UNA GIRA CARGADA DE UTOPÍA.
Después
de un periplo sudamericano Serrat comienza la gira española de “utopía”. Para
abrirla Serrat actúa en la Plaza Monumental de Barcelona dentro de la
programación del Ayuntamiento de la ciudad, Grec 92. El público barcelonés
vuelve a llenar el recinto taurino. “Yo tengo la suerte-afirma el cantante- de
ser profeta en mi casa, en mi barrio y en mi ciudad”. Como escribe Albert
Mallofré en La Vanguardia” en una tierra en la que nacen personas, entidades y
agrupaciones que a menudo son más de lo que suponían, Serrat es también más que
un cantante; es un ejemplo, un símbolo, una predilección arraigadamente
popular”.
Después de
los Juegos Olímpicos en los que Serrat ha sido espectador de primera línea,
reanuda la gira por todo es estado español. En la capital madrileña actúa el 11
de septiembre en Las Ventas. Para Ricardo Cantalapiedra, crítico de EL PAIS “Serrat no provoca delirios ni sorpresas
a primera vista, pero crea las condiciones objetivas para que sus seguidores se
enfanguen en el alivio de estallar y derramarse. Viejo zorro entrañable, se las
compone de maravilla para que el respetable se le ponga el alma de jota y
cuerpo de convergencia. Al acabar el concierto la gente sale con la sensación
de haber puesto al día sus viejos ideales, sus deberes solidarios...”
En un
verano marcado por síntomas de crisis, Serrat es uno de los artistas que salen
mejor parados en las actuaciones veraniegas. Entre la colaboraciones especiales
de esta gira destaca su intervención en la gala inaugural de los Juegos
Paralímpicos celebrados en Barcelona. Serrat colabora interpretando su tema
“utopía”.
A finales
de septiembre vuelve a embarcarse en una nueva gira por Sudamérica. En Puerto Rico participa en un festival de
homenaje al compositor de aquella isla, Rafael Hernández. En la misma gala
actúan artistas como Rocio Jurado,
Celia Cruz y José Feliciano entre otros. Serrat añade una nueva canción a su
repertorio, “Amanece” del compositor homenajeado.
Nueva
York es otro de los puntos dl tour. Una ciudad donde Serrat ya ha actuado en
varias ocasiones, desde que lo hiciera por primera vez en 1975. El lugar
escogido para la cita es el auditorio del Avery Fisher Hall que se llena de un público hispano en su gran
mayoría. Dos semanas antes se ha colocado en el teatro el cartel de “ no hay localidades”. El recital se
programa para la noche del 9 de octubre. Después de cantar cuatro temas
incluido Toca madera” de se nuevo álbum, Serrat tiene que parar el concierto.
Dirigiéndose al público el cantante señala los problemas de voz que padece. “
Para mí era una gran ilusión cantar
esta noche aquí, pero no puedo. No es culpa mía, es el envase”. Serrat pide
perdón por no encontrarse en mejor estado. “Ustedes ya saben en que condiciones
estamos tocando. Personalmente, no son las mejores. El que quiera puede pasar
por taquilla y se le devolverá el importe de las localidades”.
Por
supuesto que el público continuará en sus asientos. “En 27 años de oficio –dice
Serrat- nunca ha tenido que suspender un concierto a la mitad, pero hoy me
hubiera ido a la segunda canción sino hubiera sido por ustedes”. A lo largo de
esta gira Serrat ha recordado las
palabras del cantautor francés, Charles
Aznavour, sobre la función de los parlamentos entre canción y canción. “A los
20 años –dice Aznavour- los cantantes hablan con su público por deseo de
exprimirse, con esa urgencia que sólo la energía de esos años da. Con 30 años
se hace por un deseo de puntualizar y a partir de los 40 por mera necesidad de
recuperar el aliento”. No se imaginaba Serrat que la palabras d Aznavour
acabarían por ser toda una realidad...
Cuando
redacto estas líneas Serrat continua su
gira por tierras americanas. Haciendo y
trabajando en una profesión que le gusta y le divierte –mala señal sería si
esto no fuera así- como él mismo se ha encargado de recordar muchas veces. Supongo que cuando acabe la gira le
llegará el turno del “reposo”. A partir de este momento habrá que pensar en nuevas canciones,
futuros discos, próximos proyectos.
Para un
artista como Serrat, que siempre ha manifestado sus “sudores” para componer, no
sabemos cuanto tardará en ofrecer un nuevo trabajo discográfico. Y si será en castellano o por “riguroso turno”, le
tocará en catalán . Y aunque hace
tiempo que dejó de ser un artista de los 40 Principales, seguro que a su compañía le gustaría que todos los
años compusiera más “Penélopes” y “Mediterráneos”.
No
sabemos tampoco hacia donde cabalgarán los próximos sueños del cantante; si sus
historias de amor vendrán cortadas por el patrón de la ternura, la ironía o el
desamor... Con que clase de bálsamo o filtro mágico nos reconfortará mientras
nos presenta los versos de su nuevo poeta preferido; con que apuesta utopíca
llamará a nuestras puertas o hacia dónde lanzará su grito de alarma...
De todas
formas no se preocupe que el día menos pensado lo tendremos a la vuelta d la
esquina, pidiéndonos que lo dejemos entrar en nuestra casa, dispuesto a
contarnos esas historias amasadas con
la misma materia de la que se fabrican
los sueños ; canciones que volverán a apostar por la vida por encima d todo. Y
seguramente más de un crítico, cargado de razón, escribirá que “ hace tiempo
que este Serrat se repite”, pero es que el pobre crítico no sabe que los
petirrojos cantan siempre la misma canción.
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