Las
majestuosas edificaciones eclesiásticas
que se levantan en Tegucigalpa, son uno
de los indicadores más evidentes
de la fuerte influencia que ejerció
la corona española desde el siglo
XVI hasta la independencia.
La iglesia Catedral, en la Plaza Central,
es uno de los primeros sitios que visitan
los turistas. Construida en una sola planta,
posee una ancha cúpula y dos torres
que flanquean la portada principal, siguiendo
un modelo tradicional hispanoamericano.
Dentro de la iglesia, se encuentran valiosas
obras estilo Rocalla, tales como el Gran
Retablo Mayor, el frontal de plata en el
altar principal y notorios detalles decorativos.
Las diversas pinturas del siglo XIX y la
delicada estructura de San Miguel, forman
parte de los tesoros artísticos que
albergan la Catedral. En el patio trasero,
existe un altar en honor a la Virgen de
Lourdes, adornado con un pequeño
jardín acogedor.
La Iglesia Los Dolores, ubicada hacia el
noroeste de la Plaza Central, presenta una
arquitectura igualmente impresionante. Con
una fachada de profuso estilo barroco, su
construcción se realizó de
1732 a 1815. En su interior, se hallan retablos
y pinturas coloniales atribuibles a la Escuela
Mexicana.
La
Iglesia La Merced, y la Iglesia de El Calvario,
Inmaculada Concepción y San Francisco,
ofrecen mayores rasgos del legado religioso
transmitido por los colonizadores. La impotente
Basílica de Suyapa, que se distingue
desde las alturas de Tegucigalpa, levantada
con moderna arquitectura, es otra edificación
con características únicas.
Al venir aquí asegúrese de
visitar también la sencilla y pequeña
iglesia que alberga a la Patrona de Honduras,
la virgen de Suyapa, a escasa distancia
de la Basílica.