INDIGENAS SIN FRONTERAS      
           
    El voluntariado      
    El voluntariado es una expresión de la  solidaridad organizada, una intervención de la comunidad en la resolución de sus  problemas. La acción voluntaria expresa la responsabilidad e implicación de las  ciudadanas y los ciudadanos en el desarrollo comunitario; es una manifestación  cualificada de la iniciativa que la ciudadanía toma en el progreso social. El voluntariado  es una herramienta para ejercer el derecho a participar y transformar la realidad.      
           
    Es desde este espacio desde donde el  voluntariado ejerce su función reivindicativa  y crítica sobre la política social y el sistema  económico, vigilando para denunciar todo  aquello que entorpezca el pleno desarrollo  comunitario y la justicia social.      
           
    Las organizaciones de voluntariado están experimentando un gran auge en los últimos años. Estos grupos de ciudadanos y ciudadanas dan respuesta a las más diversas necesidades sociales de forma cada vez mejor organizada  y crecen articulando un amplio movimiento basado en una apuesta libre, desinteresada y  solidaria.      
    Todas estas entidades contribuyen a mejorar la calidad de vida de la sociedad y se  caracterizan por ser propuestas abiertas, dispuestas a acoger a cualquier persona interesada en sus objetivos y sus iniciativas.      
           
    El movimiento asociativo es un ámbito de participación, de trabajo en equipo, de  aprendizaje continuo y de transformación social.      
           
    Valores que sustentan al voluntariado      
           
    Cuatro son los valores clave que forman la  esencia del trabajo voluntario: la solidaridad,  la participación, la organización y la  gratuidad. Veámoslos.      
           
    ·          La solidaridad      
           
    Es la primera condición. Significa ser sensibles  a la realidad que nos rodea, a los problemas, a la injusticia y ser capaces de salir de nosotros  mismos, de nosotras mismas para actuar en  favor de los y las demás. Es un valor que  podemos practicar en todos lo ámbitos de  nuestra vida y en cada momento del día. Ser  persona solidaria es una actitud personal, un  estilo de vida caracterizado por el respeto a las  demás personas, por la escucha, la  comprensión, la toma de postura y la ayuda.      
           
    ·          La participación      
    Hay muchos ámbitos de participación en  nuestra sociedad: la familia y el círculo de amistades, el trabajo, nuestro voto, nuestro  consumo, nuestros impuestos, nuestro tiempo  libre ... Y cada vez que participamos estamos  condicionando el mañana, apostando por un  tipo u otro de sociedad. El voluntariado es  una oportunidad radicalmente diferente de  participar porque conlleva compromiso y una  clara intencionalidad de transformación y  mejora social. Todos los ciudadanos y las ciudadanas tenemos derecho a participar de  la vida de nuestra sociedad, tanto en su disfrute  como en la toma de decisiones y en la búsqueda  y puesta en práctica de soluciones para sus  problemas.      
           
    ·          La organización      
           
    Voluntariado y organización son conceptos  indisociables. El tipo de labor y la dedicación  necesaria requieren del trabajo en equipo. Sólo  el trabajo en una organización garantiza la  eficacia ya que fortalece la posición social de  nuestras reivindicaciones y posibilita contrastar, dar continuidad a la acción y compartir las tareas. Además, es una apuesta por lo  comunitario frente al individualismo, por crecer y por transformar juntos y juntas una  sociedad que es de todos y de todas.      
           
    ·          La gratuidad      
    La gratuidad es la base de la acción voluntaria.  El voluntariado, por definición, por principio,  se mueve de forma desinteresada. El voluntario,  la voluntaria no esperan ningún beneficio  económico ni material para sí, sino que  pretenden contribuir a la consecución de un  beneficio social, de unos fines y objetivos  centrados en el bien común.      
           
    Primeros pasos      
           
    A continuación te proponemos una serie de  pasos a seguir para participar como voluntaria  o voluntario.      
           
    ·          Reflexiona sobre las motivaciones e  inquietudes que te mueven.      
           
    ·          Establece la dedicación que puedes ofrecer: cuántas horas puedes emplear, cuántos días  y con qué continuidad. A veces, las  circunstancias personales, laborales o familiares pueden impedir realizar una labor  voluntaria de forma adecuada.      
           
    ·      Las entidades requieren personas que  ofrezcan un mínimo de estabilidad en su compromiso. Deberás dejar claro desde el  principio si se trata de una colaboración temporal o puntual y qué factores pueden  condicionar tu colaboración.      
           
    ·          Busca y elige el campo de acción que más  te atrae, que más te interesa, e infórmate sobre sus labores y necesidades.      
           
    ·          Una vez en contacto con la organización, define con ella las tareas a realizar para las que estás más capacitada o capacitado.      
           
    El voluntariado supone la relación entre la  persona y la organización en la que presta sus servicios. Esta relación genera unos  derechos y unas obligaciones.      
           
    Quién puede ser una persona voluntaria?      
           
    Voluntaria o voluntario es quien ofrece  libremente su tiempo, sus conocimientos, su experiencia... para el desempeño gratuito de  una labor solidaria. Su objetivo es transformar  la sociedad desde el convencimiento de que  su esfuerzo contribuye a la creación de un  mundo mejor.      
           
    Cualquier persona puede ser voluntaria. Todos y todas tenemos algo que aportar en función de nuestras capacidades, nuestras motivaciones y nuestras circunstancias personales. Siempre vamos a encontrar nuestro lugar, nuestra tarea.      
           
    Pero si “qué” hacer es importante no lo es menos el “cómo” hacerlo. Así, la persona  voluntaria se compromete libremente a  realizar de forma desinteresada actividades de interés social colaborando en tareas de una forma organizada. Se pone a disposición  de otras personas por propia iniciativa.      
           
    Es un trabajo, lo cual implica dedicación y  esfuerzo. Es una opción personal voluntaria y libre, pero que requiere un compromiso  estable con una organización que canalice nuestra participación, la cual será gratuita  y siempre en favor de otras personas y de la sociedad en general.      
           
    Los requisitos para el voluntariado son ..      
           
    Querer participar. Disponer de algo de  tiempo. Estar dispuesto y dispuesta a  compartir, a formarse, a aprender, a trabajar  con y para los y las demás. Y también es fundamental ofrecer estabilidad al  compromiso que se adquiere.      
           
    Hay muchas razones que pueden  conducirnos al voluntariado, desde motivaciones políticas o religiosas hasta la  lucha por resolver problemas concretos de  nuestro entorno, sin olvidarnos de quien busca  nuevas experiencias o algo diferente en lo que ocupar su tiempo.      
           
    Sin embargo, más importante que estos  motivos iniciales es la evolución de la persona hacia actitudes de solidaridad y gratuidad  reales, y que sean éstas las que definan su continuidad en el trabajo voluntario.      
           
    Las organizaciones, según sus características  y necesidades, tienen una amplia gama de oportunidades que permiten colaborar a  cualquier persona interesada. La variedad  actual de entidades, asociaciones y ONG va a permitir, sin duda, que encuentres el lugar idóneo.      
           
    En definitiva, no importa la edad o la  formación académica, ni la experiencia previa que se tenga, lo importante es querer  participar y estar dispuestos y dispuestas a poner algo de nuestro tiempo, capacidades e  ilusión al servicio de otras personas y de la  comunidad.      
           
    Funciones de la acción voluntaria      
           
    ·          Informar, sensibilizar y movilizar a la ciudadanía ante problemas e injusticias.      
           
    ·          Intervenir en problemáticas que sólo pueden  ser resueltas con una actuación próxima y a  través de estrategias flexibles.      
           
    ·          Actuar sobre necesidades descubiertas;  desvelar carencias o límites de la acción de los poderes públicos y del mercado.      
           
    ·          Generar iniciativas y vías de avance necesarias  para el desarrollo social.      
           
    ·          Actuar de portavoces de grupos minoritarios  y desfavorecidos.      
           
    ·          Actuar como medio de control de medidas  políticas y sociales contribuyendo a su definición y evaluación.      
           
    ·          Compensar desigualdades y desequilibrios  generados por el sistema económico.      
           
    ·          Actuar siempre en favor de los intereses  generales y del bien común de la sociedad, primando la promoción de las personas y la  defensa de los derechos humanos.      
           
    Todo esto, y muchas cosas más, puede estar  en tu horizonte cercano si te decides a convertirte en una persona voluntaria.      
           
    ¡ Merece la pena y siempre quien decide, quien  ofrece, eres tú. Está en tu mano !      
           
    Las razones del trabajo voluntario      
           
    El voluntariado es un importante factor de  desarrollo personal pero, sobre todo, es un imprescindible motor de desarrollo social.      
           
    Por un lado, hace posible la participación  ciudadana y, por otro, contribuye a la mejora de la calidad de vida de la sociedad, defiende  los intereses de personas y grupos en situación  de desventaja social, colabora en la resolución  de necesidades sociales concretas y genera, con  valentía y originalidad, nuevas y alternativas  propuestas de mejora.      
           
    Las organizaciones de voluntariado trabajan  en la consecución de fines sociales fundamentales: defensa del medio ambiente;  inserción social de personas y colectivos en  situación de exclusión; prevención de  situaciones de marginación; cooperación con los países en vías de desarrollo; defensa de los  derechos humanos; desarrollo de la comunidad;  promoción de la cultura, el deporte, la  educación...      
           
    El voluntariado es indispensable, además, porque actúa desde las necesidades existentes en cada momento, porque incide directa e inmediatamente en los problemas haciendo de avanzadilla en la búsqueda de soluciones.      
           
    ¿Hacen falta aún más razones?, ¿sí? Pues aquí  van otro puñado de ellas.      
           
    Participar a través del trabajo voluntario es  un derecho que tenemos los ciudadanos y las ciudadanas.      
    El voluntariado (la guelaguetza)  ha contribuido  históricamente al desarrollo de los pueblos , creando tejido social y dando cobertura a  las ideas y a los movimientos transformadores.      
           
    El voluntariado contribuye a recuperar el  protagonismo y el control sobre nuestra propia vida, nuestro barrio, nuestra ciudad  o nuestro pueblo. La acción voluntaria profundiza en la democracia porque evita  que sea un minoría quien decida, porque hace oír nuestra voz, porque hace posible  que participar sea algo más que votar cada  seis años.      
           
    El voluntariado da otra visión y otro valor a la vida a través del ejercicio de la solidaridad  y la gratuidad con los demás.      
           
    Los valores que promueve el voluntariado  -justicia, solidaridad, respeto, entrega, corresponsabilidad, gratuidad, cooperación…- son valores irrenunciables  para el bien de la sociedad.      
           
    Las organizaciones de voluntariado son una  escuela de ciudadanía, una oportunidad de  aprendizaje continuo, de trabajo en equipo  y de desarrollo personal.      
           
    El voluntariado es un bien común donde  todas y todos tenemos cabida. Es una apuesta por el compromiso y la libertad.      
           
    El voluntariado es una más entre las formas de solidaridad y de  relación con la realidad social. Su objetivo  no es competir ni desbancar a otros marcos  de referencia individuales o colectivos, sean  afectivos, laborales o de ocio, sino añadir una  posibilidad más para desplegar nuestras  inquietudes solidarias.      
           
    En tercer y último lugar, una persona  voluntaria no debe suplantar el trabajo de  una o un profesional. Desde un punto de  vista práctico ni su capacitación, ni su dedicación, ni su compromiso son los  adecuados. Desde el punto de vista ético, si el voluntariado atenta contra el derecho al  trabajo se convierte en un fraude contra la sociedad y contra sí mismo ya que su  identidad se fundamenta en el afianzamiento de las conquistas y los derechos sociales.      
           
    El voluntariado y los y las profesionales han  de caminar juntos en tareas que se complementan. Y donde la  profesionalización no haya llegado aún, el  voluntariado actuará como siempre lo ha  hecho, como pionero, detectando necesidades, cubriéndolas si es preciso y reivindicando para ellas el compromiso público, la acción profesional y la asignación de medios y de  recursos.      
           
    Derechos de la persona voluntaria      
           
    1 Participar activa y libremente en la  organización, recibiendo la debida  información sobre la misma y en especial  sobre sus fines, estructura organizativa y  funcionamiento, así como formar parte de  los órganos de participación que se  constituyan en el seno de la organización.      
           
    2 Colaborar en el diseño, elaboración,  ejecución y evaluación de los programas y proyectos en los que intervenga así como  tener la oportunidad de dar su opinión      
    sobre aspectos de la organización que le  afecten como voluntario o voluntaria.      
           
    3 Recibir el apoyo técnico, humano y  formativo que requiera la tarea que  desempeñe como voluntario o voluntaria y  ser asesorado sobre las actividades para las  que reúna las mejores condiciones.      
           
    4 Recibir un trato justo y no  discriminatorio, respetando su libertad, dignidad, intimidad y creencias.      
           
    5 Obtener el respeto y el reconocimiento  debido por la gratuidad de su labor y su contribución social.      
           
    6 Cesar libremente, previo aviso, en su  condición de voluntario o voluntaria.      
           
    Obligaciones de la persona voluntaria      
           
    1 Apoyar activamente a la organización en  la que se integra, participando y colaborando  con la misma en la medida de sus  posibilidades.      
           
    2 Cumplir los compromisos adquiridos con  la organización, respetando los fines y la normativa por la que se rige.      
           
    3 Actuar diligentemente en la ejecución de  las tareas que asuma y le sean encomendadas  y seguir las instrucciones que se le impartan  por las personas  responsables de la  organización.      
           
    4 Participar en las actividades formativas  previstas por la organización y en las que sean necesarias para mantener la calidad de  los servicios que se prestan.      
           
    5 Guardar la confidencialidad de la  información recibida y conocida en el  desarrollo de su actividad voluntaria.      
           
    6 Respetar los derechos de las personas o  del grupo de personas a quienes dirige su actividad.      
           
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