EL GRIS PERFECTO

¡Oh, gris, hijo del gris, en quien reposa

la sucesión de grises invariables!
como en la playa inmensa, en tí recalan
hechos gris, los colores de la tarde.
Y más allá de tí
nada asciende ni se cae,
porque la luz que te encontró, se aduerme
en tu pradera gris de austeridades

Vienes de la fogata
sabia en danza de rojos infernales,
de soterraños índigos
y amarillos vibrantes.

Ya sufriste el oficio
de las llamas fugaces
y la tortura que retuerce el humo
en dolorosas voluptuosidades.

Ya supiste el chasquido en que besabas
los invisibles párpados del aire
y el júbilo de estar sobre la tierra
junto al susurro verde de los árboles.

Hoy, de vuelta,
has detenido el viaje,
y gris, gris de cabello, de ceniza,
nadie podrá encenderte ni apagarte.


POESIAPOESÍA

POETRY

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