SU PRIMER TRABAJO DISCOGRÁFICO

 

           “Ella em deixa”, una canción que como el propio cantante ha señalado no tenia ningún origen sentimental, “El mocador”, “Una guitarra” y “La mort de l’avi”, son los primeros cuatro títulos discográficos que aparecen en 1965. Cuatro canciones que resumen el universo serratiano. Canción de amor-desamor, un tema frecuente en su obra, descripciones costumbristas con ligero acento social, canciones donde aparece la imagen de un muchacho romántico y sentimental destinado a ocupar rápidamente un lugar hegemónico en la canción catalana. En estos momentos cantar en catalán se ha convertido en un fenómeno popular. En Catalán graban cantantes como Mina, Jimmy Fontana, Rita Pavone y hasta se anuncia que Charles Aznavour también grabará en catalán. La primera actuación de Serrat con los “jutges” tiene lugar en Mayo de 1965 en la localidad de Esplugues de Llobregat en compañía de Remei Margarit y Joan Ramón Bonet, hermano de Maria del Mar Bonet, que abandonará más adelante el mundo musical para dedicarse a otros menesteres. Se ha señalado la importancia que tuvo para Serrat este aprendizaje musical de la mano de estos “cantants-jutges”. Serrat, que continua sus estudios universitarios, viaja por toda Cataluña con estos recitales, donde se cobra entre las ochocientas o mil pesetas. Con todas sus limitaciones, estas actuaciones, forjan en el nuevo compositor, una manera de entender el papel del cantante y su relación con el público. “ Todo aquello me ayudó bastante para consolidar mi futuro como cantante de una manera nada frívola y sobretodo muy cercana a  la gente (6).”

         Como anécdota señalemos que una vez acabado este primer recital, o mejor dicho, debut musical de Serrat en Esplugues de Llobregat, todos los actuantes marcharan rápidamente hacia el Palau de la Música de Barcelona, donde actúa Charles Aznavour. Curiosamente es este cantante galo, de origen armenio, una de las referencias para la crítica a la hora de buscar influencias en la nueva voz.

          A finales de año Serrat realiza su primer Palau de la Música, espacio que se convierte en el templo de la  Canción Catalana, un recital compartido con Raimon, Nuria Feliu, Joan Ramón Bonet, Jeannette Ramsay, Jacinta, Els 4 Z y Latín Cuartel. Los horizontes de la canción en catalán se han ido ensanchando y dentro de ella se dan diferentes estéticas, desde la canción testimonial a la canción que sigue  los cánones más comerciales. Con todo es Raimón el lider indiscutible del movimiento  musical y el único que ha conseguido hasta el momento traspasar las fronteras con repercusión internacional. “Nosotros éramos francamente malos comparativamente, dos o tres hacían algo que estaba bien, pero hasta que Raimon aparece con los poemas de Salvador Espriu, con su primer long-play, quizás es el momento de consolidación  de ciertos valores artísticos muy fuertes. Hasta entonces era la gente la que nos daba la mano, la que nos llenaba los teatros y la que calentaba la hoguera. Quizás el problema mayor que tuvo la “nova Cançó” como fenómeno fue el no saber evolucionar, como en casi todos los movimientos en los que hay mucho  más de amor que de cerebro, mucho más de corazón y de buena voluntad que de otras cosas. Hay unos momentos de crisis que no se pueden superar o que se superan mal. Este fue quizás el punto más negro que nosotros podemos reprocharnos”(7)

           Pero en 1966 las crisis dentro del movimiento musical catalán todavía no han hecho aparición, aunque ya comienzan a dibujarse. El “fantasma” de la profesionalización para unos pasa por cantar en otros idiomas, por actuar en los mismos espacios que cantan otros artistas, en fin, por seguir los mismos canales comerciales. Todo esto va a chocar frontalmente con el “modelo” que para otros significa la Nova Cançó, una canción que sin renunciar a sus planteamientos iniciales-dignificación literaria, sensibilización de la lengua catalana sirva para denunciar la realidad existente...En un movimiento que ha dejado de ser homogéneo y donde  los planteamientos estéticos e ideológicos son diversos, las tensiones estaban llamadas a aflorar tarde o temprano.

    Aparece un nuevo disco de Serrat en el que figura como canción estrella el tema “Ara que tinc vint-anys”, una canción que alcanzará un gran éxito popular y que dentro del repertorio serratiano quedará   como un clásico, sobretodo cuando décadas después con motivo de sus primeros veinte años como cantante Serrat la someta un “lifting” presentándola nuevamente. Una canción donde Serrat condensa sus principios éticos y estéticos; este tema es “ un grito de excelencia biológica” en denominación de Vázquez Montalbán le supone su confirmación como uno de los valores más firmes de la canción catalana. Y sobretodo un Serrat que vende discos. Por otro lado el triunfo de “Ara que tinc vint-anys” le plantea por primera vez su futuro profesional como cantante. Tres canciones  más completan el disco; “Sota un cirerer florit”,”Quan arriba el fred” y “El Drapaire”, una canción de reminiscencias francesas donde Serrat demuestra sus habilidades para describir los tipos y ambientes más cotidianos. En este caso en la figura del trapero que recorría las calles barcelonesas en busca de papeles y trapos viejos. Es esta también una de las canciones que Serrat no se ha cansado de recuperar cada cierto tiempo en sus recitales posteriores.

       Prueba de la creciente popularidad de Serrat es que una revista como “Fans”, una revista de música pop- eso sí, editada en Barcelona- le dedique ese mismo año dos páginas con motivo de la aparición de su nuevo disco.”Juan Manuel Serrat es el último y gran descubrimiento de esta joven canción. Hace unas semanas lo escuché en un disco y realmente me impresionó. Se trata de un intérprete maravilloso que compone, escribe y dice sus canciones. Afirman que se parece a Aznavour y otros que sigue la línea de Raimon. Pero yo creo que un muchacho que es capaz de pensar e interpretar “Ahora que tengo veinte años”, no puede copiar a nadie. Es demasiado importante su obra. En sus canciones no se repite. Crea constantemente, con una inspiración fluida. Es un “super” d la canción que aspira a realizar  un vuelo alto, ininterrumpido y seguro. Y a buen seguro que lo conseguirá demostrando que en España contamos con valores de categoría”

          Serrat comienza a ser conocido más allá del Ebro, sus canciones obtienen el apoyo de los medios de difusión-la radio-y sobre todo se convierte en un cantante popular, un hombre que tiene la fortuna de ver como sus composiciones llegan a un público que se escapa de los círculos catalanistas. Y todo esto lo podrá comprobar con la aparición de su tercer disco en 1967, un año que en su trayectoria artística va a resultar crucial. Cuatro nuevas canciones integran el nuevo trabajo discográfico del cantante: “Cançó de matinada”, “Paraules d’amor”, “Les sabates” y “Me’n vaig a peu”. Cuatro excelentes trabajos “Les sabates” es una versión catalana de una canción de Guy Beart que disparan a Serrat a las listas de éxitos. Por primera vez una canción en catalán, “Cançó de Matinada” se coloca en los primeros puestos de los hit parades. Para Serrat un nuevo triunfo artístico y discográfico. Y definitivamente la confirmación de su futuro profesional como cantante. “ Reflexioné mucho y llegué a la conclusión que el trabajo y la canción son dos mundos completamente distintos. Siempre he tenido la convicción de que el único hombre que logra triunfar en un trabajo es el auténtico profesional, en tanto que el amateur termina por creerse que lo hace muy bien, pero si tan convencido estuviera de esto acabaría convirtiéndose en profesional y viviría de aquello, aunque al principio lo pasara muy mal. Fui consecuente conmigo mismo, lo abandoné todo, aunque me matriculé en Biológicas, abandonando esta carrera al cabo de poco tiempo. Estaba completamente convencido de que esa era la única manera de poder salir adelante”.

      En Marzo de este año, Serrat realiza una pequeña gira por diferentes pueblos de Mallorca junto con los hermanos Bonet, Joan Ramón y María del Mar y Miquelina Lladó. Y por fin, a primeros de Abril, su primer Palau de la Música “casi” en solitario. En la primera parte, una cantante francesa, Jocelyne Jocya, qye tendrá que aguantar los pitos del público por sus interpretaciones en francés, una vocalista, jacinta, acompañada del conjunto que dirige Lleó Borell y María Alberó, un nuevo valor de la Cançó que procede de Valencia. Serrat es el encargado de llenar toda la segunda parte. Junto con temas ya conocidos, Serrat interpreta nuevas composiciones como “la tieta”, una canción donde Serrat “disecciona” una figura muy entrañable de la sociedad catalana: la tía solterona. Serrat obtiene un gran éxito, y es obligado a repetir varias veces sus canciones. De la dirección artística del festival se hará cargo Jaume Picas, un hombre que desde la trastienda, combina la crítica con la creación literaria, dando apoyo logístico a la Cançó .

    En Mayo de 1967, mientras “Cançó de Matinada” ocupa los primeros lugares de las listas de éxitos, Serrat aparece en Televisión española. Un medio de comunicación que hasta entonces se había ocupado bien poco del  fenómeno de la Cançó, cuando no, lo había marginado directamente. La prensa del momento se hace eco de su aparición en la pequeña pantalla. “En su pasado recital de TVE, Serrat conquistó al público de manera rotunda. Canciones que aún no eran conocidas en el resto de España causaron impacto gracias al tremendo poder de persuasión del intérprete”. Por su parte Teleguía señala: “Bastante nos sorprendió el que en una emisión pasada de “Noches del Sábado” artistas de la talla de The Shadows o de Joan Manuel Serrat, capaces por si solos de ser estrellas de dicho programa, precedieron a  la actuación de una bailaora que cerró la velada como cabecera de cartel.”

        Esta claro que Serrat tiene gancho popular y sus canciones ha conseguido saltar la barrera idiomática. Serrat actúa en el “Gran musical” el programa por excelencia de la música pop española cantando solamente en catalán. Por otro lado, Serrat encaja con las necesidades de un nuevo público consumidor que busca una “nueva canción”. Un fenómeno que como ya hemos señalado se produce en esta década en diferentes paises. Para el público de fuera de los paises de lengua catalana, esta “nueva canción” les remite a nombres como Luis Eduardo Aute, Manolo Díaz o Massiel,  representantes de la llamada “Nueva canción castellana”, movimiento poco consistente que tiene más de invento discográfico que de realidad cultural. Serrat con un bagaje artístico mucho más firme puede convertirse en ese nuevo valor que se pide a voces...

             Por  esta época también entre la crítica española comienza a ponerse de moda la etiqueta de “canción protesta” para denominar la canción de texto, la canción de compromiso o testimonio. Un apelativo que se convirtió en una especie de cajón de sastre que lo mismo servía para identificar a Bob Dylan como el estrambótico cantante francés Antoine. Serrat verá muchas veces como se coloca esta etiqueta que no hace más que añadir confusión...

    El verano del 67, Serrat aprovecha el éxito de su “Cançó de Matinada” para realizar una serie de recitales por toda Cataluña. En Mallorca tiene lugar el tercer Festival de la “Nova Cançó”. El  festival se celebra en el Castillo de Bellver de Palma de Mallorca en los primeros  días de Agosto. En una biografía de la época de Serrat  realiza un pequeño diario de su tournée:

    “Día 3 de Agosto. Son alrededor de las dos de la tarde cuando llegamos al aeropuerto del Prat. Hace un calor terrible, agobiante. He comido muy poco. No me gusta comer demasiado antes de cantar ni antes de emprender un viaje; luego me encuentro pesado y me pongo de mal humor. Arreglamos lo mejor posible todo el jaleo del equipaje y nos metemos en el bar esperando al “Quico” (Francesc Pi de la Serra) que tiene que embarcar con nosotros. Estoy hablando en plural porque conmigo viene Guillermina Motta. El Quico llega sin afeitar. “Hace cuatro días que no puedo dormir”, nos dice. Alguien habla por los altavoces: “Vuelo número tal con destino a Palma de Mallorca... El autobús... y nos encierran en un DC-4 que Iberia alquila a Spantax. En cierta ocasión me dijeron que estos aviones son muy seguros y que no se caen así como así. No sé por qué pienso en esto cada vez que subo a uno de estos aparatos. Me gustaría decir que casi no nos hemos dado cuenta y ya estábamos en Palma, pero la verdad es que el viaje nos resulta bastante pesado. Hace mucho calor, lo repito. En el aeropuerto de Palma-enorme mole de piedra, mármol, cristal y aluminio nos esperan dos buenos amigos. Dos de esos  grandes tipos cuyos nombres nunca salen en los periódicos, quizá porque ellos no quieren aparecer. Problemas de desplazamiento, problemas de hotel, pequeños problemas que duran poco, pero que a todos nos ponen de mal humor. Ya serían las cinco de la tarde cuando nos terminamos de acomodar en uno de esos hoteles para turistas, en los que se desconoce el pan con tomate y la tortilla de patatas. El hotel es barroco con una altisonante mescolanza de estilos arquitectónicos al cual más falso. Quico es el tipo más fabuloso que uno puede echarse a la cara. Vale la pena convivir unos días con él, lejos de lo que podríamos decir nuestro lugar habitual. Hacia las ocho de la tarde nos vienen a buscar al hotel para llevarnos a Campos. Campos es un pueblo que está a 40 Kilómetros de Palma. Es el centro de contrabando de la isla pero debido al problema del Peñón, ha disminuido mucho en su lucrativa actividad. A pesar de todo su “problema”, los habitantes de Campos llenan de bote en bote el local en que damos nuestro primer recital. Ha terminado hacia las dos, más o menos, y el sol nos pilla todavía en la calle.”

      Para Serrat este será su último verano de “jutge”. De cantante “gremial”. A finales de ese año de la mano de Lasso de la Vega, comenzará a moverse en otras coordenadas. Resulta curioso este fragmento del “diario mallorquín” porque en él aparecen dos nombres muy ligados a la trayectoria vital y artística de Serrat. Guillermina Motta y Pi de la Serra o Quico, como lo conocen sus amigos de la Cançó. En Guillermina, Serrat encuentra uno de sus grandes “amores” dentro de la Cançó, una persona que acudirá junto al cantante en los momentos más difíciles. Con Pi de la Serra, Serrat, pasará por épocas de fraternidad, periodos de alejamiento y, ya, con el restablecimiento de la democracia, las cosas volverán a sus antiguos cauces y los dos viejos amigos volverán a “reencontrarse”.

       En Septiembre de ese año – 1967 -  se celebra la tercera edición del Gran Premi del Disc Catalá en la localidad de la Costa Brava, Lloret de Mar. Lógicamente en este “Año Serrat”, él es el gran vencedor mientras Raimon recibe un premio de “carácter extraordinario” para su canción “Quatre rius de sang”. Se habla de un posible enfrentamiento entre los dos principales exponentes de la Canción Catalana. Serrat saldrá rápidamente del paso. “Entre Raimon y yo nunca ha existido la menor competencia. Es más, no puede haberla porque estoy convencido de que ambos sabemos en que país vivimos y cómo vivimos. Lo absurdo sería que nos arrojásemos piedras mutuamente, con lo difícil que nos ha resultado a los dos poder tirar hacia delante. Todo esto, claro, en el caso de que Raimon y yo no fuésemos amigos. Pero lo somos y por tanto, tal competencia es imposible. Somos artísticamente tan distintos que perfectamente podemos coexistir. Lo único que tenemos en común, a parte de la amistad, la guitarra y otras muchas cosas, es un vínculo muy concreto; la lengua.”

      Pero esta amistad entre los dos cantantes está a punto de entrar en un periodo de “hibernación”. Las relaciones entre los dos músicos pasarán por momentos de “guerra fría” para reencontrarse en diferentes festivales con el  restablecimiento de las instituciones democráticas.

         Discográficamente, 1967 supone la aparición del primer larga duración del cantante. Junto con temas ya conocidos “Ara que tinc vin-anys “, “El drepaire”, “La mort de l’avi, se incluyen nuevos temas como “La tieta”. “Cançó per a un trobador”,”Els Titelles” o “Cançó de Bressol”, un tema dedicado a su madre, donde Serrat introduce con gran impacto estético, las estrofas de una nana aragonesa. Esta “Cançó de Bressol  “ o canción de cuna también se convertirá con el tiempo en una de las canciones emblema de Joan Manuel Serrat. Quizás porque de alguna manera Serrat en ella explica sus orígenes, su “mestizaje”. La canción en directo tendrá sutiles diferencias respecto a la grabada, y así el verbo “matar” será sustituido por el de “morir” en la versión discográfica, y es que para los vencedores y la censura, la Guerra Civil siempre había sido una cruzada. El verbo morir resultaba mucho menos “expresivo” que el verbo matar...

      A lo largo de su carrera, Serrat al igual que otros cantantes del estado español sufrirá las intervenciones de la censura. Pero a diferencia de otros cantantes “con mayor contenido político” la censura a Serrat le llegará por determinadas expresiones, por palabras “malsonantes” o contenidos donde deja escapar su talante liberal en cuestiones de sexo...Solamente cuando realice su particular homenaje al pueblo vasco a través de un nombre de mujer, “Edurne”, Serrat tendrá que esperar varios años para que se publique el tema.

        Del primer larga duración del cantante se extraerá un sencillo, el primer single de Serrat con los temas “la tieta” y “Cançó de Bressol”.

 

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