas de los reyes de Israel? Durmió baasa con sus padres y
fue sepultado en tirsa; y reino en
su lugar su hijo ela. La palabra de Jehová por boca del profeta jehu hijo de
hanani fue contra baasa y también contra su casa, con motivo de todo lo malo
que hizo ante los ojos de Jehová, por provocarlo a ira con las obras de sus
manos, que llegaron a ser como las de la casa de jeroboam y por haberla
exterminado. En el año veintiséis
de asa rey de juda, comenzó a reinar ela hijo de baasa sobre Israel en tirsa y
reino dos años. Pero conspiro contra el su siervo zimri, comandante de la mitad
de los carros. Estaba ela en tirsa, embriagado y bebiendo en casa de arsa, su
mayordomo en tirsa, cuando llego zimri y lo hirió de muerte; y reino en lugar
suyo. Era el año veintisiete de asa, rey de juda. Tan pronto estuvo sentado en
el trono y comenzó a reinar, mato a toda casa de baasa, sin dejar en ella ningún
hombre, ni parientes ni amigos. Así extermino zimri a toda la casa de baasa,
conforme a la palabra de Jehová había proferido contra baasa por medio del
profeta jehu, por todos los pecados cometidos por baasa, los pecados de ela, su
hijo, y los que hicieron cometer a Israel, provocando con sus vanidades el enojo
de Jehová, Dios de Israel. Los demás hechos de ela, y todo lo que hizo, ¿no
esta todo escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Israel?. En el año veintisiete de asa rey de juda, comenzó a
reinar zimri; y reino siete días en tirsa. El pueblo había acampado contra
gibeton ciudad de los filisteos. Y el pueblo que estaba en el campamento oyó
decir: zimri ha conspirado y ha dado muerte al rey. Entonces todo Israel
proclamo aquel mismo día rey de Israel, en el campo de batalla, a omri, general
del ejercito. Omri subió de gibeton junto con todo Israel y sitiaron a tirsa.
Al ver zimri tomada la ciudad, se metió en el palacio de la casa real y prendió
fuego a la casa consigo adentro. Así murió, por los pecados que había
cometido, haciendo lo malo ante los ojos de Jehová y andando en los caminos de
jeroboam, y en el pecado que este cometió al hacer pecar a Israel. El resto de
los hechos de zimri y de su conspiración, ¿no esta todo escrito en el libro
de las crónicas de los reyes de Israel? Entonces el pueblo de Israel se
dividió en dos partes: la mitad del pueblo seguía a tibni hijo de ginat para
hacerlo rey, y la otra mitad seguía a omri, pero el pueblo que seguía a omri
pudo mas que el que seguía a tibni hijo de ginat. Tibni murió y omri se
convirtió en rey. En el año treinta y uno de asa rey de juda, comenzó a
reinar omri, sobre Israel y reino doce años; en tirsa reino seis años. Omri
compro a semer el monte de samaria por dos talentos de plata, edifico en el
monte y llamo a la ciudad que había edificado samaria, por el nombre de semer,
que fue dueño de aquel monte. Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová; lo
hizo peor que todos los que habían reinado antes de el; pues anduvo en todos
los caminos de jeroboam hijo de nabat, y en pecado que aquel hizo cometer a
Israel, al provocar con sus ídolos la ira de Jehová, Dios de Israel. Los demás
hechos de omri, todo lo que hizo, y las acciones valientes que ejecuto, ¿no
esta todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?. Omri
durmió con sus padres y fue sepultado en samaria. En su lugar reino acab, su
hijo. Comenzó a reinar acab hijo de omri sobre Israel el año treinta y ocho de
asa, rey de juda, y reino sobre Israel en samaria veintidós años. Pero acab
hijo de omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, mas que todos los que
reinaron antes de el, pues no le basto andar en los pecados de jeroboam hijo de
nabat, sino que tomo por mujer a jezabel, hija de et-baal, rey de los sidonios,
y fue, siervo a baal y lo adoro. Construyo además un altar a baal en el templo
que el le edifico en samaria. También hizo acab una imagen de asera, para
provocar así la ira de Jehová, Dios
de Israel, mas que todos los reyes de Israel que reinaron antes de el. en
tiempos de acab, hiel, el de bet-el, reedifico a Jericó. Al precio de la vida
de abiram, su primogénito ,echo el cimiento, y al precio de la vida de segub su
hijo menor, puso sus puertas conforme a la palabra que Jehová le había
anunciado por medio de Josué hijo de nun.
17
Entonces
Elías, el tisbita, que era uno de los habitantes de galaad, dijo a acab: ¡
Vive Jehová, Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni
roció en estos años, hasta que mi boca lo diga!. Llego a el una palabra de
Jehová que decía: apártate de aquí, vuelve al oriente y escóndete en el
arroyo querit, que esta frente al jordán. Beberás del arroyo; yo he mandado a
los cuerpos que te den allí de comer. El partió e hizo conforme a la palabra
de Jehová, pues se fue y vivió junto al arroyo querit que esta frente al jordán.
Los cuervos le traían pan y carne por la mañana y por la tarde y bebía del
arroyo. Pasados algunos días, se seco el arroyo, porque no había llovido sobre
la tierra. Luego llego a Elías una palabra de Jehová, que decía: levántate
vete a sareta de sidon y vive allí; ahí le he dado orden a una mujer viuda que
te sustente. Entonces el se levanto y se fue a sarepta. Cuando llego a la puerta
de la ciudad, había allí una mujer viuda que estaba recogiendo leña. Elías
la llamo y le dijo: - te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso para
que beba. Cuando ella iba a traérsela, el la volvió a llamar y le dijo: - te
ruego que me traigas también un bocado de pan en tus manos. Ella respondió: -
¡Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido!; solamente tengo un puñado de
harina la tinaja y un poco de aceite en una vasija. Ahora recogía dos leños
para entrar y prepararlo para mi y para mí hijo. Lo comeremos y luego
moriremos. Elías le dijo: - no tengas temor: ve y haz como has dicho; pero
hazme con ello primero una pequeña torta cocina debajo de la ceniza y tráemela.
Después la harás para ti y para mi hijo. Porque Jehová, Dios de Israel, ha
dicho así: la harina de la tinaja no escaseara, ni el aceite de la vasija
disminuirá, hasta el día que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. La
viuda fue e hizo como le había dicho Elías. Y comieron el, ella y su casa,
durante muchos días. No escaseo la harina de la tinaja, ni el aceite de la
vasija menguo, conforme a la palabra de Jehová había dicho por medio de Elías.
Después de estas cosas aconteció que cayo enfermo el hijo de la dueña de la
casa. La enfermedad fue tan grave que se quedo sin aliento. Entonces dijo ella a
Elías: - ¿qué tengo que ver yo contigo, varón de Dios? ¿has venido aquí a
recordarme mis pecados y a hacer morir a mi hijo? – dame acá a tu hijo – le
dijo el. lo tomo entonces Elías de su regazo, lo llevo al aposento donde el vivía
y lo puso sobre su cama. Luego clamo a Jehová diciendo:
Jehová Dios mío, ¿también a la viuda en cuya casa estoy hospedado vas
a afligir, haciendo morir su hijo?. Se
tendió sobre el niño tres veces y clamo a Jehová: Jehová Dios mío, te ruego
que hagas volver el alma a este niño. Jehová oyó la voz de Elías, el alma
volvió al niño y este revivió. Tomo luego Elías al niño, lo trajo del
aposento a la casa, lo entrego a su madre y le dijo: - mira, tu hijo vive.
Entonces la mujer dijo a Elías: -
ahora reconozco que tu eres un varón de Dios y que la palabra de Jehová es
verdad en tu boca.
18
Paso mucho
tiempo, y tres años después, llego palabra de Jehová a Elías, diciendo: Ve,
muéstrate a acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra. Fue, pues, Elías
a mostrarse a acab. En samaria el hambre era grave. Acab llamo a abdias, su
mayordomo. Addias era muy temeroso de Jehová, pues cuando jezabel destruía a
los profetas de Jehová, abdias tomo a cien profetas y los escondió en cuevas
de cincuenta en cincuenta, y los sustento con pan y agua. Dijo, pues, acab a
abdias: - ve por el país a todas las fuentes de aguas y a todos los arroyos,
a ver si acaso encontramos pasto con que conservar con vida a los
caballos y a las mulas, para que no nos quedemos sin bestias. Y dividieron entre
si el país para recorrerlo; acab fue por un camino y abdias fue solo por otro.
Cuando abdias iba por el camino, se encontró con Elías. Al reconocerlo se
postro sobre su rostro y dijo: - ¿no eres tu Elías, mi señor?. – yo soy;
ve y dile a tu amo: aquí esta Elías.
– le respondió el. abdias contesto: - ¿en que he pecado para que
entregues a tu siervo en manos de acab para que me mate? ¡Vive Jehová, tu
Dios!, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a
buscarte, y cuando respondían: no
esta aquí, hacia jurar a reinos y a naciones que no te habían hallado. ¿ y
ahora tu dices: ve y dile a tu amo: aquí esta Elías? Acontecerá que luego de
que yo me haya ido, el espíritu de Jehová te llevara adonde yo no sepa. Y
cuando yo vaya a dar la noticia a acab, el no te hallara y me matara. Pero tu
siervo teme a Jehová desde su juventud. ¿no le han contado a mi señor lo que
hice cuando jezabel mataba a los profetas de Jehová, que escondí en cuevas a
cien de los profetas de Jehová, de cincuenta en cincuenta, y los mantuve con
pan y agua? Y ahora dices tu: ve y dile a tu amo: aquí esta Elías.
¿quieres que me mate? Elías le dijo: - ¡ Vive Jehová de los ejércitos
en cuya presencia estoy!, que hoy me presentare ante el. entonces abdias fue a
encontrarse con acab, le dio el aviso y acab fue a encontrarse con Elías.
Cuando lo vio, le dijo: - ¿eres tu el que perturbas a Israel? El respondió: -
yo no he perturbado a Israel, sino tu y la
casa de tu padre, al abandonar los mandamientos de Jehová y seguir a los
baales. Manda, pues ahora a que
todo Israel se congregue en el monte Carmelo, con los cuatrocientos cincuenta
profetas de baal y los cuatrocientos profetas
de asera, que comen de la mesa de jezabel. Acab convoco a todos los hijos de
Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Entonces Elías ,acercándose
a todo el pueblo, dijo: - ¿hasta cuando vacilareis vosotros entre dos
pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; si baal, id en pos de el. y el
pueblo no respondió palabra .Elías siguió hablándole al pueblo: - solo yo he
quedado como profeta de Jehová, mientras que los profetas de baal hay
cuatrocientos cincuenta hombres. Densenos pues dos bueyes y escojan ellos uno; córtenlo
en pedazos y póngalo sobre la leña, pero no le prendan fuego. Yo preparare el
otro buey, lo pondré sobre la leña, y tampoco le pondré fuego. Invocad luego
vosotros el nombre de vuestros dioses; yo invocare el nombre de Jehová. El Dios
que responda por medio del fuego, ese es Dios. – bien dicho – respondió
todo el pueblo. Entonces Elías dijo a los profetas de baal: escoged un buey y
preparadlo vosotros primero, pues si sois los mas. Invocad luego el nombre de
vuestros dioses, pero no lo prendáis fuego.
Ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron en
nombre de baal desde la mañana hasta el mediodía. Decían: ¡ baal respóndenos!.
pero no se escucho ninguna voz, ellos seguían saltando alrededor del altar que
habían hecho. Hacia el mediodía, Elías se burlaba de ellos diciendo:
gritad con voz mas fuerte, porque es un dios. Quizá esta meditando o
tiene algún trabajo o se ha ido de viaje. ¡ tal vez duerme y haya que
despertarlo!. Seguían ellos clamando a gritos, y se hacían cortes conforme a
su costumbre, con cuchillos y con
lancetas, hasta que los chorreaba la sangre. Paso el mediodía y ellos siguieron
gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecer el sacrificio, pero no se
escucho ninguna voz, ni hubo quien respondiera ni escuchara. Entonces dijo Elías
a todo el pueblo: acercaos a mi. Todo
el pueblo se le acerco y Elías arreglo el altar de Jehová que estaba
arruinado. Tomo doce piedras, conforme al numero de las tribus de Jacob, al cual
había sido dada palabra de Jehová diciendo: Israel será tu nombre, y edifico
con las piedras un altar al nombre de Jehová. Después hizo una zanja alrededor
del altar, en que cupieran dos medidas de grano. Preparo la leña corto el buey
en pedazos, lo puso sobre la leña, y dijo: llenad cuatro cantaros de agua y
derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Hacedlo otra vez, dijo;
y lo hicieron otra vez. Hacedlo la tercera vez dijo de nuevo; y lo
hicieron la tercera vez, de manera que el agua corría alrededor del altar y
también se había llenado de agua la zanja. Cuando llego la hora de
ofrecer el holocausto se acerco el profeta Elías
y dijo: Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy
manifiesto que tu eres Dios de Israel, que yo soy tu siervo y que por mandato
tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que
conozca este pueblo que tu Jehová eres Dios, y que tu haces que su corazón se
vuelva a ti. Entonces cayo fuego de Jehová
y consumió el holocausto, la leña las piedras y el polvo, y hasta lamió
el agua que estaba en la zanja. Viéndolo
todo el pueblo se postraron y dijeron: ¡ Jehová es el Dios Jehová es el
Dios!. Entonces Elías les dijo: apresad a los profetas de baal para que no
escape ninguno. Ellos los apresaron y Elías los condujo al arroyo cison y allí
los degolló. Entonces Elías dijo a acab: sube come y bebe; porque ya se oye el
ruido de la lluvia. Acab subió a comer y a beber. Pero Elías subió a la
cumbre del Carmelo y postrándose en tierra, puso el rostro entre las rodillas.
Luego dijo a su criado: - sube ahora y mira hacia el mar. El subió, miro y
dijo: - no hay nada. Pero Elías ordeno de nuevo: - vuelve siete veces. A la séptima
vez el criado dijo: - veo una pequeña nube como la palma de la mano de un
hombre, que sube del mal. Elías dijo: - ve y dile acab: unce tu carro y
desciende, para que la lluvia no te lo impida. Entre tanto, aconteció que los
cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo un gran aguacero. Subió a su
carro acab y se fue a jezareel. Pero la mano de Jehová estaba sobre Elías, que
se ciño la cintura y corrió delante de acab hasta llegar a jezreel.
19
Acad dio a
jezreel la noticia de todo lo que Elías había hecho y de cómo había matado a
espada a todos los profetas. Entonces envió a jezabel a Elías un mensajero
para decirle: traigan los dioses sobre mi el peor de los castigos, si mañana a
estas horas no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo Elías el
peligro se levanto y se fue para salvar su vida. Al llegar a beerseba, que esta
en juda sal , dejo allí a su criado. Luego de caminar todo un día por el
desierto, fue a sentarse debajo de un enebro. Entonces se deseo la muerte y
dijo: basta ya, Jehová quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. Y
echándose debajo del enebro, se quedo dormido; pero un ángel lo toco y le
dijo: levántate y come. Miro y vio
a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas y una vasija de agua; comió,
bebió y volvió a dormirse. Regreso el ángel de Jehová por segunda vez, lo
toco y le dijo: levántate y come porque largo camino te resta. Se levanto pues,
comió y bebió. Fortalecido con
aquella comida anduvo cuarenta días y cuarenta noches hasta horeb, el monte de
Dios. Allí se metió en una cueva donde paso la noche. Llego a el palabra de
Jehová, el cual le dijo: - ¿qué haces aquí, Elías? El respondió: - he
sentido un vivo celo por Jehová, Dios de los ejércitos, porque los hijos de
Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a
tus profetas. Solo yo he quedado y me buscan para quitarme la vida. Jehová le
dijo: sal fuera y ponte en el monte delante de Jehová. En ese momento pasaba
Jehová, y un viento grande y poderoso rompía los montes y quebraba las peñas
delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Tras el viento hubo un
terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Tras el terremoto hubo un
fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego se escucho un silbido
apacible y delicado. Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto,
salió y se puso a la puerta de la cueva. Entonces le llego una voz que le decía:
- ¿qué haces aquí Elías? El respondió: -- he sentido un vivo celo por Jehová,
Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han
dejado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus
profetas. Solo yo he quedado y me buscan para quitarme la vida. Jehová le dijo:
- ve,&nbbsp; vuelve por el mismo camino,
hacia el desierto de damasco. Llegaras y ungirás a hazael como rey de Siria. A
jehu hijo de nimsi lo ungirás como rey de Israel , y a Eliseo hijo de safat, de
Abel-mehola, lo ungirás como profeta para que ocupe tu lugar. Al que escape de
la espada de hazael, jehu lo matara y al que escape de la espada de jehu, Eliseo
lo matara. Pero haré que queden en Israel siete mil cuyas rodillas no se
doblaron ante baal y cuyas bocas no
lo besaron. Partió de allí Elías y hallo a Eliseo hijo de safat que estaba
arando. Delante de el iban doce yuntas de bueyes, y el conducía la ultima. Elías
paso ante el y echo sobre el su manto. Entonces dejo los bueyes, salió
corriendo detrás de Elías y le dijo: - te ruego que me dejes besar a mi padre
y a mi madre; luego te seguiré. Y el le dijo: - ve, regresa; ¿acaso te lo he
impedido? Regreso Eliseo, tomo un par de bueyes y los mato; como el arado de los
bueyes coció luego la carne y la dio al pueblo para que comieran. Después se
levanto, se fue tras Elías y lo servia.
20
Entonces
ben-adad, rey de Siria, reunió a todo su ejercito. Llevaba consigo a treinta y
dos reyes con caballos y carros. Subió contra samaria, le puso, sitio y la
ataco. Luego envió mensajeros a esta ciudad, a decirle a acab, rey de
Israel: así ha dicho ben-adad: tu plata y tu oro son míos y tus mujeres y tus
hermosos hijos son míos. El rey de Israel respondió: como tu dices, rey
y señor mío, yo soy tuyo así como todo lo que tengo. Volvieron otra
vez los mensajeros y le dijeron: así dijo ben-adad:
yo te envié a decir: me darás tu plata
y tu oro, tus mujeres y tus hijos. Además mañana a estas horas te
enviare a mis siervos, los cuales registraran tu casa y las casas de tus
siervos; tomaran todo lo precioso que tengas y se lo llevaran. Entonces el rey
de Israel llamo a todos los ancianos del país y les dijo: - fijaos y ved ahora
como este no busca sino el mal; pues
me ha mandado pedir mis mujeres y mis hijos, mi plata y mi oro, y yo no se lo he
negado. Todos los ancianos y todo el pueblo le respondieron: - no lo obedezcas
ni hagas lo que te pide. El respondió entonces a los embajadores de ben- adad:
decid al rey mi señor: haré todo lo que mandaste la primera vez a tu siervo;
pero esto no lo puedo hacer. Los embajadores
fueron y le dieron la respuesta. Nuevamente ben-adad le envió a decir:
traigan los dioses sobre mi el peor de los castigos, si queda polvo suficiente
en samaria para darle un puñado a cada uno de los que me siguen. El rey de
Israel respondió y dijo: decidle
que no se alabe tanto el que se ciñe
las armas como el que las desciñe. Cuando el oyó estas palabras mientras bebía
con los reyes en las tiendas, dijo a sus siervos: preparaos.
Y ellos se prepararon para atacar a la ciudad. Mientras un profeta se
presento ante acab, rey de Israel, y le dijo: - así ha dicho Jehová: ¿has
visto esta gran multitud? Pues yo la entregare hoy en tus manos, para que
conozcas que yo soy Jehová. – ¿ por medio de quien? – respondió acab.
El dijo: - así ha dicho Jehová: por medio de los siervos de los príncipes
de las provincias. - ¿quién comenzara la batalla? - Pregunto acab. – tu –
respondió el. acab paso revista a
los siervos de los príncipes de las provincias, que eran doscientos treinta y
dos. Luego paso revista a todo el pueblo, a todos los hijos de Israel, que eran
siete mil. Hicieron una salida a mediodía,
mientras ben-adad bebía y se embriagaba en las tiendas, junto a los
treinta y dos reyes que habían venido en su ayuda. Los siervos
de los príncipes de las provincias salieron en primer lugar. Bed-adad
había mandado a uno y este le trajo la siguiente noticia: han salido hombres de
samaria. El entonces dijo: si han
salido en son de paz, capturadlos vivos
y si han salido para pelear, también capturadlos vivos. Salieron pues, de la
ciudad los siervos de los príncipes de las provincias
y detrás de ellos el ejercito. Mato cada uno
al que venia contra el; huyeron los sirios seguidos por los de Israel. el
rey de Siria ben-adad se escapo en un caballo con alguna gente de caballería.
Entonces salió el rey de Israel, hirió la gente de
a caballo, se apodero de los carros y deshizo a los sirios causándoles
grandes estragos. Se presento luego el profeta ante el rey de Israel y
le dijo: - anda fortalece, considera y mira lo que has de hacer, porque
dentro de un año el rey de seria te atacara. Los siervos del rey de Siria le
dijeron: - sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han vencido, pero si
peleamos con ellos en la llanura, de seguro los venceremos. Haz, pues, así:
saca a cada uno de los reyes de su puesto, y pon capitanes en su lugar. Forma
otro ejercito con el ejercito que perdiste, caballo por caballo y carro por
carro; luego pelearemos con ellos en el campo raso; ya veremos si no los
vencemos. Les presto oído el rey y así lo hizo. Un año mas tarde, ben-adad
paso revista al ejercito de los sirios y marcho a afec para pelear contra
Israel. También pasaron revista a los hijos de Israel y tomaron provisiones y
le salieron al encuentro. Acamparon los hijos de Israel frente a ellos como dos
rebañuelos de cabras, mientras los sirios, llenaban la tierra. Se presento
entonces el varón de Dios ante el rey de Israel
y le dijo: así ha hablado Jehová: por cuanto los sirios han dicho:
Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo entregare toda esta
gran multitud en tus manos, para que sepáis que yo soy Jehová. Siete días
estuvieron acampados los unos frente a los otros, y al séptimo día se dio la
batalla. Los hijos de Israel mataron de los sirios en un solo día a cien mil
hombres de a pie. Los demás huyeron a la ciudad de afec, pero el muro cayo
sobre los veintisiete mil hombres que habían quedado. También ben-adad llego
huyendo a la ciudad y se escondía
de aposento en aposento. Entonces sus siervos le dijeron: hemos oído que los
reyes de la casa de Israel son reyes clementes. Pongámonos, pues, ropas ásperas
encima, y sogas en nuestros cuellos, y vayamos ante el rey de Israel, a ver si
por ventura te salva la vida. Se vistieron , pues, con ropas ásperas y se
pusieron sogas al cuello. Luego se presentaron ante el rey de Israel y le
dijeron: - tu siervo ben-adad dice: te ruego que me perdones la vida. – si el
vive, mi hermano es – respondió el rey. Esto lo tomaron aquellos hombres como
un buen augurio, por lo que se apresuraron a tomarle la palabra y le dijeron: -
tu hermano ben-adad vive. – id y traedlo – dijo el rey. Ben-adad entonces se
presento ante acab y el hizo subir en un carro. Ben-adad le dijo: - las ciudades
que mi padre tomo al tuyo, yo restituiré. Hazte
mercados en damasco como mi padre los hizo en samaria. – por mí parte,
yo – dijo acab- te dejare partir
con este pacto. Hizo pues, un pacto con el, y lo dejo ir. Entonces un varón de
los hijos de los profetas dijo a su compañero, por orden de Dios:
- hiéreme ahora. Pero el otro no quiso herirlo. El le dijo:
- por cuanto no has obedecido a la palabra de Jehová, te atacara un león
cuando te apartes de mi. Y cuando se aparto de el, le salió al encuentro un león
y lo mato. Luego se encontró con otro hombre, y le dijo:
- hiéreme ahora. El hombre
le dio un golpe y le hizo una herida. Entonces le profeta se fue
y se puso a esperar al rey en el camino. Se había disfrazado poniéndose
una venda sobre los ojos. Cuando el rey pasaba, el profeta le dijo en alta voz:
- tu siervo salió de en medio de la bataalla cuando se me acerco un soldado que
me trajo un hombre y me dijo: guarda a este hombre, y si llega a huir, pagaras
con tu vida por la suya o pagaras un talento de plata. Y mientras tu siervo
estaba ocupado en una y en otra cosa, el hombre desapareció.
Entonces el rey de Israel le dijo: - esa será tu sentencia; tu la has
pronunciado. Pero el se quito de
pronto la venda de los ojos, y el rey de Israel reconoció que era uno de los
profetas. Dijo entonces al rey: - así ha
dicho Jehová: por cuanto dejaste escapar de tus manos al hombre que yo había
condenado, pagaras con tu vida por la suya, y con tu pueblo por el suyo. El rey
de Israel se fue a su casa triste y enojado y llego a samaria.
21
Pasadas
estas cosas, aconteció que nabot de jezreel, tenia una viña junto al palacio
de acab, rey de samaria. Acab dijo a nabot: - dame tu viña para un huerto de
legumbres, porque esta cercana a mi casa, y yo te daré por ella otra viña
mejor que esta; o si mejor te parece, te pagare su valor en dinero. Nabot
respondió a acab: - ¡ líbrame Jehová de darte yo la heredad de mis padres!.
Acab se marcho a su casa triste y enojado, por lo que nabot de jezreel le
había respondido, al decirle: no
te daré la heredad de mis padres. Se acostó en su cama, volvió su rostro y no
comió. Su mujer jezabel se le acerco y le dijo: - ¿por qué estas tan decaído
de espíritu y no comes? El respondió: - porque hable con nabot, de jezreel y
le dije que me vendiera su viña o que si lo prefería, le daría otra viña por
ella. Y el respondió: yo no te daré
mi viña. Su mujer jezabel le dijo:
- ¿no eres acaso tu el rey de Israel? Leevántate come y alégrate; yo te daré
la viña de nabot de jezreel. Entonces escribió ella cartas en nombre de acab,
las sello con su anillo y las envió a los ancianos y a los principales que vivían
en la ciudad junto a nabot. Las cartas que escribió decían así: proclamad un
ayuno y sentad a nabot delante del pueblo. Poned a dos hombres perversos frente
a el, que atestigüen contra el y
digan: tu has maldecido a Dios y al
rey. Luego sacadlo y apedreadlo para que muera. Los de su ciudad, los ancianos y
los principales que habitaban en ella, hicieron como jezabel les mando, conforme
a lo escrito en las cartas que ella les había enviado.
Promulgaron un ayuno y pusieron a nabot delante del pueblo. Llegaron los
dos hombres perversos y se sentaron frente a el. aquellos hombres perversos
atestiguaron contra nabot delante del pueblo diciendo: nabot ha maldecido a Dios
y al rey. Entonces lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon y murió.
Después enviaron a decir a jezabel: nabot ha sido apedreado y ha muerto. Cuando
jezabel oyó que nabot había sido
apedreado y muerto, dijo a acabb: levántate y toma posesión de la viña de
nabot, de jezreel, la que no te quiso vender pues nabot ya no vive, sino que ha
muerto. Al escuchar acab que nabot había muerto, se levanto para descender a la
viña de nabot, de jezreel y tomar posesión de ella. Entonces llego la
palabra de Jehová a Elías, el tisbita, diciendo: levántate, desciende
a encontrarte con acab, rey de Israel, que esta en samaria .el esta en la viña
de nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella. Tu le dirás: así
ha hablado Jehová: ¿no solo has matado, sino que también despojas?. Y
volverás a decirle: así ha dicho Jehová: en el mismo lugar donde
lamieron los perros la sangre de nabot, los perros lamerán también tu sangre,
tu misma sangre. Acad dijo a Elías: - ¿me has hallado, enemigo mío?
- te he encontrado – respondió el-, porque te has prestado a hacer lo
malo delante de Jehová. Yo voy a traer el mal sobre ti, barreré tu posteridad
y destruiré hasta el ultimo hombre de la casa de acab, tanto al siervo como al
libre en Israel. Pondré tu casa como la casa de jeroboam hijo de nabat y como
la casa de baasa hijo de ahias, por
la rebelión con que provocaste mi ira y por haber hecho pecar a Israel. De
jezabel también ha hablado Jehová, diciendo: los perros se comerán a jezabel
en el muro de jezreel. Al que de la
familia de acab muera en la ciudad, los perros lo comerán, y al que muera en el
campo, se lo comerán las aves del cielo. (a la verdad, ninguno fue como acab,
quien se presto a hacer lo malo ante los ojos de Jehová porque jezabel, su
mujer, lo incitaba .se comporto de manera abominable, yendo tras ídolos,
conforme a todo lo que hicieron los amorreos, a los cuales expulso Jehová ante
los hijos de Israel). Sucedió que cuando acab oyó estas palabras, rasgo sus
vestidos, ciño su carne con ropas ásperas y anduvo humillado. Llego entonces
la palabra de Jehová a Elías, el tisbita, diciendo: ¿no has visto como acab
se ha humillado delante de mi? Pues por haberse humillado delante de mi, no
traeré el mal mientras el viva; en tiempos de su hijo traeré el mal sobre su
casa.
22
Tres años
pasaron sin guerra entre los sirios e Israel. Aconteció al tercer año que
Josafat rey de juda, descendió a visitar al rey de Israel. Y el rey de Israel
le dijo a sus siervos: - ¿ no sabéis que ramot de galaad es nuestra y nosotros
no hemos hecho nada para tomarla de manos del rey de Siria?
Luego pregunto a Josafat: - ¿quieres venir conmigo a pelear contra ramot
de galaad? - yo soy
como tu, mi pueblo como tu pueblo y mis caballos como tus caballos
–respondió Josafat al rey de Israel. Dijo luego Josafat al rey de Israel: -
yo te ruego que consultes hoy la palabra de
Jehová. Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, unos cuatrocientos
hombres, a los cuales dijo: - ¿ debo ir a la guerra contra ramot de galaad o
debo renunciar a ella? – sube porque Jehová la entregara en manos del rey
–le respondieron ellos. Dijo Josafat: - ¿hay aquí algún otro profeta de
Jehová por medio del cual podamos consultar? El rey de Israel respondió a
Josafat: - aun hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, micaias
hijo de imla, pero yo lo aborrezco, porque nunca me profetiza el bien, sino
solamente mal. – no hable el rey así – dijo Josafat. Entonces el rey de
Israel llamo a un oficial y le ordeno: trae pronto a micaias hijo de imla. El
rey de Israel y Josafat, rey de juda, estaban sentados cada uno en su silla,
vestidos con sus ropas reales, en la plaza junto a la entrada de la puerta de
samaria, mientras todos los profetas profetizaban delante de ellos. Sedequias
hijo de quenaana se había hecho unos cuernos de hierro y gritaba: ¡ así ha
dicho Jehová: con estos
cornearas a los sirios hasta acabarlos!. Todos los profetas profetizaban de la
misma manera y decían: sube a ramot de galaad y serás prosperado, porque Jehová
la entregara en manos del rey. El mensajero que había ido a llamar a micaias le
dijo: - mira que las palabras de los profetas a una sola voz anunciaban al rey
cosas buenas; que tu palabra sea ahora como la palabra de alguno de ellos
y anuncia tu también buen éxito. Micaias respondió: -
¡ Vive Jehová, que lo que Jehová me hable, eso diré!. Llego pues ante
el rey y el rey le dijo: - micaias, ¿ iremos a pelear contra ramot de galaad o
renunciaremos a ella? El le respondió: - sube
y serás prosperado: Jehová la entregara en manos del rey. El rey le dijo: - ¿hasta
cuantas veces he de exigirte que no me digas sino la verdad en nombre de Jehová?.
Entonces el le dijo: - he
visto a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor.
Jehová ha dicho: estos no tienen señor .que cada cual vuelva a su casa en paz.
El rey de Israel dijo a Josafat: -
¿no te lo había dicho yo? Ninguna cosa buena profetizara el acerca de mi, sino
solamente el mal. Entonces el le
dijo: - oye, pues, la palabra de
Jehová: yo vi a Jehová sentado en su trono y todo el ejercito de los cielos
estaba junto a el, a su derecha y a su izquierda. Y Jehová dijo: ¿quién
inducirá a acab para que suba y caiga en ramot de galaad? Uno decía
de una manera y el otro decía de otra. Entonces se adelanto un espíritu
, se puso delante de Jehová y le dijo: yo lo induciré. Jehová le pregunto: ¿
de que manera? El dijo: saldré y
seré un espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas. Jehová le dijo:
tu conseguirás inducirlo; ve pues,
y hazlo así. Ahora Jehová ha puesto un espíritu de mentira en la boca de
todos tus profetas, y ha decretado el mal en contra tuya. Entonces se acerco
sedequias hijo de quenaana y golpeo a micaias en la mejilla diciendo: - ¿por qué
donde se me fue el espíritu de Jehová para hablarte a ti? Micaias respondió:
- tu mismo lo veras en día en que
te vayas metiendo de aposento en aposento para esconderte. Entonces el rey de
Israel dijo: - toma a micaias y llévalo
ante Amón, gobernador de la ciudad, y ante joas hijo del rey. Tu les dirás: Así
ha dicho el rey: echad