En 1995, cuando tenía 29 años, detectaron que mi corazón latía de manera irregular. Hay personas que viven con este problema normalmente, pero en mi caso, empecé a empeorar, hasta que pasé a Clase funcional 4, en la que la falta de aire empezó a ser cada vez más preocupante y mi calidad de vida se deterioraba.
Me anoté en lista de espera por un trasplante en 1997 y luego de 13 meses, el 1 de febrero de 1998 apareció un donante y me hicieron el trasplante de corazón.
Hoy soy economista, di clases en varias universidades y sigo mi vida normal gracias a un trasplante.