Direcci�n: JULIO BRACHO
Argumento: sobre el libro de Bruno Traven; adaptaci�n: Juan de la Cabada y Carlos Ortigosa.
Fotograf�a (Cinemascope, Path�color): Gabriel Figueroa.
M�sica: Lan Adomio�n.
Sonido: Jos� B. Carles.
Escenograf�a: Eward Fizgerald.
Edici�n: Gloria Schoemann.
Filmada: a partir del 29 de diciembre de 1955 en los estudios Churubuisco y en locaciones de Taxco, Morelos, Oaxaca y Acapulco.
Estrenada: 20 de noviembre de 1956 en los cines Robles y M�xico.
Int�rpretes: Una soluci�n inesperada: Aruro de C�rdova (Pierre Duval), Lorraine Chanekl (Lorraine Arnaud), Miguel Angel Ferriz (Alfredo, t�o de Pierre), Julio Monterde (Alberto), Rafael Alcayde (se�or Ochoa), Elvira Quintana (se�ora Ochoa), Aurora Walker (madre de Lorraine).
Canasta: Mari Blanchard (Gladys Winthorp), Jack Kelly (Eddie Winthorp) Jorge Mart�nez de Hoyos (ind�gena que hace canastas), John Kelly, William Harper.
La Tigresa: Mar�a F�lix (Luisa Bravo), Pedro Armend�riz (Carlos Cos�o), Consuelo Guerrero de Luna (t�a de Luisa), Emma Rold�n (abuela de Luisa), Carlos Riquelme (m�dico), Emilio Garibay.
Una soluci�n inesperada: En Taxco, los franceses Pierre y Lorraine se casan, se aburren y pelean entre s�. Despu�s de un viaje a la capital para ver a su madre enferma, Lorraine vuelve cari�osa y razonable y el matrimonio se vuelve feliz e incluso tienen un hijo, Alberto. Cuando crece, Alberto quiere casarse con Laura, pero Pierre se niega rotundamente. Cuando ve que la boda es inminente, confiesa a Lorraine que Alberto y Laura no pueden casarse pues son hermanos. Cuando Lorraine se fue a la capital a ver a su madre, la se�ora Ochoa, madre de Laura, se le insinu� a Pierre y tuvieron una aventura amorosa cuyo resultado fue Laura. Lorraine entoces confiesa a Pierre que ella por su parte tuvo una aventura con el marido de la se�ora Ochoa, que estaba en M�xico; por lo tanto Alberto no es hijo de Pierre y los j�venes pueden casarse sin problema. En la boda, el se�or Ochoa dice a Pierre que �l (Pierre) ha ganado una hija y el se�or Ochoa ha ganado un hijo. Pierre se neiga a darle la mano.
Canasta: Eddie y su esposa Gladys, turistas norteamericanos, recorren M�xico en su auto, gastpandose hasta lo que no tienen. Visitan las ruinas de Montealb�n en Oaxaca y en un pueblo se entusiasman con las canastas que fabrica un ind�gena y compran varias por 1.75 pesos cada una, lo equivalente a 15 centavos de d�lar.. Despu�s van a Acapulco en donde se les ocurre un buen negocio: vender�n las canstas a cinco d�lares en Nueva York. Ya de regreso a su pa�s, el marido de una amiga suya, la se�ora Kepler, propone usar las canastas como envolturas de los chocolates que fabrica. La compa��a chocolatera ofrece a Eddy pagarle las canastas a un dolar cada una y le pide doce mil canastas. Eddie renuncia a su empleo en una zapter�a y compra a Gladys un abrigo de mink.. El matrimonioo vuelve a M�xico en busca del ind�gena que fabrica las canastas para empezar el negocio. El ind�gena las dice que mientras m�s canastas compren m�s caras se las vender� pues prefiere hacer pocas diariamente sin meterse en problemas. Gladys y Eddie regresan decepcionados a su pa�s; regresan a la tienda el abrigo de mink y terminan sus ambiciosos sue�os de grandeza.
La Tigresa: Luisa vive en un poblado de Morelos con su abuela y su t�a. Fue educada en Estados Unidos y ahora atiende una talabarter�a que hered� de su padre. Por su fuerte car�cter, es temida y a la vez deseada por los hombres. Su abuela y su t�a desean que pronto se case, pero ella no acetpa a ning�n hombre. Un rico gaandero norte�o, Carlos Coss�o, visita su tienda y se interesa por una silla de montar que vale seis mil pesos, aunque �l s�lo quiere pagar tres mil y se juega la diferencia con Luisa en una partida de ajedrez. Luisa gana; despu�s Carlos la invita a tomar algo y ella acepta. Por primera vez se siente atra�da por un hombre. D�as despu�s Carlos la visita en su casa y ella lo invita a quedarse, de lo que se laegrn la abuela y la t�a. Al d�a siguiente, durante una discusi�n, Luisa acaba rompi�ndole a Carlos un jarr�n en la cabeza; Carlos decide que so no se quedar� as�. Se casa con ella. El d�a de la boda, los invitado apuestan a que el matrimonio no durar� debido al car�cter ind�mito de ella. Luisa humilla a Carlos cuando le ordena que le lleve su rebozo. Un invitado borracho pregunta a Carlos si el acta de matrimonio dice que Luisa llevar� los pantalones; �l lo golpea furioso. En la noche de bodas, Carlos deja sola a Luisa en su habitaci�n ante la c�lera de ella. D�as despu�s, Carlos pide a Luisa le traiga un jarro de caf�; ella le responde que no es su criada. Enotnces Carlos se lo pide a un perico y como �ste no lo hace, lo mata, ante el asoro de Luisa. Sucede lo mismo con un gato y cuando va a pasar lo mismo con el caballo de Carlos, la cada vez m�s espantada Luisa lo detiene y le trae ella misma el jarro de caf�. Al fin Carlos ha logrado domar a Luisa.
Sin embargo, la pel�cula result� bien lograda; el argumento de Traven en los tres cuentos es entretenido y con un final "chusco" para los protagonistas, cuyo comportamiento no es ejemplar en ninguno de los tres casos. El tercer cuento, para el que se contrat� a Mar�a F�lix (en su tercera pel�cula dirigida por Bracho) y a Pedro Armend�riz, presenta una situaci�n muy parecida a la de La fierecilla domada de William Shakespeare, y viene a ser una nueva versi�n de Enamorada, en la que tambi�n trabajaron juntos La Do�a y Armend�riz. El primer cuento, el peor de los tres, resulta un argumento telenovelesco, con infidelidades y peligro de incesto. El segundo es el de argumento m�s original, al plantear la ambici�n, la vanalidad y la testarudez de una pareja de norteamericanos que no logran entender un mundo completamente diferente al de ellos, el de un humilde ind�gena oaxaque�o, quien tampoco le interesa el beneficio de la vida mejor que le puede apotar el negocio que le proponen, retratando as� la idiosincracia conformista del pueblo de mexicano.