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Periódicamente llegan plagas a diferentes partes del
mundo, y lamentablemente la iglesia no está exenta de ellas. Hay una
plaga contagiosa que ha dañado la salud espiritual de un gran número
de congregaciones cristianas, creo que es tiempo que nos concientícemos
sobre la necesidad de combatir esta mal. El problema al que me refiero es
la plaga de la impuntualidad.
Es cierto que a cualquiera de nosotros a veces le pasa algo imprevisto que
impide llegar a la hora indicada. Pero, infelizmente para muchos la impuntualidad
se ha vuelto crónica; se ha convertido en un hábito de vida.
Y quiero identificar siete motivos por los que debemos declarar la guerra
contra esta plaga.
1. LA IMPUNTUALIDAD ES SEÑAL DE INDISCIPLINA PERSONAL
"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene
su hora."
"El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el corazón
del sabio discierne el tiempo y el juicio. Porque para todo lo que quisieres
hay tiempo y juicio... " (Eclesiastés 3:1; 8:5,6)
Todos tenemos siete días a la semana. Cada día tiene 24 horas.
Hay tiempo para cada actividad. Hay tiempo para dormir, para cocinar, para
comer y trabajar. Y necesitamos dar tiempo a Dios.
Varias veces por semana, nos reunimos como una iglesia local, dejando los
demás quehaceres. Son pocas horas al final de cuentas que nos reunimos
como pueblo de Dios. ¿No seríamos capaces de dar al Señor
el tiempo que hemos señalado para ese propósito?
Tal vez algunos tendrán que alistar el almuerzo de domingo la noche
anterior; otros tendrán que levantarse más temprano. Otros llegan
tarde porque están haciendo en el día del Señor lo que
deberían hacer en los otros seis días de la semana.
La impuntualidad demuestra indisciplina. Una característica de uno
que administra bien su tiempo es la puntualidad. Al llegar siempre tarde,
damos a conocer que no sabemos organizar nuestra vida y nuestro tiempo.
El Sr. Donald Whitney dijo: "Una vida piadosa es el resultado de una
vida espiritual disciplinada. Y, en el centro de una vida espiritual disciplinada
está la disciplina del tiempo."
El Señor Jesús nos da un ejemplo: "Y cuando era la hora,
se sentó a la mesa" (Lucas 22:14). Su vida es un modelo de perfecto
orden y armonía.
El vino al mundo "en el cumplimiento del tiempo". Y vivía
cumpliendo en el momento preciso los propósitos de Dios. Cada cristiano
debe tener como meta crecer hacia la semejanza de Cristo-y parte de esa semejanza
es la puntualidad.
2. LA IMPUNTUALIDAD ES PERJUDICIAL PARA EL DESARROLLO DE LAS REUNIONES
"Hágase todo decentemente y con orden" (1 Corintios 14:40).
En muchas congregaciones las reuniones comienzan con unos cuantos hermanos
presentes y de a poquito llegan los demás como a gotas. Mayormente
se tiene que comenzar a alabar a Dios muy apenas con unas pocas voces. El
director tiene que dirigir la alabanza frente a una cantidad de asientos vacíos.
Si la prédica comenzara a la hora señalada, la mayoría
perdería la primera mitad del mensaje. Puesto que el predicador ha
pasado horas orando, estudiando y preparando, preferimos que él predique
a personas que van a escucharle y no a asientos vacíos. Por esta razón,
el mensaje se posterga hasta que más gente llegue. Y al final no falta
alguno que diga: "Aquí terminan muy tarde las reuniones."
¡Qué tremendo sería, en cambio, que todos estuviésemos
presentes 5 ó 10 minutos antes del inicio! Podríamos sentarnos
y preparar nuestros corazones en la presencia del Señor, meditar en
un himno o leer algún pasaje de la Palabra de Dios. En el momento de
comenzar todos uniríamos nuestras voces en alabanza a Dios. Habría
un coro unido desde el primer himno. ¡Cuánto más ánimo
y expectativa habría si todos participásemos juntos desde el
inicio de la reunión!
Si llegáramos temprano a las reuniones nocturnas, podríamos
estar orando silenciosamente que Dios nos hable, que derrame su bendición
y obre en la reunión.
¡Qué diferencia habría en nuestros cultos si nos libráramos
de los perjuicios de la impuntualidad!
3.LA IMPUNTUALIDAD ES UNA COSTUMBRE NEGATIVA QUE CONTAGIA A OTROS
"Un poco de levadura leuda toda la masa" (Gálatas 5:9)
Otro de los problemas de la impuntualidad es que es altamente contagiosa.
Mayormente los hermanos nuevos suelen llegar a la hora. Ellos dan por sentado
que todo creyente ha de tener un ferviente interés en aprovechar cada
minuto de la reunión. Con el correr del tiempo, ellos observan que
este no es el caso con los hermanos más antiguos, y pronto comienzan
a seguir su mal ejemplo. Ellos dicen: "Aquí estoy fuera de honda,
nadie respeta la hora, ¿por qué lo voy a hacer yo?" Se
acomodan a la costumbre general y así otros más ingresan a las
filas de los tardones.
La Palabra de Dios nos exhorta: "... decidid no poner tropiezo u ocasión
de caer al hermano" (Romanos 14:13. "Sé ejemplo de los creyentes
en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza" (1 Timoteo
4:12. ¿Qué tipo de ejemplo está dando tu?
4. LA IMPUNTUALIDAD ES UN TESTIMONIO NEGATIVO PARA LOS DE AFUERA
"Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas
y leídas por todos los hombres" II Corintios 3:2.
Los demás oyen nuestras palabras, pero sobre todo observan nuestras
acciones. Nuestra vida es una carta abierta que ellos leen cuidadosamente.
Cuando ven nuestra falta de preocupación para ser puntuales en llegar
a las reuniones, ellos leen un mensaje de apatía e indiferencia respecto
a Cristo y el evangelio.
Al ver nuestra impuntualidad es probable que los de afuera saquen conclusiones
como las siguientes:
? -"A esta gente no le interesa mucho lo que ocurre aquí."
? -"Evidentemente no es algo muy prioritario para ellos."
? -"Si los miembros de esta iglesia demuestran tan poquito apego a las
cosas de Cristo, creo que el asunto no me va a interesar mucho."
Pero, si llegada la hora, el local está lleno de gente que canta y
participa con entusiasmo y fervor, los que entran dirán: "Aquí
hay algo. Lo que veo en esta gente me despierta el interés de saber
más."
Nuestra actitud respecto a la puntualidad podría decir mucho a los
que nos observan. ¡Cuidado que de esa manera estemos poniendo tropiezos
a otros!
5. LA IMPUNTUALIDAD ES UNA MANERA DE ROBAR TIEMPO A LOS DEMÁS
"El que hurtaba, no hurte más" (Efesios 4:28)
Cuando otros tienen que postergar el inicio de la reunión a causa de
nuestra impuntualidad les hemos robado tiempo. Otros disciplinadamente han
llegado a hora para adorar al Señor y nosotros hemos quitado tiempo
de la adoración haciéndoles esperar hasta que se nos ocurra
aparecer.
En este caso hemos jugado el papel de ladrón, robando a otro uno de
sus bienes más preciosos-su tiempo. Y no sólo hemos robado a
los hermanos, también hemos robado a Dios un tiempo de adoración.
La Biblia nos exhorta:
"El que hurtaba, no hurte más".
Lucas 6:31 dice: "Y como queréis que hagan los hombres con vosotros,
así también haced vosotros con ellos." ¿A cuántos
les gusta que otros le hagan esperar? A nadie le agrada eso. Entonces, no
demos a otros el trato que no quisiéramos recibir de ellos.
6. LA IMPUNTUALIDAD DEMUESTRA FALTA DE CONSIDERACIÓN POR OTROS
La puntualidad es una forma de demostrar alta estima por otras personas y
su tiempo. Ser puntual es una parte del amor cristiano. Es pensar en el bien
de los demás y no sólo en el mío. La impuntualidad es
desestimar a otros y a su tiempo. Filipenses 2:3 dice: "estimando cada
uno a los demás como superiores a él mismo." Una forma
de mostrar esa consideración es por medio de la puntualidad.
El llegar atrasado demuestra falta de respeto para otros. Estamos diciendo:
"No me importa si otros tienen que esperarme a mí. Que me esperen.
Llegamos y si la reunión no ha comenzado decimos: "Ah, estoy a
hora. No ha empezado todavía. En lugar de eso debemos decir: "Por
mi impuntualidad, soy culpable de atrasar el inicio de la reunión.
Hay hermanos que llegaron más antes que yo y ellos han tenido que estar
aquí esperando hasta que hubiera más gente para iniciar la reunión.
A causa de personas como yo este culto está comenzando tarde."
¿Se nos ocurre que algunos de nosotros están faltando respeto
a sus hermanos todas las semanas? Están fallando en cumplir el mandamiento
más repetido en la Biblia-que nos amemos los unos a los otros. Muchos
no se dan cuenta de cuanta frustración han causado a otros por sus
atrasos a las reuniones, y de cuanto desaliento han sembrado. Es importante
tomar conciencia de ese hecho.
7. LA IMPUNTUALIDAD ES MOTIVO DE PÉRDIDA DE BENDICIONES
Mateo 25:1-13 nos relata la parábola de las Diez Vírgenes. En
esa historia aprendemos tres cosas de las vírgenes que llegaron tarde:
a) Llegaron atrasadas por no hacer los preparativos necesarios.
La puntualidad requiere preparar las cosas de antemano para poder evitar los
atrasos. Necesito hacerme las siguientes preguntas.
? -¿Qué cosas debo atender el día anterior?
? -¿Cuánto tiempo necesito para alistarme?
? -¿Cuánto tiempo necesito para llegar a la reunión?
? -¿A qué hora debo partir de mi casa?
b) Las que llegaron tarde son denominadas: "imprudentes".
Tendríamos que deducir de esta historia que la impuntualidad es una
imprudencia. ¿No seríamos prudentes en corregir esta área
de nuestra vida?
c) Por su atraso perdieron una bendición grande.
Por su impuntualidad las insensatas se perdieron la boda. En esta parábola
eso representa perder el reino de Dios. Fue un pequeño descuido, pero
resultó en un gran perjuicio. Los pequeños atrasos pueden ocasionar
grandes consecuencias.
¡Cuánto bien espiritual hemos perdido por habernos perdido la
primer mitad de muchas reuniones! ¡Cuántas veces el Señor
tenía una palabra para nosotros, pero no estábamos allí
para recibirla! ¡Cuánto pan espiritual hemos perdido por nuestros
atrasos! ¡Cuántas horas de alabanza a Dios hemos desperdiciado!
Probablemente la mayoría raramente falla en su puntualidad a su trabajos
seculares. ¿Hemos de hacer menos para Aquel que su vida dio por nosotros
en la cruz? Si nosotros cumplimos puntualmente con nuestros empleadores terrenales,
¿acaso no merece mucho más nuestro Señor Jesús?
Cuando terminamos de sacar todas nuestras excusas, tenemos que admitir que
en el fondo tenemos un corazón que ha perdido su primer amor.
Hay un refrán que dice: "Cuando el corazón está
bien, los pies son veloces." Tal vez aquí está la verdadera
razón porque nos cuesta llegar a la hora. El problema no está
en los pies, sino en el corazón.
¿Hasta qué punto has sido tú afectado por esta plaga?
Probablemente todos tenemos que admitir que hemos sido contagiados. Posiblemente
nunca nos hemos propuesto seriamente a corregir esta costumbre negativa. Pero,
por medio de este estudio, hemos aprendido siete buenas razones para hacerlo.
¿Estás dispuesto a proponerte ante Dios a combatir este problema
en tu propia vida? ¿No es tiempo que tú abandones las filas
de los tardones?
Te animo a que declares guerra contra la impuntualidad. Aún no es demasiado
tarde para hacerlo.
Editada/d.g.r.
Dios te Bendiga.
©Joel Garla
Campeche, Campeche;
México. 24 de Diciembre de 2003.