Desde
muy pequeño sintió la necesidad de escribir. Su madre guardaba
sus obritas, pero él luego, con espíritu autocrítico, las
destruía.
Sus años de aprendizaje los aprovechó
para aumentar su dominio de las formas, y enriquecer su lenguaje, con abundantes
lecturas.
Una vez asumida completamente su vocación
de escritor, intentó desarrollarla a lo largo de su vida cotidiana; conciente
de las dificultades de cualquier artista
que, independientemente de su calidad y los valores de su obra, sabe que de
ello no puede vivir, y, mucho menos, sacar adelante una familia. En sus propias
palabras:
| "Lamentablemente el escritor nacional tiene que ser un escritor de sábado y domingo, porque de lunes a viernes debe ganarse el condumio. Y el mero hecho de que seamos escritores de sábado y domingo, si bien es limitador por un lado, por el otro sirve para excluir a todos aquellos que no tienen verdadera vocación. Sólo el escritor vocacional dice: ¡Bueno, ahora que tengo unos minutos voy a aprovechar." | |
En
cuanto a la fuente de inspiración del escritor, particularmente del poeta,
decía:
"A
pesar de que conozco posiciones de tratadistas de estética contrarias
a esta idea, yo sigo creyendo en el factor inspiración. Yo sigo creyendo
que hay poderes superiores a los del hombre, el diamon socrático,
capaces de implantar una idea en el cerebro, un sentimiento en el corazón,
una palabra en la boca. En ese sentido, el poeta puede ser, como Rubén
decía, pararrayos de Dios, antena para recibir influjos superiores."
"Por eso es que me parece absurdo ser jactancioso
en esta materia. Además, un poeta podría jactarse de su técnica;
pero de la sustancia no, porque se la dan."
En palabras de Dn. Francisco Andrés Escobar, (Hugo Lindo y el rescate de la realidad; revista ECA nº. 443 de octubre 1986), la experiencia vital y estética de Hugo Lindo se caracteriza por:
 |
• una apertura
de la realidad personal a la realidad de Dios, no a través de una
dirección religiosa particular, sino a través de una voluntad
más universal de conocimiento y de acción; • una apertura de la realidad personal -primariamente matizada por su apertura al Absoluto- hacia toda la realidad; • un hacerse cargo de la vocación poética, como parte constitutiva de la realidad personal, llevándola luego a su realización en la modalidad exacta; • una actividad de constante formalización poética de lo real;• un esfuerzo sostenido y creciente en beneficio del dominio, teórico y práctico, del cultivo poético; |
• una utopía siempre presente, en donde realidad y poesía aparecen siempre proyectadas hacia planos de realización más altos, y en donde gozo y dolor, plenitud y sufrimiento son constitutivos del proyecto utópico.
 |
 |
| Narrativa |