William Herschel, ya citado anteriormente, observaba el firmamento en 1781 con uno de los primeros telescopios que construyó, cuando advirtió que una “estrella” no tenía un tamaño puntual como las demás, sino que era notoriamente mayor. En noches sucesivas pudo comprobar que la “estrella” se movía independientemente de las otras y que, por lo tanto, no era tal, sino un planeta como los otros seis conocidos, aunque de buen principio creyera que era un cometa.

Con él se abrió una nueva frontera, porque su distancia al Sol duplica la de Saturno, ya que en promedio es de 2 871 millones de kilómetros. Cuando lo vio por primera vez, Herschel experimentó la misma sensación que en la actualidad cualquier astrónomo aficionado. Por el telescopio se ve más grande que una estrella, pero su diminuto disco verdoso tampoco le hace parecer un planeta, ya que no se aprecian detalles.


Características:

Urano es bastante más pequeño que Júpiter y Saturno, ya que su diámetro en el ecuador es de 26 100 km, pero junto a ellos y a Neptuno es uno de los cuatro grandes planetas gaseosos del Sistema Solar.

Se sabe que Urano es un astro de características físicas comparables a las de Júpiter y Saturno: un reducido núcleo sólido rodeado de gran cantidad de hidrógeno y helio líquidos. Con una particularidad: su eje de rotación no es más o menos perpendicular a su plano orbital como sucede en los demás planetas, sino que forma un ángulo de 98º, lo que equivale a decir que se halla casi tendido sobre este plano; así, desde la Tierra, vemos a Urano mostrándonos de frente sus zonas polares o su ecuador, con bandas nubosas también paralelas a causa de su rotación diferencial.

Urano esta envuelto en nubes de metano que absorben la luz roja y que le dan al planeta un aspecto verdoso. Su disco está casi desprovisto de rasgos, pero la sonda espacial Voyager II en 1986, y luego el telescopio espacial Hubble, permitieron ver algunas nubes brillantes. La extrema inclinación axial del planeta hace que en el trascurso de cada órbita el Sol aparezca por encima del ecuador y de ambos polos; cada polo recibe luz solar durante 42 años seguidos sufriendo 42 años de oscuridad. El interior está formado principalmente por agua, metano y amoniaco.

Urano, como Júpiter y Saturno, tiene anillos. Su existencia fue descubierta en 1977 a raíz del paso del planeta por delante de una estrella, observándose que esta se “apagaba” un tiempo antes de que el globo de Urano llegara a cubrirla y volvía a hacerlo un tiempo después. El Voyager II y el Telescopio Espacial Hubble nos mostraron luego los anillos con todo detalle. En total se trata de 11 anillos muy finos, demasiado tenues para ser visibles con un telescopio de aficionado. El anillo más exterior, Epsilón, tiene 100 km de anchura y posee lunas “pastoras”, Cordelia y Ofelia, una a cada lado, de un total de 17 (2 de ellas identificadas en fechas recientes), todas ellas en el plano de su altamente inclinado ecuador.

Las lunas también son tenues; incluso la más brillante, Titania, sólo tiene magnitud 14 y es por tanto invisible, a nos ser con un gran telescopio. Posee cinco satélites principales: Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón, a los que siguen otros doce menores entre los que destacan Cordelia, Punk, Porcia, Julieta, Rosalinda, Belinda, Desdémona, Crésida, Bianca y Ofelia.

La verdad es que el aficionado a la astronomía poco puede hacer con Urano después de incluirlo en su particular lista de astros observados directamente. Incluso los grandes observatorios especializados en planetaria no han obtenido de él mucha información, dada la enorme distancia a que se encuentra de nosotros.

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