SERRAT
Y EL CINE MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES.
El paso
de Joan Manuel Serrat por la pantalla
grande no se puede decir que
haya estado marcado precisamente por el éxito. Ninguna de sus películas como
protagonista encontrará en las taquillas el eco esperado. Ni en la taquilla ni
en la crítica. Las dos primeras nacerán como apoyo logístico ante el vacío que
se le hace al cantante por determinados medios de comunicación, Televisión
Española, después de su desafío eurovisivo. La tercera, “Mi profesora particular”,
tampoco conocerá el éxito popular ni el artístico.
Su debut
cinematográfico se produce con
“Palabras de amor”, un film que nació con el título de “Tren de madrugada” y
que después de pasar por una serie de vicisitudes acabaría estrenándose con
notables cambios en el guión original. Los “culpables” de las modificaciones
serían los hermanos Balcazar, co-productores de la película que intentaron
realizar un film de “cantante” a semejanza de la películas que en aquellos años
protagonizaron Raphael. Pero “Palabras de amor” acabaría por convertirse en un
híbrido de musical, Escuela de Barcelona y melodrama que el mismo director,
Antoni Ribas, repudiaría como autor.
Es el
crítico Mister Beldevere en la revista
Fotogramas el que marca las diferencias entre los films de cantante,
como los que protagonizaba Raphael o Sara Montiel y la película de Serrat. El
crítico barcelonés señala que mientras
en las películas de Raphael o la Montiel cuando estos cantan “Digan lo que
digan” o “El Relicario”, la canción sirve como apoyo argumental, en la película
de Serrat esta cualidad cinematográfica fundamental en toda película musical no
se cumplía. De todas formas tampoco la época señalaba el mejor momento para
este tipo de producciones. Y tanto Raphael como Sara Montiel, Marisol o Rocio
Durcal, estrellas en otros tiempos de las pantallas, comenzaron a conocer un
lento declive como estrellas cinematográficas.
Después de
“Palabras de amor” Serrat se embarca en un nuevo proyecto cinematográfico, “La
lenta agonía de los peces fuera del agua” una película que partía d la novela
de la escritora catalana Aurora Bertrana titulada “Vent de grop”. La acción de
la novela que se había trasladado a la
isla de Ibiza, por aquellos momentos en plena euforia hippie, contaba la vida de un marinero d la isla y sus
relaciones afectivas con la población autóctona y extranjera. Sobre el papel un
proyecto que prometía los mejores resultados; para dirigirlo, un director con
una larga trayectoria profesional, Francesc Rovira-Beleta, que había llevado a
la cinematografía española por dos
veces a las puertas de los Oscars. Pero tampoco en este caso se cumplieron las
promesas y la película resultó un sonado fracaso. Las fans del cantante se contentaron
con ver a su ídolo nadando en bonitos paisajes mediterráneos- donde Serrat
insinuaba un tímido desnudo- y cantar y “triunfar” en la mismísima isla de
Wight. La película, como mandaban las necesidades de la época, tendría su doble
versión, contando la extranjera con destapes femeninos.
Es lógico que después de estos dos
tropiezos Serrat se pensará su próxima intervención en la pantalla. Tuvieron
que pasar cuatro años para que se decidiera volver. Esta vez el proyecto partía
–otra vez- sobre una buena base, un guión del escritor Juan Marsé y el poeta
Gil de Biedma dirección de Jaime
Camino. Como oponente femenino una actriz con buena reputación interpretativa,
la argentina Analia Gadé. Pero aunque el papel del film “Mi profesora
particular” parecía hecho a la medida de Serrat tampoco será la película que
reconcilie al cantante con el Séptimo Arte.
Dos
años después Serrat vuelve a ponerse frente a las cámaras requerido por su
primer director, Antoni Ribas. El film, “La ciutat cremada” se plantea como un
gran fresco histórico sobre un episodio de la historia de la Cataluña
Contemporánea, contando con la participación de un gran número de actores y de
personajes de la vida civil catalana. En los principales papeles Angela Molina y Xavier Elorriaga. Serrat
realiza una corta pero intensa colaboración en el papel del carbonero Ramón
Clemente que durante la Semana Trágica bailaría con las momias de unas monjas
cuyas tumbas fueron profanadas. Este personaje
sería ajusticiado después de la famosa “Semana trágica”. Aunque breve el
papel, compensaba después de sus
fallidas intervenciones en la pantalla. Paradójicamente este sería el film de mayor éxito de la carrera
cinematográfica de Serrat.
Posteriormente se ha requerido
su participación en otros proyectos aunque al final no se han podido llevar a
cabo. Y así Berlanga intentaría que participara en su película La vaquilla”
pero los compromisos musicales del cantante lo impedirían. Un caso parecido
ocurriría con el film de José Luis Cuerda, “Amanece que no es poco”.
También
durante un cierto tiempo se habló del cantante para protagonizar la versión
cinematográfica de “Ultimas tardes con Teresa”, la popular novela de Juan Marsé
. Un papel, el de Pijoaparte, en el que Serrat podría haber encajado, pero por
una cuestión de derechos cinematográficos no se pudo realizar.
Serrat, como su maestro Brel, o a otro nivel, Bob Dylan, o en España, su
compañero, Victor Manuel, no ha conocido
en la pantalla, el éxito que en la escena o el vinilo. Y es que no todos
pueden ser un Adriano Celentano...