Joan Manuel Serrat, trovador clarividente del último tercio del siglo XX y de lo que llevamos del XXI, tiene una percepción nítida del FC Barcelona

Las frases

Viajaría a Manchester aunque tuviera que cambiar la fecha de alguna gira”

Hemos vivido una situación catastrófica y no hay proyecto deportivo”

Los responsables de la mala inversión de los 30.000 millones tendrían que responder por ello”

Fijar las elecciones a la presidencia para el mes de julio sería una burla al socio, una trampa para tener más de lo mismo”

Al menos la llegada de Radomir Antic ha dado un criterio a la utilización de los jugadores”


 
“Ojalá pudiera estar en la final de Old Trafford”

Entrevista a Joan Manuel Serrat

© El Mundo Deportivo. 03/2003

Autor de canciones bellísimas que son testimonio de toda una época y forman parte de nuestro patrimonio cultural, Joan Manuel Serrat es también voz del barcelonismo. De ese Barça que lleva en la sangre.

El equipo tiene otro aire ¿no?

La llegada de Antic ha dado criterio a la utilización de los jugadores. Saviola ya no tiene que ir a defender ni ha de subir ni bajar constantemente. Ahora se aprovechan más sus condiciones, como su punta de velocidad para romper las defensas contrarias. Kluivert también juega más en su posición natural. Todo el equipo, dentro de su estructura, tiene más capacidad de decidir según las situaciones. Eso hace que los jugadores estén recuperando confianza y autoestima y se estén cosechando resultados dignos, que es lo que la gente quería. El público tampoco exige demasiadas cosas, pero ahora ve cómo el equipo lucha y se esfuerza. Independientemente de las carencias de la plantilla debido a una política de fichajes muy discutible. Yo considero que los causantes de esa mala inversión de 30.000 millones de pesetas tendrían que responder por ello.

¿Serrat habría fichado a Ronaldo?

No lo sé. Yo no me sitúo como fichador. Lo que sí puedo decir es que incorporaciones como las de Saviola o Sorín me parecen inteligentes. Pero fichajes como el de Geovanni me parecen una locura. Vender un jugador por 50 millones y volver a ficharlo por 3.500 es algo que alguien tendría que explicar. Adquirir jugadores por 4.500 millones y que luego han jugado poquísimo, para seguir manteniéndolos después porque no los podemos recolocar en ningún sitio, en eso sí que me meto. Y se han producido movimientos económicos que han dejado cantidades de dinero a los intermediarios nunca aclaradas.

¡Vaya panorama!

Hemos vivido una situación catastrófica deportiva, económica y social, con un deterioro de imagen en todo el mundo. Habría que aprovechar el actual momento de paz tras la salida del presidente y del anterior técnico para replantearnos la estructura directiva, que a fin de cuentas sigue siendo la misma que había, sin la figura del señor Gaspart. Pero al mismo tiempo lo que el club necesita es un proyecto deportivo, futbolísticamente hablando, del que carece.

¿Elecciones, ya?

Evidentemente. Celebrarlas en el mes de julio sería una burla al socio, una trampa para tener más de lo mismo. Hay que fijarlas para un día que acuda el máximo número de electores. Aparte, supondría plantear la política deportiva a partir de agosto, cosa que no llevaría a ningún lado. Los socios tenemos que darnos cuenta de por dónde van a ir los tiros.

¿Hay que hacer tabla rasa?

Hay que hacer lo que quieran los socios, tras analizar lo que ha pasado. Que extraigan consecuencias y vean qué abanico de posibilidades se abre ante ellos.

¿Tiene ya un candidato favorito?

Todavía, no. ¿Bassat? Yo le apoyé en las anteriores elecciones, pero ignoro qué pasará ahora. Sobre todo, que se presenten candidaturas claras y transparentes. No ocurra como con el señor Castells, que terminó pactando.

Usted no comulgaba con Núñez, pero participó en la ceremonia inaugural del Centenario.

Recuerdo el momento en que canté el himno en el Camp Nou como uno de los más emocionantes de toda mi vida. Algo irrepetible y envidiable. Me sentí como el portavoz de todo el sentimiento barcelonista. El señor Núñez en ningún momento puso ningún impedimento a que yo cantara aquella noche en el césped del Estadi, lo que es de agradecer. Otra cosa es que la forma de llevar las cosas del señor Núñez a mí me gustara.

¿Ganaremos la Copa de Europa?

Lo tenemos difícil, aunque hay alguna posibilidad. ¡Ojalá pudiera ir a Manchester, a ver al Barça metido en la final! Aunque tuviera que plantearme modificar la fecha de alguna gira. A Wembley no fui y ni siquiera pude ver el partido. Aquel día estaba en Uruguay, el único país de América que no dio aquella final en televisión. Escuché todo el encuentro por radio. Las únicas finales de Copa de Europa que he visto ante el televisor fueron las de Berna (en casa de un vecino) y la de Atenas. La de Sevilla la seguí por radio en México, en cama con una gripe

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