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LA DIOSA BLANCA, Robert Graves (1948)

      La Canción de Amerguin es un antiguo calendario-alfabeto celta. En todos los lenguajes célticos árboles significa letras. En el alfabeto irlandés más antiguo, el Beth-Luis-Nion (abedul-fresno silvestre-fresno) las letras corresponden a la primera de los nombres de distintos árboles. El druída era “vidente del roble”. En Yorkshire se han encontrado ataúdes con árboles dentro, entre los cuales el muérdago, aunque éste no llegue a formar parte del alfabeto celta.

Plinio nos informa del sentir de la gente de su tiempo cuando asevera que el espíritu, las almas de los difuntos, residen en las judías, y por eso los griegos se defendían de los fantasmas arrojándoles habichuelas (por magia homeopática, incluso de contacto). En las fiestas romanas Lemurias los cabezas de familia arrojaban judías negras a sus espaldas, para conjurar a los espectros. Los pitagóricos no comían judías porque hacerlo equivaldría a comerse las cabezas de sus padres (ancestros).

En los nombres, de dioses tanto como de humanos, residía su alma, como también lo estaba en la sombra, en el pelo, o en la huella al andar… El verdadero nombre de Roma (Amor?) era escondido celosamente por los Sumos Pontífices, y cuando un tal Quinto Valerio Sorano se preció de conocerlo y lo divulgó, fue condenado a muerte en los últimos tiempos de la República.

La toma de Argos, y del templo de Io, por el sirio Dánao ocurrió entre la fundación de Tebas por el fenicio Cadmo (1350?) y la expedición de los argonautas a la Cólquide (1225?).

En el 2500 adne. los libios dolicocéfalos a través de España llegaron a la Britania atravesando el canal de La Mancha en la Edad del Bronce, e introdujeron los grandes cementerios megalíticos de largos túmulos con inhumación. En el 2000 nueva “invasión” esta vez de braquicéfalos constructores de calzadas. Nueva invasión en el 1500 (más o menos) de dolicocéfalos desde el sudeste europeo, que importaron la cremación y los túmulos redondos (más acordes con el vientre maternal). El hierro se introdujo alrededor del 800. En el 600 se desarrolla la cultura “Hallstadt” y en el 350 la cultura druídica adoradores del muérdago, “La Tene” llega a Irlanda.

Las 18 letras (13 consonantes –mes lunar- y 5 vocales) del alfabeto Beth-Luis-Nion corresponden a árboles, que también representan los meses:

B          abedul        24.12/20.1   D     roble    10.6/ 7.7          vocales:

L          fresno silv. 21.1/17.2       T     acebo   8.7 / 4.8          a      abeto               

N         fresno      18.2 / 17.3       C     avellano  5.8 / 1.9              álamo (blanco)

F          aliso        18.3 / 14.4       M      vid         2.9/29.9          i        tejo                 

S          sauce    15.4 / 12.5        G      hiedra 30.9/27.10          hiniesta, retama

H         espino      13.5  /  9.6       P   saúco enano 28.10/24.11         brezo

                                                       R     saúco, mirto 25.11/23.12

  1. Con rama de abedul (escoba) se azotaba a locos y delincuentes, para expulsar a los demonios.

  2. El fresno silvestre era utilizado contra los hechizos de brujas y los rayos y para detectar metales, y en su mes se celebraba la Candelaria (2 de febrero).

  3. El fresno era el árbol del renacimiento.

  4. De mala combustión, el aliso oracular da el mejor carbón (en Grecia lo sustituye el laurel) y trae la resurrección-regeneración  (como el álamo blanco y el ciprés) con el equinoccio.

  5. El saúce del encantamiento y de las brujas, que en Grecia estaba dedicado a la diosa de la muerte y de la magia, Perséfone, Hécate, Circe, Hera…, y dio nombre al monte Helicón de las Musas, elabora el ácido salicílico.

  6. El espino aconsejaba abstenerse del coito y realizar purificaciones, y de sus ramas se hizo la corona de espinas.

  7. El roble da el fuego sagrado y hospeda a los rayos. De roble era el oráculo de Dodona y la nave de Argos. En su mes cae el solsticio de verano.

  8. El acebo florece en julio y era utilizado en Roma en las Saturnales.

  9. El avellano para los celtas era el árbol de la sabiduría y de los heraldos.

10. La vid es del alegre Dionisos.

11. Como lo es la tóxica hiedra, en cuyo mes celebraban sus orgías las Ménades.

12. El saúco enano o acuático sustituyó a la caña de la que se hacían el cetro y las flechas del rey.

13. El saúco es también de las brujas pero ahuyenta los demonios, infausto tal que Judas se ahorca de él, incluye el solsticio de invierno. Arbol de la perdición, parece que el 13 sigue dando mala suerte.

En navideño abeto (la vocal “a”) convirtió la fenicia  (¿?) Cibeles al hijo de Nana, Atis, el Adonis frigio: era el árbol del invierno. Le seguía la retama (la “o”), que anunciaba la primavera, al final del mes del fresno. En madera de brezo (de la “u”) fue emparedado Osiris en Biblos, de donde Isis lo sacó en el solsticio de verano; se asocia con las abejas, y Cibeles era abeja que castraba a los zánganos que la fecundaban. El árbol del otoño era el álamo blanco (la “e”) de la desesperanza. Y el quinto árbol, el tejo (la “i”), del invierno, era de la muerte, como el saúco y el mirto y, como vocal de estación, era el día extra, sacrificial, que precedía al año nuevo que nacía en el solsticio de invierno.

En cuanto a los días de la semana, que empezaba con el abedul (letra B) del Domingo/Sol:
S.lunes            Luna/Hécate     sauce           D. jueves    Júpiter/Jovis   roble   T.martes         Marte                 acebo           Q. viernes   Venus             manzano
C. miércoles  Mercurio fresno, o avellano   F.  sábado  Saturno          aliso
       El abedul, pues, iniciaba tanto el año solar como la semana.
      Componiendo las letras con los días de la semana, diría el devoto, en latín:
             Benignissime, Solo Tibi Cordis Devotionem Quotidianam Facio
             (Benignísimo, Sólo a Ti mi Corazón Devoto Qada-día te consagro),
y en griego:

             Beltiste, Soi Ten Cardian Dídomi Cathemerios Phylaxomenen
            (Tú, el Mejor, todos los días pongo mi corazón a tu cargo)

A cada mes y día de la semana se le asignaba también una piedra como el jaspe, el zafiro, el ágata, la amatista, la malaquita, el ámbar, el granate… Como metales también a las vocales: plata, oro, cobre, estaño y plomo (aouei). 

Que la creación se realizara en siete días con este orden: luz, aguas, plantas, astros, aves y animales marinos, animales terrestres y humanos, descanso, con la evidente incoherencia de los astros en el “jueves”, después de las aguas, sólo pudo deberse al forzar la concordancia entre domingo-Sol-luz, lunes-Luna-agua, martes-Marte-pastos, miércoles-Mercurio-astros, jueves-Júpiter-águila… Sí es coherente que la orden de procrear se diera el viernes-Venus-humanos. Y que el perezoso Saturno descansara en el sábado.

En otros casos, o lugares, la retama o el ciprés o la acacia sustituyen al abedul en el domingo, el almendro sustituye al avellano para el miércoles, el terebinto al roble para el jueves, el membrillo al manzano para el viernes, el granado al aliso para el sábado. De acacia era la madera del arca de Noé, cuyas medidas indican su consagración al Sol (Yahvé la precedía en figura de fuego), del arca de la Alianza, de Osiris…, de todas las cuales surgiría la regeneración.

El manzano silvestre era la Q (quert) que desapareció. La diosa del manzano también lo era del mirto, el árbol de la muerte, porque amor y muerte (thanatos/eros) eran dos fases del mismo proceso (unión hierogamática y sacrificio subsiguiente). Que Fedra se pinchara y sangrara con la rama del mirto (vulva?) mientras contemplaba a Hipólito en el gimnasio, es una poética y coherente licencia del dramaturgo para expresar la historia de amor de Fedra y la muerte subsiguiente de su amado.

Las 4 estaciones empezaban los días 2-2, 1-5, 2-8 y 1-11. En el 2 de febrero se commemoraba la regeneración de la naturaleza y el 1 de noviembre su muerte anual estacional.

En Creta los árboles sagrados eran la higuera, el olivo, el plátano, el ciprés, la vid, el pino y la palmera.

          La relevancia del número 72 proviene de una división del calendario en 5 estaciones de 72 días cada una, más los 5 días nefastos, demasiado sagrados, que a su vez son 1/72 del año de 360 días. El cambio del culto de la diosa-Luna al del Sol-Ra requería un cambio del calendario, en el que se añadía 1 día nefasto a los 364 de los 13 meses lunares de 28 días cada uno. 72 fueron los días (de la canícula) que Isis ocultó a su hijo Horus para protegerlo de su hermano Set. Conocida la influencia egipcia en los judíos, no extraña que los 5 libros de Moisés fueran redactados por los 72 doctores de la Ley (versión de los Setenta) en el trabajo que realizaron en 72 días, coincidiendo exactamente sus traducciones a pesar de que trabajaron por separado (!). 5 son los dólmenes del conjunto de Stonehenge, cuya brecha entre dos de ellos recuerda los 5 días nefastos, sagrados, sobrantes, “inexistentes”.

          El calendario precedió al alfabeto. (Y tanto, no te jode?)

El eje de la Tierra describe un círculo completo en el cielo en un período de 25.765 años (año platónico), moviéndose un grado el Polo Norte cada 72 años dentro de este círculo, que es lo que se llama precesión de los equinoccios. Es necesario decir esto para entender que hace 5.000 años la situación privilegiada que hoy ocupa la Estrella Polar de la Osa la ocupaba entonces la estrella Tuba de otra constelación, la del Dragón. Pero desconocemos si este cálculo le sirvió al dios egipcio del calendario, Thor, o si la subdivisión en 5 estaciones de 72 días (mera consecuencia de dividir 360/5) tuvo un motivo funcional, cara a la siembra y las cosechas.

 La escritura lineal B micénica (1450-1400 adne.) contenía 88 signos fonéticos diferentes.

La palabra semítica “Cadmo” significa “del este”.

La hoja de parra con que Eva cubre sus vergüenzas muestra que el árbol de la ciencia del Bien y del Mal fue higuera antes que manzano, que devino –junto con el granado?- en el árbol de la inmortalidad, por lo que su fruto era dado a comer, por la diosa, al héroe que iba a ser sacrificado (y por lo tanto, inmortalizado).

Un dolmen era una cámara mortuoria, un “seno de la tierra”, cuya piedra horizontal (apoyada en dos o más verticales) cobijaba el cadáver del héroe a menudo en cuclillas, como un feto en el seno materno, a la espera de “su” renacimiento (la del grupo totémico). El pasillo de entrada es estrecho como lo es la entrada del útero. En Melanesia el ritual de la “regeneración” consiste en que el llamado a renacer se arrastre para entrar bajo esa puerta sagrada. (El paso de los derrotados bajo el arco de las lanzas de los victoriosos podría recordar un ritual de adopción de los vencidos en la tribu de los vencedores? Tiene toda la pinta)

Los quirománticos asignaban el dedo índice a Júpiter, el dios del roble, como guía del Destino; el dedo “tonto” del corazón (de la Navidad) a Saturno, para hacer llover; el cuarto dedo (del oro) al Sol (Apolo-Sol sería el dios de los médicos y de la sabiduría; y el meñique a Mercurio como conductor de las almas de los difuntos. A la Luna como diosa del Hades pertenecía la parte inferior de la palma de la mano; a Venus el pulgar (como símbolo fálico) para obtener la prosperidad, y a Marte el centro de la mano, donde se empuña el arma. El pulgar levantado junto con el índice y el corazón era de la bendición latina, o como gesto propiciatorio antes de iniciar un discurso. La bendición del Diablo cornudo se obtenía alzando los dedos índice y meñique.

En el teriomorfismo la serpiente fue de los primeros animales totémicos, y la cabra (que amamantó a Zeus y protege la égida de Palas, o la de Pan o Diónisos) fue anterior al toro (la vaca) en cuya figura fue troceado Diónisos, nacido como cabra, para ser devorado por los Titanes en Creta. El gato, el cerdo y el lobo –más tarde también la vaca- estaban consagrados a la diosa Luna.

Perseo, “destructor”, es el aqueo que sojuzga a la diosa como luego haría Héracles, el dorio, “gloria de Hera”, que resulta un sarcasmo.

Belili (Belin en Stonehegen, más allá del 1.500 adne.) era la diosa Blanca sumeria de los árboles (sauce), de la Luna, del Amor y del Hades, de los pozos y los manantiales, anterior a Ishtar, y su pareja Tammuz era el dios de la cosecha, del cereal y la granada (fruta que no pudren los gusanos). Marduk lo sería luego del Sol y de la Lluvia. En el culto a la frigia Cibeles, diosa del León y de la Abeja, se castraba los jóvenes en su ritual. Mitra, Varuna e Indra eran los dioses patriarcales aqueos que luego tomarían en Grecia los nombres de Zeus, Posidón y Hades, y que afueron acogidos por los centauros, adoradores de Ino/Leucotea (diosa Blanca), para combatir a los lapitas de Tesalia. La victoria de Zeus sobre los Hecatónquiros, nativos pelasgos, la situa Taciano en 322 años antes del sitio de Troya, que fue en el 1183, o sea en el 1505. La batalla posterior de la Gigantomaquia commemoraba la victoria aquea sobre los magnesios del Pelión. Los griegos nativos eolios que se asentaron en Beocia y el Peloponeso, sin combatir a los aqueos dananeos, tomaron el nombre de minias. El Olimpo es un invento dorio del 1200 para repudiar a la Gran Diosa. Las castraciones Urano y de Cronos, con la hoz en forma de media luna, commemoraban los sacrificios a Zeus, dios del roble en Dodona, donde el rey anual, inmortalizado como divino protector al ser sacrificado, era comido en el ágape ritual. El término “segar” era el mismo que el de “castrar”. “Corone” era la palabra que designaba a “Cronos” y al “cuervo”. La primera letra “alpha” recuerda a la Diosa Blanca, como “blanco” es el significado de Argos, dragón que custodiaba a la Diosa Blanca Io (vaca blanca), también venerada como Leucipa (yegua blanca).
    Luna Nueva es la blanca creciente, como doncella; Luna Llena es es la de la guerra y el amor, orgiástica, y Luna Vieja, la decreciente, la de la Magia y la Muerte.
     El ataúd como barco (tronco ahuecado) para el viaje del muerto al más allá.
   Mellizos: Cástor y Pólux, Idas y Linceo, Calais y Zetes, Rómulo y Remo, Demofón y Triptólemo, Abel y Caín, Seth y Osiris, Héracles e Ificles, Peleo y Acasto…

Niños sacrificados en lugar de su padre, Faetón, Icaro, Demofón, Hilas, los niños asesinados por Heracles, Diónisos, Melicertes, Aquiles, Melkhart: “rey de la ciudad”.

Control de la víctima elegida: el Flamen Dialis -que debía su puesto a su unión con la Flamínica, a cuya muerte cesaba, y de la cual no podía divorciarse- no podía ver al ejército en armas, ni llevar un anillo totalmente cerrado, ni tener nudo alguno en su vestimenta, ni tocar pan con levadura ni un cadáver, ni nombrar una cabra o un perro, ni tocar carne cruda, ni por supuesto comer habichuelas, ni salir al exterior con la cabeza descubierta, ni visitar ninguna tumba, ni cortársele el pelo o las uñas que no fueran enterrados bajo un árbol favorable.

Xto.: hijo de Madre Virgen, concebido por el Espíritu,  juzgará como Osiris a los vivos y a los muertos, recién nacido queda al cuidado de animales… Remeda las figuras de Tammuz, Dioniso Zagreo, Orfeo, Héracles, Osiris, Atis, Adonis…

Dios era femenino…, hasta en hebreo…

Adonis era de Biblos (seguro!), y por tanto paredro de Ashtarté, la diosa siria (pues los fenicios eran sirios, seguro?)

El animal sagrado de Seth era el onagro. Mitos relacionados con el asno: las orejas de asno del rey Midas, Cronos, Saúl buscaba los asnos perdidos de Kish, el asno que estaba con Abraham al ir a sacrificar a su hijo Isaac, la quijada de asno que Sansón utilizó contra los filisteos, el asno de Balaán con voz humana, el asno del nacimiento de Jesús o de su entrada en Jerusalem. “Carajo” significa “falo de asno”.

En la Elide se rendía culto a los Dáctilos con el nombre de Heracles, Peonio, Epímedes, Jasio e Idas (pulgar fálico, índice liberador, corazón tonto, anular curador y meñique oracular). También se les adoraba en Efeso, Frigia, Chipre, Creta y Samotracia. Su culto era como dedos para contar tanto como artífices de productos metálicos (fundición y herrería), y se les llamaba padres de los Cabiros (en Samotracia) o de los Curetes (en Creta, Delos, Calcis, Etolia).

El escorpión como o flecha como “arma” sacrificial que hiere a la víctima en el talón se da en los casos de Aquiles, Mopso, Heracles, Orión, Talos, Faetón…

La muerte sacrificial del hijo, al sustituir al propio rey, que evitaba así su muerte, implicaba que el menor era investido rey por un día, para que muriera como tal, el día de su sacrificio. Hijos sacrificados lo serían el Doniso cretense de Zeus, Icaro de Dédalo, Faetón y Asclepio de Apolo, Demofonte de Celeo, Melicertes de Atamante, Mermero y Feres de Jasón, Isaac de Abraham, Aquiles de Peleo… Simulada la muerte del rey “no” sacrificado, éste recuperaría el trono y la legitimidad desposando a la “nueva” viuda, o a su hija, como los faraones con sus hijas, o Ciniras con Esmirna en Chipre, o Sexto Tarquinio en Roma con Lucrecia. El papel relevante que tomó el niño se aprecia en las manifestaciones de la diosa cretense con su hijo, Deméter con el niño en las cestas de Eleusis, Isis con Horus o Dánae con Perseo.

El suicidio de las 50 sacerdotisas palántidas de Atenas da fe de fuertes resistencias a la implantación de sistema patriarcal.

Las sandalias como atributo de realeza (para impedir que sus pies dejaran huellas al andar, pues si no, tendrían que andar sobre las puntas de sus dedos, sin apoyar el talón, como el cananeo Agag) se ven en los mitos de Teseo, Perseo, Hermes, Jasón…, o del mismo Jacob (Jahaceb, dios del talón) que andaba de puntillas tras quedar cojo en su lucha con el ángel. “Pascua” se deriva de Pesach y ésta de psch, bailar cojeando. Heridos en el muslo por jabalí morían el frigio Atis, “hijo” de Cibeles, y Adonis de Biblos. Cojos fueron Hífestos, Abraham, Odiseo, Talos, Filoctetes… Diónisos, que viste coturnos, viene de Zeus-Nysos, de cuyo muslo nació, y Nysos en Siracusa significaba “cojo”. Quizás la castración y la cojera sustituyeran la muerte ritual, como luego la circuncisión recordaría la antiguas castraciones.

El rey romano Tarquino el Mayor impuso la virginidad a las vestales, para impedir que engendraran al sucesor al trono, pues todavía se celebraban las uniones hierogámáticas entre el fin e inicio de año, esto es, en el solsticio de invierno, al tiempo que era sacrificado el rey que ultimaba su reinado (de 1, 4, 8 años…, según definieran el año solar). Silvia, madre de Rómulo y Remo, era vestal en Alba Longa

El equinoccio de primavera lo ocupaba Géminis del 5800 al 3800 (más o menos), Tauro del 3800 al 1800, el Cordero-Carnero Aries del 1800 adne. al  800 dene. Los nuevos tiempos traen nuevos dioses que necesitan, entre otros valores, de nuevos calendarios. Al comienzo de nuestra Era Piscis era reemplazado por Acuario en el solsticio de invierno, estación de lluvias, y el Toro por el Cordero en el equinoccio de la primavera. Iesus Christus Theos, el Cordero de Dios, tiene las mismas letras con las que empieza “pez” (ichttus), sugiere R.Graves. Con el signo del pez se identificaban los primeros cristianos en la clandestinidad. Jesús mismo opone el pez a la serpiente en Mateo VII, 10.

Incluso Urano es una masculinización de Ura-Ana (Reina de la tierra), y de ur viene urbe, donde el territorio prevalece sobre los lazos cognaticios –consanguíneos- de la antigua tribu. Ureo, la manifestación como serpiente de la diosa en Egipto, también puede venir de “ouros”, que significa montaña, donde viven los vientos que tenían cola de serpiente, pero también “guardiana” (ourus), incluso buey (urus).

Las palabras anapésticas (yámbicas “–u” o dáctilos “––u”) se utilizaban en las sátiras, mientras que las troqueicas “–u” se usaban para el elogio y la bendición y los espondeos “- -” para los cantos fúnebres.

Pegaso : “fuente de agua”

3. o 9, 3x3, muchas, tantas como grupos o localidades, era las múltiples manifestaciones de la diosa (serpiente, agua y luna). Y así serían 3 las estaciones (antes de que fueran 4), 3 las fases de la Luna, 3 las Horas del día (mañana, tarde y noche), 3 las Musas (luego 9, a partir del s.VII adne.)…

La Reina de Inglaterra, el rey es su consorte.

Teriomorfismo:

La Quimera (“cabra”) con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente, expresa el calendario (cario) de tres estaciones (el cristianismo susbtituyó la cabra por el codero, ni siquiera la oveja); el Can Cerbero (perr@) tenía tres cabezas; que el Fénix renaciera de sus cenizas es sin duda la representación del año nuevo que renace del invierno en que muere; lo mismo que la Esfinge, con cuerpo de león, cara de mujer y alas de águila; tres eran las Sirenas; los cuatro animales de los evangelistas, león, águila, toro y humano (Ezequiel disfrazó como águila a la cabra con alas de águila y como humano a la que era la serpiente), van en esa misma línea, en tiempos en que el calendario era ya de cuatro estaciones. El león representa la estación del calor, del fuego del sol, como la serpiente lo hace con el agua y la luna del invierno, cuya muerte es fecunda pues renace de nuevo con vigor en primavera.

La ilustración de Dionisos-calendario que toma la figura de diferentes animales en el barco (lunar) en que fue secuestrado, toro, león serpiente…, dio origen a la leyenda babilónica del cargamento de animales (del barco de Noé).

Las mujeres “asesinas” como Medea son realmente sacerdotisas del rito sacrificial, sean las víctimas sus hijos (todos los miembros de la tribu son por definición hijos de las madres del grupo), o sea el rey (vencedor del anterior rey en la competición nupcial previa a la unión hierogamática) o su padre, lo que evidencia una censura patriarcal. Fue Ishtar la que engañó a Gilgamesh, e Isis la que indujo a Seth a sacrificar a su hermano Osiris. Algunas como Judith, Dalila, Escila… despojarán del pelo a la víctima: Holofernes, Sansón, Niso…, pero son más correctos los relatos en que participa en el sacrificio un nuevo rey vencedor: Egisto, Filoctetes, Pélope, Teseo… en los casos de Clitemnestra-Agamenón, Deyanira-Heracles, Hipodamía-Enómao, Ariadna-Minos(tauro)… La cabeza del rey sacrificado se clavaba en la muralla como talismán para proteger el territorio de la tribu.

Procne sirvió a Tereo un banquete con el cuerpo de su hijo Itis.

Los sacrificios de mujeres (Ifigenia, Andrómeda, Hesíone…) no se sostienen como ritual tradicional, más bien parecen representaciones de sacedotisas perseguidas en sus santuarios para erradicar su culto en la nueva etapa patriarcal, ya en figura de amazonas, ya como Hera herida en el pecho por el héroe patriarcal Héracles, ya como Hidra cuyas cabezas cortadas renacían de su propia sangre, sugiriendo las fuertes resistencias de las mismas ante el nuevo orden olímpico que terminó por imponerse. La fiebre iconoclástica tenía como objetivo eliminar el culto a las imágenes de María, resto de la antigua diosa, que ha sobrevivido todas las persecuciones.

Dríade, ninfa del roble; hamadríade, ninfa del bosque; meliade, ninfa del membrillo; méliade, ninfa del fresno; cariátide, ninfa de la nuez; helicónide, ninfa del Helicón (y del sauce)…; náyades, del mar…

Siniestra: las aves que volaran a nuestra izquierda serían las de mal agüero.

Apolo no sólo enseñó a despreciar a la mujer sino que ésta se despreciara a sí misma. La casa del paterfamilas, domus, domesticó a la mujer. El dogma monoteísta incluye el monopolio de los sacerdotes a interpretar los mitos religiosos. Su Dios es Alfa y Omega, el Principio y el Fin, sin ayuda de mujer. La serpiente será ya el origen de todos los males, la que sedujo a Adán y Eva a intentar conocer por sí mismos el Mal y el Bien.

Las religiones monoteístas se contradicen entre sí al proclamarse a sí mismas como únicas detentadoras de la verdad, rechazando violentamente a las demás. El desprecio al mundo las hace misántropas además de misóginas. El paganismo utilizaba el ritual para protegernos contra el daño, contra el mal, mientras que las religiones (monoteístas, no caben otras) imponen la obediencia a sus normas, dogma y moral, y a sus sacerdotes como únicos exégetas válidos de las mismas.

Los dioses de los vencedores convierten en demonios los dioses de los vencidos.

El cerdo, como tótem, estaba prohibido comerlo durante todo el año…, excepto un día, el de la luna llena más cercana al solsticio de invierno, en que era sacrificado y comido en el culto a Isis y Osiris. El porquerizo de Ulises es tratado en la Odisea como “divino” lo que acentúa su carácter sagrado, por lo que era eludido en el trato social, como lo son los verdugos todavía en los países en los que se acepta la pena de muerte.

El antiguo calendario lunar de Osiris se componía de 13 meses de 28 días. El día nefasto (sagrado) adicional correspondía al día del solsticio del invierno en que el sol se detiene en el punto más meridional de sus ocasos en el horizonte, antes de reiniciar el regreso hacia el otro punto extremo, el del solsticio del verano. En trece pedazos (más uno, el falo, aunque Isis sólo encontró los otros trece) fue destrozado por Seth el cuerpo de Osiris.

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