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 Historia Universal de la Escritura, Harald Haarmann (edit. Gredos)
 

I. ORIGENES Y FINES

            Antes de escribir aprendimos a “leer” las estrellas y constelaciones ya escritas de noche en el cielo. Para identificarlas tuvimos que ponerles nombres y eso nos permitiría después representarlas con dibujos rupestres de animales que serían sus símbolos, según Martín Cano. Es sólo natural que utilizaran animales no sólo porque eran nuestros iguales sino porque su variedad de especies permitía un extenso catálogo de signos.

Desde el Paleolítico el hombre se ha comunicado “por escrito” con imágenes en las pinturas rupestres, que eran símbolos para fijar informaciones, y con muescas en huesos y maderas que les servían de números. Antes de la escritura cuneiforme Sumer había utilizado una escritura pictográfica. En ésta los signos gráficos aún no estaban asociados a sonidos (estructura fonética) de la lengua sino que fijaban contenidos conceptuales, correspondiendo los signos a palabras. Si en Sumer la figura del pene designa el elemento masculino, el triángulo hace lo mismo con lo femenino. El falo chino quiere decir “ancestro, antepasado” (bravo!). Un paso intermedio sería la escritura de sonidos silábicos (como la antigua cuneiforme acadia o la actual japonesa) o de segmentos de sonidos consonánticos (como en los jeroglíficos egipcios).

            La escritura figurativa, pictográfica, no expresa una relación con el habla sino con la mente, el concepto, sin participación de la lengua, por lo que no es realmente escritura en el sentido que tratamos aquí. Su origen fue mágico, en el sentido de instrumento para inducir, conminar, coaccionar a la Naturaleza a comportarse de un modo determinado, según nuestros deseos. Por eso las pinturas rupestres no estaban destinadas en principio a ser expuestas en público sino todo lo contrario, en secreto, al fondo de las cuevas, donde realizarían sus rituales. En su mundo animista, eso ya lo sabemos, la imagen equivalía a la propia cosa misma representada, pues en ella se captaba su espíritu vital del que podíamos apoderarnos mediante conjuros. Una cacería ritual (virtual, diríamos ahora, “matando la imagen”) en las cuevas donde pueden constatarse todavía los desconchados provocados por disparos de las flechas, dibujadas a lo largo de todo su recorrido para indicarles el camino y que además llevaban pintados ojos en sus puntas para atinar en el blanco, podrían asegurar el éxito en la caza cuando lo hicieran en el exterior de sus refugios. O “provocar” las lluvias en fechas determinadas de los ciclos estacionales identificadas según la aparición de las constelaciones, cuyos animales eran representados en las pinturas rupestres, según Martín Cano.

El material figurativo es, pues, un paso previo del que deriva la escritura. Una vez iniciada ésta, aparecerán signos abstractos que ya no tendrán que pasar por la fase previa de las imágenes. Pero signos abstractos los hubo incluso antes de la escritura, como las simples incisiones de los signos numéricos sumerios (y antes no? ver G.Ifrah) paralelos en el tiempo con la pictografía. En la técnica figurativa la imagen informa sobre el objeto representado pero en la técnica simbólica el signo abstracto hay que asociarlo con un concepto determinado. Los signos numéricos en China (y en otros sitios también?) parten de imágenes naturalistas del cómputo de los dedos, fase en la cual prevalece lo figurativo; entre los sumerios se da la técnica abstracta simbólica, puntos y palotes, y entre los mayas y aztecas se mezclan las dos, siendo su sistema vigesimal, con el número 20 como unidad base. Es universal nuestra capacidad para las técnicas figurativa y simbólica, pero la forma de expresarlas es distinta según las culturas.

Los dibujos de animales pudieron ser totémicos (marcas de clanes, actuales escudos heráldicos), o de las constelaciones para “forzar” su salida helíaca y con ello hacer llover o producir los fenómenos estacionales que procedieran, o instrumentos mágicos para su caza, o los tres al mismo tiempo, ignorando por ahora cuál de las tres funciones precedió a las otras dos. Las marcas de clanes se prestaron más fácilmente a la abstracción cuando prescindieron de imágenes naturalistas, lo que nos dificulta al extremo su interpretación.

            La fijación de imágenes como instrumento mnemotécnico podemos considerarla como una escritura primitiva, llena de simbolismo mágico y mítico, desde sus comienzos, hace más de 30.000 años, en el Paleolítico. Las pinturas rupestres de la pizarra del lago Onega, a orillas del océano Artico, que se datan en el III milenio adne., constituyen una crónica económica del ciclo estacional representado por los puntos cardinales, fuera de los cuales se hallan dos ruedas solares (o lunares?) y naves que trasportan las almas de los ancestros. La representación pictórica de un ciclo del calendario hace pensar que el recinto fuera un santuario solar. Los catorce códigos precolombinos aztecas (libros plegables, manuscritos ilustrados) que se conservan eran recursos mnemotécnicos en manos de la casta sacerdotal. En el que “relata” el rito del casamiento del joven “Doce Vientos” con la muchacha “Tres Perdenal”, que no puede ser leído como texto escrito, se mezclan sucesos históricos reales con mitos y leyendas.

Las combinaciones de signos abstractos son tan antiguas como los símbolos mismos. Su significado e interpretación estaba restringido a l@s hechicer@s. El “bastón de mando (hueso) de Cueto de la Mina”, Asturias, data del Magdaleniense Superior (al menos 12.000 años), y sus incisiones parecen representar fases de la luna.

            Las rayas para anotar fases temporales o las cuerdas con nudos para fijar valores numéricos (las de los incas quipus, por ejemplo), muestran el uso de símbolos independientes de la lengua, pero también son un paso hacia signos abstractos (como lo serán las letras de un alfabeto) como registros del lenguaje. El uso del número para censos, tributos, víctimas... y consiguiente control por el aparato administrativo del estado inca, guardan información sobre recursos en materiales y fuerza de trabajo. En las cuerdas de nudos de los kipus se conservaba no sólo el resultado de una operación de cálculo sino también cada uno de sus pasos, además de dar información estadística según los colores de las cuerdas. Cálculos mediante nudos en cuerdas se hacían ya en China en la primera mitad del II milenio adne. (REVISAR EN “NUMEROS” SI HAY O NO OTROS CALCULOS DE NUMEROS MUCHO MAS ANTIGUOS)

            Sabido es que en las maderas o piedras decoradas se encarnaban las almas de nuestros ancestros, y lo siguen haciendo los arangas del centro de Australia, que los llaman “churingas” y los esconden al fondo de unas cuevas. Los dibujos rupestres de la cueva de “La Pasiega” en Santander, que se remontan al XII milenio adne., parecen escritura figurativa a juzgar por la disposición lineal de sus motivos. También los pedernales pintados de Mas d’Azil, Francia, en el Mesolítico servían para el culto de sus antepasados. O los de Alvao, Portugal, que datan del 4000 adne. Que no son sino muestras de lo que eran todos.

            De lo que se deduce que LA ESCRITURA NO ES COMO TAL UN INVENTO SINO UNA SIMPLE ESPECIALIZACION MNEMOTECNICA DE UNA TECNICA FIGURATIVA Y SIMBOLICA –previa: en la pintura rupestre, por ejemplo, ése sí que fue el invento- para fijar contenidos lingüísticos y con ello reproducir la información. Ni es insustituible como imprescindible para la civilización, pues cada vez más cede paso a señales y logotipos, gráficos o digitales, desde el código de la circulación hasta internet.

            El principio logográfico está vigente hoy en día en Europa y resulta imprescindible como complementario de la escritura alfabética, con símbolos bien figurativos bien abstractos-geométricos (logotipos, señales de tráfico, iconos de internet…) que transmiten la información deseada sin intervención alguna de la lengua.

            Podemos asociar la escritura con la lengua mediante la escritura de conceptos o la escritura de sonidos de la lengua, indpendientemente de su significado. En China cada signo corresponde a un concepto (una palabra) lo que se llama logografía (escritura del concepto) mientras que la escritura fonética recibe el nombre de fonografía. Los signos logográficos pueden ser pictográficos (imágenes, que son los más antiguos), ideográficos (conceptos, en los que el vínculo entre la imagen y el concepto asignado no es directo sino asociado, vga.: el dibujo de un pie para significar la acción de caminar) y abstractos-logográficos (vga.: el signo +, “más”), siendo entonces fijo el vínculo entre el signo gráfico y el concepto o palabra significada, mientras que los fonográficos pueden ser de escritura segmental (signos para segmentos fonéticos), silábica (sílabas) o alfabética (de signos-letras para sonidos). En la escritura fonográfica las palabras-conceptos no desempeñan papel alguno sino que los signos gráficos se emplean para diferenciar los sonidos que constituyen las palabras. La escritura segmental se da en los jeroglíficos egipcios, que son consonánticos, pues en ellos no hay vocales cuyos fonemas se suplen al leer, y resultan apropiados para registrar textos. La silábica es más sencilla y más clara, y en ella no hay fonemas individuales sino que los signos gráficos corresponden a una combinación de consonante(s) y vocal(es), aunque también hay signos para las sílabas que constan de una sola vocal.

            La escritura logográfica puede representar palabras-conceptos o ideas que se expresan por medio de varias palabras, como ocurre con la narración figurativa que utilizaban los kekinowin de los delaware o los aztecas y mayas. En estos casos de proto-forma de la escritura, en cuanto que inicio de un vínculo entre signos gráficos y elementos lingüísticos, para leer lo “escrito” no es imprescindible conocer la gramática de la lengua de que se trate.

            La escritura “segmental” y la “silábica” son fases previas a la constitución fonética de las palabras en la escritura alfabética. Se reduce con ellas el inventario de signos gráficos que hacían falta en la escritura logográfica (un signo por y para cada palabra). Pero en todos los lugares del mundo estas nuevas escrituras surgieron de una fase previa logográfica, o sea que la escritura fonográfica no surgió ex novo nunca. La escritura cuneiforme sumeria y acadia, que era fonética, fue posterior a la antigua escritura pictográfica sumeria de ideas y palabras También fue logográfica la escritura egipcia antes de ser “segmental”. Donde se instaura una escritura silábica sin surgir de una fase previa, se trata sin excepción de una influencia exterior. Así los hititas utilizaban la escritura fonográfica con un sistema jeroglífico a lo egipcio y una variante de la escritura cuneiforme mesopotámica. Si los primeros signos que conocemos de la antigua Europa son silábicos eso se debe simplemente a que no hemos encontrado logogramas pictográficos que seguro que existieron. Y sospechamos que eran silábicos porque eran pocos, 210, por su elevado nivel de  abstracción y porque se repiten en bastantes signos de la escritura cretense lineal A que no era en absoluto logográfica. La fonografía en Egipto es más antigua que en Mesopotamia, a pesar de que la escritura mesopotámica es más antigua que la egipcia, lo que se explica porque en Mesopotamia la logografía duró más que en Egipto, tanto que en Egipto se fonetizaron los signos gráficos a comienzos del III milenio cuando en Mesopotamia aún no habían aparecido los signos cuneiformes.

            Desconocemos el origen y transición de la narración figurativa al jeroglífico y de éste a la escritura lineal en la cultura de Vinça. Las tablillas contables mesopotámicas sumerias del 3100 adne. muestran signos separados por medio de trazos verticales y horizontales, signos de puntuación, y son listas de productos asociados con datos numéricos o cuantitativos, mediante signos figurativos pero no de sonidos ni de terminaciones gramaticales de la lengua. En ellos el dibujo del junco significa “volver”, donde ya hay un vínculo por homofonía entre la imagen del junco, gi, y el mismo sonido gi con que se expresaba la acción de “regresar”. El signo de mujer (el triángulo) se leía sal y significaba tanto “la vulva” como “mujer” que se decía munus. El signo geme, “esclava”, se componía de dos símbolos, el de mujer y el de montaña, kur, pues los esclavos de la ciudad eran tomados de las poblaciones que habitaban en las montañas.

El número de símbolos gráficos varía de los trece signos del alfabeto latino que utilizan los maoríes de Nueva Zelanda a los 50.000 de los chinos, que los japoneses han reducido a 1.850 desde 1946. El símbolo genuino original, el de la imagen gráfica, persiste en China como señal de identidad. En los años 20 del siglo XX Turquía cambió del alfabeto árabe al latino, lo que influyó en la separación del poder público de la esfera religiosa, en cuyo ámbito islámico perdura la lengua y escritura árabes del Corán. El baluarte cristiano de la isla de Malta contra el Islam conllevó necesariamente la conversión de su escrita árabe a la latina cristiana. También en Vietnam han adoptado el alfabeto latino, Quoc Ngu, pero éste por imposición de los colonos europeos a mediados del siglo XIX, aunque ya en el XVII lo conocieron por los misioneros.

En el origen de la escritura el signo gráfico “retrataba el concepto” de acuerdo con su forma real. Mientras los signos gráficos chinos simbolizan el contenido semántico de las palabras -el concepto-, la escritura alfabética reproduce la pronunciación de las palabras con total independencia de su significado. Con la excepción de la escritura albur de los cirianos de Finlandia del siglo XIV al XVII dne. que diseñaron unos signos gráficos alfabéticos muy vinculados a su propia identidad cultural. Pero en general, siendo la escritura un distintivo externo a la lengua, la utilización de cualquier sistema de escritura no implica nada sobre la estructura gramatical o las peculiaridades fonólogicas de una lengua.

Los signos gráficos con formas de vasijas en China o en Egipto no sólo varían según la forma de su cerámica en cada una de las dos culturas sino que en China se estilizan y hacen abstractas mientras que en Egipto se aferran a su representación original naturalista. Lo que se explica si se recuerda que en Egipto por su carácter sacro-ceremonial se ha mantenido la misma forma en los signos gráficos durante casi tres mil años. Las figuras de animales o barcas como signos gráficos nos hablan de la fauna propia de cada país cuando se originaron, de ahí que abunden las figuras de aves acuáticas en la región del Nilo, destacando el halcón Horus y el escarabajo. Una sociedad jerarquizada abundará en signos gráficos de status como cetros, varas, bastones y látigos. La doble hacha sacrifical cretense se asocia a los cuernos lunares de su diosa Pasífae, vaca y luna –y mariposa y abeja-, y a sus remotos orígenes acuáticos pre-indoeuropeos, pero se mantiene en los tres sistemas de escritura cretenses: en la escritura jeroglífica, en el sistema lineal A (donde se utilizó como símbolo individual tanto como en combinaciones gráficas) y en el lineal B micénico.

El león sigue ondeando en la bandera de Finlandia como el águila lo hace en la alemana o en las culturas precolombinas, como elemento cultural aglutinante. En los jeroglíficos aztecas la cabeza del águila designa el nombre del día 15 del dios Xipe de la siembra y el jaguar el día 14 de la diosa Tlazoltéotl, la Madre Tierra. Los signos en los mayas se hacen más abstractos.

            Las tecnologías eficaces se difunden rápidamente, traspasando cualquier tipo de fronteras físicas, culturales o lingüísticas. Así probablemente es común el origen de la escritura sumeria, la protoelamita y la protondia, y quizás las egeas, la cretense y la hitita. Sin duda la egipcia influyó en la cretense. Y en cuanto a la china, a pesar de su pretendida autonomía, la dinastía Shang que la impuso llegó desde el Oeste, como lo hizo el arado y la cerámica. Que la escritura mesoamericana (olmeca) naciera en el I milenio, cuando en el Mediterráneo ibamos ya por el alfabeto, no demuestra su pretendida autonomía, pues tampoco lo creemos así en sus otras manifestaciones culturales.

            En todas las escrituras hay un mismo origen: la representación figurativa (pictórica) realista pero simbólica que derivaría en la representación de símbolos gráficos con contenido semántico de expresiones (logografía) y luego con los sonidos de la lengua (fonografía).

            El fin o motivo concreto de la escritura fue fijar informaciones de forma duradera, dejar constancia, ayudar a la mnemotecnia de los conjuros y advocaciones rituales, por lo que fue sagrada en todas las lenguas, y luego facilitar la continuidad cultural, los censos, números, y legitimidad de actos y propiedades, así como el comercio. La evolución cultural del Japón sólo pudo superar (sic) la de China después de la asunción de la escritura de ésta. La escritura ibero-fenicia fue borrada por la latina, no sólo por la eficacia de ésta, sino por la adquisición de la ciudadanía romana: el alfabeto aglutina como antes lo hicieron los dioses en tanto que valores impuestos por los colonizadores. Dioses, valores y lengua nativos americanos fueron aniquilados por los conquistadores españoles y eso explica su ruina.

 II. LENGUAS ESCRITAS

Pasan de 5.000 las lenguas vivas en el mundo, de las cuales se escriben sólo unas 650. Solamente en la India hay más de 1.500, en Africa y Sudamérica más de 1.000 en cada una, y en Europa menos de 70, aunque las 100 lenguas con más hablantes copan el 90% de toda la población.

Para que naciera la escritura fueron necesarias ciertas condiciones, como una organización comunal con división del trabajo y resultante diferenciación social de la población, lo que sólo fue posible en asentamientos estables de una población sedentaria que practicaba la agricultura. En su origen fue el número. Y su motivación la de codificar información para su reutilización posterior. O para proclamar las hazañas guerreras, pero en ningún caso “el arte por el arte”.

          La Historia comienza con la escritura, hace unos 7.000 años -en el 5300 adne.- en la Europa Antigua, cultura de Vinça. La historia de la Escritura es la de una aproximación gradual de los signos gráficos a la estructura fonética de la palabra hablada. Los signos alfabéticos corresponden a fonemas individuales (sonidos de letras). La mayoría de los alfabetos tienen ascendencia semítica, aunque se ha impuesto aún más el latino. La escritura en Sumer aparece a finales del IV milenio y el alfabeto a mediados del II milenio en Fenicia. Si prescindimos de China, Japón y Corea, hay ocho grandes áreas de cultura gráfica: la fenicia, la griega, la etrusca, la latina, la cirílica, la árabe y la aramea.

            Pero las primeras escrituras alfabéticas no se remontan más allá de la primera mitad del II milenio adne. Y no es cierto que las primeras fueran las fenicias. Antes que ellas en Nubia (actual Sudán) se utilizaron jeroglíficos egipcios como letras, en Ugarit (actual Siria) se usó la vieja escritura cuneiforme mesopotámica como un alfabeto, y en Vinça ya en el 5300 se iniciaba una escritura preindoeuropea con signos que reaparecerían luego en Sumer y Creta.

            II. 1) EUROPA ANTIGUA  (cutura balcánica de Vinça)

           Hasta ahora se admitía que la “cuna” de la civilización se dio en la cultura sumeria mesopotámica. Pues bien, no. En fechas más antiguas, tanto como el VII milenio adne., antes del uso de los metales que data del IV, hubieron otras culturas como la de Çatal Hüyük , Anatolia, con asentamientos cuasi-urbanos, y otras cinco regionales europeas, más dinámicas aún, a saber: 1. el Egeo y los Balcanes centrales; 2. el Adriático meridional; 3. el Danubio central;  4. los Balcanes orientales, y 5. el área de Moldavia hasta Ucrania occidental, donde se desarrolló la cultura de Vinça, llamada así por un yacimiento que está a orillas del Danubio a 14 kms al este de Belgrado. Allí se encontraron más de 2.000 figurillas de arcilla, la mayoría femeninas con pechos y caderas muy marcados, sin duda representando la Diosa-Tierra-Madre. En más de 10 Has. se asentaban casas en filas en forma de calles. No eran indoeuropeos. Coinciden en Anatolia y Europa los tipos de figurillas, los vestidos, la cerámica, y la vaca y la serpiente como atributos de la diosa Madre. Además de este yacimiento hay otros como los de Turda y Tartaria en la actual Transilvania rumana o el de Dikiltash al nordeste de Grecia. El uso de la escritura en esta civilización pre-indoeuropea se remonta al VI milenio (5300 adne., unos dos mil años antes que en Mesopotamia! nada menos, y tres mil antes que en Creta), lo que descarta su posible origen sumerio, además de que los signos pictográficos de ambas culturas no tienen entre sí ningún parecido. Los objetos inscritos no se hallaban ninguno dentro de los asentamientos sino que todos eran para rituales en los lugares extraurbanos de los enterramientos. Muchos de ellos eran husos, lo que nos informa de que las Moiras griegas, que tejían el hilo de la vida y de la muerte, ya tiempo atrás tuvieron aquí trabajo, de origen ceremonial, como medio de comunicación con los espíritus de los antepasados. La brevedad de estas inscripciones (cuyo motivo, si era mágico, no sería propiciatorio sino conminatorio), así como su origen sacro, descarta su utilización con fines prácticos tales como censos o contratos, ya que el celo de la influyente casta sacerdotal impediría su uso laico que les privaría del privilegiado monopolio. El carácter sagrado de esta escritura sacra antiguo-europea perduró desde finales del VI milenio hasta mediados del IV adne. La invasión de los Balcanes por indoeuropeos a finales del V y comienzo del IV milenio interrumpió el desarrollo de la escritura pre-indoeuropea impidiendo que podamos identificar ninguna de las lenguas que pudieran hablarse en aquella cultura.

            Incluyendo los numéricos y unidades de medida, se han inventariado más de 200 signos individuales, utilizados aisladamente o en combinación con otros. Estas combinaciones se repiten en distintos objetos, y como sólo una de cada 100 figurillas porta signos gráficos, hay que descartar que sean marcas de alfarero. El uso de la cruz gamada implica su origen pre-indoeuropeo, sorprendiendo que en la China arcaica también apareciera simbolizando los cuatro puntos cardinales y, como signo de escritura, significando “por todas partes”. Así pues, la escritura lineal de la antigua Europa en la civilización preindoeuropea del Calcolítico es la más antigua del mundo.

A mediados del IV milenio los jinetes nómadas ganaderos provenientes del Mar Negro impusieron sus valores (dioses) patriarcales sobre los femeninos de la sociedad agrícola invadida, y ya en el 3000, al comienzo de la Edad del Bronce, el sudeste europeo había sido colonizado por completo. Los signos de la cultura preindoeuropea colonizada eran míticos y tabuados, ajenos a los nuevos valores, por lo que fueron abolidos, no tolerados. En el 3500, con la interrupción de la antigua escritura sacra pre-indoeuropea, esta cultura cae en un estadio ágrafo, es decir que vuelve a la prehistoria, aunque se recuperarán algunos de sus signos en Creta más de quince siglos después, en la lineal A y en las derivaciones de ésta: la escritura silábica de Chipre y el lineal B en que se escribió el griego micénico, ambos del 1500 adne. Y la llegada a Chipre no fue directa sino a través de Ugarit (a 150 kms) en la costa siria. Por cierto que la lengua ancestral chipriota no era ni semítica ni indoeuropea y en su sistema de escritura, al contrario que en Creta, no se utilizaban símbolos ideográficos sino signos silábicos puros. Puede decirse, por tanto, que el arco de la escritura preindoeuropea, aunque se borre en los Balcanes en el 3500 adne., se extiende del 5300 al 1500 adne.

Y ya que estamos en Chipre añadamos que el más antiguo vestigio de griego arcadio en esta isla data de alrededor del año 1000 en una sepultura de Pafos, que son conocidos los valores fonéticos de sus 58 signos, que al no distinguir entre oclusivas, sordas, sonoras y aspiradas, sólo escribieron la t, k y p, y que tampoco distinguieron vocales largas y breves. El silabario chipriota se remonta al comienzo del II milenio adne. resistiendo el embate de la expansión del alfabeto griego en el siglo V adne. que se impuso ya dos siglos más tarde, en el s.III.

Aparte de la escritura cuneiforme mesopotámica y del jeroglífico egipcio, el inventario de signos del alfabeto fenicio –y luego arameo- se nutre de signos de antes de la primera Edad de Bronce, en el cuarto milenio, semejantes en Siria-Palestina, Anatolia, Chipre y el ámbito egeo, por no hablar del intenso influjo de la escritura cretense en la costa oriental mediterránea en la segunda mital del II milenio adne.

            La primera cultura desarrollada por los indoeuropeos en Europa se dio al sudeste, en Micenas, donde se resistirá a desaparecer la diosa coronada tanto en figura de serpiente sudoriental como de pájaro antiguo europea. Pero antes, en la cultura cicládica de las islas Delos, Siros, Melos, Naxos y otras, que irrumpe abruptamente en el 3200 y desaparece en el 2000, se recuperan las figurillas en arcilla y mármol del tipo de Vinça, y abundan los signos de meandros, espirales, olas y serpientes asociadas al agua.

II. 2) CRETA/MICENAS (escritura lineal A y B)

Aunque más fuerte aún se recupera la cultura pre-indoeuropea en la isla de Creta en el III milenio, invadida por extraños que conocían la metalurgia. Quizás fueran tribus procedentes de los Balcanes y de Anatolia, empujados al Egeo por la entrada de los indoeuropeos que ocuparon también la Grecia continental. La coincidencia de las abundantes figurillas femeninas cretenses con las de Vinça se refuerza con el hecho de que en ambas culturas se dan tres grupos de iconos: los lisos, los decorados y los inscritos, con los últimos de los cuales se inicia la escritura en Creta. Inscripciones de nuevo en figurillas femeninas más de mil años después de haber desaparecido en los Balcanes!, con el mismo motivo sagrado de venerar el espíritu de los ancestros, en un sistema de escritura lineal A (también era lineal la escritura balcánica pre-indoeuropea), con más de sesenta símbolos (casi 1/3) de la escritura pre-indoeuropea que reaparecen idénticos o muy similares en la escritura cretense lineal A y que no eran símbolos de la propia escritura jeroglífica cretense, son demasiadas coincidencias para quedarse simplemente en eso.

            La escritura lineal A de Creta no tiene relación ni con las del Indo, ni con la antigua escritura sumeria, ni con los jeroglíficos egipcios, fuera de símbolos universales utilizados por todas las escrituras tales como el árbol o la cabeza o el cuerpo de un animal. En Creta la diosa Madre, Dictina (red), está fuertemente asociada al agua, celebrándose los rituales no en santuarios abiertos sino en los palacios (sagrados, de Cnosos, Festo, Malia...) calificados por algunos investigadores como “ciudades de muertos” donde se veneraba a los antepasados, con los que se comunicaban mediante el ritual. Así, los jeroglíficos cretenses, los más antiguos de los cuales datan de finales del III milenio, eran de naturaleza ceremonial, como el hacha doble (sacrificial), la abeja (que castra –O DEVORA?- al macho fecundante), cuernos de vaca (lunares)...

            El disco minoico de Festo, de arcilla cocida inscrito por ambas caras, con un texto en espiral, está datado en el siglo XVIII/XVII adne., entre el 1800 y el 1650. Su reconstrucción semiótica permite identificar el valor figurativo de los jeroglifos aun desconociendo la estructura fonética y gramatical de la lengua subyacente, partiendo de la base de que cada jeroglifo representa una palabra individual. Y así, el ritual minoico mediante el cual se comunican con el espíritu de los ancestros, prevalece sobre el propio enterramiento:

el texto hace referencia a sacrificios de animales como pájaros, ovejas y perros, a cereales y yerbas aromáticas, a vino y aceite en vasijas sagradas, y a una barca (coincidiendo con el sarcófago de Hagia Triada) sagrada en la que el difunto se traslada a través de las aguas al mundo de los muertos,

lo que han confirmado los hallazgos arqueológicos y el contexto cultural en que se inserta, como es el jeroglífico para expresar el término “difunto”, el mismo que el del “antepasado”, que es una cabeza con un peinado característico, o la barca que lo transporta al reino de los muertos, sin mástil ni vela y con la popa alta, coincidiendo con la barca sagrada egipcia y confirmada con su representación el propio sarcófago de Hagia Triada.

El cretense disco de Festo consta de 61 secciones, separadas por trazos oblicuos, 31 de las cuales en el anverso con 122 símbolos gráficos, y 30 en el reverso con 119, signos naturalistas poco estilizados. De los 241 símbolos gráficos 45 son distintos. Difunto, ancestro, se dibujaba con una cabeza peinada como con plumas; la barca sagrada de los muertos, de popa elevada, no llevaba vela ni mástiles, como en Egipto; la espiral de las aguas primigenias son de origen cicládico.

            La logografía de los jeroglíficos cretenses, que son naturalistas, poco estilizados, y de carácter tradicional conservador por ser sagrada, aisló esta escritura de influencias de sistemas fonográficos contemporáneos como la escritura sumeria “de selección léxica” (escrituras silábicas) o la egipcia “de escritura segmental” consonántica jeroglífica. Las rítmicas repeticiones que aparecen en el texto permiten deducir su uso en la recitación solemne y en la invocación del espíritu de los antepasados, al tiempo que sirviera de guía en la procesión. La espiral deriva de una estilización en la representación de la serpiente como símbolo del agua. La plancha de plomo de Magliano, con texto de más de setenta palabras también en espiral, fechada en el siglo V adne., es su réplica en metal en la cultura etrusca.

El transcurso de cerca de cuatro mil años entre el nacimiento de la escritura en Vinça en el 5300 del VI milenio y su florecimiento tardío en Creta en el II milenio, lo que da fe de la resistencia de la escritura sagrada, en este caso el de la balcánica pre-indoeuropea.

La lengua micénica nos ha llegado en la escritura cretense lineal B (1450/1250), hasta la llegada de los “Pueblos del Mar” (dorios?), y fue el más importante sistema autóctono de Europa antes del alfabeto. En ella se escribía el griego.Y es el único silabario para una lengua europea conocida. Ya en el III milenio la influencia minoica llegaba las Cícladas, a Chipre y a Malta, naciendo la cultura micénica bajo el dominio e influencia minoicas, aunque a partir del 1450 Creta cayó bajo el dominio de Micenas. Aunque la fecha de 1450 marca el dominio micénico y el nacimiento de la escritura lineal B, ello no quiere decir que sus orígenes en Creta no se remonten algún tiempo. Los micénicos lo que añadieron fue la adaptación de esta escritura a la lengua griega, mientras que la minoica lineal A era semítica. La lineal B, de acuerdo con los tiempos, era silábica sin abandonar signos ideográficos y determinativos. Al no consignar grupos consonánticos (dobles), Knossos se escribía Ko-no-so. Ko-ro puede tener más 10 significados y e-ke más de 20. Los escribas confiaban muchas cosas al contexto. Los primeros textos, listas breves, consignaban censos, personas, animales, bienes, títulos de propiedad… Los de los siglos XV y XIV son cretenses, ya en el XIII los micénicos. En el continente (Pilos, Micenas, Tirinto, Eleusis, Orcómenos, Tebas…) fue más activa que en Creta. Al sur de Creta, Festo, Hagia Triada…, se mantuvo el sistema lineal A. El lineal B se interrrumpió en Creta en el 1375, cuando se derrumbó el palacio de Cnosos y el continente micénico se fortificaba en su conflicto con Creta al tiempo que se extendía hasta las costas de Siria y Fenicia. La lineal B “micénica” se interrumpió con la llegada de los dorios alrededor del 1100. Es entonces con los dorios que se heleniza Creta.

Del lineal B saldrá la escritura silábica de Chipre. En Grecia el lineal B cuando desaparece no ejerce ninguna influencia en la nueva escritura griega de origen alfabético fenicio, en el que algo tuvo que ver la escritura silábica cretense.Y ya que estamos en la escritura silábica, procede citar algunas lenguas como las indias norteamericanas donde se crearon silabarios (por Sequoya, 1760-1843) en el siglo XIX y duraron hasta el XX, a pesar de haberse introducido el alfabeto por los colonizadores, ya que la población autóctona se mostró remisa a participar en el “hallazgo” (así los cheroquis, o la escritura esquimal cri), o como las 14 lenguas africanas silabáricas de las que la más importante es la mandé de los vai en Liberia y Níger-Congo (el alfabeto latino ha impedido que nos llegue ninguna de las creacions gráficas africanas).

II. 3) ESCRITURA SUMERIA/ACADIA (cuneiforme)

Ahora ya sí que podemos tratar de la escritura sumeria, hasta recientemente considerada como la más antigua, pero que no aparece hasta finales del IV milenio, esto es, unos tres mil años después de la de Vinça. “Ex oriente lux”, puede ser, pero no la escritura.

Los sumerios a finales del IV milenio se asentaron en una Mesopotamia que ya estaba habitada (hay topónimos de origen no sumerio), cuya población quizás hablara un lenguaje monotético, sin desinencias, como el chino o el vietnamita, escrito con incisiones y acanaladuras en discos (anteriores a las tablillas contables de Uruk IV) que se remontan al VIII milenio, pero con escasos signos para poder ser escritura, aunque sabemos que “oveja” lo escribían con un círculo con una cruz en su interior. Los sumerios, pues, se encontraron con una escritura de incisiones y signos numéricos sustantivos, como pareja, terna, docena… Sin duda en la escritura los números precedieron a las palabras, no digamos a las letras.

En la escritura antigua sumeria y elamita aparecen símbolos universales –comunes a todas las escrituras- como la espiral de la serpiente y las aguas, el árbol de la vida, el toro de cuernos lunares, la diosa con cabeza de pájaro... Los sumerios construyeron sus templos en forma de terraza... pero también lo habían hecho antes en los Balcanes europeos, concretamente a finales del V milenio en Cascioarele, Bajo Danubio. Por autóctona que la escritura sumeria pueda parecer, no se libra de similitudes con la preindoeuropea que delatan cierta dependencia. Eso explica que los símbolos figurativos (pictogramas) sumerios más antiguos ya estén altamente estilizados y a punto de tomar formar abstractas. Los cambios en la escritura se van a producir por su secularización al servir de instrumento burocrático y contable en las ciudades-estados de Uruk, Ur, Eridu, Nippur..., que tiene que seguir a la expansión de los sumerios. Los ceremoniales mágicos devienen en cultos religiosos cuando se ponen al servicio del estado, o mejor del señor de la tierra cuya supremacía habrá que preservar a toda costa.

La glíptica, o arte de grabar sellos, se manifiesta en millares de sellos cilíndricos de arcilla cuyo origen sagrado lo demuestra el hecho de utilizarse al principio como amuletos. Y por más que evolucione, la escritura sumeria se mantiene cumpliendo funciones religiosas hasta la pérdida de la supremacía sumeria en Mesopotamia. El origen, pues, de la contabilidad es religioso, sacerdotes eran los escribas, y el lugar donde realizaban su actividad era en la ciudad-templo. La organización de la vida económica requería tanto el inventario como la concentración de las propiedades y de su capacidad de producción en el templo, desde el cultivo de los campos hasta la construcción y mantenimiento de las obras hidráulicas, pasando por el control de los rebaños, artesanos, constructores y almacenamiento y redistribución de los recursos alimentarios. Pero el estado era teocrático, no secular. Y la escritura servía a fines tanto mágicos como rituales.

            Los arcaicos 1.700 signos sumerios se habían reducido a unos 800 allá por el 2700. Tan drástica reducción induce a pensar que hubo lugar a una amplia fonetización, mediante signos silábicos o adjuntando a un pictograma un signo figurativo que designe su valor fonético. Como el buril acumulaba la arcilla en el borde de una línea inscrita, para evitarlo se giraba la tablilla 90º quedando los signos en posición transversal. A mediados del III milenio aparece el cálamo de forma truncada, con lo que los signos más que cincelarse ya se estampaban. Al colocarse el cálamo en posición oblicua, la huella que dejaba era de cuña, cuneiforme, sistema en el cual el signo redondeado pasó a ser anguloso. Después del 2450 los signos cuneiformes se estilizaron y en 1800/1700 (fechas de los textos literarios en sumerio babilónico o post-sumerio) su abstracción no permitía ya ningún tipo de asociación figurativa. Con la escritura silábica la cuneiforme se configura como tipo de escritura propia de pleno derecho.

Los símbolos proto-sumerios no se parecen a los utilizados en la posterior escritura cuneiforme y fueron utilizados hasta el 2500. Los textos no incluían todas las palabras sino sólo las más importantes, lo que denominamos selección léxica (catch-word principle), y el orden de la escritura según había que leerlo no se remonta más allá del 2470 (inscripciones de Lagash), que sepamos. No usaban desinencias, ni preposiciones ni conjunciones.

En el 2470 los signos ya están estilizados, olvidando su origen figurativo, y aparecen determinativos más antepuestos que pospuestos (signos de aclaración por medio de letras voladas), señalando la clase o categoría a la que se adscribe el sustantivo. Así, sa (red) antepuesto es un determinativo para “armas”, d (estrella, originariamente dingir, dios) lo es para “dioses”, y ki (lugar) pospuesto lo es para ciudades y lugares.

El “silabario” legible sumerio es el más antiguo como lo es la escritura “segmental” egipcia. La escritura cuneiforme sumeria era “silábica”, de sílabas legibles. Pero al igual que en Egipto se utilizaban ideogramas como signos-palabra (o como determinativos) siendo los signos ideográficos un componente adicional al sistema de escritura por medio de consonantes y grupos de consonantes, el sumerio tampocó abandonó del todo el logograma asociado al principio de “selección léxica”. Para facilitar los usos escritos se fomentó la fonetización forzando el empleo de signos fonográficos en la escritura cuneiforme. En el 1800, fase tardía de la escritura sumeria, se seguían utilizando ideogramas y fonogramas al 50% por lo que se puede hablar de un sistema logógrafo con complemento fonográfico tanto como de un sistema fonográfico con complemento ideográfico. Son las limitaciones del sistema logográfico los que inducen al uso del fonográfico. El paso se realizaba mediante la transferencia de signos ideográficos a los fonográficos para escribir expresiones homófonas (que sonaban igual). Que “vida” en sumerio se escribiera como una “flecha” por expresarse los dos verbalmente como ti, es sin duda una prueba de fonetización.

En el 2450 la escritura sumeria cambió la técnica escriptoria de incisiones logográficas a signos más estilizados, la cuneiforme, conservando su contenido parcialmente logográfico. La escritura cuneiforme es un ejemplo perfecto de escritura silábica, pero no precisamente la sumeria, sino la acadia. Los semitas acadios llegaron de Siria y Arabia a Mesopotamia en los primeros siglos del milenio III (semíticas también son las lenguas camíticas -Egipto- y chádicas). A diferencia del sumerio que es aglutinante, el acadio es una lengua flexiva como el español o el ruso. Los acadios asumieron la cultura sumeria, y por tanto la escritura cuneiforme que adaptaron mejor que los mismos sumerios a las necesidades fonéticas de la lengua, mediante el sistema silabario fonográfico. Se conservan más textos literarios acadios que el total de la escritura cuneiforme sumeria, claro que el tiempo de la escritura acadia es más largo que los pocos siglos en que se escribió el cuneiforme sumerio. Poco después del 2450 el acadio se subdivide en el babilonio y el asirio. El babilonio antiguo en 2.100/1600, desde el final de la 3ª dinastía de Ur hasta el final de la 1ª dinastía babilonia; el medio durante la dominación casita, siglos XVI/XII; el neobabilonio del 1000 al 605 en que cae el imperio asirio, y el tardío del siglo VI hasta el cambio de era, desde la dominación caldea hasta la extinción del acadio. El sirio antiguo en los 200/1750, textos con las colonias comerciales asirias enTurquía; el medio 1600/1000, y el neoasirio 1000/600.

La lengua acadia (asiria y babilonia) se habló durante más de 2500 años y se escribió cerca de 2000. La escritura cuneiforme babilonio-asiria era logo-silábica, o silábica-logográfica. Todas las expresiones ideogramáticas logográficas podían escribirse con signos silábico-fonográficos que dominaron frente al sistema logográfico de signos ideográficos. A principios del II milenio el acadio sustituyó al sumerio como lengua culta, o al menos se utilizó en paralelo con esta última.

La influencia sumeria en el origen del acadio se detecta en su vocabulario, los usos escritos y en su sintaxis. Los acadios utilizaban signos ideográficos sumerios para escribir con ellos sílabas cuya secuencia fonética se correspondía con las palabras sumerias utilizadas. La palabra sumeria am, “cielo”, era una sílaba fonética en acadio cuya palabra “cielo” se escribía samu, añadiendo a am otra sílaba, el signo silábico u. Igual ocurría con “esposa”, por ejemplo, dam en sumerio como ideograma y assatum en acadio con signo fonético: añadiendo a la sílaba dam la sílaba tum.

La Biblia de cuño patriarcal refleja los usos y costumbres de los pueblos antiguos mesopotámicos, incluidos los 10 mandamientos. El Código de 282 leyes de Hammurabi  (1792/1750), entre las cuales la amorrita del Talión, escrito “en el nombre del dios babilónico Marduk”, y que castiga con pena de muerte 32 supuestos, se encontró en Susa en 1902 en una estela de basalto negro de 2,25 ms h. y se basaba en modelos sumerios más antiguos.

La costa oriental mediterránea fenicia, palestina, siria, se vio influida por la escritura cretense desde el oeste y la escritura cuneiforme sumeria por el este, a mediados del III milenio, sobre todo desde que la sumeria se utilizó en la diplomacia internacional escrita en acadio arameo allá por el 1500, que ya había alcanzado Egipto en el 1880 adne. La cuneiforme sumeria estuvo en uso 2500 años (3000 al 500) e incluso resurgió en Babilonia en los siglos III a I bajo los Seléucidas, habiendo influido en la elamita de 60 signos silábicos, la ugarítica semítica oriental consonántica del 1500 adne. de tan sólo 30 signos sin ideogramas ni determinativos (se utiliza como prueba de que la escritura cuneiforme puede funcionar como alfabética), la hurrita (que como la de Chipre no era indoeuropea ni semítica) de Mittani de los siglos XVI a XIV adne., la hitita (el hatti solamente utilizado para el culto y en la capital del imperio, Hattusa, de los siglos XVIII al XII), la caldea de origen preindoeuropeo y familia del hurrita que adoptó la escritura cuneiforme de los asirios en los siglos IX a VII, y la persa cuya expresión en cuneiforme con símbolos fonográficos sin más que 4 ideogramas: rey, dios, tierra y provincia –al contrario que la babilónica- data de tiempos de Darío I (522-486 adne.) que fue desplazada por la griega y ésta luego por la pehleví arsácida.

II. 4) EGIPTO (escritura jeroglífica segmental consonántica)

En cuanto a Egipto, sus jeroglíficos (cinceladura sagrada, ieros: sagrado, glyphein: cincelar, entallar) podemos interpretarlos gracias a la piedra de Rosetta del año 196 adne. que es trilingüe: neoegipcio, demótico y griego. De nuevo su carácter religioso se evidencia por su uso en las tumbas, en paredes de los templos y en edificios públicos, siendo su fin glorificar la monarquía divina. El faraón representa la divinidad, pero ésta no es sino el Señor de los Muertos, desde antes de las dinastías III (2635/2570, Djeser/Zoser) y IV (2570/2450, Snofru, Kéops, Kefrén).

Los primeros testimonios datan de finales del IV milenio con el comienzo del período dinástico, en la paleta de Narmer (o Mrnr?: alguien, lo que sugiere nombre de dinastía) cuyos motivos figurativos son símbolos de la primera escritura: la mezcla de motivos figurativos (barcos, cautivos…) con símbolos ideográficos muestra la transición de narrativa con imágenes a la escritura de palabras y segmental.

De Egipto llegó el papiro como soporte de la escritura que sustituyó la hoja de árbol. La escritura jeroglífica egipcia estaba asociada a las funciones ceremoniales pero no a la lengua hablada, pues su carácter sagrado la hacía hermética e inaccesible para el lego. No es hasta el siglo VII adne. que nació el demótico, escritura cursiva paralela a la hierática y para uso general, aunque pertenecía al mundo de los escribas, que cedería el paso a la escritura copta cristiana en el siglo III de nuestra era.

La diosa Maat es la regla con lo que todo se ha de conformar pero el espíritu vital, y por lo tanto de los vivos y de los muertos, y del faraón y de su pueblo, es el ka, cuya fuerza vital emana del propio faraón, en quien también se encarna el dios solar Re.

De la logografía a la “escritura segmental” en Egipto no se pasó de golpe sino pasando antes por una fase de “técnica figurativa” parecida a la de los plegables mesoamericanos, según textos de Hieracómpolis, a unos 85 kms al sur de Tebas, en el Alto Egipto, entre ellas la “paleta de Mrnr” en que se representa la unificación por Menes del Alto y el Bajo Egipto, previa derrota de los enemigos, nediante narración figurativa y signos de escritura figurativos, que pronto se fonetizarían en la escritura jeroglífica a partir del 2750. Como “escritura segmental” asocia signos gráficos con sonidos de la lengua, reproduciendo sonidos sólo de las consonantes (en la escritura, pues, sólo se reflejan determinados segmentos de las palabras, desconociendo las estrucutras silábicas en las cuales se combinan consonantes y vocales). En la escritura segmental consonántica egipcia distinguimos tres grupos de signos jeroglíficos: los mono- bi- y tri-consonánticos. Los bi y tri-consonánticos son autónomos y su configuración externa no guarda relación con la de los monoconsonáticos (ni biconsonánticos). La combinación de consonantes pr se representa con el dibujo de una casa porque casa en egipcio como palabra hablada se pronunciaba “pr”, pero también servía para expresar “salir” (prj) cuya “j” se omitía en la escritura. Lo mismo ocurrá con nb: cesta, señor, cada uno, oro, árbol, o con hprr: escarabajo y convertirse (llegar a ser). Fue el parecido fonético de ambas expresiones el que hizo que el escarabajo llegara a ser el símbolo de la renovación (conversión), de la regeneración y de la existencia futura (¿?: yo pienso más bien que el motivo sería su aparición “mágica” anual emergiendo con las crecidas del Nilo).

La escritura egipcia por tanto no era exclusivamente fonográfica sino que tenía en el fonograma un componente logográfico que se plasmaba en los numerosos signos de sentido ideogramático, los cuales a su vez podían ser signos-palabra distinguidos con una raya o signos aclarativos (determinativos, mudos, pues se escribían y aclaraban la idea y el contexto pero no se leían). Los determinativos matizaban si el signo era sustantivo o verbo, y así un hombre o mujer sentados  significaba “persona” pero si tenían dos piernas en movimiento significaba “caminar”. Un determinativo ayudaba a la lectura de expresiones que sonaban igual y se escribían de una forma idéntica. Los nombres de reyes se encerraban  en cuadrados, “cartuchos”, quizás para protegerlos, segregándolos como sagrados, pues segregando su nombre quedaba segregada (protegida) la persona, digo yo. Un pájaro pequeño acompañaba a las cosas que eran malas.

La piedra de Rosetta se pudo traducir porque estaba el texto también escrito en griego pero para entender el valor fonético de cada signo concreto además hacían falta los cartuchos en que se identificaba a los faraones, los cuales por fortuna hubieron.

La escritura jeroglífica egipcia no tiene signos para separar palabras o frases, los símbolos gráficos se pueden combinar a discreción, su dirección es libre (aunque con frecuencia debe leerse de derecha a izquierda, la del sarcófago con las vísceras de Tutankamón se lee de arriba abajo: divinizadas como hijos de Horus quedaban protegidos por Isis, Nephtys, Neith y Sel(r)ket. En la “otra vida” el faraón tomaba nombres divinos, como Osiris, el soberano del reino de los muertos, pues ya en esta vida el soberano participaba de un rango divino: rey sagrado. Su representación naturalista en bustos y esculturas era un sustituto de su cuerpo, “animado” gracias al ritual).

Su influencia, que no llegó a ser relevante para el alfabeto (fenicio), no empezó hasta mediados del II milenio adne. (pues antes utilizaron como lengua internacional el acadio en su variante babilónica), cuando el Imperio Nuevo (1552-1070) llegó a Siria por el norte y hasta Nubia por el sur, donde la escritura meroítica de Kush del siglo II alfabética cabal de 23 signos con vocales y palabras separadas por puntos, no barras, se disfraza de un ropaje de jeroglífico y demótico para uso monumental y perdura seis siglos hasta el IV dne., siendo ejemplo de transición de la escritura segmental a la alfabética pura.

II. 5) HITITA

Un apartado merece la escritura hitita que, como la egipcia, es figurativa (por imágenes) pero no pictórica. Y como la egipcia, es fonográfica (pero silábica, no segmental). Los hititas, pues, seguían el mismo principio que el de la escritura cuneiforme, pero los signos no son tan abstractos. Y es autónoma, difiriendo sus signos de la egipcia: cuando llegaron estos indoerupeos al Asia Menor desde el Mar Caspio en el 2000 ya conocían la escritura cuneiforme. La escritura ceremonial se mantuvo figurativa, como en egipcio los jeroglíficos. Baal es el “dios del cielo”. La escritura hitita se utilizó desde el 1500 hasta el 700, en esta fecha en ciudades coloniales sirias pues el imperio hitita ya no existía. Placas en relieve del 730 adne. escritas en hitita y fenicio nos informan de su asociación de símbolos gráficos individuales con determinadas combinaciones fonéticas de vocal y consonante. Aunque predomina la fonografía, no abandonaron los ideogramas y los determinativos. En el II milenio también los acadios utilizaban algunos signos gráficos no sólo como fonográficos sino además como logográficos. Los hititas utilizaron tammbién otras escrituras como la hurrita, el sumerio o el acadio. La pretendida semejanza entre signos hititas y cretenses se da en signos universales que se usan tanto en la escritura egipcia como en la pictografía sumeria o en Chipre, lo que nos remontaría a una fuente común en el Egeo, y más allá a la antiguo-europea.

II. 6) VALLE DEL INDO

Allá por el 2750 la idea de escribir se transmitió desde Sumer al valle del Indo, donde toma su propia configuración en el 2600, con más de 400 signos básicos y cerca de 300 variantes de signos, que no podemos interpretar al haberse interrumpido drásticamente su evolución con la invasión indoeuropea del 1500, si bien desarrollaron su propia sintaxis a juzgar por la estructura de secuencias regulares, como sería “Elena-su-abuela-ha-un-libro-comprado-(ella)-lee-(lo)”, left-branching, como el drávido o el japonés.

La familia indoeuropea es right-branching (Elena lee el libro “que” le ha comprado su abuela), como lo son también el sánscrito, el pali o el bengalí. El dravídico moderno se habla en 22 lenguas por 120 millones de personas, en la India, Pakistán y Bangladesh. Pero todas las escrituras indias derivan de la escritura alfabética aramea, ninguna de la escritura del Indo.

La cultura del valle del Indo floreció entre el 2500 y 1500, con centro en Harappa, conservándose centenares de inscripciones, todas ellas en sellos, de carácter ceremonial y mítico-religioso, como lo fueron las pinturas rupestres en el Paleolítico, o como en Egipto, Creta o Mesopotamia, lo que hace pensar que no eran de uso profano. Los drávidas no eran indoeuropeos, con cuya invasión alrededor del 1500 desaparece la escritura drávida de la antigüedad.

La escritura del Indo era de palabras y de selección léxica, a mitad de camino entre la pictografía sumeria y la logografía china, coincidiendo algunos de sus signos con la escritura jeroglífica cretense posterior al 2000 de selección léxica, que por su carácter sagrado era conservadora, diferenciándose de los sistemas fonográficos de la escritura contemporánea silábica en Oriente Próximo y Mesopotamia y de la segmental jeroglífica en Egipto.

A pesar de la interrupción de la escritura del Indo por la invasión indoeuropea persisiteron el toro como símbolo religioso, la diosa madre en la diosa Devi hindú, o el sexo y la vulva (lingam y yoni). No se sostiene la hipótesis de algunos sobre la conexión entre la vieja lengua del Indo y la de la isla de Pascua.

La escritura cretense antigua se interrumpe igual que la del Indo y por las mismas fechas, hacia el 1500 adne. Es también por esta época que en Babilonia, donde llevan utilizando la escritura cuneiforme durante casi mil años, olvidan por completo la antigua escritura logográfica de palabras sumeria.

II. 7) CHINA

Pero la logografía reaparece en China cuya lengua, usada por más de mil millones de personas, creen algunos que es la escrita más antigua todavía en uso, cuando en realidad data de no más allá del 1200 adne. mientras que el griego se remonta al sistema lineal B en el 1600? adne.

Al igual que en Mesopotamia, también en China, en su estado inicial de cultura escrita, en huesos y conchas de tortuga, predominaban los signos figurativos equivalentes a significados de palabras. Pero mientras que en Mesopotamia se estilizaban y convertían en cuneiformes al tiempo que la escritura se hacía silábica, en China se ha mantenido la olografía, aunque los signos ya han perdido su representación figurativa original, por lo que la relación entre los signos gráficos actuales y su significado en palabras es ya abstracto-simbólica, irreconocible, más que figurativa-asociativa, salvo excepciones como “puerta” ó “árbol”. Pero si la antigua pictografía sumeria se decantó por la fonetización, en China se siguieron utilizando signos figurativos hasta para los conceptos más abstractos: “aprender” es una madre con palabras en las manos, “mentir” es un signo que consta de dos: magia y hablar; el signo de “otoño” recuerda la quema de espiga en la era, al estilo de la narración por imágenes de los indios chipevas (ojibwas).

En China la escritura se remonta al siglo XIII adne., que sepamos, esto es al final de la dinastía Shang (1751-1111 adne.), aunque el reino había sido unificado por el Gran Yu de los Xia mil años antes, desde el 2205. Pero el origen de los Shang nos es desconocido, procedentes del oeste, lo que nos da pábulo para confirmar nuestra convicción sobre la difusión cultural de las ideas, pues llegaron con el bronce y las ruedas del carro de guerra. El soporte de los primeros documentos escritos y secretos era el hueso, el homóplato oracular de ciervo o de toro, actividad reservada -por su temible poder de comunicación con los espíritus- a los escribas versados en adivinación y en magia numérica, como refuerzo de la palabra hablada en funciones mágico-rituales. Las inscripciones eran de una pregunta y su respuesta en cada hueso. La escapulomancia, adivinación por observación de huesos, sigue vigente al noroeste de Canadá y al nordeste de Siberia. La evolución de la escritura fue lenta como corresponde a un pueblo conservador que se aferra a sus viejas tradiciones.

Los signos gráficos chinos se dividieron en el año 200 dne. en seis categorías: 1.signos pictográficos, figurativos, cuya configuración plástica simboliza siempre el contenido semántico (hsiang hsing), 2. ideogramas, signos simbólicos simples (chih-shih), 3. signos simbólicos compuestos (hui-i), 4. combinaciones de signos con elemento fonético (jeroglífico con aditamento fonético, eslabón entre lo logográfico y lo fonográfico, cuyo signo base representa el contenido semántico de la palabra, hsing-sheng), 5. signos gráficos que tienen varios significados parecidos, con suplemento fonético para diferenciarlos (chino chuan chu) y 6. signos gráficos con suplemento semántico, que transfiere a otra palabra que es idéntica fonéticamente pero que tiene un significado distinto (chino chia-chieh).

En la época de los huesos oraculares, del siglo XIV adne. en adelante, la mayoría de los signos eran de las categorías 1 y 2. Hasta comienzos del siglo II dne. en que se inventó el papel, se utilizaba la pluma de bambú o el pincel de pelo para escribir sobre tablillas de bambú. A finales del siglo III adne. Shi Huangdi, único de la dinastía Quin (Chin, de donde China), unificó el imperio chino e impuso un estilo gráfico normalizado, la pequeña escritura de sello, pero destruyó todos los textos escritos que no lo ensalzaran. La llegada de la imprenta provocó una forma algo más lineal y rígida.

Los nombres propios, como no tienen significado, no caben en la escritura china y así Francia es la “nación del derecho” (fa-kuó) como Inglaterra es la “nación de los héroes” (ying-kuó). 

La casta de escribas sacerdotales perdió su monopolio sacro privilegiado de la escritura tras las dinastías de Shang y Zhou, al perder su prestigio oracular.

La lengua china es aislante en cuanto que carece de desinencias y preposiciones (elementos conectivos). Su monosilabismo hace que muchas palabras homófonas, que suenan “igual”, tengan significados distintos, al dirigirse la escritura al significado de los conceptos y no al sonido de las palabras. Pero en realidad se distinguen en la escritura y se pronuncian en tonos sutilmente distintos. Así ma significa “mamá”, “maldecir”, “cáñamo”, “fregar”, “qué” o “caballo” según tonos distintos, y se escribe con signos diferentes. Esto se evitaría con el alfabeto latino pero el chino se agarra a sus tradiciones como señal, que es, de su identidad.

Aunque el chino es una lengua nacional, los mongoles, tibetanos, manchúes y hui más otras 51 nacionalidades  reconocidas hablan sus propias lenguas, sobre todo al sur de China. Así  los lolós de Setzuán escriben el yi con más de 800 signos propios, o los moso utilizan signos pictográficos transferibles a palabras fonéticas en un sistema de principio de jeroglífico y de símbolos geométricos de contenido ideográfico con que escriben solamente las palabras más importantes que recuerda la “selección léxica” de la antigua pictografía sumeria y de la escritura jeroglífica cretense.

La lengua china es la de mayor tradición (3500 años) en el mayor territorio con el mayor número de usuarios. Pero en ningún país vecino se utilizan exclusivamente signos gráficos chinos. En Japón los signos chinos se adoptaron en el s.VI dne., pero pronto comprendieron que sus ideogramas sin terminaciones gramaticales se adaptaban mal a la lengua japonesa, por lo que desde el medievo vienen utilizando una escritura silábica, pero con un inventario de signos que derivan de los chinos. Más de 970 signos servían para escribir un total de 87 sílabas. Había más de  40 signos para escribir la sílaba shi, 32 para la ka. Los primitivos textos japoneses parecen chinos pero no se leían y escribían de acuerdo con su significado chino sino con el valor fonético de sílabas japonesas. Un texto moderno japonés se escribe en tres sistemas gráficos: kanji con símbolos chinos que representan raíces léxicas, hiragana para la escritura de elementos gramaticales (usado en libros infantiles) y katakana para reflejar fonéticamente préstamos y nombres no chinos (propio de los telegramas y órdenes militares). A los que hay que añadir un cuarto, el alfabeto latino, para los ordenadores y en materia de tráfico y nombres de lugares. Hay periódicos en inglés.

Lo mismo ocurrió en Corea donde en el siglo VII dne. Salchong, ministro del rey Sin-mun utilizó ideogramas chinos como sílabas de la lengua coreana, hasta el s.XV en que se implantó el alfabético hangul.

II. 8) EL RONGO-RONGO DE LA ISLA DE PASCUA

El singular y autóctono sistema gráfico rongo-rongo de la isla de Pascua es de tres categorías, las dos primeras de las cuales no sabemos traducirlas. De la tercera se han conservado 21 tablillas de madera, la mayor de las cuales mide 90 x 10 cms con 8 hileras en cada cara y l.547 signos grabados. Cada dos líneas los signos están cabeza abajo por lo que hay que girar la tablilla 180º cada vez que se lee una línea si se quiere mantener la secuencia gráfica correcta. Eran textos rituales de carácter mítico-mágico. Los signos son palabras, desgramaticalizados, sin sílabas ni letras, ni atributos, ni afijos verbales, ni pronombres. Pero la secuencia ordenada de los signos no deja de ser un retazo de sintaxis. Los signos y sus combinaciones pueden ser ambivalentes y designan cosas distintas en contextos distintos. Son unos 120, de los que 40 son netamente figurativos y 80 geométrico-abstractos, logográficos de selección léxica, cercanos a una fonetización parcial.

II. 9) MAYA Y AZTECA

En la escritura maya, logográfica, la más desarrollada de Mesoamérica (años 250/600 dne. es su época clásica), los afijos se acumulan en los entornos exteriores o en el interior del propio signo principal, no estando todavía seguros sobre su valor de sílabas o de fonemas individuales. Se conocen 450 jeroglíficos individuales y 250 signos pequeños adicionales. El mismo concepto se expresa con distintas formas gráficas, como ocurre con los números, conceptos astronónomicos y del calendario. Hay al menos dos signos para cada número, uno con jeroglíficos (sagrados) y el otro por medio de puntos y símbolos a modo de travesaños. Del 1 al 13 se representan con cabezas de 13 divinidades, utilizándose composiciones a partir del 14, combinando los signos 4 a 9 con el del 10 que es la cabeza del dios de la muerte sustituyendo la mandíbulas del correspondiente a dichos números del 4 al 9. Pues los números y el calendario mayas estaban insertos en un contexto mítico-mágico. El “primer día” de su calendario se fijó en el 12.08.3113 adne. de nuestro calendario gregoriano. Se conservan sólo tres códices, los de Dresde, Madrid y París. El de Dresde data del 1200 dne. y trata de astronomía y de adivinación. Su libro mítico es el Popol Vuh.

El comienzo de las escrituras maya y azteca está en la cultura olmeca, entre el 1000 y el 300 adne. Una estela en maya del Tikal es del 292 adne. La escritura estaba al servicio del ritual asociado al calendario que era doble, el civil de 360 días solares más 5 nefastos y el sagrado en el que todo nombre de día se repetía cada 260 días y todo nombre de año cada 52 años.

Los aztecas escribieron mucho después que los mayas con signos pictográficos y jeroglíficos ideogramas, en los que no se retrata el significado sino que se asocia la imagen con lo que se quiere significar. La “guerra” se representaba tanto con un arco y flechas como con una composición de agua y fuego, el mayor antagonismo cósmico que podían imaginar. La cabeza del dios Xipe Totec como jeroglífico no representaba tanto al mismo dios como a su fiesta, el “desuello de hombres”. El principio ideográfico es sólo una variedad de reproducción de nombres propios. Tenochtitlán, la capital, se escribía con un nombre-glifo que significaba “piedra” (tetl) de la que brota una chumbera (nochtli) lo que  indica una transferencia fonética y una transición de la escritura pictográfica e ideográfica hacia la fonográfica. Los signos gráficos pa-tetl-nochtli…(bandera: pamitl, piedra, chumbera…) se usaron para el Paternóster. El término jero-glífico se utiliza para designar la escritura antigua sagrada egipcia, hitita, azteca… tanto como para el principio de transferencia fonética.

II. 10) FENICIA

La escritura fenicia se remonta al III milenio aunque los textos encontrados en Biblos datan del II. Eran silábicos y conocemos 114 signos, algunos similares a los egipcios. Vástagos directos del alfabeto consonántico fenicio fueron la escritura griega cretense o la aramea (de la que deriva el alfabeto indio), e indirectos la etrusca, la ibérica (hasta la destrucción de Tartesos en el 500 adne. por los cartagineses, aunque las grabaciones en monedas turdetanas perduraran 300 años más y el ibérico preindoerupeo se mantegan todavía con el vasco) o la brahmí, siendo la púnica de Cartago (siglo IX) una fase evolutiva del fenicio consonántico hasta los vándalos en el 439 dne. al igual que la numídica (libia antigua) en el 203 adne. que era alfabética, consonántica también, o la bereber que añadía las vocales al final de la palabra escrita y que, pese a la imposición del árabe en el s.VII, los tuareg la siguen utilizando para las cartas de amor o grabaciones en los brazaletes.

III. EL ALFABETO

Pero el invento fenicio fue el alfabeto. Veamos:

         El alfabeto, que se basa en la reproducción fonográfica de sonidos individuales, y prescinde por completo de los signos ideográficos, necesitó de fases anteriores como la escritura segmental jeroglífica de Egipto, la cuneiforme acadia de Mesopotamia, la jeroglífica hitita, la lineal B de Creta, adoptada por Micenas, y el alfabeto consonántico con signos del cuneiforme de Ugarit, en la costa siria. El componente ideográfico hacía dificultosas las escrituras segmentales y silábicas. El salto al alfabeto (consonántico) se dio en Fenicia, con 14 signos que reproducían la estructura fonética, sin más, de la palabra representada. Grecia lo remataría añadiendo las vocales en el s.VII y la lectura de izquierda a derecha.

            Allá por el 1650 en la zona sirio-palestina de lenguas semíticas la escritura de Biblos y Chipre, sin signos ideográficos, emergió como escritura silábica de consonantes, con los nombres propios enmarcados con una línea discontinua y con barras verticales para la separación de las palabras. Las primeras lenguas que “sufrieron” su influencia fue la moabita de los cananeos y la púnica de los cartagineses. La escritura turdetana, como la ibérica, es un vástago de la fenicia. Los signos fenicios se parecían más a los egipcios que a los cretenses. La escritura del Sinaí del siglo XIX (!) adne. no influyó directamente en el fenicio posterior, pero es prueba del desarrollo en paralelo de distintos alfabetos consonánticos en aquella la zona, así como en Egipto y en Creta. Así pues, ni Fenicia es autora del alfabeto prototipo en exclusiva, ni éste se puede considerar completo hasta que los griegos le añadieron las vocales. Es más, los verdaderos continuadores del alfabeto consonántico fenicio fueron los arameos, a pesar de que los cretenses lo adoptaran antes que ellos.

            Silabarios con variantes del alfabeto son los textos en piedra encontrados en Chipre (s.XI) y en Creta (s.VIII),  donde una vasija tiene una inscripción fenicia del s.X/IX, a pesar de encontrarse en los siglos “oscuros”. De la antigüedad del alfabeto cretense, que se lee de derecha a izquierda hasta el s.V adne., da fe el signo “yod” en su forma antigua fenicia. Y además el alfabeto cretense es el más antiguo escribiendo el griego, sin perjuicio de su origen fenicio: el feni-kastás (escriba) cretense feni-kazei (escribe) la escritura al modo feni-cio. Se fecha en el s.XI la adopción en Creta del alfabeto fenicio. La inscripción de Tera se lee de dcha. a izqda y luego de izda. a derecha, repiténdose este modo en la tercera línea y leyéndose la cuarta como la primera, “siguiendo el orden de los surcos al labrar la tierra”. Se le llama escritura alfabética arcaica en tanto que se sigue pareciendo a la fenicia. El vaso de Dipilón de Atenas data del s.VIII. Junto con Creta se adopta el alfabeto fenicio en Grecia en el Atica, Eubea, Laconia, Fócide, Tesalia y Arcadia, así como en las colonias.

 

La inserción por los griegos de las vocales tuvo que ver con la tarea de adaptar el alfabeto fenicio semítico a la lengua griega indoeuropea. Del primitivo alfabeto griego se han perdido las letras digamma (proviene del semítico waw), la sadhe y la koppa. Las vocales griegas ocuparon el lugar de las semiconsonantes fenicias. Así la “a” sustituyó al aleph, la “e” a la , la “i” a la yodh, y la “o” al ajin. Faltan la “u” y la “omega”? La “u” nació en el alfabeto latino como V, sustituyendo a la Ypsilon, que también fue adoptada como Y (ü). La heta y la omega son la “e” y la “o” largas: ó-micron es la “o” breve, la pequeña, y o-mega la grande, la larga. Los griegos añadieron las letras “fi”, “ji” y “psi” para sonidos que no existían en la lengua fenicia. La normalización del alfabeto griego (jónico, clásico) de 24 signos se instituyó en el 403 adne. para superar las diferencias regionales. Antes la lengua escrita griega se había difundido hasta Etruria en el s.VIII (tablilla de Marsiliana) y el Lacio romano en el s.VII (la piedra del Foro, lapis niger, 600 adne.) y Egipto en el s.VI (escritura copta). El cirílico nació en el s.VIII de nuestra era.

Eran once los signos en que coincidían los alfabetos fenicio y griego (la mitad del alfabeto griego): y eran la b, g, d, z (s sonora), k, l, m, n, r, p y t.

            Superar los signos de contenido ideográfico motivó el paso de la reproducción de sílabas al de la reproducción de sonidos individuales y permitó reducir su número a menos de dos docenas, aunque hoy, y después de las vocales, pasen de 20.

            El alfabeto consonántico fenicio fue adoptado en el ámbito lingüístico griego en el siglo IX adne. El uso del alfabeto “cabal” griego (con vocales) se extendió desde Iberia y sur de Francia por todo el Mediterráneo costero hasta Siria, el Cáucaso, el norte de la India y en Egipto hasta Nubia, siendo la lengua escrita más antigua que sigue en uso todavía. Pues si el chino se remonta al 1380 adne. en huesos oraculares del período Shang, el lineal B cretense se utilizaba ya en el 1450 para escribir el griego micénico. Si Grecia recibió de Oriente próximo el alfabeto consonántico, el oriente recibió de Grecia el alfabeto completo después, a través de lidios, carios, frigios, licios y demás. La escritura gótica visigoda data del siglo IV en Bulgaria, con 25 signos gráficos más dos númericos, el 90 y 900, prevaleciendo el griego sobre la rúnica y no teniendo que ver con la escritura gótica de hoy. En cuanto a la escritura copta del s.VI adne. de 25 signos griegos más 7 demóticos, sustituyó a la demótica egipcia por ser el griego la lengua cristiana usada en Egipto a partir del s.II dne. hasta el s.VII en que se impuso el árabe. Del copto cristiano deriva en el s.IX dne. la tradición greco-bizantina actual de la escritura minúscula.

           

Los etruscos trajeron su lengua (griega) escrita de sus orígenes egeos, no tomándola por tanto de Cumas o Sicilia (Magna Grecia). Del etrusco derivaron el latín y el rúnico germánico, aunque antes lo hicieron la umbra y la osca en los siglos VI y V adne. y la falisca que se desarrolló en paralelo al latín, el cual se impuso en el 241 adne. También nacieron del etrusco las alpinas, como lo demuestra la ausencia de signos para las oclusivas sonoras b, d y g, y la lengua de los vénetos, pariente del ilirio.

            En cuanto a la rúnica, las runas germánicas que se remontan al s.II adne. y difundieron desde el s.I dne por todo el mundo germánico, utilizaban los signos del alfabeto alpino, siendo, pues, hijas del etrusco y nietas del griego. Los signos F, R y B muestran su ascendencia latina. Las inscripciones rúnicas se extienden en las regiones celtas desde Islandia y Groenlandia por el norte hasta el Dniéper por el este, la costa atlántica al oeste y al sur Yugoslavia (Sarajevo) y el sur de Rumanía. En el rúnico nórdico, el futhark, la nomenclatura es acrofónica: el sonido inicial del nombre se corresponde con el valor fonético del signo rúnico con el que se relaciona. La runa céltica, que significa “secreto, misterio”, era un medio esotérico de comunicación mística, no entendiéndose que pudiera utilizarse para la transmisión de información profana. Los signos de los números se asociaban a las letras. El texto más largo (la piedra de Rök, al sur de Suecia, del s. IX) consta de 750 signos. En el siglo XIII el rúnico sucumbe ante la escritura latina.

 

            En cuanto a la escritura cirílica, que sustituyó a la eslava glagólica, el polaco, el checo, eslovaco y esloveno usan el alfabeto latino, pero el ruso, el ucraniano, el búlgaro, el macedonio y el serbocroata en Bosnia, Hercegovina, Montenegro y Serbia -aunque no en Croacia y Dalmacia donde se escribe con letras latinas- utilizan la cirílica. Cirilo realmente inventó la glagólica pero no el cirílico, que fue obra de Clemente de Ohrid, su discípulo en Macedonia, a partir de la escritura mayúscula (uncial) griega. La mayoría de las 78 lenguas cultas rusas escriben en cirílico.

            Los estados eslavos (de Bulgaria a Kiev, pasando por Moravia, Serbia y Macedonia) se consolidaron en el s.IX. Los mongoles invadieron Moscú y Kiev en el 1240, librándose Nóvgorod al NW de Rusia, donde se escribe en cortezas de abedul, según textos que conocemos hasta del s.XI, y su escritura persiste hasta el s.XV en que cae bajo Moscú. El actual alfabeto ruso fue reformado en 1917 por Kerensky.

            El finés es la primera lengua no eslava que puso por escrito el alfabeto cirílico. Y luego el rumano, hasta 1868 en que adoptó el latín. En los siglos XVI y XVII el búlgaro es utilizado como lengua diplomática internacional y de la Iglesia en Rumanía y Moldavia. No eslavas sino lenguas propias son el georgiano, el armenio, el tártaro (árabe), el estonio, el letón y el lituano latino.

 

El alfabeto latino, entre etruscos al norte y griegos al sur, nació en el 700 adne. con 21 letras (sin la th, kh y ph griegas, pero con la G en lugar de la Zeta, suscribiendo un rabito en la C) aunque el documento escrito más antiguo que conocemos es la piedra del Foro del año 600, que se lee de derecha a izquierda todavía. Que la “c” se escribiera K ante la “a”, la “r” y al final de palabra; C ante la “e” y la “i”, y Q delante de “u”, habla de su ascendencia etrusca. Hicieron falta mil años para que el alfabeto fenicio derivara hasta el latino.

         En Roma se hablaba en griego tanto como en latín. Pero fue la escritura latina la que se utilizó como factor de unificación cultural, aunque su dinanismo sólo se dio en tiempos post-romanos, como símbolo medieval del nuevo mundo civilizado, el cristiano. De especial mención es la escritura ogham irlandesa, de alfabeto completo de 15 consonantes y 5 vocales, que se remonta al siglo IV, un siglo antes de que les llegara el latín con el cristianismo, compitiendo ambas escrituras hasta el año 650 en que el autóctono sucumbe al importado. Hasta entonces el latín se utilizaba para escribir en latín y el ogham para escribir el irlandés. El ogham era una lengua escrita secreta ceremonial de los druidas celtas, cuyas letras tenían nombres de árboles y plantas (B beithe: abedul; C coll: acebo; D daur: roble…), lo que recuerda los signos rúnicos germánicos.

        La expansión del alfabeto latino no ha conocido límites: desde el maorí polinesio de Nueva Zelanda que, gracias a él, ha reducido al mínimo el número de signos, hasta los lapones, a quienes ha resultado más adaptar el latín al sami, pasando por los esquimales de Groenlandia, los hawayanos, el swahiliK, el vietnamita y hasta el quechua en América latina, que se utiliza todavía entre el sur de Colombia y el norte de Chile, y que como lengua inca no se escribía. Pero no es Europa ni en América o Asia donde hay más lenguas escritas en grafía latina, sino en Africa en la que el latín lo utilizan para escribir más de 200 lenguas nativas, casi un 20% de las más de mil lenguas que se hablan en este continente.

Lenin introdujo en Rusia el latín en 1918 –desplazado después- y Turquía cinco años más tarde, en el 23.

          La cursiva fue posible tras el invento del papel y el pergamino.

 

En cuanto al alfabeto arameo desempeñó como lengua semítica en Asia y Egipto el papel difusor del alfabeto que el griego había desempeñado como lengua indoeuropea en Europa, aunque lo hizo un poco más tarde, en el s.IX , como vástago de la fenicia, la cual se expandió como tal hacia el oeste por el norte de Africa. Los arameos provenían de Arabia y se asentaron en Siria, Palestina y Mesopotamia. Derivaciones de este arameo fueron la escritura hebrea (escritura cuadrada), la palmirena (s.III adne.), la nabatea (s.II adne.) y la siriaca (s.I dne.). Edesa fue el centro de la cultura cristiano-aramea en Oriente Próximo en los siglos II a VII, siendo en el V, año 450, que se tradujo la Biblia al sirio, la Pésitta. En cuanto a los judíos -antes de adoptar el alfabeto arameo en el 538 adne., al término del segundo cautiverio en Babilonia, y aceptado su uso popular en el s.V-, ya tenían su propia escritura cananea o paleo-hebrea desde el s.IX adne., lengua en que se escribió la Biblia (el Pentateuco y el libro de Isaías) que no se ha conservado y que permaneció como lenguaje de culto. Esdrás, Sumo Sacerdote judío, aceptó el alfabeto arameo de letra cuadrada en el 440 también para los actos litúrgicos. Hay motivos para penar en el origen cretense de la escritura semítica.

El arameo es, después del latín, el sistema gráfico más productivo de todas las lenguas escritas: pasan de 250 las que lo adoptaron (la mayoría eran alfabetos indios) aunque los de Asia Central son históricos, pues cedieron al latín en los años 20 del s.XX. Los sitemas gráficos indios son vástagos indirectos del arameo pero la escritura persa pehleví deviene de él directamente.

El árabe proviene del arameo, que llegó hasta Mongolia y Manchuria.

La escritura mongólica provino de la sogdiana (s.IX, que escribía el signo de la “r” para significar el de la “l”) de la que a su vez derivó la uigur (pueblo de habla turca al NW de China) la cual usaron los mongoles del s.XIII al XV con fines oficiales. Fue en uigur que se tradujeron al momgol textos budistas escritos en sánscrito y en tibetano, éstos en galik (del sánscrito ka-lehka, “escritura de la serie ka”). En los años 20 se pasó a cirílica, consolidándose en los 40 y declarándose oficial en 1950.

 

La escritura árabe no proviene directamente de la aramea sino de la nabatea y se data en el s.VI dne. Típico de ella son las ligaduras entre letras y la variación de las figuras de las letras según el entorno en que se enmarcan. Las vocales se representaban con un punto sobre la consonantes para la “a/o”, un punto dentro de la consonante para la “u”, y punto debajo de la consonante para la “e/i”, desde el s.VIII dne. Actualmente se dibujan con una raya sobre la consonante para la “a/e”, una raya debajo para la “i/y”, y un pequeño gancho por encima para la “o/u”.

La cultura escrita árabe está tenazmente vinculada a una base religiosa. Sólo en escritura árabe se redacta literatura islámica (¿??) y el Corán sólo es reconocido en su versión original (y en esperanto). Sin embargo es abierta su adopción por cualesquiera otras culturas, razas, pueblos o religiones. Y así fue transferido a Persia de población iraní indoeuropea, al Egipto de los coptos camitas, al Asia Menor de los pueblos turcos, al Africa negra mediante el swahili en el siglo XVII (que hoy se escribe con letras latinas), etc. Pero para las culturas marcadas por el Islam, la única lengua digna de ser estudiada es su sagrado árabe.

Las escuelas árabes de Córdoba y Sevilla difundieron textos universales rescatados a través del árabe. La escuela de traductores de Toledo en los siglos XII al XIV transcribió al latín obras escritas en árabe. La innovación más importante de la escritura árabe es la cursiva clásica en el siglo X. Hay lenguas no semíticas que han adoptado la escritura en árabe, como el hausa de Nigeria, el farsi persa o el urdú indio. Las culturas árabes del Asia Central se latinizaron en los años 20 del siglo XX por Stalin.

            La influencia del griego y arameo en la lengua escrita persa ha permitido que el alfabeto avéstico persa, de 48 signos, pertenezca a la familia de alfabetos completos (con sonidos individuales para las vocales) tales como el griego, el etrusco, el latino o el etiópico.

 

            La escritura del valle del Indo se remonta más allá del 2500 adne. pero la entrada de los indoeuropeos (arios: nobles) alrededor del 1600 no dejó ni huella de la escritura antigua. Si Grecia tardó dos siglos en recuperar la escritura (con el alfabeto fenicio) tras la interrupción de la greco-micénica en el s. XII adne., en la India tardó más de mil años en renacer la escritura que lo hizo en el s.VI adne. adoptando el alfabeto arameo en dos lenguajes escritos, el carostí en el s.VI adne. sobre monedas y el brahmí que lo sustituyó a partir del V adne., aunque los textos más antiguos que conocemos son de mediados del s.III adne. La persistencia de una alfabeto consonántico se detecta en el hecho de marcar las vocales por medio de signos auxiliares que no existían en la escritura semítica. Hoy en la India hay más de 200 variedades de lenguas escritas, lo que hace figurar al arameo en segunda posición de ramificaciones en escrituras gráficas, tras el latino.

            Podemos distinguir dos grupos en las escrituras indias, uno al norte de indoarias y otro al sur de lenguas drávidas. Oficialmente hoy están reconocidas 15 lenguas y 19 escrituras. En el norte están las escritura kusan (s.I dne.), la ksatrapa (s.II dne.), la gupta (s.IV dne.), la saca, la siddamatrka y la nagari (s.VII dne.), de la cual última la devanagari (s. XI dne.) que se ha utilizado para la literatura en sánscrito y se utiliza también en el hindí, que es una de las 15 lenguas oficiales y que hablan 30 mills. de personas. En el sur están la modalidad gráfica india central (s.V dne.), el kalinga (s.VII), la canaresa, la telegú, el grantha

            El tibetano, cuyos textos más antiguos son del siglo VIII dne., no viene, como se creía, de la India sino del Turquestán.

          La escritura alfabética coreana (hangul) de 28 signos (combinados suman 40, de los que 21 son vocales así como combinaciones entre vocales y las semiconsonantes “y” y “w” y los otros 19 consonantes), de los cuales 4 han quedado ya obsoletos, se independizó en el s.XV dne. de la tradición china, de cuyos signos gráficos había dependido desde siempre. El coreano, al igual que el japonés y en contra del chino, es una lengua aglutinante y por ello posee terminaciones gramaticales. El rey Sejong (1418/1450) revalorizó una lengua propia nacional como “escritura grande” (hangul) contra la plebeya (la china, hanja) cuya escritura se ha mantenido hasta el s.XXI en que todavía se sigue un sistema mixto. Aunque los signos individuales corresponden a sonidos, en la práctica el “hangul” es una escritura silábica, pues no se deletrean sino que se dividen en sílabas que son las que se leen y que se escriben.

La evolución de la cultura cristiana europea y de la árabe islámica ha dependido de la utilización de una escritura alfabética. El alfabeto se impuso por su eficacia “práctica”, sí, pero más aún por el prestigio cultural del que gozó desde sus orígenes y el vínculo que lo unía con la cultura de una sociedad hegemónica determinada.

       Pero recordemos que el principio logográfico está vigente hoy en día en Europa y resulta imprescindible como complementario de la escritura alfabética, con símbolos bien figurativos bien abstractos-geométricos (logotipos, señales de tráfico, iconos de internet…) que transmiten la información deseada sin intervención alguna de la lengua.

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