Participante: Javier Páez Garrido
Primeramente,
que vuestras altezas como señores que son de las dichas mares Océanos hacen
desde ahora al dicho don Cristóbal Colón, su Almirante, en todas aquellas
islas y tierras firmes que por su mano o industria se descubrirán o ganarán en
las dichas mares Océanos para durante su vida, y después de él muerto, a sus
herederos y sucesores de uno en otro perpetuamente con todas aquellas
preeminencias y prerrogativas pertenecientes.
Un
fraile describe la llegada de extranjeros
Entraban
los españoles en los poblados y no dejaban niños ni viejos ni mujeres preñadas
que no desbarrigaran e hicieran pedazos. Hacían apuestas sobre quién de una
cuchillada abría un indio por medio o le cortaba la cabeza de un tajo.
Arrancaban a las criaturitas del pecho de sus madres y las lanzaban contra las
piedras. A los hombres les cortaban las manos. A otros los amarraban con paja
seca y los quemaban vivos. Y les clavaban una estaca en la boca para que no se
oyeran los gritos. Para mantener a los perros amaestrados en matar, traían
muchos indios en cadenas y los mordían y los destrozaban y tenían carnicería
pública de carne humana... Yo soy testigo de todo esto y de otras maneras de
crueldad nunca vistas ni oídas".
Fray
Bartolomé de Las Casas Brevísima Relación de la Destrucción de Las Indias.
En su
tercer viaje, ya descubiertas las grandes islas, Colón y sus marinos habían
desviado el rumbo hacia el sur, y en lugar de adentrarse una vez más por los
archipiélagos del Caribe entraron en un golfo inesperado e inmenso y bebieron,
creyendo que era el agua sagrada del Ganges, el agua dulce del Orinoco. Aquellas
playas llenas de pájaros de muchos colores eran para sus ojos el Asia, y así,
bordeando la isla de Trinidad, salieron del golfo de Paria y contemplaron, en
una asombrada navegación de cabotaje, el mundo enorme que se abría frente a
ellos. Ante las costas de lo que sería Venezuela, y junto a la paradisíaca
isla de Margarita, estaba Cubagua.
Fue el
propio Colón quien advirtió con extrañeza que, junto a aquel islote reseco y
deforme, había nativos en agudas embarcaciones que largamente se sumergían en
el mar, y volvían trayendo en los cestillos algo que descargaban en las canoas.
La mirada que había explorado con ansiedad lo inmenso se detenía ahora en lo
diminuto, llena de la misma curiosidad. Los indígenas, al advertir la nave, se
replegaron asustados hacia la costa, y allí prepararon con sobresalto sus
arcos, pero desde los botes los hombres de Colón los halagaban, hasta que les
permitieron acercarse. Podemos imaginar por igual la escena y el asombro de los
navegantes. Aquellos nativos desnudos de las costas del mundo nuevo estaban
adornados de perlas. En los brazos, en las piernas, en los cuellos, mujeres y
varones llevaban largas sartas de perlas, y era eso lo que extraían de las
paredes sumergidas de la isla y de las praderas marinas.
Breve
cronología de la época de los viajes (1498 / 1500), En el tercer viaje Colón
"descubre" Venezuela
(1502 /
1504) En el cuarto recorre la costa caribe de las actuales Honduras, Nicaragua,
Costa Rica y Panamá.
1510 Un
auto dictado por el licenciado Figueroa, juez de vara y justicia mayor de La
Española, declara a la provincia de Uriapari (Guayana) región de caribes, y
autoriza a los conquistadores a cazarlos y venderlos como esclavos..
El 30
de marzo de 1498 Colón partió de Sanlúcar de Barrameda con 6 naves y, el 31
de julio, llegó a la isla Trinidad. De allí pasó a las costas de Venezuela
(sin saberlo, se encontraba por primera vez con el continente). Pero pronto
volvió a La Española, que había
quedado bajo el control de sus dos hermanos (Bartolomé y Diego), y se encontró
con que los colones españoles se habían sublevado debido a la fiebre del oro,
la inadaptación al clima y la severa disciplina impuesta por Bartolomé. Colón
hizo entonces ahorcar a varios, pero sólo logró aumentar las rebeliones.
Francisco de Bobadilla llegó a La
Española en el año 1500, enviado por los reyes. Al enterarse de los métodos
represivos de Colón, lo hizo arrestar junto con sus hermanos y los envió
encadenados a España.
La
nueva expedición se fleto seis barcos, que levaron ancla el 30 de mayo de
1.498. Tres fueron directamente a La Española, mientras Colón, al mando de los
otros tres - la Santa María de Guía, las Vaqueños y el Correo, seguían una
derrota más al sur. Gracias a las buenas relaciones ahora existentes entre los
dos reinos ibéricos, Colón pudo recalar en la isla de Cabo Verde.
El
tercer viaje y el hallazgo del continente
Casi
tres años tuvo que aguardar Colón para poder salir en su viaje siguiente.
Durante ellos restableció su mermado prestigio. La nueva expedición, que costó
4.150.800 maravedises, estaba formada por ocho embarcaciones. Hubo mucha
dificultad para buscar nuevos colonos, ya que los informes venidos de indias habían
apagado el entusiasmo popular. Los Reyes tuvieron que recurrir a indultar la
pena de quienes tuvieran delitos pendientes a cambio de servir en Indias;
durante dos años, si el delito era de muerte o herida, o durante un año, si
había sido menor.
La
infancia de Colón, como su fecha y lugar de nacimiento, también aparece
envuelta en nebulosa. El mismo Almirante señala que desde muy joven aprendió
el oficio de la mar, sin duda alentado por el carácter marinero de la ciudad de
Génova y la ebullición del comercio mediterráneo que inundaba la ciudad.
Parece ser que a los dieciocho años estuvo al servicio del corsario francés
Guillaume de Casenove, quien asediaba las naves venecianas que comerciaban con
Flandes por el Atlántico, hacia 1470.
El
aislamiento de América del Viejo Mundo se rompió a fines del siglo XV, cuando
los europeos pudieron llegar a él movidos por unos incentivos económicos
(importar oro y especias y comerciar con el fabuloso mercado asiático), gracias
al perfeccionamiento de su técnica de navegación y a unas naves (las
carabelas) capaces de surcar el Atlántico. Dos pequeños países de Europa
meridional, Portugal y España.
Colón
y causales de su empresa
la
Corona Española que igual aportó apoyo económico, político y naval al
navegante que, en busca de otra ruta marítima hacia Las Indias, zarpó con su
flota de expedición del Puerto de Palos el 3 de agosto de 1492, año de su
primer viaje en que desembarcó en la islas: Guanahaní, hoy Santo Domingo, el
12 de octubre; Santa María de la Concepción; Fernandina; Isabela; Juana,
actual Cuba, el 28 de octubre; y La Española, ahora Haití, el 5 de diciembre.