- Cuando tenías 18,
- Ella lloró en la fiesta de tu graduación de la escuela.
Tú se lo agradeciste estando de fiestas hasta el amanecer.
- Cuando tenías 19 años
- Ella té pagó la cuota de la universidad,
te llevó en coche hasta el campus y cargó tus maletas.
Tú se lo agradeciste diciéndole adiós desde fuera del dormitorio,
así no te sentirías avergonzado ante tus amigos.
- Cuando tenías 20,
- Ella te preguntó si estabas saliendo con alguien.
Tú se lo agradeciste diciéndole: "A Ti no te importa eso"
- Cuando tenías 21,
- Ella te sugirió algunas carreras para tu futuro.
Tú se lo agradeciste diciéndole: "No quiero ser como Tú."
- Cuando tenías 22,
- Ella te abrazó en la fiesta de graduación de la Universidad.
Tú se lo agradeciste diciéndole si te podía pagar un viaje a
Europa.
- Cuando tenías 23,
- Ella te dio algunos muebles para tu primer departamento.
Tú se lo agradeciste diciéndoles a tus amigos que los muebles eran
feos.
- Cuando tenías 24,
- Ella conoció a tu futura esposa y le preguntó sus planes para el
futuro.
Tú se lo agradeciste con una mirada feroz y le gritaste
¡Cállate!.
- Cuando tenías 27,
- Ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo que
te amaba muchísimo.
Tú se lo agradeciste mudándote por la mitad del país.
- Cuando tenías 30,
- Ella te dio algunos consejos para cuidar al bebé.
Tú se lo agradeciste, diciéndole que las cosas son diferentes
ahora.
- Cuando tenías 40,
- Ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu Papá.
Tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado.
- Cuando tenías 50,
- Ella se enfermó y necesitó que la cuidaras.
Tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan
los padres hacia los hijos.
De repente, un día,
Ella silenciosamente murió. Y todas las cosas que nunca hiciste
cayeron como un trueno.
Tomémonos un momento para rendir honor y tributo a la persona que
llamamos
Mamá, aunque algunos no la pueden llamar así
de ese modo abiertamente.
No hay sustituto para Ella.
Alegra cada momento. Aunque a veces,
Ella
no parezca la mejor de las amigas, quizás no concuerde con tu
forma de pensar, pero aún así?
¡Es tú Madre!
Ella estará allí para ayudarte con tus dolores, tus penas, tus
frustraciones.
Pregúntate a ti mismo:
¿Has separado tiempo para estar con
Ella, para escuchar sus quejas sobre el
trabajo en la cocina, su cansancio?
Sé prudente, generoso y muéstrale el debido respeto, aunque tú
pienses diferente de Ella.
Una vez que se vaya de este mundo, solamente los recuerdos
cariñosos del Ser Que Llamamos Mamá
Solo Eso Nos Queda