Cuentos variados

 

 

El bosque de las dificultades
¡Al ladrón!
Un niño que quería ser astronauta
La fiesta del bosque
Diez marineros y un capitán
En una llanura donde hay criaturas malvadas
¡Maldita escoba!
Toda la noche en el bosque
Sorpresa

Por Ana Arteaga Leris

 

Hace poco, en alguna ciudad por aquí cerca, en algún bosque, Josefina, una calabaza resplandeciente, muy habladora, amable, sus patas muy delgadas y siempre con sus zapatos rojos, iba dando un paseo con Antonio, el vampiro-murciélago y con Juan el niño-ratón en una noche de Halloween.

De pronto, se adentraron en el bosque de esa ciudad, y cuando se dieron cuenta de que estaban rodeados de pinos, intentaron guiarse hacia la luz de las farolas, y cuando salieron del bosque se dieron un golpe fuerte, como si hubiera un cristal. Y lo repitieron varias veces hasta que estuvieron convencidos.

Entonces, como no pueden salir, se deciden por ir todo recto. Pero Antonio, el vampiro, como siempre va el primero, se cae en un hoyo. Entonces, llega una lechuza y les da un sobre.

Cuando la lechuza se ha ido, abren el sobre. En el sobre dice:

"Este bosque está lleno de dificultades. Si conseguís pasar al otro lado en menos de cuarenta y ocho horas, quedaréis libres; si no, os quedaréis aquí para siempre". Fdo.: "El Rey del Bosque".

Todos se alarmaron, y cuando hubieron sacado a Antonio del hoyo, anduvieron con cuidado durante veinticuatro horas parándose a descansar.

Se cayeron muchas veces, y cuando llevaban cruzado más de la mitad del bosque, se pararon a descansar.

Sólo les quedaban dos horas y tres kilómetros y medio por recorrer. Cuando ya veían otra vez la ciudad, se pusieron a correr y cayeron todos en un hoyo de cinco metros. Sólo les quedaban veinte minutos, si no se quedarían allí para siempre. Cogieron una raíz de un árbol y subieron. Se pusieron a correr y por fin llegaron. Había una puerta de madera, la abrieron y entraron. ¡ Por fin estaban en la ciudad!.

Volver

¡Al ladrón!

Por Celia Delgado Mastral

 

¡Al ladrón!, ¡Al ladrón!

Por las calles de un pequeño pueblo, cuyo nombre era "Érase una vez...! sólo se oían esos gritos, lo cual era muy normal pues, aunque lo susurraran, se enteraría todo el pueblo. La verdad es que era un pueblo muy pequeño.

En la plaza de los torneos, de esos torneos donde uno se pone una armadura, coge una enoooorme lanza y se monta a caballo, todos se quedaron petrificados al oír esas palabras, pues no solían haber muchos robos en un día de primavera como ése.

En un día de invierno, cuando el frío y el hambre abundan, hubo un robo. Pero un robo en esa estación...

Tom, el mejor escudero del mejor caballero del torneo, un chico como otro cualquiera: de pelo castaño y ojos verdes, era bromista, hablador, un poco vago y, eso sí, muy curioso. Por eso, atraído por los gritos, fue a ver qué pasaba.

Se sorprendió mucho al ver que, entre dos fuertes hombres, sujetaban a un chico que no era mayor que él, que tenía el pelo rubio y ojos azules. Vio cómo metían al chico en un calabozo.

Al día siguiente Tom fue a visitarle. Como el guardia de la entrada le había concedido poco tiempo, decidió ir al grano. Se acercó a los barrotes de la celda y le dijo al chico que estaba allí acurrucado:

¡Hola! Me llamo Tom. ¿Tú cómo te llamas?

El chico levantó la cabeza y con voz firme dijo:

-Pedro

-Pedro, te sacaré de aquí.

A la mañana siguiente Pedro se despertó por un tintineo metálico.

-¡Mira lo que he encontrado!, le dijo su compañero al otro lado de la celda, agitando un manojo de llaves.

-¿Dónde las has conseguido?

-El guardia de afuera estaba durmiendo la resaca de la noche anterior. Pero dime, ¿qué habías robado?

-Caballos. Quiero ir a Venecia.

-Pues tranquilo, ¡allá vamos!

    Volver

Un niño que quería ser astronauta

Por Daniel Ceresuela

Érase una vez un niño llamado Jorge que quería ser astronauta, y un día tuvo la idea de hacerse una nave espacial e ir a Marte. Jorge hizo una lista con lo que necesitaba:

500 latas de coca –cola

500 briks de leche

2 placas de uralita

3 estufas

5 metros de cinta adhesiva

2 sillas ( una para él y otra para su hermano Lorenzo)

 

Los quinientos briks los vaciaron, dándoles diez cajas a cada uno de los cincuenta gatos de su vecina del primero. Lo de las estufas fue más fácil, porque una se la pidieron a su abuela que le dio igual y dijo lo siguiente:

-¿ Para qué quiero yo una estufa en verano?.

La siguiente se la pidieron a su tío que dijo algo similar y la tercera a su madre que se negó .Así que cuando dormían todos Jorge cogió la estufa y la guardó en el garaje. 

Al día siguiente, Jorge y Lorenzo, después de desayunar, miraron varios armarios de su casa; al quinto armario encontraron la cinta adhesiva. Las dos placas de uralita las cogieron en una obra un domingo aprovechando que no había nadie, las placas las cargaron en el camión de su tío Pedro que había colaborado mucho en el proyecto ya que les había dado una de las tres estufas. Su tío descargó las placas en el garaje de sus sobrinos. Las dos sillas las cogieron del comedor del colegio el domingo por la tarde, se colaron en el colegio porque nadie quería dárselas, ya que su madre no quiso y su tío Pedro les dijo:

-¡Ya he colaborado mucho en esto no pienso daros nada más!.

Así que se les ocurrió robarlas en el colegio .

Las quinientas latas las tenían pero no sabían cómo vaciarlas.El fin de semana siguiente Lorenzo se bebió las quinientas latas así que ya podían comenzar a montar la nave, pero Lorenzo no se encontraba muy bien, sería por haber tomado tanta coca-cola .

Cuando estuvo hecha la nave, Lorenzo y Jorge se montaron en ella y Lorenzo se echò un eructo ocasionado por la coca-cola. Despegaron y salieron de la atmósfera y no se supo más ni de Jorge ni de Lorenzo.

Volver

LA FIESTA DEL BOSQUE

Por Dorita Garrido

 

Hace mucho, mucho tiempo había un bosque que no se había descubierto aún. Ese bosque era precioso, lleno de mariposas de colores, riachuelos cristalinos y cada mañana se podían oír los trinos de los pájaros.

En aquel bosque vivían dos hadas: la primera hada era Estrellada, conocida por su gran belleza y ternura. Estrellada era el hada de la noche, pero aunque sea el hada de la noche era muy modesta, gentil y siempre agradecía cualquier detalle que le hacían los demás. La segunda hada era el hada de la bondad llamada Bonia. Esta era muy buena y bondadosa y ayudaba a los demás en todo. Bonia tenía el pelo castaño y ojos verdes, tenía muy buen físico y era pequeñita.

Col era un duende rubio, alto y con una sonrisa de oreja a oreja. Col era inteligente, bueno, divertido y era amigo de las dos hadas.

Fredt era un caracol valiente y atrevido que intentaba realizar alguna hazaña. Su gran sueño era salvar al mundo.

Dentro de dos semanas se celebrará la fiesta del bosque. La fiesta del bosque se realizará porque fue el día en que llegaron las hadas a ese bosque para protegerlo.

Los animales del bosque hacen los preparativos alegres y felices. Pero su felicidad y su alegría no durarían mucho, pues una bruja fea, gorda y mala quería apoderarse de la belleza de Estrellada.

La bruja se llamaba Maliciosa. Mientras Estrellada estaba durmiendo, Maliciosa echó unos polvos mágicos sobre Estrellada, y al instante el hada se convirtió en un hada fea y gorda. Y en cambio la bruja consiguió lo que siempre había deseado ser hermosa.

Cuando se despertó Estrellada y se vio en el espejo casi se desmaya. No se podía creer que fuera así de horrorosa. El hada salió de su casa en busca de ayuda pero los animales del bosque no se atrevían a acercarse porque no creían que esa chica fuera su protectora. Estrellada se encontró con Col, su amigo duende. Ella le explicó que no sabía que le había ocurrido y entonces apareció por allí Fredt, el caracol.

Él se pegó un susto al ver a su amiga y entonces decidió investigar. Col fue a espiar a Maliciosa, la bruja del bosque y descubrió que ella había sido la causante del problema.

Los tres amigos fueron a la casa de la bruja y le obligaron a devolverle la belleza a Estrellada. Maliciosa le pidió disculpas al Hada y le perdonó, le dijo que si quería se podía quedar en el bosque y vivir con ellos en paz y también que la gente es más bonita por dentro que por las apariencias físicas.

Col y Fredt se pusieron muy contentos por haber ayudado a Estrellada a recuperar su belleza.

Llegaron justo a tiempo a la fiesta del bosque y los animales recibieron gustosos a Maliciosa y le cambiaron el nombre por Rosa y vivieron felices y contentos para el resto de sus días.

Volver

Diez marineros y un capitán

Por Raúl Ansón

Hace siglos, muchos siglos, hubo un barco llamado Pumba. En el interior de ese barco había diez marineros y un capitán. Todos estos "piratas" querían recorrer el mar Océano.

Cuando empezaron con la travesía hacía un tempo muy tormentoso. Grandes olas se introducían en el barco.

A la mañana siguiente, el mar se calmó. Todos los marineros salieron de sus habitaciones y:

— ¡Al abordaje!—los piratas no lo comprendían.

Todos sacaron sus armas y cañones y empezaron a combatir. Gran parte de los marineros habían fallecido.

Cuando estaban a punto de llegar a la meta cuarenta sirenas aparecieron delante del barco.

Las sirenas les encantaron con sus dulces voces. Entonces fue el fin.

El barco Pumba había naufragado. Desde entonces ningún otro barco navego en el mar Océano.

Volver

En una llanura donde hay criaturas malvadas

Por Pablo Miguel

Érase una vez cuando había dos niños llamados Javier y Alex.

Javier era bajito y regordete, amable y sincero. Alex era alto, fuerte y trabajador.

Los dos niños no paran de correr por la gran llanura, perseguidos por un drácula, hombre lobo y un ogro feo y verde.

Cansados de tanto correr, tropiezan con una piedra y caen al suelo donde son alcanzados por los tres monstruos.

Mas tarde se encuentran en una cueva oscura, atados de pies y manos a una enorme estaca clavada en el suelo. Se dan cuenta de que están solos, por lo que aprovechan la oportunidad para cortar las ligaduras con una navaja que llevaba Alex en el bolsillo.

Temerosos de que volvieran los monstruos a comérselos , Javier y Alex se miran a los ojos y , a la vez, y como alma que lleva el diablo, salen corriendo a toda velocidad de la guarida.

Sin mirar hacia atrás en ningún momento recorren la llanura hasta que lo permiten sus fuerzas.

Al final quedan tendidos en el suelo, con la boca seca y las piernas que no les responden.

Una vez que se recuperan, se preguntan cómo habían llegado hasta allí. Entonces Javier se da cuenta que ha sido posible por el regalo que les había hecho su padre : El Portal del Tiempo.

Alex recordó que lo llevaba en el bolsillo, lo saco y dijo : ¡ Allá vamos ¡. Eran las palabras mágicas para liberarse de esa pesadilla. En dos segundos se encontraban en casa con sus padres. Éstos, sorprendidos por lo inquietos que los veían, les preguntaron dónde habían estado; a lo que Alex y Javier respondieron que esa era una gran historia que les contarían a la hora de cenar.

Volver

¡Maldita escoba!

Por Paloma Delgado

Los protagonistas de esta historia son Susi, una chica un tanto pija y bastante guapa, David, un chaval muy majo y cordial y Miss Guapa, la mascota de Susi, igual de tonta que su dueña e hija de un dragón y un chihuahua. David y Susi son novios, y tienen 16 años.

Aquel día estaban en el bosque. Terminaron de hacer brujería y se marcharon con sus escobas (por lógica es fácil saber que Miss Guapa fue volando). Iban saliendo del bosque y se oyó: ¡crash! Era la escoba de David, la traqueteante 3000, hecha pedazos.

-¡Leñes! ¡Era la escoba de mi padre!

-Yo creo que no hay remedio. Volveremos cuando tengas escoba.

-Yo creo que Miss Guapa es la culpable. Ayer estornudó encima de mi escoba con su potente lengua de fuego.

-Te llevaré en mi escoba, pero sólo si mañana, cuando vayamos a por tu escoba, me compras ropa.

-Grrr...

Al día siguiente era sábado. Se despertaron tarde, comieron las torrijas que había preparado Maribel (la madre de David), se asearon, cogieron a Miss Guapa, la cual había destrozado el sillón, y salieron de compras.

-¿El secreto de ser pijo? Vaya chorrada de tienda.

-¡Venga cariño entra! ¡Que es mi "boutique" favorita!

Aquel sitio era el paraíso de las escobas. Pero... ¡Oh no! Había una sección de ropa muy muy pija, y todavía más cara. Por lo menos había una escoba que le gustaba. Madera de caoba, decoraciones con oro y el honor de llevar aquello sólo por...

-¡¡¡1200 EUROS!!! Vámonos, Susi.

Pero ella había cogido ocho conjuntos de ropa. ¿Y quién lo pagó? David.

-¡Mira! "La tienda del Sr. García". Me gusta.

Entraron y un hombre les recibió. No había más que escobas y todas de madera chunga, decoraciones en chatarrilla y ningún honor de llevarla.

-Vámonos de aquí....

-No, a ver si aguantan...estas escobas...

Se montó encima y ¡pumba! El pompis de David se estrelló contra el suelo. Se fueron de allí.

-¡Ajá! ¡Las mejores escobas se venden aquí!

-¿Qué? Yo aquí me niego.

Había una tienda delante de sus narices con un nombre pijísimo del que ya no me acuerdo. Pero entraron. Había un montón de conjuntos de ropa con escobas a juego. A David le gustaban mucho, pero costaban demasiado. Susi se siguió comprando más ropa y joyas. Al final se largaron y llegaron a la última tienda del paseo, una panadería en la que vendían un jugoso pan con forma de escoba. David intentó volar sobre él pero la fórmula no dio resultado y dio con sus huesos en el suelo.

Se fueron a casa, ya volverían a intentarlo mañana, o pasado, ya que era sábado.

Volver

 

Toda la noche en el bosque

Por Elena Pérez

Hacía un día de frío, pero a todos les daba igual, pues era Halloween y nadie se lo perdería.

Aquel día, tres hermanos estaban contentos. Irían a pedir caramelos por todo el pueblo.

Se estaba haciendo de noche, los niños ya estaban disfrazados y preparados para irse.

Llamaron a su madre:

-¡Mamá, nos vamos!- gritaron los tres.

Nadie contestaba. Entonces pensaron que no les había oído y decidieron subir a su habitación.

Enseguida comprendieron por qué no les había contestado: estaba tumbada en su cama, con los ojos

medio cerrados y no estaba dormida.

Cogieron un libro de plantas y flores medicinales y enseguida encontraron la solución, pero... ¡Tenían que encontrar la flor que curaría a su madre antes de que fuese tarde!.

Decidieron ir al bosque de su pueblo, y, con las instrucciones del libro, buscarían la flor.

- Tenemos que encontrar la planta antes de que mamá enferme aún más - dijo Jorge el hermano mayor.

- Pero... Tengo miedo, allí puede haber bichos malos- dijo Ana, la más pequeña y miedosa de todos.

- Tranquila Ana, buscaremos atajos sin peligro – dijo Natalia, la mediana.

-¡Pues en marcha! - dijo Jorge casi interrumpiéndola.

Así fue como los tres niños salieron de casa en busca de la medicina para su madre.

No les costó mucho llegar, pues estaba cerca.

Entraron, todo estaba oscuro, pero algo brillaba. Era una luciérnaga.

La siguieron hasta que llegaron a un sitio donde la luz de la luna se colaba entre los árboles.

Allí, a lo lejos, parecía verse un río o algo así.

No querían pasar por allí, pero no había otra salida.

- Yo no quiero pasar por ahí- dijo Ana.

- No tengas miedo, pasaremos todos juntos, y ya nos haremos algún puente- dijo Natalia al ver que la

pequeña estaba asustada.

Después de un rato andando, llegaron al río, pero no sería fácil cruzarlo. Arriba, en un árbol, colgaba una

rama un poco baja.

Agarraos a mí- dijo Jorge – yo saltaré y me balancearé, cuando mis pies estén hacia el otro lado,saltad y llegaréis.

Al otro lado, volvieron a ver la luciérnaga, quién les guió. Llegaron a un sitio con extrañas flores de

colores.

¡MIRA, ESA ES LA FLOR!

Se acercaron, sí, aquélla era, pero llegaban tarde, estaba marchita.

-Me temo que tendremos que seguir buscando- dijo Natalia.

Siguieron. Después de andar y pasar por miles de extraños sitios, se encontraron con una serpiente. Se

asustaron, pero la serpiente les empezó a hablar, y como esto no se ve todos los días, se quedaron a

escucharla:

-Hola, soy Margarita. Yo os puedo ayudar, pues conozco todo el bosque y sé lo que buscáis y dónde se encuentra

        -¡Ayúdanos, por favor! Nuestra madre está enferma.

-Sí, pero a cambio tendréis que venir a verme todos los días.

-Sí, sí, sí... ¡LO HAREMOS!

-Venid por aquí, seguidme. Sé donde hay un prado lleeeno de flores medicinales.

La serpiente les sirvió de mucha ayuda: asustaba a los animales que querían atacarles, les iba diciendo

cómo curar a su madre después de darle la flor...

Llegaron al prado, era precioso, allí, parecía que fuese de día.

Cogieron la planta(cosa que no fue fácil).

Después, la serpiente les enseñó atajos para que llegaran pronto a casa. Y al final, se despidieron.

Los niños llegaron a casa y siguieron las instrucciones que les había dado Margarita. Pronto se curó (la madre) y le contaron todo lo que ocurrió, sus aventuras Y LO MUCHO QUE LA QUERÍAN.

 

Volver

SORPRESA

Por Paola Gregorio Lavilla

Hoy ya es Navidad y Carla está esperando impaciente a Papa Noel. Carla es una niña de siete años, es rubia y pecosa. Le gustan mucho los animales, en especial, los gatos.

Carla está sentada sobre su cama pensando todo el rato siempre lo mismo: ¿habré sido buena?, ¿me traerán carbón...? .

De repente ,cuando más concentrada está en sus pensamientos, se oye una voz que proviene de la cocina:

_ Carla, cariño vete a la cama , que Papa Noel llegará en seguida_ . Es su madre , encantadora pero pesada.

A Carla no le queda más remedio que echarse a la cama. Ella ,en su cuarto no se duerme ni contando ovejitas. Su madre también se ha echado a la cama. Cuando ya han pasado unas horas, Carla ya dormida, se despierta por un ruido en el salón. Carla, un poco asustada baja de su cama y se dirige al lugar donde proviene el ruido. Cuando llega al salón no hay nadie, Carla se asoma a la ventana y allí subido a su trineo y junto a la luna está Papa Noel, con sus seis renos y un saco lleno de regalos.

Carla se vuelve a la cama intrigada, ¿porque era en verdad él? Igual había sido producto de su imaginación, como cuando se imaginó que el canario de su prima era una voraz águila. Pero esta vez era verdad, estaba completamente segura. De todas maneras se va a la cama y se sumerge en miles de sueños.

Cuando ya es por la mañana su madre despierta a Carla. Las dos juntas , muy nerviosas se dirigen al salón. Allí hay dos regalos uno para ella y otro para su madre. Después de abrirlos celebran la Navidad con un buen desayuno. Luego su madre va al cuarto de juguetes para recoger un poco y, cuando se va a agachar ve en el suelo un precioso gatito. Enseguida llama a Carla y las dos se quedan boquiabiertas frente al recién llegado. Carla le pregunta a su madre si se lo pueden quedar y ella le responde:

_¡Claro! Será tu mascota.

Carla después de mucho pensarlo le pone de nombre "Rayo" porque corre como un Rayo. Hoy serán las mejores Navidades de Carla.

Volver

Página Principal

 

 

 

 

 

 

 

Hosted by www.Geocities.ws

1