¿Por qué nos enfermamos?

¿Quién no ha estado alguna vez enfermo?, quizás, mientras gozamos de buena salud, no nos damos cuenta, hasta que un síntoma o una señal de alerta aparece, y toda nuestra atención se dirige hacia eso que nos esta sucediendo.
La medicina es una de nuestras aliadas y ha hecho grandes progresos en el tratamiento y cura de las enfermedades orgánicas. Sin embargo, hoy podemos afirmar que no se enferma quien quiere, sino quien puede, y que en el desarrollo de la enfermedad intervienen tanto factores físicos como emocionales.
En el campo de la psicología, el estudio de las relaciones entre las características psíquicas de un individuo y el desarrollo de distintas enfermedades orgánicas ha ido creciendo dando lugar a un campo apasionante como “la psicosomática”.
El stress, en este caso, nos muestra como podemos sufrir serias consecuencias en nuestro cuerpo, cuando somos sometidos constantemente a estímulos y exigencias que sobrepasan nuestra capacidad adaptativa.
Un claro ejemplo, es cuando debemos ser sometidos a una situación de prueba nuestro corazón comienza a latir cada vez mas fuerte, nos transpiran las manos y el cuerpo, se ruborizan las mejillas, comenzamos a tener sensaciones de molestia en el estómago (nudo en el estómago), sin contar con las modificaciones internas, tales como la alteración del pulso, el aumento de la adrenalina, la alteración del sistema de defensas, etc.
De esta manera no nos quedan dudas que existe una relación muy estrecha entre nuestra vida psíquica y nuestro cuerpo, lo cual no quiere decir que sólo el factor emocional pueda provocar únicamente una enfermedad como se ha pensado mucho tiempo.
En la actualidad el campo limitado de las siete enfermedades psicosomáticas (colítis ulcerosa, úlcera péptica, hipertensión, hipertiroidismo, artritis reumatoidea y neurodermatitis) ha sido ampliado y podemos hablar con seguridad de la intervención de los factores emocionales tanto en el desarrollo como la recuperación de la enfermedad orgánica. Entre estos últimos, algunos autores afirman que personas sobre adaptadas, con una adecuación excesiva a las demandas de la realidad, con altos niveles de exigencia y poca tolerancia a la frustración; sujetos con dificultades para poner en palabras los sentimientos; o aquellas en las que el sujeto sin presentar síntomas visibles como llanto, angustia, etc, siguen realizando sus actividades diarias, pero con una apatía o falta de tono vital en su desempeño normal; sujetos con dificultades para enfrentar las crisis entre otras cosas, son aquellos que se presentan como más vulnerables al desarrollo de la enfermedad que otros.
Desde cada perspectiva, se han desarrollado multiplicidad de técnicas, donde el profesional ya no trabaja en forma aislada, sino en forma conjunta, especialmente en el tratamiento de las enfermedades crónicas tales como diabetes, cáncer, etc., en donde médicos de diferentes especialidades, como psicólogos capacitados con dicho fin, incluyendo una serie de técnicas propuestas por las terapias alternativas tales como la relajación, la visualización, yoga, reiki, etc., (que sin reemplazar a las técnica tradicionales acompañan perfectamente dichos tratamientos). Trabajar con un único objetivo: Recuperar la salud del paciente.
Estar al tanto de estas ideas hacen posible que el camino de la recuperación y cura de aquellas enfermedades consideradas incurables se encuentra cada vez mas cerca y que el padecimiento de aquellos que sufren alguna dolencia crónica se vea cada vez mas aliviada.

Lic. Mariel Moskovic (Psicóloga)


Plagas en retirada.

Cuando DIOS- según cuenta la Biblia, dejó caer las diez plagas sobre Egipto, para castigar al faraón y ayudar al pueblo de Israel a salir de la esclavitud, incluyó entre los castigos nubes de moscas y mosquitos, y hasta una invasión de ranas y langostas que cubrieron todas las tierras destruyendo todo lo que quedaba en pié. Seguramente guardó para otros siglos posteriores alimañas tales como cucarachas, ratas, piojos, polillas, garrapatas, etc., con las cuales hoy tenemos que convivir, por más difícil que sea aceptar esta realidad.
Y no sólo se trata de su existencia en el ámbito domestico, donde los espacios reducidos permiten tomar rápidas medidas para su control, si no de controlarlas también en lugares tales como fábricas, colegios, hoteles, restaurantes... ¿Por qué? ¿Volvería usted a comer si su compañera de mesa resultó ser una cucaracha?.
Por si no lo sabía estos animales habitan en la tierra desde 300 millones de años, y las especies domesticas más comunes son la cucaracha rubia (Blatella germánica), que habitan generalmente en cocinas o lugares donde se almacenan alimentos; la cucaracha americana que viven en sótanos y árboles secos; y la cucaracha oriental que lo hace en jardines, alcantarillas y desagües. Su alimentación es general pero prefieren las comidas fermentadas, residuos de bebidas dulces, hojas de libro, pedazos de cuero, excremento, etc.. Los adultos pueden vivir más de un mes sin alimentarse, manteniéndose inmóviles para no ser vistos.
Son de un alto potencial reproductivo en sus 15 meses de vida una hembra produce de 400 a 1500 huevos según la especie. Transportan en sus patas y cuerpos una gran cantidad de microorganismos transmisores de diarrea, gastroenteritis tuberculosis, cólera, infecciones urogenitales y otras (la lista es larga), los que van depositando todo lo que tocan (platos, cubiertos, vasos).
Esta breve descripción de la más común de las plagas no exime a las demás de cargar con lo suyo.......... por ello... tomar al bicho por las antenas. Hay fumigaciones periódicas; preventivas, y realizadas por personal competente y serio (en este gremio hay mucha CHANTADA y, sinceramente les aconsejo que desconfíen de los que cobran baratos por sus servicios, ya que los productos que ofrecen en el mercado no lo son, y muchas veces, para tomar el trabajo, no se aplican los productos correctos en las concentraciones adecuadas).

LOS BICHOS TAMBIÉN DUERMEN
Dicen que “ojos que no ven corazones que no sienten”, pero este saber popular no debe aplicarse a los insectos y bichos, pues aunque no los veamos están asechándonos.
Es común que en esta época de bajas temperaturas no nos visiten con tanta frecuencia, y, aliviados, lleguemos a la conclusión de que la guerra terminó 1 a 0 a nuestro favor. Pero no confundirse: si no se los combate a tiempo se habrá permitido su desarrollo y para cuando comience nuevamente el calor, el error se habrá descubierto.
Dicen también que “quien pega primero pega mejor” y en este caso, la máxima indica no dejar para mañana y tomar hoy la decisión de exterminar a cualquier bicho que nos haga la vida imposible (siempre que no sea el gato del vecino).

Para tener en cuenta
No importa lo limpia y reluciente que se tenga una vivienda; cuando los bichos llegaron se instalan definitivamente, salvo que se halla adoptado una actitud preventiva iniciando lo más pronto posible el adecuado control sobre las diversas plagas que nos acechan. Las alimañas no reconocen la propiedad privada y se cuelan de un departamento a otro, de una casa a otra, sin pedir premiso. Resulta entonces importante que los consorcios, countries, grupos de comercios, administradores de diversos establecimientos se pongan de acuerdo, para combatir al enemigo común, aquel que asecha silenciosamente, pero que cuando golpea ya es tarde para lamentos

Guillermo Comaleras
Ingeniero Agrónomo
M.P. 9556 Reg. Mun. Hurlingham Nº1594

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