Meditaciones

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CONTÁCTANOS Preguntas y Respuestas

DESEAMOS QUE SEAN DE BENDICIÓN PARA CADA UNO DE USTEDES LAS MEDITACIONES AQUÍ PRESENTADAS.

Tabla de contenido

  1. ¿Por qué está triste tu rostro? 
  2. ¿Te ha cantado el gallo?
  3. Los amigos Golondrinas
  4. ¡y todo...por unos pesos!
  5. Amén, amén
  6. ¿En quien confiar?
  7. ¿Entiendes lo que lees?
  8. ¡Bienaventurado el que lee!
  9. ¿Por qué me contesta el santo al que le pido?
  10. ¡SE BUSCAN!
  11. ¡No tengo tiempo!
  12. ¡Nos hemos olvidado de Cristo!

¿Por qué está triste tu rostro?

Nehemías, un hombre de Dios, al parecer del pueblo de Israel de los que nacieron cuando estaban bajo el dominio de los persas. En Nehemías 1:11, se nos dice que él era copero del rey, y en 2:1 nos relata que uno de esos días en que él le llavaba el vino y lo servía al rey, llama la atención al rey el semblante que Nehemías mostraba ante él y es por tal motivo que Artajerjes procedió a preguntarle: ¿por qué está triste tu rostro?; pues nunca  Nehemías había estado así delante del rey (2:1).

 

Nehemías no estaba enfermo físicamente (2:2) pues el rey se lo menciona y a pesar de que Nehemías quería ocultar el dolor que traía internemente, con su semblante lo exteriorizaba; es por eso que el rey le dice a Nehemías que lo que él tiene es un quebrantamiento de corazón (2:2b). Sin duda alguna, Nehemías estaba pasando por un momento de depresión y, había algo que se lo estaba causando.

 

I.- ¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN?

 La depresión se define en los diccionarios como: el estado de abatimiento que imposibilita a la persona para realizar cualquier cosa; y se caracteriza por una profunda tristeza inmotivada que puede ser física o mental. Tomando en cuenta esta definición, entendemos que Nehemías realmente estaba pasando por una depresión (lea 1:4).

 II.- ALGUNO PROBLEMAS QUE CAUSAN LA DEPRESIÓN.

Los problemas que causan la depresión son muy variables, pueden ser desde que a una persona no se le tome en cuenta el consejo que dijo, de que se le ignore su opinión en cuanto a algo, hasta problemas muy fuertes como la pérdida de familiares; seres queridos, la destrucción o pérdida de cosas muy valiosas y estimadas para uno. En Nehemías había dos cosas que le causaron la depresión; la primera cosa era que le preocupaba el bienestar de sus hermanos, y la segunda cosa era su ciudad, le preocupaba mucho cómo había quedado la casa de sus padres (1:3; 2:3).

 

 

III.- EL PELIGRO DE ENTRAR EN LA DEPRESIÓN.

     Como ya lo dijimos anteriormente y vimos, la depresión nos hace entrar en un estado de no hacer nada mas que estarse lamentando a tal grado que nos hundimos en ella y no buscamos la solución. Si no buscamos la solución al problema, las consecuencias pueden ser muy graves, a tal punto de que podemos desear la muerte. Mire lo que Nehemías hizo, mire lo que le causó a él: se sentó, lloró y así estuvo por algunos días (1:4) y no solo eso, sino que además, no quería comer (1:4) ¿grave verdad? ¿Recuerda a Judas Iscariote después que entregó a Jesús? Le remordió en la conciencia lo que había hecho y no buscó al Señor para que le perdonara, sino que en su desesperación compró un lugar con el dinero que le pagaron y se ahorcó. Hay otro ejemplo más, es el de Ahitofel, quien era consejero de Absalón (2º  Sam. 17) quien, al escuchar de Absalón la negación de su consejo y dándole prioridad al consejo de Husai arquita (v. 14) arregló su burro, se fue a su casa, la arregló y después de ello, se ahorcó (v. 23). Por el simple hecho de que no fue aceptado su consejo se deprimió tanto que no quiso vivir más.

¿Qué hay en nuestros días?, ¿acaso ha cambiado algo?, ¿acaso ya no pasan las personas por la depresión?, ¿qué hay de los cristianos hoy día?, ¿será que nosotros los cristianos estamos libres de sufrir una depresión? La respuesta exigida es ¡NO! También los cristianos estamos expuestos a ello; quizás algunos ya hemos vivido uno de esos momentos en que queremos olvidar todo lo que hemos realizado, hemos pensado en dejar todo e ignorar lo que sucede en nuestro alrededor, es más, hasta olvidarnos del que nos rescató del pecado y hasta abandonar las actividades de la iglesia.

     Ahitofel decidió ahorcarse y terminar con su vida por el simple hecho de que no hicieron caso a su consejo. ¿Qué pasa con el cristiano? Hoy día hay muchos cristianos “Ahitofeles” que por el simple hecho de que no se nos toma en cuenta nuestra opinión, decidimos ahorcarnos y morir espiritualmente, entramos en un estado de no hacer nada, solo venir y sentarnos a escuchar la predicación y salir rápidamente sin saludar a nadie al terminar el servicio; después de un tiempo decidimos ya no asistir, pues pensamos que ya no tiene caso ir porque ahí hay puros problemas; no dándonos cuenta que somos parte del problema.

 Esto es lo que causa la depresión, no nos deja ver que somos parte del problema y que tenemos, quizás la solución para ello; no nos damos cuenta que somos nosotros mismos quienes nos estamos ahorcando y tal vez ahorcando a otros con nuestra actitud.

 

 

IV.- ¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN AL PROBLEMA?

     ¿Qué debemos hacer ante la depresión? ¿cuál es la solución a este estado que nos provoca desánimo hacia las cosas de Dios? La solución nos la da Dios a través de Nehemías, mire lo que él hizo en el versículo 4 del capítulo 1. No solo lloró, no solo ayunó y no solamente se quedó sentado sin hacer nada sino que, primero, reconoció que era parte del problema que le causó la depresión. Aunque él no tuvo que ver directamente, indirectamente era parte del problema. Segundo; reconoció que era Dios el único que podía ayudarlo y sacarlo del problema. Tercero, oró a Dios pidiéndole perdón no solo por los hijos de Israel, sino también por él mismo, pues se consideraba arte del problema y reconoció que no había pecado contra nadie mas que contra Dios. Note que Nehemías no era parte del problema directamente, sino que con su actitud se hizo parte del asunto, esto es muy importante pues hoy día nosotros no podemos ser parte del problema directamente, pero sí en forma indirecta y con esto no ofendemos a los hermanos sino a Dios.

     ¿Qué debemos hacer entonces? Debemos: Primero, reconocer que estamos o que tenemos este problema, y que somos parte directa o indirectamente de él. Segundo, una vez que reconocemos el problema, debemos levantarnos de ese estado en que estamos; no quedarnos así pues de lo contrario moriremos espiritualmente. Tercero, ya que reconocimos el problema y nos levantamos de ese estado, debemos orar a Dios reconociendo que él es el único que nos puede ayudar y pedirle perdón si hemos pecado y pedirle que nos ayude a salir de esa depresión, de ese problema, y no pedir solo por uno mismo sino también por aquellos que están involucrados, por aquellos que nos causaron la depresión y seguir adelante en el camino de Dios.

CONCLUSIÓN:

Hemos visto lo que Nehemías nos enseña a cerca de la depresión, hemos visto qué debemos hacer cuando estemos en este estado. La pregunta es: ¿esta usted en este momento pasando por una depresión? Si así es, ¿qué está haciendo para salir de ella? ¿será un “cristiano Ahitofel” que se dejó vencer por ella y se ahorcó? ¿se dejará morir espiritualmente? O, ¿saldrá de ella encomendándose al único que puede ayudarle? La respuesta está en sus manos, Dios se la ha mostrado. Ahora de usted depende si decide salir o seguir en ella.

 Dios le ayude.

Le invitamos a que nos visite en nuestro lugar de reunión, donde estudiamos la Biblia, Si desea que le visitemos y estudiar la Biblia en su hogar, estamos a sus órdenes en:

 

iglesia de Cristo

Calle: Gigantes 3295

Col. Yánez

Tel.  01 (33) 36-49-38-32

 

 

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¿Te Ha Cantado El Gallo?

 Por: Omar Barajas

            ¡Hey!, si tú... ¿alguna vez te ha cantado el gallo? No, de verdad, es una pregunta sincera, no es broma, mucho menos un juego; tal vez nunca te habían hecho esta pregunta y por eso te suene raro. Has de contestar: “pues no me ha cantado el gallo porque yo vivo en la ciudad y en la ciudad no hay animales –de esa especie- en las casas.

            Por lo general, creemos que el canto del gallo es para anunciarnos que está comenzado el claro del día; pero al hacerte esta pregunta, no me estoy refiriendo a eso.

¿A qué me refiero? Al hecho que sucedió con el apóstol Pedro en Lucas 22:33, 34. Donde Pedro, después de que el Señor le anunció que iba a ser zarandeado por Satanás, Pedro contesta firme y confiadamente que lo seguiría no solo a la cárcel sino también a la muerte:

“El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte”

            Bonitas palabras, saber y escuchar que uno está dispuesto a dar la vida por alguien, saber que hay alguien que se interesa por uno, pero como dice el dicho: “las palabras se las lleva el viento”, parece que esto le sucedió a Pedro, pues el Señor le contesta que el gallo le cantaría. ¿por qué el gallo le iba cantar a Pedro? Porque antes de que el gallo le cantara, Pedro negaría tres veces al Señor; negaría tres veces que anduvo con Cristo.

            Leemos en Marcos 14:31 –texto paralelo a Lucas 22:33, 34- que aún después de que el Señor le dijo a Pedro que lo negaría él siguió insistiendo que no lo negaría pasara lo que pasara, que él estaba dispuesto a dar su vida con tal de no negarle; pero parece que pronto se le olvidó lo que él había dicho; porque después que prenden a Jesús, Pedro lo sigue de lejos (Lc. 22:54) con temor a que lo fueran a descubrir.

            Ya estando en el patio donde encendieron el fuego, Pedro se sentó entre los demás para calentarse (Lc.22:55), pero en ese momento –en que estaba sentado- fue identificado de que andaba con Jesús y en ese momento lo negó la primera vez (Lc. 22:56, 57). Un poco después lo reconoció otra persona y él volvió a negarle (Lc 22:58); como una hora después volvió a negarle y así se cumplió la tercera vez que le negaría, la cual, anunció Cristo antes, y mientras él le negaba la tercera ocasión, el gallo cantó y Pedro se acordó de las palabras del Señor (Lc. 22:61).

            Nuevamente te pregunto: ¿te ha cantado el gallo? En otras palabras: ¿has negado al Señor? Pedro, después que negó al Señor tres veces, el gallo le cantó... ¿cuántas veces te ha cantado el gallo a ti? ¿cuántas veces has negado al Señor antes de que el gallo te cante?

            Es posible que muchas, ¿verdad? No permitas que el gallo te siga cantando, mejor confiesa a todo mundo que Jesús es el Señor de tu vida, que él te ha cambiado, que él te ha dado la vida eterna y quiere dársela también a los demás, ¿lo harás? ¿confesarás a Cristo ó el gallo te seguirá cantando, es decir, lo negarás?

Recuerda que:

“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”             Mt. 10:32, 33

 

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Los amigos "Golondrinas"

 

¿Alguna vez habías escuchado hablar de los amigos “golondrinas”?, Quizás habías escuchado de los amigos de azúcar y esto es porque se dice de ellos que, nomás los tocan y se deshacen. Pero los amigos “golondrinas” no son así, sino que son como las aves que llevan este nombre. Se dice que las golondrinas aparecen en la época de primavera, y cuando está a punto de llegar el invierno, éstas emigran al África en busca de lugares frescos y cálidos, pues el invierno es muy frío para ellas.

 

            La palabra primavera, viene del latín y significa: “el buen tiempo”, es por eso que la mejor estación del año que más nos gusta es la primavera, por lo hermoso que se ven los campos, los árboles, acompañados de los cantos de los pájaros. En contraparte a esta época del año, tenemos el invierno que se distingue por el frío; la mayoría de los árboles están sin hojas; se escucha muy poco el canto de los pájaros, en fin, podemos decir que se siente un vacío en esta estación del año.

 

            Los amigos “golondrinas”  son aquellos que están con nosotros,  en la primavera, es decir, en el buen tiempo de nuestra vida; están sólo cuando tenemos abundancia, cuando no necesitamos nada, cuando hay gozo, cuando no hay problemas; cuando tenemos dinero suficiente; etc.  Pero cuando llega el invierno a nuestra vida, es decir, cuando llegan a nosotros los problemas, la tristezas, las aflicciones, o se nos presenta alguna necesidad, ellos contestan: “hay arréglatelas tú” y emigran dejándonos solos; y después  que llega nuevamente el buen tiempo a nuestra vida, regresan a nosotros, brindándonos nuevamente su amistad. Sin duda que Salomón los describe diciendo lo siguiente: “Las riquezas traen muchos amigos; mas el pobre es apartado de su amigo”.

 

            Este tipo de amigos, eran los que tenía Job. En el capítulo 29, Job nos relata cómo es que él ayudaba a los necesitados, y cómo es que lo respetaban todos, por compartir con ellos, un poco de todo cuanto él tenía. De tal manera que cuando ellos necesitaban algo, venían a él. Pero en el capítulo 40, él nos muestra cómo es que después de su desgracia que tuvo, estos amigos, lo dejaron y se alejaron de él, ahora lo despreciaban burlándose de su condición, lo dejaron sólo en su sufrimiento; pero cuando supieron que Dios lo había prosperado nuevamente, ellos regresan a él, brindándole su amistad (42:11).

 

            Podría seguir mencionando más ejemplos de estos amigos, pero ahora tr pregunto a tí, tus amigos con los que te juntas, ¿son amigos golondrinas? Si son creo que no deberías estar con ellos pues no son una buena amistad para tí; o... ¿eres un amigo golondrina? Si lo eres, te invito a que dejes de serlo y seas el amigo verdadero, aquel que está tanto en la primavera como en el invierno. Si quieres tener verdaderos amigos... ¡muéstrate como uno de ellos!

 

“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempos de angustia”.

“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo;

   y amigo hay más unido que un hermano”     

 (Prov. 17:17; 17:24)    

 

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¡Y todo...por unos pesos!

Por: Omar Barajas.

Hola, ¿alguna vez has escuchado esta frase? Yo creo que sí ¿verdad? Quizás hasta tú has expresado: “y todo por uno pesos” o “y todo por unos mugres pesos”. Pero déjame decirte algo que quizás no sabes sobre esta frase; es posible que pienses que esta expresión sea prácticamente nueva, pero esto no es así, dice el predicador que no hay nuevo debajo del sol, y así es, ¿Sabías tú que esta frase es antiquísima?

            Claro, la idea de estas palabras la encontramos en la Biblia, no encontramos la frase tal como la mencionamos pero, lo que queremos decir sí. Por lo regular siempre que usamos tales palabras, es para decir algo despectivamente o porque no parece que sea algo tan importante como otra cosa con la que lo comparamos, por ejemplo: la gente hace algún trabajo “chueco” con tal de ganarse uno pesos, y cuando nosotros nos enteramos de eso, decimos esta frase.

            Pues la misma idea está en la Biblia, mire por ejemplo, la historia de José “el Soñador” del que leemos en Génesis 37, donde se narra cuando él es vendido por sus hermanos a unos mercaderes, por la cantidad de 20 piezas de plata (37:28). Ellos no pensaron en el daño que causarían con esto, sino que, sólo pensaron en sacar provecho de su hermano.

            Este hecho trajo como consecuencia, sufrimiento para su Padre Jacob, pues él le amaba mucho, tanto que al recibir la noticia de que ellos le dieron de que José había sido devorado por algún animal (37:33), -lo cual no era cierto- Jacob, no quería saber nada ya, pues solo deseaba morir y no aceptaba ningún consuelo (37: 34, 35), “y todo esto, por unos cuantos pesos”.

            Pero no es el único caso, qué decir del Joven rico, que primero venía con todas la intenciones de obtener la vida eterna, pero cuando Cristo le dijo, que vendiera lo que tenía y lo diera a los pobres y después le siguiera, él se puso triste y regresó a su casa, despreciando la vida eterna, por sus bienes materiales que tenía (Lucas 18:18-23), él depreció la vida eterna, lo más hermoso, y todo... por unos pesos.

            Pero, aun hay otro caso, y este quizás el más conocido, pues es el de Judas Iscariote, quien ofreció entregar a Cristo a los Fariseos y escribas, para matarle, y esto lo hizo obteniendo el jornal de un esclavo, que, en ese tiempo eran 30 piezas de plata. Él escogió ser el que entregara a Cristo para ser muerto, y no pensó en la consecuencia que le traería esto a su vida, le trajo como consecuencia, el suicidio, él perdió su vida por ganar unos pesos (Mateo 27:3-7). ¡Qué triste, verdad? Todo por unos pesos, ellos arriesgaron su vida por ganarse unos pesos, judas perdió su vida por unos pesos, el rico perdió la vida eterna por unos pesos.

            Pero aún hay algo más triste en nuestros días, y es que muchos hermanos están poniendo en juego su vida por ganarse ¡unos pesos! Sí mi hermano, muchos cristianos, tal vez sin darse cuenta algunos y otros sí, ponen en peligro su vida eterna, ¿cómo es esto? Sencillo, Unos hermanos trabajan en cosas “chuecas” con tal de ganarse unos pesos, otros hermanos que tienen negocios propios que Dios les ha dado, prefieren faltar a la reunión de la iglesia, para abrir su negocio y ganarse unos pesos. –como si con esos pesos se hicieran ricos- Otros, tienen negocios en los cuales venden cervezas y cigarros, y lo hacen para ganarse unos pesos más, no tomando en cuenta con esto que están vendiendo enfermedad a las personas y algo más grave, que están comercializando el pecado, ¿acaso no es pecado tomar cerveza? ¿acaso no es pecado fumar cigarro? La Biblia enseña claramente que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo 1ª Corintios 6:19-22.  Pero eso no es todo, sino que unos no se ganan unos pesos sino que gasta unos pesos comprando algunos cigarros, comprando alguna cerveza etc. ¿Sabías hermano, que la cerveza contiene una parte de la marihuana, la cual ocasiona que la persona se haga adicta a esa bebida? Si hermano, muchos hermanos que venden o ingieren cerveza están comercializando con el narcótico y sin saber, se han convertido en unos narcotraficantes a menor escala.

            Y todo esto... por unos pesos.

Hermano, ¿tienes algo que ver con esto? ¿tú que tienes algún negocio, comercias aún con esto con tal de ganarte unos pesos de más? ¿haces trabajos chuecos por ganarte unos pesos? ¿gastas algunos pesos en cigarros o cerveza? ¿Has pensando que al hacer esto, estás pecando contra Dios y por lo tanto estás poniendo en juego tu vida eterna que Dios te a dado? Sí, ¡date cuenta que la puedes perder si sigues en eso!  Hoy que puedes enmendar el error, hazlo, pues cuando el Señor venga y estés ante su presencia él te diga que no puedes estar con él por ese pecado, tú tengas que decir: “Perdí ese privilegio que Dios, en vida, me dio...”

“Y todo... por unos mugres pesos”

“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.”

 

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¡Amén, Amén, Amén, Amén, Amén.!

 

                Ha llegado otro domingo más, los hermanos llegan animados, esperando con ansias el momento de los cantos para expresar el gozo. Por otro lado, el hermano que dirige toma su lugar y abre el servicio saludando con un: “Dios les Bendiga hermanos”, muy apenas se escucha el “Amén” en contestación al saludo. En las acciones de gracias que algunos hermanos expresan, se escapa uno que otro “amén” en manifiesto de gratitud por lo que han dicho los que pasaron al frente.

 

         Ha llegado el momento que los hermanos estaban esperando... el momento de los cantos, de pronto, por aquí y por allá se comienzan a escuchar los “amenes”, sigue así durante los cantos...

 

         Se deja el lugar al hermano del devocional, él saluda con un “Dios les bendiga” y, como contestación, solo se oye un murmullo... El predicador comienza a levantar su voz y de pronto se escucha a gran voz un “Amén” con el cual se asiente lo antes expresado en el sermón...

         De pronto el predicador dice: “Hermanos... Satanás está entre nosotros y nos acabará”, en ese preciso instante se pone uno en pie desde una de las bancas de atrás y dice: ¡Amén, gloria a Dios!, y los hermanos –junto con el ministro- voltean a verlo sorprendidos de lo que ha dicho...

 

¿Le parece familiar esta escena? Es lo que estamos viviendo en nuestros servicios en los cuales se habla de la Palabra de Dios, tal parece que muchos de los hermanos y aún en la mayoría de las denominaciones, se está perdiendo el significado que tenía –y tiene-esta palabra.

 

¿DE DÓNDE VIENE LA PALABRA AMÉN Y QUÉ SIGNIFICA?

Esta Palabra no es más que una transliteración (palabra no traducida) que nos viene del Hebreo y del Griego, idiomas en que se escribió la Biblia, y se refiere a firmeza, dependencia, durabilidad, continuidad; estar seguro, afirmar la verdad, en otras palabras, significa: “que así sea”.

 

EL USO DE ESTA PALABRA EN LA BIBLIA.

         En el Antiguo Testamento esta palabra es usada 25 veces y se utiliza en ocasiones solemnes, para confirmar algo solemne que se está pronunciando, sea una bendición o una maldición. Por ejemplo: en Dt. 27:15-26, el pueblo de Israel fue instruido a responder con su Amén cada vez que una maldición fuese proferida en el Monte Ebal: “Y todo el pueblo responderá y dirá “¡amén!”. En Nehemías 8:6, en un momento de alabanza, mientras Esdras estaba bendiciendo al Señor, el Pueblo dijo: Amén.

         En el N. T. La palabra se utiliza 126 veces y es utilizada de la misma manera que en el A. T. Solo que aquí es más utilizada por el Señor Jesús cuando comenzaba y terminaba algunos de sus discursos. (En verdad, en verdad es la traducción en la Biblia).

 

¿DEBEMOS PRONUNCIAR UN AMÉN...CÓMO?

         ¡Claro que debemos pronunciarlo! Y no uno solamente sino todas las veces que sea necesario  y que lo sienta más que nada el que lo dice. El amén lo debemos expresar por ejemplo:

1.     Cuando un hermano nos dice “Dios te bendiga” (nosotros deberíamos responder: Amén) porque el hermano nos desea que Dios nos bendiga y nosotros decimos con el amén que “así sea”.

2.     En las oraciones. Siempre y cuando estemos de acuerdo con lo que ha dicho el que nos dirige en la oración.

3.     Después de la lectura Bíblica. Esto lo encontramos muchas veces el la palabra de Dios.

4.     En las acciones de gracias. Cuando los hermanos nos saludan y expresan una bendición que comparten a nosotros, nosotros deberíamos contestar con un ¡Amén!.

5.     Cuando se glorifica a Dios. Cuando se dice una de las maravillas o se hace notar el poder de Dios, nosotros debemos responder ¡Amén! Esto lo encontramos en Apocalipsis, cuando se dice que al cordero sea la gloria, la honra, el poder y la sabiduría, por los siglos de los siglos amén.

6.     En las alabanzas. Cuando una de ellas expresan gratitud o resaltan los atributos de Nuestro Dios.

En todo esto nosotros debemos utilizar el Amén. Pues es el uso correcto. Así que, hermano, tienes mucho por qué decir amén, que no te dé pena el expresarlo si otros hermanos no lo hacen, no tengas miedo de que te confundan con un Pentecostés, simplemente porque dices amén.

         ¿Quieres hacerlo? Desde este momento lo puedes poner en práctica esto que has aprendido, sé uno de los que colaborarán a que este día sea de bendición y de edificación para todos, expresando el ¡AMÉN! Cuando se requiera, aunque los otros no lo hagan... ¿Lo harás?

Elaborado por: Omar Barajas

 

 

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¿EN QUIÉN CONFIAR...?

 

     Los siguientes textos de la Palabra de Dios, nos enseñan que no debemos confiar en las siguientes cosas para guiarnos con Dios y estar con él.

 ¿En el corazón? ¡NO! Porque:

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jer. 17:9. En cuestión de fe, no podemos confiar en lo que nos dice nuestro corazón, si queremos agradar a Dios.

 ¿En los hombres? ¡NO! Porque:

“Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” Jer. 17:5. Este versículo nos enseña que, si queremos agradar a Dios y encontrar la verdad de él, no debemos poner nuestra mira primero en los hombres

¿En nuestros pensamientos?

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos...” Isaías 55:8 “Jehová conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad.” Sal. 94:11

 ¿En lo que aparentamos ver?

“Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron; porque todos le veían,...” Marcos 6:49, 50 La palabra “apariencia” significa entre otras cosas: lo que parece ser y no es. Es por esta razón que no debemos confiar en lo que a primera vista vemos. Len el versículo 50 de Marcos 6, la palabra “veían” es traducción de la palabra griega: “dokeo” y significa: suponer, pensar, formar una opinión, que puede ser correcta o incorrecta. Esto nos indica que los apóstoles formaron una opinión basada en lo que veían a primera vista, pero no era correcto lo que habían pensado sobre lo que vieron.

 

ENTONCES, ¿EN QUÉ DEBEMOS CONFIAR?

 La única fuente confiable en la que debemos poner nuestra fe si queremos agradar a Dios, nos la dicen los siguientes textos, léalos con atención.

 En el Señor Jesucristo

Hebreos 1:1-3.

 En la Palabra de Dios.

Juan 12:44-48

 Debemos hablar conforme a la Biblia.

1ª Pedro 4:11.

Debemos sujetarnos a lo que ella dice y no pensar más de lo que está escrito.

1ª Corintios 4:6

 Debemos confiar en el conocimiento que recibimos a través de su palabra y no en las apariencias. 2ª Corintios 5:12.

En conclusión, la única fuente de confianza para agradar a Dios, es la que encontramos en su Palabra, el Nuevo Testamento.

 

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¿Entiendes lo que lees?

Por: Omar Barajas Jiménez.

[email protected]

     Cuando leemos en el libro de los Hechos el relato de Felipe y el eunuco, encontramos esta pregunta que Felipe hizo. Algunos hermanos han tomado esta pregunta y la recomiendan como una buena manera de introducirse a una persona para compartirle el evangelio, eso es muy buena opción, pero creo que dentro de sí esta pregunta, aunque a veces la veamos muchos como algo insignificante, tiene mucho que enseñarnos. Antes que Felipe se acercara al eunuco para compartirle el evangelio, la razón por la que Felipe le preguntó es porque el eunuco iba leyendo al profeta Isaías, iba leyendo palabra de Dios y por la pregunta que Felipe le hace, nos damos cuenta que él no entendía lo que leía, por eso expresa más delante: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? A lo que procede Felipe a hacerlo.

            Esta pregunta nos hace notar que es de vital importancia que entendamos lo que leemos, ¿si usted va por un lugar y de pronto encuentra un letrero que dice: “Peligro, no camine por esta zona, puede morir” si usted entiende lo que ese letrero dice, de seguro que no seguirá caminando por esa área. Para los que se encargaban de leer la ley de Dios a los judíos, era de gran importancia que estos entendieran lo que Dios les decía que hicieran, de tal manera que explicaban la ley de manera que ellos la entendiesen, esto lo vemos en Nehemías 8:8 que dice: “Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” ¿Por qué esa importancia en que entendieran? Porque si no entendían no podían obedecer a Dios y harían lo que ellos quisieran hacer.

            ¿Hay consecuencias si no entendemos cuando leemos la Biblia? Claro que sí. El apóstol Pedro nos dice algunas de ellas en su segunda carta, capítulo tres, versículo 16, donde comenta acerca de las cartas del apóstol Pablo que dice: “casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición”  La primera consecuencia que encontramos aquí es que si no entendemos lo que leemos, lo podemos torcer y podemos perdernos. El apóstol nos dice que hay cosas difíciles de entender. Otra cosa interesante que Pedro nos dice es que si no entendemos es porque somos inconstantes en la lectura de la palabra de Dios. Cuando los judíos entendían lo que se les leía, recibían bendición de Dios si no lo hacían recibían lo contrario. La razón de que haya hoy día tantas iglesias es porque no entienden lo que leen en la palabra de Dios.

            ¿Hay bendición cuando entendemos lo que leemos en la Biblia? Por supuesto que sí, cuando entendemos lo que leemos, crecemos espiritualmente, pues nos vamos perfeccionando, vamos caminando hacia la perfección, somos preparados para realizar toda buena obra; ¿recuerda lo que dice en II Timoteo 3:16, 17? Cuando entendemos lo que leemos, estamos siendo instruidos en justicia, siendo corregidos y redargüidos.  Cuando el eunuco entendió lo que leía, recibió la bendición más grande, la salvación de su alma, quizás usted ya tenga esta bendición, pero puede seguir creciendo en su vida espiritual, siempre y cuando usted entienda lo que lee, ahora, esta pregunta es para usted ¿entiende lo que lee? ¿Porque no? Tal vez porque es inconstante en la lectura de la Biblia, tal vez porque no hay quien le explique, o simplemente porque no lee. La invitación que le hago es a que cuando lea su Biblia, luche por entender, si usted hace esto recibirá grandes cambios en su vida.

 

¡Qué maravilloso es entender lo que la Biblia dice!

 

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¡Bienaventurado el que lee!

Por: Omar Barajas Jiménez.

[email protected]

            En el libro del Apocalipsis, hay por lo menos siete bienaventuranzas distinguidas, y la primera de ellas se menciona en el primer capítulo, el versículo tres, que dice en su primera parte: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía,...

 

            Lo que llama mucho la atención de este pasaje, es que en la primera parte dice que es bienaventurado el que lee, la palabra “bienaventurado” quiere decir “dichoso”, “feliz”,  en otras palabras, el apóstol Juan dice “dichoso”, “feliz”, el que lee. La pregunta que podemos hacernos es la siguiente: ¿Por qué es bienaventurado el que lee?

 

            Cuando el apóstol Juan escribe esto, él está teniendo en cuanta a los hermanos de ese tiempo, y dentro de sí, el pensamiento judío. Cuando los judíos se reunían en las sinagogas para escuchar las Escrituras, solamente había una persona elegida para darle lectura a ellas; de entre tantos que se reunían, sólo uno era privilegiado de tener en sus manos las Escrituras, de tener en sus manos la palabra de Dios y poder leerla. Esta persona se sentía dichosa de poder ser ella quien transmitiera las palabras de Dios, se sentía feliz por ser quien diera lectura a las Escrituras, cosa que no cualquiera podía hacerlo. Es por esto que el apóstol Juan escribe “Bienaventurado el que lee”, ahora ya no era solo una persona la que podía leer la palabra de Dios, sino cada cristiano podía hacerlo al leer el Apocalipsis.

 

            La pregunta para usted que está leyendo este artículo es ¿está siendo bienaventurado? En otras palabras ¿está leyendo la palabra de Dios? Los cristianos del primer siglo no contaron con la bendición tan grande que usted y yo contamos, la de tener en nuestras manos la Biblia, ellos no tenían a su alcance todos los libros, ellos no podían gozar de tomar su Biblia a la hora que quisieran como usted y yo gozamos, lo triste de ello es que pocas veces la tomamos para leerla, llega el Domingo y tomamos nuestra Biblia, llega el día del estudio y tomamos nuestra Biblia, pero ¿cuántas veces la tomamos para leerla por nuestra cuenta? Muy pocas ¿verdad?

 

            ¿Quiere recibir esta bienaventuranza que el apóstol Juan menciona? Lea la palabra de Dios, recuerde que por la palabra de Dios crecemos espiritualmente, así que le invito a que lea su Biblia si quiere hacer suya esta bienaventuranza. Lea la Biblia y guarde, es decir, practique lo que Dios le pide ¿por qué? Porque el tiempo de su venida está cerca.

 

            Recuerde... ¿quiere ser bienaventurado?   ¡Lea su Biblia!

 

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¿Por qué me contesta el santo al que le pido?

Algo que ha llamado mucho mi atención, y no solo la mía, es la pregunta que muchos nos hemos hecho y ahora la estamos considerando, que es: ¿por qué si yo le pido a un santo (cualquiera que sea) él me responde lo que le pido?. Algo que debemos considerar es que no siempre recibimos lo que pedimos.

 

La razón que he encontrado en la Biblia, que es la palabra de Dios, es la siguiente: Muchas personas que tienen diferentes creencias, le piden a sus “santos” o “ídolos” que son sinónimos (sinónimos, según se enseña en la iglesia católica) estas dos palabras. Por ejemplo: un budista, cuando necesita algo se lo pide a Buda; un mahometano, se lo pide a Mahoma; un Católico le pide a San Martín, a la virgen María, a la de Guadalupe, o a equis santo, todos les piden a su santo en el que creen y muchas veces lo reciben. Cuando sucede esto, las personas comienzan a creer que ellos (los “santos”) tienen una posición más cerca del gran Dios y pueden interceder por lo que ellos piden. Pero la pregunta queda aun en el aire. ¿A caso Dios no prohíbe que consultemos a los ídolos?  ¿Pero si Dios prohíbe que consultemos a los ídolos (santos), entonces por qué ellos nos contestan?  La realidad es que cuando vamos a la palabra de Dios, nos damos cuenta que los “ídolos” o “santos”, (utilizo la palabra santo, porque así les llaman comúnmente dentro de la iglesia católica a los ídolos, pero en la Biblia no es lo mismo “santo” e “ídolo” ) no existen, sino que nosotros les damos la existencia al atribuirles cosas, lo veremos más delante esto en la Biblia. Pero la verdad bíblica es que quien nos contesta es Dios no el santo, sino Dios.

 

En San Mateo 5:45, la Biblia nos dice que Dios hace salir su sol y caer la lluvia sobre justos e injustos, es decir, que Dios da bendición tanto a los buenos como a los malos; tanto a los pecadores como a los no pecadores. En este texto aprendemos que Dios manda bendiciones tanto a los justos como a los injustos, es decir que él contesta lo que nosotros, según pedimos a otro que no es él, es decir, al que tenemos como “santo” o “ídolo”. Tal vez se preguntará ¿por qué Dios bendice a los injustos? La respuesta es que ellos también son creación de él. Aunque ellos hagan cosas que a él no le agradan, él suple necesidades porque son creación de él y él provee para toda su creación. Pero llegará un Día en el cual va a dar su paga a los que no obedecieron su evangelio e hicieron su voluntad                 (Lea 2ª a  Tesalonicenses 1:6-10.)

 

 ¿Qué es un santo?.

En 1ª a los Corintios 1:2 encontramos que los santos son los que conforman la iglesia de Dios, es decir, todas las personas que han aceptado a Cristo como su único salvador. No son santos aquellos que hicieron algo bueno en su vida y murieron así, sino que son las personas que hacen la voluntad de Dios.

 

 ¿Qué es un ídolo?

Esto quizás será una sorpresa para usted, pues para los católicos el ídolo al que le piden, es lo mismo que un santo, pues así se les ha enseñado a la mayoría de ellos, pero veamos qué es lo que nos dice la palabra de Dios en cuanto a esto.

La Biblia nos dice en 1ª a los Corintios 10:19 que el ídolo no existe, los ídolos no tienen existencia real, esto nos lo dice en el versículo 20 de este pasaje. Es más, ésto es importante, el ídolo, dice el apóstol Pablo, es un demonio, esto lo dice en el versículo 20 también. Pero es importante saber a lo que Pablo se refiere aquí cuando dice demonios, pues usted pensará que un demonio es un monstruo o algo así, pues así lo aplicamos nosotros, pero los demonios a los que se refiere Pablo no son de los que nosotros conocemos. Para entender qué es un demonio en este pasaje, debemos conocer a qué le llamaban demonio los griegos.

Para los griegos un demonio era una persona que vivió muy bien en la tierra, ayudando a todo mundo y buscando un conocimiento bueno, y al morir esta persona, los griegos pensaban que por su forma de vida, ellos estaban más cerca de Dios y podían interceder por los que estaban en la tierra. Ellos levantaban una estatua de esta persona y la comenzaban a adorar, a pedir cosas y que intercediere por ellos. Esto es a lo que Pablo se refiere cuando habla de demonios. Como podrá ver, esto es el culto a los muertos en otras palabras, y también podríamos decir que es el que ahora nosotros conocemos como el “culto a los santos” dentro de la iglesia católica. Muchos católicos ignoran esto por la razón de que en realidad no han investigado esto. Usted puede buscar en cualquier libro secular que hable acerca de los griegos y comprobará que así es esto.

Podemos concluir algunas cosas aquí, que: santo no es lo mismo que ídolo; que el ídolo no existe sino que nosotros los creamos; y que Dios es quien nos contesta en realidad aunque nosotros le pidamos a un supuesto “santo” o”ídolo”.

Ahora, sabiendo esto, ¿debemos seguirle pidiendo a este “santo” o “ídolo”? La respuesta es: NO. Cristo nos enseñó a pedirle a Dios y dijo que todo lo que queramos, lo pidamos directamente a Dios y que lo hagamos en nombre de Cristo únicamente, no en nombre de un “ídolo” o “santo”, sino en el de Cristo (lea, San Juan 14:13 y 14.) ¿Por qué debemos pedir en nombre de él? Porque Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres (lea, 1ª a Timoteo 2:5); y porque nadie va al Padre si no es por él (Lea San Juan 14:6). Usted acaba de ver que la Biblia nos muestra que debemos pedir a Dios en el nombre de su Hijo solamente y quizás usted pensará que si sigue pidiendo en nombre de un ídolo o santo, no hay ningún problema, pero la realidad es que sí hay problema, ¿cuál es el problema? El problema es que si lo hace, sabiendo que no lo debe hacer, estará desobedeciendo a Dios y como consecuencia estará pecando. ¿por qué estará pecando? Porque la Biblia dice en Santiago 4:17: “y al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado”. Yo creo que a usted no le gustaría estar pecando contra Dios ¿verdad? Entonces pidámosle a Dios como él quiere que lo hagamos, en el nombre de su Hijo Jesucristo. Cuando hagamos esto, estaremos obedeciendo lo que Dios nos pide.

 

Si tiene alguna duda sobre el estudio, le agradezco me envíe sus dudas al correo electrónico que aparece en la portada del folleto.

 

Atenta Invitación:

            Le invitamos a que nos acompañe en nuestras reuniones que son en: Calle Gigantes 3295, en la Colonia Yánez. Nuestros horarios son: Miércoles a las 7:30 p.m. Domingos 10:00 a.m. y 5:00 p.m.

Si desea recibir un estudio de la Biblia gratis en su hogar, escríbanos a la dirección electrónica o bien, llámenos al Tel. 36-49-38-32. y con gusto le visitaremos. 

 

¡Dios le Bendiga!

 

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¡S E   B U S C A N!

Por Omar Barajas

 

Se buscan siervos de Dios que quieran contribuir al crecimiento de la iglesia (Lucas 19:10).

 

Requisitos:

Ser cristiano (Mr. 16:15, 16; Hch.2:38;), ganas de servir a Dios (1ª Cor. 9:16), edad la que sea (Jueces 6:15, 16), si no tienes facilidad de palabra no importa (Ex. 4:10-12), que estén dispuestos a compartir un tiempo de su vida al servicio de Dios (Lc. 9:57-62), con miras a ver la iglesia creciente (Mr. 4:30-32; Fil. 3: 13, 14)

 

Lograr el propósito de la iglesia (Mt. 28:18-20), predicar el evangelio solamente (Mr.16:15, 16; 2ª Cor. 5:18-20; 1ª Cor. 15:1-4; Rom. 1:16, 17), estar dispuestos a entregar su vida al servicio de Dios (2ª Cor. 5:16, 17; Lc. 9:62; Gál. 6:17; Fil. 3:8), Entregados a la oración (Lc. 18:1; 1ª Tes. 5:17), entregados a la meditación de la Palabra de Dios (Jn. 5:39; St. 1:25; 2ª Tim 3:15-17; Mt.4:4)

 

Que sientan la necesidad de rescatar almas perdidas en el pecado (Mt. 9:35-38; Rom. 10:1; Hch. 26:28, 29), ya sean amigos, vecinos, hermanos, familiares etc. Los cuales se encuentran sin Cristo y sin Dios (Ef. 2:1, 5, 12) por no haber creído a Cristo (Jn. 3:16, 17), por tal razón están perdidos y caminan hacia la ira de Dios (Jn. 3:36) y su destino final será separación eterna de Dios en el lago de fuego (2ª Tes. 1:6-9; Ap. 20:15). Hombres que estén dispuestos a sufrir por Dios (1ª Ped. 4:16; 2ª Tim. 3:12; St. 1:2; Mt. 5:11, 12; Ap. 2:10)

 

¿Quieres trabajar? ¿No sabes cómo hacerlo? ¿No sabes qué decir? No te preocupes, nosotros te capacitamos, solo tienes que tomar la decisión de servir a Dios, acércate a mis siervos y diles que tú eres uno de esos siervos que ando buscando, que quieres ser uno de esos siervos que se andan buscando que quieres prepararte y quieres ser parte de los que comunican el mensaje que ha cambiado la vida de muchos y la tuya, y ha traído la salvación a todos, el evangelio.

 

Ofrezco:

Una mejor manera de vivir aquí en esta tierra, y en la venidera, la corona de justicia (2ª Tim. 4:7, 8), además lo mejor de todo lo que puedas imaginarte... ¡LA VIDA ETERNA CON DIOS! (Mr. 10:28-31; Mt. 25:31-46; Ap. 20:11-15; 2:10;).

 

En ningún otro lado encontrarás lo que yo te ofrezco, eso te lo garantizo. ¿quieres integrarte?

Interesados:

Comunicarse conmigo en Oración y con los siervos de la congregación local, para ser capacitados. Horario: el que tú elijas, siempre estoy dispuesto para atenderte, comunícate lo más pronto posible.

 

ATTE.

 EL SEÑOR JESUCRISTO.

       Quien murió por tí.

 

 

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Tiene autorización para copiar toda información aquí presentada, siempre y cuando respete todo el contenido tal como está.
Revisado el: 15 de Enero de 2005.

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