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 2 de Febrero 2017


Ese tal Tarrés. (Por Rafa de Paco.)

Quiero escribir de Serrat desde hace mucho tiempo, pero no encontraba la excusa. La ocasión. Y ahora ha llegado. He encontrado la oportunidad y también el tema. Porque de Joan Manuel Serrat se ha escrito mucho. O todo. El tal Tarrés es un tipo con el que mucho hemos crecido, nos hemos enamorado, nos hemos consolado y hemos, sobre todo, disfrutado. No os voy a descifrar las historias de sus canciones, tampoco haré una lista con mis preferidas o especiales. Lo que pretendo, además, es que a los que os gusta Serrat lo admiréis un poco más y a los que no, pues intentar que veáis en él un tipo, más allá de los musical, importante para la sociedad por su actos y lo que supuso en una época convulsa. Y no solo para la española.

Es el año 1968. Se anuncia que Joan Manuel Serrat va a representar a España en Eurovisión. En marzo de ese mismo año, TVE comunica que el cantautor no acudirá finalmente al festival tras escribir una carta. Unos dicen que exigía cantar en catalán o no iba. Yo no lo veo así. Fue una declaración de principios. Oiga y a mí me parece valiente. Miren el año. Echen la vista atrás y entonces se comprenderá. Las lenguas son algo sagrado, o algo parecido dijo Sabina en una entrevista hace poco. Y es verdad. No nos confundamos: respetar la lengua de uno no es querer separarse ni nada de eso. Es mi lengua, la de casa, mis canciones y quiero cantar en ella. Todo eso ante un régimen que mataba a los que no pensaban como ellos. Serrat se mantuvo señor. Como siempre. Estuvo seis años sin aparecer por la televisión, sus canciones en las emisoras de radio afines no aparecían. Quemaban sus discos y no lo contrataban. Así fueron las cosas. Masiel ganó ese año Eurovisión. Juanito tuvo que marcharse a América.

Así comenzaron sus giras por América latina. Y su época más exitosa. En conciertos y en canciones. Publica su primer disco en español, incluye la canción del poema de Alberti, ‘La Paloma’, que da título a un disco con canciones como ‘Penélope’, que a su vez dio nombre a muchas niñas, o ‘Poema de amor’. Comienza a crecer el éxito de Serrat. Mientras está de gira en México y en una rueda de prensa, en el año 1975, critica las sentencias de muerte y la política del franquismo. Estas declaraciones le convierten en exiliado. No puede volver a España. Serrat, compra una caravana y con todos sus músicos y las familias recorren México en una gira que le une aún más con su público y con América. Debe de ser duro no saber si vas a volver a tu país. A tu casa. En tu barrio. Con el café del día a día. Tus vecinos. La vida.

Autobús ‘La Gordita’ con el que recorrió México.

La de Chile es la historia más emotiva de Serrat. A mí me lo parece. Es septiembre  del año 1988. Llega en un avión al país que entonces gobernaba el dictador Augusto Pinochet. Antes de aterrizar, un periodista le pide que grabe un mensaje de apoyo al pueblo chileno que pide el fin del régimen militar. Lo graba. Cuando el avión llega al aeropuerto, suben policías que comienza en a requerir los documentos a los pasajeros. Hasta que llega Serrat. Y no le dejan bajar del avión. No puede pisar suelo chileno. Pero el mensaje llega a los ciudadanos que claman por la libertad. Pinochet había decidido, mediante plebiscito, que los ciudadanos decidieran si querían seguir con este régimen o no. Chile vota NO (si no lo habéis hecho, ved la película protagonizada por Gael García Bernal titulada ‘No’). En 1990, después de 17 años, Serrat vuelve a actuar en Chile. En el Estadio Nacional. Allí donde estaban los prisioneros políticos. Donde eran torturados en el vestuario del velódromo. En ese estadio donde se hacinaron durante muchos meses personas libres. Aquel lugar, donde a la entrada principal se lee esa frase de Salvador Allende sacada de su último discurso en radio antes de que tomaran el Palacio de la Moneda, que dice ‘Se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre’. Allí actuó y con Pinochet vivo e impune cantó ‘Cantares y ‘Para la libertad’. La justicia, algunas veces, está en la poesía.

Serrat  salió en defensa de Lola Flores cuando ningún Ayuntamiento la contrataba porque era una artista del régimen. A él, años más tarde, no lo contrataron porque era un rojo. Salió en defensa de la copla, cuando decían que era una música franquista. Nos enseñó los poemas de Machado, Alberti y Miguel Hernández. Nos da la vida con sus letras, en sus conciertos. El Nano, que nos pone banda sonora a cualquier momento de nuestra vida. Gracias, Serrat.

"Tarrés..."

 


Joan Manuel Serrat en frases o canciones.


Joan Manuel Serrat en portadas de revistas y otros. (1967-68)


Joan Manuel Serrat y su otra gran pasión "el ciclismo..."

Como es sabido, Serrat es un gran aficionado al ciclismo y entre otras actividades escribió una canción no publicada titulada Abur al Tour, letra que pueden ver en este mismo apartado., fue director adjunto en una edición de la Setmana Catalana de Ciclisme, y colaboró con El Periódico de Catalunya y con la Cadena Ser en el Tour de France de 1984. Éste es un anuncio de su colaboración con la citada emisora de radio aparecido en la prensa de entonces. (Jaume Pagés)

Vídeo Promo "Setmana Catalana de Ciclisme.." (1985)

 

ABUR AL TOUR

Si usté tiene libres tres semanas
y algo más pa botar por la ventana,
y si en su casa usted ya no interesa
pues cambie la pasión por la pereza.
Si le consienten sus fugas prolongadas
y sus ausencias ya no importan nada,
es hora de que empiece a pensar en el Tour
y abur, abur, abur, abur...

Si a usté le encanta hacerse el vagabundo
sin saber lo que ocurre en este mundo,
pedir la llave en un hotel huraño
cuando lo asaltan ganas de ir al baño.
Y si tanto le gusta a usté el ciclismo
que le duele el forúnculo a usté mismo,
es hora de que empiece a pensar en el Tour
y abur, abur, abur, abur...

Si no le estorba a usté el ronquido anónimo
ni un inquilino que escribe con seudónimo.
Y si le gusta a usté la madrugada
para secarse con toalla mojada,
y si usté permuta -sólo por joder-
mujer conocida por mil por conocer,
es hora de que empiece a pensar en el Tour
y abur, abur, abur, abur...

Si cree que el alba con café vale la pena,
si come a las siete y a las ocho cena.
Y si le caben de una buena vez
dos metros largos de aquel pan francés.
Si está en sus planes tomarse la vía
y la cerveza tibia y la sopa bien fría,
es hora de que empiece a pensar en el Tour
y abur, abur, abur, abur...

Si quiere usté que un francés antipático
le dé hotel caro pa su pobre viático.
Y pasear sin recordarse donde estuvo
y recorrer sin saber nunca dónde anduvo.
E ir delante por no ir a la zaga
y emular con el casto Luis Gonzaga,
es hora de que empiece a pensar en el Tour
y abur, abur, abur, abur...

Si no teme pespuntear precipicios
e incorporar entre sus muchos vicios
la conducción de coche a tumba abierta,
tomar las curvas sin cerrar la puerta,
manejar el timón con el pie izquierdo
como allí lo hace todo chófer currado,
es hora de que empiece a pensar en el Tour
y abur, abur, abur, abur...

Y si le gustan las salas de prensa
donde apestar a chivo no es ofensa,
y si le huele el francés a sopa y pan
y le huele a choucroute el alemán
y a camembert los suizos periodistas
porque allí somos muy nacionalistas,
es hora de que empiece a pensar en el Tour
y abur, abur, abur, abur...

Si usté es tipo de hábitos sencillos
como lavar de noche calzoncillos.
Y si usté tiene libres tres semanas
y algo más pa botar por la ventana,
deje en su casa sus aires de elegancia
y venga a mover el culo al Tour de Francia.
Es hora de que empiece a pensar en el Tour
y abur, abur, abur, abur...


Joan Manuel Serrat en pósters. (5)

 

© Pere Mas Pascual (1997-2017)