Prensa, vídeos, canciones, imágenes, novedades...al día.
 29 de Enero 2017


“No quiero darle chance a la juventud de que me deje más de prisa”
El artista español se presenta en Colombia, junto a Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos, para hacer una presentación renovada del histórico concierto ‘El gusto es nuestro’. Habló sobre política, arte y pasión.

Domingo 29 de Enero de 2017

Serrat es de esos pocos seres humanos que ha logrado el prodigio de volver su apellido una marca inconfundible. No hay dos Serrat, solo hay uno: Joan Manuel, el querido cantante catalán al que Colombia no se cansa de aplaudir, cada vez que sus giras lo traen a nuestros escenarios.

Febrero próximo nos da otra oportunidad. Estará el jueves 16 cantando en Medellín (Plaza La Macarena) y el sábado 18, en Bogotá (Corferias). No viene solo, sino con tres de sus incondicionales: los también españoles Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos, haciendo una presentación renovada del concierto ‘El gusto es nuestro’, que presentaron 20 años atrás.

Serrat habló con COLPRENSA desde Barcelona. Y lo hizo con la generosidad de siempre, sobre las novedades del próximo concierto, pero también sobre el drama de los refugiados, la presidencia de Trump, la familia y la juventud, que a los 74 años no se le va, porque él la aleja haciendo lo que más ama: cantar.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

¿Qué significó volverse a reunir con Ana, Miguel y Víctor, para cantar y viajar, 20 años después de un proyecto tan exitoso?

La verdad es que nos reunimos bastante a menudo, lo que pasa es que llevamos 20 años sin juntarnos para cantar, al menos para cantar los cuatro, porque nos hemos visto uno con otro y otro con uno, para tener el gusto de compartir escenario. Lo que resulta verdaderamente gratificante es volver a ir a Colombia, después de tanto tiempo sin poder estar. Para nosotros no es recuperar un concierto que dejamos sembrado por ahí hace 20 años, sino ir a sembrar uno nuevo y eso es fantástico.

No es un secreto que sus fanáticos son incondicionales, así que seguramente muchos los vieron hace dos décadas, ¿qué novedades encontrarán en el espectáculo de este año?

Me vieron seguramente los que tienen más de una edad, pero otros no han visto el espectáculo. Lo que espero es que para todos resulte un concierto que no tenga otra novedad que la de responder a las expectativas que sea capaz de crear. Venimos cada uno con sus canciones, compartiéndolas entre nosotros, tratando de compartirlas entre la gente, disfrutándolas y buscando divertirnos con lo que más nos gusta, que es hacer nuestro oficio.

¿Cómo decidieron qué canciones nuevas incluir y cuáles sacar para esta segunda ocasión?

Lo primero que hicimos fue darnos mucha libertad para que cada quien escogiera lo que quisiera cantar y más tarde acordar los duetos que cada quien quisiera hacer con cada cual. Es algo que nace del afecto al trabajo ajeno y del respeto mutuo que nos tenemos, además del cariño. Porque, evidentemente, si no existiera una amistad profunda, como la que hay entre nosotros, difícilmente valdría la pena estar compartiendo escenario a esta altura del partido.

¿Algo les resultó difícil en el trabajo para esta segunda experiencia de ‘El Gusto es Nuestro’?

Pues tendría que darme usted tiempo para que pensara, porque no tengo una respuesta así a la mano. Y, probablemente, lo que se me viniera a la cabeza no tendría ninguna importancia, comparándola con la alegría y el placer que me produce hacer las cosas como las estamos haciendo.

De la primera gira, además de los recuerdos, quedaron discos y libros, ¿qué dejarán después de esta?

Claro que dejaremos. Hay un disco grabado, del que no sigo exactamente su edición, pero sé que está ese material discográfico, además del videográfico. Espero que los puedan compartir y disfrutar en Colombia (aún no hay disquera que los traiga al país; está en Spotify).

¿Qué representa para Serrat regresar a Colombia, que lo ha aplaudido tantas veces, ahora en un momento distinto, cuando el país intenta pasar la página de la guerra y lograr una reconciliación?

Para mí es un placer. Ojalá pudiera venir más a menudo, si mis actividades y mi familia me lo permitieran. Cada vez que vengo trato de disfrutar lo más que puedo de una tierra que me es querida, que no me es en lo absoluto ajena, o de paso, o de trabajo, sino donde tengo amigos, donde he perdido muchos amigos y donde, a pesar del tiempo transcurrido, todavía sigo con la ilusión de generar nuevas amistades. He estado en Colombia en épocas muy oscuras y en épocas mejores. Quizá ahora sea una época que pueda plantear una nueva esperanza para el país, que ya lleva muchos años peleando por ello. Ojalá se concrete todo este proceso largo, que sin duda será más largo en muchos aspectos, y que cuanto antes llegue a buen puerto, para poderlo disfrutar.

¿Cuál es el secreto para que ustedes mantengan esa energía intacta, casi adolescente, sin importar la edad?

Qué más quisiéramos. Ana es la que lo tiene mejor, porque es, por supuesto, la más hermosa y la que transmite más energía. A los demás, afortunadamente, la vida no nos ha tratado mal a ninguno y hemos podido mirar las cosas con bastante ilusión, sin que la salud nos cause malas pasadas que no se puedan superar. Por otra parte, no creo que la juventud esté en el corazón solamente, sino que está en muchas otras partes y nosotros no tenemos ningunas ganas de dejarla más de lo que ella nos deje a nosotros, al menos en mi caso. La juventud nos ha ido dejando poco a poco, pero no quiero darle chance de que lo haga más de prisa.

Hace dos años, en su última visita, en Medellín, usted dijo que seguirá cantando hasta cuando la gente lo soporte, ¿cómo lo van soportando por estos días?

Mire, creo que hay una serie de razones que conducen a abandonar un proceso, una aventura, una ilusión, un trabajo o lo que sea. El primer motivo, evidentemente, es uno mismo; es decir la ilusión que uno tenga por hacer las cosas, y no se deja si es algo que se hace opcionalmente, como lo es a esta altura del partido –y perdóneme que insista en esa frase— el ejercicio de esta profesión, que hago solo porque me gusta. También es muy importante que la salud nos permita hacerlo; somos un organismo sumamente delicado y frágil, que está en manos ajenas. También existe el receptor de lo que uno hace; si a la gente no le gusta o no le interesa, pues uno lo abandona. Y existe una cuarta razón: que uno llegue a encontrar algo que lo divierta más, que le llené más el ratico de vida que nos queda. Si ninguna de estas cuatro razones aparece, no le quepa a usted duda de que me va a tener en Colombia no solo en esta gira, sino en una individual que haré próximamente.

Me impactó un video que cuenta el drama de los refugiados que llegan a Europa, en el que se escucha de fondo su canción ‘Mediterráneo’. Está usted comprometido con la causa de estas personas…

Sí y seguimos en ello. El día 11 (de febrero) habrá en su beneficio un concierto muy grande, acá en Barcelona, con muchísimos artistas. Y próximamente habrá una gran manifestación reclamándoles a los gobiernos, a las administraciones, que cumplan sus compromisos respecto de los refugiados y reclamando justicia para cualquier ser humano que se ve obligado a abandonar su tierra, por la guerra, o por el hambre, o por el odio, o por cualquiera otra razón. Aunque esto es algo que, naturalmente, no tengo que explicarle mucho a un colombiano, porque se sabe que estas cosas no solamente ocurren en el Mediterráneo; también ocurren en Los Andes.

¿Qué significa que esta causa haya tomado el símbolo de ‘Mediterráneo’?, ahora que el mar a veces ya no es un sueño sino una tumba…

‘Mediterráneo’ ha sido una canción que la gente ha hecho suya, con mucho cariño, y es muy representativa de esta zona. Es una canción de esas que tienen la gran suerte de dejar de ser de un autor para ser de la gente. Y el Mediterráneo, como territorio, es donde las culturas se han entrecruzado, donde ha nacido la vida, donde ha nacido conocimiento; verlo convertido en un feudo de piratas y en un terrible cementerio, que solo este año pasado se cobró cerca de cinco mil vidas, es realmente terrorífico. Y eso solo por lo que podemos hablar del agua, que es un símbolo de gran fuerza, pero no hay que olvidar todo lo que pasa alrededor suyo, los millones de personas que andan sin saber a dónde meter la vida. En estos momentos Europa anda sometida por un temporal terrible de frío y es especialmente fuerte en las zonas donde están los campos de refugiados. Es urgente que se tomen soluciones. No podemos dejar de hablar, de repetir, de machacar, de tener que convertirnos en gente pesada, porque siempre se convierte en pesado aquel que cuenta las historias desagradables.

A propósito de historias desagradables, ¿cómo ha visto a Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos?

Pues muy coherente. Ha hecho exactamente lo que dijo que haría; esto sí que no se le puede reclamar, es de una coherencia tremenda. La gente que ha puesto en la administración es la que dijo que colocaría; no nos lo creíamos, pero lo ha hecho. Dijo que iba a levantar el muro, no nos lo creíamos, pero parece que lo va a hacer. Lo quiere hacer pagar a los mexicanos, no nos lo creíamos y es el camino que lleva. Así son las cosas, así han querido que sean los que lo votaron.

Y los demás estamos angustiados…

Pues está angustiado el mundo… y desconcertado, como no. Pero creo que el mundo también sabrá responder a esto. Sería terrible que el mundo no tuviera más ideas ni más soluciones que las que pueden salir de los Estados Unidos, ese día sí, apaga y vámonos.

Para despedirme, cuénteme cómo está la familia, especialmente Candela, que le sigue los pasos, como actriz…

Afortunadamente muy bien, lo cual quiere decir que yo también, porque es muy importante que este pequeño mundo que es cada familia, funcione, para que uno pueda funcionar.


Tot Mafalda (en catalán y traducción)

Joaquín Salvador Lavado (Quino)
Editorial Lumen, Barcelona 2000

«Mafalda sempre fou una nena sensible, preocupada por la humanitat i els seus voltants. Una criatura sàvia i amorosa que odiava la sopa i la burocràcia tant com els abusananos. Un titella amb un cor com una casa que, a diferencia de la gran majoria dels humans, s'ha vist capaç, al llarg dels anys, de conservar dempeus les seves conviccions i propostes carregades de dubtes, franquesa i realisme quotidià afaitant-se cada dia els pèls de la llengua.

I mentre al més pinxo el fan avi, se li suïcida el pèl i veu com els somnis se li esvaeixen per molt d'entusiasme que hi posi, ella es manifesta cada dia més fresca, tendra i lúcida com la mà que bressola la seva ploma, amb la faldilleta curta i la mat de pèl coronada amb un monyet blanc.

I així ha de seguir i així la volem, perquè, com tothom sap, els nenes que no es mengen la sopa no creixen mai i esperen segles i segles que la felicitat truqui per obrir-li la porta i es desperten cada matí amb l’esperança que les injustícies d’aquest món hagin estat abolides i pregunten a la gent gran, sabent ben bé prou que els adults no solen donar solucions que resolguin res: Per què funciona tan malament la humanitat...? Per què havent-hi móns més evolucionats, vam haver justament de néixer en aquest...?

Mafalda no fou mai un bebè ni mai es farà gran.»

TRADUCCIÓN

«Mafalda siempre fue una nena sensible, preocupada por la humanidad y sus alrededores. Una criatura sabia y amorosa que odiaba la sopa y la burocracia tanto como los “abusananos”. Una muñeca con un corazón como una casa que, a diferencia de la gran mayoría de los humanos, ha sido capaz, a lo largo de los años, de conservar en pie sus convicciones y propuestas cargadas de dudas, franqueza y realismo cotidiano afeitándose cada día los pelos de la lengua.

Y mientras al más guapo lo hacen abuelo, se le suicida el pelo y ve como los sueños se le desvanecen por más entusiasmo que ponga, ella se manifiesta cada día más fresca, tierna y lúcida como la mano que acuna su pluma, con la pollerita corta y la mata de pelo coronada con un moñito blanco.

Y así ha de seguir y así la queremos, porque, como todo el mundo sabe, los nenes que no toman la sopa no crecen nunca y esperan siglos y siglos que la felicidad llame para abrirle la puerta, se despiertan cada mañana con la esperanza de que las injusticias de este mundo sean abolidas y preguntan a la gente grande, sabiendo suficientemente bien que los adultos no suelen dar soluciones que resuelvan nada: ¿Por qué funciona tan mal la humanidad...? ¿Por qué habiendo mundos más evolucionados, tuvimos justamente que nacer en éste... ?

Mafalda no fue nunca un bebé ni nunca envejecerá.»

 


Joan Manuel Serrat con otros en imágenes.

 

 

 

 

 


Serrat en portadas de revistas y otros...(1970)


Joan Manuel Serrat en pósters...(2)


© Pere Mas Pascual (1997-2017)