SERRAT Y LOS FANTASMAS DEL ROXY.

 

          “Bienaventurados” es el título con que aparece el nuevo trabajo de Serrat. Para el cantante “vivimos una época en la cual hay una confusión con respecto a lo que se puede llamar los valores. Todo está fundamentado en el éxito y, claro, tal vez no sea la mejor manera para ser feliz y bienaventurado”.

   Aunque el álbum es recibido con la expectación que despierta siempre un nuevo trabajo discográfico del cantante, no será éste disco que vaya a marcar su trayectoria musical a diferencia de producciones anteriores como “Tal com raja” o “En tránsito”.

    Grabado en el mes de Julio en los estudios Eurosonic de Madrid, “Bienaventurados” contiene nueve temas, la mayoría de ellos dentro de un “esoterismo de barrio” en palabras del propio Serrat. Temas que hablan de fantasmas de cines de barrio, de filtros de amor, de príncipes encantados, de elecciones de urbanidad..

     “Bienaventurados”, se presenta como un canto a la bienaventuranza general. “Pero no pretende ser-dice el cantante- una réplica o una burla de las Bienaventuranzas del Sermón de la Montaña. Lo digo para que los marrulleros no tengan carne que comer en este sentido. En todo caso de no haber existido las ocho “Bienaventuranzas” del Evangelio a mí seguramente no me hubiera ocurrido escribir  una canción sobre unas bienaventuranzas dirigidas al público en  general y a la posibilidad de que tenemos todos de ser bienaventurados, partiendo de la base, de que detrás de una alegría, hay una amargura y detrás de una amargura siempre hay unas ventajas. Lo que hace falta es tener la posibilidad de encontrarlas. Por eso mis bienaventuranzas concluyen diciendo “Bienaventurados los que lo tienen claro, porque de ellos es el reino d los cielos”.

           Seguramente la composición más celebrado del nuevo disco es la canción “Los fantasmas del Roxy”, un tema inspirado en un cuento del escritor Juan Marsé. Según cuenta el propio Serrat fue a partir de recibir la novela de Marsé, “El Teniente Bravo”, formada por una serie de cuentos, entre ellos “Los fantasmas el Roxy”, cuando se decidió escribir la canción.

      La canción es un homenaje a todos aquellos cines de barrio que poblaron la postguerra hasta bien entrado los años sesenta para desaparecer después víctimas de la especulación. En sus recitales de presentación del nuevo disco, Serrat acudirá a sus particulares “paisajes de la memoria” de su urbe barcelonesa para introducir el nuevo tema. Unos paisajes que, poco a poco, han sido convertidos casi todos en... ¡sucursales bancarias! Y el Roxy no se pudo escapar a esta maldición de nuestro tiempo. Por eso un día deciden escaparse sus estrellas y entre el asombro general desfilan los fantasmas de Humphey Bogart y Lauren Bacall, de Fred  Astaire y Ginger Rogers...

 

Sepan aquellos que no estén al corriente

que el Roxy del que estoy hablando fue

un cine de reestreno preferente

que ilumina la plaza Lesseps.

Echaban No-Do y dos películas de ésas

que tu detestas y que me chiflan a mí

llenas de amores imposibles

y pasiones desatadas y violentas.

Villanos en cinemascope.

Hermosas y altivos

caballeros del sur

tomaban el té en el Roxy

cuando apagaban la luz.

 

     Y aquí Serrat no da un paseo  cinematográfico por las salas barcelonesas.

 

Era un típico local de medio pelo

como el Excelsior, como el Maryland.

al que a mí gusto le faltaba un gallinero

con bancos de madera oliendo a zotal.

No tuvo nunca el sabor del Selecto

ni la categoría del Kursaal,

pero allí fue donde a Lauren Bacall

Humphrey Bogart le juró amor eterno,

mirándose en sus ojos claros.

Y el patio de butacas aplaudió con frenesí

en la penumbra del Roxy

cuando ella dijo “SI”.

Yo fui uno de los que lloraron

cuando anunciaron su demolición

con un cartel de “Núñez y Navarro”

próximamente en este salón.

En medio de una roja polvareda

el Roxy dio su última función

y malherido como King Kong,

se desplomó la fachada en la acera.

Y en su lugar han instalado

la agencia nº 33

del Banco Central.

Sobre las ruinas del Roxy

juega al palé el capital.

Pero de un tiempo acá

en el banco ocurren cosas

a las que nadie encuentra explicación.

Un vigilante nocturno asegura

que un trasatlántico atravesó el hall

y en cubierta Fred Astaire y Ginger Rogers

se marcaban “El continental”

 

Atravesó la puerta de cristal

y se perdió en dirección a Fontana.

Y como pólvora encendida

por Gracia y por La Salut

está corriendo la voz

que los fantasmas del Roxy

son algo más que un rumor.

Cuentan que al ver a Clark Gable en

persona

en la cola de la ventanilla dos

con su sonrisa ladeada y socarrona

una cajera se desparramó.

Y un oficial de primera interino

sorprendió al mismísimo Glen Ford

en el despacho del interventor

abofeteando a una rubia platino.

Así que no se espante amigo,

si esperando el autobús

le pide fuego George Raft

Son los fantasmas  del Roxy

que no descansan en paz.

 

       De toda su última producción, estos “Fantasmas del Roxy” pueden considerarse una de sus canciones más conseguidas. Este Fox-trot bailado a medio camino ante la nostalgia y la necesaria ironía, se sitúa entre sus “chefs d’oevre”, con temas como “Per Sant Joan”, “Conillet de vellut”, “Mi niñez”, “El meu carrer” o “Caminito de la obra”, canciones todas ellas situadas en el paisaje barcelonés.  Paradójicamente cuando Serrat se dedica a ofrecernos su tema sobre Barcelona los resultados no serán tan brillantes como en estas canciones, quizás porque Serrat ya nos había dejado sus mejores páginas barcelonesas...

     El resto de las canciones transcurren entre cuentos de hadas con finales atípicos- “La rana y el príncipe”-, una fábula cantada con buenas dosis de cinismo como ocurre con el tema “Lecciones de urbanidad”: “Muéstrese en público cordial, atento, considerado/ cortes, cumplido y educado / solícito y servicial. /  Y cuando la cague haga el favor / de engalanar la boñiga../ Que admirado, el mundo diga: / Que lindo caga el señor!- a recetas para amores  no correspondidos- “Receta para un filtro de amor infalible”.

El Serrat más grave aparece con “Llegar a viejo”, un tema que como señala el cantante intenta denunciar la marginación a la que es sometida lo que eufemísticamente se llama tercera edad. “Si los viejos dieron dinero –dice Serrat- si fueran como el vino, que cuantos más años pasan más vale, entonces se les cuidaría al máximo. Además esto ocurre en un mundo que se dedica a sublimar al niño , a convertirlo en elemento de consumo porque sus padres tienen dinero para financiar esas cosas. Y esa misma gente cuando se va de vacaciones mete a os abuelos en la Seguridad Social. Esto es realmente duro”.

     En “Detrás está la gente”, Serrat nos recuerda que “detrás de los himnos y de las banderas / detrás de la hoguera y de la inquisición / Detrás de las cifras y de los rascacielos / detrás de los anuncios de neón./ Detrás, está la gente...)”  No sabemos si Serrat ha sido un uen lector del dramaturgo marxista Bertold Bretch, pero de alguna manera, Serrat recoge cierto espíritu del dramaturgo alemán.

     La llegada de la primavera siempre es una buena noticia, si además va acompañada de buen tiempo. En “Especialmente abril” Serrat se solidariza con este mes – octubre en Buenos Aires- que nos anuncia la primavera. Diecisiete años atrás ya nos había dejado sus impresiones sobre la irrupción primaveral en un “20 de març”, entre flautas, trinos y flores. Finalmente en “No me importa” el cantante nos vuelve a  dejar su decálogo personal, sus reglas de juego.

       El álbum se presenta en gira veraniega que comienza en Girona y tiene su punto culminante en las fiestas de la Merced de Barcelona. El viernes 25 de septiembre en la plaza de la Catedral, Serrat canta ante cerca de 200.000 personas. Una vez más su ciudad le da su mejor bienvenida. En el recital Serrat intercala temas de todas sus épocas con las nuevas canciones de “Bienaventurados”. El poema de Miguel Hernández “Para la libertad” cierra el recital. A partir de este momento, el delirio. “Detrás está la gente” es el primer bis en desfilar; después vendrán “Visca l’amor” “Paraules d’amor”, “Fiesta”, “Si no us sap greu”, “Hoy puede ser un gran día”, “La tieta” y “La saeta”. Ahora sí, ha llegado el final. El recital quedará  como uno de los conciertos más memorables de la carrera del cantante.

       Para su tour de “Bienaventurado” Serrat se ha hecho diseñar por el escenógrafo  Carlos Cytrynowski un gran telón cortina con el mismo dibujo que reproduce u disco, su perfil en negro. Por cierto que la portada de “Bienaventurados”, un retrato de gusto hiperrealista, es sin duda una de las portadas más extrañas de toda la discografía de Serrat. Y es que el cantante más que un ídolo pop parece un santón de alguna secta religiosa de Latinoamérica, por otro lado nada extraño dada la veneración que en muchos sectores se le profesa...

 

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