GRADO 10
“LOS
GOBIERNOS ESCOLARES Y EL PERSONERO DE LOS ESTUDIANTES”
-
El gobierno
escolar es una posibilidad para el ejercicio de la Democracia al interior de la
escuela.
-
Debe
constituirse en una esfera pública donde sea posible la participación de todos
y todas en la toma d decisiones sobre la misión, visión, objetivos, metas y
estrategias de la institución.
-
La Institución
educativa cuenta con tres espacios de participación democrática:
El
consejo de los estudiantes, El consejo directivo y el personer@ de los
estudiantes.
EL
PERSONER@ DE L@S ESTUDIANTES
-
El personer@
promueve la paz y la convivencia en las Instituciones Educativas para que se
proyecten en el conjunto de la sociedad y para que cada escuela tenga una Zona
franca de Paz.
-
El personero es
el conciliador, la persona de cambio, es el capaz de romper la apatía y la
indiferencia frente a situaciones adversas que vive su comunidad.
-
Debe ser capaz de entender las expectativas, necesidades y posibilidades
de l@s estudiantes y plantear alternativas de vida; promueve y defiende los
derechos y deberes de la comunidad educativa.
- Debe formarse políticamente como líder conociendo la Constitución Política, la Legislación Nacional y su Manual de Convivencia.
En
primer lugar, diremos que uno de los significados importantes de la política es
su asociación por naturaleza a la convivencia, la cual expresa una angustia
cotidiana producida por la inseguridad, la inestabilidad del mundo del trabajo,
la violencia social, la guerra y, en fin, la intranquilidad general. Pedimos
paz, resolución pacífica de conflictos, igualdad social, oportunidades para
todos, fin de la corrupción y de la mala administración política. Pedimos un
mundo radicalmente distinto.
Fijémonos que cuando se exalta la convivencia pacífica se resaltan unos valores específicos que son inexistentes en lo que conocemos hoy como política. Por tanto, estamos anteponiendo a la mala política, la política buena, deseada con ansiedad por todos. Es decir, que en la concepción de lo político se involucran también elementos éticos.
Por consiguiente, cuando nos referimos a la política, se tejen tres aspectos entre sí: de un lado, nuestra calificación negativa de lo que creemos que es política; de otro, las expectativas éticas que esto despierta cuando deseamos la convivencia y, en tercer lugar, la realidad de una vida cotidiana que ni es tan negativa y corrupta como la señalamos, pero que ofrece limitadas oportunidades para la realización de ideales de mejor vida. Entonces, en la política se tejen dos elementos: la convivencia y la ética.
Los inicios de la política, como una práctica reflexionada, en Occidente se remonta al período comprendido entre los siglos V y IV a. de C. en Grecia, momento que corresponde al mayor florecimiento de la política de esta cultura.
Estos
siglos hacen parte de la época de la Polis, tal como ha sido denominada por los
historiadores.
La
polis posibilitó
el surgimiento de diversas concepciones políticas de la sociedad entre las que
sobresalieron las de los sofistas y las de la trilogía Sócrates, Platón y
Aristóteles, particularmente en la polis de Atenas.
Estos
filósofos aclaran que los seres humanos son distintos de los otros seres,
porque tienden a vivir en comunidad o estado político, en forma natural como
una característica propia de la existencia del ser humano. Platón, utilizando
el mito de Prometeo en un diálogo muy famoso, el Protágoras, ilustró
con gran elocuencia esta idea.
Para
Platón la política es definida como el argé de la convivencia, una condición
natural del ser humano, es decir, la vida humana organizada alrededor de la
justicia y el respeto, como una forma de distinguir a los seres humanos de los
demás seres.
En el
mismo sentido. Aristóteles define al ser humano como un zoon polítikon, animal
político, porque es un ser dotado de alma, que a su vez vive en la polis
(sociedad). La expresión aristotélica encierra entonces el significado del ser
humano como un ser vivo cuyo modo de vida es en comunidad; pero, igualmente
significa una asociación cuyos elementos constitutivos son el respeto y la
justicia, pues, según él, el ser humano se caracteriza igualmente por el don
de distinguir lo bueno de lo malo y lo justo de lo injusto a través de la
palabra. El ejercicio de este don hace que las personas conozcan la naturaleza
de las cosas humanas y no humanas, razón por la cual puede apreciar la
justicia, es decir lo que corresponde por naturaleza a cada cosa y a cada
persona.
Para los antiguos griegos, la política es la ciencia de la sociedad que se ocupa no sólo del gobierno, de las leyes, de la ciudadanía, de las llamadas instituciones políticas, sino también de la actividad humana en general: de la procreación, de la familia como unidad reproductora cotidiana de la existencia de la educación en todos sus niveles y. especialmente, de la virtud política, de la ética, de la justicia y del bien común como bien supremo de la sociedad.
La idea
del ser humano como un ser político por naturaleza se hizo también dominante
durante el lapso del llamado medioevo, aunque se prefirieron formas de gobierno
monárquicas y no de grupos.
La época
moderna (caracterizada por el Renacimiento, el Enciclopedismo, la Ilustración y
la Revolución Industrial, así como por la evolución política burguesa y
posterior desarrollo del capitalismo) es una época de cambio radical en la
concepción del político y de la disciplina del pensamiento que lo estudia.
La noción
de política, que nos han legado los modernos en su momento clásico (siglos
XVII a inicios del XIX), surge de consideraciones sobre el ser humano opuestas a
las que heredamos de la antigüedad. Según ellas, el ser humano es definido
como un ser que por naturaleza vive aislado de sus semejantes en un estado de
vida individual. Su individualidad y su egoísmo hacen que el ser humano se guíe
únicamente por su autoridad, por sus inclinaciones individuales, por lo que le
dicta su propia libertad. Que el individuo viva inicialmente aislado quiere
decir que la naturaleza humana es apolítica, es decir los humanos no viven por
naturaleza en sociedad, tienden a conducirse según su egoísmo, sin respetar
nada ni a nadie, lo que degenera en un estado de hostilidad entre unos y
otros.
Thomas Hobbes (e. XVII), filósofo Inglés consideró que la política es el resultado de una clara conciencia sobre la imposibilidad de la prolongación de la vida humana sobre la base de un egoísmo natural. La comprensión de esta circunstancia hace que los individuos busquen la paz, sin la cual sería imposible la vida. Y la paz significa convivencia.
La
salida del estado de egoísmo es posible gracias a un pacto o convenio en el que
los individuos, antes aislados, deciden ponerse en manos de una autoridad
superior a la de cada uno de ellos. Esta nueva autoridad (soberanía o poder
supremo), constituida por el acuerdo entre todos los individuos, fue llamada por
Hobbes Leviatán.
Leviatán es el Estado o la sociedad, cuyos significados son: primero la unión de todas las libertades individuales trasladadas a un poder superior o soberanía, que por lo mismo se convierte en absoluto; segundo, el acto mismo de creación de la convivencia, que como tal es un contrato (si el ser humano vive aislado, no existe); tercero, la consolidación de una dimensión de la vida basada en la ley civil promulgada por ese poder supremo o soberano (el monarca), quién decide qué es lo mío, qué es lo tuyo, qué es el bien, qué es el mal, qué es la justicia y qué es la injusticia.
En
conclusión, el poder superior o Estado es el orden, la ley; no sólo la
autoridad suprema, sino la autoridad única y total, es decir el poder
absoluto. Entre otras cosas, esta teoría del origen y naturaleza de la política
tiene mucho que ver con el gobierno de los llamados monarcas absolutos, en
quienes se depositaba todo el poder político.
Otros
pensadores modernos siguieron a Hobbes en sus postuladas básicos, pero reformularon
la idea del carácter absoluto de la autoridad política, concibiendo un poder
supremo, limitado parlo ley (Locke, s. XVII), e incluso una soberanía
localizada no en un monarca, sino en el individuo-ciudadano que unido a los
otros ciudadanos forma el gobierno (Rousseau s. XVIII). Pero, en general,
mantuvieron vivo el esquema de considerar al ser humano como un ser que antes de
decidir la vida en sociedad vive aislado como individuo.
Según
todos estos pensadores (Hobbes, Locke, Rousseau), del estado de egoísmo se
evoluciono lentamente hacia un estado social o estado civil. creado o
garantizado por un contrato, del cual surgieron la sociedad, la convivencia y,
por ende, la política.
La forma moderna de
considerar a la política como un producto de decisiones individuales unificadas
en el pacto social posibilitó distinguir entre dos campos diferentes de
existencia de la vida humana: la esfera pública, correspondiente a los asuntos
colectivos, y la privada, correspondiente a los individuales. La política se
convirtió, por estas razones ya no en ciencia de todos los asuntos humanos,
sino exclusivamente
de aquellos que se refieren a la vida en la comunidad política. De aquí nació
la ciencia política moderna.
En definitiva, la noción de política de antiguos y modernos está asociada a la de comunidad, establecida natural o artificialmente; involucra diversos significados de convivencia planteados como horizonte entre el orden y el desorden, entre la paz y el conflicto. Cuando decimos que la política es convivencia estamos diciendo también que es normalización, disciplinarse para evitar el caos, es decir, sometimiento a parámetros bien definidos de intereses sociales predominantes.
Uno de
los significados más usados de la política es aquel que la asocia con las relaciones
de autoridad, de gobierno, de subordinación y de sometimiento a un orden. Este
orden puede ser pensado o asumido como un orden natural, algo ya dado a la
existencia humana, donde unos mandan y otros obedecen; o como una organización
política de la sociedad, donde las instituciones del Estado son neutrales
frente a los diversos intereses sociales y defienden el bien común. De ahí la
expresión “No puede existir orden, sin mando”.
Como seres políticos nos concebimos formando parte de una estructura social, donde unos dirigen y otros son dirigidos, donde unos comandan y otros aceptan los mandatos. Pero la subordinación en política no es sólo una concepción; es tal vez una de sus realidades más sabidas y menos dichas, pues la política indica en su más genuina naturaleza lucha, confrontación, emergencia de fuerzas en disputa, dinámicas de sometimiento.
¿Qué
es el Estado?
Podemos
vivir sin familia, sin adhesión nacional, sin identidad ideológica reconocida,
en el más crudo intimismo o el más persistente ascetismo. Pero más allá de
las múltiples opciones que tenemos para auto definir nuestra identidad
individual, siempre somos considerados ciudadanos de un Estado. Esta es una
verdad que funciona, más allá incluso de nuestra voluntad.
El uso
del término “Estado” es hoy familiar para referirnos a aquella institución
que cumple la función de ordenar jurídicamente una sociedad y dentro de la
cual nos identificamos como miembros, o partes de una nacionalidad dada. Digamos
que hoy en día, en las condiciones en las que se encuentra el mundo, no existe
individuo alguno que no se sienta o sea considerado parte de un Estado.
Dos
enfoques sobre el Estado
El Estado, como el poder, es otro de los conceptos con los que más frecuentemente se identifico la política, sobre todo porque nos do la idea de su localización: de dónde se encuentra, dónde reside, aunque —como vamos a ver— su definición no es siempre tan simple.
La
palabra misma Estado— es un término relativamente nuevo, que se ha ido
llenando de contenidos con el paso del tiempo y en el cual actualmente podemos
encontrar, parlo menos, dos tipos de definiciones.
Primer
en foque: origen
En
este enfoque definiremos Estado como determinación del fuero del poder y de la
soberanía política.
Comencemos
parlo definición etimológica del término y su vínculo con las disputas hist&
ricas por el poder. En la Europa cristiana de los siglos XIII al XVI se comenzó
a utilizar el término status (stot, state, steat en otras lenguas) para
distinguir entre los dominios divinos ~ terrenos, lo “espiritual” y lo
“mundano”, lo eterno y lo temporal. El status representaba todo
aquello que no estaba referido al fin espiritual del ser bimano, es decir, la
condición del país en su aspecto social y político, en su constitución
material, territorial, organizativa; también se refería a la condición del
gobernante (príncipe) y de las personas que o aconsejaban y ayudaban, y a lo
definición del orden y de la autoridad de la cual éste derivaba, es decir, el
estado de todo lo que se refiere al mundo humano organizado con respecto o los
fines de las personas en lo tierra y no a los fines espirituales.
Esa
distinción entre lo “espiritual” y lo “mundano” hecha por lo misma
Iglesia en la cabeza de los papas, con el fin de fundar la supremacía de ésta,
permitía la separación de política y religión y, a su vez, la consolidación
de la política como un campo autónomo que reemplazaba paulatinamente ¡os demás
poderes. El documento de la página 112, sobre el origen de las instituciones
políticas modernas, puede ser muy estimulante al respecto.
Este
primer enfoque sobre el Estado nos remite, históricamente, a los orígenes de
lo problemática donde nace el mismo término stato, pero también, a una
concepción que se ha hecho tradicional y que lo define como una unidad entre
territorio, población, costumbres específicas y orden político.
Segundo
en foque: surgimiento
El
segundo enfoque está relacionado estrictamente con el surgimiento de las teorías
políticas modernas a partir del siglo XVII y tiene que ver con lo que algunos
pensadores llaman sociedad política, por contraposición a la sociedad civil.
Como verás, estas teorías se subdividen a su vez en dos tipos: unas que
justifican las relaciones políticas modernos y su ligazón y, otras, que las
critican.
Léxico
Sociedad
política: sinónimo
del Estado. Cuerpo de instituciones políticas que regulan una sociedad
determinada.
Sociedad
civil: sociedad
organizada por fuera del Estado
Estado
gendarme: formo
histórica del Estado, que regulo únicamente el conflicto entre los
ciudadanos. Se identifica con el Estado autoritario y represivo
Estado
demoliberal:
forma
de Estado basada en principios liberales como la libertad y lo protección de lo
propiedad privada.
Teorías
en defensa del Estado
Ya
para el siglo XVII el término Estado adquiere un significado específico, al
estudiar cuál es el origen de o política en las sociedades europeos. Los filósofos
modernos )Hobbes, Locke, Rousseau, Kant) hacen de él una noción
conceptualmente comprensible, al sostener que lo formación de la sociedad
(Estado) es producto de la transformación del ser humano de un estado de
naturaleza a un estado de vida civil.
Según
estas teorías, el Estado moderno adquiere su forma particular, que lo
distingue de otras formas estatales antecesoras, como la que cultivaron los
griegos antiguos, convirtiéndose en la única y a la vez unitaria forma de
estructuración de lo vida en sociedad, en el verdadero y exacto aparato paro
administrar y manejar el poder político, que opera según procedimientos cada
vez más definidos y especializados. Su tarea va en función básicamente de
garantizar la paz interna del país, eliminar el conflicto social y permitir
la normalización de las relaciones de fuerzo existentes como producto de las
contradicciones de intereses, ejerciendo el monopolio de la fuerza.
A
esto se le ha denominado el Estado como potencia, es decir, uno concepción que
ve en el Estado la sumatoria de voluntades individuales, más exactamente una
racionalidad de vida colectiva creada por un pacto social, a partir de la razón
de los individuos, que prefiere la vida en sociedad para superar los obstáculos
propios del estado natural.
Teorías
críticas del Estado
A
esta primera forma de determinar las relaciones políticas bajo el concepto
Estado, le sobreviene uno concepción crítica que considero a) Estado como
dictadura, es decir, como imposición de un poder hegemónico de uno clase
social sobre otras. Marx, que es el pensador que expone esta idea, considera que
la realidad política está fundada en relaciones de fuerza en una sociedad
dividida en clases: unas poderosas y otras explotadas. En este sentido, el
aparato institucional, que llamamos Estado, se refiere a las relaciones sociales
de dominación establecidas y a sus necesidades de perpetuación y reproducción
en el tiempo.
Según
este enfoque, las formas del Estado varían históricamente, conforme a la
evolución de las relaciones de fuerza entre clases dominantes y clases
subalternas. Tiranías y democracias no escapan a esta lógica. El Estado es
entonces, por definición, la dictadura de una clase poderosa sobre otras
explotadas, y las llamadas formas de gobierno son adaptaciones históricas de a
dominación a los diversos estados de lucha entre estas clases.
En
el caso de la tradición liberal podemos hablar de formas absolutas y formas
constitucionales de Estado, y en el caso de la tradición marxista de formas
puramente coercitivos
y
formas demoliberales (el Estado gendarme y el Estado demoliberal).
El
Estado en el siglo XX
Más
allá de los distintos enfoques sobre el Estado, éste ha visto crecer su
importancia especialmente en el transcurso del presente siglo, a tal punto que,
regularmente, lo identificamos con la política. En este sentido, se puede
decir que lo historia de los dos últimos siglos se ha constituido en la
historio de la estatización de la política. Evidentemente, si sólo ves
un coso como el de Colombia, puedes darte cuento de que una vez logrado la
independencia de España, inició un proceso de evolución muy confuso, que
fue dando formo lentamente o instituciones, a proyectos nacionales centralizados
y al fortalecimiento del Estado como una institución activa, que entró a
determinar con mayor fuerza el transcurso de los asuntos sociales.
El
Estado intervencionista
Desde
la segunda mitad del siglo XIX apareció en Europa una concepción
intervencionista del Estado, que fundaba su proyecto en la necesidad de
desarrollar con profundidad la ciudadanía, para garantizar una mayor ¡gíialdad
entre los personas, lo que aumentó la participación política. Esta visión
política correspondía o una circunstancia histórica de miseria generalizada y
de crecimiento de la pobreza, producto del desarrollo de la sociedad
capitalista.
En
1919, en Alemania, se hizo un primer experimento de desarrollo de un Estado
intervencionista fuerte, en la llamada República de Weimar. También en
nuestro país se discutía en aquel momento sobre la necesidad de desarrollar un
Estado intervencionista que proyectora con mayor fuerza el desarrollo
nacional. Rafael Uribe Uribe, por ejemplo, a principios de siglo proponía poro
Colombia el desarrollo de una fuerte intervención del Estado en la economía,
que impulsora definitivamente el progreso y el desarrollo.
Pero
el “experimento” que verdaderamente cumplió la misión de estatizor la
sociedad fue el llamado “consenso keynesiano , uno combinación de una serie
de políticas intervencionistas del Estado en la sociedad, que construyó lo
que se llamó el Estado de bienestar. Keynes, un prestigioso economista inglés,
propuso una serie de políticas económicas que reformaron profundamente lo
relación entre la política y lo economía. Por ejemplo, lo regulación estatal
de la monedo a través de un banco oficial, el banco emisor. Esto le permitía
al Estado, en momentos de necesidades de inversión social, emitir recursos para
satisfacerlas. Las políticas de pleno empleo buscaban garantizar una elevación
sustancial del nivel de vida de los trabajadores, así como el desarrollo de políticas
de salario más acordes con las necesidades de consumo.
El
Estado se convertía así en un factor económico central, regulador de la
economía y de sus flujos, redistribuidor de recursos, protector de ramas
enteras de los servicios, cuando no era su dueño. Esto fue denominado Estado de
bienestar y, en sus versiones menguadas en el Tercer Mundo, Estado
intervencionista.
El
Estado intervencionista se desarrolló principalmente después de la Segundo
Guerra Mundial y contribuyó a lo reconstrucción de los países arrasados por
la destrucción bélica. Tuvo su época de oro en lo década de los años cincuenta,
en los países más avanzados, y entró en una pro-tundo crisis en los años
sesenta y setenta, o raíz principalmente de los déficits presupuestales, las
necesidades energéticos para mover las grandes industrias, la crisis social
por lo presencia totalizante del Estado hasta en lo vida privada y parlo
destrucción del entorno como producto del desarrollo impetuoso de lo
industrialización extensiva, entre otros causas
Privatización
del Estado
Desde
los años setenta comenzó un proceso de reformo del Estado intervencionista,
cuyo objetivo ero reducir su tamaño, convertir lo actividad pública en uno
actividad menos burocrático y dispendiosa, disminuir los déficits
presupuestarios, privatizar muchos de los servicios prestados por el Estado,
desregulor lo intervención estatal en la economía, etc. Esto reformo cobró
fuerza en los años ochenta con los gobiernos de Reagan y Thatcher en los
Estados Unidos e Inglaterra, respectivo mente.
Hoy
en día se ha generalizado al mundo entero, con los llamados procesos de
globolízación. En Colombia se hizo efectiva, principalmente, en lo reforma
constitucional de 1 99 1, pues ésta constitucionalizó principios de desregulación
laboral, económica y financiera, dinámicas mercantiles para lo prestación de
los servicios públicos y procedimientos participativos de organización y
gestión que contribuyen al ensanchamiento del consumo de los servicios públicos
sobre bases de mercado.
El
Estado, hoy, es un Estado codo vez más privatizado, llamado neolíberal,
cuyos principios de acción son la eficiencia, la eficacia, la productividad y,
en general, la llamada gobernabilidad.
Como
el Estado nacional, ha perdido el centralismo y la fuerza reguladora que tuvo
en otros momentos, convirtiéndose en un organismo administrativo de políticas
que actualmente se manejan desde centros mundiales de poder económico, político
y financiero, como los organismos mundiales de crédito.
Las
relaciones estatales de hoy son difusas y globales. Por eso, algunos políticos
y politólogos han comenzado a hablar de Estado mundial, de gobierno mundial y
de instituciones políticas globales. Esta tendencia a la mundialización la
representa con mucha claridad la conformación de bloques políticos
regionales de mucho peso, como la Unión Europea o el Tratado de Libre Comercio
en América.
LA IDEOLOGÍA
PÁRRAFO
DE CALENTAMIENTO.
En
los últimos años hemos oído hablar con mucha insistencia del “fin de las
ideologías” la Desideologizacion de la política. Estos términos, que suenan
rimbombantes, ¿qué tipo de realidades indican? ¿Por qué existen o se han
acabado las ideologías? ¿Qué son ellas en si
mismas
Ideología como ideario
La
ideología como concepto nace en la época moderna, significando el hecho de
compartir un ideario religioso. político o filosófico determinado, con el cual
consideramos y juzgamos el mundo en que vivimos En este sentido, las
ideologías no son posturas o idearios puros, pues combinan diversas fuentes,
tanto teóricas como sociales.
Las
ideologías son, por excelencia, percepciones elaboradas que acertadas o no,
existen y están profundamente arraigadas en la mentalidad colectiva.
La ideología como instrumento de poder
Un
segundo significado de ideología, que se uso menos, pero por eso no deja de ser
importante, es el que la define como un conjunto de ideales contenidos en uno
teoría o en un discurso político o filosófico, que abarca los intereses de
quienes gobiernan o de aquellos que justifican una realidad política dada. Esto
definición supone que toda política tiene como fin representar los intereses
de los más poderosos de una sociedad.
Lo
anterior definición se la debemos al filósofo alemán Carlos Marx. Un ejemplo
es, según este autor, el carácter abstracto de conceptos como libertad en las
prácticos políticos modernas. Mientras las personas como ciudadanos creen
disfrutar de este derecho, pues está contenido en las constituciones que rigen
los Estados de hoy, la libertad es más real para quien tenga los medios económicos
de disfrutarla. Lo mismo sucede con el derecho a la propiedad. Todos, en
abstracto, somos beneficiarios de este derecho pero, en realidad, la
desequilibrada repartición de su cuantío hace que pocos materialicen este
derecho, mientras muchos se ven sometidos o lo miseria.
La
ideología se presenta, de esta manera, como un dispositivo que nos hace vivir
con una creencia sobre el mundo y su orden, mientras éste discurre bajo leves
de comportamiento diferentes o los imaginados o deseados.
La
ideología como campo de tensión social
Otra
forma de ver la ideología, que deriva de la tensión social. es lo que lo
considera como uno esfera de disputa de la sociedad desde donde crece todo el
accionar político. La ideología es una especie de caldo dc cultivo donde los
clases sociales y los grupos humanos debaten sus intereses bajo la forma de las
ideas, las concepciones. los programas políticos. Esta tensión de ideas es una
tensión de fuerzas sociales reales. que lentamente le van dando forma a una
realidad política específica, en la medida en que contribuyen a moldear las
instituciones y los pactos sociales que los fundamentan. El terreno de la
ideología es, entonces. el terreno de la disputa cultural entre clases
sociales, el terreno de la formación de su propia conciencia y el de la
confrontación con los clases opuestas. Esta teoría fue sugerida por el teórico
socialista italiano Antonio Gramsci.
Ideología
y ciencia
Igualmente.
se ha hablado de la ideología como una esfera intermedia entre la ciencia y la
utopía, es decir. una realidad social de la conciencia, profundamente ligada a
lo producción espiritual de las sociedades. Mientras la ciencia. produce sus
verdades bajo la acción racional y consciente del científico basada en su
capacidad prescriptiva y analítica, la ideología funciona con verdades
aprendidas y aceptadas, en la medida en que no las discute, sino que las
vive.
Sin
embargo, la tarea científica es una actividad donde también lo Ideológico
interviene fuertemente con su presencia, pues la gente de ciencia también
comparte una ideología desde la cual presupuesta muchos de los contenidos de su
producción teórica e intelectual.
Cuando
hablamos de la ideología nos consideramos partes de un ideario filosófico, político
o religioso, dentro de un país o en el ámbito internacional, que nos dota de
unos ideales, de una identidad de juicios, de volares, de imágenes, con los
cuales valoramos la sociedad en donde vivimos y el sistema político al
cual pertenecemos
Somos
parte de una ideología porque miramos el mundo social desde unas ideas del
bien, de la justicia, de la armonía, de la felicidad, de la libertad, de la
igualdad para todos. Este significado de ideología, el más universalmente
aceptado, indica aprobación de un conjunto de ideas sobre el ser humano, la
sociedad y la política que se comparten y se reproducen socialmente.
¿Fin
de las ideologías?
Cuando
al comenzar lo década del noventa se habló del fin de las ideologías, se hizo
una referencia al llamado periodo de la Guerra Fría, culminado con la caída
del muro de Berlín a finales de los años ochenta o al advenimiento de la
llamada época posmoderna.
De
un lado. porque la confrontación capitalismo—socialismo había terminado con
el triunfo definitivo del primero y se había hecho hegemónica la ideología
liberal o porque con el fin de la época moderna se había agotado una forma de
representación totalitaria racionalista del mundo, abriéndose enormes
posibilidades para un predominio de lo particular, de la diferencia, de la
heterogeneidad en contra de la homogenización. también ideológica, del mundo
moderno, según los llamados posmodernos.
Principales
ideologías modernas
El
liberalismo
Según
el liberalismo, el Estado debe proteger la libertad individual, principalmente
en cuanto se refiere a la propiedad. Esta idea representa la materialización de
una filosofía del ser humano que parte de éste como un individuo autónomo,
libre e igual frente a los demás. Por tal motivo, el Estado no puede copar
todos los espacios de la vida humana, sino garantizar la convivencia de las
diferencias individuales, conservando el derecho a la vida privada, al
desarrollo de los intereses individuales.
El
poder del gobernante debe estar controlado por la ley para que no sea despótico,
con respecto a la libertad y a la propiedad coma atributos naturales de los
individuos asociados. Este principio significa que la autoridad política debe
estar controlada por instrumentos legales para que no se exceda en su ejercicio
y no pisotee los derechos individuales del ser humano.
Los
llamados liberalismos de contenido social agregan a estos presupuestos el libre
desarrollo de la personalidad, como función estatal, y la redistribución de
los ingresos sociales, a través de políticas dirigidas por el Estado, entre
otros.
El
liberalismo es hoy en día la ideología dominante, porque, más allá de sus
presupuestos filosóficos los hombres de hoy piensan en términos
individualistas, se miran a sí mismos como sujetos autónomos que practican la
libertad de escoger individualmente en una sociedad competitiva y de consumo,
aspiran a realizar el ideal de la maximización de beneficios individuales a
través de la posesión de bienes materiales y espirituales, y saben que viven
en una sociedad de mercado, donde actúan corno ciudadanos competitivos.
El
socialismo
El
socialismo representa un ideal de justicia social, cuyos presupuestos no son los
individuos, sino las comunidades, anteponiendo la igualdad social a la libertad.
Se constituye en una ideología crítica de la producción de desigualdades típicas
del capitalismo moderno A lo largo del siglo XX, sus ideales estuvieron ligados
a formas estatales de expropiación de los bienes de los más ricos y de
nacionalización de la propiedad.
El
socialismo desea crear una sociedad más justa, sobre la base de un principio de
igualdad efectiva, es decir, material. La socialización de la propiedad
significó para muchos socialismos, una etapa de transición hacia una sociedad
librada totalmente de la propiedad privada, del individualismo y del egoísmo
competitivo propios de la sociedad capitalista. Esto se conoce con el nombre de
comunismo. Es la expresión de una sociedad sin clases sociales y sin Estado
dominante.
La ideología socialista ha sufrido un duro golpe con la caída del llamado socialismo real en los países de Europa oriental. La desazón por los resultados prácticos de una sociedad que se proclamó como tal, ha sido grande. Sin embargo, hoy en día después de descubierta la crisis que generó un triunfalismo liberal, la inestabilidad constante de la sociedad liberal globalizada, el aumento de la desprotección y de la pobreza. y la inseguridad laboral, entre otros fenómenos sociales, pueden haber abierto campo para el resurgimiento de un socialismo critico.
Política y Políticos
En
la antigüedad griega se hablaba de la existencia de un cuerpo político.
denominado politeuma, que era el encargado de hacer la política. Estaba
conformado por los ciudadanos y los gobernantes, o sea, los políticos. Los
griegos creían en la existencia de una correspondencia entre las virtudes de
los ciudadanos y las virtudes del Estado, lo que hacía posible, según ellos la
realización del bien común garantizando una permanente participación de unos
y otros en las pequeñas y grandes decisiones políticas.
En
la época moderna sobrevino un cambio importante en esta problemática, pues se
comenzó a concebir al gobierno como una labor especializada, realizada por políticos
profesionales y expertos quienes, directa o indirectamente, son delegados por
los ciudadanos para realizar las labores gubernativas de la sociedad. Hasta
cierto punto, la política moderna ha estimulado la existencia de unos
ciudadanos pasivos que delegan y esperan que la política sea realizada por los
políticos, cuya labor profesional es ésa.
El
desarrollo de la sociedad moderna vino acompañada de cambios que exigieron,
cada vez más, la necesidad del uso de competencias técnicas que requieren
expertos y una amplia participación de personal especializado El desarrollo
moderna ha significado el paso de una economía familiar a una economía de
mercado y el de una economía de mercado a una economía regulada, planificada y
protegida, de la cual se derivan problemas políticos cada vez más complejos de
resolver.
Tal
vez es esta complejidad la que en parte explica la especialización del político,
especialización que le ha planteado nuevas exigencias y que lo ha venido
cambiando con el paso del desarrollo. Si antes el político se planteaba como
una persona carismática, con capacidad oratoria y de convicción, hoy estas
competencias son cada vez más desplazadas por el conocimiento técnico de
distintas materias de la administración pública
El
político de plaza pública, de relaciones públicas y de contacto can los
electores se ve cada vez más rodeado de consultores, consejeros y asesores,
quienes son expertos en diferentes materias y muchas veces son los que no sólo
redactan los discursos, sino que diseñan los leyes, las planes de desarrollo y
las políticas públicas que se aplican.
En
este sentido, la política moderna, incluso en el actual periodo de estimulo a
una ciudadanía competitiva, está lejos de concebir un ciudadano realmente
activo y participante, pues los verdaderos centros de la decisión política son
ejercidos por políticos profesionales y técnicos expertos en diversas
materias. El político se comporta entonces como un negociador y un publicista
de la política. secundado por la labor oculta de expertos y por la actividad
casi contemplativa de los ciudadanos. Tal vez aquí resida su exagerado
protagonismo, en el cual vemos a la política entera.
La
gran política
A la política diaria, menuda y cotidiana que hacen políticos profesionales y tecnócratas (política de la transacción con múltiples fuerzas e intereses que a diario se acomodan), la acompaña la política grande. la de provectos programáticos e ideológicos a mediano y largo plazo, la de producción de valores sociales determinados, la de la educación y la de la cultura. La que sustenta una época.
La
gran política tiene que ver hoy con la transformación del universo de valores
políticos, conocida como la estadolatría, el paternalismo y la pasividad
ciudadana. en otras de carácter pragmático, como la participación ciudadana,
lo autonomía política y la competitividad ciudadana.
Dentro
de la gran política podemos considerar los proyectos liderados por destacados
estadistas y reformadores como Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander,
Rafael Núñez y Alfonso López Pumarejo.
De
igual manera, los proyectos constitucionales se convierten en gran política
porque responden a necesidades coyunturales, proyectando a las sociedades hacia
nuevos rumbos y permitiendo la construcción de una cultura política
determinada.
Otro
ejemplo de la gran política son los proyectos revolucionarios y emancipatorios
que se cuentan, en primer lugar, como grandes movimientos políticos en
sociedades determinadas que fundan época y cambian radicalmente el orden social
y la organización política de una sociedad.
Pensamiento Político
CONDUCTA
DE ENTRADA:
En
el sentido más amplio posible, puede ser llamado pensamiento político toda
obra que se ocupa De las relaciones entre los humanos, de sus equilibrios y
desequilibrios, de su condicionamiento natural o divino, de su justificación,
de las pasiones o niveles de poder, de los acontecimientos afortunados y
desafortunados que rodean a los
gobernantes. En general del orden social y sus jerarquías. ¿ es válido esto?
DESARROLLO
DEL TEMA:
Desde un punto de vista genérico, el pensamiento político representa un cuadro justificado de una realidad política presente, pasada o futura, existente o deseable; un cuadro critico del orden de una situación crucial de la saciedad. En este sentido, obras de diverso género e índole, como tragedias, dramas, novelas o tratados filosóficos. Intencional o involuntariamente, consciente o inconscientemente, abierta o reservadamente, expresan pensamientos políticos diversos.
Pero
existe un sentido más restringido de lo que puede ser llamado pensamiento político,
y es cuando hablamos de un pensamiento sistemático, deliberadamente
construido sobre el estudio riguroso de la problemática política
y sus condicionantes
Si
lanzamos una mirada lineal al devenir de la historia del pensamiento político
occidental podemos encontrar dos grandes momentos, determinados por la forma que
cobra este pensamiento.
El
primero está asociado a la forma que toma el pensamiento político en la antigüedad
y, aunque cubre incluso toda la época medieval, durante este periodo el
pensamiento político está asociado permanentemente con lo ético, es decir,
con la virtud y el bien, lo que significa que no define la política
exclusivamente como la esfera técnica del gobierno de la sociedad o del
funcionamiento de las instituciones del Estado, sino que asocia estas
definiciones con valores de comportamiento humano como el bien, la justicia o la
prudencia.
De
otro lado, esta relación estrecha entre ética y política significa que
durante un extenso periodo prácticamente desde el siglo V a. de C. al siglo XVI
d. de C.. para poder ser definida la política era necesario dibujar un cuadro
completo del universo, del mundo y de su verdad
El
segundo momento corresponde al surgimiento de la llamada política como ciencia,
cuando se concibe como una hipótesis sobre la naturaleza del ser humano, que lo
impulsa a construir un orden artificial que es la sociedad es decir, la política.
La
creación del Estado civil (de la vida en sociedad), es obra de individuos
independientes que voluntaria y racionalmente la deciden así, no de una
disposición inconsciente, proveniente ya sea de la naturaleza del mundo o de
Dios. La sociedad es humana, el Estado es humano, el orden político es humano.
No hay regla ética o moral preexistente que determine la conducta de los seres
humanas que han decidido asociarse.
La política es, entonces, la fundación de una autoridad humana superior que regirá los destinos de las personas en sociedad. Es un arte de gobernar conforme a unas reglas claramente definidas, que no tienen carácter natural. De esta manera, la política se ha convertido en ciencia, que se ocupa de una esfera diferenciada de la vida social: la esfera del gobierno y de la autoridad.
Si
hacemos un corte distinto en la larga historia de Occidente, podemos descubrir
otros formas de clasificación de los pensadores y del pensamiento político
sistemático. Por ejemplo, según la posición que en un determinado momento un
pensador o una obra del pensamiento asuman frente al poder dominante o a las
relaciones políticas existentes, se puede hablar de un pensamiento político
oficial o de un pensamiento político maldito’.
El
pensamiento político oficial se refiere, precisamente, al
aprobado por el poder y en ese mismo sentido, al que justifica a quienes lo
ostentan. Por el contrario, el pensamiento político maldito es critico
radical del pensamiento político oficial, al que considera, por lo general,
inestable, indeseable y opresivo.
Estas
formas de pensamiento político surgen de la relación entre pensamiento y
poder, las cuales están ligados a los intereses de los sectores sociales
que representan. Las clases socialmente poderosos, que constituyen poder político,
son por lo general clases ricas, pero así como hay circunstancias humanas donde
una sola clase rica es hegemónica, hay situaciones humanas e históricas donde
aparecen clases ricas en competencia y por lo tanto. las dos se enfrentan. Aquí
un pensamiento tradicional se enfrenta con uno innovador y, por supuesto hay
discordias, prohibiciones. forcejeos, hasta que definitivamente se hace clara la
dominación de una de las clases
Por
ejemplo, el pensamiento moderno de Hobbes. Locke y Rousseau representaba la
imaginación política de la nueva clase burguesa en ascenso, que en las siglos
XVII y XVIII tuvo que enfrentarse a la tradicional aristocracia feudal. Estos
autores, que revolucionaron el pensamiento político con sus ideas sobre la
naturaleza individualista del hombre contribuyeron con su pensamiento al triunfo
definitivo de la revolución burguesa, triunfo que instauró el poder político
hegemónico de esta clase. Una vez dado este proceso. sus pensamientos
justifican a cabalidad el nuevo orden: se convierten en las ideas políticas
“oficiales” que representan el nuevo sistema.
Para
abordar el pensamiento político y su historia es necesario armarse de una serie
de elementos críticos y metodológicos que permitan su comprensión cabal y
ajustada a las proporciones del momento en que se produjo. Esta con el fin de
evitar modernizar a los antiguos o traer de aquellas épocas criterios e
ideas que no caben en una sociedad como en la que vivimos hoy.
Ya
hemos visto cómo términos tales como Estado, difícilmente pueden entenderse
por fuera del contexto de la época moderna y de sus procesos de formación política.
De igual manera, hoy no podríamos entender la justificación de la esclavitud
que hace Aristóteles en La Política a la invocación del individualismo
liberal que hace un pensador moderno como John Locke. ¿Quiere decir esto que no
hay un criterio de libertad en los antiguos o una realidad de esclavitud tras
los modernos?
Las
épocas hay que mirarlas en su especificidad histórica, pues las personas
tienden a pensar cómo viven, y lo hacen según un momento histórico
determinado.
Una
de las grandes perplejidades que nos asiste actualmente, con respecto a la
sociedad, es la tremenda dificultad que significa el poder imaginarnos la
cooperación, la solidaridad, el trabajo colectivo. ¿No será que la conciencia
política moderna, en gran parte moldeada por el individualismo liberal del
pensamiento político moderno, nos ha educado en una percepción individualista
del mundo, que parte siempre de nuestra propia singularidad como personas,
impidiéndonos valorar los múltiples vínculos y dependencias que tenemos con
los demás y con la sociedad? Para las personas de hoy vale la autonomía
personal, no la dependencia de los demás, pues esta última es interpretada
como una señal de debilidad personal.
Paradójicamente,
pensadores antiguos como Aristóteles consideraban anormal a aquellos que
pretendiesen vivir por cuenta propia, como individuos, pues como ya lo hemos
planteado, una persona era valorada como un ser colectivo cuyo sentido único
era precisamente la comunidad. ¿Podremos llegar a una síntesis de estas
visiones opuestas?
El Pensamiento Político en Colombia
REFLEXION: En el siglo XIX Colombia fue ante todo un país de fulgurantes figuras del pensamiento político, algunas de ellos pioneros en áreas como la administración pública. Se discutieron las grandes ideas políticas de la Ilustración con el acento de la situación revolucionaria creada por la Revolución Francesa.
Ideas
liberales: En el siglo XX la discusión política se hizo más pragmática,
debido tal vez a la maduración de las instituciones políticas liberales
desarrolladas a raíz del fenómeno de la Regeneración. Pero también. debido
al surgimiento de una sociedad más compleja, donde diversas y nuevas fuerzas
sociales confluyeron alrededor del desarrollo capitalista del país.
La
Independencia: Fue
un periodo de claro predominio de ideas liberales y liberalizantes, cuyo
objetivo primordial era la reforma política y la autonomía con respecto o la
metrópoli. Las fuentes de este pensamiento son básicamente la filosofía
social moderna, florecida en Francia e Inglaterra y en no menor cuantía e
importancia. el influjo del liberalismo español, cuya concepción laica del
mundo social permitió reformas como la de la segunda mitad del siglo XVIII en
los centros de estudios colombianos de la época, entre otras casos.
Se
destacaron .aquí las ideas de libertad de comercio en contra de las
restricciones coloniales (Nariño), el derecho a la participación de los
ciudadanos en el gobierno (Camilo Torres), la concepción laica del origen de la
autoridad así corno ideas de justicia redistributiva. Pero ante la realidad de
la independencia y la necesidad de instituciones políticas para Estados
nuevos, el pensamiento político enfiló sus baterías hacia la caracterización
de los realidades americanas y la forma de gobierno más adecuado para ellas.
Aquí
se hace fuerte el pensamiento de Bolívar, especialmente en lo concerniente al
federalismo. la integración latinoamericana y la alianza con Inglaterra, el
proteccionismo industrial, la instrucción pública y una democracia indirecta
formada por cuatro poderes: el Legislativo, constituida por tres cámaras
(Senado, tribunos, Censores), el Ejecutivo, por Presidente y Vicepresidente
vitalicios. el Judicial y el Electoral.
La constitución del Estado Nación
La consolidación de la independencia desató un proceso de búsqueda política intensa. Desde luego que fue un proceso donde se cruzaron intereses regionales muy fuertes que disputaban el poder alrededor de la tierra y del comercio agrícola. Este periodo puede considerarse desde el final de la primera mitad del siglo XIX, pasando por su momento más destacado desde el punto de vista de la consolidación de un provecto nacional. la Regeneración (1886), hasta la denominada hegemonía conservadora que culminó en las primeros décadas del siglo XX.
La
disputa de ideas consideraba, en primer lugar, el establecimiento pleno de un
Estado separado de la Iglesia, un Estado laico y secularizado que cumpliese con
la misión de establecer la libertad, idea que sostuvieron incluso pensadores de
honda raigambre cristiana. Es el caso de José Eusebio Caro, quien en la década
de los cuarenta del siglo pasado, defendía la idea de un Estado liberal democrático
basado en la soberanía popular: el sufragio universal, la definición clara de
los derechos individuales, la tolerancia de las cultos religiosos y el control a
la actividad gubernamental, para que ésta no fuese despótica.
Sobre
la forma de ese laicismo se debatió con fuerza. Centralistas y federalistas
esgrimían diversos y sólidos argumentos, que tomaran cuerpo con
distinta intensidad en momentos muy importantes de nuestra historia.
La
importancia de implementar una forma Estado especifica que recogiese o fundase
una fisonomía nacional propia, condujo las discusiones hasta aspectos muy
concretos de resolución. No bastaban sólo grandes principios de organización;
también se hacía necesaria una discusión sobre la administración especifica
de la esfera pública. Aquí las ideas de Florentino González fueron
precursoras.
La modernización: La modernización se extiende desde el final del primer gobierno liberal (1934) hasta la reforma constitucional de 1991. Tiene que ver con una etapa de crecimiento y fortalecimiento del Estado Nacional bajo la forma dcl intervencionismo típico de las naciones latinoamericanas.
Intervensionismo: Aquí
se destaca principalmente la idea del intervencionismo estatal, una idea que había
sido debatida en el siglo XIX y que cobró mucha fuerza a principios del
XX en el discurso político de Rafael Uribe Uribe, idea que consistía
principalmente en asignarle al Estado un carácter no sólo de garante de la paz
y la convivencia, sino de instrumento regulador del desarrollo de un mercado
nacional fuerte.
La
forma que fue adquiriendo este intervencionismo es la de la llamada
sustitución de importaciones, es decir, una política que procura crear
infraestructuras productivas propias en ramas importantes de la economía,
evitando el consumo de productos importados mediante su producción por
industrias nacionales. El intervencionismo generó modernización social,
principalmente a partir de las reformas de López Pumarejo en cuanto al
establecimiento de una legislación laboral. Durante el gobierno de Rojas
Pinilla se generaron importantes acciones en la organización de una
infraestructura de transportes y de puertos y toda una actividad de desarrollo
de las obras públicas
Otro
de los avances importantes de la discusión sobre la modernización tuvo que ver
con la implementación de políticas de universalización de la instrucción pública,
la implementación de la seguridad social en todas sus órdenes y el desarrollo
de la reforma agraria con Carlos Lleras Restrepo.
En
este periodo período ( 1934- 1991) la discusión política se volvió aun más
menudo alrededor de aspectos decisivos de la forma institucional del Estado
colombiano. La pugna entre conservadores doctrinarios, de pensamiento
totalitario, como los llamados leopardos (Silvio Villegas, Gilberto Alzate
Avendaño), los incipientes populismos que sin embargo cobraron muchísimo
fuerza en los idearios y en las prácticas políticas de Jorge Eliécer
Gaitán y Gustavo Rojas Pinilla, y los modernizadores
demoliberales que edificaron el llamado Frente Nacional (Mariano Ospina,
Laureano Gómez, Alberto Lleras, Carlos Lleras). se destacan como representantes
de las discusiones políticas cruciales durante el presente siglo.
Ideas
Socialistas : Durante
el siglo XX las ideas socialistas están ligadas al surgimiento de los
trabajadores como clase, al desarrollo de dinámicas organizativas propias
(sindicatos y partidos políticos) , al surgimiento de un pensamiento político
socialista y de izquierda que ha tenido representantes como Ignacio Torres
Giraldo, Antonio García o Camilo Torres Restrepo.
Se
destaca la fundación del Partido Socialista Revolucionario (PSR)
a mediados de la década del 20, y del Partido Comunista Colombiana
(PCC), en 1 930.
Ultimas transformaciones: La modernización sobre la base de claras políticas intervencionistas sufrió una transformación radical, por obra de la reforma constitucional de 1991. cuyos presupuestos cuestionan profundamente la idoneidad y pertinencia de las políticas intervencionistas para el eficaz desarrollo de las instituciones políticas liberales y su relación con el mercado. Se destaca aquí entre otras, el pensamiento de juristas que han propugnado por el llamado Estado mínimo y por una política privatizada que regule el libre desarrollo de las actividades privadas.
La Sociedad Civil
LECTURA
DE CALENTAMWNTO.
Existe
una expresión política que actualmente se usa con mucha frecuencia para
significar en la mayoría de los casos la relación de la sociedad con el
Estado. Esta expresión es “sociedad civil”. Se dice, por ejemplo, que la
sociedad civil participa o debe participar en las conversaciones de paz; que la
sociedad civil debe apersonarse de la solución de los problemas de derechos
humanos, de la provisión de servicios públicos y de la educación ciudadana,
entre otros.
DESARROLLO
DEL TEMA
¿.
Qué es la sociedad civil? ¿Por qué, como ciudadanos, somos considerados parte
de ella? Y aún mas ¿que significa la sociedad civil en un periodo como el
actual. cuando se habla de democracia participativa y de privatización
de la política, es decir, cuando la tradicional separación entre un Estado
centralizado, intervencionista, burocratizado y la sociedad se sustituye por un
Estado mínimo, descentralizado y técnicamente diciente, que se distribuye por
el cuerpo social?
Concepto
de sociedad civil: La sociedad civil, nombre utilizado para designar la vida
asociativa del ser humano, es la vinculación de hombres y mujeres para la vida
comunitaria, o lo que es lo mismo, una sociedad constituida sobre la base de
individuos libres que deciden asociarse con el fin de asegurar la producción en
la vida humana a través de diversos medios e instrumentos.
Este
significado, casi permanente en la historia de las concepciones políticas
occidentales, también quiere decir que la sociedad civil expresa un modo de
organización de la sociedad y que por lo tanto, podemos asimilar su
significado con la política y el Estado. Sin embargo, la identidad: sociedad
civil, Estado, política, sociedad, ha sufrido variaciones con adaptación a los
cambios y progresos de las sociedades.
En
efecto, los filósofos sociales modernos, quienes más desarrollaron este tema
de la sociedad civil, consideraron los tres conceptos (Estado, sociedad civil y
sociedad política) como concepciones que se explican mutuamente y que guardan
una relación de semejanza entre sí debido a que los tres expresan el paso del
ser humano de un estado de incivilidad llamado estado de naturaleza, a un estado
de vida en comunidad, en sociedad. Esta transición dio inicio al proceso de
civilización del ser humano, llamado estado civil.
Podemos,
entonces, afirmar que el primer gran significado que adquiere el término de
sociedad civil es el de asociación política, que se relaciona también, en la
filosofía social moderna, con el término sociedad o Estado, puesto que las
tres palabras tienden a designar una misma realidad.
La circunstancia de que el ser humano sea por naturaleza un ser individual hace que su vida comunitaria resulta de un acto de creación. La creación de la vida social supone un acuerdo o una ligazón universal. Al hecho de establecer un acuerdo se le llama contrato y por esta razón podemos hablar de la sociedad civil como contrato social
Libertad
y sociedad civil: Al
hablar de la saciedad civil, la filosofía social moderna considera que la vida
en sociedad prolonga la condición determinante de la naturaleza humana. que es
la cualidad de la libertad. En este sentido, el paso de un estado de vida en
situación de aislamiento, que es el estado de naturaleza, a un estado de vida
en comunidad con los demás, que es el estado social, supone que la vida en
sociedad construye una serie de normas, las cuales en
general procuran garantizar la libertad característica del individuo
humano bajo la forma de derechos y en la vida de los particulares
Como
producto de la reflexión anterior, en la práctica en el pensamiento político
moderno ha surgido el tema de la libertad civil, que hoy en día recibe también
el nombre de libertades públicas. Estas son un Conjunto de libertades dirigidas
a los individuos asociados en una comunidad política y que expresan la
posibilidad de ejercer sin coacción alguna el libre pensamiento, la libre
expresión, la libertad de cultos, la libertad de iniciativa, la libertad de
asociación y de movilización, entre otras.
La
sociedad civil, como contrato social, es la teoría que encierra no sólo el
inicio de las teorías políticos llamadas modernas, sino los grandes temas políticos
de esta época, centrados en la idea de la libertad como la característica más
distintiva de la vida de los seres humanos, como individuos y como personas, los
siglos de existencia de estas concepciones y un ascendente proceso de
consolidación de las instituciones liberales en el mundo de hoy, han hecho que
sus expectativas e ideales enraícen hondamente en la conciencia de los
ciudadanos de las saciedades contemporáneas.
Nadie
duda hoy de la existencia de una conciencia de la individualidad y de la
obligatoriedad, ante todo del Estado y sus instituciones, de respetar esta
condición de individuos libres, considerada esencial. Sin embargo. nunca antes
se había tenido tanta conciencia o necesidad de considerar los aspectos
vinculantes de la vida del ser humano como los rasgos colectivos, las
inclinaciones comunitarias y por encima de las demás, su dimensión de ser
social.
Estos ámbitos nos remiten a pensar en la calidad de vida que llevamos como seres humanos y nos llevan a reflexionar sobre los mejores modos de construir sociedades más justas, sociedades en mayor o plena armonía con la naturaleza, sociedades que hagan más cercano a su materialización el ideal de la igualdad que también proclamaron los filósofos liberales clásicos.
Sociedad
civil y Estado: La
separación entre sociedad civil y Estado es típica del siglo XX y se debe teóricamente
a los planteamientos de Hegel, quien consideró aunque el humano siempre vive
sociedad, éste se comporto
en ella unas veces como individuo con intereses particulares y otras veces como
ciudadano del Estado, es decir, como un hombre público con intereses generales.
De estas ideas emana lo separación entre la sociedad civil y el Estado
como esfera donde se solucionan las diferencias que distinguen a las personas en
el mundo privado.
En
la sociedad civil el ser humano tiende a comportarse como individuo particular
con intereses diferenciados, pues este es el mundo del mercado, de la vida
productiva diaria. En el Estado tiende a comportarse Como ciudadano del mismo,
resolviendo las diferencias en una síntesis ética que lo hace un ser
universal.
Esta
noción es la que se ha hecho popular en nuestra época, y en la que todos
pensamos cuando se nos habla de sociedad civil. Nos vemos como un cuerpo
distinto al Estado. Es la concepción que también invocan muchos de los políticos
y gran parte de las políticas vigentes, pero ¿lo política de hoy realmente
pone en práctica esta teoría?
Se
supone que hoy estamos en una fase de privatización de la política, es decir,
que la lógica de la política se guía por principios de productividad,
eficiencia, eficacia, que son principios de mercado.
Esto
es lo mismo que decir que hoy la política no se define moralmente, como una
actividad de servicio desinteresado, sino que funciona bajo la lógica del interés,
y, de intereses privados muy claros que encuentran en ella viabilidad económica,
es decir, ganancia. O, ¿al proveedor privado del servicio de recolección de
basuras le interesa sólo servir a la comunidad? No. El sirve a la comunidad,
ejerciendo una actividad que le es rentable y que le produce dividendos.
Si
estas prácticas se han generalizado, e incluso los ciudadanos casi por definición
las prefieren a las anteriores burocratizadas e ineficientes, ¿no es la política
actual también mercado? Si respondemos afirmativamente, esto nos complica muchísimo
la definición actual de sociedad civil, puesto que seria muy difícil
distinguir entre actividad pública y actividad privada, base de la definición
que tenemos de sociedad civil.
Es claro, entonces, que estamos viviendo una transición no sólo en el concepto de la política sino en su complementaria: la sociedad civil. De nuevo una diáfana identidad entre el significado de Estado y de sociedad civil, con un ingrediente adicional a la concepción clásica, y es que hoy esa identidad está determinada por el carácter económico tanto de la vida privada individual como de la actividad política.
Estamos
asistiendo a la conformación de una sociedad civil donde es el mismo ciudadano
quien gestiona, donde la delegación del poder se hace mínima y la participación
ciudadana máxima, donde el gobierno circula por toda la sociedad y no está
localizada únicamente en las instituciones centrales, con un ingrediente típico
de esta época: la política como mercado, la ciudadanía como competencia y consumo,
la saciedad entera como un conjunto de relaciones complejas costo-beneficio, el
mundo como el mundo de la propiedad privada.
En
conclusión, la saciedad civil hoy se distingue claramente de la concepción clásica,
en primer lugar porque aunque identifica sociedad y Estado, no lo hace desde un
punto de vista de la sola convivencia, sino desde el reconocimiento de la
competencia. de las diferencias individuales que realizan preferencias, desde el
mercado; y en segundo lugar, porque
concibe lo público únicamente posible a través de medios privados, es decir.
de medios económicos dentro de una economía capitalista. De esta manera
unifica nuevamente Estado y sociedad.
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