Mi iniciación

 

V:.M:. en ese hermoso día, ahora puedo decirlo así, las palabras de aliento que me dijo mi padrino, se me olvidaron, ¡era para no creerlo!, y me preguntaba, ¿porqué tanto misterio? entonces ¿no será que estos masones tienen pacto con el diablo? ¡por Dios en que me he metido! me decía solo, el amigo en esos momentos ahora un hermano, qué me guiaba y brindaba confianza, hizo que continuara con lo que había decidido hacer.

 

V. M:. no voy a describir simbolismos porque considero a mi modesto entender que no me encuentro preparado para hacerlo y con la seguridad que en el futuro podré efectuar un trabajo de esa naturaleza, paso a describir la ceremonia de mi iniciación:

 

Mi Iniciación:

 

- Un hermano me decía, hermanito ten confianza en mi, todos los hermanos hemos pasado por esto, es para tu bien, se fortalecerá tu ESPIRITU, fue en ese instante que fui privado de la luz, fui vendado los ojos y la oscuridad se hizo presente, la incertidumbre reinaba en mi mente, temía lo peor.  Solamente con las palabras de aliento que me brindaba el hermano preparador, me sentía aplomado y sereno, pues la circunstancia lo exigía, el amigo que me guiaba, mi hermano ahora, no cesaba en alentarme y es así que empecé a caminar a oscuras, los pasos ascendentes creo y descendentes también, eran misteriosos, escuchaba voces desconocidas, ruidos y obstáculos que no entendía, hasta que llegué el cuarto de reflexiones.  El hermano guía me retiró la venda y me dijo: despójate de tu vestimenta, metales, joyas y valores y cúbrete con esa túnica blanca, señalando una extraña vestimenta que estaba sobre la silla.

 

V: M:. el recinto de reflexiones pintado de negro tenía un aspecto desolado y fúnebre, había inscripciones, objetos extraños y una calavera, me hizo reflexionar sobre la vida y la muerte y de nuestra presencia tan corta de la vida.

 

Fueron momentos de verdadera reflexión, creo que esos instantes se quedarán grabados por siempre en mi memoria, debo deciros V:. M:. que al principio tenía temor y me preguntaba: ¿Qué pretenden estos señores?, meterme miedo, pero no, ahora entiendo que los rituales masónicos como sabias enseñanzas exigen estos actos de reflexiones para invitar a la meditación como altísima función de la vida espiritual.

 

Al continuar con la ceremonia era ir de sorpresa en sorpresa, me volvieron a vendar los ojos, teniendo el b:. d:. pch:. iz:. y r:. iz:. des:. el p:. derecho:. calzado con una chinela, una soga con nudo corredizo alrededor del cuello; la verdad V:. M:. era para salir corriendo, transpiraba como un caballo y me decía, estos locos me van a matar, fui conducido por un corredor hasta un lugar del cual no tenía la menor idea donde era, mi guía me dijo que tocara, en esos instantes sentí algo punzante en mi garganta, debo deciros que los temores los dejo como algo anecdótico para la posteridad, pero sus significados simbólicos los voy entendiendo a través de Vos V:. M:. y de Vosotros RR:. y QQ:. HH:.

 

 

Ahora entiendo que los rituales masónicos como sabias enseñanzas exigen estos actos de reflexiones para invitar a la meditación como altísima función de la vida espiritual.

 

 

Después de traspasar puertas y conducido hasta un altar, se realizó para mí un acto grandioso porque saboree la solemnidad de mi iniciación.

 

Cuando Vos dijo: dijisteis Hágase la Luz y la Luz se hizo; entonces apareció un bello espectáculo, que seguramente ningún profano podrá explicar, sin sentir una gran emoción y contraer un gran compromiso para con mi Madre Logia.

 

Mi momento iniciático quedará grabado en lo mas profundo de mi pensamiento, siendo el inicio de una nueva vida que espero alcanzar sin defraudar a quienes confiaron en mi como a Vos V: M: y de Vosotros RR:. y QQ:. HH:. mi promesa de continuar con vuestro ejemplo, sólo así me despejaré de los errores y costumbre profanas.

 

Q:. H:. Enrique Chang Gutierrez.

R:.L:.S:. Honor y Progreso No. 5

 

 

 

Cuándo el Hombre puede

considerase masón

 

 

E1 hombre puede considerase ma­són cuando contemple los ríos, las colinas, el lejano horizonte y sien­ta su pequeñez ante el UNIVERSO, sin perder, no obstante la fe, la esperanza y el valor que es la raíz de toda virtud; cuan­do sepa que todos los hombres son tan nobles, tan viles, tan divinos, tan diabóli­cos, tan solitarios como él y trata de co­nocerlos, perdonarlos y amarlos; cuando sepa como simpatizar con las tristezas y hasta con los pecados de los hombres, co­nocedor de que todos combatimos con­tra terribles enemigos; cuando haya apren­dido a hacer amigos y a conservarlos y so­bre todo ser amigo de sí mismo; cuando ame a las flores y sienta vibrar en su cora­zón una antigua alegría al ver reír a los niños; cuando pueda ser dichoso y conservar la serenidad en el tráfago peno­so de su vida; cuando ninguna voz de ago­nía llegue en vano a sus oídos, y no se tienda ninguna mano hacia él que no reciba repuesta; sepa como ha de orar, como ha de amar; cuando ha sido fiel consigo mismo, con Dios y con los hombres, haciendo con la mano una espada para combatir el mal, y cuando sienta cantar en su corazón la alegría de vivir de manera tan solemne que apague el sordo te­mor a la muerte.