El cantautor Javier Krahe publica el disco «Dolor de garganta»
Crítica del concierto del 2 de diciembre de 1999: "Dolor de garganta"
Javier Krahe «Siempre me pregunto por qué le da a la gente por echarle un voto a Manzano»
El cantautor Javier Krahe publica el disco «Dolor de garganta»
«La música nunca ha servido para cambiar el mundo»
Vivir sin presiones.
A él, de todas formas, no le importa demasiado. Krahe nunca deja de actuar en directo y dice que con eso se conforma. «Nunca, ni siquiera al principio», explica, «he tenido la tentación de vender muchos discos ni de ser famoso. Yo siempre he dicho que la cifra ideal de ventas (a la que nunca he llegado) es 30.000 discos porque es casi disco de oro [50.000], pero no llega y así puedes vivir tranquilo, sin presiones». Eso de «sin presiones» significa que Krahe pueda hablar de lo que le dé la gana sin que nadie le acote terrenos. En este disco, como casi siempre, las mujeres son las protagonistas y la razón es bien sencilla. «A mí», declara, «las canciones me llegan a partir de una frase o de una idea y la verdad es que me resulta más agradable pensar en la mujeres (que es lo que, por otra parte, suele rondarme la cabeza) que en asuntos sociales o en la política. Yo nunca he creído que la música sirva para cambiar el mundo, así que prefiero centrarme en temas que me diviertan, como las mujeres». (c) Diario El Mundo, 1999.
Fuentes: EL MUNDO, música 22/12/1999 Silvia Grijalba
Paso al maestro...
Intérpretes: Javier Krahe (voz y guitarra), Javier López de Guereña (guitarra), Fernando Anguita (contrabajo), Federico Lechner y Reverendo (órgano), Rodrigo Díaz Bueno (cello), Andreas Prittwitz (vientos), Jimmy Ríos (percusiones), Antonio Calero (batería)./ Escenario: Sala Galileo Galilei./ Fecha: 23 de diciembre. (****)
Fuentes: EL MUNDO, música 26/12/1999 Maurilio de Miguel
Licencia para cantar
Intérpretes: Javier Krahe (voz), Javier López de Guereña (guitarra), Fernando Anguita (contrabajo), Andreas Prittwitz (vientos), Jimmy Ríos (batería)./ Escenario: Café Central (Madrid)./ Fecha : 7 al 27 de diciembre. (***)
Fuentes: EL MUNDO, música 22/12/1998 Maurilio de Miguel
"Un cantautor de la mejor escuela, de esa que tiene su origen en Brassens y hace canciones con ideas inteligentes, un cantautor "culto", más amante de la literatura que de los comics, con un tono más próximo a la conversación que al panfleto o al sermón. Susa canciones, largas y complejas, vienen llenas de divertidos guiños cómplices en todos sus temas: los humanos, con las fascinación y los tormentos que tiene la vida, el paso del tiempo, los hombres y las mujeres y los divinos con sus ritos y su santoral; porque Javier Krahe practica esa cáustica religiosidad de los irreverentes.
Y pocos cantantes tan fieles a sus músicos, tan amigos suyos como del Central: Andreas Prittwiz, Javier López de Guereña, Fernando Anguita y Jimmy Ríos. Así, quien no lo pasa bien es porque no sabe o no quiere"
Extracto del programa de enero y febrero de 1994 del "Café Central"
Javier Krahe es un as, esto está fuera de toda duda. Genio y figura ya desde sus tiempos de estudiante en el colegio pijo-madrileño de El Pilar («un sitio demasiado rancio para que yo encajase») y desde luego durante sus tres años de actuaciones en La Mandrágora, junto a Alberto Pérez y Joaquín Sabina.
Pero ya digo que Krahe se mueve a su propio ritmo y marca a su modo su calendario laboral, así que este singular cantautor, «el único discípulo diplomado por Brassens que nos queda», como acertadamente le definió el periodista Xabier Recalde, nunca gozó de los favores del comercio musical. Al pairo, intuyo que se la trae. Pero lo que realmente interesa al espectador es su capacidad para musicar escuétamente una palabras que, aquí sí que sí, juegan con astucia a su favor. Mordaz y brillantemente sarcástico como pocos, el madrileño desprecia el gesto airado para afrontar los asuntos más serios con una tranquilidad y aparente intrascendencia que no hace sino dotar de mayor calado su crítica certera. Con sagacidad y destreza, Krahe se carcajea del ser humano con esa especie de absurdo hiperrealismo que constituye su marca de fábrica. Acaso sea su autodefensa contra nuestra condición de incomprensibles. Su último disco es Dolor de garganta, el mismo que el próximo miércoles 10 presentará en directo –formato trío– en Alcantarilla. Un concierto de Javier Krahe siempre es recomendable, pero después de ver disparates tipo Gran Hermano todavía más. Mucho más
Fuente. Diario "La verdad" 09/05/00 Texto: Jam Albarracín
JAVIER KRAHE "Otozán
corañol"
Intérpretes: Javier Krahe (voz); Javier López de Guereña
(guitarra); Fernando Anguita (contrabajo) Lugar y fecha: Cotxeres de Sants (11/II/2000).
Festival Barnasants DONAT PUTX
De nuevo tuvimos a Krahe en el cartel de Barnasants.
Había una espléndida entrada en la presentación de "Dolor
de garganta", un nuevo título para añadir a su discografía
desde 1980. Siempre resulta sano encontrarse con el repertorio de este autor,
con esas canciones que le llevan a uno por lo peor del mundo. Mundo que disecciona
felizmente en "Antípodas", un tema descreído y lúcido
de cuya crítica no escapan cuestiones de interés general como
el balompié. Entre vasos y humo, y junto a sus dos músicos, Krahe
bromeó sobre casi todo, incluida su edad. Recientemente, ha querido escribir
algunos números a propósito de tal cuestión. Es el caso
de "Salomé", su particular tesina acerca de una moza de veinte
años que se ocupa de los años veinte en una tesina. Krahe - que
se retrata como usuario de zepelines- ha armado con sustancia este compendio
de versos sugerentes y espejos que alucinan. Cantó también la
sonata donde nos habla de su "corazón otoñal", que por
amor al disloque convierte en "otozán corañol", y donde
advierte que no es "ni feo, ni católico, ni sentimental", aspecto
este último del que no está muy seguro. Junto a los temas de su
flamante disco, el cano autor convocó sus más logradas historietas.
La inexcusable "Paréntesis", apuntes sobre los celos - los
simples y los mezquinos- o casos como el de "Don Andrés octogenario",
al que enterraron con el ataúd entreabierto por una insospechada razón.
La escritura de Javier Krahe siempre ha sido escéptica, rematadamente
divertida cuando busca la fatalidad. A lo que se agregan sus dotes escénicas,
que son de aúpa: el gag "latino" con que adorna "La Yeti"
sigue siendo decididamente hilarante. Entre una cosa y otra, el directo de Krahe
es de lo más sólido de la escena actual.
(C) 2000 La Vanguardia.
Fuentes: LA VANGUARDIA 15/02/2000
Javier Krahe «Siempre me pregunto por qué le da a la gente por echarle un voto a Manzano»
Es un narrador de historias. Socarrón y gua-són.
Ha hecho el «gilipollas pegado al manillar» de una bicicleta esperando
a Marieta. Ha retratado a Felipe González como «el hombre blanco
con lengua de serpiente» en los tiem-pos del referéndum de la OTAN.
Y recomendaba hacer alpinismo cuando todo se venía abajo, cuando «todo
da lo mismo».
Es Javier Krahe. Cantautor madrileño, 58 años. Fumador de puritos.
Admite que el victimismo sentimental con el que se representa en sus textos
es fingido. «Las mujeres siempre me han tratado infinitamente mejor de
lo que cuento en las canciones», reconoce entre risas. Su rostro recuerda
los aires hidalgos del caballero cervantino de la triste figura. Viste chupa
de cuero. Y lleva más de 20 años subido a los escenarios, principalmente
cafés y teatros, libando los dulces licores de la noche. Capaz de convocar
en una misma estrofa a la ocurrencia más trivial y el pensamiento más
profundo, es un reputadísimo tripulante del buque que conduce a los viejos
lobos de mar de la música madrileña hasta el puerto de la golfería
(Sabina, Gran Wyoming, Pepín Tre o Moncho Alpuente). Medio país
ha escuchado alguna vez aquella grabación mítica de «La
Mandrágora» (1981), donde cantaba con Sabina y Alberto Pérez.
Dice que nunca es él quien primero habla de ese disco, sino que son los
periodistas quienes vuelven machaconamente a preguntarle por él. Krahe
inauguró el pasado 15 de febrero el ciclo «Cantando a la luz de
la luna», que un año más organiza el Ateneo Cultural 1º
de Mayo de CC.OO. Le seguirán otros artistas, como Albert Pla o Faemino
y Cansado.
P. En «La Mandrágora» le cantabais a un Madrid vivo y canalla.
Primero se llevaron la movida. Luego, la calle. Y ahora quieren supri-mir la
diversión en la vía pública. ¿Qué nos queda?
R. Iremos improvisando. Tampoco se hacía cultura antes en los sitios
porque hubieran puesto espacios para hacer cultura allí. Cantidad de
bares donde yo he actuado los han cerrado. No sólo en Madrid. Y, sin
embargo, salen otros. Siempre hay más inventiva.
P. Se habla mucho de tu soledad artística, no eres un cantante de multitudes;
¿renunció Krahe a los grandes caminos para seguir los senderos?
R. No todo el tiempo es pura y libre elección de uno. Dudo mucho que
se me abrieran los grandes caminos. A lo mejor se me habrían abierto
con otra actitud. Pero uno es lo que es, y no me habría sentido cómodo
con las masas.
P. Krahe es un artista independiente, nunca un aislado. ¿Correcto?
R. Aislado, no. Independiente, lo más posible.
P. El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría. ¿Te
identificas con esta máxima?
R. Es una de las mías. Hay varios caminos para la sabiduría. Uno
puede ser el exceso. Otro puede ser el ayuno. Hay varios caminos. Y uno es el
vino Veritas, por ejemplo. Pero mucho me temo que cuando uno bebe debe ser medio
sabio para no andar borracho perdido todo el día.
P. ¿Qué te parece este Madrid de siglo XXI, gobernado por un alcalde
con regustos decimonónicos?
R. Una vez se me ocurrió decir algo despreciando al alcalde de Madrid,
y recibí posteriormente
un anónimo con letra de persona mayor poniéndome verde. Me decía
que cuándo íbamos a tener uno como éste. Yo siempre me
pregunto, pensando en los que votan: por qué os da por echarle un voto
a éste señor.
P. El españolito del Seat 600 hoy conduce un Audi pagado a plazos, ya
no veranea en Benidorm, sino en Disneyworld. ¿Estamos mejorando? Digo
yo que todo el mundo estará mejor alimentado, y eso es mejor. Pero poco
más. El cerebro humano no parece que sea mejorable socialmente. Indudablemente,
no estamos donde yo quería estar. Aunque hay una mayoría que sí
está donde quería estar. La sociedad española es más
conservadora; pero es que, a lo mejor, ahora tiene algo que conservar, y antes
no tenía prácticamente nada.
P. «El hombre blanco tiene lengua de serpiente». Si el compromiso
está mal visto, ¿quién va a alzar la voz? Siempre hay gente.
Ya surgirán. Ya que mencionas esa canción («Cuervo ingenuo»),
en aquel año (referéndum de la OTAN) dar caña en forma
de canción sólo la dimos muy pocos. Dudo mucho de que la función
de los que hacen canción sea hacer canción social. No creo que
ni la canción, ni la poesía, ni la pintura, ni una obra de teatro
sirvan para incidir socialmente en una transformación.
P. Dicen que la juventud de un ser humano no se mide por los años que
tiene, sino por la curiosidad que almacena.
R. La curiosidad es fundamental para sentirse activo. Después de la curiosidad,
puede venir algo que es seguir vivo. Pero, desde luego, lo que se llama joven
ya no lo soy. Se puede ser más contemplativo y menos activo. Machado
tiene razón cuando dice que sólo hay una juventud, «la de
dentro y la de afuera».
P. Una frase asegura que los peores verdugos son los que tienen buen corazón.
George Bush, alma que presume de rezar todos los días, parece un tipo
peligroso como él solo. ¿Será un verdugo con buen corazón?
R. Bush no tiene buen corazón. No sé cómo son los buenos
o malos verdugos. A algunos, incluso, se les toma muchísimo cariño,
como al de Berlanga. Bush es otra cosa. El representante de buen número
de estadounidenses que no se distinguen por tener buen corazón.
P. Si te diera un jamacuco como a Sabina, ¿te volverías también
un moralista? Después de haber predicado durante toda su discografía
la mala vida, ahora recula y se echa para atrás.
R. Lo que espero con mucha curiosidad es qué canciones va a hacer. Estoy
convencido de que las hará muy bien y volverá a ser un cínico,
desde la moderación, con sus nuevas propuestas. Hay que ver cuánto
había de mentira en sus canciones. Lo más importante para él
es vivir. Si para vivir tiene que enclaustrar sus malos pensamientos, pues lo
hará.
P. Con 30 años menos, ¿te habrías presentado al casting
de «Operación Triunfo»?
R. No. Porque nunca me he considerado un cantante y estos chicos se consideran
cantantes.
Yo me considero un narrador de historias con música y forma de canción.
Yo no manejo la voz como esos chicos, ni tengo el menor interés porque
no me gusta. Imagínate, tener que sostener una nota, cuando no puedo
sostenerla más que cuando la doy y la décima de segundo que tiene
que durar.
Fuentes: ccoo FRAN LORENTE
Hace unos meses pasó por Aranda Javier Krahe, todo un personaje en el mundo de la música, a quien todavía se recuerda por sus memorables grabaciones junto a Joaquín Sabina y Alberto Pérez en el trío La Mandrágora. De eso hace ya unos cuantos años y varios discos. Nos concedió la siguiente entrevista después de su actuación en la Casa de Cultura.
Pregunta- ¿Cómo fue que empezaste en esto de
la música? Surgió, te gustaba, la familia...
Respuesta- No, la familia no. Fue gusto personal, por ver recitales. En mi familia
son todos ingenieros.
P- Tú te hiciste muy popular gracias al grupo La Mandrágora, junto
con Alberto Pérez y Joaquín Sabina. ¿Cómo empezó
La Mandrágora?
R- La Mandrágora era un bar de Madrid donde había actuaciones.
Fue Sabina un día y dijo que él cantaba, que si podía cantar
allí, y le dijeron que sí. Luego me dijo que iba a cantar en un
sitio nuevo, y que si quería ir, y me invitó a subirme al escenario.
Y nos quedamos cuatro años.
P- ¿ O sea que ya os conocíais
antes de ...?
R- Sí.
P- La misma pregunta, al revés. ¿Fue
difícil acabar con La Mandrágora?
R- No, acabé de un plumazo, en una tarde. Siempre era una juerga continua.
Un día no lo fue y dijimos que se había acabado.
P- ¿Alguna anécdota especial dentro
de tu carrera musical que te haya marcado por simpática o por curiosa?
R- Es que veintidós años de anécdotas... No puedo escoger.
Quizá lo más interesante han sido las personas que he ido conociendo.
P- ¿ O sea que te gusta la juerga ?
R- Sí. También me gusta leer tranquilo, mirar la playa... Hay
muchas cosas que me gustan que no sea la música.
P- ¿ Más que las mujeres?
R- Por ahí se andan.
P- ¿Tienes algún contacto con
Alberto Pérez y Joaquín Sabina?
R- No. A veces nos vemos, pero una vez al año o menos. Suele ser un poco
casual, además, es difícil encontrarnos los tres.
P- Acabas de dar un concierto en la Casa de
Cultura. ¿Habías venido ya a Aranda?
R- Sí, hace cuatro o cinco años.
P- ¿Y qué tal el público
de Aranda? ¿Cómo percibes al público desde el escenario?
R- Esta vez ha sido distinto, es como una especie de teatro, y la otra vez actué
en un local de copas. Ahí es todo muy inmediato.
P- ¿Más cercano?
R- Bueno, en un teatro la gente está inmóvil en su asiento, no
pueden beber, es distinto.
P- ¿Qué es lo que más recuerdas
de Aranda? ¿A lo mejor el cordero?
R- La primera vez que vine yo tenía veinte años, o sea hace treinta
y seis. Es curioso, tengo recuerdos de aquella vez y son recuerdos muy lejanos,
si pasé por Aranda no vi nada de lo que he visto ahora, o no me acuerdo,
bueno, es una situación mental. De todas formas, al pasar por Aranda
me quedo a comer muchas veces, porque voy mucho por el norte.
P- Háblame de tu nuevo disco. Se titula
Dolor de garganta, ¿verdad?
R- Bueno, ese es el último. Tiene once canciones, cada cual más
interesante.
P- ¿ Te gusta alguna en especial?
R- Una más que otra, no. Un día una, otro día otra... Además,
ya ha pasado un año y dos meses desde que hice ese disco. La verdad es
que desde que salió no lo he vuelto a escuchar, así que no sé
qué pasaría si lo escuchara ahora.
P- ¿Cómo es un día en la
vida de Javier Krahe? Un día normal.
R- Es cafelito con leche a eso de las once, con unas tostadas. Un Farmatón
y me pongo a meditar hasta la hora de comer, y luego me voy a comer por ahí.
Siempre como fuera de casa. Y luego vuelvo y me echo una siesta, leo el periódico...
P- O sea, llevas una buena vida.
R- No es mala, no.
P- ¿Cuál es el lugar más
extraño donde has dado un concierto?
R- En el desierto, y, por cierto, había mucha gente.
P- ¿Cuáles son tus planes actuales?
R- En el siglo XXI es siempre lo mismo, actuar con mucha frecuencia.
P- Ya, pero... ¿estás preparando
algún disco?
R- Tengo todas las canciones para mi siguiente disco. Pero ha de pasar un año
por lo menos.
P- ¿Te han acusado alguna vez de misógino?
Lo digo porque los temas principales casi siempre son referentes a la mujer
y no salen muy bien paradas.
R- Aunque yo hable de eso en mis canciones no quiero criticar a la mujer. Yo
llevo treinta y dos años casado y no he tenido ningún problema,
porque yo no soy misógino.
P- ¿Tu público de qué edad
suele ser?
R- Lo mismo gente mayor que gente joven. Depende del precio de la entrada: cuanto
más barato, más gente joven.
P- Muchas gracias por concedernos esta entrevista.
R- Es un placer.
Fuente: Revista "La Vela" I.E.S Vela Zanetti