Frente
a la plaza Herrera, Tegucigalpa muestra
con orgullo la Casa de la Cultura, conocida
como Teatro Nacional Manuel Bonilla, concebida
para realizar las actividades culturales
y artísticas del más alto
nivel. Revelando un detallado trabajo en
cantería, una majestuosa decoración
en yesería y tres lámparas
de cristal estilo Luis Felipe, esta imponente
obra fue iniciada en 1912 por el General
Manuel Bonilla e inaugurada tres años
más tarde por el presidente Don Alberto
Menbreño. La Orquesta Sinfónica
Nacional de Honduras y el Ballet Bolchoi
de Moscú, son sólo algunos
de los incontables grupos artísticos
que han deleitado al público con
su talento en este prestigiado edificio.
Pasando por la famosa Calle Real de Comayagüela,
nos encontramos con la Plaza La Libertad,
que fue recientemente remodelada para honrar
en ella al príncipe de las letras
hondureñas, Juan Ramón Molina.
La estructura del poeta brilla frente a
las elegantes columnas dóricas de
la Escuela Nacional de Bellas Artes, también
uno de los edificios patrimoniales de la
capital.
Otras de las edificaciones que pueden interesar
al turista incluyen:
el Palacio del Distrito Central, la Biblioteca
Nacional, casa donde nació el General
Francisco Morazán y el Portal del
Cementerio de Comayagüela, que aún
conservan su antiguo y original estilo.
Tampoco no se olvide de visitar el monumento
de La Paz en el cerro Juana Laínez,
al sur del Estadio Nacional Tiburcio Carías
Andino.