LA MISA DEL INDIANO
POR: JOAN BARRIL
Cuando SERRAT regresa de sus viajes nos trae recuerdos de América, fotos de
amigos y unas ganas enormes de compartir su vida con la vida de su gente, ésa
que se lo sabe de memoria.
Los indianos eran aquellos aventureros del siglo pasado que, en su juventud, se
embarcaron con lo puesto para ir a hacer las Américas. Los que regresaban al
cabo de los años traían consigo dinero fresco y trajes blancos, sedas en el
cuello y ron en el bolsillo, fortunas que compartir o mulatas casaderas. El
indiano solía hacerse una villa con mucho sol y muchas palmeras y por la
chimenea se escapaba una fumarola azulada debuen tabaco habano.
Serrat es el último indiano que regresa. Su aventura por América continúa. Oye
canciones y las metaboliza. Parece aquel verso de Gil de Biedma que dice: "Hemos
traído nuestras vidas aquí, para contarlas". Pues eso: Serrat saca a flote a
Tarrés, ese hombre que siempre va consigo. Mientras Serrat ejerce de senyor de
Barcelona, el tal Tarrés viaja a lomos del pecado y del exceso.
Pero las actuaciones de Serrat son litúrgicas. El público va allá a reconocerse.
Y el artista, que además es más listo que el hambre, les da lo que quieren no
sin antes obligarles al pase de diapositivas sonoras que se ha traído de sus
Américas. En esta primera parte Serrat payasea, se ríe de sí mismo y hace reír a
su gente. Basta verle en sus chascarrillos para entender porque a un hombre que
se acerca a los 60 años se le sigue llamando con ese apodo taurino que es el noi
del Poble Sec . Y es que Serrat está hecho un chaval que continúa tan joven como
siempre mientras sus contemporáneos van arrugándose en la platea y todavía se
acercan a él blandiendo fotos como teenagers .
La misa solemne es cuando el artista acomete la lotería de sus mejores
canciones, que son muchas más de las que caben en un concierto. Entonces es
cuando Serrat se pone serio y profesoral. Entonces es cuando los hooligans de
Serrat le piropean a voz en grito. Entonces es cuando la voz de Serrat, una vez
más, se hace carne y habita entre nosotros.
Pere Mas (1997-2018)