
Michael Hoskin,
Tombs, Temples, their
Orientations
(ed.Ocarina Books, 2001)
(2.959
templos y tumbas de orientación Este/Oeste medida en el Mediterráneo Occidental)
Creta sirve de faro, como ejemplar modélico de tumbas evidentemente
intencionadas en su orientación al orto de la luna llena, para las tumbas de
toda la costa del Mediterráneo que miran casi en su totalidad al este, en un
acto de culto al sol (o la luna) naciente como elemento vivificador. Esta
interpretación lo es del que suscribe este resumen y no del autor del trabajo de
investigación, quien deja a los exégetas en libertad para opinar sobre el
motivo profundo que pudo subyacer en aquella decisión.
Cerca de 3.000 monumentos
funerarios, que se detallan en el cuadro anexo, han sido medidos con el rigor e
instrumentos necesarios de que hace gala el autor de este estudio que se resume,
para llegar a la conclusión terminante de que todos los monumentos funerarios
prehistóricos analizados estaban orientados hacia un punto cardinal determinado,
con evidente intención. La inmensa mayoría miran al este, salvo muy pocas
excepciones cuya justificación obligada se expone en cada uno de los casos en
los que hay una clara explicación.
El autor lo es también del
término “arqueoastronomía” que utilizó para la primera revista que llevó este
nombre, y en cuyo campo se inscribe el tema de esta investigación. Pues fue
“astronómico” el motivo por el que estos monumentos fueron ubicados con la
orientación cardinal correspondiente, y no los accidentes del terreno u otras
funciones territoriales, que si bien se dan en ciertos casos, que veremos, lo
hicieron como excepción y en épocas tardías en que su origen ritual se había
relajado, cuando no olvidado por completo.
Huesos, cerámica,
pedernales son materiales útiles para que los arqueólogos puedan datar los
monumentos, pero el arqueoastrónomo puede precisar si el comienzo de la obra fue
en otoño o en invierno (equinoccios y solsticios) según su orientación, que en
la mayoría se extiende del levante al sudeste (de 90º a 180º, segundo cuadrante
en la dirección de las agujas del reloj).
Las fascinantes puestas del sol que el
que suscribe puede disfrutar desde el balcón de su casa de Sevilla, pueden
extenderse aproximadamente desde los 60º en el solsticio de verano a los 120º en
el solsticio de invierno, lo que daría 2/3 de un cuadrante de 90º, en esta
latitud. La horquilla claro está se ensancha a medida que nos situamos más al
norte y llega a 0º de inclinación en el ecuador. Pero mi visualización es más o
menos la media de los países del Mediterráneo, incluso Oriente Medio, al
encontrarnos todos en la misma latitud.
Si nos
fascinó el oeste por ser el lugar por donde “muere” el sol, cuyo mundo
subterráneo quisimos compartir con quien nos daba el calor y la vida, y por eso
situábamos allí el mundo de los muertos (y el tárt-tar-o, el oeste del oeste),
también nos encantó comprobar cada día que por el este renace el mismo sol que
murió ayer, confirmándonos en nuestra interpretación de la naturaleza como un
ciclo en el que todo lo que muere renace, normalmente tras ser enterrado, como
la semilla, y otras veces sumergiéndose en el agua, como el sol cuando se pone
por el mar (o al oeste del Nilo), por lo que es universal proveer de barco a los
difuntos para que puedan llegar a su destino, si bien el del espíritu del muerto
sabíamos que era regenerarse en los nuevos miembros que nacieran en la tribu.
Sería pretencioso querer infundir vida al sol cada día tras su ocaso mediante la
mirada del cadáver humano ya enterrado, pues el fin obtenido en ese caso habría
sido debilitar más aún el espíritu del sol (aunque ese objetivo sí que lo
pretendíamos, y lo conseguíamos! en los solsticios de invierno, como veremos más
adelante, mediante rituales con los que revitalizábamos al sol, impedíamos que
muriera definitivamente y con él toda la naturaleza viva, y le obligábamos a dar
marcha atrás en los puntos de su ocaso en el horizonte, para retroceder hacia el
solsticio del verano), sino que intentábamos todo lo contrario, que el nuevo sol
pujante vivificara el espíritu del muerto que tenía por delante la ardua tarea
de reproducirse en nuevas vidas del grupo al que el difunto pertenecía.
El motivo,
pues, de la orientación del cadáver –o de su tumba- al sol difiere según sea al
sol naciente o poniente, y en ambos dos casos según encare justamente el punto
cardinal este/oeste o los extremos del arco que son los solsticios. Una
orientación de la tumba encarando al sol de oriente en el solsticio de verano
tendrá como motivo “cargarse” de la energía solar sobrante el 21 de junio y con
ello animar al espíritu del muerto a reproducirse, regenerarse, en nuevos
miembros de la tribu del difunto, mientras que si mirara al solsticio de
invierno en el oeste, en que el sol languidece al máximo el 21 de diciembre, el
titánico y mágico objetivo sería infundir al sol la vitalidad de nuestro
espíritu para ayudarle a recuperarse e iniciar su regreso al solsticio del
verano. Y si la orientación es justo al este o al oeste, lo que ocurre en los
equinoccios de primavera y otoño en los días 21 de marzo y de setiembre, se
trataría de conminar a la naturaleza a realizar las tareas, sus deberes, que
nosotros le asignamos, sean de siembra o de cosecha. La pascua judeocristiana,
por ejemplo, coincide con el carnaval pagano orgiástico en “morir”
–“sacrificar”, o simularlo- para renacer más fuerte, como la semilla, obligando
con ello a que llegue la primavera. Pero el día del renacimiento del sol por
antonomasia sin duda es el 21 (antes 24) de diciembre en que termina su período
de decadencia.
Exagerando la
exégesis, aunque no mucho, y sólo en la forma, podríamos decir que una tumba
encarada al levante en el punto del horizonte en que se da el solsticio del
verano (el este) parece querer alimentarse de la energía sobrada que el sol
derrocha en los meses del verano, mientras que una tumba encarada al poniente en
el punto del horizonte en que se da el solsticio del invierno (al sudoeste)
parece conminar al astro rey (mediante los rituales y conjuros pertinentes) a
que se deje ya de tonterías y obedezca nuestra orden (que no ruego), imperiosa
e inmediata, de retroceder en su camino y dirigirse de vuelta al punto del
solsticio del verano. Un arqueólogo se limitará a decir que la orientación
sudeste indica el comienzo de las obras tras las cosechas.
Si las
tumbas hubieran encarado el oeste habrían tenido como objetivo, generalmente,
ayudar al eterno descanso del difunto, en el reino del astro sol cuando muere,
durante la noche, una especie de R.I.P., que no habría estado nada mal (en el
punto del cuadrante suroeste que coincidiera con el de la fecha de la defunción,
por ejemplo), pero parece que nuestro espíritu inquieto optó por el levante, por
la regeneración, en un acto de magia que no implora sino que ordena al sol, y
por lo tanto a la naturaleza, a comportarse según nuestras necesidades y deseos.
La agricultura intensiva
del neolítico no despreció la ganadería, actividad que muchas tribus prefirieron
ejercer, más con ovejas y cabras que con bovinos y cerdos que son menos
movibles, o al menos más lentos en sus desplazamientos. El ganadero utilizaba
cuevas y alojamientos precarios al aire libre pues tenía que mudarse de lugar
según estaciones y pastos. Y los muertos se enterraban en cuevas.
La ganadería de cerdos y
bovinos forzó asentamientos más estables con alojamientos menos perecederos. Fue
entonces que se inició el comercio, antes de la Edad del Bronce, y la
construcción de tumbas de piedra, bien en cistas (individuales) ya conocidos
desde tiempos inmemoriales, bien comunales (familiares, tribales), bien
demarcando el territorio ocupado. Las tumbas comunales se iniciaron en el
Neolítico tardío y sobrevivieron durante el Calcolítico (Edad del Cobre), pero
en esta época se reutilizaban las ya existentes no fabricándose nuevas. Son
tumbas comunales las que se analizan en este estudio, en Francia y en Iberia. En
la edad del Bronce las tumbas comunales fueron sustituidas por las individuales
de nuevo.
La orientación en este
libro se entiende desde el punto de vista (del difunto) desde el interior de la
cámara mortuoria al exterior, pasando por la entrada de la tumba. (Luego trata
de instrumentos de medición como el teodolito o la brújula, el primero limitado
a días de sol, la segunda vulnerable (imantación) ante partículas metálicas en
las piedras, o ante la lava.)
Un cerro o cualquier
accidente visual entre la cámara mortuoria y el horizonte, es más obstáculo de
lo que aparenta. Pues el astro o estrella de que se trate no desciende
verticalmente sino con una inclinación de la órbita hacia el sur que habrá que
tener en cuenta según la altura en que se empieza a ver, o deja de verse, el
espacio que ocupamos y el tiempo o estación en que transcurra, por lo que hay
que medir también la “altitud angular”. Azimut es el ángulo que mide, en
dirección de las agujas del reloj desde el norte real, el eje de la tumba en
dirección afuera.
La declinación del sol es
de 0º en los equinoccios por situarse entonces sobre el ecuador. Nuestros
ancestros pudieron medir los equinoccios de varias maneras: 1) marcando el punto
del orto del sol o de su ocaso en la mitad de los días entre los dos solsticios,
esto es, en el día 182; 2) dividiendo por mitad el espacio “horizontal”
(horizonte) entre los puntos extremos de los solsticios; 3) comprobando que la
sombra proyectada de una estaca a otra, clavadas en el suelo, coincide en la
salida del sol con la del ocaso.
La orientación astronómica
de las tumbas no se refiere solamente al astro sol, sino también a la luna
y a las estrellas o constelaciones, como se hará evidente en
muchos casos. Pero los puntos de orto y de ocaso del sol varían según la época
del año, según los equinoccios y solsticios, a lo que habrá que añadir la
latitud, pues la órbita del sol es mayor a medida que nos acercamos hacia el
norte. Y en el caso de las estrellas (y constelaciones) se desplazan hacia atrás
1º cada 72 años, por la llamada “precesión” del equinoccio que desvía nuestra
percepción del curso de los cuerpos celestes unos 5 minutos por año, i.e.:
unos 14 días por milenio, lo que da un total de cerca de 26.000 años (25.765:
año de las Pléyades o Platónico) para poder verlas en la misma situación que la
actual. Es por dicha “precesión” que la Cruz del Sur, que no es visible hoy, sí
lo era en la Menorca talayótica.
El ciclo de la
luna es mensual mientras que el solar es anual. Eso quiere decir que la tumba de
cara al sol lo encaraba dos veces al año mientras que a la luna le hacía frente
dos veces al mes. Nada impide que culturas lunares tomaran como referencia la
Luna aunque creemos que la mayoría lo harían con el Sol, pero el proceso y el
resultado a efectos arqueoastrónomos es el mismo en cualquier caso de los dos.
En cuanto a las
estrellas, o constelaciones, su utilización como motivo de una orientación
determinada deberá ser demostrada caso por caso, como excepciones, si no
queremos complicar las cosas con un tercer supuesto que, en cualquier caso,
confirmaría una orientación astronómicamente intencionada.
0º es el norte,
90º es el este equinocc., 180º es el sur, y 270º el oeste equinocc. Se utilizan
los acrónimos: SR (“sunrise”, orto del sol) para los 60º/120º, SR/SC
(“sun climbing”, sol ascendiente) para 60º/180º
SS (“sunset”,
ocaso) para 240º/300º, y SD/SS (“sun descending”, sol
declinante) para 180º/300º, tal como se ve en el sentido de las agujas del
reloj.
Al estudio de monumentos
funerarios se han añadido santuarios y templos (como si éstos no fueran
tumbas, evolucionadas! sólo que con el muerto no en sus huesos sino en efigie,
esto es, ya divinizado) de Malta y Menorca.
Según los tipos de
tumbas se utilizan diversos términos que conviene distinguir:
Dolmen
es una tumba megalítica que se compone de varias piedras grandes erectas en
círculo y cubiertas por otra plana, que conforman la cámara mortuoria, abierta
en su entrada a un pasillo o corredor que da al exterior. La piedra del fondo (backstone),
que encara la entrada, es la primera en ser levantada y conforma el eje
simétrico hacia la entrada o el corredor. Pasan de 2x1x1 ms. El dolmen es
fácilmente identificable al mostrarse prominente en el paisaje. Los hay
simples, dobles o múltiples, según el número de cámaras mortuorias -con o
sin entrada propia- que contienen. Cuando las piedras laterales verticales se
apoyan las dos primeras sobre la del fondo, y dos o más laterales sobre las
anteriores, se llama anta, el dolmen portugués. En el pasillo a veces
aparecen nichos. Cuando la cámara se cierra con otra piedra vertical, ésta suele
poder desplazarse para poder entrar en el recinto cubierto. Los dólmenes son un
tipo de construcción que se remonta al V milenio, cuando las tribus eran
seminómadas y aún no estaban definitivamente asentadas, pero sí lo suficiente
como para proveer la mucha mano de obra necesaria. Se dan en lugares en que la
piedra era accesible. Su función de demarcar un territorio es posterior y
secundaria pues en principio, como tumbas que eran, acogían el espíritu de los
ancestros. Los túmulos son de 8 a 12 ms de diámetro.
Tumbas
son dólmenes pequeños, sin piedras tan monumentales, y suelen ser colectivas
(familiares), pues si son individuales, con sólo cuatro piedras laterales y otra
de cubierta, los llamamos cistas (1½ x ¾ x ½).
Si las tumbas
son excavadas bajo las rocas, los llamamos hipogeos.
El tholo
griego es una cámara mortuoria cubierta con una falsa cúpula y abierta a un
corredor “dromos” por donde se entra a la tumba. Si el dolmen se remonta al V
milenio, el tholo no pasa del III. La falsa cúpula se construye mediante
círculos de bloques de piedra que se van cerrando a medida que crecen en altura.
La tumba de Agamenón, el tesoro de Atreo, tiene 33 de estos círculos que se
cierran con un bloque final y mide 13,5 ms. de altitud. Los “tholoi” micénicos
de mediados del II milenio adne. ni son los modelos de las tumbas de Los
Millares (Almería) que se remontan a más de 1.500 años antes, ni miran al este
como éstos sino que su orientación vino dada por la propia inclinación de la
pendiente en que fueron excavados. Su cercanía a los asentamientos indica que no
eran utilizados como demarcadores del territorio ocupado.
Las Galerías
catalanas aparecen en la primera mitad del III milenio, cuando la cámara
trapezoidal se hizo rectangular en la primera mitad del III milenio, con
corredores más anchos, tanto que en su extremo podían llegar al ancho de la
cámara. Estas cámaras rectangulares con entrada abierta las tienen también los
corridoi dolmenici en Cerdeña.
Las tumbas
nuraghi de Cerdeña, que fueron más de 20.000 de los que sobreviven más de
2.000, son conos truncados con falsa cúpula. Son nurághicas las más de 300
tombe di giganti, de la segunda mitad del II milenio adne., que tienen
cámara rectangular, con una entrada a través de una estela con un orificio en la
parte inferior y decoración en la parte superior. Hay 5 templos nurághicos
también en esta isla.
Las navetas
de Menorca (en forma de barcos boca abajo, con la quilla hacia arriba) datan del
1800/1600 adne. las más viejas, las ovales, siendo las alargadas del 1600/1400,
y haciéndose realmente talayóticas desde el 1400 al 1100 adne. La entrada es por
la “popa” y la cámara es rectangular. Sus paredes no son megalíticas sino de
bloques de piedra seca.
No se sostiene
la tan manida influencia de los monumentos funerarios sicilianos sobre los
talayóticos de la Edad del Bronce de Menorca a mediados del II milenio adne.,
pues si bien tanto el nuraghe siciliano como el talayot menorquino
son bloques de piedra cónicos truncados, sin embargo el talayot menorquino es
una construcción con un estrecho corredor que conduce a una cámara exigua
mientras que el siciliano es una cámara central con una magnífica falsa cúpula;
y si la naveta menorquina puede alojar en su gran cámara interior a una
docena de cadáveres, y a veces tiene dos plantas, las tumbas de gigantes
sicilianas son cámaras estrechas rodeadas por dos brazos de pasillo que las
abrazan desde la entrada; por no hablar de que ambos monumentos menorquinos
miran al oeste mientras que los sicilianos lo hacen al este, lo que prueba que
se trata de dos culturas diferentes.
Los sesi
de Pantelleria, que datan de la Edad del Bronce (1800/1600 adne.), son tumbas
comunales construidos con piedra de lava, de formal oval, sin ejes pronunciados,
con un diámetro de 4 a 15 ms aunque el Sese Grande alcanza los 20 ms, con
diferentes pasajes en todas las direcciones que conducen a las múltiples cámaras
que encierran (12 en el caso de la Grande).
Y en fin
llamamos túmulos con capilla a los que tienen, en efecto, en Marruecos
una capilla lateral y skylight-tumuli a los que permiten una entrada de
luz cuyo propósito se nos escapa. Ambos tipos de túmulos miran claramente al
este desde las cimas de los cerros en que están ubicados.
En
cuanto a las fechas de cada tipo de tumba,
las cistas individuales del V milenio en la frontera franco-española, que
pueden ser las más antiguas, estaban cubiertas por túmulos, bien subterráneas
bien en sitios de cierta prominencia. La tumba colectiva no aparece hasta
la primera mitad del IV milenio, con cámara sub-circular y corredor. En la
segunda mitad del IV milenio la cámara subcircular se hizo trapezoidal
(con vocación al oeste, por influencia del L-dolmen del Languedoc), y luego
rectangular en la primera mitad del III milenio, con corredores más anchos,
como en la galería catalana. No fue sino en la segunda mitad del III
milenio que aparecieron los dólmenes simples, con acceso desde arriba o
por piedra movible a la entrada de la cámara. En el II milenio, Edad del Bronce,
dejaron de construirse pero se reutilizaron los existentes dejándonos el legado
de ajuares y pertenencias del difunto.
Resumiendo para
una mejor visualización de este esquema simple:
4250: cistas con
túmulos 3250: cámara trapezoidal 2250: dólmenes simples
3750: tumbas colectivas subcirculares 2750: cámara rectangular 750:
reutilización viejos.
Sorprende que los restos arqueológicos nos muestren
dólmenes y tumbas colectivas en la periferia de la península pero no en el
interior, en un arco de herradura que empezando en Cataluña y pasando por
Portugal llega a Almería, quedando un extraño vacío en Valencia y en Murcia sin
que sepamos la razón.
Se
resumen los resultados
como sigue: de las 2.959 tumbas que figuran en la lista anexa cuya orientación
ha sido medida, 2.526 (un 85%) miran al este y 433 al oeste (un 15%),
pero estas últimas deben su orientación bien a la inclinación del terreno (como
los nueve tholoi de Micenas del 1400 adne. que se adaptan a la pendiente
del cerro), o son hipogeos no megalíticos, bien a razones que se explican en
cada uno de sus casos más abajo, o se desconoce su motivo que habrá que
investigar, dada su evidente excepcionalidad. Aparte del caso sorprendente de
Cádiz, es en el sudeste francés heterodoxo donde se encuentra el origen de estas
aberraciones, y aún así, en esa zona, de 996 tumbas medidas, 747 persisten en su
orientación al este no llegando a 250 las que miran al oeste.
Los templos de
Malta y Gozo, cuya cultura tuvo su punto álgido en el año 3000, fueron en su
tiempo los más grandes monumentos de la Tierra, pues se adelantaron a las
pirámides de Egipto. Los números que figuran en la estela (tally???)
de la entrada de uno de sus templos han sido interpretados como un recuento de
los días que medían entre las salidas helíacas (justo antes del amanecer) de
ciertas constelaciones, lo que nos da noticia de que el calendario nocturno
mediante constelaciones es anterior como mínimo en 2000 años a los “Trabajos y
los Días” de Hesíodo (800 adne.), quien lo utiliza para aconsejarnos las fechas
apropiadas para ciertas siembras y su recolección.
Después de
lo cual, podrá quedar alguien todavía que dude de la clara intencionalidad
sagrada, ritual, astronómica, de las tumbas y los templos en cuanto se refiere a
su orientación?
Comencemos los
análisis, empezando por Creta, y recordando que las orientaciones que miran al
oeste son las que exceden de los 180º:
Creta:
Las 224 tumbas minoicas (1450/1190
adne.) cuya orientación ha podido medirse, miran todas al este en un franja que
va desde los 52º a los 135º, con 78 de ellas encarando al nordeste y 146 al
sudeste, encarando la salida de la luna llena en la fecha en que se iniciaba la
construcción. Esto se confirma al observar la necrópolis de Armenoy cercana al
Monte Vyrsinas, cuyas tumbas encaran su cima, en la cual se erigía el templo de
la diosa Luna de Creta. El cadáver así podría “ver” en la misma dirección la
luna llena justo encima del templo de su diosa.
Excavado el
corredor o pasillo de entrada (dromos) en la roca, de unos 7 m de largo
(alguno llega a 16 m) y 2½ a 3½ de ancho, las paredes laterales, a veces con
nicho, se inclinan a medida que se levantan hasta llegar a la cámara circular o
de herradura, que podía albergar a 16 cadáveres. La edad media de los cretenses
minoicos que sobrevivían a la infancia, era de 31 años para los varones y de 28
para las mujeres, a juzgar por la edad de los difuntos enterrados.
1) Africa
Norte: 54 tumbas mirando
todas al este.
13 dólmenes en
Argelia miran al este, en la franja 86º/158º, de los cuales 2 al nordeste y 11
al sudeste.
34 túmulos
sky-light en Marruecos miran al este (33º/156º), de los que 5 al nordeste y
29 al sudeste.
7 túmulos
capilla en Marruecos miran al sudeste (98º/125º).
18 dólmenes en
Túnez de los que 9 miran al este y 9 al oeste (uno mira al noroeste a los 349º),
aunque por su clara acomodación a las pendientes del terreno deberían ser
excluidos de este estudio.
2) Malta,
Pantelleria y Sicilia: 39
tumbas las dos primeras, de las cuales 32 miran al este y 7 al oeste.
15 dólmenes de
los que 2 miran al nordeste (15º/35º), 12 al sudeste (108º/174º) y 1 al noroeste
(264º/344º).
24 sesi
en la isla de Pantelleria (entre Túnez/Sicilia), 18 mirando al este (48º/172º) y
6 al oeste (191º/340º), aunque fueron 49 los medidos (si es que podían “medirse”
siendo múltiples y en diversas direcciones las cámaras en cada sesi), de
los que 20 miraban al sudeste y los demás al oeste, pero éstos por influencia de
Sicilia cuyas tumbas en los acantilados se orientaban acomodándose al suelo en
que fueron excavados, más que con una intención astronómica.
(En cuanto a
Sicilia, de los 83 (casi todos hipogeos) medidos, 69 miran al este y 14 al
oeste, como sigue:)
34 hipogeos en
Rocazzo, de los que 28 al este (SR/SC) y 6 al oeste (185º/218º).
28 hipogeos en
Tranchina, de los que 26 miran al este (93º/169º) y 2 al oeste (240º y 250º).
4 tumbas, ya
colectivas, en Paolina que miran al sudeste (163º/179º).
14 en Partanna,
de las que 8 miran al sudeste (101º/179º), 5 al sudoeste (hasta 224º) y 1 al
noroeste (329º).
3 más en
diversas ubicaciones, encarando los 59º, 64º y 171º.
3) Córcega y
Cerdeña: 318 monumentos de
los que 279 miran al este y 39 al oeste
8 dólmenes en
Córcega, de los que 6 al sudeste (117º/165º) y 2 al sudoeste (181º/217º).
4 sepulcros en
Li Muri, de los que 2 al sudeste ( 100º/169º) y 2 al sudoeste (180º/200º).
5 tumbas en
Pranu Muttedu (100º/185º) de los que 2 al sudeste (100º y 169º) y 3 al sudoeste
(184º/185º).
24 dólmenes en
Cerdeña de los que 21 miran al este/sudeste (84º/170º) 2 al sur (180º) y 1 al
sudoeste (190º)
20 corridoi
dolmenici en Cerdeña, todos encarando el este.
252 tumbas de
gigantes en Cerdeña, de los que 221 miran al este y 31 al oeste.
5 templos
nurághicos, que miran al este (94º/120º).
4)
Baleares: 27 tumbas de las
24 al oeste.
9 sepulcros
orientados al oeste, de los cuales 8 al sudoeste (220º/268º) y 1 al noroeste
(278º) en Menorca.
18 navetas en
Menorca (159º/254º) de las que 3 al sudeste (159º/178º) y 15 al sudoeste
(192º/254º), de las cuales 6 están ubicadas al oeste de la isla.
5) Francia
SE.: C-dólmenes (tipo “Causse”),
L-dólmenes (Languedoc) y BR-dólmenes (Bas-Rhöne).
Los dólmenes de
esta zona del tipo “Causse” (en adelante C-dolmen) son cerca de 2.000. Sin
corredor ni piedra de entrada, las cámaras trapeizodales de 2 y ½ a 5 ms y un
ratio de anchura que va del 1.3 a 3.6, constan de cuatro piedras: la central y
dos megalitos laterales que se apoyan en ella, más la cubierta. Suelen mirar al
este.
En la costa
mediterránea francesa las tumbas en piedra se remontan de la segunda mitad del V
milenio a la primera mitad del IV. Del 3500 al 2800 hay hipogeos individuales y
colectivos en piedra que, además de acoger al espíritu de los ancestros,
demarcan el territorio. Del 2800 al 2400, ya en la Edad del Cobre, disminuye el
entusiasmo en estas construcciones, que dejan de realizarse durante 3 siglos,
aunque se siguen utilizando las existentes para tumbas individuales. Del 2100 al
1500, ya en la Edad del Bronce, declina la construcción de dólmenes que
finalmente desaparecen.
543 C-dólmenes,
más 54 con vestíbulo, miran de 10º a 200º, la mayoría de 30º a 160º
67 C-dólmenes
simples, más 5 con vestíbulo, miran de 80º a 230º.
Los L-dólmenes
del Languedoc son como los C-dólmenes pero más elaborados, y con uno o dos
pilares a la entrada que conducen a un corredor. El corredor es más estrecho que
el ancho de la cámara, no como en la “galería catalana”. Suelen mirar al oeste.
Los BR-dólmenes
de la Provence no tienen las paredes laterales megalíticas sino de piedra seca.
Son megalíticas la piedra central, la cubierta, y dos pilares a la entrada que
conducen a un pequeño corredor. Las paredes laterales no se apoyan en la piedra
central, que las sobresale para protegerlas, como lo hacen los pilares de la
entrada. Miran al oeste. Son una evolución del hipogeo probablemente en
Fontvieille, cuna de esta heterodoxia, que influyó en los otros dos, sobre todo
en los L-dólmenes, y en los C-dólmenes contiguos en el espacio o fecha de
construcción.
Su orientación
es: Total al este / orientación
al oeste/orient.
C-dólmenes
743
715 28
Departams.occids./dólmenes
simples 18 18
74º/158º
0
con vestíbulos 5 5
138º/154º 0
Lot dólmenes
simples 352 348 10º/177º 4 182º/192º
con
vestíbulos 39
39 4º/166º
0
dobles 11 11
27º/142º 0
Aveyron
129 129
27º/180º 0
Tarn-et-Garonne 16
16 61º/141º 0
Tarn 13
12 17º/175º 1 185º
Lozère
23 23
64º/156º 0
Ardèche
66 52
81º/179º 14 84º/215º
coudés (en
codo) 27 22 10º/177º 5 181º/186º
tipo
Angoumoisin 44 40
16º/180º 4 194º/289º
BR-dólmenes
Fontvieille (Provence)
84
0
84 206º/289º
hipogeos
Fontvieille 4
0
4
259º/270º
L-dólmenes
Languedoc 165
32
20º/178º 133 180º/250º
Languedoc este 129
8 108º/176º 121 180º/326º
Languedoc oeste 36
24 20º/178º
12 190º/250º
TOTAL
996
747
249
El gradiente de
Fontvieille a los territorios contiguos y su difuminación a medida que se aleja
de los hipogeos, nos muestra el lugar del foco. El hipogeo es la tumba más
antigua y los BR-dólmenes, sin megalitos laterales y con paredes de piedra seca,
hacen pensar en que, más que dólmenes, son una derivación del hipogeo.
Cabe
interpretar que en fechas remotas se trataría de revitalizar al sol poniente,
debilitado, mientras que en tiempos de los dólmenes habíamos optado por un
ritual de regeneración de los difuntos mirando al sol por el este.
El ritual del
aro de fuego que en muchas culturas hacían rodar por la ladera de un monte
cercano al ocaso del sol en el solsticio de invierno, en sentido inverso al que
el sol venía realizando por el horizonte, para estimular su regreso en dirección
contraria, hacia el solsticio de verano, con el fin de evitar la muerte
definitiva del Sol, de los seres vivos y de toda la Naturaleza, ante tamaño
objetivo –: el de sobrevivir- no podría prescindir del principal ritual, núcleo
y origen de todos los rituales y de los sacrificios, a saber, el del papel de la
muerte (y, por ende, del muerto y de la tumba, de la que devino el templo) en la
regeneración de la Naturaleza y de la propia especie.
6) Península
ibérica Norte y Central.
6.1) Cataluña
NE. y Pirineos Orientales:
5 en Ariége, de
los que 4 miran a la franja de 77º a 106º, y un paradolmen mira a 126º.
72 en Aude sur,
de los que 48 miran al este (40º/179º) y 24 al oeste (181º/293º).
100 en Pirineos
Orientales de los que 62 miran al este (48º/179º) y 38 al oeste (182º/304º)
6.2) Gerona:
22 tumbas, de las que 17 miran al este
y 5 al oeste.
5 son con corredor, y de ellas 3
encaran al oeste, a los 186º, 235º, 244º, respectivamente.
17 son galerías catalanas, y de ellas
2 miran al oeste, 181º y 183º.
6.3)
Barcelona: 10 galerías de
las que 2 se orientan al oeste, 225º y 270º.
6.4)
Aragón/Cerdaña: 21
dólmenes simples miran al este.
1 dolmen simple
en Piedra del Vasar, Aragón, mira a 110º
20 dólmenes
simples en la Cerdaña miran de 73º a 161º.
6.5) País
Vasco franco-español: 103
tumbas, dólmenes y cistas, miran al este.
77 tumbas
dólmenes y cistas en el país vasco francés miran de 30º a 170º, la mayoría entre
los 60º/120º.
26 tumbas
megalíticas en Guipúzcoa y la lindante Navarra miran de 70º a 150º, la mayoría
de 80º a 110º.
6.6)
Guipúzcoa: 26 tumbas, todas
mirando al este.
19 en
direcciones de una horquilla de sólo 37º
7 en la Sierra
de Aralar, en direcciones cuyos extremos pasan de 70º.
6.7) Iberia
centro-norte: 25 tumbas de
las que 24 miran al este y 1 al oeste.
11 en Alava, de
las que 4 en la franja 94º/131º y 7, en La Guardia, miran al SC (no SR/SC).
4 en Navarra,
orientadas a los 168º.
9 en Burgos, de
las que 1, en Ruyales del Páramo, mira al oeste: 214º.
1 en Soria, en
el Alto de la Tejera, encara los 135º.
1 en
Guadalajara, en el Portillo de las Cortes, mira a los 115º.
6.8) Galicia:
33 antas de corredor miran
al este, de las que 27 en La Coruña, Lugo y Pontevedra se insertan en el arco
solar (aunque 6 bajan algo del arco hacia el sudeste) y 6 en la frontera
luso-española están al sudeste, cercanas al punto del equinoccio.
6.9) Miño/Duero
(Portugal): 57 tumbas que
miran al este.
12 en el Miño,
todas mirando al este, dirección SR.
7 en
Tras-os-Montes miran a 101º/130º.
8 junto a la
costa atlántica miran al este, de las que 5 miran al solsticio, con sólo 1 a
174º, lo que sin dejar de mirar al este se acerca al sur de un modo excepcional
para ser un anta portuguesa.
30 miran al este
al norte del Duero, con 29 prácticamente dentro del arco solar y sólo 1 cercana
al norte.
6.10)
Portugal centro-norte: 48
tumbas mirando al este, de las que 39 se insertan en el arco solar.
21 tumbas
mirando al este, de las que sólo 4 por debajo del arco solsticial en el sudeste
y sólo 1 por encima del arco solsticial en el cuadrante del nordeste.
23 tumbas de
Mondego, todas mirando al este y sólo 1 por debajo del arco solar en el sudeste.
4 más que miran
al este y se salen del arco solar, 3 al sudeste y la de Pedralta al nordeste.
6.11)
Salamanca: 21 tumbas de más
allá del 3000 adne. mirando al este, de las que 2 se inclinan muy poco al
nordeste y sólo 1 se sale del arco solsticial en el sudeste.
6.12)
Alentejo (Portugal) y Badajoz/norte:
212 tumbas orientadas al este.
177 antas
medidas, todas dirigidas al este equinoccial, 60º/130º, la inmensa mayoría entre
80º y 120º, ninguna fuera del arco solsticial, ni por el nordeste ni por el
sudeste. Es más, encaran la salida de la luna, en cuya fase de luna llena en el
equinoccio de primavera se iniciarían los trabajos de su construcción. Las
antas portuguesas son los mayores monumentos megalíticos de Europa
Occidental, sobrepasando algunas los 5 ms de altitud.
35 cistas de las
que 32 miran la franja 86º/114º, mirando el equinoccio de primavera o de otoño y
sólo una se inclina al solsticio de invierno.
7) Península
ibérica Sur.
390 tumbas de orientación medida, de
las que 368, cerca del 95%, miran al este (60º/190ª),
10 encaran el nordeste (0º/90º) y
12 se orientan al sudoeste
(180º/270º), y 1 sola en Cádiz al cuadrante del noroeste (270º/360º).
Las del nordeste, sudoeste y noroeste
se comentan cada una su lugar. Veámoslas en detalle:
7.1) Algarve/Lisboa
(Portugal sur/central): 19
de las que 17 miran al este y 2 al oeste.
14 tumbas
megalíticas de las que 13 miran al este dentro del arco de los solsticios y 1 al
sudoeste (347º!), que más que un dolmen es un paradolmen, el de Pego Longo,
cerca de Lisboa, obligado a esta orientación por la inclinación del terreno.
5 antas de las
que una mira al sudoeste, 213º, el Anta de Estria, la única conocida en todo
Portugal que mira al oeste, salvo el paradolmen de Pego Longo, lo que la
convierte en excepción.
7.2)
Badajoz/Sur: 10 tumbas
mirando al este, de las que 1 al este equinoccial y 9 al nordeste.
1 dolmen de
Megacela en Mérida mira a 86º
5 tumbas en
Llerena, entre las cuales el Dolmen de Veguilla, orientadas al nordeste.
2 en Jerez de
los Caballeros, de las cuales una es el Dolmen de la Grania del Toriñuelo, con
cámara de 5 ms de radio y 25 de pasillo, a 86º, y la otra es de galería
enfrentada a 92º.
1 en Monesterio
orientada a 26º y
1 en Ex202-km52
mirando a 92º.
7.3) Huelva:
33, todas mirando al
este/NE/SE y una inclinada al sur: 179º.
1 en La Belleza
de Aroche que mira claramente al sudeste, casi al sur, la de 179º.
2 más en Aroche,
que son antas (dólmenes portugueses, vide supra) de 7 piedras más
la octava en la entrada que se abre a un largo corredor, en Los Gabrieles, de
Valverde del Camino, con codos en el pasillo de entrada que van de 104º a 54º y
de 90º a 61º.
27 megalíticas,
entre las cuales el dolmen masivo Soto 1, de los que 25 miran al este, 1 al
nordeste extremo y otro al extremo sudeste, y otras en El Pozuelo de Zalamea la
Real, de tipo hydra (o tipo sesi de Pantelleria), con varias
cámaras y corredores de acceso bajo el mismo túmulo, en que se optó por el
pasillo que daba al exterior.
3 tholos en
Santa Bárbara de Casa orientados a 85º, 161º y 170º.
7.4) Cádiz:
6 tumbas de las cuales 1 al nordeste (32º), y 5 al oeste en La Laguna de la
Janda (oeste de Gibraltar): 4 al sudoeste (217º/253º) y 1 incluso al noroeste,
constituyendo la sorpresa y la excepción fuera de Cataluña y sudeste de Francia.
El autor opina que se orientaban al sol declinante, y no a su punto de ocaso,
pero su orientación al oeste choca contra toda la experiencia en su derredor.
7.5) Sevilla:
32 tumbas, megalíticas en las tierras altas y tholoi en los valles, lo que
resulta paradójico.
5 tumbas en El
Gandul, 3 mirando al este y 2 al sudeste.
2 en Castillo de
las Guardas: al este, 90º y 97º.
16 en Valencina
de la Concepción, de las que 9 miran al este, 4 al SE, 2 al NE, y 1 al SO. De
las 2 al NE una es Matarrubilla, 18º, mirando en el 3200/3100 adne. a la
estrella Arturo de Boyero (una de las 6 estrellas más brillantes de todo el
firmamento, y la primera que se ve, junto a Venus, tras el ocaso del sol). Tres
tumbas más que miran a Arturo, pero éstas en el año 3000, hay cerca de Valencina,
y una más en Monesterio (Badajoz), ésta en el 2500. En cuanto a la que se
orienta al SO es La Pastora que lo hace a 243º, encarando a Sirio en el
2300/2200 adne. No es mera coincidencia que, fuera del sol y de la luna, sean
Sirio y Arturo las estrellas que menciona Hesíodo en “Los Trabajos y los Días”
para orientar los trabajos del campo. Arqueólogos tiene la ciencia que deberán
confirmar estas fechas, si correctas, para estos monumentos funerarios. Si así
ocurre, ya tenemos la explicación astronómica, estelar en estos casos.
9 en Almadén de
la Plata, 8 de las cuales al este y 1, el dolmen de Bradford al nordeste: 37º,
encarando a la estrella Arturo en el año 3000, por influencia de Valencina.
7.6) Córdoba:
15 tumbas al este de las
que 14 buscan el solsticio de verano y 1 el de invierno.
7.7) Málaga:
13 tumbas medidas de las
que 12 miran al este/SE/NE y 1 anómala excepcional al SO.
1 en El Moral
mira al nordeste, 76º.
2 tumbas en
Casabermeja miran una al este, 81º (Chaperas) y la otra al sudeste 97º (Tajillo
del Moro).
3 en Antequera,
que son dólmenes: el de Viera, que se orienta a 93º, al este en el equinoccio, y
2 que son gigantescos: el del Romeral que es un tholo con dos cámaras, una de
las cuales ocupa más de 5 ms de diámetro, y un corredor que originalmente medía
más de 28 ms, mirando al sudoeste, 199º; y el de Menga, de 7 piedras, con cámara
de 18 ms de largo y 6 de ancho máximo, con un corredor de 5 x 3 y ½, con un
volumen de más de 100 m3, con piedras traídas desde más de 1 km., que
mira al nordeste. Quizás todo se explique si se informa que se orienta a una
colina cuya cima configura la cara de un gigante boca arriba, que si acoge a los
ancestros da un motivo más fuerte e inmediato que el astronómico en este caso
concreto.
4 en Ronda, de
las que 2 en Encinas Borrachas miran al sudeste y las 2 de Los Gigantes miran a
75º y 92º.
3 en La
Angostura miran a 77º, 109º y 125º, más al este equinoccial que al sudeste del
solsticio.
7.8) Río Gor (Granada):
147 tumbas miran al sudeste y 1 al sudoeste, como sigue:
79 tumbas miran
a los 67º/177º
1 tumba en
Moratalla mira al este, 91º.
6 en Baños de
Alicún miran al sudeste, 120º/180º, pero 1 lo hace al sudoeste: 204º, anomalía
explicable si mira al sol antes de su declinación.
6 sepulcros
megalíticos pequeños en El Baúl miran al sudeste.
7 tumbas en
Fonelas encaran al sudeste.
41 tumbas en
Montefrío miran al este, 74º/159º, de las que 38 dentro de los 74º/128º,
7 en Bermejales
claramente orientadas al sudeste.
7.9)
Barranquete (Almería): 10
tumbas medidas, 100% mirando al este, 95º/134º. La de 134º encara el sudeste 12º
por debajo del punto de salida del sol en el solsticio de invierno.
7.10) Alhama
de Almería: 38 tumbas
medidas, todas al este, el 100%, 21 de las cuales al sudeste por debajo de la
línea de la salida del sol en el invierno.
7.11) Los
Millares (Almería): De las
66 tumbas cuya orientación se ha medido, 60 miran al este entre 62º y 117º,
todas entre los puntos de salida del sol de verano y del invierno: un 90%,
contra un 10% que encara el sudoeste por razones que van desde desconocidas a
posibles influencias exteriores, o asentamientos anteriores, o posibles errores
de medición a causa del mal estado de las ruinas.
A 15 kms al NO.
de Almería este asentamiento de la Edad del Cobre estaba fortificado en el III
milenio y sus tumbas colectivas, en su mayoría tholoi, se encuentran
fuera de las murallas. Las que no son tholos están rodeadas por túmulos de
piedras. La orientación del tholo circular es más difícil de medir que la de
otras tumbas megalíticas o colectivas, al carecer de piedra de fondo (backstone)
que conforme el eje simétrico hacia el corredor, no siendo muy preciso el centro
exacto de la cámara.
8) Mallorca:
15 santuarios pretalayóticos, 10 mirando al sudeste y 5 al sudoeste.
Los 12 santuarios de
Mallorca, no taulas, medidos en su orientación hacia Centauro al sudeste, datan
del siglo VIII/IX adne., ya en la Edad del Hierro, y fueron abandonados en el
s.II adne. Han aparecido en ellos estatuas de bronce, de guerreros desnudos y de
cabezas y cuernos de toros. Siguiendo la pauta de los templos de Malta, infra
9), el santuario pretalayótico de Son Mas que se remonta al 2000 se orientó
hacia la Cruz del Sur/Centauro pero fue abandonado drásticamente en el 1700 adne.:
el motivo fue dejar de ver por esas fechas la Cruz del Sur por la precesión de
los equinoccios. Tardaron varios siglos en volver a utilizarlo. La Cruz del Sur
explica que las orientaciones sean hacia el sur/sudeste, algunas de las cuales
encarando al sudoeste, esto es, todos por motivos astronómicos de nuevo, pera
esta vez no solares sino de constelaciones.
9) Menorca:
25 santuarios (taulas) encarando el este y sudeste.
Hubo un tiempo
en que Mallorca y Menorca estaban unidas por tierra. En Calas Covas, en la costa
sur, donde no habitaba nadie, hay más de un centenar de cuevas funerarias
excavadas en la pared del arrecife. Las fortificaciones no aparecen antes de la
mitad del I milenio, y son efecto del empleo de mercenarios locales en las
guerras entre Roma y Cartago.
La Edad del Cobre/Bronce,
1300 a 800, es el tiempo de la cultura talayótica en Menorca. El nombre
talayot es árabe y significa “observatorio”. Por un estrecho pasillo se
accede a una cámara minúscula cuyo techo se apoya en una columna central, siendo
circular la pared perimetral (¿??). Su abundante número hace pensar en
competiciones de prestigio entre las tribus de la isla. La taula de
Torralba debió ganar alguna, o al menos hoy la ganaría. Las taulas se
componen de dos piedras, una vertical, encajada en la piedra base del suelo, y
otra horizontal sobre ella, formando una “T”. Una cara plana, alisada, de la
piedra vertical, hace frente a la entrada del recinto circular, santuario.
Pues bien, miran al
sudeste (todos excepto uno que mira atentamente al este). El motivo fue
orientarse de manera que pudiera verse desde su interior en el horizonte la
procesión de la estrella Alfa Centauro precedida en 40’ por la estrella Beta
Centauro, a su vez precedida en una hora por la Cruz del Sur, que en el año 1000
adne. era visible en Menorca, formando una procesión a lo largo del horizonte
sur de tal espectacularidad que todavía la Cruz del Sur sigue siendo la bandera
de Australia y de Nueva Zelanda.. Si, como creemos, ése era el motivo de su
orientación, se explica que las taulas fueran tantas en Menorca y ninguna en
Mallorca, ya que en esta isla desde sus asentamientos en los valles interiores
no podían ver el horizonte sur por impedirlo las montañas.
En la taula
santuario de Torralba aparecieron tres fragmentos de figuras de caballos en
bronce, siendo desconocida la cría de este animal en la cultura mediterránea de
entonces. Partiendo de los datos: la relevancia del culto a la Cruz del Sur que
pertenece a la constelación del Centauro; el centauro por excelencia, Quirón,
era un dios de la medicina cuyo nombre es Asclepio en Grecia e Imhotep en
Egipto; los egipcios identificaban las divinidades con cuerpos celestes (Ra es
el sol, Hator es la Luna, Sirio es Isis, Orión es Osiris…), todo ello hace
pensar que un egipcio de viaje por Menorca encontraría adecuado donar unas
figuras de centauros, no de caballos, a este santuario que estaría dedicado a la
medicina.
Todo lo cual se
confirmaría con la aparición de una estatuilla de Imhotep en Torre d’en Gaumes,
al tiempo que explicaría la influencia de Egipto en Menorca. En los años
1400/1200 una tribu de los “Pueblos del Mar”, los serdenes, dieron nombre a la
isla de Cerdeña, que mantuvo contactos y trifulcas continuas con Egipto. Pero
hay más: además de los trozos de “caballos” en Torralba apareció una figura de
bronce de toro, cuya figura de Apis tomó Osiris al morir. Más aún: los
sacrificios a Quirón en el monte Pelión se realizaban tres semanas después del
solsticio del verano, esto es, a mediados de julio, que es cuando aparece Sirio/Isis
en el firmamento antes del amanecer. Y para rematar estas especulaciones, la
taula de Gaumes encara el punto helíaco por donde nace Sirio, corrigiendo la
orientación de la taula de Biniac, cuya entrada, burdamente retorcida, hace
frente a una extensión que va de 169º a 195º.
10) Malta y Gozo:
15 templos medidos orientados al este y al sudeste.
Sus primeros habitantes no
datan del 2300 adne. como se creía sino el doble de años más, allá por el 5000,
con cerámica del Período de Templos anterior al 4000, aunque la construcción de
los templos no empezó antes del 3600 (los templos gemelos de Ggantija en Gozo) y
continuó hasta el 2500 (la fase tarxiana fue del 3000/2500), solapándose con las
pirámides egipcias de Giza a las que precedieron en el tiempo y en la
monumentalidad. Los templos se construían en grupos de dos o más, con patio
delantero.
La orientación
de los 14 ejes de Ggantija I a Mnajdra III se concentra en menos de un
cuadrante, de 125º a 204º, lo que evidencia su intencionalidad. En este período
(circa 3000) el orto de las Pléyades era justo por el este (declinación
0º); Sirio por el nordeste (-22º en relación con la órbita del sol); Canopo, la
segunda más brillante, por el sudeste (-55º, y por tanto no visible en estas
islas); Alfa Centauro, la tercera, en la era cristiana ya no era visible, pero
en estos tiempos era visible a 20º sobre el horizonte hacia el sur,
precediéndola en 40’ la estrella Beta Centauro, a su vez precedida en una hora
por la Cruz del Sur, formando la procesión espectacular que ya hemos visto en
Menorca. Que estos templos encararan la constelación de la Cruz del Sur sólo
confirma lo que hemos visto ya en la isla balear. Por eso dentro de su
orientación al este, se inclinaban hacia el sur. El hecho de que por la
“precesión” Ggantija I perdiera de vista esta constelación (desde la entrada del
templo) explica y justifica la nueva orientación corregida, más al sur, de
Ggantija II.
Mnajdra I miraba a una
colina, al equinoccio, justo al este con declinación cercana a 0º. Un agujero de
35 cms. de diámetro y otros tantos de profundidad (en la piedra? en la colina?)
permitía ver la puesta del sol en su punto más extremo del sudeste, esto es, en
el solsticio de invierno. Lo que les permitía calcular el punto del equinoccio
mediante la aplicación de ¼ de días del año o 1/2 del recorrido “horizontal”
entre los dos solsticios. Pero es que además en el 3000 adne. la declinación de
las Pléyades era 0º, justo por el este, por lo que su visibilidad ya en ascenso
no modificaba la orientación del equinoccio, que era la del eje de este templo.
Y ya sabemos que en el Mediterráneo esta constelación, junto con las Híades y
Orión, anunciaban la llegada del agua de las lluvias tanto como la estrella
Sirio anunciaba en Egipto a mediados de julio la llegada de las inundaciones del
río Nilo.
La función astronómica que
imponían a estos templos se confirma por las filas de estelas con hileras de
pequeños agujeros perforados en la entrada de la cámara interior del Mnajdra III:
su número es de los días que hay en medio año. Y cada línea de agujeros marca
los intervalos de las salidas helíacas! de las Pléyades (día 115, 25 de abril),
de las Híades (13 días más tarde, el día 128, 8 de mayo), de Orión (16 días
después, el 24 de mayo), Sirio (24 días después, el día 178, el 27 de junio),
Arturo el 2 de agosto…, hasta la Cruz del Sur el 24 de septiembre. Ya no
importaba que los amaneceres fueran más o menos nublados, la salida heliacal de
estas constelaciones estaba controlada.
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