PATERNIDAD, TELEVISIÓN Y NUEVA
CASA DISCOGRÁFICA.
A
primeros de 1974 la revista “Lecturas” publica en portada a Serrat con su hijo
Queco. La noticia provoca el consiguiente revuelo porque fuera de su círculo
más íntimo esta paternidad permanecía en secreto. El niño que tiene cuatro
años, vive en Madrid con su madre, una modelo catalana llamada Mercedes
Doménech. El cantante, que en la actualidad no mantiene ninguna relación
sentimental con la madre del pequeño, aparece feliz junto a su hijo “recién
descubierto”. En declaraciones en exclusiva para la revista Fotogramas declara:
“Nunca he pretendido negar nada, ni dar la existencia de mi hijo a la
publicidad. Todos mis amigos lo sabían y varios profesionales del periodismo
también y nunca lo habían utilizado(...) No presenté a mi hijo en sociedad
porque no quería utilizarlo para darme publicidad y me gustaría que estuvieran
tranquilos, él, su madre y sus abuelos...”. Aunque en los primeros momentos
todo el mundo ponga sus miradas sobre este hijo “secreto” dl cantante, una vez
pasada la noticia las cosas volverán a su sitio y Queco continuará viviendo con la misma discreción que antes
del “descubrimiento”. Una discreción que Serrat ha impuesto a todo su ámbito familiar,
separando con firmeza su vida profesional de su patrimonio familiar.
Pero si
el año comenzaba con la noticia del hijo de Serrat, en este año también se
produce el regreso del cantante a Televisión Española. Después d mechas
especulaciones, Serrat vuelve a la Televisión y aunque ha permanecido alejado
de este medio tan importante “el público es tan imponente que ha seguido oyendo
mis canciones, asistiendo a mis recitales y comprando mis canciones”, declara
el cantante.
El
programa se graba en un entrañable teatro barcelonés, L’Aliança de Poble Sec el
día 28 de Marzo. Entre el público, los padres de Serrat, la cantante
Guillermina Mota, la actriz Marisa Paredes, amigos y conocidos el cantante, y
sobre todo sus fans que llenan el teatro. Al frente del grupo otra vez Ricard
Miralles que ha vuelto a acompañar al
cantante. En el recital televisivo, canciones antiguas como “Cançó de Bressol”
o “Cançó de Matinada”, temas inevitables como “Mediterráneo” o “La Saeta,
canciones de su última producción como “La primera” o “Campesina”. Precisamente
para presentar este tema perteneciente a su nuevo long-play en castellano
Serrat utiliza a manera de prólogo un poema del poeta americano Walt Whitman en
traducción del argentino Borges, un poema que de alguna manera continua la
línea abierta con “Pare”.
Dentro
del recital, que servirá para abrir una serie de programas bajo el apígrafe d
“A su aire”, Serrat interpreta cpn el público un tema del folklore catalán
titulado “la lluna, la pruna”, una canción infantil que es coreada por todo el
auditorio. Serrat ha vuelto a Televisión, tal como él quería, con un tiempo
prudente para poder cantar sus canciones, sin declaraciones previas, sin
censuras...
Después
de su presentación televisiva, Serrat vuelve a uno de sus espacios más
queridos, el Palau de la Música Catalana e Barcelona donde presenta las
canciones de sus nuevos trabajos musicales en catalán y en castellano. Serrat
desde 1968 no pisaba este santuario musical de los intérpretes de la Nova
Cançó, después de estos recitales se volverá a abrir un largo paréntesis hasta
una nueva actuación, coincidiendo con la presentación de un nuevo álbum en
catalán.
En este
año –1974- Serrat vuelve a aparecer en la pequeña pantalla en el programa que
cada domingo realizan los humoristas Tip y Coll en Televisión Española. Serrat
da vida a un “siniestro” mayordomo de pelo engominado, el “malo” de la función.
Sobre esta colaboración con los dos humoristas el cantante declara:” veces es
una liberación poder evadirte haciendo las cosas más absurdas, vistiendo como
te dá la gana, tomando parte de un “desmadre” como éste. Yo llevo una larga
temporada apartado de todo lo que habitualmente es mi trabajo y mi vida.
Necesitaba evasiones, cambiar,
improvisar, levantarme por las mañanas, sin programa, sin prisas y poder
decirme a mí mismo: “Joan Manuel, ¿a dónde vas hoy? ¿A montar en los
“cacharros” del Parque de Atracciones?, pues vamos allá...¿A dar patadas a las
piedras con un pantalón de pana y una bufanda, pues vamos allá...”
Su nuevo
disco en castellano, el último que registra con su editora madrileña Zafiro,
aparece sin titulo y con un gran despliegue instrumental. En la carera musical
de Serrat posiblemente uno de sus discos más discretos, que pasarán con más
pena que gloria. En el disco se recogen algunos de los “contenidos”
argumentales ya presentes en su disco anterior. Así en “Campesina”, Serrat
defiende la “cultura agrícola” frente a una civilización marcada por el sonido
de las sirenas de la fábrica. Un nuevo “flash-back” en “Decir amigo” para recordar
sus tiempos de adolescencia. En “Canción infantil...”, un tema dedicado a “una
paloma morena de tres primaveras”, un Serrat vital y feliz anunciando el nuevo
día e invitando a cocinarlo... Siete años después de su “Cançó de bressol”,
Serrat vuelve a dedicarle a su madre una canción “Soneto a mamá”, aunque
artísticamente los resultados sean más satisfactorios en el primer tema.
De todo
el nuevo disco sobresale una pequeña joya musical, un romance dedicado a Curro
El Palmo. Uno de los temas más extensos realizados por Serrat hasta aquel
momento y donde da rienda suelta a su vena más “folklórica”, más “coplera”. A
manera de zamba, Serrat canta las aventuras y desventuras de un cantaor de un
tablao flamenco. Para Serrat es una forma de rendir homenaje a un género que ha estado en su educación
musical, en su memoria sentimental de niño de postguerra. Y sobretodo un
tributo musical a la cantante Concha Piquer, uno de los ídolos musicales del
cantante y con la que mantendrá una estrecha amistad hasta el día de su muerte.
Precisamente una de las últimas intervenciones públicas de la Piquer será en un
programa dedicado a Serrat en la Televisión Catalana. La Piquer, debido a su
estado de salud, no puede desplazarse a Barcelona aunque participa
telefónicamente recordando la amistad que le une a Serrat, al que define como
el cantante “más grande de España”.
Este
disco en castellano como hemos señalado marca el fin de su contrato con Zafiro.
Para su nueva producción castellana – la catalana continuará ligado
Edigsa-Serrat ficha por Ariola, una empresa discográfica que en aquellos
momentos se ha clocado entre las primeras nacionales. Por su parte, Zafiro ha
ido conociendo un lento declive con la desaparición de sus artistas de l época
pop. En Ariola además Serrat puede trabajar con una editorial que tiene sede en
Barcelona, aunque años después se centrará todo en Madrid.
Sobre su
contrato discográfico con su nueva empresa se habla de unas cifras muy
sustanciosas para el cantante. No sabemos si este punto pudo ser uno de los
factores que aceleraron la separación artística ente Serrat y su manager Lasso
de la Vega. A partir de 1975 Serrat deja de ser representado por Lasso de la
Vega, un hombre que ha estado junto a él en unos años decisivos de su carrera.
Sobre esta relación Serrat declarará años después: “En el año 1975 acabé mi
relación con él. En estos momentos han pasado más de 14 años, estuve con él
durante siete años; yo diría que él hizo posible que yo me enfrentara a una
serie de retos que seguramente solo no habría afrontado. También con él me he encontrado solo como no me encontrado
solo en otros momentos de mi vida, porque los motivos, las motivaciones para
estos retos no eran coincidentes. Quiero decir que no me encontré muy tranquilo
muchas veces en aquella época. Desde que dejé de trabajar con él, trabajo más
tranquilo con los colaboradores que tengo. De toda aquella época a mí me ha
quedado una historia bastante vacía”.
Aquí
un servidor, el que escribe este libro, fue de alguna manera testigo d este
“agotamiento” artístico entre el cantante y su manager. En el verano del 74
Serrat realiza sus actuaciones por los diferentes escenarios españoles. En
Valencia, Lasso como anteriores ocasiones, lo hace participar en un festival
múltiple con artistas como las Grecas, Danny Daniel o Fernando Esteso. Serrat
no logra conectar con el público y a la octava canción desaparece del
escenario. El verdadero triunfador de la noche sería Fernando Esteso que estuvo
tres cuartos de hora largos divirtiendo al personal. Los montajes artísticos de
Lasso comenzaban a hacer aguas. Serrat de su mano se había “estrenado” en toda
clase de escenarios: discotecas, salas de fiestas, parques de atracciones,
teatros... Una formación profesional que le había hecho conocer toda clase de
públicos y que Serrat ha reconocido que le enriqueció artísticamente pero
también supuso para el cantante un desgaste, considerable; sobretodo cuando
hubo de someter sus inquietudes artísticas
“necesidades del guión”. Una potente maquinaria comercial que Lasso había montado para él, como
anteriormente había construido para el Duo Dinámico o para un determinado
torero en otra épocas y que continuamente debía girar.
“Piel de
Manzana” es el título que señala el inicio de su nueva etapa discográfica. Un
álbum dedicado a una “piel de manzana”, a una chica “que tuvo a todo el barrio
guardando cola”. La portada de este disco resulta un tanto curiosa porque por
primera vez aparece Serrat cantando, una imagen inusual en su iconografía
discográfica. Grabado en el verano de 1975 en Barcelona y Madrid, el álbum
incluye nueve temas, todos ellos arreglados musicalmente por Ricard Miralles.
Entre los músicos que intervienen nombres frecuentes en las grabaciones y
recitales de Serrat como Gabriel Rosales, Enric Ponsa y Juan José Tudurí. Entre
los nuevos “fichajes”, Joseph Maria Bardagí, un guitarrista que tendrá
posteriormente un gran protagonismo en la carrera de Serrat. En la
contraportada del álbum se puede ver a todos los protagonistas en un restaurante
de la Barceloneta, entre ellos a Marià
Alberò y a Navarro conocido por “Barry” que con el tiempo se convertirá junto
con Pepe Caturla en representante del cantante.
Si el
“Piel de manzana” Serrat vuelve a exprimir una parte de su pasado, en “El carrusel
del Furo”, Serrat rinde tributo a su
abuelo, una canción ingeniosa en la que vuelve a latir su talento para fabular
historias. O en “La aristocracia de barrio” pero sobretodo en “Caminito de la
obra”, una canción de título un tanto equívoco, que alguno en un primer momento
cree una crítica a la organización religiosa Opus Dei (La obra) y su fundador
Escrivá de Balaguer, autor del libro “Camino”. Pero, nada más lejos de la
realidad, la canción que lleva por sobretítulo,”Historia por rumba”, retrata
a un grupo social, los inmigrantes
andaluces que desde su tierra natal han llegado a Cataluña para ganarse la
vida. El tema de alguna manera conecta con el Serrat mestizo, el Serrat que
siempre ha defendido su “charneguia”. Serrat juega en la canción con el argot
típico de los “paletas”-albañiles-catalanes, mezclando castellano y catalán.
“La casita blanca” es otro de los temas locales del disco sobre un conocido
“mueble” de Barcelona ya desaparecido. Un bello poema del nicaragüense Ernesto
Cardenal, “Epitafio para Joaquín Pasos” cierra el disco. El conocido poeta y
opositor somocista es el primer poeta del otro lado del Atlántico en aparecer
en la obra discográfica de Serrat.
En este
verano de 1975 Serrat participa en otra película , aunque esta vez se limite a
una colaboración. El film se titula “La ciutat cremada” -La ciudad quemada- y está dirigido por Antoni Ribas,
el realizador que vio su debut en “Palabras de amor”. Ahora el rodaje no será
tan polémico, aunque la censura franquista no verá con muy buenos ojos esta
película “catalanista”. La acción transcurre durante la Semana Trágica de
Barcelona d 1909 en la que la ciudad condal vive unos días de fuerte agitación
social que acaba con una dura represión. Serrat interpreta al carbonero Ramón
Clemente García, un hombre que en aquellos días bailaría con la momia de una
monja; un papel corto pero intenso en una película que cuenta con un reparto
numeroso.
También este verano Serrat graba a las órdenes de Enrique Martí Maqueda
un programa para Televisión Española que recoge su actuación en el Parque de
Atracciones de Madrid. El concierto nunca llegará a verse a causa de los
acontecimientos posteriores. Ni el concierto
ni su disco “Piel de Manzana” que pasará por ser uno de sus trabajos más
“ocultos”.
Después
de sus actuaciones veraniegas Serat emprende una nueva gira por América. En
España el régimen de Franco dicta cinco
sentencias de muerte contra tres miembros del FRAP y dos de ETA. Los
fusilamientos cogen a Serrat en Cuba, al día siguiente debe marchar a Méjico.
Precisamente el presidente de este país se ha distinguido por una crítica feroz
al régimen de Franco, pidiendo su expulsión de las Naciones Unidas. Serrat en
el aeropuerto mejicano condena los fusilamientos franquistas. “Yo estaba en
aquel momento-cuando me enteré de la noticia- en Santiago de Cuba y al día
siguiente salíamos hacia Méjico. Primero tuve una llamada diciendo que habían
prohibido las visas a los españoles por
la ruptura de relaciones entre España y Méjico. En mi caso se me autoriza a
entrar debido a que tenia que debutar al día siguiente y todas esas cosas.
Entonces yo tenia dos posibilidades, o volverme a casa y quedarme muy tranquilo
o ir a Méjico a sabiendas de que cuando llegara al aeropuerto estarían los cuatro
canales de Televisión y todas las cadenas de radio y prensa de la ciudad para
tirarme de la lengua. Pasé muy mala noche, en parte por la amargura tan grande
que representaron los fusilamientos de los cinco muchachos, y en parte porque
yo sabía que tenía que responder a una serie de preguntas. Intenté adivinar que
me preguntarían para poder ser concreto en las respuestas. Me metí en el avión
y al día siguiente me fui para Méjico. Me preguntaron, estuvimos hablando un
rato y naturalmente manifesté mi absoluta disconformidad con los hechos...”
Las
declaraciones de Serrat repudiando los fusilamientos caen como una bomba en la
España oficial. Sus discos son prohibidos, se le abre un proceso de orden de
apresamiento para cuando el cantante pise territorio español, se le expulsa del
Sindicato Español del Espectáculo. Como
Había ocurrido siete años atrás, cuando el Festival de Eurovisión, Serrat es
presentado por la prensa franquista como ejemplo de anti-españolidad, mientras
cargan sus baterias contra él.
En Madrid
el general Franco ha entrado en un largo coma, produciéndose su muerte el 20 de
Noviembre de 1975. Para Serrat un tiempo de exilio que lo mantendrá cerca de un
año fuera del estado español.
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