CINE
100 PELICULAS
El Santo Oficio  (1973)
Diana Bracho en El Santo Oficio
Producci�n:  Conacine y Cinematogr�fica Marco Polo; Productora ejecutiva: Ang�lica Ortiz
Dircci�n: Arturo Ripstein
Argumento y Adaptaci�n: Jos� Emilio Pacheco y Arturo Ripstein
Fotograf�a (Eastmancolor): Jorge Stahl Jr.
M�sica: Joaqu�n Guti�rrez Heras.
Sonido: Jes�s Gonz�lez Gancy
Escenograf�a: Jos� Rodr�guez Granada; Ambientaci�n : Lucero Isaac; decorador: Ernesto Carrasco; Vestuario: Pandora y Edith Ju�rez; maquillaje: Elda Loza.
Edici�n: Rafael astenedo y Eufemio Rivera.
Filmada: a partir del 4 de noviembre de 1973 en los estudios Chrurbusco y locaciones en el convento de Actopan, Hidalgo y la ciudad de Guanajuato.
Estrenada: 12 de septeimbre de 1974 en los cines Latino y Las Am�ricas.

In�rpretes: Jorge Luke (Luis de Carvajal),
Diana Bracho (Mariana de Carvajal); Claudio Brook (Fray Alonso de Peralta), Ana M�rida (Francisca), Silvia Mariscal (Justa M�ndez), Martha Navarro (Caalina), Arturo Berinst�in (Baltasar), Antonio Bravo (rabino Morales), Peter Gonz�lez (fray Gaspar), Mario Castill�n Bracho (Gregorio L�pez), Carlos Nieto (inquisidor Juan Lobo Guerrero), Farnesio de Bernal ( Fray Hernando), Rafael Banquells (principal de la Real Audiencia), Juan Jos� Mart�nez Casado (carcelero), Jorge Feg�n (padre Oroz), Mart�n Lasalle (D�az M�rquez), Florencio Castell� (fray Lorenzo de Albornoz), Virgilio Hern�ndez (Martoz de Boh�rquez, escribano), Ram�n G. Larrea (Alonso de Contreras), Eduardo Casab y Antonio Rangel (alguaciles), Carlos Pouliot (amante de Justa), Rub�n Calder�n (Domingo de Lucena), Ram�n Men�ndez (Manuel de Lucena), Mar�a Barber (Luc�a, esposa de Domingo), Rafael Septi�n y Fernando Wencesalao (novicios),  Jaime Manterola, ArturoAguileta, Alejandro C�sar Tamayo, Jorge Alberto Castillo, Enrique Hagany y Fernando Pinkus (dominicos), Jes�s G�mez, Angel di Stefani, Nathanael Le�n Frankenstein y Rafael Castanedo (monjes itinerantres), Regino Herrera (labrador), Armando Coria (loco), Jorge Humberto Robles y Ju�n Angel Mart�nez (pregoneros de la Inquisici�n), C�sar castro y iguel di Stefani (corchetes), Rodolfo V�lez (cocinero), Ju�n Garza y Jos� Mart� (soldados),  Ju�n Carlos Ortiz (adolescente), Arturo hern�ndez y Manuel Corcuera (ayudantes de cocinero y violadores), Jorge Santoyo y Jorge Victoria ((frailes), Alfredo Obreg�n (esp�a), Zonia Rangel (loca sordomuda), Antonio de Anda Mu�oz (escribano), Nicol�s Jasso y Himberto Vilchis (verdugos), Luciano hern�ndez de la Vega, Cecilia Leger, Helio Castillo, Luis Torner.
Jorge Luke y Diana Bracho en El Santo Oficio
Sinopsis:  Nueva Espa�a, finales del siglo XVI. Muere el jud�o Rodrigo de Carvajal, natural de Benavente, Castilla. Es enterrado por su viuda Francisca y sus hijos Luis, Mariana, Baltasar y el fraile dominico Gaspar, quien desde los diez a�os de edad fue enviado al convento y no sabe que su familia practica el juda�smo. Durante el entierro de su padre,  Gaspar se da cuenta que lavaron el cad�ver, costumbre jud�a, y que recitan oraciones en hebreo. En la Nueva Espa�a se culpa a los jud�os de una epidemia. De regreso al convento, Gaspar, con fuertes sospechas de que su familia practica el juda�smo, se lo confiesa a Fray Loranzo de Albornoz. Ambos hacen la acusaci�n ante el Santo Oficio. El Gran Inquisidor, Fray Alonso de Peralta, ordena la aprehensi�n de Francisca y sus hijos y ordena a Gaspar que permanezca encerrado en su celda. Los guardias del Santo Oficio llegan a casa de Francisca y prenden a todos, salvo a Baltasar que logra huir. Francisca y Mariana son encerradas en una  misma celda, mientras que Luis es encerrado junto con un fraile, Fray Hernando, que resulta ser un esp�a. Sin emabrgo, Fray Herando se hace su amigo y no lo delata. Dos novicios encuentran a Gaspar, en su celda, muerto por ataque de viruelas. Francisca es llamada a comparecer ante el Gran Inquisidor, mientras Mariana, que ha quedado sola en su celda, es brutalmente violada. Como Francisca se niega a confesar que practica el juda�smo, es desnudada y torturada en el potro. Por la convivencia con Luis, Fray Herando, se convierte al juda�smo. Luis finge abjurar para salir libre y poder ejercer lo que  supone un gran poder de convencimiento. Despu�s de abjurar, el Gran Inquisidor lo condena a servir de criado en el manicomio de San Hip�lito, usando sanbenito. Francisca y Mariana son reclu�das en su casa de Tlatelolco. Fray Herando, que ha qudado solo en la celda, alucinado y ya convertido al juda�smo, se flagela y es enviado a San Hip�lito, en donde sirve Luis. En San Hipolito, el padre Oroz se interesa en las habilidades de Luis para traducir textos del lat�n y para escribir poes�a y lo ayuda d�ndole trabajo; sin embargo lo recrimina por leer la Biblia, pues est� prohibido. El padre Oroz concede permiso a Luis de visitar la casa de su madre. Al llegar Luis, su madre y otros jud�os, entre ellos el rabino Morales, celebran un rito jud�o. Luis recrimina a Justa M�ndez el que ande con otros hombres, pues dice sentir celos; sin embargo, dice no quererla. Justa se acuesta con otro hombre. Luis se circuncida solo en el campo para expiar sus culpas y convalece en casa del rabino Morales, quien quiere casarlo con su hija Catalina. Durante una celebraci�n, Mariana, hist�rica, arroja la imagen de un santo a la calle y dice tener miedo de volver a la Inquisici�n. Para poder controlarla, Luis se ve obligado a amarrarla. Mariana, ya m�s tranquila, va ser llevada por Justa a casa del rabino Morales. Luis le da a gaurdar un libro de salmos jud�os para entreg�rselo al rabino. En el trayecto, Mariana se da cuenta de que ha perdido el libro, que lleva escrito el nombre de Luis, y enloquece ante la idea de que alguien pueda encontrarlo. Luis visita al jud�o hermita�o Gregorio L�pez y ambos acuden a curar al moribundo Domingo de lucena, que es cat�lico. Gregorio le dice que no sanar� si no abraza la f� de Moises. Domingo los denuncia ante la Inquisici�n. Luis es aprehendido y desnudo es torturado en el potro. Ante le dolor de la tortura, Luis denuncia a cuanto jud�o conoce. Todos los jud�os son aprehendidos y condenados a morir quemados. Mariana, como ha perdido la raz�n, es enviada a San Hip�lito, pero al momento de ir a ser ejecutada su familia, la reunen de nuevo con ellos. En el �ltimo momento, Luis, Mariana y Francisca reniegan de su f� y mueren a garrote siendo sus cuerpos quemados posteriormente. Solo Justa se mantiene firme en su f� y es quemada viva.
Jorge Luke, Claudio Brook  y Carlos Nieto en El Santo Oficio
Comentario: Arturo Ripstein logr� con El Santo Oficio una cinta impresonante que sigue el estilo claustrof�bico del directo. Los personajes hablan con voces mesuradas, casi en susurro; al respecto dijo Ripstein: "Los personajes hablan como en el siglo XVI, la ropa es m�s o menos semjante pero no es exactamente de la �poca del siglo XVI; y desconocemos por completo los gestos del siglo XVI, la inflexi�n de la voz del siglo XVI... No son los p�rsonajes del siglo XVI, son los personajes de una pel�cula que trata de ser un fresco, un panorama de lo que podr�a haber sido el siglo XVI a partir de nuestra visi�n".
   El protagonista, Luis de Carvajal, bien interprertado por Jorge Luke, es d�bil y desconcertante. Es fan�tico de su religi�n, al grado de negarse a comer la carne que le dan en su celda de la Inquisici�n y circuncidarse solo para expiar sus culpas; sin embargo finge abjurar para que lo dejen libre, delata a sus compa�eros ante la tortura y abjura ante la muerte.
   Es m�s desconcertante a�n el personaje de fray Gaspar, interpretado por el nortemaericano Peter Gonz�lez quien apareci� en la pel�cula intaliana de Federico Fellini,
Fellini Roma. Gaspar antepone el deber religioso al amor y lealtad a su familia, acto que aprueba el Gran Inquisidor, y los denuncia al Santo Oficio por practicar e juda�smo.
   La hija, Mariana, impresonantemente interpretada por Diana Bracho, es la m�s fr�gil de los personajes. Brutalmente violada en la celda de la Inquisici�n, pierde la raz�n ante el pavor de ser recluida de nuevo. Con pocos di�logos y mucha expresi�n en su rostro, Diana no necesita hablar para demostrar que se perfilaba como una gran actriz desde sus inicios.
   Francisca, la madre, interpretada por la bailarina Ana M�rida, cuya falta de experiencia caus� muchos problemas al director, es, al igual que Justa M�ndez, el personaje de m�s car�cter. A pesar de ser vejada y humillada ante el Gran Inquisidor, se niega a confesar. Justa M�ndez (Silvia Mariscal), es la �nica que, a la hora de su muerte, no reniega de su f�.
    El Gran Inquisidor, interpretado por Claudio Brook, no es un hombre cruel, simplemente un sacerdote que cree cumplir con el deber que le impone la �poca y la religi�n.
    La secuencia de la escena final, terrible y desgarradora, fue filmada en una calle subrterranea de la ciudad de Guanajuato. Los condenados van en procesi�n, motandos en burros y prtando una vela verde en la mano y un cucurucho amarillo en la cabeza. Posteriormente son amarrados en hogueras individuales y muertos por garrote, salvo Silvia Mariscal que es quemada viva. 
(Jes�s Ibarra)
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