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La iglesia al igual que los judíos también utilizo el nombre de babilonia para simbolizar a la poderosa roma imperial que en época del general Pompeyo había conquistado Jerusalén (63 a.C.).  así se refiere pedro a ella cuando transmite a los destinatarios de su carta el saludo de la iglesia que esta en Babilonia. Para su redacción contó con un secretario erudito. Y dado que silvano es la forma latina del nombre arameo silas, cabe suponer que aquí se trata del que fue compañero de viaje y colaborador de pablo. El objeto principal de la primera epístola de pedro (=1p) es exhortar a sus lectores a mantener aun en medio de quebrantos y persecuciones una conducta limpia digna de quienes profesan la fe en Jesucristo. El autor alienta a los cristianos a actuar de tal forma que en todo sea ejemplo, incluso en situaciones  en que su buena conducta podría resultar incomprensible a la vista del mundo y reportarles menosprecio y hostilidad. Contiene también esta sección consejos referentes al cumplimiento del deber en los diversos casos que plantean las relaciones humanas y al tal comportamiento que corresponde a una verdadera comunión fraternal en el ámbito  de la iglesia. Esta comunión tiene como base el amor y debe ser objeto de la mayor solicitud porque el fin de todas las cosas se acerca. -prologo (cap. 1-12) – salutación (cap.1) –una esperanza viva (cap.1-12) –nueva vida en cristo (cap.1-2) -  llamamiento a una vida santa (cap. 1-2) – la piedra viva (cap.2-8) – el pueblo de Dios (cap.2-10) – deberes de los creyentes (cap. 2-4) – vivid como siervos de Dios (cap.2-25) –deberes conyugales (cap.3-7) – una buena conciencia (cap.3-22) – buenos administradores de la gracia de Dios (cap.4-6) – los creyentes ante la proximidad del fin (cap. 4-19) – el servicio a los demás (cap.4-11) -  participación en padecimiento de cristo (cap.4-19) – consejos particulares (cap.5-11) -  apacentad la grey de Dios (cap.5-11) – epilogo: salutaciones finales (cap. 5-14).

1ª Epístola universal de San Pedro Apóstol

1 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el ponto, galacia, capadocia, Asia y bitinia, elegidos según  el previo conocimiento de Dios padre en santificación del espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: gracia y paz  os sean multiplicadas. Bendito el Dios y padre de nuestro  Señor Jesucristo, que según su gran misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo  de los muertos,  para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios, mediante la fe, para alcanzar la salvación  que esta preparada para ser manifestada en el tiempo final.  Por lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora  por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que, sometida a prueba vuestra fe, mucho mas preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. Vosotros, que lo amáis sin haberlo visto, creyendo en el aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. Los profetas que profetizaron  de la gracia destinada a vosotros inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando que persona y que tiempo indicaba el espíritu  de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba  de antemano los sufrimientos de Cristo y las glorias   que vendrían tras ellos. A estos se les revelo que no para si mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el espíritu santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles. Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo  sea manifestado. Como hijos obedientes, no os conformáis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, sino, así como aquel que os llamo es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito esta: “Sed santos, porque yo soy santo”. Si invocáis por padre aquel que sin  acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducios en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación, pues ya sabéis que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la recibisteis de vuestros padres)  no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. El estaba destinado desde antes de la  fundación del mundo, pero ha sido manifestado en los últimos tiempos por amor de vosotros. Por medio de el creéis en Dios, quien lo resucito de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sea en Dios. Al obedecer a la verdad, mediante el espíritu, habéis purificado vuestras almas para el amor fraternar no fingido. Amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro, pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre, porque: “Toda carne es como la hierba y toda la gloria del hombre como flor de la  hierba; la hierba se seca y la flor se cae, mas la palabra del Señor permanece para siempre”. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.

2 Desechad, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y toda maledicencia, y desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, ya que habéis gustado la bondad del Señor. Acercándose a el, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, pero para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio  santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también dice la escritura: “He aquí, pongo a Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; el que crea en el, no será avergonzado”. Para vosotros, pues, los que creéis, el es precioso. En cambio para los que no creen: “La piedra que los edificadores desecharon ha venido a ser la cabeza del ángulo”. Y: “Piedra de tropiezo y roca que hace caer”. Ellos, por su desobediencia, tropiezan en la palabra. ¡ Ese es su destino!. Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido pro Dios, para que anunciáis las virtudes de aquel que os llamo de las tinieblas a su luz admirable. Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo,  ahora sois pueblo de Dios; en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, ahora habéis alcanzado misericordia. Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma. Mantened buena vuestra manera de vivir entre los gentiles, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. Por causa del señor someteos a toda institución  humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por el enviados para castigo  de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien , hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos. Actuar como personas libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad  a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos, no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. Lo que merece la aprobación es que alguien, a causa de la conciencia delante de Dios, sufra molestias  padeciendo injustamente, pues ¿qué merito tiene el soportar que os abofeteen si habéis pecado? Pero si por hacer lo que es bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. El no cometió pecado ni se hallo engaño en  su boca. Cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente. El mismo llevo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia. ¡ Por su herida habéis sido sanados ! . Vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y obispo de vuestras almas.

3 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen en la palabra sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa. Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible adorno de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios, pues así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios estando sujetas a sus maridos, como Sara obedecía a Abraham, llamándolo señor. De ellas habéis venido vosotras a ser hijas, si hacéis el bien sin temer ninguna amenaza. Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso mas frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. En fin, sed todos de un mismo sentir, compasivos, mandaos fraternalmente, misericordiosos, amigables. No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición, porque: “El que mire amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal y sus labios no hablen engaño; apartase del mal y haga el bien; busque la paz y síguela, por que los ojos del señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del señor esta  contra aquellos que hacen el mal”.  ¿Quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?. Pero  también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os inquietéis. Al contrario, santificad a Dios el señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. Tened buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo  quiere, que haciendo el mal. Asimismo, Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justos por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; y en espíritu fue y predico a los espíritus  encarcelados, los que otro tiempo desobedecieron , cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noe, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. El bautismo que corresponde a esto ahora  nos salva (no quitando las inmundicias del cuerpo, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) mediante la resurrección de Jesucristo, quien habiendo subido al cielo esta a la diestra  de Dios; y a el están sujetos ángeles, autoridades y poderes.

4 Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armados del mismo pensamiento, pues quien ha padecido en la carne, termino con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo pasado  para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, placeres, borracheras, orgías, disipación y abominables idolatrías. A esto les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que esta preparado para juzgar a los vivos  y a los muertos, porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan  en espíritu según Dios. El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros  ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados. Hospedados los unos a otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da,  para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amen. Amados, no os sorprendáis del fuego de la prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciera. Al contrario, gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois ultrajados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, por lo  que hace a ellos, el es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, ladrón o malhechor, o por entrometerse en lo ajeno; pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. Es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza  por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?. Y “ Si el justo con dificultad se salva, ¿qué pasara con el impío y el pecador?”. De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel creador y hagan el bien.

5 Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo, anciano también con ellos y testigo de los padecimientos de Cristo,  que soy también  participante de la gloria que será revelada: apacentad la grey de Dios que esta entre vosotros, cuando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con animo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y  cuando aparezca el príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestios de humildad, porque “Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes”.Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que el os exalte a su debido tiempo. Echad toda vuestra ansiedad sobre el, porque el tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Resistidlo firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos  en todo el mundo. Pero el Dios de toda gracia, que nos llamo a su gloria eterna en Jesucristo, después que halléis padecido un poco de tiempo, el mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.  A el  sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amen. Por conducto de silvano, a quien  tengo por hermano fiel, os he escrito brevemente, amonestándoos y testificando que esta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis. La iglesia que esta en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y marcos mi hijo, os saludan. Saludaos unos a otros con un beso de amor. Paz sea con todos vosotros los que estáis en Jesucristo. Amen.

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